viernes, 21 de febrero de 2014

Game Of Love - Niley - Cap 13


—¿Estás saliendo con Nick? —chilló Danielle. Miley odiaba mentirle, pero sabía que si le decía la verdad, Danielle se lo diría a Kevin.
—Si, algo así. —Un zumbido se extendió entre los dos escritorios. Danielle se veía como un colibrí agitado.
—No puedo creerlo.
—Tampoco yo. —murmuró Miley secamente. Después de su primera cena la noche pasada, se había ido a su casa en un humor peor que cuando salió. Y aún estaba hambrienta.
—Es decir, no es que no me pueda imaginar a Nick y a ti juntos. Puedo hacerlo. Pero no puedo imaginármelo sentando cabeza.— Se detuvo en el pasillo entre los escritorios y frunció el ceño—. Pero de nuevo, no podría imaginarme a Kevin sentando cabeza, tampoco, pero lo hizo.
—Esto no es como lo de Kevin y tú. —Miley comenzó a codificar sus marcadores según el color—. De todos modos, ¿tenemos ya los últimos números en el catering? —Danielle no continuó con la conversación más importante. Habían estado trabajando en la Gala desde el pasado febrero. La maldita cosa había consumido sus vidas y ahora Nick estaba consumiendo la suya.
—¿Qué quieres decir con que no es como lo de Kevin y yo? — Moviendo los marcadores rosas al lado de los verdes, suspiró.
—Sólo que no es serio. No como ustedes dos.—Danielle se detuvo en frente del escritorio de Miley y apoyó las manos en sus caderas.
—De acuerdo, ¿cuándo fue la última vez que tuviste un novio o saliste con alguien?
—Uh…
—Exacto —dijo Danielle y luego volvió a su ritmo—. Tú saliendo con Nick es serio. No puede ser nada menos que serio. ¿Viste el Washington Post en línea esta mañana? Había fotos de ustedes dos besándose. — Levantó una lapicera de su escritorio y se la arrojó a Miley—. ¡Besándose! Estoy muy segura que está en CeleBuzz también. ¡No puedo creer que no me lo contaras!— Miley levantó la lapicera y se encogió.
—No pensé que algo saldría de todo eso. —Danielle se quedó mirándola, su nariz arrugada en concentración.
—Dios, ¿estás lista para todo esto, Miley? Esto será una locura. Las personas comenzarán a seguirte a todos lados. ¡Oh! ¡Yo podría fingir ser tu asistente!— Miley rodó los ojos.
—Y podemos salir en una cita doble.— Oh, querido…
—Y Nick siempre va a la Cena de Navidad Extravaganza de la Familia Deleasa, a la cual nunca has asistido a pesar de que te he invitado todos los años. —Danielle sostuvo sus manos juntas—. Ahora no puedes escaparte de eso.
Ella no era tan fan de las celebraciones, y honestamente, dolía ver a Danielle haciendo planes alegres. Iba a estar tan decepcionada cuando, a principio del año, Nick y Miley fueran por caminos separados. Danielle finalmente se calmó, y Miley optó por ir a almorzar. Estaba mitad asustada de ir a visitar cualquiera de los locales de ahí. Justo antes de las tres de la tarde, la puerta de sus oficinas se abrió y un chico repartidor se paró ahí, torpemente cargando cuatro docenas de rosas rojas. Cuatro docenas de rosas. Guau. La noche anterior debió de haber sido increíble para que Kevin le enviara a Danielle un arreglo como ese. Miley volvió a mirar la pantalla de su computadora. Necesitaba contactarse con la compañía de catering si ellos no tenían un número definido para…
—¿Hay alguna Miley Cyrus aquí?— Levantando su barbilla, su mirada cayó sobre el chico de las flores.
 Confundida, miró hacia una sonriente Danielle.
—Um, soy yo.— El hombre sonrió y se movió hacia el escritorio. Ella se apresuró a despejar una pequeña sección en la esquina.
