sábado, 8 de noviembre de 2014

It Was Always You - Niley - Cap 22


Nick ni siquiera sabe que la Sra. Reynolds murió. Cuando lo vi en pasillo esta mañana, iba a decirle. Pero entonces atrape a Nick y Delta juntos. Antes de que nuestra relación comenzara, podía entender. Pero yo creía que le gustaba lo suficiente para no necesitar a alguien más. Pensé que lo que teníamos era real. Puaj. No quiero pensar en Delta y su perfecto cabello rubio y sus perfectos y desvergonzados senos o la manera perfecta en la que camina. Pero no puedo evitarlo. Porque yo no soy perfecta. Estar sentada en la oficina de la enfermera lo demuestra. Desde que Nick se quedó paralizado allí, sorprendido frente a las cicatrices en mi pierna, he estado muriendo por salir de aquí.
—¿Puedo regresar a clase ahora?— La enfermera de la escuela se inclina sobre mi pierna con guantes de hule, examinándola. Levanta la vista.
—¿Te duele?— ¿Se refiere a mi corazón? 
—No. Está bien —le digo—. De verdad.
—Hay un poco de sangre aquí. Me preocupa que pueda haber daños internos.
—Es sólo una pequeña raspada —le digo mientras la mujer está poniendo antiséptico en una bola de algodón y frota la sangre de mi rodilla—. Se armó un gran problema por nada.
Yo sé por qué Nick vino corriendo hacia mí y actuó completamente preocupado. Es porque se siente culpable de que yo escuchara detalles sobre su relación con Delta. Drew sólo dijo la verdad, yo fui responsable de meterlo a la cárcel. Nick y yo nunca deberíamos haber empezado a
hablar. Deberíamos haber seguido ignorándonos mutuamente en la casa de la Sra. Reynolds. Porque si no hubiéramos hablado, no estaría tan unida a él. Si no hubiéramos hablado, no lo habría besado y querido más. No lo habría dejado manipularme. La enfermera Sandusky no se ve feliz cuando me bajo de la camilla y cuidadosamente bajo mi pantalón. Sin embargo no voy a sentarme aquí y ponerme de mal humor todo el día. Voy a levantarme y mantenerme en alto, ante Nick, Drew, Delta... y cualquier otro que decida ponerse en mi camino.
Cuando estoy vestida, doy un suspiro de alivio. Mis cicatrices están cubiertas. Entonces, ¿por qué me siento tan expuesta? Porque Nick ha visto las cicatrices de las heridas que él puso en mi cuerpo.Las cicatrices constantes que me hacen pensar en él y el accidente todos los días de mi vida. Por desgracia tengo que pasar por la oficina de Meyer en mi salida. Nick está sentado frente al escritorio de la secretaria, con la cabeza hundida en las manos. Como si supiera que lo estoy viendo, levanta la cabeza. Sus ojos me penetran como si estuvieran buscando calor o conexión. ¿Piensa que soy una tonta que quiere ser humillada? Aparto la mirada, espero que la enfermera me escriba un pase y salgo de la oficina tan rápido como puedo. Como si el día no pudiera empeorar, Delta y Hannah están caminando por el pasillo. No me han visto todavía. Me meto al baño de las chicas... ya he tenido suficiente por un día. Me miro en el espejo del baño. Ojos de color avellana opaco, cabello que no ha decidido si quiere ser claro u oscuro, y una nariz que es demasiado grande para mi cara. En la cima de todos esos defectos, tengo una cojera.  ¿Cómo pude alguna vez pensar que podía competir con la perfecta Delta? La puerta del baño se abre rechinando. Me escondo en uno de los cubículos y pronto escucho a Delta decir:
—No me los puedo imaginar besándose. ¿Puedes?
—Por favor, Delta, no me hagas asquear. Nick es, como, un tipo duro de Hollywood y Miley es, como, una idiota total. Probablemente besa con sus labios completamente fruncidos y las manos a los costados.
