Tras las palabras de Nick, cruzo mis brazos sobre mi pecho para prevenir que siga mirando. —Eres desagradable —susurro, esperando que nadie más haya escuchado su comentario de mal gusto.
—Gracias —responde él.
Me meto bajo mis cobijas, negándome a mirar en dirección a Nick. —Por mi puedes desangrarte.
—¿Quieres tu toalla de regreso? —pregunta él, con su actitud engreída a toda máquina. ¿Por qué hace eso? Durante un minuto me siento como si estuviera siendo de nuevo su verdadero yo, el Nick que una vez conocí, y al siguiente está actuando como el chico que quiere que todos crean que es.
—No.
—Ustedes dos, ¿podrían dejar de coquetear? —interrumpe Trish—. O bien admitan que se gustan o se van a la cama. O las dos.
—El no me gusta —declaro yo.
—Pero solía hacerlo —escucho murmurar suavemente a Nick desde su cama al lado mío.
—Historia antigua. ¿Acaso no te dije que ya lo superé? —susurro en respuesta.
—Duérmete ya, Miley—dice bruscamente Nick—. Te estás volviendo repetitiva.
Le doy la espalda. ¿Y qué pasa si sigo insistiendo en que lo nuestro se acabo? Es la verdad. Si soy completamente honesta, supongo que una parte de mi aún desea que las cosas volvieran a ser como fueron cuando estuvimos juntos. Pero ahora sé que él es
la última persona que necesito en mi vida y es bastante obvio que Nick y yo estamos de acuerdo en ese tema. El ha estado tratando de alejarme diciendo cosas hirientes, y está haciendo un gran trabajo.
Cuando mi cuerpo finalmente se relaja y siento que me estoy quedando dormida, Trish comienza a roncar de nuevo. Miro a Nick. Él yace sobre su espalda, envuelto en una sábana desgastada, con sus brazos doblados debajo de su cabeza. Obviamente no está dormido. Como si sintiera mi mirada sobre él, se gira hacia mí. Los camarotes no están muy lejos el uno del otro, y si estirara mi mano podría tocar su hombro desnudo. Él suspira suavemente y sacude su cabeza, entonces mira hacia el otro lado. Yo me giro y me enfoco en los sonidos que hace el colchón que está sobre mí, preguntándome como llegue hasta aquí. Cuando recibí la llamada de mi terapeuta físico preguntando si quería hacer parte de este programa, realmente sentí que era mi oportunidad de cerrar este capítulo de mi vida. Pensé que si podía compartir mi experiencia con otros, en lugar de mantener todos mis sentimientos acumulados dentro de mí, podría hacer el accidente parte de mi pasado y ser capaz de mirar hacia el futuro.
Desearía que Nick se sintiera de la misma forma y pudiera dejar el feo pasado atrás. Para ser honesta no creo que él pueda llegar a superarlo hasta que admita la verdad.
La verdad.
Él no tiene ni idea de que yo sé que no fue él quien me atropello con aquel auto. He estado ansiosa por decirle que se la verdad.
Pero no puedo. Obviamente, él sigue manteniendo el engaño por una razón.
Me obligo a quedarme dormida y a olvidarme de que Nick está al lado mío.
En la mañana, cuando estoy regresando del baño, por el camino de gravilla que conduce a nuestra cabaña, encuentro a Lenny durmiendo profundamente sobre un pasto. Él está roncando tan fuerte que el sonido hace eco por todo el campamento. Suprimo una risa. Él definitivamente podría competir con Trish con sus ronquidos.
Damon está esperando adentro de la cabaña. —¿Podría alguien decirme porque está Lenny durmiendo afuera en lugar de aquí adentro? —exige el.
—¿Por qué quería dormir con sus familiares? —dice Trish, encogiéndose de hombros.
Damon no parece muy feliz. —No es gracioso. Su cara ya parece un tomate gracias al sol de la mañana brillando directamente sobre él y tiene una tonelada de picaduras de mosquitos. Alguien vaya a despertarlo. Ahora.
