viernes, 9 de agosto de 2013

My Beautiful Mistake- Niley- Cap 07


Antes de llegar a la barra, Demi sacó su mejor amiga a la pista de baile. Los calientes tacos aguja rosa de Miley brillaban en la luz negra, y sonreí cuando ella se rio de los movimientos de baile salvajes de Demi. Mis ojos viajaron hacia debajo de su vestido negro, deteniéndome en sus caderas. Tenía movimientos, admito eso. Un pensamiento sexual apareció en mi mente, y tuve que apartar la mirada. The Red Door estaba bastante lleno. Algunas caras nuevas, pero en su mayoría clientes habituales. Cualquier persona nueva caminando dentro era como carne fresca para aquellos de nosotros que no tienen la imaginación para otra cosa que presentarse en el bar cada fin de semana. Especialmente las chicas que lucían como Miley y Demi. Pedí una cerveza, bebí la mitad de ella, y luego regresé mi atención a la pista de baile. Mirar fijamente no fue a propósito, sobre todo sabiendo que probablemente tenía la misma expresión en mi cara como cada idiota mirándolas. La canción terminó, y Miley tiró a Demi de nuevo a la barra. Estaban jadeantes, sonrientes y sólo lo suficiente sudorosas como para ser sexy.
—Así va a ser toda la noche, Demi. Sólo ignóralos —dijo Joe. La cara de Demi estaba jodida con disgusto, mirando detrás de mí. Sólo podía imaginar quién estaba allí. No podría haber sido Delta. Ella no era de las que esperan en los laterales.
—Parece que las Vegas vomitó una bandada de buitres —dijo Demi despreciativamente. Miré por encima del hombro, y tres de las hermanas de la hermandad de Lexi estaban paradas hombro con hombro. Otra de ellas se paró junto a mí con una sonrisa brillante. Todas sonrieron cuando hice contacto visual, pero rápidamente me di la vuelta, bebiendo la última mitad de mi cerveza. Por alguna razón, las chicas que actuaban de esa manera a mí alrededor ponían a Demi de bastante mal humor. No podía estar en desacuerdo con su referencia a buitre, sin embargo. Encendí un cigarrillo y luego pedí dos cervezas más. La rubia a mi lado, Brooke, sonrió y se mordió el labio. Hice una pausa, sin saber si iba a llorar o abrazarme. No fue hasta Cami destapó y deslizó las botellas otra vez que supe por qué tenía Brooke ese aspecto ridículo en su cara. Tomó la cerveza y comenzó a tomar un trago, pero lo agarré de ella antes de que pudiera, y se lo entregué a Miley.
—Uh. . . no es para ti —. Brooke pisoteó hasta reunirse con sus amigos. Miley, sin embargo, parecía perfectamente conforme, tomando tragos tamaño hombre.
—Como si yo fuera a comprar una cerveza para una chica en un bar —dije. Pensé que eso se añadiría a la diversión de Miley, pero en lugar de eso alzó su cerveza con una mirada amarga en su cara.
—Eres diferente —dije con una media sonrisa.
Chocó su botella contra la mía, claramente irritada. —Por ser la única chica con la que un chico, que no tiene ningún estándar, no quiere dormir. —Ella tomó un trago, pero le quité la botella de su boca.
— ¿Lo dices en serio?— Cuando ella no respondió, me incliné más cerca para un mayor efecto. —Primero que nada. . . tengo estándares. Nunca he estado con una mujer fea. Nunca. En segundo lugar, yo quería dormir contigo. Pensé en tirarte sobre mi sofá de cincuenta maneras diferentes, pero no lo hice porque ya no te veo de esa manera. No es que no me atraigas, simplemente creo que eres mejor que eso.
Una sonrisa presumida se deslizó por su rostro. —Crees que soy demasiado buena para ti.
Increíble. Ella realmente no lo entiende. —No puedo pensar en ningún solo chico que conozca que sea lo suficientemente bueno para ti.