—Exactamente. Deberías haberla visto esta mañana. Creí que iba a llorar en medio del pasillo.— Las dos se ríen. Me quiero morir. Olvida mantenerme en alto, en el fondo soy realmente una idiota y una cobarde. Me asomo por la abertura de la puerta. Hannah se pone lápiz labial mientras Delta juega con su cabello largo y rubio.
—Él siempre te va a amar. Ustedes dos tienen un vínculo que no puede ser deshecho —dice Hannah. Delta deja de jugar con su cabello y se apoya en uno de los lavabos.
—Nick le dijo a Brian que estaba interesado en salir con Miley.
—¿Por qué Miley? ¿No es ella la persona menos probable para atraparlo? Él la golpeó con su coche, ya sabes. Y ella se aprovecha.— Delta titubea.
—¿Qué? —pregunta Hannah.
—¿Has comprobado los cubículos?— Huy. Soy carne muerta. Equilibrarme en la tapa del inodoro con una pierna mala no es una buena opción. La puerta de uno de los cubículos se abre rechinando. Oh, no. Trato de mirar por la puerta, pero no quiero tropezar o hacer ningún sonido que les avise que estoy espiando.
—Ustedes dos son tan patéticas. Deberían haber revisado antes de empezar a balbucear sobre su patética vida.— Es Mandy, mi prima.
—¿Qué has oído? —dice Delta.
—¿Qué piensas? Lo escuché todo.
—Y te lo guardarás para ti misma, ¿no es así Mandy?— Mandy se pone las manos en sus caderas.
—No lo sé. ¿Por qué no dejas de difundir rumores sobre mi prima? Ella puede cojear, pero tiene más para admirar que ustedes dos juntas.— Las otras chicas miran fijamente a Mandy como si le hubieran brotado alas, totalmente sorprendidas de que su seguidora finalmente demuestre que tiene mente propia
—Pon los pies en la tierra, Mandy. No olvides que eras una perdedora y Miley estaba en tu lugar hace un año. Sólo porque ahora eres amiga de Brianne y Danielle no significa que de repente eres la gran mierda.— Ella tiene razón. Yo no era agradable con Mandy cuando estaba en la cima y ella luchaba por hacer amigos que no se escondieran en la biblioteca durante el almuerzo. Creo que las palabras de Delta van a bajarle los humos a Mandy, pero mi prima no vacila.
—Delta, solía adorar el suelo que pisabas porque eras bonita y popular y tenías un novio que el resto de las chicas sólo soñaban que pudieran conseguir. Quería ser popular, ser como tú. Ahora sólo piensa que eres patética.
—Será mejor que tengas cuidado, Mandy, o simplemente puede ser que te encuentres siendo una perdedora de nuevo tan rápido que tu cabeza dará vueltas —los ojos de Delta son grandes y salvajes, y creo que si ella tuviera súper poderes habría fundido a Mandy con esa única mirada. Pero ella no tiene súper poderes. Hannah está de pie detrás de Delta con el pulgar y el dedo índice en una “L” sobre su frente, dirigiéndola hacia Mandy.
Mientras que Mandy está dando la cara por mí y siendo amenazada, yo estoy escondiéndome como una cobarde. Mis manos están sudorosas. Me doy cuenta de que mi propio miedo me retiene. Observo a mi prima dando la cara por mí sabiendo que el resultado final no va a ser bonito. Siento el espíritu de la Sra. Reynolds dándome coraje. Empujo la puerta del cubículo abriéndola ampliamente, el fuerte chirrido alerta a las tres de mi presencia. La cara de Mandy está tan sorprendida como la de Delta y Hannah. Delta emite una risa nerviosa, pero se recupera rápidamente.
—¿Es este, como, el baño designado para perdedoras y nunca tomé nota?
—Eres igual que tú prima —me dice Hannah—. Siempre vas a seguir los pasos de chicas como Delta y yo.— Cojeo al lado de mi prima.
—Hannah, tú y Delta lo tienen todo. Y sin embargo... ambas son caparazones vacíos, nada que valga la pena en el interior. No las seguiría incluso si eso significara la curación de mis piernas.