—Yo me encargo —dice Nick.
—Yo voy contigo —ofrece Matt y los dos chicos dejan la cabaña.
Cuando los tres chicos regresan a la cabaña unos minutos después, le doy una buena mirada a Lenny y mi boca cae abierta. No me había dado cuenta cuando pase a su lado esta mañana. Damon tiene razón. Lac ara de Lenny está roja y totalmente quemada por el sol. Las picaduras de mosquito están regadas por todo su cuerpo y cara.
Lenny señala a cada uno de nosotros, y dice, con un tono de advertencia: —No. Digan. Nada.
—¿Qué demonios te paso a ti? —pregunta Damon cuando ve la sangre, ahora coagulada en la mano de Nick. Damon está totalmente confundido.
—Una de las camas casi se cae anoche —interrumpe Erin—. Nick la pudo detener antes de que cayera sobre Miley y sobre mí.
Creo que el resto de nosotros estamos sorprendidos al escuchar hablar a Erin. Ella ha estado siempre tan callada.
—Lenny empujó la cama —dice Trish—. A propósito.
Lenny mira con desprecio a Trish. —¿Sabes lo que le pasa a los soplones en la cárcel?
—Lenny, no pienso tolerar ninguna amenaza, así que déjala tranquila. Acompáñame a la enfermería. Nick, tu también. Quiero que te revisen la mano. El resto de ustedes, carguen todo en la van y vayan a desayunar. El comedor es el edificio grande al lado de la oficina principal.
Cuando todos estamos listos, Damon, Lenny y Nick se dirigen a la enfermería mientras el resto de nosotros seguimos instrucciones. El salón comedor es un edificio enorme con filas de mesas de picnic. Al final del salón, los adolescentes hacen fila con bandejas en sus manos para escoger su comida.
—Así que, ¿Cuál es la verdadera historia contigo y Nick? —me pregunta Matt cuando nos unimos a la fila.
Me pregunto qué tanto debería revelar. —Es algo súper complicado.
Tomo un cartón de lechey miro a Matt. —¿Necesitas que te ayude? —le pregunto cuándo levanta una bandeja y la acomoda sobre su brazo.
—Estoy bien —dice él.
Realmente admiro a Matt por eso.
Lo observo llevar firmemente su bandeja con su brazo funcional, mientras escogemos nuestros desayunos y nos dirigimos a una de las mesas para comer.
—Bonita forma de evitar la pregunta sobre Nick, Miley.
—No la estoy evitando —le digo.
Él levanta una ceja, obviamente poco convencido.
Trish y Erin se sientan frente a nosotros. ¿Qué debería decir? ¿Qué tanto debería contarle a Matt? Este viaje supuestamente se trata de no contener nada y dejarlo salir todo. Nick no ha sido honesto conmigo ni con nadie más… y siento que eso se lo está comiendo por dentro. No pienso dejar que eso me pase a mí.
Me giro hacia Matt. —Nick y yo tuvimos una relación después de que el salió de la cárcel de menores.
—Wow.
Observo la expresión de Matt cambiar de la sorpresa a la curiosidad. El accidente y las consecuencias de este me unieron a Nick para siempre, nos guste o no. Pero Matt no conoce la historia completa. Ni siquiera Damon, el mismo que se supone sabe todo a cerca de cada uno de los participantes de este programa, conoce la historia completa.
—¿Por qué estuvo en la cárcel? —pregunta Matt.
—Uhm… —me tomo un segundo para pensar que responder, como ponerlo en palabras.
—Díselo Miley—dice Nick, metiendo su cabeza entre nosotros—. Cuéntaselo todo.
Antes de que pueda siquiera responder, Nick explota: —Fue por atropellar a Miley mientras conducía borracho.
La boca de Matt está abierta por la sorpresa. —Santa mierda. ¿De verdad?
