domingo, 28 de junio de 2015

Forever & Always - Cap 06

Estábamos de vuelta en la van y en camino a nuestro próximo destino, la Universidad Freeman. Luego del incidente en el desayuno, me adentre lejos en el bosque y llore. Matt me siguió.
Él no pregunto si lo que dijo Nick era cierto o no... Él solo estuvo allí cuando las lágrimas cayeron y yo las limpie con mi mano.
El pequeño espectáculo de Nick esta mañana fue más que repugnante.
Él mintió.
Él torció la verdad.
Él se burlo de mí, y se burlo de lo que sea que tuvimos.
Tentarme a revelar lo que paso entre nosotros en el mirador de la Sra. Reynolds era demasiado para mí. Esa noche Nick y yo compartimos preciosos momentos que recordare por el resto de mi vida. Fue perfecto; desde las luces con las cuales decoró el mirador hasta la manera romántica en que nos besamos luego de que baile lentamente en sus brazos. Él me trato como si yo fuera la única chica en el mundo que le importaba, y la chica con la querría pasar el resto de su vida.
Esta mañana, el corrompió mi recuerdo de esa noche para siempre.
Gracias a Dios que Damon le ordeno a Nick que se sentara en el asiento del pasajero. No creo que yo estaría muy feliz con Nick en este momento. No lo estoy, en realidad.
Estacionamos en Dixon Hall, uno de los edificios de dormitorios en la Universidad Freeman. Esta frente al edificio de una biblioteca hecha de ladrillos y con ventanas del piso hasta el techo.
Damon nos guio a una suite en el segundo piso. Tiene una cocina y mesa, dos sofás en el área común. —Las chicas en este dormitorio —dijo Damon señalando una puerta—. Los chicos en el otro. Sonríe, y se dirige con su maletín a la tercera puerta, la más cercana a los muebles.
—Este cuarto es para mí.
—Cuanto tiempo nos quedaremos aquí? —pregunta Matt.
—Esta será nuestra base por un tiempo —Damon le dice—. Haremos paseos desde aquí.
—Me duele el rostro —Lenny se queja—. Y pica —se parece a un mimo, con toda la crema blanca que le aplico la enfermera en sus quemaduras y picaduras. El camina hasta Trish y acerca su rostro a ella—. Ráscame.
Trish le hace una mueca, luciendo como si preferiría morir antes de tocar su rostro cubierto de crema. —Sal de mi camino, loco.
—Suficiente ustedes dos —dice Damon—. Trish, no me gustan los apodos. Lenny, si te pica algo, ráscatelo tú mismo.
Erin luce como si fuera a vomitar con solo mirar el rostro de Lenny cubierto de crema.
Lenny camina hasta la ventana sobre mirando por todo el campus —¡Ven a ver Nick! Chicas buenas bronceándose en bikinis.
Ignorándolo, Nick camina hasta el cuarto de chicos con sus cosas.
—Instálense, chicos —dice Damon mientras camina a su propio cuarto—. Quiero tener una reunión de grupo en media hora.
—Genial —Nick murmura sarcásticamente desde la puerta de su habitación—. Justo lo que necesitaba.
Damon voltea. —De verdad lo necesitas. Y antes de que preguntes como evitarlo, tu participaras como todos los demás —su tono hizo que quedara claro que no era negociable.
Trish, Erin, y yo elegimos nuestras camas en el cuarto de chicas.
—¿Erin, como es eso que no hablas? —demando Trish.
Erin se encoge de hombros mientras desempaca su maleta y cuelga su ropa en el pequeño closet.
—¿Sabes que este viaje es sobre compartir nuestras experiencias, cierto? ¿Qué hiciste además de llenarte el brazo de tatuajes?
Erin no responde. Se agita mientras dobla una camisa y la coloca en una gaveta pequeña.
—Déjala tranquila, Trish —digo—. Ella hablara cuando quiera.
—Bien, si así es como será, está bien —dice Trish, rindiéndose—. Pero solo para que lo sepas, no pretenderé ser tu amiguita si me pides algo.
Creo que Erin se queda en silencio como lo hace usualmente, hasta que sus manos se congelan y voltea hasta nosotras. Sus ojos están brillantes, como si estuviera sosteniendo lagrimas.
—Mi novio estará en la cárcel por tres años por matar a alguien mientras conducía. Mis padres me botaron de la casa. Y... —se limpia los ojos y dice en una voz suave—: Estoy embarazada.
—Mierda —dice Trish—. Y me pregunto por qué no hablas.
Le doy un codazo a Trish en las costillas, esperando que lo capte y no diga nada que vaya a herir a Erin. ¿Está embarazada? ¿De un chico que estará en la cárcel por tres años? Escuchar su historia convierte mis problemas con Nick en algo tan importante como romperse una uña.
—Si necesitas algo, estamos aquí para ti —le digo—. ¿Cierto, Trish?
—Sí —dice Trish rápidamente. Creo que Erin se acaba de ganar la lealtad de Trish por haber compartido su historia. Quizás que Trish prácticamente forzara a Erin a hablar fue algo bueno.
—¿Y que hay sobre ti? —dice Trish, dirigiéndose a mí.
Levanto mi mirada de mi maletín. Debo lucir como un ciervo bajo luces. —¿Que hay sobre mi? Dije mi historia en la fogata de anoche.
—No sobre el accidente. Nick dijo algo sobre tu y él en un mirador. ¿Te importaría entrar en detalles?
Rápidamente negué con la cabeza. —Quizás después. No queremos llegar tarde a la reunión de Damon —tire un montón de ropa dentro de una gaveta.
—Creo que estas evitando el tema.
—Tienes razón Trish —dije—. No quiero hablar sobre eso.
—Tú verás —Trish abre el closet y luce confundida—. Esperen, ¿dónde está el baño? —pregunta mientras sostiene una bolsa de plástico con sus artículos de aseo.
—En el área común, supongo —sugiere Erin—. Probablemente será compartido.
Se apresura hacia el área común para investigar. Erin y yo la seguimos. Por supuesto, hay un baño entre la habitación de los chicos y la de Demon.
Damon sale de su cuarto. —¿Qué ocurre?
—¿Damon, sabias que solo hay un baño para los siete? —Trish pregunta.
Damon sacude su cabeza. —Eso no es verdad.
Ella asoma su cabeza en el baño. —¡Eww! —señala el inodoro—. La silla está arriba. Y hay pequeñas gotitas de pis y vello púbico. Eso no está nada bien.
Como si fuera una señal, los tres chicos se nos unen. —¿Cuál es el problema? —Matt le pregunta a Trish.
—El problema es que los seis tenemos que compartir el baño —ella mira en dirección a nuestro líder—. Y el príncipe Damon tiene su propio trono para sentarse.
—Este no es un hotel de lujo —Lenny le informa a Trish—. De todas maneras, ¿qué hay de malo en el baño? A mí me pareció bien.
Trish se le acerca a Lenny. —Entonces tú eres el culpable. Tú estuviste en el baño.
Lenny se encoge de hombros. —¿Qué hay si lo hice?
—¿No has escuchado la frase, ―si fallas la puntería, se ordenado y limpia el asiento‖? Eso va dirigido a los tontos también.
—¿Y tú no has escuchado la frase, ―cierra la boca, perra‖? —Lenny dispara de vuelta.
—Creo que es tiempo de que tengamos nuestra reunión —dice Damon—. Ahora mismo.
Evito el contacto visual con Nick mientras elijo un asiento en el sofá. Trish y Erin se sientan cada una a mi lado. Los chicos se sientan en el otro sofá.
Damon busca una silla de la mesa de la cocina. Respira profundamente y choca sus manos. —De acuerdo, chicos, este es el trato. Algunas reglas deben ser establecidas, porque me están volviendo loco. Primero que todo, tratemos de eliminar las ofensas que constantemente salen de sus bocas. Segundo, no se acepta el consumo de drogas o alcohol. Estamos en el campus de una universidad y no dudo de que sean fáciles de conseguir. Tercero, estoy cansado de las disputas, me están dando dolor de cabeza.
—Pero... —Trish comienza a decir, pero Damon levanta una mano y la detiene.
—Sobre el baño. Todos ustedes tienen que compartir un baño. Vivan con eso. Hay otro baño al final del pasillo, al lado del ascensor si lo necesitan. Chicos, bajen el
asiento luego de que hagan su asunto. Chicas, asegúrense de no dejar productos femeninos por allí. ¿Estamos bien con eso?
Todos asentimos.
—¿Donde están los controles del aire acondicionado? —Lenny pregunta—. Estoy sudando mi trasero como en un sauna.
—No hay aire acondicionado Lenny. Como señalaste, este no es un hotel de lujo. ¿Alguna otra pregunta?
Cuando nadie respondió, Damon decide hablar. —Bien —exhala como si se hubiese liberado de un peso—. Ahora que todo está arreglado, tengo algo más que decir. Tuvimos un poco de drama matutino gracias a Nick, y quiero hablar sobre eso.
—Que si no hablamos sobre eso —Nick murmura—. Diablos, prefiero hablar sobre el pubis de Lenny.
Yo prefiero hablar sobre la perdida de vello púbico de Lenny, también. Es mejor que hacer que Nick y yo hablemos sobre nuestro pasado... o hablar el uno al otro. No lo hare. No ahora, cuando la herida es tan reciente.
Una ola de entumecimiento recae sobre mí. Me levanto. —Lo siento, Damon. Yo no puedo. No quiero faltarle el respeto al grupo o al proceso. Yo solo... necesito tiempo.
Intencionalmente miro lejos de Nick y luego estoy muy al tanto de mi pierna y su cercanía mientras paso por el área hacia mi cuarto y cierro la puerta. No la tranco, porque ahora estoy compartiendo la habitación con las otras chicas.
Cuando escucho que tocan la puerta me siento en la cama.
—Soy Matt. ¿Puedo pasar?
—Claro.
Matt abre la puerta. —¿Quieres hablar?
—No realmente. ¿Está molesto Damon?
—No. Él quería venir a ver si estabas bien, pero yo me ofrecí a venir en su lugar.
—Gracias —murmuro—. Me siento mal por haberlos dejado en el medio de la reunión.
—No te sientas mal —me dice—. Creo que todos comprenden. Bueno, excepto Nick.
—¿Por qué? ¿Qué dijo él?
Matt se abre paso en la habitación y se sienta a mi lado en la cama. —Él no dijo nada, Solo se levanto y se fue.