—Creo que el accidente dañó tu cerebro. —Delta escupe las palabras como un dragón que escupe fuego sobre su enemigo. Mandy me está mirando en estado de shock. Sé que no he sido fuerte desde el accidente. Nunca doy la cara por mí misma y me concentro en mis defectos en vez de mis virtudes. Pasar tiempo con una mujer fuerte como la Sra. Reynolds debe haberme contagiado. Y pasar tiempo con Nick en los últimos meses me ha hecho sentir atractiva y hermosa. Yo sólo... en el fondo no puedo creer que él me estuviera mintiendo. La admiración brillaba a través de las profundidades de sus ojos. Le temblaban los dedos cuando delineaba mis labios o tocaba mi cara. Un chico como Nick, que esconde sus emociones, no podría fingir las reacciones tan intensas incluso si quisiera. Delta sacude su cabeza y se burla de mí.
—Si Nick te dio la menor atención es sólo porque sentía lástima por ti.— Estoy segura de que lo hizo... pero lo que compartimos fue mucho más allá de eso.
—No me burlaría si fuera tú —le digo a Delta—. No se ajusta a tu cara.— Mi prima se vuelve hacia mí.
—¿Nick? No, no puede ser verdad. ¿Puede serlo?— Asiento.
—¿El Nick Jonas? ¿El hermano de Emily Jonas? ¿Nick Jonas? —ladeo mi cabeza hacia un lado y asiento un poco más. La boca de Mandy se abre y los ojos se salen de sus órbitas. Como una onda de choque, me doy cuenta de que Nick tuvo razón todo el tiempo. Ir a España era sólo una manera de escabullirme, una manera de escapar de la gente y una manera de olvidar el accidente por un tiempo. Pero el accidente ocurrió. No hay manera de olvidarlo. Y yo cojeo. Tengo que enfrentar el hecho de que nunca seré la misma de antes. Está bien. Estoy bien. Tomando una respiración profunda, me doy cuenta de algo... Me siento más fuerte y más viva que antes del accidente. La puerta del baño se abre. La Sra. Gibbons entra al baño. Sus cejas se alzan cuando presencia nuestra pequeña confrontación.
—¿No se supone que todas ustedes están en clase?— Ninguno de nosotras responde. Delta me está mirando, Hannah sigue mirando de Delta a mí y de nuevo a Delta, Mandy todavía tiene la boca abierta en shock, y yo no estoy revelando nada.
—Muy bien, entonces. Vamos todas a hacer un viajecito a la oficina del Sr. Meyer para que podamos llegar al fondo de esto.
—Me parece muy bien —le digo.
—A mí también —dice Mandy, respaldándome. Le debo una gran disculpa por ser tan imbécil antes del accidente. A veces hay que alejarse de la multitud para ser una mejor persona. No siempre es fácil, eso es seguro. Pero es correcto. Y a veces hacer lo correcto se siente muy bien. Incluso si te hace terminar en un viaje a la oficina del director. Los ojos de Delta siguen escupiendo fuego.
—Lo que sea.
—Sí, lo que sea —dice Hannah, haciendo una imitación vergonzosa de su mejor amiga. Casi me siento mal por ella. Todas seguimos a la Sra. Gibbons a la oficina. Mandy me está mirando, con sus ojos muy abiertos.
—¡No puede ser! ¿Nick Jonas? —articula silenciosamente. No es culpa de Delta ser hermosa y bonita. Ni siquiera es culpa de Nick sentirse atraído por ella. Eso ni siquiera importa. Lo que importa es que no estoy acarreando sentimientos de odio y traición. Eso ha sido demasiado agotador. La Sra. Reynolds tenía razón. No odio a Delta. No odio a Emily. No odio a Nick. Me siento más fuerte que... bueno, ni siquiera puedo recordar cuándo. Lo único que sé es que me siento bien. No, mejor que eso. Me siento fuerte.

Meyer me señala y su dedo aguijonea el aire con cada palabra cuando dice. 