—De verdad. ¿Cierto Miley? —Nick me lanza una mirada sombría, como si lo hubiera traicionado.
—¿Por qué no se lo contamos a todos en este lugar?
No.
—Vamos Miley. Se aventurera.
—No estás hablando en serio —digo yo.
Él aclara su garganta. —Obsérvame.
Nick
En realidad no iba a decirle a todo el mundo en este maldito lugar que había ido a la prisión juvenil, pero ver a Miley en esta actitud de vamos-a-compartir-absolutamente-todo me molesto. Este programa de Re-Comenzar es un montón de mierda. Ellos creen que hablar acerca del accidente milagrosamente lo arreglara todo. Tengo noticias para Damon y todos los otros involucrados. Nada arreglara mi vida de mierda. Nada podrá borrar los últimos dos años. Nada cambiara el hecho de que no me quedan ni amigos ni familia. Solo estoy viviendo… sobreviviendo, en realidad.
Encontrar a Miley en una intensa conversación con Matt me hizo querer agarrar la camisa del tipo y comenzar una pelea con él. El tipo es genial, a diferencia de Lenny, pero cuando me acerque más y encontré a Miley confiando en él, mis venas se encendieron. Escanee la habitación y mire un megáfono cerca de la puerta frontal.
—Nick, no —dijo Miley.
La ignore mientras cruzaba el cuarto y recogía el megáfono. Apreté el botón de la sirena. Un odiosamente alto, penetrante grito hizo eco a través del edificio—algo bueno, porque todo el mundo inmediatamente tenía su atención concentrada en mí.
Lleve el megáfono a mis labios. —Tengo algo que decir —me agache hacia la boquilla.
Damon está parado en la línea con una bandeja llena de comida. Espero que él corra hacia a mí y me quite el megáfono de las manos, pero no lo hace. En lugar de eso, baja su bandeja y me asiente para que continúe.
—Maneje a casa borracho desde una fiesta de secundaria —dije, mi voz sonando extraña para mi mientras las palabras volaban a través del megáfono—. Choque con una chica, y la deje yaciendo en la calle sin saber si estaba muerta o viva. Yo era un atleta, un chico que probablemente conseguiría una beca de lucha para la universidad y no quería arruinar eso. Así que la deje. Al final, estaba atrapado y fui a la cárcel por un año.
Apreté de nuevo el botón del sonido. El lugar esta silencioso. Puedo imaginar cómo debo lucir… el genial chico atleta de secundaria quien lo arruino y ahora esta gimoteando acerca de ello. Nadie se va a apenar por mí, no es que lo quiera o lo espere.
Cuando levante la vista para ver a Miley, ella está sacudiendo su cabeza y dándome la espalda. Ella me está bloqueando de nuevo, pero no me importa.
Apreté el botón de hablar de nuevo. —Cuando salí de la cárcel, me involucre con mi víctima.
Más que unos pocos adolescentes en el cuarto abrieron mucho los ojos con esta nueva pieza de información. Ellos están susurrando en shock y señalándome.
—Nos besamos, tonteamos por ahí… ella me coló en su casa y dormimos juntos. La gente me advirtió que no me involucrara con ella, pero lo hice. El peor error de mi vida.
Por la esquina de mi ojo, observe como Miley se deslizaba del banco y se dirigía hacia las puertas giratorias. El bueno de Matt la siguió.
—¡Miley! —dije a través del megáfono. Ella retrocede y se detiene en su marcha—. ¿Quieres añadir algo? Me salte la parte de cuando estábamos en el mirador de la Sra. Reynolds.
Seguí a Miley, quien piensa que hablar es mejor que mantener la boca cerrada. Espero haberla hecho cambiado de parecer, y ella se dé cuenta que vivir en La-La-Land es mejor que enfrentar la realidad.
—Esa es la chica de la que estoy hablando —dije, señalándola.
—Cállate, Nick—ella sisea.
