domingo, 28 de junio de 2015

Forever & Always - Cap 06

Estábamos de vuelta en la van y en camino a nuestro próximo destino, la Universidad Freeman. Luego del incidente en el desayuno, me adentre lejos en el bosque y llore. Matt me siguió.
Él no pregunto si lo que dijo Nick era cierto o no... Él solo estuvo allí cuando las lágrimas cayeron y yo las limpie con mi mano.
El pequeño espectáculo de Nick esta mañana fue más que repugnante.
Él mintió.
Él torció la verdad.
Él se burlo de mí, y se burlo de lo que sea que tuvimos.
Tentarme a revelar lo que paso entre nosotros en el mirador de la Sra. Reynolds era demasiado para mí. Esa noche Nick y yo compartimos preciosos momentos que recordare por el resto de mi vida. Fue perfecto; desde las luces con las cuales decoró el mirador hasta la manera romántica en que nos besamos luego de que baile lentamente en sus brazos. Él me trato como si yo fuera la única chica en el mundo que le importaba, y la chica con la querría pasar el resto de su vida.
Esta mañana, el corrompió mi recuerdo de esa noche para siempre.
Gracias a Dios que Damon le ordeno a Nick que se sentara en el asiento del pasajero. No creo que yo estaría muy feliz con Nick en este momento. No lo estoy, en realidad.
Estacionamos en Dixon Hall, uno de los edificios de dormitorios en la Universidad Freeman. Esta frente al edificio de una biblioteca hecha de ladrillos y con ventanas del piso hasta el techo.
Damon nos guio a una suite en el segundo piso. Tiene una cocina y mesa, dos sofás en el área común. —Las chicas en este dormitorio —dijo Damon señalando una puerta—. Los chicos en el otro. Sonríe, y se dirige con su maletín a la tercera puerta, la más cercana a los muebles.
—Este cuarto es para mí.
—Cuanto tiempo nos quedaremos aquí? —pregunta Matt.
—Esta será nuestra base por un tiempo —Damon le dice—. Haremos paseos desde aquí.
—Me duele el rostro —Lenny se queja—. Y pica —se parece a un mimo, con toda la crema blanca que le aplico la enfermera en sus quemaduras y picaduras. El camina hasta Trish y acerca su rostro a ella—. Ráscame.
Trish le hace una mueca, luciendo como si preferiría morir antes de tocar su rostro cubierto de crema. —Sal de mi camino, loco.
—Suficiente ustedes dos —dice Damon—. Trish, no me gustan los apodos. Lenny, si te pica algo, ráscatelo tú mismo.
Erin luce como si fuera a vomitar con solo mirar el rostro de Lenny cubierto de crema.
Lenny camina hasta la ventana sobre mirando por todo el campus —¡Ven a ver Nick! Chicas buenas bronceándose en bikinis.
Ignorándolo, Nick camina hasta el cuarto de chicos con sus cosas.
—Instálense, chicos —dice Damon mientras camina a su propio cuarto—. Quiero tener una reunión de grupo en media hora.
—Genial —Nick murmura sarcásticamente desde la puerta de su habitación—. Justo lo que necesitaba.
Damon voltea. —De verdad lo necesitas. Y antes de que preguntes como evitarlo, tu participaras como todos los demás —su tono hizo que quedara claro que no era negociable.
Trish, Erin, y yo elegimos nuestras camas en el cuarto de chicas.
—¿Erin, como es eso que no hablas? —demando Trish.
Erin se encoge de hombros mientras desempaca su maleta y cuelga su ropa en el pequeño closet.
—¿Sabes que este viaje es sobre compartir nuestras experiencias, cierto? ¿Qué hiciste además de llenarte el brazo de tatuajes?
Erin no responde. Se agita mientras dobla una camisa y la coloca en una gaveta pequeña.
—Déjala tranquila, Trish —digo—. Ella hablara cuando quiera.
—Bien, si así es como será, está bien —dice Trish, rindiéndose—. Pero solo para que lo sepas, no pretenderé ser tu amiguita si me pides algo.
Creo que Erin se queda en silencio como lo hace usualmente, hasta que sus manos se congelan y voltea hasta nosotras. Sus ojos están brillantes, como si estuviera sosteniendo lagrimas.
—Mi novio estará en la cárcel por tres años por matar a alguien mientras conducía. Mis padres me botaron de la casa. Y... —se limpia los ojos y dice en una voz suave—: Estoy embarazada.
—Mierda —dice Trish—. Y me pregunto por qué no hablas.
Le doy un codazo a Trish en las costillas, esperando que lo capte y no diga nada que vaya a herir a Erin. ¿Está embarazada? ¿De un chico que estará en la cárcel por tres años? Escuchar su historia convierte mis problemas con Nick en algo tan importante como romperse una uña.
—Si necesitas algo, estamos aquí para ti —le digo—. ¿Cierto, Trish?
—Sí —dice Trish rápidamente. Creo que Erin se acaba de ganar la lealtad de Trish por haber compartido su historia. Quizás que Trish prácticamente forzara a Erin a hablar fue algo bueno.
—¿Y que hay sobre ti? —dice Trish, dirigiéndose a mí.
Levanto mi mirada de mi maletín. Debo lucir como un ciervo bajo luces. —¿Que hay sobre mi? Dije mi historia en la fogata de anoche.
—No sobre el accidente. Nick dijo algo sobre tu y él en un mirador. ¿Te importaría entrar en detalles?
Rápidamente negué con la cabeza. —Quizás después. No queremos llegar tarde a la reunión de Damon —tire un montón de ropa dentro de una gaveta.
