Mi sueño ha sido continuo sólo por segunda vez desde que me enteré de mamá. Se siente bien tener una noche completa. No ser perseguida y acosada por pesadillas que hacen que me sienta débil. Por recuerdos que no puedo cambiar, y preguntas para las que probablemente nunca tendré respuestas. No puedo creer que Nick me haya pedido que vaya a ver a su mamá. Me pregunto si lo decía en serio. Si será una de esas cosas que la gente dice cuando está demasiado borracha para saber mejor, y trata de olvidar después. Es lo que estoy asumiendo. No sé cómo sentirme al respecto de cualquier manera en algunos aspectos, sería más fácil si se olvida. Se sintió bien cuando lo pidió. Me pregunto por qué lo hizo. Sé que no podría haber sido algo que él quería, lo que significa que de alguna manera su mamá sabe de mí. ¿Qué le ha dicho? ¿Que soy la razón por la que llegó tarde, el otro día? ¿Alguna chica estropeada con la que tiene un lío? Pero en realidad no. Soy la chica con la que se supone que se divierte, pero realmente no hemos hecho mucho. La mano de Nick agarra mi cintura y la aprieta. No muy fuerte, pero lo suficientemente fuerte para saber que está ahí. Que está despierto. Mi corazón se acelera y mi respiración se hace difícil.
—No más juegos. Te deseo —dice en mi oído. Su aliento es cálido. Todo su cuerpo se moldea contra mi espalda. Siento su erección empujando contra mí.
—Date la vuelta, Miley.— Hago lo que dice y su boca baja sobre la mía. Es más urgente y necesitado que todos nuestros besos combinados.
—¿Pensé que la cerveza no sabía nada bien al día siguiente? —pregunto cuando su boca se mueve hacia abajo por mi cuello.
—No tengo tiempo. —Nick lame mi clavícula y luego chupa mi carne en su boca. Gimo y me arqueo hacia él. Está poniendo las barreras otra vez. Lo sé, pero no me importa. Las necesitamos allí, así ambos recordamos exactamente de que se trata esto. Así somos capaces de olvidar. Nick empuja mi camisa y me levanto para que pueda sacarla de una vez sobre mi cabeza. Quiero que se vaya. Nada entre nosotros, porque sus manos se sienten tan bien en mí. Cuando me toca, no pienso en nada más. No siento nada más y todo lo que necesito es este alivio. Mi sujetador viene después. No tengo tiempo para sentirme avergonzada porque su boca caliente y húmeda cubre mi pezón y otra vez todo lo que hay, es Nick.Aprieto la mano en su pelo, en un puño, no estoy segura si estoy tratando de acercarlo porque necesito más o empujándolo porque es demasiado. Él gime. Por mí tirando de su pelo o porque me siento tan bien para él o lo que él me hace a mí, no lo sé y no me importa. Dejé que mi mano se deslizara hacia abajo por los suaves planos de su espalda, debajo de sus calzoncillos y lo acuno.
—Joder —jadea y se mueve en contra de mi centro. Maldice demasiado y quiero decirle, pero no creo que pueda formar las palabras correctas en estos momentos. Está tan duro, se empuja entre mis piernas y me frota perfectamente. Y después se fue y echo de menos el peso encima de mí. Nick está mirándome con esos marrones, marrrones ojos, su cabello despeinado aún más de lo que lo he visto alguna vez.
—¿Estás segura? —confirma. Casi sonrío porque preguntó. Es tan duro y áspero, pero tiene ese lado atento que no sé si se da cuenta que está ahí. No estoy segura de que sea una buena cosa que esté ahí, por eso digo
—Soy lo suficientemente inteligente como para saber lo que quiero.— Sin decir palabra, se baja de la cama. Veo los músculos nervudos de su espalda moverse mientras camina hacia su tocador, abre el cajón superior y saca un condón. Los nervios de repente hacen su camino furtivamente. Sólo he estado con Liam. Yo sólo tenía previsto estar con él porque funcionábamos y me dio lo que necesitaba, pero ahora, a pesar de que sé más que nada que deseo a Nick, me da miedo. Tal vez el hecho de que lo deseo mucho es lo que me asusta. Alcanzo la manta, pero él me detiene.