Le sostuve el megáfono. —La verdad duele, ¿Huh?
—Gracias —responde él.
Me meto bajo mis cobijas, negándome a mirar en dirección a Nick. —Por mi puedes desangrarte.
—¿Quieres tu toalla de regreso? —pregunta él, con su actitud engreída a toda máquina. ¿Por qué hace eso? Durante un minuto me siento como si estuviera siendo de nuevo su verdadero yo, el Nick que una vez conocí, y al siguiente está actuando como el chico que quiere que todos crean que es.
—No.
—Ustedes dos, ¿podrían dejar de coquetear? —interrumpe Trish—. O bien admitan que se gustan o se van a la cama. O las dos.
—El no me gusta —declaro yo.
—Pero solía hacerlo —escucho murmurar suavemente a Nick desde su cama al lado mío.
—Historia antigua. ¿Acaso no te dije que ya lo superé? —susurro en respuesta.
—Duérmete ya, Miley—dice bruscamente Nick—. Te estás volviendo repetitiva.
Le doy la espalda. ¿Y qué pasa si sigo insistiendo en que lo nuestro se acabo? Es la verdad. Si soy completamente honesta, supongo que una parte de mi aún desea que las cosas volvieran a ser como fueron cuando estuvimos juntos. Pero ahora sé que él es
la última persona que necesito en mi vida y es bastante obvio que Nick y yo estamos de acuerdo en ese tema. El ha estado tratando de alejarme diciendo cosas hirientes, y está haciendo un gran trabajo.
Cuando mi cuerpo finalmente se relaja y siento que me estoy quedando dormida, Trish comienza a roncar de nuevo. Miro a Nick. Él yace sobre su espalda, envuelto en una sábana desgastada, con sus brazos doblados debajo de su cabeza. Obviamente no está dormido. Como si sintiera mi mirada sobre él, se gira hacia mí. Los camarotes no están muy lejos el uno del otro, y si estirara mi mano podría tocar su hombro desnudo. Él suspira suavemente y sacude su cabeza, entonces mira hacia el otro lado. Yo me giro y me enfoco en los sonidos que hace el colchón que está sobre mí, preguntándome como llegue hasta aquí. Cuando recibí la llamada de mi terapeuta físico preguntando si quería hacer parte de este programa, realmente sentí que era mi oportunidad de cerrar este capítulo de mi vida. Pensé que si podía compartir mi experiencia con otros, en lugar de mantener todos mis sentimientos acumulados dentro de mí, podría hacer el accidente parte de mi pasado y ser capaz de mirar hacia el futuro.
Desearía que Nick se sintiera de la misma forma y pudiera dejar el feo pasado atrás. Para ser honesta no creo que él pueda llegar a superarlo hasta que admita la verdad.
La verdad.
Él no tiene ni idea de que yo sé que no fue él quien me atropello con aquel auto. He estado ansiosa por decirle que se la verdad.
Pero no puedo. Obviamente, él sigue manteniendo el engaño por una razón.
Me obligo a quedarme dormida y a olvidarme de que Nick está al lado mío.
En la mañana, cuando estoy regresando del baño, por el camino de gravilla que conduce a nuestra cabaña, encuentro a Lenny durmiendo profundamente sobre un pasto. Él está roncando tan fuerte que el sonido hace eco por todo el campamento. Suprimo una risa. Él definitivamente podría competir con Trish con sus ronquidos.
Damon está esperando adentro de la cabaña. —¿Podría alguien decirme porque está Lenny durmiendo afuera en lugar de aquí adentro? —exige el.
—¿Por qué quería dormir con sus familiares? —dice Trish, encogiéndose de hombros.
Damon no parece muy feliz. —No es gracioso. Su cara ya parece un tomate gracias al sol de la mañana brillando directamente sobre él y tiene una tonelada de picaduras de mosquitos. Alguien vaya a despertarlo. Ahora.
—Yo me encargo —dice Nick.