—Alguien debe de amarte mucho —dijo el hombre, dejando el florero en el suelo—. Que tenga un buen día.— Miley observó al repartidor mientras se dirigía fuera de su oficina, y luego su mirada volvió a caer sobre las rosas. Santa mierda. La señorita Gore debió de haberlas ordenado, u obligó a Nick a hacerlo. Esa podía ser la única razón del porqué eran para ella, pero eran… eran hermosas.
—¿Hay una tarjeta?— Ella miró hacia arriba, a penas capaz de ver a Danielle por detrás del bosque de tallos. Había una tarjeta, escondida cuidadosamente entre un tallo cubierto de rocío verde y el nastro. Muy cuidadosamente, sacó la tarjeta y abrió el pequeño sobre. Escrito en una linda caligrafía había un corto mensaje que tal vez no explicaba porqué se habían enviado las flores pero definitivamente quién las había enviado.
"Sigo siendo muy relevante."
Nick.
Mientras miraba a la pequeña tarjeta, no hubo lucha contra la lenta sonrisa que se apoderó de su rostro. Si. Él seguía siendo relevante.
***
Después de recibir un regaño por parte de Kevin sobre "salir" con la mejor amiga de su mujer y luego de soportar los estúpidos sarcásticos comentarios de Joe sobre seguir el mismo camino de todos los tipos que los rodeaban y sentar cabeza, Nick estaba listo para golpear su cabeza contra la pared cuando su celular sonó. Esperando el chequeo diario de la señorita Gore, porque quién sabía en que clase de problema se podía meter en su propio departamento, tomó el celular de la mesada de la cocina. El mensaje no era de su niñera. Oh, no, era de Miley. Todos sus publicistas los habían obligado a intercambiar números antes de que fueran a cenar.
"Gracias por las rosas. Son hermosas."
Dos segundos después, otro texto llegó.
"Sin embargo, todavía no es relevante."
Una sonrisa llegó a sus labios, y era una cosa buena que sus hermanos se hubieran ido para entonces porque estaba seguro que lucía como un idota. A él le gustó su respuesta, mucho, y también le gustó el hecho de que ella no tipeaba como una niña de dieciséis años. Como la mayoría de las mujeres con las que había salido. Nick devolvió el celular sobre la mesada y fue al refrigerador, tomando el pollo que había marinado más temprano. Dejándolo en la parrilla Foreman, empujó los pechos un poco con un tenedor hasta que estuvieron perfectamente colocados en el centro. Cerró la tapa. Jugo chisporroteaba. Y entonces miró al celular en la mesada. Volvió hacia ahí y tiró el tenedor en la encimera. Volviendo sobre sus talones, observó la parrilla. Todo aquello duró treinta segundos.
—Demonios —murmuró, girando hacia su teléfono. Tomándolo, tocó la pantalla y observó el mensaje. No había planes para esa noche, pero mañana se suponía que había una película. No había ido al cine desde que estaba en la secundaria. Sin incluir las premieres de las películas. Técnicamente, no tenía una razón para estar en contacto con Miley, ya que este era algo así como un día libre. Y realmente no había tenido otra razón para enviarle flores más que… había querido hacerlo. De acuerdo, había más que eso Dando vueltas, se apoyó contra la encimera y extendió la torcedura en el cuello. No era por el beso que habían compartido. Aunque pensando en ese beso se había puesto duro como una piedra, pero era lo que ella dijo. Que había accedido a fingir ser su novia porque la ayudaría a tener citas después de él. Que. De. Mo. Nios. Primero que nada, dudaba que necesitara ayuda. Segundo, no estaba muy interesado en ser un trampolín. Así que le había enviado rosas.  Extraña respuesta a algo como eso, seguro, pero dudaba que ella estuviera pensando en sus futuros novios ahora. Le envió una respuesta.
"Me alegro que te gustaran las flores."
Antes de que pudiera dejar el celular, sus dedos simplemente continuaron escribiendo. 
"Y me alegro que te gustara el beso."
Dejó el celular y chequeó el pollo. Cerca de un minuto después, el celular sonó y dio vueltas alrededor de la cocina por otros tres minutos antes de ir a verlo.
"Nunca dije que me gustó el beso."
Una sonrisa se extendió por sus labios mientras enviaba la respuesta.