miércoles, 24 de junio de 2015

Forever & Always - Cap 05

Tras las palabras de Nick, cruzo mis brazos sobre mi pecho para prevenir que siga mirando. —Eres desagradable —susurro, esperando que nadie más haya escuchado su comentario de mal gusto.
—Gracias —responde él.
Me meto bajo mis cobijas, negándome a mirar en dirección a Nick. —Por mi puedes desangrarte.
—¿Quieres tu toalla de regreso? —pregunta él, con su actitud engreída a toda máquina. ¿Por qué hace eso? Durante un minuto me siento como si estuviera siendo de nuevo su verdadero yo, el Nick que una vez conocí, y al siguiente está actuando como el chico que quiere que todos crean que es.
—No.
—Ustedes dos, ¿podrían dejar de coquetear? —interrumpe Trish—. O bien admitan que se gustan o se van a la cama. O las dos.
—El no me gusta —declaro yo.
—Pero solía hacerlo —escucho murmurar suavemente a Nick desde su cama al lado mío.
—Historia antigua. ¿Acaso no te dije que ya lo superé? —susurro en respuesta.
—Duérmete ya, Miley—dice bruscamente Nick—. Te estás volviendo repetitiva.
Le doy la espalda. ¿Y qué pasa si sigo insistiendo en que lo nuestro se acabo? Es la verdad. Si soy completamente honesta, supongo que una parte de mi aún desea que las cosas volvieran a ser como fueron cuando estuvimos juntos. Pero ahora sé que él es
la última persona que necesito en mi vida y es bastante obvio que Nick y yo estamos de acuerdo en ese tema. El ha estado tratando de alejarme diciendo cosas hirientes, y está haciendo un gran trabajo.
Cuando mi cuerpo finalmente se relaja y siento que me estoy quedando dormida, Trish comienza a roncar de nuevo. Miro a Nick. Él yace sobre su espalda, envuelto en una sábana desgastada, con sus brazos doblados debajo de su cabeza. Obviamente no está dormido. Como si sintiera mi mirada sobre él, se gira hacia mí. Los camarotes no están muy lejos el uno del otro, y si estirara mi mano podría tocar su hombro desnudo. Él suspira suavemente y sacude su cabeza, entonces mira hacia el otro lado. Yo me giro y me enfoco en los sonidos que hace el colchón que está sobre mí, preguntándome como llegue hasta aquí. Cuando recibí la llamada de mi terapeuta físico preguntando si quería hacer parte de este programa, realmente sentí que era mi oportunidad de cerrar este capítulo de mi vida. Pensé que si podía compartir mi experiencia con otros, en lugar de mantener todos mis sentimientos acumulados dentro de mí, podría hacer el accidente parte de mi pasado y ser capaz de mirar hacia el futuro.
Desearía que Nick se sintiera de la misma forma y pudiera dejar el feo pasado atrás. Para ser honesta no creo que él pueda llegar a superarlo hasta que admita la verdad.
La verdad.
Él no tiene ni idea de que yo sé que no fue él quien me atropello con aquel auto. He estado ansiosa por decirle que se la verdad.
Pero no puedo. Obviamente, él sigue manteniendo el engaño por una razón.
Me obligo a quedarme dormida y a olvidarme de que Nick está al lado mío.
En la mañana, cuando estoy regresando del baño, por el camino de gravilla que conduce a nuestra cabaña, encuentro a Lenny durmiendo profundamente sobre un pasto. Él está roncando tan fuerte que el sonido hace eco por todo el campamento. Suprimo una risa. Él definitivamente podría competir con Trish con sus ronquidos.
Damon está esperando adentro de la cabaña. —¿Podría alguien decirme porque está Lenny durmiendo afuera en lugar de aquí adentro? —exige el.
—¿Por qué quería dormir con sus familiares? —dice Trish, encogiéndose de hombros.
Damon no parece muy feliz. —No es gracioso. Su cara ya parece un tomate gracias al sol de la mañana brillando directamente sobre él y tiene una tonelada de picaduras de mosquitos. Alguien vaya a despertarlo. Ahora.
—Yo me encargo —dice Nick.
—Yo voy contigo —ofrece Matt y los dos chicos dejan la cabaña.
Cuando los tres chicos regresan a la cabaña unos minutos después, le doy una buena mirada a Lenny y mi boca cae abierta. No me había dado cuenta cuando pase a su lado esta mañana. Damon tiene razón. Lac ara de Lenny está roja y totalmente quemada por el sol. Las picaduras de mosquito están regadas por todo su cuerpo y cara.
Lenny señala a cada uno de nosotros, y dice, con un tono de advertencia: —No. Digan. Nada.
—¿Qué demonios te paso a ti? —pregunta Damon cuando ve la sangre, ahora coagulada en la mano de Nick. Damon está totalmente confundido.
—Una de las camas casi se cae anoche —interrumpe Erin—. Nick la pudo detener antes de que cayera sobre Miley y sobre mí.
Creo que el resto de nosotros estamos sorprendidos al escuchar hablar a Erin. Ella ha estado siempre tan callada.
—Lenny empujó la cama —dice Trish—. A propósito.
Lenny mira con desprecio a Trish. —¿Sabes lo que le pasa a los soplones en la cárcel?
—Lenny, no pienso tolerar ninguna amenaza, así que déjala tranquila. Acompáñame a la enfermería. Nick, tu también. Quiero que te revisen la mano. El resto de ustedes, carguen todo en la van y vayan a desayunar. El comedor es el edificio grande al lado de la oficina principal.
Cuando todos estamos listos, Damon, Lenny y Nick se dirigen a la enfermería mientras el resto de nosotros seguimos instrucciones. El salón comedor es un edificio enorme con filas de mesas de picnic. Al final del salón, los adolescentes hacen fila con bandejas en sus manos para escoger su comida.
—Así que, ¿Cuál es la verdadera historia contigo y Nick? —me pregunta Matt cuando nos unimos a la fila.
Me pregunto qué tanto debería revelar. —Es algo súper complicado.
Tomo un cartón de lechey miro a Matt. —¿Necesitas que te ayude? —le pregunto cuándo levanta una bandeja y la acomoda sobre su brazo.
—Estoy bien —dice él.
Realmente admiro a Matt por eso.
Lo observo llevar firmemente su bandeja con su brazo funcional, mientras escogemos nuestros desayunos y nos dirigimos a una de las mesas para comer.
—Bonita forma de evitar la pregunta sobre Nick, Miley.
—No la estoy evitando —le digo.
Él levanta una ceja, obviamente poco convencido.
Trish y Erin se sientan frente a nosotros. ¿Qué debería decir? ¿Qué tanto debería contarle a Matt? Este viaje supuestamente se trata de no contener nada y dejarlo salir todo. Nick no ha sido honesto conmigo ni con nadie más… y siento que eso se lo está comiendo por dentro. No pienso dejar que eso me pase a mí.
Me giro hacia Matt. —Nick y yo tuvimos una relación después de que el salió de la cárcel de menores.
—Wow.
Observo la expresión de Matt cambiar de la sorpresa a la curiosidad. El accidente y las consecuencias de este me unieron a Nick para siempre, nos guste o no. Pero Matt no conoce la historia completa. Ni siquiera Damon, el mismo que se supone sabe todo a cerca de cada uno de los participantes de este programa, conoce la historia completa.
—¿Por qué estuvo en la cárcel? —pregunta Matt.
—Uhm… —me tomo un segundo para pensar que responder, como ponerlo en palabras.
—Díselo Miley—dice Nick, metiendo su cabeza entre nosotros—. Cuéntaselo todo.
Antes de que pueda siquiera responder, Nick explota: —Fue por atropellar a Miley mientras conducía borracho.
La boca de Matt está abierta por la sorpresa. —Santa mierda. ¿De verdad?
—De verdad. ¿Cierto Miley? —Nick me lanza una mirada sombría, como si lo hubiera traicionado.
—¿Por qué no se lo contamos a todos en este lugar?
No.
—Vamos Miley. Se aventurera.
—No estás hablando en serio —digo yo.
Él aclara su garganta. —Obsérvame.