—Yo voy contigo —ofrece Matt y los dos chicos dejan la cabaña.
Cuando los tres chicos regresan a la cabaña unos minutos después, le doy una buena mirada a Lenny y mi boca cae abierta. No me había dado cuenta cuando pase a su lado esta mañana. Damon tiene razón. Lac ara de Lenny está roja y totalmente quemada por el sol. Las picaduras de mosquito están regadas por todo su cuerpo y cara.
Lenny señala a cada uno de nosotros, y dice, con un tono de advertencia: —No. Digan. Nada.
—¿Qué demonios te paso a ti? —pregunta Damon cuando ve la sangre, ahora coagulada en la mano de Nick. Damon está totalmente confundido.
—Una de las camas casi se cae anoche —interrumpe Erin—. Nick la pudo detener antes de que cayera sobre Miley y sobre mí.
Creo que el resto de nosotros estamos sorprendidos al escuchar hablar a Erin. Ella ha estado siempre tan callada.
—Lenny empujó la cama —dice Trish—. A propósito.
Lenny mira con desprecio a Trish. —¿Sabes lo que le pasa a los soplones en la cárcel?
—Lenny, no pienso tolerar ninguna amenaza, así que déjala tranquila. Acompáñame a la enfermería. Nick, tu también. Quiero que te revisen la mano. El resto de ustedes, carguen todo en la van y vayan a desayunar. El comedor es el edificio grande al lado de la oficina principal.
Cuando todos estamos listos, Damon, Lenny y Nick se dirigen a la enfermería mientras el resto de nosotros seguimos instrucciones. El salón comedor es un edificio enorme con filas de mesas de picnic. Al final del salón, los adolescentes hacen fila con bandejas en sus manos para escoger su comida.
—Así que, ¿Cuál es la verdadera historia contigo y Nick? —me pregunta Matt cuando nos unimos a la fila.
Me pregunto qué tanto debería revelar. —Es algo súper complicado.
Tomo un cartón de lechey miro a Matt. —¿Necesitas que te ayude? —le pregunto cuándo levanta una bandeja y la acomoda sobre su brazo.
—Estoy bien —dice él.
Realmente admiro a Matt por eso.
Lo observo llevar firmemente su bandeja con su brazo funcional, mientras escogemos nuestros desayunos y nos dirigimos a una de las mesas para comer.
—Bonita forma de evitar la pregunta sobre Nick, Miley.
—No la estoy evitando —le digo.
Él levanta una ceja, obviamente poco convencido.
Trish y Erin se sientan frente a nosotros. ¿Qué debería decir? ¿Qué tanto debería contarle a Matt? Este viaje supuestamente se trata de no contener nada y dejarlo salir todo. Nick no ha sido honesto conmigo ni con nadie más… y siento que eso se lo está comiendo por dentro. No pienso dejar que eso me pase a mí.
Me giro hacia Matt. —Nick y yo tuvimos una relación después de que el salió de la cárcel de menores.
—Wow.
Observo la expresión de Matt cambiar de la sorpresa a la curiosidad. El accidente y las consecuencias de este me unieron a Nick para siempre, nos guste o no. Pero Matt no conoce la historia completa. Ni siquiera Damon, el mismo que se supone sabe todo a cerca de cada uno de los participantes de este programa, conoce la historia completa.
—¿Por qué estuvo en la cárcel? —pregunta Matt.
—Uhm… —me tomo un segundo para pensar que responder, como ponerlo en palabras.
—Díselo Miley—dice Nick, metiendo su cabeza entre nosotros—. Cuéntaselo todo.
Antes de que pueda siquiera responder, Nick explota: —Fue por atropellar a Miley mientras conducía borracho.
La boca de Matt está abierta por la sorpresa. —Santa mierda. ¿De verdad?
—De verdad. ¿Cierto Miley? —Nick me lanza una mirada sombría, como si lo hubiera traicionado.