—Creo que estas evitando el tema.
—Tienes razón Trish —dije—. No quiero hablar sobre eso.
—Tú verás —Trish abre el closet y luce confundida—. Esperen, ¿dónde está el baño? —pregunta mientras sostiene una bolsa de plástico con sus artículos de aseo.
—En el área común, supongo —sugiere Erin—. Probablemente será compartido.
Se apresura hacia el área común para investigar. Erin y yo la seguimos. Por supuesto, hay un baño entre la habitación de los chicos y la de Demon.
Damon sale de su cuarto. —¿Qué ocurre?
—¿Damon, sabias que solo hay un baño para los siete? —Trish pregunta.
Damon sacude su cabeza. —Eso no es verdad.
Ella asoma su cabeza en el baño. —¡Eww! —señala el inodoro—. La silla está arriba. Y hay pequeñas gotitas de pis y vello púbico. Eso no está nada bien.
Como si fuera una señal, los tres chicos se nos unen. —¿Cuál es el problema? —Matt le pregunta a Trish.
—El problema es que los seis tenemos que compartir el baño —ella mira en dirección a nuestro líder—. Y el príncipe Damon tiene su propio trono para sentarse.
—Este no es un hotel de lujo —Lenny le informa a Trish—. De todas maneras, ¿qué hay de malo en el baño? A mí me pareció bien.
Trish se le acerca a Lenny. —Entonces tú eres el culpable. Tú estuviste en el baño.
Lenny se encoge de hombros. —¿Qué hay si lo hice?
—¿No has escuchado la frase, ―si fallas la puntería, se ordenado y limpia el asiento‖? Eso va dirigido a los tontos también.
—¿Y tú no has escuchado la frase, ―cierra la boca, perra‖? —Lenny dispara de vuelta.
—Creo que es tiempo de que tengamos nuestra reunión —dice Damon—. Ahora mismo.
Evito el contacto visual con Nick mientras elijo un asiento en el sofá. Trish y Erin se sientan cada una a mi lado. Los chicos se sientan en el otro sofá.
Damon busca una silla de la mesa de la cocina. Respira profundamente y choca sus manos. —De acuerdo, chicos, este es el trato. Algunas reglas deben ser establecidas, porque me están volviendo loco. Primero que todo, tratemos de eliminar las ofensas que constantemente salen de sus bocas. Segundo, no se acepta el consumo de drogas o alcohol. Estamos en el campus de una universidad y no dudo de que sean fáciles de conseguir. Tercero, estoy cansado de las disputas, me están dando dolor de cabeza.
—Pero... —Trish comienza a decir, pero Damon levanta una mano y la detiene.
—Sobre el baño. Todos ustedes tienen que compartir un baño. Vivan con eso. Hay otro baño al final del pasillo, al lado del ascensor si lo necesitan. Chicos, bajen el
asiento luego de que hagan su asunto. Chicas, asegúrense de no dejar productos femeninos por allí. ¿Estamos bien con eso?
Todos asentimos.
—¿Donde están los controles del aire acondicionado? —Lenny pregunta—. Estoy sudando mi trasero como en un sauna.
—No hay aire acondicionado Lenny. Como señalaste, este no es un hotel de lujo. ¿Alguna otra pregunta?
Cuando nadie respondió, Damon decide hablar. —Bien —exhala como si se hubiese liberado de un peso—. Ahora que todo está arreglado, tengo algo más que decir. Tuvimos un poco de drama matutino gracias a Nick, y quiero hablar sobre eso.
—Que si no hablamos sobre eso —Nick murmura—. Diablos, prefiero hablar sobre el pubis de Lenny.
Yo prefiero hablar sobre la perdida de vello púbico de Lenny, también. Es mejor que hacer que Nick y yo hablemos sobre nuestro pasado... o hablar el uno al otro. No lo hare. No ahora, cuando la herida es tan reciente.
Una ola de entumecimiento recae sobre mí. Me levanto. —Lo siento, Damon. Yo no puedo. No quiero faltarle el respeto al grupo o al proceso. Yo solo... necesito tiempo.
Intencionalmente miro lejos de Nick y luego estoy muy al tanto de mi pierna y su cercanía mientras paso por el área hacia mi cuarto y cierro la puerta. No la tranco, porque ahora estoy compartiendo la habitación con las otras chicas.
Cuando escucho que tocan la puerta me siento en la cama.
—Soy Matt. ¿Puedo pasar?
—Claro.
Matt abre la puerta. —¿Quieres hablar?
—No realmente. ¿Está molesto Damon?
—No. Él quería venir a ver si estabas bien, pero yo me ofrecí a venir en su lugar.
—Gracias —murmuro—. Me siento mal por haberlos dejado en el medio de la reunión.
—No te sientas mal —me dice—. Creo que todos comprenden. Bueno, excepto Nick.
—¿Por qué? ¿Qué dijo él?
Matt se abre paso en la habitación y se sienta a mi lado en la cama. —Él no dijo nada, Solo se levanto y se fue.

miércoles, 24 de junio de 2015

Forever & Always - Cap 05

Tras las palabras de Nick, cruzo mis brazos sobre mi pecho para prevenir que siga mirando. —Eres desagradable —susurro, esperando que nadie más haya escuchado su comentario de mal gusto.
—Gracias —responde él.
Me meto bajo mis cobijas, negándome a mirar en dirección a Nick. —Por mi puedes desangrarte.