"No tenías que hacerlo. Lo sé."
La respuesta fue inmediata.
"¿Tengo que recordarte que fuiste TÚ quien ME besó ambas veces?"
Nick echó la cabeza hacia atrás y rió, pero se fijó en el pollo antes de contestar. De lo contrario, se vería como si estuviera parado en la cocina, sosteniendo su teléfono, cosa que así era. Después de vaciar el pollo a la parrilla en un plato y cortarlo en trozos pequeños como si se lo estuviera preparando para un niño, envió otro texto.
"¿Necesito recordarte que TÚ lo disfrutaste ambas veces?"
La respuesta fue bastante rápida. Suspirando. Riéndose, llevó su comida al sofá y comió su cena mientras veía el noticiero de la noche. Cosas increíbles ahí. Dejó asentar la comida antes de ir a la biblioteca y obligarse a hacer el entrenamiento de la noche en la caminadora. Más tarde, se quitó la camisa empapada de sudor e increíblemente hizo una carga de ropa. Cada vez que pasaba por su teléfono, le echaba un vistazo. Cada vez que sonaba, sentía algo estúpido en su estómago. Para cuando terminó de limpiar el cuarto de baño de huéspedes en la parte de arriba y tomado una ducha, se encontró a si mismo sosteniendo su teléfono. Eran pasadas las diez, probablemente demasiado tarde para llamar, no que estuviera pensando en llamar a Miley. La señorita Gore ya había echo planes para la cita en el cine. La iría a recoger a su casa y bla, bla, bla. Una vez en cama, sus dedos sacaron lo mejor de él. Escribió: 
"Buenas noches, Miley."
Dos minutos después recibió la misma clase de respuesta, y luego puso el teléfono en la esquina más lejana de la mesa de noche. Teniendo una temprana mañana con su entrenador de receso de temporada, necesitaba dormir. Una hora después, aún miraba el cielo raso, cansado, pero su mente comenzó a jugar con él, trayendo sucesivas imágenes de Miley contra aquella pared de su dormitorio, con su cabeza echada hacia atrás, sus pechos sobresaliendo mientras la miraba sobre sus rodillas. Respiró profundo y juró que aún podría saborear su fuerte excitación. Echó la sábana hacía atrás y movió su mano hasta bajar a su estómago. Tomando su dura erección, su espalda se elevó del colchón. Jesús. No había estado así de duro desde la universidad.
Su mano acarició su miembro palpitante y sus ojos se cerraron. Inmediatamente, la imagen de Miley se formó en su mente, excepto que era él quien estaba parado contra la pared y ella estaba sobre sus rodillas. La boca de ella remplazó su mano y sip, fue todo lo que necesitó. Su liberación golpeó por la espalda y sus caderas golpearon su propia mano. Era mucho más tarde cuando su corazón se calmó, y estaba duro otra vez, el rostro de Miley firmemente plantado en sus pensamientos. Ésta iba a ser una larga, larga noche.
***
Llegó el jueves por la noche, Miley observó su reflejo en el espejo. Una cita al cine… Rió a carcajadas. Pepsi maulló en respuesta. Mirando sobre su hombro, sonrió.
—No puedo creer que iré al cine con Nick Jonas.— El gato ladeó su cabeza. Mandy tuvo la misma reacción durante el almuerzo cuando Miley le había dicho que ir al cine con Nick no era la gran cosa. Aparentemente todo lo relacionado con el jugador de baseball era la gran cosa. Miley se volvió hacia el espejo y colocó el cabello detrás de sus orejas. Los vaqueros azules y el suéter rojo parecían lo suficientemente casual para ir a ver una película. Metiendo la pierna, giró el tobillo. Sus tacones eran de color rojo, azul, negro y amarillo. A rayas. Impresionante. Enderezando el borde de su suéter, se dio la vuelta. Las rosas estaban colocadas a un lado de su cama. No había planeado llevárselas a casa el día anterior, pero no podía dejarlas en la oficina. Su ex le había enviado flores una vez, y habían sido del tipo que venían en una caja. 