—Bueno Jonas. A mi oficina —lo sigo a su oficina, él cierra la puerta una vez que me siento en la silla opuesta a su escritorio. Esta molesto. Lo puedo decir por la manera en que los músculos de su cuello están tirantes y los colores de su cara y su cabeza calva se han vuelto de un rojo profundo. Ni siquiera se sienta en su silla. Se sienta en el borde de su escritorio justo sobre mí. Está tratando de ser intimidante, de asustarme para que sea un niño bueno. Pero él nunca se ha quedado con un tipo como Julio. Y si Julio no me intimida, Meyer ni siquiera tiene una posibilidad.
—¿Por qué comenzaste una pelea con Drew Rudolph?— No puedo decirle la verdad. Si toda la cosa sale a la luz, Emily podría ser involucrada en esto, también... Y Delta... Y Miley. Emily ha estado actuando espeluznante. No sé que terminará diciendo. ¿Dirá inesperadamente la verdad, de que ella fue la que golpeó a Miley? 
—No lo sé —digo silenciosamente. La cólera de Mayer se desinfla cuando la frustración toma su lugar. 
—¿Qué voy a hacer contigo Jonas? Puedo hacer una llamada a tus padres y decir que eres responsable de obligar a un par a consumir alcohol. Otra queja del entrenador de lucha libre de Fremont fue archivada… algo sobre ti intimidando a uno de sus mejores luchadores. Estás sobre hielo delgado aquí, en el camino rápido a ser un delincuente para siempre. ¿No entiendes que la única persona a la que lastimas con tu comportamiento es a ti mismo? A no ser que puedas explicarte, no tengo elección excepto darte una suspensión— ¿Suspensión? Oh, mierda. Debería defenderme, pero es inútil. El tipo no me creería, de todos modos. Permanezco en silencio.
—¿No tienes nada que decir sobre esas acusaciones?
—Nop
—Nick, toma asiento afuera mientras descubro como proceder con esto— Entonces ahora estoy pegado en otra silla de metal fuera de la oficina de Meyer. Puertas cerradas y sillas de metal son temas recurrentes en mi vida. Levanto la vista cuando las puertas de la oficina principal se abren.
Miley entra a la oficina, solo a unos pies de donde estoy sentado. Solo capaz de chequearla de lado, estudio su cara. Tiene los pómulos altos y la nariz recta. No es pequeña; tiene una pequeña protuberancia en el medio, casi como si Dios hubiera querido ponerla ahí entonces su nariz no sería perfecta. Pero no sería Miley sin esa imperfección. No es una cara-bonita como Delta, pero hay algo sobre ella… esa mezcla de inseguridad y rasgos majestuosos que no combinan. Cada una de sus facciones refleja quien es. Excepto sus cicatrices. Esas que desearía poder sacar con un toque de mis dedos y transferirlas a mi propio cuerpo. Miley está concentrada en el mostrador, leyendo algo atentamente. Su cabello caía como una cortina que protege su cara de mí. Soy apenas consciente de Many, Delta, y Hannah que están en la habitación, también. Este lugar se está llenando. La Sra. Gobbons, la profesora de arte, golpea la puerta de Meyer. Mete su cabeza dentro cuando él gruñe para que entre en su dominio sagrado. 
—Tenemos una situación con algunas chicas de último año.— Las chicas entraron en una sola fila a su oficina. Delta lucía desafiante, Hannah asustada, Mandy indiferente, y Miley parecía… dispuesta a manejar lo que sea que valla volando hacia ella. Las chicas salieron unos minutos más tarde. Miley no me miró. Salió en fila de la oficina con el resto de las chicas. Meyer reapareció en la puerta. 
—Bueno Jonas. Tu turno.— Entro en su oficina y me dirijo a otra silla. Esta tiene relleno. Apoyo los codos en mis rodillas y pienso en lo que dijo Meyer: Estoy en el camino rápido a ser un delincuente para siempre. Miley probablemente tenía razón: si desapareces, entonces no te recordarán siempre el pasado en cualquier parte que estés. Hice mi servicio comunitario, pero no me entregaron mis papeles finales de liberación. Damon de verdad va a matarme cuando descubra que estuve en
una pelea. ¿Qué mierda va a pasar cuando regrese al DOC? Espero que Mamá y Emily no lleguen al límite. Escucho el sonido de zapatos y levanto la vista. Mi madre está de pie en el marco de la puerta de la oficina de Meyer. Sus labios están apretados. Puedo sentir que está un poco alterada porque la veo moviéndose ligeramente de un lado hacia el otro.