—¿Quieres tu toalla de regreso? —pregunta él, con su actitud engreída a toda máquina. ¿Por qué hace eso? Durante un minuto me siento como si estuviera siendo de nuevo su verdadero yo, el Nick que una vez conocí, y al siguiente está actuando como el chico que quiere que todos crean que es.
—No.
—Ustedes dos, ¿podrían dejar de coquetear? —interrumpe Trish—. O bien admitan que se gustan o se van a la cama. O las dos.
—El no me gusta —declaro yo.
—Pero solía hacerlo —escucho murmurar suavemente a Nick desde su cama al lado mío.
—Historia antigua. ¿Acaso no te dije que ya lo superé? —susurro en respuesta.
—Duérmete ya, Miley—dice bruscamente Nick—. Te estás volviendo repetitiva.
Le doy la espalda. ¿Y qué pasa si sigo insistiendo en que lo nuestro se acabo? Es la verdad. Si soy completamente honesta, supongo que una parte de mi aún desea que las cosas volvieran a ser como fueron cuando estuvimos juntos. Pero ahora sé que él es
la última persona que necesito en mi vida y es bastante obvio que Nick y yo estamos de acuerdo en ese tema. El ha estado tratando de alejarme diciendo cosas hirientes, y está haciendo un gran trabajo.
Cuando mi cuerpo finalmente se relaja y siento que me estoy quedando dormida, Trish comienza a roncar de nuevo. Miro a Nick. Él yace sobre su espalda, envuelto en una sábana desgastada, con sus brazos doblados debajo de su cabeza. Obviamente no está dormido. Como si sintiera mi mirada sobre él, se gira hacia mí. Los camarotes no están muy lejos el uno del otro, y si estirara mi mano podría tocar su hombro desnudo. Él suspira suavemente y sacude su cabeza, entonces mira hacia el otro lado. Yo me giro y me enfoco en los sonidos que hace el colchón que está sobre mí, preguntándome como llegue hasta aquí. Cuando recibí la llamada de mi terapeuta físico preguntando si quería hacer parte de este programa, realmente sentí que era mi oportunidad de cerrar este capítulo de mi vida. Pensé que si podía compartir mi experiencia con otros, en lugar de mantener todos mis sentimientos acumulados dentro de mí, podría hacer el accidente parte de mi pasado y ser capaz de mirar hacia el futuro.
Desearía que Nick se sintiera de la misma forma y pudiera dejar el feo pasado atrás. Para ser honesta no creo que él pueda llegar a superarlo hasta que admita la verdad.
La verdad.
Él no tiene ni idea de que yo sé que no fue él quien me atropello con aquel auto. He estado ansiosa por decirle que se la verdad.
Pero no puedo. Obviamente, él sigue manteniendo el engaño por una razón.
Me obligo a quedarme dormida y a olvidarme de que Nick está al lado mío.
En la mañana, cuando estoy regresando del baño, por el camino de gravilla que conduce a nuestra cabaña, encuentro a Lenny durmiendo profundamente sobre un pasto. Él está roncando tan fuerte que el sonido hace eco por todo el campamento. Suprimo una risa. Él definitivamente podría competir con Trish con sus ronquidos.
Damon está esperando adentro de la cabaña. —¿Podría alguien decirme porque está Lenny durmiendo afuera en lugar de aquí adentro? —exige el.
—¿Por qué quería dormir con sus familiares? —dice Trish, encogiéndose de hombros.
Damon no parece muy feliz. —No es gracioso. Su cara ya parece un tomate gracias al sol de la mañana brillando directamente sobre él y tiene una tonelada de picaduras de mosquitos. Alguien vaya a despertarlo. Ahora.
—Yo me encargo —dice Nick.
—Yo voy contigo —ofrece Matt y los dos chicos dejan la cabaña.
Cuando los tres chicos regresan a la cabaña unos minutos después, le doy una buena mirada a Lenny y mi boca cae abierta. No me había dado cuenta cuando pase a su lado esta mañana. Damon tiene razón. Lac ara de Lenny está roja y totalmente quemada por el sol. Las picaduras de mosquito están regadas por todo su cuerpo y cara.
Lenny señala a cada uno de nosotros, y dice, con un tono de advertencia: —No. Digan. Nada.
—¿Qué demonios te paso a ti? —pregunta Damon cuando ve la sangre, ahora coagulada en la mano de Nick. Damon está totalmente confundido.
—Una de las camas casi se cae anoche —interrumpe Erin—. Nick la pudo detener antes de que cayera sobre Miley y sobre mí.
Creo que el resto de nosotros estamos sorprendidos al escuchar hablar a Erin. Ella ha estado siempre tan callada.
—Lenny empujó la cama —dice Trish—. A propósito.
Lenny mira con desprecio a Trish. —¿Sabes lo que le pasa a los soplones en la cárcel?
—Lenny, no pienso tolerar ninguna amenaza, así que déjala tranquila. Acompáñame a la enfermería. Nick, tu también. Quiero que te revisen la mano. El resto de ustedes, carguen todo en la van y vayan a desayunar. El comedor es el edificio grande al lado de la oficina principal.
Cuando todos estamos listos, Damon, Lenny y Nick se dirigen a la enfermería mientras el resto de nosotros seguimos instrucciones. El salón comedor es un edificio enorme con filas de mesas de picnic. Al final del salón, los adolescentes hacen fila con bandejas en sus manos para escoger su comida.
—Así que, ¿Cuál es la verdadera historia contigo y Nick? —me pregunta Matt cuando nos unimos a la fila.
Me pregunto qué tanto debería revelar. —Es algo súper complicado.
