sábado, 14 de septiembre de 2013

My Beautiful Mistake- Niley- Cap 13


Miley no se quedó en el baño mucho tiempo. En realidad, no podía dejar el apartamento lo suficientemente rápido. Traté de no dejar que me afecte. Miley generalmente se volvía loca cada vez que algo serio ocurría. La puerta principal se cerró y el coche de Demi salió del estacionamiento. Una vez más, el apartamento parecía sofocante y demasiado vacío al mismo tiempo. Odiaba estar allí sin ella y me preguntaba que hubiera hecho antes de conocernos. Pasé por encima de una pequeña bolsa de plástico de la farmacia que recogí hace un par de días. Había subido algunas fotos de mí y Miley desde mi teléfono y pedí algunas impresiones. Las paredes blancas, finalmente tuvieron un poco de color. Justo cuando la última foto fue clavada en su lugar, Joe llamó a la puerta. 
—Oye, hombre.
— ¿Sí?
—Tenemos cosas que hacer.
—Lo sé. — Fuimos en coche hasta el apartamento de James, mayormente en silencio. Cuando llegamos, James abrió la puerta, con al menos dos docenas de globos. Las cuerdas largas de plata soplaron en su rostro, y las apartó, escupiendo algunas de los labios.
—Me preguntaba si ustedes habían cancelado. Gruver está trayendo la tarta y el licor. — Caminamos junto a él en la sala. Sus paredes no se veían muy diferente de la mías, pero su apartamento o bien estaba "totalmente amueblado" o consiguieron el sofá del Ejército de Salvación. James continuó—: Pedí a algunos redshirts que consigan algo de comida y los parlantes de puta madre de Mickey. Una de las chicas Sigma Cappa nos presta algunas luces, no te preocupes, no las invite. Le dije que era para una fiesta del próximo fin de semana. Deberíamos prepararla.
—Bueno —dijo Joe—. Demi se volvería una mierda salvaje si se presentara y nos encuentra aquí con un grupo de chicas de la hermandad.
James sonrió. —Las únicas chicas de aquí serán algunas los compañeras de clase de Miley y las novias de los chicos del equipo. Creo que a Miley le va a encantar.
Sonreí, viendo a James extendiendo los globos en el techo, dejando que las cuerdas cuelguen. —Yo también lo creo. ¿Joe?
— ¿Sí?
—No llames a Liam  hasta el último minuto. De esta manera, lo invitamos, pero si viene, al menos no va a estar aquí todo el tiempo.
—Lo tengo.
James toma aliento. — ¿Quieres ayudarme a mover muebles, Nick?
—Claro —le dije, siguiéndolo a la otra habitación. El comedor y la cocina eran una habitación, y las paredes ya estaban llenas de sillas. La barra tenía una hilera de vasos limpios de chupito y una botella sin abrir de Patrón.
Joe se detuvo, mirando la botella. —Esto no es para Miley, ¿verdad?
James sonrió, sus dientes blancos en contraste con su piel oliva oscura. —Uh... sí. Es una tradición. Si el equipo de fútbol está montándole una fiesta, ella tendrá que seguir el tratamiento del equipo.
—No puedes hacerla beber tantos tragos —dijo Joe—. Nick. Dile.
James levantó la mano. —No estoy haciéndole hacer nada. Para cada trago que beba, tendrá un billete de veinte. Es nuestro regalo para ella. —Su sonrisa se desvaneció cuando vio el ceño fruncido de Joe.
— ¿Tu regalo es la intoxicación por alcohol?
Asentí una vez. —Veremos si ella quiere tener un cumpleaños de tragos por veinte dólares, Joe. No hay nada malo en eso.
Trasladamos la mesa del comedor a un lado, y luego ayudamos a los redshirts a traer la comida y los altavoces. Una de las novias de los chicos comenzó a rociar ambientador de aire alrededor de la vivienda. — ¡Nikki! ¡Termina con esa mierda!
Ella puso la mano en la cintura. —Si ustedes no olieran tan mal, no tendría que hacerlo. ¡Diez chicos sudorosos en un apartamento empiezan a apestar bastante rápido! No quieres que ella esté caminando por aquí cuando huele como un vestuario, ¿verdad?