La petulancia se disolvió, reemplazada por una conmovida y agradecida sonrisa. —Gracias, Nick—dijo, poniendo su botella vacía en la barra. Ella realmente podría ponerlos en su lugar cuando ella quiera. Normalmente lo llamaría descuidado, pero ella se conducía con tal confianza. . . no sé. . . todo lo que hacía era caliente.
Me levanté y agarré su mano. — ¡Vamos! —. La atraje hacia la pista de baile, y ella siguió detrás de mí.
— ¡He bebido demasiado! ¡Me voy a caer! —.
Ahora, en la pista de baile, agarré sus caderas y atraje su cuerpo presionado contra el mío, sin dejar espacio entre nosotros. —Cállate y baila.
Todas las risitas y sonrisas abandonaron su cara y su cuerpo comenzó a moverse contra el mío con la música. No podía mantener mis manos fuera de ella. Cuanto más cerca estábamos, más cerca necesitaba que ella esté. Su cabello estaba en mi cara, y a pesar de que había bebido lo suficiente como para dejarlo por esta noche, todos mis sentidos estaban alertas. La forma en que su culo se sentía contra mí, las diferentes direcciones y movimientos que sus caderas hacían con la música, la forma en que se apoyó en mi pecho y descansó la parte posterior de su cabeza en mi hombro. Quería empujarla a un rincón oscuro y saborear el interior de su boca. Miley  se volvió hacia mí con una sonrisa traviesa. Sus manos empezaron por mis hombros, y luego dejó que sus dedos corran por mi pecho y estómago. Casi me volví loco, deseándola en ese mismo momento. Se giró de espaldas a mí, y mi corazón latía aún más rápido en contra de mi caja torácica. Ella estaba más cerca de esa manera. Agarré sus caderas y la atraje con más fuerza contra mí. Envolví mis brazos alrededor de su cintura y enterré mi cara en su cabello. Estaba saturado de sudor, y combinado con su perfume. Cualquier pensamiento racional desapareció. La canción estaba terminando, pero ella no mostraba señales de detenerse. Miley se inclinó hacia atrás, su cabeza en mi hombro. Algunos de sus cabellos cayeron, exponiendo la piel reluciente de su cuello. Toda fuerza de voluntad se desvaneció. Toqué con mis labios el punto delicado, justo detrás de su oreja. No podía parar allí, abrí mi boca para dejar que mi lengua lama la humedad salada de su piel. El cuerpo de Miley se tensó y se apartó.
— ¿Qué, Pidge? —pregunté. Tuve que reír. Parecía que quería pegarme. Pensé que estábamos pasando un buen rato, y ella estaba más enfadada de lo que jamás la había visto. En vez de dejar volar su temperamento, se abrió paso entre la multitud, retirándose al bar. La seguí, sabiendo que iba a encontrar muy pronto qué es exactamente lo que había hecho mal. Tomando el taburete vacío junto a ella, vi como Miley señaló a Cami que quería otra cerveza. Pedí una para mí, y entonces la vio beberse la mitad de la suya. La botella sonó contra el mostrador cuando lo bajó de golpe.
— ¿Crees que eso va a cambiar la opinión de alguien sobre nosotros?
Me reí una vez. Después de todo eso de sacudir y triturar contra mi pene, ¿estaba de repente preocupada por las apariencias? —No me importa ni una mierda lo que piensen sobre nosotros—  Me lanzó una mirada asesina, y luego se giró para mirar hacia el frente. —Pigeon —dije, tocándole el brazo.
Ella se alejó. —No. Yo nunca me pondré lo suficientemente borracha para meterme en ese sofá — Instantáneamente la ira me consumía. Nunca la había tratado así. Nunca. Ella me dio falsas expectativas, y luego le di un par de besos en el cuello, ¿y enloquece? Empecé a hablar, pero Delta apareció a mi lado.
—Bueno ¿No es este Nick Jonas?