—¿Por qué no se lo contamos a todos en este lugar?
No.
—Vamos Miley. Se aventurera.
—No estás hablando en serio —digo yo.
Él aclara su garganta. —Obsérvame.
Nick
En realidad no iba a decirle a todo el mundo en este maldito lugar que había ido a la prisión juvenil, pero ver a Miley en esta actitud de vamos-a-compartir-absolutamente-todo me molesto. Este programa de Re-Comenzar es un montón de mierda. Ellos creen que hablar acerca del accidente milagrosamente lo arreglara todo. Tengo noticias para Damon y todos los otros involucrados. Nada arreglara mi vida de mierda. Nada podrá borrar los últimos dos años. Nada cambiara el hecho de que no me quedan ni amigos ni familia. Solo estoy viviendo… sobreviviendo, en realidad.
Encontrar a Miley en una intensa conversación con Matt me hizo querer agarrar la camisa del tipo y comenzar una pelea con él. El tipo es genial, a diferencia de Lenny, pero cuando me acerque más y encontré a Miley confiando en él, mis venas se encendieron. Escanee la habitación y mire un megáfono cerca de la puerta frontal.
—Nick, no —dijo Miley.
La ignore mientras cruzaba el cuarto y recogía el megáfono. Apreté el botón de la sirena. Un odiosamente alto, penetrante grito hizo eco a través del edificio—algo bueno, porque todo el mundo inmediatamente tenía su atención concentrada en mí.
Lleve el megáfono a mis labios. —Tengo algo que decir —me agache hacia la boquilla.
Damon está parado en la línea con una bandeja llena de comida. Espero que él corra hacia a mí y me quite el megáfono de las manos, pero no lo hace. En lugar de eso, baja su bandeja y me asiente para que continúe.
—Maneje a casa borracho desde una fiesta de secundaria —dije, mi voz sonando extraña para mi mientras las palabras volaban a través del megáfono—. Choque con una chica, y la deje yaciendo en la calle sin saber si estaba muerta o viva. Yo era un atleta, un chico que probablemente conseguiría una beca de lucha para la universidad y no quería arruinar eso. Así que la deje. Al final, estaba atrapado y fui a la cárcel por un año.
Apreté de nuevo el botón del sonido. El lugar esta silencioso. Puedo imaginar cómo debo lucir… el genial chico atleta de secundaria quien lo arruino y ahora esta gimoteando acerca de ello. Nadie se va a apenar por mí, no es que lo quiera o lo espere.
Cuando levante la vista para ver a Miley, ella está sacudiendo su cabeza y dándome la espalda. Ella me está bloqueando de nuevo, pero no me importa.
Apreté el botón de hablar de nuevo. —Cuando salí de la cárcel, me involucre con mi víctima.
Más que unos pocos adolescentes en el cuarto abrieron mucho los ojos con esta nueva pieza de información. Ellos están susurrando en shock y señalándome.
—Nos besamos, tonteamos por ahí… ella me coló en su casa y dormimos juntos. La gente me advirtió que no me involucrara con ella, pero lo hice. El peor error de mi vida.
Por la esquina de mi ojo, observe como Miley se deslizaba del banco y se dirigía hacia las puertas giratorias. El bueno de Matt la siguió.
—¡Miley! —dije a través del megáfono. Ella retrocede y se detiene en su marcha—. ¿Quieres añadir algo? Me salte la parte de cuando estábamos en el mirador de la Sra. Reynolds.
Seguí a Miley, quien piensa que hablar es mejor que mantener la boca cerrada. Espero haberla hecho cambiado de parecer, y ella se dé cuenta que vivir en La-La-Land es mejor que enfrentar la realidad.
—Esa es la chica de la que estoy hablando —dije, señalándola.
—Cállate, Nick—ella sisea.
Le sostuve el megáfono. —La verdad duele, ¿Huh?
Dios siguela me encanta no tardes tanto en actualizar
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