—Tienes razón —le dije—. Hablando de eso, tengo que volver y ducharme. Nos vemos en media hora. — Joe se secó la frente y asintió, sacando su celular de un bolsillo de los vaqueros y las llaves del otro.
Le escribió un mensaje rápido a Demi. En cuestión de segundos, su teléfono sonó. Sonrió. —Que me condenen. Están justo a tiempo. 
—Esa es una buena señal. — Nos precipitamos de regreso a nuestro apartamento. En quince minutos, me duché, me afeité y me vestí. Joe no se demoró mucho tiempo, pero me mantuve mirando mi reloj.
—Cálmate —dijo Joe, abotonándose la camisa a cuadros verdes—. Siguen estando de compras.
Un motor ruidoso se detuvo en frente, la puerta del coche se cerró de golpe, y luego pasos subieron los escalones de hierro fuera de nuestra puerta. La abrí, y sonreí. —Justo a tiempo.
Frankie sonrió, con una caja de tamaño mediano con agujeros en los costados y una tapa. —Él ha sido alimentado, bebió, hizo su mierda diaria. Debería estar bien por un tiempo.
—Eres increíble, Frank. Gracias. —Miré más allá de él para ver a mi padre sentado al volante de su camioneta. Saludó con la mano y le devolví el saludo.
Frankie abrió la tapa un poco y sonrió. —Sé bueno, hombrecito. Estoy seguro de que nos veremos de nuevo. — La cola del cachorro golpeó contra la caja, mientras sustituía la parte superior, y luego lo llevé dentro.
—Aw, hombre. ¿Por qué mi habitación? —preguntó Joe, gimiendo.
—En caso de que Pidge entre en la mía antes de que esté listo. —Saqué mi celular y marqué el número de Miley. El teléfono sonó una vez, y luego otra vez.
— ¿Hola?
— ¡Es la hora de la cena! ¿A dónde demonios han ido ustedes dos?
—Nuestras indulgencias eran mimarnos un poco. Tú y Joe sabían cómo comer antes de que saliéramos del departamento. Estoy segura de que puedes manejarlo.
—Bueno, no, joder. Nos preocupamos por ustedes, ya sabes.
—Estamos bien —dijo, con una sonrisa en su voz.
Demi habló en algún lugar cerca de Miley. —Dile que regresaremos en poco tiempo. Tengo que detenerme a recoger unas notas de Joe con James, y entonces iremos a casa.
— ¿La has escuchado? —preguntó Miley.
—Sí. Nos vemos luego, Pidge. — Colgué el teléfono y seguí rápidamente a Joe hacia el Charger. No estaba seguro de por qué, pero estaba nervioso.
— ¿Llamaste al imbécil?
Joe asintió, poniendo el coche en marcha. —Mientras estaba en la ducha.
— ¿Vendrá?
—Más tarde. Él no estaba contento por la poca antelación, pero cuando le recordé que era necesario debido a su boca jodidamente grande, no tuvo mucho que decir después de eso. —Sonreí. Liam siempre me ha molestado. Pero no invitarlo haría a Miley infeliz, así que tuve que ir en contra de mi mejor juicio y dejar que Joe lo llamara.
—No te emborraches y lo golpees —dijo Joe.
—No lo prometo. Estaciona allí, donde ella no lo vea —dije, indicando la parte de al lado. Corrimos alrededor de la esquina del apartamento de Joe, y golpeé. Estaba silencioso.
— ¡Somos nosotros! Abre. — La puerta se abrió, y Chris Jenks estaba en la puerta con una sonrisa tonta en la cara. Se balanceó hacia delante y atrás, ya borracho. Él era la única persona que me gustaba menos que Liam. Nadie podía probarlo, pero se rumorea que Jenks había puesto algo en la bebida de una chica una vez en una fiesta de fraternidad.