Nick
En realidad no iba a decirle a todo el mundo en este maldito lugar que había ido a la prisión juvenil, pero ver a Miley en esta actitud de vamos-a-compartir-absolutamente-todo me molesto. Este programa de Re-Comenzar es un montón de mierda. Ellos creen que hablar acerca del accidente milagrosamente lo arreglara todo. Tengo noticias para Damon y todos los otros involucrados. Nada arreglara mi vida de mierda. Nada podrá borrar los últimos dos años. Nada cambiara el hecho de que no me quedan ni amigos ni familia. Solo estoy viviendo… sobreviviendo, en realidad.
Encontrar a Miley en una intensa conversación con Matt me hizo querer agarrar la camisa del tipo y comenzar una pelea con él. El tipo es genial, a diferencia de Lenny, pero cuando me acerque más y encontré a Miley confiando en él, mis venas se encendieron. Escanee la habitación y mire un megáfono cerca de la puerta frontal.
—Nick, no —dijo Miley.
La ignore mientras cruzaba el cuarto y recogía el megáfono. Apreté el botón de la sirena. Un odiosamente alto, penetrante grito hizo eco a través del edificio—algo bueno, porque todo el mundo inmediatamente tenía su atención concentrada en mí.
Lleve el megáfono a mis labios. —Tengo algo que decir —me agache hacia la boquilla.
Damon está parado en la línea con una bandeja llena de comida. Espero que él corra hacia a mí y me quite el megáfono de las manos, pero no lo hace. En lugar de eso, baja su bandeja y me asiente para que continúe.
—Maneje a casa borracho desde una fiesta de secundaria —dije, mi voz sonando extraña para mi mientras las palabras volaban a través del megáfono—. Choque con una chica, y la deje yaciendo en la calle sin saber si estaba muerta o viva. Yo era un atleta, un chico que probablemente conseguiría una beca de lucha para la universidad y no quería arruinar eso. Así que la deje. Al final, estaba atrapado y fui a la cárcel por un año.
Apreté de nuevo el botón del sonido. El lugar esta silencioso. Puedo imaginar cómo debo lucir… el genial chico atleta de secundaria quien lo arruino y ahora esta gimoteando acerca de ello. Nadie se va a apenar por mí, no es que lo quiera o lo espere.
Cuando levante la vista para ver a Miley, ella está sacudiendo su cabeza y dándome la espalda. Ella me está bloqueando de nuevo, pero no me importa.
Apreté el botón de hablar de nuevo. —Cuando salí de la cárcel, me involucre con mi víctima.
Más que unos pocos adolescentes en el cuarto abrieron mucho los ojos con esta nueva pieza de información. Ellos están susurrando en shock y señalándome.
—Nos besamos, tonteamos por ahí… ella me coló en su casa y dormimos juntos. La gente me advirtió que no me involucrara con ella, pero lo hice. El peor error de mi vida.
Por la esquina de mi ojo, observe como Miley se deslizaba del banco y se dirigía hacia las puertas giratorias. El bueno de Matt la siguió.
—¡Miley! —dije a través del megáfono. Ella retrocede y se detiene en su marcha—. ¿Quieres añadir algo? Me salte la parte de cuando estábamos en el mirador de la Sra. Reynolds.
Seguí a Miley, quien piensa que hablar es mejor que mantener la boca cerrada. Espero haberla hecho cambiado de parecer, y ella se dé cuenta que vivir en La-La-Land es mejor que enfrentar la realidad.
—Esa es la chica de la que estoy hablando —dije, señalándola.
—Cállate, Nick—ella sisea.
Le sostuve el megáfono. —La verdad duele, ¿Huh?

lunes, 8 de junio de 2015

Forever & Always - Cap 04

Me detuve mientras que Nick retrocedía en la oscuridad, la luz de la fogata parpadeando contra su camisa oscura. Quería que él escuchara mi historia. El accidente cambió mi vida para siempre y si alguien necesitaba escuchar mi lado de ella, era Nick. Él me debía el escuchar. El hecho de que se hubiera levantado y caminado lejos era como un bofetón en mi cara. Significaba que a él no le importaba… sobre mí, sobre lo que me ocurrió, y sobre nuestra relación que él afirmó era real.
Sentimientos de rabia y traición se instalaron en mí. Tomé una profunda respiración y mire alrededor las caras de los jóvenes que me observaban, esperando que explicara cómo la conducción adolescente irresponsable afectó mi vida.
—Aún tengo cicatrices… —dije, con mi voz apagándose. Dejé salir una lenta respiración mientras pensaba en la realdad de eso—. En el interior y en el exterior. Un chico fue condenado por golpearme y fue a la cárcel por ello. La parte triste es, que el accidente no solo nos afectó a nosotros dos, sino que también afectó a nuestras familias…y mayormente a toda nuestra ciudad también. Ninguno de nosotros ha sido el mismo desde entonces.
Una pequeña chica rubia con trenzas a la francesa levantó su delgada mano. —¿Qué hay sobre el chico? —preguntó ella—. ¿Qué ocurrió con él?
Miré hacia Damon, recostado contra un árbol en el fondo. Él piensa que Nick es quien me golpeó. —No lo sé. Creo que él me culpa de ser la razón por la que fue a la cárcel.
—Eso es estúpido —murmuró la chica.
—Si cometes un error, tienes que pagar el precio —dijo una de las consejeras.
La mujer no tenía idea de la verdad… que Nick no había cometido ningún error pero había pagado el precio de todas formas.
Trish se levantó a continuación. Habló sobre cómo había estado en una fiesta de la secundaria y alguien en la fiesta había puesto cocaína en su bolso. Cuando fue detenida por un control de velocidad y pasarse una luz roja, fue arrestada. Los cargos por droga son un registro permanente, y ahora cada vez que solicita un trabajo tiene que marcar la casilla de que ella es una delincuente condenada.
Con las emociones corriendo alto, Damon y el resto de los líderes dijeron que era tiempo de volver a nuestras cabañas.
Cuando alcanzamos la cabaña, la voz de Damon estalló al interior. —¡Oye Brecker! —gritó en una voz profunda que yo juré podía asustar hasta a la persona más dura. Las chicas asustadas y los chicos prácticamente de pie poniendo atención—. ¡Levántate maldita sea!
Nick está acostado en su litera, sus brazos descansando tras su cabeza. Él está usando pantalones sueltos y no lleva camisa. Se sienta, viéndose imperturbable. —¿Cuál es tu problema?
Damon camina directamente hasta la litera. —Ven aquí abajo, imbécil.
—Bonito lenguaje, Damon —Nick descendió en un movimiento y lo enfrentó directamente. Ambos andaban alrededor de la misma altura, pero Nick es delgado y musculoso comparado con el grueso Damon.
—Sí, bueno, digo lo que veo. Discúlpate con Miley por haberte ido —demandó Damon gesticulando en mi dirección—. Fue completamente irrespetuoso y rudo.
—Lo siento —murmura Nick no muy sinceramente.
Furiosa, le doy un codazo a Damon hacia un lado y me paro de frente a Nick con los dedos de nuestros pies tocándose. Es tan malo que esté híper consciente de las ondas en su pecho desnudo sólo a unas pulgadas de distancia. —¿Por qué estás tan empeñado en actuar como un idiota?
Nick me dio una sonora risa. —Porque soy uno.
—¿Por qué estás haciendo esto? —este no es el Nick real, el Nick con el que crecí. Esta es un endurecida, falsa representación de él, y la odio.
—No estoy haciendo nada. Éste soy yo dulzura, tómalo o déjalo.
—¿Qué está ocurriendo entre ustedes? —preguntó Trish.
—Nada —le dije a ella—. Nada está ocurriendo, ¿verdad Nick?
Yo cojeo fuera de la cabaña, los tablones sueltos crujiendo bajo mis zapatillas mientras entablo la distancia que necesito entre yo y cualquier otra persona. Cuando camino al cálido aire nocturno, me siento mejor. Mientras me aferro a la barandilla y maniobro dificultosamente para bajar los tres escalones hasta la hierba, siento la presencia de Nick tras de mí.
Lo ignoro, incluso cuando mi estómago se está retorciendo por el conocimiento. Tengo mucho que decir que estoy reteniendo.
—Miley —la voz de Nick se hace eco a través del aire nocturno.
Continué caminando. Cuando él me alcanza, me vuelvo sobre mis talones y cojeo lejos de él. —Déjame sola —le digo por sobre mi hombro.
—Qué querías que hiciera, que te escuchara hablar sobre cómo te golpeé con mi auto, y luego te dejé muriendo tirada en la calle, luego sobre cómo fui enviado a la cárcel, y como después de salir nosotros comenzamos… comenzamos… —él hace una mueca y presiona las palmas de sus manos en sus ojos, como si poner la historia en palabras lo hiciera insoportablemente real.
—¿Una relación? —pregunté, imperturbable.
—Como sea que lo quieras llamar. Nunca hubiera funcionado.
—Ni siquiera nos diste una oportunidad.
—Tu madre me odia. Mis padres se volverían locos si nos vieran juntos. Demonios Miley, incluso Damon me advirtió que me alejara de ti. Deberías estar agradecida de que me fui, pero es obvio que aun estás aferrada a algo que ocurrió entre nosotros.
Camine hacia Nick de forma tan cercana que casi podía sentir la energía que irradiaba de él. —Tú necesitas superarte a ti mismo. Lo que tuvimos fue una corta aventura. Tanto lo he superado que ya ni siquiera es divertido.
—Vamos Miley. Admite que aún hay una parte de ti que me quiere, incluso aunque sigas actuando como si me hubieras expulsado de tu sistema. Protestas demasiado.
—Yo no siento nada por ti.
Justo cuando estoy a punto de caminar lejos y regresar a la cabaña, Nick se extiende y envuelve sus dedos alrededor de mi muñeca. —¿En serio? —dice él.
Yo trago duramente. Esos dedos en mi muñeca están llenos de imprudente energía… conozco esos dedos demasiado bien. Me enojo conmigo por estar recordando cómo se sentía tener esa energía enfocada en mí… esos dedos acariciaron ligeramente mi piel hace un tiempo atrás. Todo en lo que debería estar
pensando es en cómo ponerlo a él en su lugar, en lugar de sentir una conexión. Pero cuando miro hacia él, me olvido de todo debido a esos intensos, ojos color azul hielo que son, oh, tan únicos que Nick Jonas me esté absorbiendo.
Tuerzo mi muñeca para liberarme de su agarre, determinada a romper cualquier hechizo en que él me tuviera de una vez por todas.
Estoy caminando de vuelta a la cabaña cuando escucho a Nick reírse detrás de mí.
Mi detengo y me vuelvo. —¿Qué es tan gracioso? —demando yo. Espero que no tenga papel higiénico en mi zapato o goma de mascar en la parte trasera de mis jeans.
La risa de Nick se transformó en una sonrisa arrogante. —Me lo imaginaba.
—¿Qué te imaginabas?
—Porqué eres tan inflexible en dejarme saber que todo está terminado entre nosotros —él cruza sus brazos en su pecho—. Es porque estás intentando convencerte a ti misma que se ha terminado. Pero ambos, tú y yo sabemos que aún hay algo que pasa entre nosotros.
—Estás delirando. La única cosa que hay entre nosotros es odio y resentimiento. Y no estoy sólo hablando de mí aquí. Tú estás tan resentido conmigo como yo lo estoy contigo.
Cuando él da un paso hacia adelante, yo doy un paso hacia atrás. —¿Segura? —pregunta él, con una expresión incluso más arrogante.
—Sí. Segura —le digo—. Ciento cincuenta por ciento segura.
—Entonces pruébalo.
Levanté mis cejas hacia él preguntándome qué estaba tramando. —¿Cómo?
—Bésame Miley. Justo aquí, justo ahora.