En algún lugar entre la tarjeta, los mensajes de texto y la noche que vendría, Miley decidió que debería al menos disfrutar de las ventajas de tener un novio falso, especialmente las tres "efes" Flores. Buena comida. Hombre bien parecido. E insertar una N: No expectativas. Toda la cosa del chantaje era terrible e irritaba a Miley hasta el infierno, pero ella no era la clase de persona que continuamente vivía en lo negativo. Tenía sus momentos de malhumor que duraban un par de días. Estaba en su derecho de molestarse, pero esta era la mano que le había tocado. A pesar de que para los medios podía resultar divertido pasar el próximo mes alabando a Nick, para ella no era particularmente divertido. Así que tal vez podría disfrutar también desde que a una parte de ella le gustaba salir con él. Cuando habían estado en el club, realmente habían conectado. Todo lo que tenía que hacer era mantener la cabeza en el juego. No leer absolutamente nada y lo más importante, no dejarse tentar por él. Y para que eso suceda, todo lo que ella debía hacer era recordar a las tres chicas con las que él se había acostado unos días antes de que se conocieran en el club. ¿Y cuando había sido la última vez que había ido al cine con un chico? Hacía demasiado tiempo.
Antes de salir, se detuvo por Pepsi y lo rascó debajo de la barbilla, luego le dio un beso rápido en su cabecita peluda. Cogió su bolso y se apresuró a bajar los escalones de su apartamento antes de que él llegara. No quería que estuviera en su apartamento. Ese lugar era su santuario y era demasiado íntimo para ellos. Nick en su departamento era una línea que no iba a cruzar. Mientras cruzaba la puerta del frente del lobby, vio a Todd Newton. Era raro verlo usando algo más que boxers. Sonrió cuando la vio y detuvo la puerta, manteniéndola abierta.
—Hola, Señorita Cyrus… —Miley sonrió.
—Hola, Todd. —Su mirada se hizo más profunda.
—Se ve bien.— Considerando que sus conversaciones siempre se habían limitado a verse el uno al otro a través del vestíbulo, esta era la primera vez que estaban a poca distancia entre sí. De cerca, notó que los ojos pardos de Todd eran más verdes que marrones. Es muy apuesto, pensó.
—Gracias. Tú también.— La sonrisa de Todd se ensanchó. No tenía hoyuelos como Nick, pero aún así era una linda sonrisa.
—¿Vas de salida? —le preguntó. Antes de que Miley le pudiera responder, una profunda voz masculina la interrumpió.
—Sí. Está por salir conmigo. —Su corazón dio vueltas. No había visto a Nick acercarse, pero ahí estaba, de pie justo detrás de Todd con una sombría mirada en su rostro. Todd giró sobre su cintura y luego retrocedió sorprendido. ¿Era posible que Todd fuera la única persona en DC que no estaba al tanto de la vida amorosa de Nick? Él extendió una mano.
—¿Nick Jonas? Guau. Encantado de conocerte.— Nick no sonrió, pero tomó la mano del otro hombre. Sus ojos eran de un oscuro marrón y su mirada territorial y posesiva. Un escalofrío bajó por su columna. No había forma de que admitiera que le gustaba. Nick imitó a Todd, pero Miley dudaba realmente que sintiera esas palabras.
—Encantado de conocerte. —Todd dejó caer la mano de Nick y volvió la mirada hacia donde Miley estaba parada.
—Eres un hombre con suerte, Nick, en más de un sentido.— Las cejas de Miley se elevaron. Una tensa sonrisa apareció en el rostro de Nick mientras tomaba la flácida mano de Miley.
—Eso lo sé. Ten una buena tarde.— Miley dejó a Nick arrastrarla hasta la esquina del edificio de su departamento donde su Jeep estaba ilegalmente estacionado a lo largo del cordón de la acera. Estaba sorprendida de que aún tuviera las ruedas.
—¿Era por eso que no querías que te encontrara en tu departamento? —le preguntó Nick al tiempo que mantenía la puerta del pasajero abierta para ella. Su ceño se frunció por la confusión.
—¿Cómo?
—Parecía que ese tipo estaba realmente feliz sobre escoltarte afuera. —Aún a un lado del Jeep, esperó a que ella estuviera sentada y acomodada en el asiento para alcanzar el cinturón de seguridad y ajustarlo.