—Ah, Sra. Jonas—dice Meyer—. Gracias por venir tan rápidamente.— Mamá asiente y sostiene la perilla de la puerta. 
—Entonces… ¿debería llevarlo a casa?— Meyer camina hacia mi mamá y pone su mano en su hombro para calmarla.
—El chico al que Nick asaltó no ha levantado cargos todavía, pero la política me fuerza a mantenerlo fuera de los terrenos de la escuela hasta que esto se solucione. Recibirá una llamada mía después de que haya hablado al superintendente del distrito para informarle de la duración de la suspensión de Nick.— Mamá asiente, luego se concentra en mí. Lucía cansada. Las profundas líneas bajo sus ojos y en las esquinas de su boca parecían más profundas de lo que nunca había visto. Yo puse esas líneas ahí. Sin quererlo, he roto el espíritu de mi madre. En el coche, no tengo nada que decir. Y cuando silenciosas lágrimas comienzan a caer de sus ojos cansados, todo lo que quiero hacer es escapar. Porque no puedo decirle nada para hacerla sentir mejor, no puedo combatir esta bola de nieve de mierda en que se ha convertido mi vida. Me siento en mi habitación hasta que cae la oscuridad, cuando alguien llama a mi puerta. 
—Nick, abre —la voz del consejero de transición familiar resuena. Genial, ahora tengo que ser retado por Damon.
—De inmediato —digo secamente cuando lo dejo entrar. Si nunca has visto la cara de los tipos negros volverse roja de furia, nunca has visto a Damon Manning molesto 
—¿Qué demonios está pasando? Recibí una llamada de tu director esta tarde diciéndome que estás suspendido por dos semanas. ¿Quieres volver al DOC?
—Seguro. ¿Tienes las esposas listas? —digo, sosteniendo mis brazos delante de mí. Damon se acerca… realmente cerca. 
—Escucha, mocoso, no tengo problema en esposarte y meter tu trasero de regreso a prisión. Pero no creo que entiendas que tu cumpleaños dieciocho esta justo a la vuelta de la esquina. Y ¿sabes qué tipo de regalo de cumpleaños recibes del estado de Illinois? Ser transferido a la cárcel para chicos grandes. Está bien, el lugar para adultos donde mandan a los internos, y no va haber ningún día en el que no sea amenazado o forzado a hacer mierdas de las que solo habías escuchado. No te quiero ahí, Nick, porque entrarás como un confundido chico sabelotodo y saldrás como un insensible bastardo. Te comerán vivo y nadie podrá salvar tu trasero. ¿Me escuchaste? Ahora dime porque demonios has estado metiéndote en peleas. Estoy tan acostumbrando a confesarme culpable, que a veces olvido decir la verdad. Miro directamente a Damon, sin jugar estar vez. 
—Estaba protegiendo a Miley. Drew la insultó.— Damon tomó la silla de mi escritorio y se sentó. Puso su mano en su frente y comienza a masajearla, como Meyer lo hizo esta tarde. 
—Nick, ¿Qué estás haciendo? Ella es tu víctima. La golpeaste con tu coche.
—No lo hice.
—¿Qué? —suelta.
—Dije que no quise hacerlo.— Damon saca la mano de su frente y se inclina hacia adelante. 
—No sé qué estás tratando de empujar aquí, pero no es bueno. Si no puedes pretender que Miley no existe, entonces deja la ciudad. Ella llamó a mi jefe esta mañana preocupada por su seguridad. Dijo que has sido provocador con ella, y ahora la estas acosando.
—¿Qué?— Damon mira directo hacia mí. 
—Miley Cyrus dice que va a archivar una queja. Oh, no parezcas tan sorprendido, Nick. ¿Qué esperabas? Cuando no sigues las reglas pagas las consecuencias. Es simple.— Nada es tan simple. Trago. Mi garganta se siente apretada. ¿Miley me odia lo suficiente para enviarme de regreso al DOC?