Nick

—Solo un beso —digo, y me acerco más—. Si ya no te gusto, entonces no será problema.
Ella alzó la barbilla. Ella no tiene idea de cómo mirar su acto de chica dura me hace quererla incluso más. No estoy seguro de mis motivos... no quiero pensar en eso demasiado fuerte por temor a que podría encontrar la respuesta verdadera.
—No beso a chicos solo para demostrar algo —declara con una actitud que solo he visto que ella ponga unas cuantas veces—. Y sobre todo no tengo nada que demostrarte a ti.
Ella no quiere admitir que todavía hay algo entre nosotros. Está ardiendo a fuego lento por debajo del odio y resentimiento, o cómo demonios quiera etiquetarlo. Por mucho que quiera mantener las distancias, al mismo tiempo quiero ver hasta qué punto puedo llegar. Probarla es una mala idea, lo sé. Es bueno si ya no siente nada por mí. Pero no puedo resistir tener que asegurarme. —¿De qué tienes miedo? Si realmente lo has hecho entonces nuestro beso no significará anda y podrás seguir adelante.
—He seguido adelante, Nick. Pero si realmente quieres que te lo pruebe, lo haré.
Una sonrisa maliciosa se pegó en mi rostro. —Demuéstralo.
La vieja Miley se habría sonrojado y mirado fijamente al suelo en vez de enfrentarse a ser cuestionada. La vieja Miley se habría dado la vuelta y hubiera corrido. Solía ser predecible. Ahora no, y eso me estaba confundiendo en mi propio juego.
La nueva Miley, la Miley que me pone en mi lugar y se mete bajo mi piel, extiende su mano y calmada pone su mano en mi pecho. Inclina su cabeza hacia atrás y me mira, sus ojos camaleónicos brillando de un gris oscuro a la luz de la luna. —No deberías desafiarme —dice ella.
—Lo sé´—digo, manteniendo cuidadosamente mi voz plana y fría.
Tenerla así de cerca hace a mi cuerpo tan consiente y vivo que tengo que luchar por mantenerme en control. Mi corazón está corriendo desbocado y mis sentidos están tan aumentados que puedo oler su perfume floral desde la corta distancia entre nosotros. Espero y rezo que ella no se dé cuenta del poderoso efecto que todavía tiene sobre mí. No me he sentido así desde, bueno, desde esa noche en el mirador de la Sra. Reynolds cuando la quise a ella más que a ninguna otra chica. Terminó inocentemente, pero el hombre en mi quería llegar al siguiente nivel… o incluso más lejos.
Aunque estoy seguro que Miley puede sentir mi corazón latiendo acelerado y rápido contra su palma ahora mismo, trato de olvidarlo cuando ella alza su mano y la entrelaza en mi cabello.
—¿Estás lista? —pregunto en voz grave.
—Seguro —dice ella tentativamente mientras inclino mi cabeza. Quiero poner mi mano sobre su mejilla y sentir su suave piel bajo mis dedos, o acariciar el pelo suelto que cae sobre sus ojos. Pero no lo hago. Sería demasiado íntimo y rompería el poco control que tengo. Mis labios sobre los suyos, provocando. Quiero que ella quiera esto tanto como yo lo hago.
—No se lo digas a nadie, ¿de acuerdo? —advierte ella, retrocediendo mínimamente. Esas palabras desinflan mi libido tan rápido como se había encendido.
¿No le digas a nadie? Está bien, para ser honestos no estoy sorprendido que no quiera contarle a nadie sobre nuestro pequeño momento privado de verdad o desafío. Pero al mismo tiempo sus palabras hieren. ¿No quiere que nadie lo sepa porque le gusta otro chico? ¿O porque de repente se siente avergonzada de ser asociada con un ex-convicto? Mierda, tal vez ella realmente me superó. La realidad, se arrastra como un maremoto sobre mí.
¿Qué demonios estoy haciendo? No puedo hacerlo. Cuando nos encontramos juntos en Tennessee, nada fue calculado. Sólo pasó. Pero ahora, esta escena completa es un desafío, una total trampa. Estar emocionalmente involucrado con cualquier chica, especialmente Miley, es lo último que necesito. Y ahí es adónde esto me está llevando.
Tal vez solo necesito echarme un polvo. Tal vez solo necesito sexo ocasional con alguna atolondrada como Trish en un intento por borrar a Miley de mis pensamientos. Sexo ocasional ahora mismo probablemente restauraría mi cordura.
Alejo mis manos de Miley y retrocedo. Me encojo de hombros y le doy una mirada arrogante. —Tienes razón —digo—. Esto es estúpido. No tienes que probarme nada.
No puedo decir si ella está aliviada o decepcionada. No importa, realmente. No quiero esperar mientras ella analiza si lo que acaba de suceder, pasó o no. Yo tampoco quiero analizarlo.
La dejo sola ahí parada y camino hacia el fogón. La oigo llamarme pero sigo, preocupado por si pierdo mi determinación, retomo mis palabras, y la beso como ningún otro chico lo haría. Apurándome por el camino iluminado por la luna y rodeado de árboles para incrementar la distancia entre nosotros, finalmente llego al claro. El fuego casi está apagado, a excepción de unas cuantas brasas obstinadas.
Me siento en uno de los bancos, que en realidad es un tronco de madera tirado en el suelo. Hace menos de una hora, en este lugar exacto, Miley compartió nuestra historia. Ella todavía no tiene idea de lo que en realidad pasó la noche del accidente. La historia que cuenta es verdadera para ella, pero una completa invención con la que he vivido desde hace mucho tiempo.
Me siento junto al fuego hasta que la última brasa luchadora muere. Cuando finalmente vuelvo a la cabina, todas las luces están apagadas excepto por unas pocas que conducen a los baños. Dentro de la cabina, todos parecen estar durmiendo o, en el caso de Trish, roncando como la sinfonía de un corral. Incluso Miley está dormida, aunque su espalda da para mi lado y no puedo ver su rostro. La sábana que la cubre se mueve hacia arriba y hacia abajo, lenta y rítmicamente, con cada espiración.
Rebusco en mi mochila. Por un breve momento, me pregunto dónde está Damon, entonces recuerdo que él cayó rendido en la cabina de consejeros con aire acondicionado y camas reales, mientras nosotros estábamos pasando apuros “a lo máximo”, como había señalado Matt más temprano.
Después de lavarme, salto en mi litera de arriba, cuidadosamente para no despertar a Matt a pesar de que la litera de metal y los muelles crujen ruidosamente mientras me siento en el colchón. Cuando escucho a Matt agitarse, murmuro: —Lo siento, amigo.
—No hay problema —susurra—. No estaba realmente dormido de todos…modos.
—¿Quién puede dormir con la maldita pesada de Trish aquí con nosotros? —gritó Lenny, entonces gruñe en frustración.
Como a propósito, los ronquidos de Trish aumentaron en tono y volumen. No es uno de esos trabajos de respiración dificultosa, tampoco. Primero, ella empieza a gorgorear como si estuviera almacenando flema en la parte posterior de su
garganta. Entonces, lanza una sinfonía de ronquidos y gorgoreos nasales que nunca en mi vida había escuchado antes, incluso de un chico.
Lenny, que duerme arriba de Trish, se asoma hacia abajo para mirarla. —¡Trish, cállate maldición! —grita prácticamente.
Trish no se mueve. Deja de roncar por medio segundo, pero luego comienza nuevamente, incluso más alto que antes.
—Puedo sofocarla con mi almohada —ofrece Lenny como opción.
Matt se sienta. —Escuché que si pones la mano de alguien en agua caliente mientras está durmiendo, deja de roncar.
—Eso es para hacer que alguien se orine en la cama —le digo.
—¿Funciona en serio? —pregunta Lenny, obviamente emocionado—. Deberíamos tratarlo. ¿Quién va por un balde?
—Estás bromeando, ¿verdad? —suena Miley desde abajo en un susurro suave—. No puedes hacer eso.
Un gran resoplido sale de la boca abierta de Trish. Lenny se sienta, agarra ambos lados de la litera superior y empieza a mecer la cama de lado a lado.
—¡No hagas eso! —grita Miley.
Escuchar a Miley gritar me hace saltar de la cama en el momento justo para ver la litera de Lenny y Trish empezar a volcarse. Cuando el metal está cerca de estrellarse con el metal, alcanzo y agarro el marco de la cama antes de que choque con la litera de Miley y con Miley. Su pierna está lo bastante dañada. Mi pierna detiene a Trish, pero es muy tarde para Lenny, que cae con porrazo.
Trish de desliza lentamente por mi pierna y aterriza sobre su trasero en un charco de sábanas enredadas sobre el piso. Alza la vista, sorprendida y asustada. Para una chica que supongo se enorgullece de parecer muy fuerte, sorprendida y asustada no encaja.
—¿Qué pasó? —pregunta, sus ojos abiertos mientras se asegura que su cama está estable y en posición vertical nuevamente. Se para, y entonces frota su trasero unas cuantas veces, antes de recoger sus sábanas y almohada.
Es obvio, Lenny no va a explicarle, así que le ofrezco una respuesta rápida. —Tú cama se cayó. Vuelve a dormir.
—¿Cómo se cayó? —pregunta, arrojando su brazada de vuelta a la cama.
—¡Santa mierda, fue impresionante! —gritó Lenny desde el suelo. Está riendo, como si asustar a las chicas casi hasta la muerte fuera loco y divertido. Es un imbécil.
—Amigo, cálmate —le dije.
Trish miró a Lenny con los ojos entrecerrados. —¿Tiraste la litera a propósito?
—Estabas roncando como un jodido cerdo, Trish. Traté de despertarte, pero duermes como los muertos. Nos estaba haciendo un favor a todos.
Como un perro de ataque, Trish se abalanzó sobre Lenny. La atrapo a tiempo y la hago retroceder. —¡Eres un estúpido! —le grita a Lenny.
—Dime algo que no sepa —le responde Lenny, entonces resopla sonoramente como un cerdo cabreado. Si él no lo nota, la chica tiene unas malditas uñas de miedo. Son largas, son puntiagudas, se están clavando en mis brazos ahora mismo, y no tengo ninguna duda que Trish las usará como arma a la primera oportunidad que tenga. Lo último que haría es soltarla y dejar que esas garras salieran acuchillando.
—Trish, no dejes que te moleste —dice Miley calmadamente mientras se mete entre Trish y Lenny. Miley está usando una camiseta rosada de tirantes y un pantalón pijama a juego que cubre casi todo. Soy demasiado consciente de que si Trish se lanza nuevamente, Miley podría caer fácilmente y lastimarse su pierna—. Nick, déjala ir.
Libero a Trish lentamente, listo para sujetarla de nuevo si siento que va a abalanzarse. Miley sigue entre ella y Lenny, quien finalmente para de reír.
Todo el mundo está despierto ahora, todos mirando a Lenny.
—Perdedores ustedes no tienen sentido del humor —se queja Lenny. Nos balancea su trasero desnudo antes de salir pisando fuerte de la cabina.
Erin grita, entonces empuja la sábana por encima de su cabeza.
—No voy a dormir debajo de ese imbécil —declara Trish.
—Yo dormiré debajo de él —ofrezco—. Toma mi cama —Trish parece demasiado cansada y enfadada para ser agradecida cuando sube hasta mi colchón.
Me siento en la pila de ropa de cama arrugada de Trish y me doy cuenta que estaré durmiendo junto a Miley. La miro.
No lo había notado antes, pero ahora está claro que Miley no está usando sostén. Mientras estoy sentado en la litera y ella está parada a mi lado, sus pechos se encuentran al nivel de mi vista. La escucho aspirar una bocanada de aire.
Apunta a mi mano y susurra: —Estás sangrando.
Bajó mi mirada. Efectivamente, la sangre está goteando de la parte trasera de mi mano. Supongo que cuando metí mi mano entre las literas de metal me corté. Limpié la sangre en mis pantalones cortos. —No es para tanto.
Miley frunce el ceño mientras saca una toalla de su mochila y me la tiende. —Toma.
—No voy a estropear tu toalla con mi sangre —le digo, lanzándosela de vuelta.
Ella la atrapa con una mano, y luego pone los ojos en blanco y suspira. —Puedes dejar de jugar al héroe en cualquier momento, sabes.
—¿Piensas que soy un héroe?
—Sin comentarios —dice mientras agarra mi muñeca y empuja mi mano hacia ella para poder examinar el corte. Su rostro está tenso y severo cuando frota su toalla en mi mano. Alcanzando su mochila, saca una botella de agua. Vierte agua sobre la toalla, luego continúa limpiando el corte. Duele, pero no hago sonido alguno. No puedo siquiera recordar la última vez que alguien realmente se preocupó por mí, y se siente raro. Me desplazo sobre la cama, sintiéndome incómodo. Estoy acostumbrado a estar sólo y cuidar de mi mismo. Nunca jugué al chico necesitado antes, y no estoy a punto ahora de hacerlo ahora. Especialmente en frente de Miley.
Saqué mi mano. —Estoy bien.
Miley se levanta y se inclina por lo que estamos cara a cara. Su mirada encuentra la mía. —No, no lo estás.
Necesito dar vuelta a la situación o voy a perder cualquier control que tenga cuando se trata de Miley y yo. Mi resolución de apartarla es débil. Mejor si doy un paso al frente y soy el chico que piensa que me he convertido.
—¿Te estás agachando así a propósito? —le pregunto mientras hago un gesto a su pecho—. Porque tengo una buena vista de tus tetas ahora mismo.