—Oye, soy capaz de hacerlo por mi misma.
—Oye, voy en serio con la seguridad. ¿Quién era ese tipo?— Miley sacó las manos hacia atrás con un suspiro.
—Es sólo alguien que vive del otro lado del pasillo frente a mí. Estoy bastante segura que esa fue la conversación más larga que alguna vez tuve con él.
—¿En serio? —La parte de atrás de sus nudillos rozaron la curva de sus pechos mientras pasaba la correa, haciendo que se tragara un agudo jadeo. Su mirada se levantó, sus ojos de zafiro ardiendo. Una media sonrisa apareció en sus labios mientras se doblaba por encima de ella.
—El tipo parece un idiota. —Una risa sorprendida se escapó de ella.
—Ni si quiera lo conoces.
—Tampoco tú. —Le dio una rápida sonrisa—. Así que por todo lo que sabes, él podría ser definitivamente un idiota.— Sacudiendo su cabeza, lo observó cerrar la puerta y caminar alrededor del auto por le frente. ¿Nick estaba celoso? No. Eso no tenía sentido. Los novios se ponían celosos, lo que Nick no era, y no se veía como la clase de tipo que alguna vez se pondría celoso. Cuando se detuvieron entre el tráfico, lo miró de reojo.
—Entonces… gracias por las flores. Eran realmente hermosas.— Esa pequeña torcida sonrisa permaneció en sus labios.
—Hermosas flores para una hermosa mujer.— Abrió la boca para decirle que eso era demasiado cursi, pero estaba intentando adoptar un enfoque más diplomático para esta situación y eso no serviría de nada.
—¿Tuviste un buen día? —Una mirada de sorpresa cruzó por su llamativo rostro, y ella no pudo evitar sonreír—. ¿Qué?— Pasó una mano por su cabello y sacudió un poco su cabeza.
—Oh, nada. Es solo que pensé que no te interesaría.— Miley frunció el ceño y estuvo a punto de preguntar porqué pensaría eso, pero entonces la golpeó. Estaban fingiendo, lo que significaría en realidad que a ella no debía importarle sobre su día. Era como hablar por teléfono en el trabajo, abrir la conversación con estupideces generales y entonces ir directo al punto de la llamada. Este era sólo un trabajo para él. Tal vez Nick no quería hacer otra cosa que hacer un espectáculo en cuando las cámaras estaban dando vueltas. El amargo sentimiento detrás de su garganta no tenía nada que ver con la decepción. Debía ser indigestión. Mientras Nick navegaba a través del tráfico, se aclaró la garganta.
—No sucedió nada hoy, en realidad. Empecé con mi entrenador de la temporada de descanso y eso tomó toda la mañana. Luego hablé con la señorita Gore. —Ante el ceño de Miley, se rió entre dientes—. Sí, eso fue casi tan divertido como jugar al pollo con un camión Mack. Pensó que necesitaba decirme que yo debía comprar palomitas de maíz y gaseosa en el cine. Luego me estuve dando vueltas o tirado en el sofá el resto del día. Muy divertido. ¿Qué hay de ti?— Miley jugueteó con la correa de su bolso. 
—Afortunadamente no tuve que hablar con la señorita Gore. —Él asintió.
—No te agrada, ¿verdad?
—Nop —respondió—. Me pasé casi todo el día rastreando a la empresa de catering para la Gala de recaudación de fondos.
—¿Es la misma que el Smithsoniano auspicia cada año? — Sorprendida de que supiera algo sobre eso, asintió. Su mirada se desvió hacia ella antes de volver a la carretera
—. Dany habló sobre eso antes. Ustedes chicas han estado trabajando en ello por un tiempo, ¿verdad?
—Síp, se siente como todo un año. Y es gracioso que pasemos todo este tiempo en un evento que sólo dura un par de horas.
—Algo así como Navidad, ¿no? Meses y meses de personas preparándose para ello, y se termina en unas cuantas horas.
—Si, igual que Navidad —dijo, volviendo su mirada hacia la ventana.