 La mayoría cree eso, puesto que era la única forma en que podía tener sexo. Nadie había podido probarlo, así que sólo traté de mantener un ojo sobre él. Lancé una mirada a Joe, que levantó las manos. Era evidente que él no era consciente que Jenks iba a estar allí. Eché un vistazo a mi reloj, y esperamos en la oscuridad con decenas de cuerdas de plata en nuestras caras. Todo el mundo estaba cerca, amontonados en la sala esperando por Miley, que el movimiento de una sola persona de todos nosotros nos inclinaría de un modo u otro hecho. Un par de golpes en la puerta nos hizo congelarnos. Esperaba que Demi entrara, pero no pasó nada. La gente susurraba mientras que otros los hacían callar. Otro golpe impulsó a James, y tomó varios pasos rápidos hacia la puerta, la abrió, revelando a Demi y Miley en la puerta.
— ¡FELIZ CUMPLEAÑOS! —gritaron todos al unísono. Los ojos de Miley se agrandaron, y luego sonrió, cubriendo rápidamente su boca. Demi la empujó hacia dentro, y todos se reunieron alrededor. Mientras hacía mi camino a Miley, la multitud se dividió. Se veía fenomenal, con un vestido gris y zapatos de tacón de color amarillo. Las palmas de mis manos ahuecaron cada lado de su rostro sonriente, y apreté los labios contra su frente.
—Feliz cumpleaños, Pigeon.
—Es hasta mañana —dijo, sonriendo a todo el mundo que nos rodeaba.
—Bueno, ya que podrías sospecharlo, decidimos hacer algunos cambios al último minuto y sorprenderte. ¿Sorprendida?
—Mucho.
Cheyne se precipitó para desearle un feliz cumpleaños y Demi dio un codazo a su lado. — ¡Qué bueno que tuviste que hacer algunas diligencias conmigo hoy, o te hubieras presentado desarreglada!
—Te ves grandiosa —le dije, mirándola fijamente. Grandiosa no era la palabra más poética que podría haber usado, pero no quería pasarme.
James se acercó a darle un abrazo de oso a Miley. —Y espero que sepas que Demi me contó la historia de James es espeluznante justo antes de llegar aquí
Demi echó a reír. —Funcionó, ¿no? — Miley sacudió la cabeza, sin dejar de sonreír y con los ojos abiertos de la sorpresa. Se inclinó al oído de Demiy le susurró algo, y luego Demi le susurró de vuelta. Iba a tener que preguntarle después de qué se trataba.
James subió el volumen de la música y todo el mundo gritó. — ¡Ven aquí, Miley! —dijo, caminando hacia la cocina. Cogió la botella de tequila en el bar, y se puso delante de los vasos de chupito alineados en el mostrador—. Feliz cumpleaños de parte del equipo de fútbol, pequeña. —Sonrió, llenando cada vaso de Petron—. Esta es la manera en que nosotros hacemos los cumpleaños: Cumplirás veinte, tienes veinte tragos. Puedes beber todo o no terminarlo, pero mientras más bebas, más de estos consigues —dijo, desplegándose un puñado de billetes de veinte.
— ¡Oh, Dios mío! —gritó Miley. Sus ojos se iluminaron en el lugar de tanto verde.
— ¡Bebe todo, Pidge! —le dije.
Miley miró a James, sospechosamente. — ¿Tendré veinte por cada trago que beba?
—Así es, peso ligero. Por tu tamaño, diré que voy a perder sesenta dólares al final de la noche.
—Reconsidéralo otra vez, James —dijo Miley. Levantó el primer vaso a su boca y lo dejó entre sus labios. Tenía la cabeza inclinada hacia atrás para vaciar el vaso, y luego hizo rodar el borde a través del resto de su labio, colocándolo en la otra mano. Era la cosa más sexy que jamás había visto.
— ¡Mierda! —dije, de repente encendido.
—Esto será realmente un desperdicio, James—dijo Miley, limpiando las comisuras de su boca—. Prefiero Cuervo, no Petron.
La sonrisa satisfecha en el rostro de James se desvaneció, y negó con la cabeza y se encogió de hombros. —Acaba con esto, entonces. Tengo la billetera llena de billetes de doce jugadores de fútbol que dicen que no puedes terminar diez.
Ella entrecerró los ojos. —Doble o nada, yo digo que puedo beber quince. — Yo no podía dejar de sonreír, y al mismo tiempo me preguntaba cómo en nombre de Dios iba a comportarme si ella seguía actuando como una maldita estafadora de Las Vegas. Era caliente como el infierno.