lunes, 18 de mayo de 2015

Forever & Always - Cap 03

Pensar que Miley, aun tiene su boca abierta en shock cuando me levanto inclinándome sobre el asiento y Matt cambia de lugar conmigo. No me gusta ver a otro chico sentado cerca a ella. Sé que es estúpido sentirse posesivo, cuando no tengo derecho.
Damon mira de vuelta. —Nick, vuelve a tu sitio.
—Estaba mareado —dije—, es cambiar de asientos, o vomitar encima de Miley y Matt.
Miro a Mggie quien no parece demasiado contenta, ella se aleja de mi cuando nuestras rodillas chocan, pero, encuentra mi mirada con la suya.
—Estaba mareado —digo torpemente—. Y Lenny huele a mierda…literalmente. No puedo soportarlo.
—Oi, eso —Lenny dice
—Bien —yo digo de vuelta.
Miley sacude su cabello marrón con una confianza que solo puedo vislumbrar cuando estamos juntos. Ella me lanza una mirada de lado.
—¿Por qué estas tratando de empezar una pelea con Lenny?
—No lo estoy, él la empezó —sonaba como un niño pequeño, pero en este punto ya no me importaba ¿Qué piensa Miley, que soy perfecto? Ella debe saber desde ahora que estoy muy lejos de ello.
—Estas siendo conflictivo.
—¿Qué tiene de malo ser conflictivo? —pregunte.
Miley puso su nariz en el aire. —Estoy segura que puedes averiguarlo por ti mismo.
—¿Todo bien ahí? —Damon intervino.
—Mis dedos duelen —Lenny dejo salir—, necesito una bolsa de hielo.
Ruedo mis ojos cuando Damon le pregunta a Lenny que paso. Después de una ligera pausa y una mirada de advertencia de mi parte, Lenny dice.
—No es nada.
Miley toma una guía turística de España y se pone un par de extraños lentes con montura. Que deben ser nuevos porque nunca la había visto con lentes antes. Ella se gira lejos de mí y se concentra en su libro, mientras muerde la punta de su lapicero.
Observo como hace círculos en algunas páginas y orejas de perros en otras.
—¿Planeando un viaje a España? ¿De nuevo? —pregunto. Justo antes dejar Tennessee, ella dijo algo sobre cambiar su manera de pensar y no tomar el semestre de primavera en el extranjero.
Ella cierra el libro y empuja el lápiz mordido en su mochila.
—Sí.
Eso es todo, sin detalles, sin explicaciones. No como si me debiera algo. Ella obviamente no quiere hablarme o mirarme para ese asunto.
Después de dos horas Damon detiene el carro en una parada para descansar.
—Todo el mundo afuera, vayan al baño y estiren las piernas. Comeremos una rápida cena aquí.
Mientras esperamos que todos vuelvan del baño, camino junto a Miley quien, se retira hacia las maquina expendedoras.
—¿Qué pasa? —pregunto tratando de sonar normal.
Ella me da una mirada de disgusto y sorpresa.
—¿Qué pasa? ¿Estás bromeando Nick? Desapareciste por ocho meses. Creo pasaste la etapa de ―Qué pasa‖ por siete meses.
Mierda. Tengo la sensación que nada de lo que diga será suficiente, pero lo intento. —Lo siento.
—Yo también lo siento —Miley se gira y se aleja, su cojera es un crudo recordatorio de aquella fatídica noche hace dos años. Para una chica semiparalizada, seguro que es muy rápida, corro para alcanzarla, porque soy estúpido y no puedo dejarla sola.
—¿Puedes decirme que nunca pensaste en nosotros cuando estaba lejos? —le pregunte Ella se encoje de hombros. —Pensé en ti y después pensé en cómo me dejaste.
—No fue por ti, Miley, lo sabes.
—No quiero volver a eso —ella dice cuando esta cerca de la Van—. Ya he seguido adelante.
Me sitúo en frente de ella, deteniéndola antes que llegue demasiado cerca al resto del grupo, ellos no necesitan saber de nuestros asuntos privados
—No puedes ignorarme para siempre.
Ella sacude la cabeza y me empuja fuera de su camino.
—No, no puedo ignorarte, ni siquiera puedo ignorarte si lo quisiera. Pero no lo intentes y me hagas hablar de… nosotros.
Ella susurra el nosotros como si fuera un gran secreto y ella no quisiera que nadie supiera que nuestra relación iba más allá que una simple amistad.
De vuelta en la Van después de la cena, ella pone sus manos en su regazo y observa como Damon nos conduce a un camping. Después de un rato, noto que sus ojos comienzan a cerrarse.
—Puedes recostarte sobre mi si quieres dormir —ofrecí—, prometo que no hare nada como tocar o algo así.
—No gracias, traje mi almohada de viaje —ella alcanza su mochila y saca una almohada de avión de color verde fluorescente. Ella lo infla y lo pone en su cuello como la Miley que conozco, emocional y auto-consiente Miley.
Ella se queda dormida casi instantáneamente, y una hora después, todos excepto Damon y yo somos los únicos despiertos. La chica con los audífonos esta roncando tan fuerte que me pregunto si Miley y la chica con los tatuajes tendrán que usar aparatos para los oídos después de este viaje.
—Toma una siesta Nick, aun nos queda mucho camino por recorrer —Damon dice.
—Deje de tomar siestas cuando tenía dos años —le digo, robando otra mirada a la dormida Miley.
Dejo salir una respiración frustrada, luego observo mi rodilla, la estoy moviendo arriba y abajo al ritmo de la Van.
Estoy ansioso y no tengo idea porque. Ojala pudiera ponerme de pie y caminar y liberarme de esta energía, o correr hasta que mi cuerpo grite que pare. A cambio, estoy atascado sentado aquí pensando cuando estuve en Juve donde no tenía mucho tiempo para pensar.
Pensar mucho y por demasiado tiempo era peligroso para cualquiera con demonios contra los que luchar.
Mientras Miley duerme, la envidio, me alegra que haya seguido adelante pero no estoy seguro de estarlo. Deje Tennessee pero soy el mismo chico, con el mismo predicamento de entonces.
Cuando finalmente llegamos al camping, Damon baja de la camioneta para registrarnos. El regresa cinco minutos después con el ceño fruncido.
—Malas noticias —él dice.
—¿Los camperos decidieron que no querían estudiar una cantidad de historias sentimentales? —pregunto.
—¿Chicos y chicas tendrán que dormir en la misma cabina? —la chica con tatuajes pregunta.
Damon suspira. El obviamente fue arrojado a una desviación del plan
—Si estaré durmiendo en la siguiente cabina con los consejeros. Estaré revisándolos cada dos horas. ¿Todos de acuerdo con eso?
—¡Uh, no! —la otra chica anuncia—. No voy a cambiarme delante de ustedes chicos.
—Hay un baño de chicas solo a unos pocos pies de la cabina —Damon le informa—. Puedes cambiarte ahí Trish.
—Si esa es la única opción entonces viviré con ella —Trish dice—. Pero por si acaso no estoy de acuerdo con ello.
Todos están de acuerdo con el inesperado alojamiento. Miley luce un poco nerviosa ahora que Damon ha parqueado junto a la súper pequeña cabina. Todos estamos apilados.
Dentro de la casi inhabitable cabina hay tres camas bunker, con sabanas y almohadas a los pies de cada cama, pero no hay nada más. Trabaje en construcción muchos veranos para mi tío y estoy seguro que este lugar fue pegado, con pegamento…y unas pocas uñas que estallaron y nadie se preocupo por arreglar.