—Tengo que saber —continua Damon—. ¿Has tenido un encuentro sexual con ella?— Me siento en mi cama y apoyo mi cabeza en mis manos. Dios, esto no puede estar sucediendo. 
—Eso depende de que quieres decir por encuentro sexual.
—No jodas conmigo, Jonas.
—No tuve sexo con ella.
—¿La acosaste?— Sacudo mi cabeza. 
—Tuvimos una relación, una relación mutua. No fue gran cosa. Esta terminado. Hecho.
— ¿Cómo terminó?
—Abruptamente.— Damon suspiró frustrado, luego saca un montón de papeles de su maletín.
—Tengo tus papeles de liberación firmados. Terminaste tu servicio comunitario.— Miro fijamente los papeles como si tuvieran alas de ángeles en ellos, pero mi cabeza sigue dando vueltas. Pensé que Miley y yo compartimos… bueno, seguro como el demonio que fue mucho más de lo que nunca tuve con Delta. Si Miley estuvo conmigo solo por venganza… oh, mierda.
—Quedas en libertad, pero tenemos un pequeño problema. No puedes volver a la escuela. ¿Nick?
—Sí.
—No todo el mundo está en contra tuyo, lo sé.— Asiento. Ahora mismo, no puedo estar de acuerdo. Estaba tan entusiasmado por arreglar todo cuando volví a casa. Pero todo lo que he estado haciendo es pelear en vez de arreglar. Estoy perdido aquí. Después de que Damon se va, me dirijo a la cocina. Mamá está inclinada contra el fregadero. Esta temblando mientras toma un manojo de píldoras y las traga con un montón de agua.
—Mamá, ¿Qué estás haciendo?
—Tomando la medicación para la tensión y el estrés.— Le arrebato la botella de pastillas del mostrador.
—Devuélvemelas —ella ordena. Le echo un vistazo más de cerca al nombre de las pastillas en la botella. Diazepam. Valium. — ¿Hace cuanto que las estás tomando?
—Devuélvemelas —dice, sacando la botella de mi mano y agarrándolas como si estuviera sosteniendo su cordura.
—No puedes sobre medicarte con esta mierda, Mamá. Es peligroso.— Mamá ríe, un risa gutural tan fuerte que la hace toser.
—Es por eso por lo que has estado evitando acercarte a mí. ¿Te has convertido en una adicta a las pastillas en el closet? —maldición, ¿Porqué no lo vi antes?
—Ya no estoy en el closet, ¿está bien?
—¿Papá lo sabe?
—¿Qué crees? Es la única forma que puedo mantener una sonrisa en mi cara todo el día. A él no le gusta pensar en cosas malas. Esta demasiado ocupado. He estado fracasando, ¿No es así? Una terrible esposa, una terrible madre… no es asombroso que me hayan echado de las damas auxiliares.
—¡Porque te importa lo que la gente piensa! —grito—. Estas matando a toda la familia.
—¿Pensaste en toda la familia cuando atropellaste a Miley? —ella susurra, luego suelta un suspiro disgustado.
—Esto no es sobre mí, mamá. —no le digo que nunca fue sobre mí. Ella sacude su cabeza. 
—No lo comprendes, Nick, ¿no es así? Hay cuatro personas viviendo en esta casa y somos todos extraños. Es sobre ti. Es sobre todos nosotros.— Ya ni siquiera sé quién soy. Pensé que sabía, pero con la traición de Miley estoy de regreso a donde comencé. Mi madre gira la cara hacia el fregadero, su cuerpo temblando y respirando con dificultad. Cuando camino hacia ella y pongo mis brazos a su alrededor, quiero decirle que la ayudaré. También necesito ayuda. Pero ella se pone rígida tan pronto como hago contacto. 
—No me toques.— Retiro mis manos y me alejo. Todo a mí alrededor se está cayendo en un montón de piezas. No hay forma de que pueda repararlo no importa cuánto lo intente. 