—¿No eres fan de la Navidad? —Miley negó con la cabeza. Cuando sintió que ese no era un tema del que ella quisiera hablar, Nick sutilmente volvió al tema anterior—. Entonces, ¿cuándo es la Gala?
—El dos de enero. —Se humedeció los labios—. Descubrimos que la gente tiende a ser más caritativa en Año Nuevo. Y necesitamos mucho dinero o sino…
—¿O qué?— Ella se mordió el labio. 
—O Danielle podría perder la financiación a partir de tercer trimestre del año que viene.
—¿De verdad? Mierda. —Tomó la curva por delante e inmediatamente tuvo que frenar ya que había una cola de gente bloqueando el aparcamiento al servicio del cine—. ¿Cuánto dinero tienen que reunir?
—¿Mucho? —dijo, dejando salir una pequeña risa—. Necesitamos acercarnos a los cinco millones, y apenas vamos por un millón.
—Guau, eso es mucho, pero ustedes probablemente tengan algunos donantes con los bolsillos llenos, ¿no?
—Así es, pero hemos llegado al máximo con ellos. Así que estamos tirando un Ave María con esto. — Finalmente encontraron una plaza para aparcar y Nick apagó el motor para luego enfrentarla.
—¿Qué sucedería si pierden los fondos?— Miley se desabrochó el cinturón cuando era evidente que Nick confiaba en ella para hacerlo sola.
—Habrá muchos recortes. Danielle estará bien.— Sus oscuras cejas se fruncieron. 
—Sé que Dany estará bien. Si pierde su trabajo debido a los recortes, tiene a Kevin. ¿Qué hay de ti?— Ella buscó el picaporte de la puerta. 
—Probablemente me sacarían de mi posición. Estaría estancada en otro departamento, o me dejarían ir.
—¿Qué?
—Sí, mira, esta conversación más o menos apesta. Estoy segura de que todo estará bien y llegaremos tarde a la película.— Miley forzó una sonrisa que en realidad no sentía. Si Nick pensaba que el hecho de que ella podría perder su trabajo era terrible, entonces probablemente estaría horrorizado por la cantidad de deudas que ella tenía.
—Y tu adorado público te está esperando.— La tensión tiró de las comisuras de sus labios, pero asintió con la cabeza. Lo encontró rodeando el auto para llegar a su lado y le ofreció su mano como ella había esperado. Por un momento, se quedaron ahí parados y se miraron el uno al otro. La sonrisa ladeada apareció una vez más.
—Realmente te ves bien esta noche.— Los labios de ella se fruncieron. 
—Sólo son vaqueros y un suéter, nada asombroso.
—Se ven bien en ti.— Sintiendo sus mejillas sonrojarse, miró hacia otro lado. El simple cumplido que probablemente había sido hecho para que se sintiera cómoda no debería haber hecho a su corazón latir tan rápido, pero lo hizo.
—Los halagos no te llevarán a ninguna parte.
—Maldición. Ahí se va mi plan maestro para tenerte en mi cama con sólo decir que te ves linda. —Ella esbozó una sonrisa—. Vamos —dijo él, tirando de ella hacia la entrada. Justo al llegar a las puertas dobles, luz amarilla se derramó desde el interior del edificio en la oscura acera. El celular de Nick sonó. Alcanzándolo del interior de su bolsillo con su mano libre, lo sacó y resopló
—¿Qué? —le preguntó ella, nerviosa sobre entrar al abarrotado lobby. Nick rió.
—Es de la señorita Gore.
—Genial.— Sacudiendo su cabeza, devolvió el celular a su bolsillo. 
—Quería asegurarse que estuviera sosteniendo tu mano.— Miley rió. 
—Aw, es como tu mami dándote consejos.— Luego de abrir la puerta para ella, Nick arqueó una ceja mientras la llevaba adentro, y ella carcajeó. Una sonrisa se formó en los labios de Nick en respuesta. Tan pronto como se dio la vuelta, enfrentando a los de la línea para la compra de entradas, la doble toma comenzó. Era casi cómico, una cabeza volteándose justo después que la otra. La compra de entradas sucedió sin incidentes, pero mientras esperaban en la línea para comprar palomitas y bebidas, porque Dios los ayudara si defraudaban a la señorita Gore, los susurros se elevaron como una ola, y las miradas se intensificaron. Miley cambió su peso de un pie a otro y mantuvo su mirada en el mostrador de cristal de adelante. Las puntas de sus orejas se sentían hervidas.