—Tomo la litera inferior —Matt dice cuando se desploma dentro de una de las delgadas camas que se hunde hasta el suelo.
—Maldición Damon esto esta devastado al máximo.
—Quiero una litera inferior también —Trish dice.
—Yo también —digo, después observo como Miley cojea dentro de la cabina—. Un segundo creo que tomo la cama superior porque Miley necesita una litera inferior por su, uh…
—¿Pierna? —Miley finalizo por mí—. Puedes decirlo Nick, no es como si fuera un secreto, todos pueden ver que camino con cojera.
—Oh, y mientras hablamos de obvias imperfecciones —Matt dice—, tal vez debería anunciar que estoy consciente que tengo un muñón por brazo, Es el obvio Elefante blanco del salón, así que quiero decirle a todos que está bien, hablar de ello o hacerme cualquier pregunta.
—Ew —Trish dice—. ¿Tienes que llamarlo muñón?
—¿Preferirías llamarlo mi apéndice parcial? —Matt pregunta, jalando su manga y mostrando lo que queda de su brazo izquierdo. Ella toma un rápido vistazo—. No.
Damon palmea llamando nuestra atención.
—Bien, todo el mundo ahora que todo está arreglado, sitúense y encuéntrenme en diez minutos.
—¿Afuera? —Trish pregunta— ¿y para qué?
Esta chica va estar definitivamente en la carrera con Lenny por la persona más molesta en nuestro grupo. Ella no ha sonreído o dicho algo remotamente positivo desde que el viaje empezó. Tengo el sentimiento que ella está tratando de hacernos la vida miserable como la de ella. De nuevo estoy con ella, prefiero estar de vuelta en Chicago que aquí.
—Solo salgan en diez minutos —Damon dice, luego cierra la puerta principal y desaparece.
La chica del tatuaje, cuyo nombre es Erin salta en la litera superior a la de Miley, Tomo la litera sobre la de Matt, se que probablemente no importa que cama tome porque, probablemente no duerma, hasta que mi cuerpo este exhausto.
Después que organizamos nuestras cosas, salimos, está oscureciendo, y los mosquitos están definitivamente afuera.
Tomamos nuestro turno rociándonos con repelente mientras Damon explica cómo será la noche.
—Es casual, así que sin presiones. Respiren profundo, y ahora estamos aquí para apoyarnos a todos. Dado que es tarde, no todos hablaran hoy, pero está bien. Tendrán forma de compartir en cualquier momento.
Damon nos dirige a los bosques. Casi veinte chicos están sentados ante una fogata en tres tocones, esperando por nosotros.
Todos miran hacia arriba cuando nos aproximamos.
El crujido en el bosque me recuerda al tiempo cuando mi papa y yo solíamos ir de camping a Wisconsin con Brian y su papa. La última vez que hable con Brian el estaba saliendo con mi ex-novia Kendra y trabajando en la tienda de hardware de su padre.
—Tomen asiento —Damon dice a nuestro grupo—. Escojan un espacio vacío en cualquier sitio.
Me senté junto a un chico con una gran cantidad de acné, quien debía ser nuevo en el descontrol de hormonas. Él me sonríe débilmente.
Una mujer se levanta y dice que los chicos son de secundaria del área de Chicago y necesitan pasar la escuela de verano para pasar a siguiente grado.
Después que la mujer habla, Damon se pone de pie.
—He traído algunos adolescentes que están aquí para contar sus historias acerca de cómo los riesgos al conducir han afectado sus vidas. Sé que algunos de ustedes piensan que son invencibles, pero adivinan de nuevo. Escúchenlos. Escuchen sus historias. Serán más inteligentes que eso —él se sienta.
Silencio.
¿Que esperaba que hiciéramos, que saltáramos y contáramos nuestras románticas historias? ¿El realmente piensa que a estos chicos sentados frente a la fogata les importa una mierda? Esto es una broma.
Alguien tose.
Alguien estornuda.
—Hola chicos soy Matt —la voz de Matt corta el silencio. El aclara su garganta. Unos pocos chicos miran, pero la mayoría están mirando sus uñas o el fuego. Unos pocos están susurrando a otros totalmente desinteresados en lo que Matt está a punto de decir.
—Supongo que voy de primero. Hace unos meses, regresaba a casa de un juego de futbol de la escuela, yo era el receptor. Habíamos derrotado a nuestro rival en su propio terreno y estaba más que feliz. Mientras regresábamos a la escuela,
estábamos bromeando. Me sentía bien. Muy bien —él miro hacia abajo—. Incluso invencible.
Algunos de los chicos aun están hablando entre ellos, sin dar una mierda por el pobre Matt abriendo su corazón .Matt ni siquiera parece notar que no están prestando atención, o tal vez no le importa.
—Despues que regresamos de la escuela y apilamos nuestros carros, en una parada. Un amigo mío estaba junto a mí. Yo acelere el motor, él acelero el suyo —él se detuvo—. Cuando la luz se torno verde, presione el pedal tan fuerte que lanzo mi cabeza hacia atrás. Fue una ráfaga, especialmente sabiendo que iba a dejar a mi amigo hecho polvo. Fue entonces cuando perdí el control del automóvil. No me acuerdo de mucho antes de estrellarme contra un árbol, y cuando desperté me encontré con que habían tenido que amputar mi brazo. El metal lo había aplastado destrozándolo y sin posibilidad de reparación.
Como si no fuera suficiente, Matt se saca la camisa, ahora que tiene atención. Unos pocos chicos jadearon, algunos se encogen y algunos miran. Su pecho está lleno de cicatrices y menos de diez pulgadas de su brazo izquierdo. Él vuelve a sentarse.
—No me siento tan invencible ahora. Perdí cualquier chance de una beca universitaria y…y… —él seca sus ojos—. Nunca seré capaz de atrapar un balón de nuevo —él mira de nuevo hacia arriba, luciendo desafiante—. Traten de ponerse los pantalones usando una mano. Solo por un día, traten de hacer esa simple tarea con una mano. Puedo decirles ahora que no es fácil cuando tienes una mano. Si quieren la bendita verdad, apesta, desearía retroceder el tiempo, pero no puedo. Tome una estúpida decisión porque pensé que era invencible y lo pague por el resto de mi vida.
Él suspira y sostiene su cabeza.
Bien, eso fue un bajón. Maldición por lo mucho había pensado que íbamos a asar malvaviscos y hacer algo más parecido a una fogata.
Mi mirada va a Miley. Nuestras miradas se encuentran por un segundo, pero luego ella rompió la mirada rápidamente y se enfoco en el suelo. Cuando ella mira de nuevo, ella dice a través del tenso silencio
—Soy Mileycasi dos años atras fui golpeada por un carro…
Cuando ella se levanta ella enfoca su acusatoria mirada en mi. ¿Va a renunciar decir que fui yo el convicto que la golpeo? No fui el único que lo hizo, pero ella no sabe que estoy guardando ese secreto, o incluso peor ¿Espera que me levante y diga que la arrolle mientras conducía ebrio? Me ahogo en la mentira.
Maldición no puedo lidiar con esto.
No ahora.
Antes que ella pueda decir otra palabra, me levanto y me dirijo a la cabina.
—Nick, regresa aquí —Damon sisea.
Lo ignoro y sigo caminando