— ¡Guau! —Gritó Joe—. ¡No podemos hospitalizarte el día de tu cumpleaños, Miley! 
—Ella puede hacerlo —dijo Demi, mirando a James.
— ¿Cuarenta dólares por cada trago? —preguntó James, pareciendo inseguro.
— ¿Tienes miedo? —preguntó Miley.
— ¡Diablos, no! Te daré veinte por trago, y cuando llegues a quince, duplicaré el total.
Ella agarró otro trago. —Así es como se celebran los cumpleaños en Nashville.
La música estaba muy alta, y me aseguré de bailar con Miley en cada canción en la que ella estuviera de acuerdo. Todo el piso estaba lleno de sonrientes jóvenes universitarios, una cerveza en una mano y un vaso en la otra. Miley se desviaría de vez en cuando para tomar otro trago, y luego regresaba conmigo a nuestra pista de baile improvisada en la sala de estar. Los dioses del cumpleaños deben haber quedado satisfechos con mis esfuerzos, porque justo cuando Miley estaba disfrutando mucho, una canción lenta comenzó. Una de mis favoritos. Mantuve mis labios en su oído, cantándole, e inclinándome hacia atrás para articular las partes importantes que yo quería que entendiera de mí. Probablemente no entendió esa parte, pero eso no me impidió intentarlo. La incliné hacia atrás y dejó caer sus brazos detrás de ella, sus dedos casi tocando el suelo. Se echó a reír a carcajadas, y luego nos quedamos de pie, balanceándonos hacia adelante y hacia atrás de nuevo. Envolvió sus brazos alrededor de mi cuello y suspiró contra mi piel. Olía tan bien, que era ridículo.
—No podré hacer esto cuando haya terminado con todos esos tragos —se río.
— ¿Te he dicho lo increíble que te ves esta noche? — Sacudió la cabeza y me abrazó y apoyó la cabeza en mi hombro. La apreté contra mí y enterré mi cara en su cuello. Cuando estábamos así, tranquilos, felices, ignorando el hecho de que no íbamos a ser algo más que amigos, era el único lugar donde quería estar.
La puerta se abrió, y los brazos de Miley desaparecieron. —Liam—gritó, corriendo a abrazarlo. La besó en los labios, y pasé de sentirme como un rey a un hombre al borde de la muerte. Liam levantó su muñeca y sonrió, pronunciándole algo sobre ese brazalete estúpido.
—Oye —dijo Demi fuerte en mi oído. A pesar de que el volumen de su voz era más fuerte de lo normal, nadie más podía oír.
—Oye —dije de nuevo, sin dejar de mirar a Liam y Miley.
—Mantén la calma. Joe dijo que Liam sólo está pasando por aquí. Tiene algo que hacer mañana por la mañana, así que no puede estar mucho tiempo.
— ¿Oh, sí?
—Sí, y mantente tranquilo. Toma una respiración. Se irá antes de que te des cuenta. — Miley llevó a Liam al mostrador, tomó otro vaso, y lo bebió, dejándolo caer fuertemente como las cinco veces antes. James le dio otros veinte, y bailó hacia la sala de estar.  Sin dudarlo, la agarré y bailamos con Demi y Joe. Joe le dio un golpe en el trasero 
—Uno. — Demi le dio la segunda, y después los demás se unieron. En la número diecinueve, me froté las manos, haciéndole pensar que le iba a dar duro. 
—Mi turno. — Se talló el trasero. 
—Sé considerado ¡me duele el trasero! — Fui incapaz de ocultar mi regocijo, levante mi mano hasta la altura de mi hombro.  Miley cerró sus ojos, y después de un momento, miró hacia atrás. Me detuve antes de tocar su trasero, y le di una suave palmada. 