Tomo un cartón de lechey miro a Matt. —¿Necesitas que te ayude? —le pregunto cuándo levanta una bandeja y la acomoda sobre su brazo.
—Estoy bien —dice él.
Realmente admiro a Matt por eso.
Lo observo llevar firmemente su bandeja con su brazo funcional, mientras escogemos nuestros desayunos y nos dirigimos a una de las mesas para comer.
—Bonita forma de evitar la pregunta sobre Nick, Miley.
—No la estoy evitando —le digo.
Él levanta una ceja, obviamente poco convencido.
Trish y Erin se sientan frente a nosotros. ¿Qué debería decir? ¿Qué tanto debería contarle a Matt? Este viaje supuestamente se trata de no contener nada y dejarlo salir todo. Nick no ha sido honesto conmigo ni con nadie más… y siento que eso se lo está comiendo por dentro. No pienso dejar que eso me pase a mí.
Me giro hacia Matt. —Nick y yo tuvimos una relación después de que el salió de la cárcel de menores.
—Wow.
Observo la expresión de Matt cambiar de la sorpresa a la curiosidad. El accidente y las consecuencias de este me unieron a Nick para siempre, nos guste o no. Pero Matt no conoce la historia completa. Ni siquiera Damon, el mismo que se supone sabe todo a cerca de cada uno de los participantes de este programa, conoce la historia completa.
—¿Por qué estuvo en la cárcel? —pregunta Matt.
—Uhm… —me tomo un segundo para pensar que responder, como ponerlo en palabras.
—Díselo Miley—dice Nick, metiendo su cabeza entre nosotros—. Cuéntaselo todo.
Antes de que pueda siquiera responder, Nick explota: —Fue por atropellar a Miley mientras conducía borracho.
La boca de Matt está abierta por la sorpresa. —Santa mierda. ¿De verdad?
—De verdad. ¿Cierto Miley? —Nick me lanza una mirada sombría, como si lo hubiera traicionado.
—¿Por qué no se lo contamos a todos en este lugar?
No.
—Vamos Miley. Se aventurera.
—No estás hablando en serio —digo yo.
Él aclara su garganta. —Obsérvame.

Nick
En realidad no iba a decirle a todo el mundo en este maldito lugar que había ido a la prisión juvenil, pero ver a Miley en esta actitud de vamos-a-compartir-absolutamente-todo me molesto. Este programa de Re-Comenzar es un montón de mierda. Ellos creen que hablar acerca del accidente milagrosamente lo arreglara todo. Tengo noticias para Damon y todos los otros involucrados. Nada arreglara mi vida de mierda. Nada podrá borrar los últimos dos años. Nada cambiara el hecho de que no me quedan ni amigos ni familia. Solo estoy viviendo… sobreviviendo, en realidad.
Encontrar a Miley en una intensa conversación con Matt me hizo querer agarrar la camisa del tipo y comenzar una pelea con él. El tipo es genial, a diferencia de Lenny, pero cuando me acerque más y encontré a Miley confiando en él, mis venas se encendieron. Escanee la habitación y mire un megáfono cerca de la puerta frontal.
—Nick, no —dijo Miley.
La ignore mientras cruzaba el cuarto y recogía el megáfono. Apreté el botón de la sirena. Un odiosamente alto, penetrante grito hizo eco a través del edificio—algo bueno, porque todo el mundo inmediatamente tenía su atención concentrada en mí.
Lleve el megáfono a mis labios. —Tengo algo que decir —me agache hacia la boquilla.
Damon está parado en la línea con una bandeja llena de comida. Espero que él corra hacia a mí y me quite el megáfono de las manos, pero no lo hace. En lugar de eso, baja su bandeja y me asiente para que continúe.
—Maneje a casa borracho desde una fiesta de secundaria —dije, mi voz sonando extraña para mi mientras las palabras volaban a través del megáfono—. Choque con una chica, y la deje yaciendo en la calle sin saber si estaba muerta o viva. Yo era un atleta, un chico que probablemente conseguiría una beca de lucha para la universidad y no quería arruinar eso. Así que la deje. Al final, estaba atrapado y fui a la cárcel por un año.
Apreté de nuevo el botón del sonido. El lugar esta silencioso. Puedo imaginar cómo debo lucir… el genial chico atleta de secundaria quien lo arruino y ahora esta gimoteando acerca de ello. Nadie se va a apenar por mí, no es que lo quiera o lo espere.
Cuando levante la vista para ver a Miley, ella está sacudiendo su cabeza y dándome la espalda. Ella me está bloqueando de nuevo, pero no me importa.
Apreté el botón de hablar de nuevo. —Cuando salí de la cárcel, me involucre con mi víctima.
Más que unos pocos adolescentes en el cuarto abrieron mucho los ojos con esta nueva pieza de información. Ellos están susurrando en shock y señalándome.
—Nos besamos, tonteamos por ahí… ella me coló en su casa y dormimos juntos. La gente me advirtió que no me involucrara con ella, pero lo hice. El peor error de mi vida.
Por la esquina de mi ojo, observe como Miley se deslizaba del banco y se dirigía hacia las puertas giratorias. El bueno de Matt la siguió.
—¡Miley! —dije a través del megáfono. Ella retrocede y se detiene en su marcha—. ¿Quieres añadir algo? Me salte la parte de cuando estábamos en el mirador de la Sra. Reynolds.
Seguí a Miley, quien piensa que hablar es mejor que mantener la boca cerrada. Espero haberla hecho cambiado de parecer, y ella se dé cuenta que vivir en La-La-Land es mejor que enfrentar la realidad.
—Esa es la chica de la que estoy hablando —dije, señalándola.