—No hagas eso. No seas tímida pequeña bailarina. —Y tan fácilmente, empuja sus calzoncillos hacia abajo. No hay vergüenza, no es que tenga nada que sea vergonzoso, pero se desnuda físicamente tan fácilmente. Tal vez sea porque el resto de él está tan cerrado. Nick se sube encima de mí en la cama. No sé en qué emoción enfocarme: la pasión o los nervios, pero entonces él está tirando de mis bragas por mis piernas. Y está poniéndose el condón. Cuando sus labios besan mi vientre, la pasión gana. Entonces su boca encuentra la mía. Está empujando y grito, mis uñas en su espalda, mi mente se apaga. Sí, mi mente se apaga, pero mi cuerpo está definitivamente encendido. Nick comienza a moverse y me muevo con él. Me duele un poco, pero sus labios en mi boca y su mano en mi pecho ayudan a aliviar el dolor. Tanto el dolor físico y el que pesa sobre mi pecho que ha estado ahí desde que me enteré de mamá. Tal vez más.
***
Ninguno de los dos dice una palabra mientras Nick se levanta para deshacerse del condón. Ni una sola palabra cuando se sube a la cama. Ni una palabra mientras estamos acostados... y yacemos allí. Los nervios están de vuelta, encabezados con la torpeza. Si este fuera Liam, se habría desmayado sosteniéndome. Los ojos de Nick están abiertos y también los míos, su brazo derecho y mi brazo izquierdo es la única parte de nosotros tocándose.
—Probablemente debería irme. Tengo algunas cosas de las que ocuparme. —A pesar de mis palabras. No me muevo.
—Está bien. Sí, siempre que lo desees, puedo traerte de vuelta.— Me levanto y comienzo a vestirme. No me gusta ponerme lo mismo dos días seguidos y no puedo esperar a volver al dormitorio a cambiarme. Pero aún así, quisiera que dijera algo. Lo que sea. No lo necesito pidiéndome que me quede, pero una especie de algo ayudaría a calmar la tormenta en mi estómago. Nick se sienta en el borde de la cama, agarra mi camisa y me la pasa. Me la pongo, diciéndole que me tengo que ir al baño y salgo antes de que pueda levantarse. Me salpico agua en la cara, esperando que pueda lavar las últimas semanas de mi vida. Cuando me miro en el espejo, todo sigue ahí. Todavía estoy allí. Pero me siento bien. La primera vez que me acosté con Liam me asusté. Fui al baño, me senté en el suelo y tuve un ataque de pánico sobre el que nunca supo. No sabía nada de ninguno de ellos. Una vez que me calmé, me lavé la cara como acabo de hacer aquí y volví a entrar en la habitación sonriendo. Se siente bien no tener que sonreír si no lo deseo. Nick sigue en su habitación cuando salgo. Lleva un par de grandes pantalones cortos y una camiseta. No debería lucir tan magnífico en él como lo hace. Toma las gafas de sol y se las pone. Es la primera vez que lo he visto usarlas y no puedo dejar de preguntar
—¿Tienes un poco demasiado de beber anoche?
—Estoy bien. —Su voz suena lejana. Estoy segura de que es así con cada chica con la que duerme. No sé por qué realmente no me lo esperaba con nosotros. No sé si me interesa o no. Definitivamente no debería importarme. Sacudo la cabeza y salgo de la habitación. No voy a tratar con esto. Se supone que es fácil y si él va a ser un idiota después, no vale la pena. Nick me sigue fuera y estamos en silencio durante los diez minutos que maneja hasta mi dormitorio.