—Veinte— le grité. Los invitados aplaudieron, Demi le cantó su versión borracha de Feliz cumpleaños.  En la parte que tenía que decir su nombre, todos cantaron “Pigeon”. Me hizo sentir un poco orgulloso. Una canción lenta comenzó a sonar desde el estéreo, pero esta vez Liam la llevó al centro de la habitación de baile. Él se veía como un robot con dos pies izquierdos, rígidos y torpes. Traté de no mirar, pero antes de que la canción terminara, vi que ellos se deslizaban al pasillo. Mis ojos se encontraron con los de Demi. Me sonrió, me guiñó un ojo y sacudió su cabeza, diciéndome silenciosamente que no hiciera algo estúpido. Ella tenía razón. Miley no estuvo a solas con él por más de cinco minutos, antes de que caminaran a la puerta principal. La expresión incómoda y avergonzada en el rostro de Miley me dijo que Liam había tratado de que esos pocos minutos fueran memorables. Le besó la mejilla, y después Miley cerró la puerta.
— ¡Papá se ha ido!—grité, puse a Miley en el centro de la sala 
— ¡Hora de que la fiesta comience!—  Todo el mundo estalló en aplausos. 
— ¡Espera! Es tiempo — dijo Miley mientras entraba a la cocina. Ella tomó otro trago.
—Siete más, Miley —dijo James, y le entregó más dinero. La siguiente hora bailamos, reímos, y todo el mundo estalló en aplausos. Al ver que todavía le faltaban muchos, tomé uno del final y lo bebí. Miley tomó otro trago así que hice lo mismo. Los labios de Miley se transformaron en una sonrisa, y no podía dejar de mirarla durante toda la noche. No sabía cuánto tiempo hacia que la estaba mirando, pensé que me iba a sorprender mirándola, y me hizo preguntarme qué pasará cuando regresemos al departamento.  Miley se tomó su tiempo para beber los siguientes tragos, pero en el décimo, ya se encontraba en mal estado. Bailó en el sofá con Demi, saltaron y rieron, pero luego perdió el equilibrio. La atrapé antes de que cayera. 
—Has probado tu punto— le dije. —Has bebido más que cualquier chica que jamás he conocido. No permitiré que sigas tomando.
—Al diablo contigo —dijo, arrastrando las palabras—. Tengo seiscientos dólares esperándome en esos tragos, y tú entre todas las personas no vas a decirme que no puedo hacer algo extremo por dinero. 
—Si estás tratando tan duro por dinero, Pidge… 
—No estoy pidiéndote dinero prestado —se burló.
—Iba a sugerir que empeñaras el brazalete— dije sonriendo. Me dio un golpe en el brazo justo cuando Demi comentaba la cuenta regresiva para la media noche. Cuando las manecillas del reloj marcaron las doce, todos celebramos. Nunca había sentido tantas ganas de besar a una chica como ahora. Demi y Joe se me adelantaron y besaron cada uno una de sus mejillas. La levanté del suelo y di vueltas con ella.
—Feliz cumpleaños, Pigeon, — le dije, tratando de no presionas mis labios con los suyos. Todos los de la fiesta sabían lo que había estado haciendo en el pasillo con Liam. Sería una mierda para mí si la hacía quedar mal frente a todos los demás. Ella me miró con sus grandes ojos grises azulados, y me derretí mirándolos.
—Más tragos— dijo, tropezando a la cocina. Sus palabras me sobresaltaron, con todo el ruido y el movimiento alrededor de nosotros, su voz me devolvió a la realidad.
—Te ves acabada, Miley. Creo que es hora de que acabe tu noche— dijo James cuando llegó al mostrador.
—No soy una gallina— dijo. —Quiero ver mi dinero— Me uní a ella cuando James le dio un billete de veinte por los últimos dos vasos. Le gritó a sus compañeros — ¡Ella va terminarlos! emm. ¡Necesito  quince! — Todos gimieron y rodaron sus ojos, sacaron de su billetera billetes de veinte para apilarlos en los últimos vasos.
—Nunca hubiera pensado que podría perder cincuenta dólares en una apuesta de quince tragos con una chica —se quejó Chris. 
—Créelo, Jenks —dijo ella, tomando un vaso con una mano.  Levantó cada vaso, pero después se detuvo.
— ¿Pigeon? — le pregunté, acercándome.
Levantó su dedo, y James sonrió —Va a perder— dijo.
—No, no lo hará— dijo Demi muy segura. —Respira profundo Miley— Cerró sus ojos e inhaló, recogió el último trago que quedaba en el mostrador.