jueves, 30 de abril de 2015

Forever & Always - Cap 02

Miro mi barra de proteína caer en el asfalto en cámara lenta, y la mordida en mi boca sabe a polvo. ¿Qué está haciendo Nick aquí? ¿Dónde ha estado los últimos ocho meses? Él dejó la ciudad sin dejar rastro después de nuestra breve y loca relación.
¿Por qué no trató de buscarme, o al menos darme una señal de que estaba vivo?
Tiene los mismos ojos azules, el mismo rostro cincelado, y los mismos músculos magros asomándose de su camiseta.
Él es real, y vivo, y camina directo hacia mí.
No puedo mirar hacia otro lado, a pesar de que ansío hacerlo.
Deja escapar un suspiro lento y dice: —Esto es un poco incómodo, huh — su voz suena familiar pero diferente. Tiene algo que no estaba allí la última vez que nos vimos
—Sí — me las arreglo para dejar salir un chillido—. Uhm…
—¿Cómo has estado?
No puedo responder a esa pregunta. Es demasiado falso. Si a él le importara cómo he estado, habría encontrado una manera de verme o hablar conmigo. Me dejó antes de Navidad, antes de Año Nuevo, antes del día de San Valentín, antes de mi cumpleaños, antes del baile de último curso y antes de la graduación. Antes de que me dieran la noticia de que tendría una cojera permanente por el resto de mi vida sin ninguna esperanza de una completa recuperación.
—¿Qué estás haciendo aquí?
Se encoge de hombros. —Me estaba preguntando eso mismo esta mañana.
Uno de los otros chicos se para al lado de nosotros, tiene el pelo largo y rizado y le cae en la cara, y se echa un gas. Lo peor es que hace un gran show de gemir y empujar hacia afuera, como un niño pequeño.
—Hombre, ¿te importa? —pregunta Nick.
—¿Qué? —dice el chico, impávido—. Tenía que dejarlo salir.
—Pues déjalo salir cuando estés solo, hombre. No seas un maldito imbécil.
—¿Quién eres, el poli de la flatulencia? —dice el chico, dando un paso hacia Nick. Nick se alza en lo alto, como si hubiera estado en muchas peleas y no tiene miedo de añadir otra a su cuenta.
Esto es irreal. No puedo sentir los dedos de mis pies porque estoy en shock, y Nick y este chico van a empezar una pelea por… ¿gases?
—Tranquilos, chicos —brama una voz áspera. Un tipo negro y alto con un portapapeles apuntándome—. Miley, ¿Puedo hablar contigo un momento? En privado —él señala a Nick—. Contigo también, Jonas. Ahora.
Sigo al tipo fuera de la furgoneta, consciente de que Nick está siguiéndome muy de cerca. Estoy tentada en dar la vuelta y exigirle saber dónde ha estado, pero ni siquiera sé si podría pronunciar las palabras.
El tipo se detiene en una mesa de picnic y deja caer su portapapeles sobre ésta. Se presenta como Damon Manning, el líder Senior y acompañante de nuestro grupo, luego luce dolido mientras dice: —Obviamente, ustedes dos no pueden estar en este viaje juntos. Miley, no tenía idea de que mi ayudante te pondría como reemplazo después de que Heather lo abandonara.
—Yo lo abandonaré —ofrece Nick con entusiasmo.
—El infierno si lo harás, Jonas. No tienes más remedio que hacer esto.
Eso significa que Damon espera que yo lo abandone. Si fuera la vieja Miley, la que tenía miedo del menor conflicto o confrontación, lo abandonaría en un santiamén. Pero soy más fuerte ahora, y no doy marcha atrás por nada. Incluso Nick.
Me giro hacia Damon con determinación. —No lo dejaré.
—Miley, lo siento pero no va a funcionar con ustedes dos…
—No me voy —interrumpo.
Damon se frota una mano sobre su cabeza calva y suspira. Puedo decir que está vacilando… por lo menos un poco. ¿Qué puedo decir para convencerlo de que no tengo que dejar el viaje solo porque Nick pasa a ser parte de él? La verdad es que estar con Nick será un reto—uno grande que no había esperado. Pero decido que voy a probarme a mí misma y a él que he seguido adelante.
No dejo que el pasado dicte mi vida nunca más. Los dos tenemos dieciocho ahora, ambos somos considerados adultos a los ojos de la ley.
—Esta es una mala idea —Damon repica—. Una mala idea de verdad.
—¿Puedo hablar con Nick a solas? —le pregunto.
Damon mira de mí a Nick. —Bien. Tienes cinco minutos.
Cuando Damon se aleja, trago con fuerza y me fuerzo a hacerle frente a Nick. Se ve cansado, pero al mismo tiempo una fuerza feroz irradia de él.
Yo solía pensar que él era todo lo que quería y necesitaba. Si tuviera a Nick Jonas a mi lado, mi vida estaría bien.
Y así fue, por un tiempo al menos.
—Han pasado ocho meses —digo en voz baja. Pensando en lo mucho que lo había extrañado estuve a punto de llorar. Parpadeo y rezo porque mis lágrimas no caigan. No ahora, cuando tengo que permanecer fuerte. Digo algo, cualquier cosa, así no las dejo caer—. Te perdiste la graduación.
—Me perdí de muchas cosas —dice, luego lentamente comienza a extender las manos antes de meterlas en los bolsillos.
Sé que probablemente luzco patética. Me siento patética. Pero estoy harta de sentir lástima de mí misma. He tenido que superarlo. Me he vuelto más fuerte cada día. No puedo ser absorbida de nuevo en la telenovela de la vida de Nick. No voy a dejar que eso suceda.
Miro a la enorme furgoneta blanca que se supone que nos llevará a un viaje de cuatro semanas juntos. Vamos a compartir nuestras historias públicamente, con la esperanza de prevenir que otros sufran lo que nos pasó. Me muerdo el labio por la ironía. ¿Cómo podemos hacer eso, cuando la verdad de Nick y el accidente todavía están enterrados?
Pateo algunos guijarros sueltos de alquitrán en el asfalto. —Él dijo que no tenías más remedio que ir en este viaje. ¿Por qué?
Con los brazos cruzados, Nick se apoya contra la mesa de picnic y suspira. —Bien, este es el asunto. Gran sorpresa: me metí en problemas otra vez. Es este programa, o voy a la cárcel. La pelota está en tu tejado, Miley. Quieres que me marche, lo haré. Asumiré las consecuencias.
Lo último que quiero es que Nick esté de nuevo en la cárcel. Tengo miedo de preguntar por los detalles sobre cómo se metió en problemas, así que no lo hago. Si él quiere decirme, lo hará. Pero sé que no lo hará porque no sabe cómo confiar en alguien, menos en mí. Yo podría haber sido una parte de su vida una vez, pero ahora no lo soy. Soy una extraña para él, y él es un extraño para mí.
—Son solo cuatro semanas —le digo—. Creo que podemos manejarlo.
—Cuatro semanas atrapados en una furgoneta juntos, y entonces nunca tendrás que verme de nuevo.
Cierro mis ojos cuando él dice eso. No debería desaparecer de nuevo. Su hermana lo necesita, y su madre lucha todos los días contra su adicción a las drogas prescritas. —Después del viaje, deberías volver a Tennessee.
—No va a pasar, así que mantén ese pensamiento fuera de tu cabeza.
Olvidando mi tristeza y mi acopio de coraje, me quedo de pie mirándolo a los ojos. —¿Sabes lo que pienso?