—Hola, Delta —. Miley miró a Delta, claramente tomada por sorpresa. Delta era una profesional en inclinar la balanza a su favor.
—Preséntame a tu novia —dijo Delta, sonriendo.
Ella sabía condenadamente bien que Miley no era mi novia. Puta 101: Si el hombre en tu mira está en una cita o con una amiga, oblígalo a admitir la falta de compromiso. Crea inseguridad e inestabilidad: sabía a dónde iba esto. Infiernos, si realmente Miley pensaba que yo era un idiota de nivel criminal, bien podría actuar como tal. Deslicé mi cerveza por la barra, y cayó por el borde, tintineando en el bote de basura al final. —Ella no es mi novia.
Intencionalmente ignorando la reacción de Miley, agarré la mano de Delta y la llevé a la pista de baile. Ella obedeció, felizmente balanceando los brazos hasta que nuestros pies golpearon la madera. Siempre era entretenido bailar con Delta. No tenía vergüenza y me dejaba hacerle cualquier cosa que yo quería, dentro y fuera de la pista de baile. Como es habitual, la mayoría de los otros bailarines se detuvieron para ver. Por lo general, nos lucíamos, pero me sentía excepcionalmente lascivo. El rubio cabello de Delta me dio una bofetada en la cara más de una vez, pero yo estaba entumecido. La levanté y envolví sus piernas alrededor de mi cintura, y luego se inclinó hacia atrás, estirando sus brazos sobre su cabeza. Ella sonrió mientras la bombeaba en frente de todo el bar, y cuando la dejó en el suelo, se giró y se agachó, agarrando sus tobillos. El sudor corría por mi cara. La piel de Delta estaba muy mojada, mis manos se resbalaban cada vez que trataba de tocarla. Su camisa estaba empapada, y también lo estaba la mía. Se inclinó para besar, con la boca ligeramente abierta, pero me incliné hacia atrás, mirando hacia la barra. Fue entonces cuando lo vi. Ethan Coats. Miley se inclinó hacia él, sonriendo con esa sonrisa coqueta, borracha, llévame-a-casa que podía detectar en una multitud de mil mujeres. Dejando a Delta en la pista de baile, me empujé a través de la masa que se había reunido alrededor. Justo antes de llegar a Miley, Ethan se inclinó para tocarle la rodilla. Recordando que se había salido con la suya el año anterior, apreté mi mano en un puño, de pie entre ellos, de espaldas a Ethan.
— ¿Estás lista, Pidge?
Miley puso su mano sobre mi estómago y me empujó hacia un lado, sonriendo al instante que Ethan volvió a la vista. —Estoy hablando, Nick —. Ella retuvo su mano, sintiendo como de mojada estaba, y luego la secó en su falda de una manera dramática.
— ¿Ni siquiera conoces a este chico?
Ella sonrió aún más ampliamente. —Este es Ethan —.
Ethan extendió su mano. —Un placer conocerte —. No podía quitar mis ojos de Miley mientras ella miraba a ese maldito enfermo y retorcido frente a ella. Dejé la mano de Ethan colgando, esperando a que Miley recuerde que estaba parado allí.
Desdeñosa, agitó su mano en mi dirección. —Ethan, este es Nick —. Su voz era claramente menos entusiasta acerca de mi presentación, que sólo me molestaba más.
Fulminé con la mirada a Ethan, y luego a su mano. —Nick Jonas —. Mi voz era baja y lo más amenazante que podía manejar.
Los ojos de Ethan se abrieron como platos, y retiró torpemente su mano. — ¿Nick Jonas?
Estiré mi brazo detrás de Miley para agarrar la barra. —Sí, ¿qué con eso? —.
—Te vi luchar contra Shawn Smith el año pasado, hombre. ¡Pensé que iba a presenciar la muerte de alguien!
Mis ojos se estrecharon, y apreté los dientes. — ¿Quieres verlo otra vez? —. Ethan se rio una vez, sus ojos como dardos de ida y vuelta entre nosotros. Cuando se dio cuenta no estaba bromeando, él sonrió torpemente a Miley, y luego se alejó.