—No te quedes esperando,—digo antes de dejar la cocina y subir las escaleras de dos escalones a la vez. Golpeo la puerta del dormitorio de Emily.
—Abre.
—¿Qué quieres? —dice Emily a través de la puerta. Golpeo más fuerte. 
—Emily, abre la puerta o la echo abajo.— Ella abre la puerta justo antes de que la patee para abrirla. 
—¿Qué?
—¿Hace cuanto que mamá está abusando de la prescripción de medicamentos?— Ella se encoje de hombros. 
—Después de que fuiste sentenciado. Se detuvo por un tiempo, pero comenzó otra vez cuando fuiste liberado.
—¿Cómo puedes quedarte aquí como si no fuera gran cosa?— Emily me mira fijamente y ladea su cabeza hacia el costado, su maquillaje negro en un duro contraste con su piel blanca, haciéndola lucir como un mimo. 
—Cuando ella está dormida no hace preguntas.— ¿Qué? Miro a mi hermana como si fuera un fantasma, un caparazón de la persona que una vez conocí. 
—¿Ya no tienes consciencia?— Emily se encoje de hombres. La agarro por lo hombros y grito. 
—Emily, madura y finalmente toma responsabilidad por algo… ¡Lo que sea!— Lágrimas comienzan a caer por sus mejillas. No debería estar satisfecho por hacer llorar a mi hermana, pero juro que cualquier emoción de ella me satisface. Siento sus emociones, también. Pero son tan contradictorias con las mías que no puedo estar cerca de ella. No ahora. Una parte de Emily siempre será parte de mí. Su miseria se convierte en la mía, y ahora mismo no quiero hacer nada con eso. Ella esta sorbiéndose la nariz cuando dejo la casa y me dirijo hacia la calle. Camino diez casas antes de darme cuenta de hacia dónde me dirigía: La casa de la Sra. Reynolds. La única señora que es bastante fuerte para ayudarme. Tal vez me dejará vivir con ella, en esa pequeña habitación sobre el garaje. Veinte minutos esperando por que venga un autobús a llevarme a los Hampton parecen eternos. Cuando llega y echo un vistazo a la casa de la anciana, me siento como en casa. Toco el timbre, esperando que pueda oírlo. Tal vez si instalo uno de esas lamparitas que se encienden cada vez que suena el timbre, así si su audición realmente desaparece, ella estará lista. A la segunda vez que toco, la puerta se abre. Pero no es la Sra. Reynolds, es el dueño del restaurante de la Tía Mae. 
—¿Está la Sra. Reynolds en casa?
—¿No eres tú Nick Jonas?
—Sí. Yo…
—¿Como conoces a mi madre? —él exige. Pongo las manos en mis bolsillos. 
—Trabajo para ella.— Él duda, confundido, entonces su boca se amplia. 
—¿Tú construiste el mirador?
—Sí.
—¿Cuando Miley Cyrus trabajaba aquí? Los dos, ¿Juntos?
—Con la Sra. Reynolds —le aseguro
—¿Ella sabía que tú fuiste el que atropelló a Miley? Olvídalo, por la mirada en tu cara asumo que mi madre lo sabía. Probablemente trató de arreglarlo todo, ¿no es así?
—Sí, señor. Tengo que hablar con la Sra. Reynolds. —ella es la única que me queda ahora.
—Ella falleció ayer por la mañana.— No. No, esto no puede estar pasando. Un agujero se forma en mi pecho y se extiende por mis venas. 
—Estás mintiendo.
—Mi madre tuvo un ataque al corazón mientras dormía. Ahora no se qué va a pasar aquí, pero sé que la madre de Miley no quiere que estés andando cerca de su hija. Respeta a la familia y déjala estar.
—No hay problema. No hay problema en absoluto —digo.

2 comentarios:

  1. mierda la cosa se esta poniendo fea
    espero que no termine mal xq el tonto de nick no quiera decir la verdad
    la esta lastimando a miley si sigue asi
    no la dejes asi!!!!!!!
    necesito saber que pasara
    siguela siguela

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  2. siguela como mierda la desjas hay-.-

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