— ¡Santo Dios, Miley! Vas a morirte por intoxicación de alcohol. — dijo Joe horrorizado.
—Es buena en esto— aseguró Demi.  Echó su cabella hacia atrás, y dejó que el tequila corriera por su garganta. Todos estallaron en silbidos y gritos detrás de nosotros. James le entregó el fajo de dinero.
—Gracias— le dijo con orgullo, metiendo el dinero en su sostén.
Nunca había visto algo así en mi vida. —Eres increíblemente sexy en este momento— le dije al oído mientras caminábamos al salón.  Envolvió sus brazos a mí al redor, probablemente por el efecto del  tequila.
— ¿Estás segura de que estás bien? —
Ella quiso decir —Estoy bien— pero las palabras salieron raras.
—Hay que hacer que vomite, Nick. Sacar eso de su sistema. —dijo Joe.
—Dios mío Joe. Déjala en paz. Ella está bien, — dijo Demi molesta.
Las cejas de Joe se alzaron —Sólo estoy preocupado de que algo malo suceda.
— ¿Miley? ¿Estás bien?— Preguntó Demi. Miley consiguió darle una sonrisa, pero se encontraba medio dormida.
Demi miró a Joe —Sólo hay que dejar que fluya por su sistema, después se recuperará. No es la primera vez que toma. Cálmate.
—No puedo creerlo— dijo Joe. — ¿Qué opinas Nick? 
Enderecé a Miley y le pregunté. — ¿Pidge? ¿Quieres jugar salvado y condenado? 
—No—dijo
—Quiero Bailar— y envolvió sus brazos a mí alrededor con más  fuerza.
Miré a Joe y se encogió de hombros. —Siempre y cuando esté de pie y en movimiento…
No se veía feliz, Joe pasó a través de la multitud hacia la improvisada pista de baile hasta que se perdió de vista. Demi chasqueó la lengua, rodó los ojos y lo siguió.  Miley presionó su cuerpo con el mío. A pesar de que el ritmo de la canción era rápido, nosotros estábamos en el centro de la pista bailando lento, rodeados de gente moviéndose y agitando los brazos.  Luces azules, moradas y verdes se movían a nuestro alrededor en el suelo y en las paredes. Las luces azules se reflejaban en el rostro de Miley, y tuve que concentrarme para no besarla en ese momento. Cuando la fiesta comenzó a decaer unas horas más tarde, Miley y yo todavía estábamos en la pista de baile. Se había serenado después de que la alimentara con galletas saladas y queso, y había tratado de bailar alguna estúpida canción de pop con Demi, pero aparte de eso, Miley había estado en mis brazos todo el tiempo, me tenía bien sujetado con sus muñecas detrás de mí cuello. La mayoría de las personas ya se habían ido o se encontraban en algún lugar del departamento, y la pela entre Joe y Demi había empeorado.
—Si no estás abordo conmigo, me voy— dijo Joe, caminando a la puerta.
—Todavía no quiero irme— murmuró Miley con los ojos medio  cerrados.
—Creo que por esta noche es suficiente. Vamos a casa— cuando di un paso a la puerta, me di cuenta que Miley no se movió, estaba mirando el suelo, se veía mal.
—Vas a vomitar, ¿no es así?
Me miró con los ojos medio cerrados. —Sólo espera un momento— Se movió un paso atrás y uno adelante antes de que la cargara.
—Tú, Nicholas Jonas, eres muy sexi cuando no actúas como un mujeriego— dijo, torciendo ridículamente su boca en forma de sonrisa.
—Uh…gracias— dije, sujetándola más fuerte. Miley me tomó la mejilla con su mano. 
— ¿Señor Jonas sabe qué? 
— ¿Qué pasa, cariño? — Su expresión se volvió seria.
 —En otra vida, podría amarte— La miré por un momento, sus ojos se veían cristalinos. Estaba borracha, pero sólo por un instante no me parecía mal fingir que lo decía en serio.