—Cállate, Nick—ella sisea.
Le sostuve el megáfono. —La verdad duele, ¿Huh?

lunes, 8 de junio de 2015

Forever & Always - Cap 04

Me detuve mientras que Nick retrocedía en la oscuridad, la luz de la fogata parpadeando contra su camisa oscura. Quería que él escuchara mi historia. El accidente cambió mi vida para siempre y si alguien necesitaba escuchar mi lado de ella, era Nick. Él me debía el escuchar. El hecho de que se hubiera levantado y caminado lejos era como un bofetón en mi cara. Significaba que a él no le importaba… sobre mí, sobre lo que me ocurrió, y sobre nuestra relación que él afirmó era real.
Sentimientos de rabia y traición se instalaron en mí. Tomé una profunda respiración y mire alrededor las caras de los jóvenes que me observaban, esperando que explicara cómo la conducción adolescente irresponsable afectó mi vida.
—Aún tengo cicatrices… —dije, con mi voz apagándose. Dejé salir una lenta respiración mientras pensaba en la realdad de eso—. En el interior y en el exterior. Un chico fue condenado por golpearme y fue a la cárcel por ello. La parte triste es, que el accidente no solo nos afectó a nosotros dos, sino que también afectó a nuestras familias…y mayormente a toda nuestra ciudad también. Ninguno de nosotros ha sido el mismo desde entonces.
Una pequeña chica rubia con trenzas a la francesa levantó su delgada mano. —¿Qué hay sobre el chico? —preguntó ella—. ¿Qué ocurrió con él?
Miré hacia Damon, recostado contra un árbol en el fondo. Él piensa que Nick es quien me golpeó. —No lo sé. Creo que él me culpa de ser la razón por la que fue a la cárcel.
—Eso es estúpido —murmuró la chica.
—Si cometes un error, tienes que pagar el precio —dijo una de las consejeras.
La mujer no tenía idea de la verdad… que Nick no había cometido ningún error pero había pagado el precio de todas formas.
Trish se levantó a continuación. Habló sobre cómo había estado en una fiesta de la secundaria y alguien en la fiesta había puesto cocaína en su bolso. Cuando fue detenida por un control de velocidad y pasarse una luz roja, fue arrestada. Los cargos por droga son un registro permanente, y ahora cada vez que solicita un trabajo tiene que marcar la casilla de que ella es una delincuente condenada.
Con las emociones corriendo alto, Damon y el resto de los líderes dijeron que era tiempo de volver a nuestras cabañas.
Cuando alcanzamos la cabaña, la voz de Damon estalló al interior. —¡Oye Brecker! —gritó en una voz profunda que yo juré podía asustar hasta a la persona más dura. Las chicas asustadas y los chicos prácticamente de pie poniendo atención—. ¡Levántate maldita sea!
Nick está acostado en su litera, sus brazos descansando tras su cabeza. Él está usando pantalones sueltos y no lleva camisa. Se sienta, viéndose imperturbable. —¿Cuál es tu problema?
Damon camina directamente hasta la litera. —Ven aquí abajo, imbécil.
—Bonito lenguaje, Damon —Nick descendió en un movimiento y lo enfrentó directamente. Ambos andaban alrededor de la misma altura, pero Nick es delgado y musculoso comparado con el grueso Damon.
—Sí, bueno, digo lo que veo. Discúlpate con Miley por haberte ido —demandó Damon gesticulando en mi dirección—. Fue completamente irrespetuoso y rudo.
—Lo siento —murmura Nick no muy sinceramente.
Furiosa, le doy un codazo a Damon hacia un lado y me paro de frente a Nick con los dedos de nuestros pies tocándose. Es tan malo que esté híper consciente de las ondas en su pecho desnudo sólo a unas pulgadas de distancia. —¿Por qué estás tan empeñado en actuar como un idiota?
Nick me dio una sonora risa. —Porque soy uno.
—¿Por qué estás haciendo esto? —este no es el Nick real, el Nick con el que crecí. Esta es un endurecida, falsa representación de él, y la odio.
—No estoy haciendo nada. Éste soy yo dulzura, tómalo o déjalo.
—¿Qué está ocurriendo entre ustedes? —preguntó Trish.
—Nada —le dije a ella—. Nada está ocurriendo, ¿verdad Nick?
Yo cojeo fuera de la cabaña, los tablones sueltos crujiendo bajo mis zapatillas mientras entablo la distancia que necesito entre yo y cualquier otra persona. Cuando camino al cálido aire nocturno, me siento mejor. Mientras me aferro a la barandilla y maniobro dificultosamente para bajar los tres escalones hasta la hierba, siento la presencia de Nick tras de mí.
Lo ignoro, incluso cuando mi estómago se está retorciendo por el conocimiento. Tengo mucho que decir que estoy reteniendo.
—Miley —la voz de Nick se hace eco a través del aire nocturno.
Continué caminando. Cuando él me alcanza, me vuelvo sobre mis talones y cojeo lejos de él. —Déjame sola —le digo por sobre mi hombro.
—Qué querías que hiciera, que te escuchara hablar sobre cómo te golpeé con mi auto, y luego te dejé muriendo tirada en la calle, luego sobre cómo fui enviado a la cárcel, y como después de salir nosotros comenzamos… comenzamos… —él hace una mueca y presiona las palmas de sus manos en sus ojos, como si poner la historia en palabras lo hiciera insoportablemente real.
—¿Una relación? —pregunté, imperturbable.
—Como sea que lo quieras llamar. Nunca hubiera funcionado.