—Palomitas de maíz con mantequilla extra, sal y... —Nick hizo una pausa—. Una soda de cereza, ¿verdad?
—Perfecto.
—Que sean dos sodas de cereza.— Mientras esperaban, Nick soltó la delicada mano y deslizó su brazo
alrededor de los hombros de Miley. Volteándose, para que así su cuerpo bloqueara la mayor parte del de ella, inclinó su cabeza y susurró.
—Se aburrirán de nosotros muy pronto.— Agradecida de que estuviese bloqueando la mayor parte de los
"traficantes de miradas" e incluso de algunos que estaban tomando fotos desde sus teléfonos, volteó su cara hacia su pecho. Dios, olía increíble. Especias y pura masculinidad. Una vez que tuvieron sus palomitas y se dirigieron hacia una película de acción, fueron detenidos por un autógrafo. Nick lo manejó con gracia y luego había otro autógrafo. Ella pensó que podrían ser acechados dentro de la sala pero se sorprendió al descubrir que no había casi nadie dentro.
Nick se detuvo en la fila de atrás, dejando que pasara primero. Ella escogió un asiento en el medio y se sentó, ayudándolo con las sodas. Los trailers, su parte favorita cuando iba al cine, empezaron segundos después, pero tan pronto como la película comenzó y cosas comenzaron a volar de derecha a izquierda, su atención se dirigió... justo al hombre sentado a su lado. Él estaba mirando la película, al menos eso le parecía a ella. En el sombrío cine, su perfil estaba crudamente definido, realmente una obra de arte. No era de extrañar que fuera votado el hombre más sexy vivo. Mariposas se apretaron en su vientre mientras su mirada se desviaba por encima de sus pómulos y labios. Sus hombros eran anchos…
—Me estás observando —dijo él bruscamente.
—No. Claro que no. —Se metió una palomita en la boca—. Es tu imaginación.— Él echó una mirada de reojo en su dirección. 
—Eres una terrible mentirosa.
—Tampoco tú estas viendo la película —señaló y tomó un puñado de palomitas. Sus labios se elevaron en una esquina mientras se inclinaba para que su brazo estuviera pegado al de ella. Bajando la cabeza hasta su oído, movió las palomitas a su regazo.
—Bueno, hay algo más interesante sucediendo.— Miley se volteó hacia él y jadeó cuando sus labios rozaron su barbilla. Ninguno de los dos se movió por un par de segundos, y luego sus labios estaban sobre los de ella. Sin ninguna advertencia. El beso fue largo y profundo.
—Sabes a mantequilla —gimió contra sus labios, y Miley se sonrojó—. Me gusta eso.
Ella puso una mano en su pecho, no estaba segura si era para alejarlo o atraerlo hacia ella, pero entonces la besó una vez más. Su cuerpo, todo su ser, estaba tan absorto en la forma en que sus labios la saboreaban y cómo su mano agarraba su hombro, flexionando sus dedos como si quisiera moverlos a los dos a cualquier otro lugar pero no lo hizo, y maldita sea si no quería arquear su espalda, para mostrarle exactamente donde quería que la tocara. Eso era una locura. Cuando él se apartó, sus ojos escanearon su rostro en busca de algo.
—No deberíamos estar haciendo esa clase de cosas —murmuró aturdida—. Nadie está viendo…—Sus ojos estaban pegados en los de ella.
—Lo sé, pero quería hacerlo y casi siempre hago lo que quiero. — Sonriendo, se volteó a la pantalla. Alguien estaba persiguiendo a alguien—. Esta es una película malditamente buena.
—Sí... —Respiraba con dificultad—. Es una buena película.
¿Pero qué iba a suceder cuando la película terminara? Miley se estremeció, dudando seriamente de su autocontrol por enésima vez esa noche.

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