—Creo que quieres decir que me amas— Inclinó su cabeza, y presionó sus labios en la esquina de mi boca. Había tratado de besarme, pero falló. Se hecho hacia atrás, y luego dejó caer su cabeza en mi hombro. Miré alrededor, y todos estaban congelados, mirando en estado de shock lo que acababan de presenciar. Sin una palabra, la saqué de la casa y la llevé al Charger, en donde Demi estaba de pie y con los brazos cruzados.
Joe señaló a Miley — ¡Mírala! ¡Es tu amiga, y tú la dejaste hacer algo increíblemente peligroso! incluso Ia animaste. 
Demi se señaló a sí misma. — ¡La conozco, Joe! La he visto hacer muchas cosas por dinero— La miré confundido. 
—En tragos. Quiero decir la he visto tomar más tragos por dinero— dijo tratando de explicar —Sabes a lo que me refiero.
— ¡Escucha lo que dices! — Dijo Joe gritando. —Has seguido a Miley desde Nashville para evitar que se meta en problemas. ¡Mírala! Tiene un nivel de alcohol muy peligroso en su organismo, ¡y está inconsciente! Se supone que debería de estar bien, ya que la cuidas. 
Demi estrechó sus ojos. —Oh, muchas gracias por el anuncio gratuito que me has dado acerca de lo que no se debe hacer en la universidad, señor diecinueve- años-chico- de once - billones- de “importantes”- amigas- debajo-de su pantalón— utilizó sus dedos para decir entre comillas “importantes” 
La boca de Joe se abrió de golpe, se quedó sin habla. —Entra al maldito coche. Estás borracha.
Demi se echó a reír —No sabes lo que quiero decir, niño de  mamá.
—Te dije que éramos cercanos.
—Sí, yo y mi trasero. Eso no significa que la voy a llamar dos veces al día.
—Eres una perra.
El rostro de Demi se volvió blanco. —Llévame a mi casa. 
— ¡Me encantaría hacerlo, pero para eso tienes que entrar en el puto coche! —dijo Joe gritando. Su rostro se puso rojo y las venas de su cuello estaban palpitando. Demi abrió la puerta y se metió a la parte trasera, dejando la puerta abierta. Me ayudó a colocar a Miley a su lado y pude sentarme con ellas. El viaje a casa fue breve y en silencio. Cuando Joe se estacionó y puso el freno de mano, salí rápidamente del coche. La cabeza de Miley estaba en el hombro de Demi, su rostro estaba cubierto con su cabello. Me metí y saqué a Miley poniéndola sobre mi hombro. Demi salió rápidamente y se dirigió a su coche, poniendo las llaves en su bolso.
—Demi— dijo Joe, arrepentido, le temblaba la voz. Demi se subió al coche, cerró la puerta en la cara de Joe, y se fue. Miley tenía su culo arriba y sus brazos colgaban en mi espalda.
—Va a regresar por Miley ¿verdad? — preguntó Joe con el rostro lleno de desesperación. Miley gimió, y luego sacudió su cuerpo. Después emitió un gemido/gruñido que siempre acompañaba al vómito precedido de salpicaduras. La parte trasera de mis piernas se sentían húmedas.
—Dime que no lo hizo— le pregunté horrorizado. Joe retrocedió por un segundo y después se enderezó 
—Sí lo  hizo— Corrí escaleras arriba subiendo de dos en dos, mientras Joe trataba de encontrar la llave del departamento. Abrió y corrí al baño.
Miley se inclinó en el inodoro, y vació todo el contenido de su  estómago. Tenía su cabello mojado por accidente de afuera, pero tome una de esas cosas de elástico redondas y recogí su largo cabello en una coleta. Los cabellos más cortos se salieron de la coleta y se pegaron a su rostro, así que tuve que sostenerlos con mi mano de todos modos, y después le puse una cosita negra. Había visto a muchas chicas de mi clase torcer y tirar de su cabello hacia atrás, no me tomó mucho tiempo averiguar por qué lo hacían. El cuerpo de Miley se volvió a sacudir. Tomé un trapo del armario de la entrada y lo mojé, después me senté junto a ella poniéndosela en la frente. Se apoyó en la bañera y gimió. Gentilmente limpié su cara con el trapo húmedo, y traté de quedarme quieto cuando apoyó su cabeza en mi hombro.