—¿Qué?
—Creo que el duro y estoico Nick Jonas toma el camino más fácil —ahí está, lo dije.
—Mi vida es un montón de cosas, Miley, pero fácil no es una de ellas —dice. Se aclara la garganta—. Y si piensas que estás viendo ahora mismo todo fácil por mí, supongo que otra vez… —su voz se apaga.
—Tal vez este fue el destino que nos da una segunda oportunidad para decir adiós. Ya sabes, antes de que ambos vayamos por caminos separados de nuevo.
—Eso debe ser —dice con sarcasmo—. ¿Así que estás absolutamente tranquila con que suceda este viaje juntos?
Me aclaro la garganta y miro hacia la furgoneta.
—Estoy bien con eso, siempre y cuando tú lo estés.
Se levanta de la mesa, se aleja de mí y se dirige a Damon. Hablan por un segundo, luego Nick lanza su mochila en la parte posterior de la furgoneta y se sube en el interior.
—Nick dijo que lo resolviste todo —me dijo Damon cuando subo a la furgoneta.
—Son solo cuatro semanas. Estará bien.
Damon parece tan convencido como me siento, pero le aseguro que el pasado está detrás de nosotros y vamos a ir más allá de él. Realmente espero no estar mintiéndome a mí misma.
En la furgoneta, las dos chicas que conocí esta mañana están sentadas en el asiento delantero. La chica llamada Erin tiene un piercing en la nariz y en los labios y tatuajes subiendo y bajando sobre su brazo desnudo. Está leyendo un libro mientras se apoya contra la ventana.
La otra chica, Trish, tiene el cabello largo y rubio muy brillante y, definitivamente, podría pasar por una de las porristas populares de Tennessee. Tiene maquillaje oscuro en los ojos y lleva lápiz labial de color rosa claro. Se ve bien en ella. A propósito incluso evito mirar la silla trasera, no voy a buscar dónde está sentado, así que me deslizo al lado de Matt en la silla central. Conozco a Matt de terapia física, ya que sus citas usualmente son después de las mías en las noches de miércoles. Matt perdió tres cuartas partes de su brazo izquierdo, y su brazo derecho está cicatrizado, pero no estoy segura de qué le sucedió exactamente. Estoy segura de que voy a averiguarlo al compartir nuestras historias.
Matt me da una sonrisa amable pero reservada. —No sabía que estarías aquí —dice.
—Fue algo de último minuto —le digo, mirando a Trish y a Erin en el asiento delante de nosotros y preguntándome si Nick decidirá abandonar el viaje en el último segundo. Parte de mí quiere que se vaya, pero la otra quiere que se quede y así puedo probarme a mí misma que verdaderamente estoy sobre él, que el dolor que quedó después de que se fue se ha ido.
Mi pulso se acelera cuando escucho a Nick moverse en su asiento detrás de nosotros. No es una buena señal que esté híper-consciente de cada uno de sus movimientos. Probablemente cuatro semanas sean una verdadera tortura—quizás incluso peor que el año de terapia física después del accidente.
No importa cómo me sentí cuando Nick me abandonó. En las semanas y los meses después de haber dejado la ciudad, recé porque volviera. Solía dejar mi luz encendida en la noche, así si volvía, él la vería como una señal de que lo estaba esperando.
Vivía al lado, así que me quedaba mirando por la ventana durante horas y horas, esperando ver encendida la luz de su habitación. Mi fantasía era que él me diría que había cometido un gran error por dejar Paradise.
Pero nunca lo hizo.
Y al final, me di cuenta de que había confiado demasiado en él.
Damon se mete en el asiento del conductor y se da la vuelta. —Bueno, chicos, eso es todo. Nuestra primera parada es en un campamento de verano para adolescentes. Vamos a estar durmiendo en cabinas en su campamento esta noche, y ustedes esperarán a compartir sus historias con ellos. Mañana continuaremos hacia nuestra segunda parada. Pero ahora mismo, tomemos un segundo para que se presenten entre ustedes mientras esperamos a Lenny. Como todos saben, soy Damon Manning, y soy su acompañante.
—Soy Trish —dijo Trish, con un borde en su voz, que implica ―no hablar de mí a menos que yo quiera‖.
Erin no levanta la vista de su libro mientras dice en voz baja. —Soy Erin.
Matt se aclara la garganta. —Soy Matt.
—Soy Miley —digo, incapaz de resistir mirar a Nick.
Luce como si prefiriera ir a bucear en aguas infestadas de tiburones o pirañas que estar en esta furgoneta. Se queda mirando el piso alfombrado. —Soy Nick.
—Y yo soy Lenny —el chico del gas dice, casi saltando en la furgoneta y deslizándose en el lugar al lado de Nick.
Nick se estremece. —Hombre, si te echas otro voy a patearte el trasero.
—Nick, no amenaces a los otros miembros del grupo —ordena Damon desde el asiento delantero—. Lenny, vas a mantener esto libre de flatulencia por ahora, ¿bien?
Ahogo una risita nerviosa.
—Lo intentaré —dice Lenny, dándole a Damon un pulgar hacia arriba. Pero tan pronto como salimos del estacionamiento, oigo a Lenny decir a Nick —. ¿Quieres tirar de mi dedo?
Tengo que mirar. En lugar de apartar los dedos de Lenny de su cara, o mejor aún, ignorarlo, Nick agarra el dedo de Lenny y lo dobla hacia atrás.
—Basta —le digo a Nick mientras Lenny hace una mueca de dolor y trata de arrebatar su mano libre—. ¡Le estás haciendo daño!
¿Qué sucedía con Nick para hacerlo arremeter con tanta rapidez?
Nick suelta el dedo de Lenny. Éste le lanza a Nick una mirada que dice que va a tomar represalias después, luego se pasa hasta el otro lado del asiento.
—Tú te lo buscaste —dice Nick con aire de suficiencia mientras Lenny examina su dedo magullado.
—Te voy a demandar si tengo un esguince —Lenny le advierte—. Toco la guitarra, hombre.
Nick sonríe, entonces me mira meneando la cabeza. —¿Qué?
—Nada —digo.
Me giro de nuevo. No voy a mirar a Nick otra vez. No hasta que tenga que hacerlo, por lo menos.
A mi lado, Matt saca su móvil y empieza a enviar mensajes de texto con su única mano. Su palma mece el móvil mientras su pulgar teclea. No puedo imaginar que sea fácil para él, pero parece estar manejándolo muy bien.
Me inclino hacia adelante, pongo mis manos en el asiento delantero. Haré una pequeña conversación con Trish y Erin. Cualquier cosa es mejor que preguntar sobre Nick, y porque vamos a estar viviendo en lugares cerrados por el mes que viene, tengo que hacer migas con estas chicas. Pero me doy cuenta, muy rápido, que no quieren charlar. Trish se pone los auriculares en sus orejas y levanta la sudadera con capucha para ocultar su rostro. Erin está tan absorta en su libro que no estoy segura de que sepa sobre la vida real que pasa a su alrededor.
Vuelvo a caer en mi asiento y miro por la ventana. Los campos de maíz y las granjas que esboza el paisaje de Illinois son borrosos.
—Tú, Matt —dice Nick.
—¿Si?
—Cambia de asiento conmigo.