—Déjame saber... sobre tu madre. —Alcanzo la manija mientras se detiene en el aparcamiento. La única respuesta que recibo es un gesto de la cabeza. Otra vez, lo que sea. Abro la puerta, salgo y la cierro. Se supone que debemos tener la edad suficiente para dormir juntos sin que sea incómodo al día siguiente. Sobre todo cuando te puedo decir que es lo que él hace, se acuesta con personas con las que nunca planea ser serio. Estoy casi a los pasos cuando le oigo gritar
—Miley. —Me giro y Nick está fuera de la puerta del conductor, mirándome. Segundos pasan y no dice nada.
—Tic tac —le digo.
—¿Te ayudó? —Sus palabras salen inseguras. La presión en mis hombros se evapora. Dejo escapar un profundo suspiro y de pronto sé que vamos a estar bien. Que sea lo que sea, esta farsa que estamos representando sigue intacta.
—Sí... sí lo hizo. ¿Y a ti?— Entonces sonríe. No es una enorme y no puedo ver lo suficientemente bien como para saber si está mostrando su hoyuelo.
—Sí. —Nick sube de nuevo a su coche y luego se fue. Me río entre dientes mientras voy adentro. Sonrío de nuevo cuando entro a mi habitación. No estoy ahí por un minuto antes de que mi teléfono suene. Una mirada quita la sonrisa de mi cara. Sé que no puedo seguir ignorándola.
—Hola —le digo a la tía Dolly cuando cojo el teléfono.
—¡Miley! He estado tan preocupada por ti. No me evites nunca más así. Sé que es difícil... pero tenemos que permanecer juntas.— Y sé lo que está diciendo. Es la hermana de mi madre. Soy su hija. Somos todo lo que queda de ella. No me gusta cómo la estoy tratando, pero parece que no puedo parar tampoco. No puedo dejarla entrar. Mi mano se estrecha alrededor de mi teléfono.
—No.
—Estoy preocupada por ti.
—Estoy bien. —¿Lo estoy? Tía Dolly suspira.
—Queremos tener un servicio para ella, Miley.
—¡¿Qué?! —Me paseo por la habitación. Mi corazón tiene un ataque y mi pecho se aprieta. No te asustes, no te asustes, no te asustes. ¿Por qué es aún una sorpresa? Debería haberlo esperado. Es normal, pero...
—Se lo merece. Quiero decir adiós.— ¿Se lo merece? Sí, pero me dejó. Todavía me dejó y era tan normal para ella que no pensamos dos veces sobre ella nunca regresando. ¿Qué si fue a ese bosque y se suicidó?
—Yo...
—Va a ser bueno para nosotras, Miley. Quiero un lugar para ir a verla. Ella ha estado sola todo este tiempo. —La voz de Dolly se rompe—. Era mi hermanita. —El dolor en su voz se clava en mí. Era mi mamá. ¿Qué hay de malo en mí?
—Lo sé. Lo siento. Vamos a hacerlo.— Las palabras salen, pero no es lo que quiero decir. Si le digo adiós, eso significa que realmente se habrá ido.
Siguelaaaaa por favor
ResponderEliminarPronto el siguiente capitulo :)
Siguee! Maraton!
ResponderEliminarNOOOOOO QUE BUEN CAPITULO ME ENCANTO
ResponderEliminarAUN SIGO SIN CREER LO QUE PASO AUNQUE SI FUE UN POCO DECEPCIONAN EL ENCUENTRO YA QUE NO SE COMPARA A LAS ANTERIORES NOVE PERO ESO NO ES LO IMPORTANTE, ESPERO QUE TODO SALGA BIEN CON LA MAMA DE NICK Y MILEY VAYA ACOMPAÑADA AL ENTIERRO CON NICK ASI EL LA APOYE Y LA CUIDE
MUERO POR LEER EL SIGUELA
BESOS