— ¿Vas a volver a hacerlo?— le pregunté. Me frunció el ceño, tratando de apretar sus labios hasta llegar de nuevo al inodoro. Volvió a vomitar sacando más líquido. Miley era tan pequeña, y la cantidad que llevaba expulsada no parecía ser normal. La preocupación se deslizó en mi mente. Me paré y regresé con dos toallas, mantas y almohadas en mis brazos. Miley gimió en la taza, su cuerpo estaba temblando. Hice una cama improvisada en la bañera y esperé, sabiendo que lo más probable era que iba a pasar la noche en este rincón del baño.
Joe se asomó en la puerta — ¿Debería llamar a alguien? 
—Todavía no. Voy a cuidarla
—Estoy bien— dijo Miley —No tengo una intoxicación de alcohol.
Joe frunció el ceño—No, esta estupidez es precisamente eso—
—Hey, lo tienes… ella…
— ¿Presente?— dijo con una ceja levantada.
—Sí.
—Lo tengo— dijo infeliz
—Gracias hombre— Miley se apoyó en la bañera una vez más, y volví a limpiar su cara. Joe humedeció un nuevo trapo y me lo tiró.
—Gracias.
—Grita si me necesitas— dijo Joe — voy estar en mi cama despierto tratando de pensar en algo que haga que Demi me perdone.
Me relajé en la bañera lo mejor que pude, y tiré a Miley en mi regazo. Ella suspiró y dejó que su cuerpo se relajara contra el mío. Aunque estuviera cubierta de vómito, cerca de ella era el único lugar en el que quería estar. Sus palabras en la fiesta se reproducían en mi mente. En otra vida, podría amarte Miley yacía débil y enferma en mis brazos, dependiendo de mí para cuidarla. En ese momento reconocí que mis sentimientos por ella eran más fuertes de lo que pensaba. En algún momento desde que nos conocimos y el día de hoy sosteniéndola en el piso del baño, me había enamorado de ella. Miley suspiró y apoyó su cabeza en regazo. Me aseguré de que estaba cubierta con las mantas antes de dormirme.
— ¿Nick? — susurró
— ¿Sí? — No respondió. Su respiración se fue nivelando y su cabeza se dejó caer pesadamente en mis piernas. La porcelana fría en mi espalda y el duro azulejo en mi culo era brutal, pero no me atrevía a moverme. Ella estaba cómoda, y quería que se quedara así. Veinte minutos después de observarla respirar, las partes que estaban incómodas se empezaron a adormecer y cerré mis ojos.
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Hola chicas, como estan? que tal con el drama Miam en Twitter? de que Miley y toda su familia dejaron de seguir a Liam en Twitter O.O para mi que esa relacion ya esta acabada, y tenia muchos problemas. A mi antes me caia bien Liam, pero ahora lo odio, siento que Miley esta pasando un mal momento, que se siente sola, y que por eso se refugia en lo que le hace mal, y necesita de una persona que le de estabilidad y tranquilidad. Admeas Liam es un estupido, en vez de apoyar y aconsejar a Miley solo dicen que se averguenza de ella por su presentacion en los VMA, ustedes que opinan?

2 comentarios:

  1. Please! no tardes mucho en subir, te lo suplico...

    pues sobre el drama de MIAM no tengo que decir mucho solo hasta que ellos mismos confirmen, de que la familia cyrus no siga a liam eso no significa que ya terminaron aun falta tish... aunque no se que creer es confuso..

    bueno... espero el proximo :D

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  2. meee encanto el capitulo ya quiero leer el siguiente SIGUELAA!!
    y en lo que respecta de liam, el jamas me agrado porque yo que sepa jamas estuvo ahi para miley nunca la defendió ni la protegió las veces en la que ella cometía errores o estupideces y donde estaBa el cuando a miley la criticaron por la presentación en los vma,tambien muchoS famosoS la defendieron pero el jamas aparecio asi que no creo que el sea bueno para miley ella se merece a alguien que este con ella siempre que la defienda y la aleje de esas malas amistades que tiene bueno alguien estable y tranquilo como nick que siempre la amo y estuvo allí x ejemplo cuando fumo salvia y que la siguió amando después de eso.
    NILEY FOREVER!!!

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