—Ni siquiera nos diste una oportunidad.
—Tu madre me odia. Mis padres se volverían locos si nos vieran juntos. Demonios Miley, incluso Damon me advirtió que me alejara de ti. Deberías estar agradecida de que me fui, pero es obvio que aun estás aferrada a algo que ocurrió entre nosotros.
Camine hacia Nick de forma tan cercana que casi podía sentir la energía que irradiaba de él. —Tú necesitas superarte a ti mismo. Lo que tuvimos fue una corta aventura. Tanto lo he superado que ya ni siquiera es divertido.
—Vamos Miley. Admite que aún hay una parte de ti que me quiere, incluso aunque sigas actuando como si me hubieras expulsado de tu sistema. Protestas demasiado.
—Yo no siento nada por ti.
Justo cuando estoy a punto de caminar lejos y regresar a la cabaña, Nick se extiende y envuelve sus dedos alrededor de mi muñeca. —¿En serio? —dice él.
Yo trago duramente. Esos dedos en mi muñeca están llenos de imprudente energía… conozco esos dedos demasiado bien. Me enojo conmigo por estar recordando cómo se sentía tener esa energía enfocada en mí… esos dedos acariciaron ligeramente mi piel hace un tiempo atrás. Todo en lo que debería estar
pensando es en cómo ponerlo a él en su lugar, en lugar de sentir una conexión. Pero cuando miro hacia él, me olvido de todo debido a esos intensos, ojos color azul hielo que son, oh, tan únicos que Nick Jonas me esté absorbiendo.
Tuerzo mi muñeca para liberarme de su agarre, determinada a romper cualquier hechizo en que él me tuviera de una vez por todas.
Estoy caminando de vuelta a la cabaña cuando escucho a Nick reírse detrás de mí.
Mi detengo y me vuelvo. —¿Qué es tan gracioso? —demando yo. Espero que no tenga papel higiénico en mi zapato o goma de mascar en la parte trasera de mis jeans.
La risa de Nick se transformó en una sonrisa arrogante. —Me lo imaginaba.
—¿Qué te imaginabas?
—Porqué eres tan inflexible en dejarme saber que todo está terminado entre nosotros —él cruza sus brazos en su pecho—. Es porque estás intentando convencerte a ti misma que se ha terminado. Pero ambos, tú y yo sabemos que aún hay algo que pasa entre nosotros.
—Estás delirando. La única cosa que hay entre nosotros es odio y resentimiento. Y no estoy sólo hablando de mí aquí. Tú estás tan resentido conmigo como yo lo estoy contigo.
Cuando él da un paso hacia adelante, yo doy un paso hacia atrás. —¿Segura? —pregunta él, con una expresión incluso más arrogante.
—Sí. Segura —le digo—. Ciento cincuenta por ciento segura.
—Entonces pruébalo.
Levanté mis cejas hacia él preguntándome qué estaba tramando. —¿Cómo?
—Bésame Miley. Justo aquí, justo ahora.

Nick

—Solo un beso —digo, y me acerco más—. Si ya no te gusto, entonces no será problema.
Ella alzó la barbilla. Ella no tiene idea de cómo mirar su acto de chica dura me hace quererla incluso más. No estoy seguro de mis motivos... no quiero pensar en eso demasiado fuerte por temor a que podría encontrar la respuesta verdadera.
—No beso a chicos solo para demostrar algo —declara con una actitud que solo he visto que ella ponga unas cuantas veces—. Y sobre todo no tengo nada que demostrarte a ti.
Ella no quiere admitir que todavía hay algo entre nosotros. Está ardiendo a fuego lento por debajo del odio y resentimiento, o cómo demonios quiera etiquetarlo. Por mucho que quiera mantener las distancias, al mismo tiempo quiero ver hasta qué punto puedo llegar. Probarla es una mala idea, lo sé. Es bueno si ya no siente nada por mí. Pero no puedo resistir tener que asegurarme. —¿De qué tienes miedo? Si realmente lo has hecho entonces nuestro beso no significará anda y podrás seguir adelante.
—He seguido adelante, Nick. Pero si realmente quieres que te lo pruebe, lo haré.
Una sonrisa maliciosa se pegó en mi rostro. —Demuéstralo.
La vieja Miley se habría sonrojado y mirado fijamente al suelo en vez de enfrentarse a ser cuestionada. La vieja Miley se habría dado la vuelta y hubiera corrido. Solía ser predecible. Ahora no, y eso me estaba confundiendo en mi propio juego.
La nueva Miley, la Miley que me pone en mi lugar y se mete bajo mi piel, extiende su mano y calmada pone su mano en mi pecho. Inclina su cabeza hacia atrás y me mira, sus ojos camaleónicos brillando de un gris oscuro a la luz de la luna. —No deberías desafiarme —dice ella.
—Lo sé´—digo, manteniendo cuidadosamente mi voz plana y fría.
Tenerla así de cerca hace a mi cuerpo tan consiente y vivo que tengo que luchar por mantenerme en control. Mi corazón está corriendo desbocado y mis sentidos están tan aumentados que puedo oler su perfume floral desde la corta distancia entre nosotros. Espero y rezo que ella no se dé cuenta del poderoso efecto que todavía tiene sobre mí. No me he sentido así desde, bueno, desde esa noche en el mirador de la Sra. Reynolds cuando la quise a ella más que a ninguna otra chica. Terminó inocentemente, pero el hombre en mi quería llegar al siguiente nivel… o incluso más lejos.