— ¿Estás lista, ahora? —espeté.
—Eres es un completo idiota, ¿sabes?
—Me han llamado peor —. Le tendí mi mano y ella la tomó, dejándome ayudarla a bajar del taburete. No podría estar enojada. Con un fuerte silbido, hice señas a Joe, que vio mi expresión y de inmediato sabía que era hora de irse. Utilicé mi hombro para cortar a través de la multitud, sin vergüenza derribando unas pocas personas inocentes para desahogarme hasta que Joe nos dirigió y asumió el control por mí. Una vez fuera, agarré la mano de Miley, pero ella lo apartó.
Me di la vuelta y grité en su cara. — ¡Debería simplemente besarte y superarlo! ¡Estás siendo ridícula! Besé tu cuello, ¿y qué? —. Miley se inclinó hacia atrás, y cuando eso no creaba suficiente espacio, me empujó. No importa cuán enojado estaba, ella no conocía el miedo. Fue un poco caliente.
—No soy una amiga para follar, Nick.
Negué con la cabeza, aturdido. Si había algo más que pudiera hacer para impedir que piense eso, yo no sabía lo que era. Ella fue especial para mí desde el momento en que puse los ojos en ella, y traté de hacerle saber eso que cada vez que podía. ¿Cómo podía hacerle entender eso a ella? ¿Cuán diferente de a todos los demás podía tratarla? — ¡Nunca dije que lo fueras! ¡Estás conmigo las veinticuatro horas del día, duermes en mi cama, pero la mitad del tiempo actúas como si no quisieras que te vieran conmigo! 
— ¡Vine aquí contigo!
—Nunca te he tratado con algo más que con respeto, Pidge 
—No, sólo me tratas como tú propiedad. ¡No tenías derecho a ahuyentar a Ethan así! 
— ¿Sabes quién es Ethan? —Cuando ella negó con la cabeza, me incliné más cerca—Yo sí. Fue arrestado el año pasado por agresión sexual, pero los cargos fueron retirados.
Ella se cruzó de brazos. —Oh, ¿así que tienen algo en común? 
Un velo rojo cubría mis ojos, y en menos de un segundo, la rabia hervía dentro de mí. Tomé una respiración profunda, para tranquilizarme. — ¿Me estás llamando violador? —. Miley hizo una pausa en sus pensamientos, y su vacilación hizo que la ira se derrita. Ella era la única que tenía ese efecto en mí. En cada otro momento que había estado tan enfadado, había golpeado algo o alguien. Nunca había golpeado a una mujer, pero definitivamente hubiera dado un giro a la camioneta estacionada al lado de nosotros.
—No, ¡sólo estoy molesta contigo! —dijo, apretando los labios.
—He estado bebiendo, ¿de acuerdo? Tu piel estaba a tres centímetros de mi cara, eres hermosa, y hueles malditamente increíble cuando sudas. ¡Te besé! ¡Lo siento! ¡Supéralo!
Mi respuesta hizo que se detuviera, y las comisuras de su boca se elevaron. — ¿Crees que soy hermosa? 
Fruncí el ceño. Qué pregunta más estúpida. —Eres guapísima y lo sabes. ¿Por qué estás sonriendo? 
Cuanto ella más trataba de no sonreír, más lo hacía. —Nada. Vámonos.
Me reí una vez, y luego sacudí la cabeza. — ¿Qué…? ¿Tú…? ¡Tú eres un grano en mi trasero! —. Ella estaba sonriendo de oreja a oreja por mi elogio, y había pasado de psicópata a ridículo en menos de cinco minutos. Trató de dejar de sonreír y, a su vez, eso me hizo sonreír.