Aunque estoy seguro que Miley puede sentir mi corazón latiendo acelerado y rápido contra su palma ahora mismo, trato de olvidarlo cuando ella alza su mano y la entrelaza en mi cabello.
—¿Estás lista? —pregunto en voz grave.
—Seguro —dice ella tentativamente mientras inclino mi cabeza. Quiero poner mi mano sobre su mejilla y sentir su suave piel bajo mis dedos, o acariciar el pelo suelto que cae sobre sus ojos. Pero no lo hago. Sería demasiado íntimo y rompería el poco control que tengo. Mis labios sobre los suyos, provocando. Quiero que ella quiera esto tanto como yo lo hago.
—No se lo digas a nadie, ¿de acuerdo? —advierte ella, retrocediendo mínimamente. Esas palabras desinflan mi libido tan rápido como se había encendido.
¿No le digas a nadie? Está bien, para ser honestos no estoy sorprendido que no quiera contarle a nadie sobre nuestro pequeño momento privado de verdad o desafío. Pero al mismo tiempo sus palabras hieren. ¿No quiere que nadie lo sepa porque le gusta otro chico? ¿O porque de repente se siente avergonzada de ser asociada con un ex-convicto? Mierda, tal vez ella realmente me superó. La realidad, se arrastra como un maremoto sobre mí.
¿Qué demonios estoy haciendo? No puedo hacerlo. Cuando nos encontramos juntos en Tennessee, nada fue calculado. Sólo pasó. Pero ahora, esta escena completa es un desafío, una total trampa. Estar emocionalmente involucrado con cualquier chica, especialmente Miley, es lo último que necesito. Y ahí es adónde esto me está llevando.
Tal vez solo necesito echarme un polvo. Tal vez solo necesito sexo ocasional con alguna atolondrada como Trish en un intento por borrar a Miley de mis pensamientos. Sexo ocasional ahora mismo probablemente restauraría mi cordura.
Alejo mis manos de Miley y retrocedo. Me encojo de hombros y le doy una mirada arrogante. —Tienes razón —digo—. Esto es estúpido. No tienes que probarme nada.
No puedo decir si ella está aliviada o decepcionada. No importa, realmente. No quiero esperar mientras ella analiza si lo que acaba de suceder, pasó o no. Yo tampoco quiero analizarlo.
La dejo sola ahí parada y camino hacia el fogón. La oigo llamarme pero sigo, preocupado por si pierdo mi determinación, retomo mis palabras, y la beso como ningún otro chico lo haría. Apurándome por el camino iluminado por la luna y rodeado de árboles para incrementar la distancia entre nosotros, finalmente llego al claro. El fuego casi está apagado, a excepción de unas cuantas brasas obstinadas.
Me siento en uno de los bancos, que en realidad es un tronco de madera tirado en el suelo. Hace menos de una hora, en este lugar exacto, Miley compartió nuestra historia. Ella todavía no tiene idea de lo que en realidad pasó la noche del accidente. La historia que cuenta es verdadera para ella, pero una completa invención con la que he vivido desde hace mucho tiempo.
Me siento junto al fuego hasta que la última brasa luchadora muere. Cuando finalmente vuelvo a la cabina, todas las luces están apagadas excepto por unas pocas que conducen a los baños. Dentro de la cabina, todos parecen estar durmiendo o, en el caso de Trish, roncando como la sinfonía de un corral. Incluso Miley está dormida, aunque su espalda da para mi lado y no puedo ver su rostro. La sábana que la cubre se mueve hacia arriba y hacia abajo, lenta y rítmicamente, con cada espiración.
Rebusco en mi mochila. Por un breve momento, me pregunto dónde está Damon, entonces recuerdo que él cayó rendido en la cabina de consejeros con aire acondicionado y camas reales, mientras nosotros estábamos pasando apuros “a lo máximo”, como había señalado Matt más temprano.
Después de lavarme, salto en mi litera de arriba, cuidadosamente para no despertar a Matt a pesar de que la litera de metal y los muelles crujen ruidosamente mientras me siento en el colchón. Cuando escucho a Matt agitarse, murmuro: —Lo siento, amigo.
—No hay problema —susurra—. No estaba realmente dormido de todos…modos.
—¿Quién puede dormir con la maldita pesada de Trish aquí con nosotros? —gritó Lenny, entonces gruñe en frustración.
Como a propósito, los ronquidos de Trish aumentaron en tono y volumen. No es uno de esos trabajos de respiración dificultosa, tampoco. Primero, ella empieza a gorgorear como si estuviera almacenando flema en la parte posterior de su
garganta. Entonces, lanza una sinfonía de ronquidos y gorgoreos nasales que nunca en mi vida había escuchado antes, incluso de un chico.
Lenny, que duerme arriba de Trish, se asoma hacia abajo para mirarla. —¡Trish, cállate maldición! —grita prácticamente.
Trish no se mueve. Deja de roncar por medio segundo, pero luego comienza nuevamente, incluso más alto que antes.
—Puedo sofocarla con mi almohada —ofrece Lenny como opción.
Matt se sienta. —Escuché que si pones la mano de alguien en agua caliente mientras está durmiendo, deja de roncar.
—Eso es para hacer que alguien se orine en la cama —le digo.
—¿Funciona en serio? —pregunta Lenny, obviamente emocionado—. Deberíamos tratarlo. ¿Quién va por un balde?
—Estás bromeando, ¿verdad? —suena Miley desde abajo en un susurro suave—. No puedes hacer eso.
Un gran resoplido sale de la boca abierta de Trish. Lenny se sienta, agarra ambos lados de la litera superior y empieza a mecer la cama de lado a lado.
—¡No hagas eso! —grita Miley.
Escuchar a Miley gritar me hace saltar de la cama en el momento justo para ver la litera de Lenny y Trish empezar a volcarse. Cuando el metal está cerca de estrellarse con el metal, alcanzo y agarro el marco de la cama antes de que choque con la litera de Miley y con Miley. Su pierna está lo bastante dañada. Mi pierna detiene a Trish, pero es muy tarde para Lenny, que cae con porrazo.
Trish de desliza lentamente por mi pierna y aterriza sobre su trasero en un charco de sábanas enredadas sobre el piso. Alza la vista, sorprendida y asustada. Para una chica que supongo se enorgullece de parecer muy fuerte, sorprendida y asustada no encaja.
—¿Qué pasó? —pregunta, sus ojos abiertos mientras se asegura que su cama está estable y en posición vertical nuevamente. Se para, y entonces frota su trasero unas cuantas veces, antes de recoger sus sábanas y almohada.
Es obvio, Lenny no va a explicarle, así que le ofrezco una respuesta rápida. —Tú cama se cayó. Vuelve a dormir.
—¿Cómo se cayó? —pregunta, arrojando su brazada de vuelta a la cama.
—¡Santa mierda, fue impresionante! —gritó Lenny desde el suelo. Está riendo, como si asustar a las chicas casi hasta la muerte fuera loco y divertido. Es un imbécil.
—Amigo, cálmate —le dije.
Trish miró a Lenny con los ojos entrecerrados. —¿Tiraste la litera a propósito?
—Estabas roncando como un jodido cerdo, Trish. Traté de despertarte, pero duermes como los muertos. Nos estaba haciendo un favor a todos.
Como un perro de ataque, Trish se abalanzó sobre Lenny. La atrapo a tiempo y la hago retroceder. —¡Eres un estúpido! —le grita a Lenny.
—Dime algo que no sepa —le responde Lenny, entonces resopla sonoramente como un cerdo cabreado. Si él no lo nota, la chica tiene unas malditas uñas de miedo. Son largas, son puntiagudas, se están clavando en mis brazos ahora mismo, y no tengo ninguna duda que Trish las usará como arma a la primera oportunidad que tenga. Lo último que haría es soltarla y dejar que esas garras salieran acuchillando.
—Trish, no dejes que te moleste —dice Miley calmadamente mientras se mete entre Trish y Lenny. Miley está usando una camiseta rosada de tirantes y un pantalón pijama a juego que cubre casi todo. Soy demasiado consciente de que si Trish se lanza nuevamente, Miley podría caer fácilmente y lastimarse su pierna—. Nick, déjala ir.
Libero a Trish lentamente, listo para sujetarla de nuevo si siento que va a abalanzarse. Miley sigue entre ella y Lenny, quien finalmente para de reír.
Todo el mundo está despierto ahora, todos mirando a Lenny.
—Perdedores ustedes no tienen sentido del humor —se queja Lenny. Nos balancea su trasero desnudo antes de salir pisando fuerte de la cabina.
Erin grita, entonces empuja la sábana por encima de su cabeza.
—No voy a dormir debajo de ese imbécil —declara Trish.
—Yo dormiré debajo de él —ofrezco—. Toma mi cama —Trish parece demasiado cansada y enfadada para ser agradecida cuando sube hasta mi colchón.
Me siento en la pila de ropa de cama arrugada de Trish y me doy cuenta que estaré durmiendo junto a Miley. La miro.
No lo había notado antes, pero ahora está claro que Miley no está usando sostén. Mientras estoy sentado en la litera y ella está parada a mi lado, sus pechos se encuentran al nivel de mi vista. La escucho aspirar una bocanada de aire.
Apunta a mi mano y susurra: —Estás sangrando.
Bajó mi mirada. Efectivamente, la sangre está goteando de la parte trasera de mi mano. Supongo que cuando metí mi mano entre las literas de metal me corté. Limpié la sangre en mis pantalones cortos. —No es para tanto.
Miley frunce el ceño mientras saca una toalla de su mochila y me la tiende. —Toma.
—No voy a estropear tu toalla con mi sangre —le digo, lanzándosela de vuelta.
Ella la atrapa con una mano, y luego pone los ojos en blanco y suspira. —Puedes dejar de jugar al héroe en cualquier momento, sabes.
—¿Piensas que soy un héroe?
—Sin comentarios —dice mientras agarra mi muñeca y empuja mi mano hacia ella para poder examinar el corte. Su rostro está tenso y severo cuando frota su toalla en mi mano. Alcanzando su mochila, saca una botella de agua. Vierte agua sobre la toalla, luego continúa limpiando el corte. Duele, pero no hago sonido alguno. No puedo siquiera recordar la última vez que alguien realmente se preocupó por mí, y se siente raro. Me desplazo sobre la cama, sintiéndome incómodo. Estoy acostumbrado a estar sólo y cuidar de mi mismo. Nunca jugué al chico necesitado antes, y no estoy a punto ahora de hacerlo ahora. Especialmente en frente de Miley.
Saqué mi mano. —Estoy bien.
Miley se levanta y se inclina por lo que estamos cara a cara. Su mirada encuentra la mía. —No, no lo estás.
Necesito dar vuelta a la situación o voy a perder cualquier control que tenga cuando se trata de Miley y yo. Mi resolución de apartarla es débil. Mejor si doy un paso al frente y soy el chico que piensa que me he convertido.
—¿Te estás agachando así a propósito? —le pregunto mientras hago un gesto a su pecho—. Porque tengo una buena vista de tus tetas ahora mismo.