Puse mi brazo alrededor de su cuello, pidiéndole a Dios haber podido besarla. —Me estas volviendo loco. ¿Sabías? —. El viaje a casa fue en silencio, y cuando por fin llegamos al apartamento, Miley fue directo al cuarto de baño, encendiendo la ducha. Mi mente estaba demasiado difusa para revolver a través de su mierda, así que agarré uno de mis bóxers y una camiseta. Llamé a la puerta, pero ella no contestó, así que seguí adelante y entré, los dejé en el fregadero, y luego salí. No estaba seguro de qué decirle de todos modos. Ella entró, engullida por mi ropa, y cayó en la cama, con una remanente sonrisa aún en su cara. La miré por un momento, y ella me devolvió la mirada, claramente preguntándose qué estaba pensando. El problema era que ni siquiera yo lo sabía. Sus ojos viajaron lentamente por mi cara a mis labios, y entonces lo supe.
—Buenas noches, Pidge—dije en voz baja, girándome, maldiciéndome como nunca antes. Ella estaba increíblemente borracha, sin embargo, y no me iba a aprovechar. Sobre todo después de que me había perdonado por el espectáculo que había hecho con Delta.
Miley se removió durante varios minutos antes de finalmente tomar un respiro. — ¿Nick? — Ella se apoyó sobre un codo.
— ¿Sí? —dije, sin moverme. Tenía miedo de que si la miraba a los ojos, todo pensamiento racional se iría por la ventana.
—Sé que estoy borracha, y acabamos de tener una enorme pelea sobre esto, pero. . . 
—No voy a tener sexo contigo, así que deja de preguntar.
— ¿Qué? ¡No! —.
Me eché a reír y me giré, mirando su dulce expresión, horrorizada. — ¿Qué, Pigeon?—.
—Esto—dijo, recostando su cabeza en mi pecho y pasando su brazo sobre mi estómago, abrazándome cerca.
No era lo que esperaba. En absoluto. Levanté mi mano y me congelé en el lugar, sin saber qué demonios hacer. —Estás borracha.
—Lo sé —dijo ella, desvergonzada. No importa qué tan enojada ella estaría en la mañana, no podía decir que no. Relajé una mano en su espalda, y la otra sobre su cabello mojado, y luego la besé en su frente.
—Eres la mujer más confusa que he conocido.
—Es lo menos que puedes hacer después de asustar al único chico que se me acercó esta noche
— ¿Te refieres a Ethan el violador? Sí, te debo una por eso —.
—No importa —dijo ella, comenzando a alejarse.
Mi reacción fue instantánea. Tomé su brazo contra mi estómago. —No, lo digo en serio. Tienes que ser más cuidadosa. Si no estuviera ahí…ni siquiera quiero pensar en ello. ¿Y ahora esperas que me disculpe por ahuyentarlo?
—No quiero que te disculpes. Ni siquiera es por eso.
—Entonces, ¿por qué es? —pregunté. Nunca había rogado por nada en mi vida, pero estaba silenciosamente pidiendo que me diga que me quería. Que se preocupaba por mí. Algo. Estábamos tan cerca. Se acaba de tomar una pulgada más o menos para que nuestros labios para tocar, y fue una hazaña mental no ceder a esa pulgada.
Ella frunció el ceño. —Estoy borracha, Nick. Es la única excusa que tengo.
— ¿Quieres que te abrace hasta que te quedes dormida? —. Ella no respondió.
Me giré, mirando directamente a sus ojos. —Debería decir que no para probar un punto —dije, mis cejas se juntaron—Pero me odiaría a mí mismo más tarde si digo que no y nunca me preguntas otra vez.
Ella felizmente recostó su mejilla contra mi pecho. Con mis brazos alrededor de con fuerza, era difícil no perder la cabeza. —No necesitas una excusa, Pigeon. Todo lo que tienes que hacer es pedirlo.

2 comentarios:

  1. estoy feliz! subiste :3
    porfavor no tardes mucho, sube el proximo...
    lo espero :D

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  2. esta genial .. pero cuando subes el proximo ¨????

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