sábado, 27 de septiembre de 2014

It Was Always You - Niley- Cap 12


Estoy usando un largo vestido estampado que roza el suelo con un suéter azul pálido encima de él. Mamá me compro el vestido porque sabe cómo me siento respecto a exponer cualquier parte de mi pierna izquierda. En el fondo se que también espera que los chicos me vean como Miley Cyrus y no como la chica que atropelló Nick Jonas. ¿Adivina que? eso no va a suceder. No tenía el corazón para decirle que un bonito vestido no iba a borrar las feas cicatrices escondidas debajo de él. Habíamos llegado a la Feria del Condado de Tennessee . Habían transformado la feria en un parque de diversiones, complementado con una Rueda de la fortuna y un tanque para el tiro al blanco Las Damas Ayudantes patrocinaban cada año el festival. Normalmente asistía todo el pueblo. El pabellón de comidas está cubierto por luces centellantes, recordándome la Navidad. Mamá baja los brownies que ha hecho y los pone sobre la gran mesa del banquete colectivo luego escanea a la multitud.
—Mira, allí esta Lou —ella dice, señalándolo. Sentada junto a él esta su madre, mi jefa.
—¿Deberíamos ir a saludar? —pregunté. Mamá se encoje de hombros.
—Eso sería agradable.— Cuando llegamos a la mesa, El Sr. Reynolds se levanta y sonríe.
—Tish, encantado de que hayas podido asistir. Hola, Miley.
—Hola, Sr. Reynolds. Hola, Sra, Reynolds.— El Sr. Reynolds se inclina más cerca y susurra en mi oído.
—No estamos en el restaurante. Puedes llamarme Lou.
—Eso sería extraño —dije yo. Llamar al jefe de mama por su primer nombre sería demasiado… no lo sé… familiar.
—Está bien, bueno, cuando no sientas que sea extraño, inténtalo.— Mamá se sienta al lado de su jefe y yo rodeo la mesa y me arrojo sobre la silla al lado de la Sra. Reynolds.
—Sra. Reynolds, fue muy generoso de su parte darle un trabajo a mi hija —dijo mama—. Como le he dicho por teléfono, le estoy muy agradecida.
—Yo soy la agradecida —dijo la Sra. Reynolds—- Tuvimos una primera semana muy productiva. ¿No es cierto, Miley?— Mis uñas siguen teniendo mugre por debajo que no he sido capaz de raspar.
—La Sra. Reynolds es una experta en narcisos, mama.
—Cuando regreses de España ya se habrán levantado y habrán florecido — dijo la Sra. Reynolds. Yo sonrió, pensando en irme para España. Parece ser la única cosa que me hace sonreír últimamente. La Sra. Raynolds mira a lo largo de la mesa del buffet.
—Estoy famélica —dice ella—. Qué tal si le echamos un vistazo a la comida y vemos si hay algo que valga la pena.
—Mamá, no te atragantes con comida —dice el Sr. Reynolds por encima del alto sonido de la música para bailar que la banda justo acaba de empezar a tocar en el improvisado escenario al frente de la Casa de la Risa. La Sra. Reynolds rueda sus ojos.
—Mi hijo cree que soy un niño.
—Mamá, sabes lo que te dijo el… —la ronca voz del Sr. Reynolds repica. La Sra. Reynolds calla a su hijo con una simple mirada. Mamá se ve un poco nerviosa y yo me siento igual. No quiero involucrarme en esto. Esta claramente fuera de mi jurisdicción como acompañante. El Sr. Reynolds se gira en dirección a mamá.
—Tish, ¿Qué tal te parece mostrarle algunos movimientos a los adolescentes?— Wow, eso me cogió con la guardia baja. Mamá nunca baila. Ella y papá venían al festival año tras año y ni una sola vez los vi inclinarse hacia la música, mucho menos bailar.
—Me encantaría —dijo mamá—. Miley, ¿no te molestaría, cierto?
Cuando negué con la cabeza, ella tomo la mano que le ofrecía el Sr. Reynolds y él la guío lejos del pabellón de comidas. Estoy aquí sentada con los ojos ampliamente abiertos. ¿Qué es lo que acaba de pasar? ¿Acaso acepto mi mamá bailar con su jefe? ¿No es eso ilegal? Desde donde estoy sentada alcanzo a ver la pista de baile. De inmediato, mamá esta contoneando su cuerpo y moviéndose alrededor como una adolescente. Yo escaneo la feria para ver si alguien más le está prestando atención. Por su puesto, un grupo de chicos de la escuela la están mirando. Me quiero morir. ¿En primer lugar, porque razón querría mamá bailar? Esta haciendo un espectáculo de sí misma, saltando alrededor como si no le importara que la gente la este mirando fijamente. ¿No es ya lo suficientemente malo que la gente me mire a mi?
—Miley, estoy lista para cargar mi plato ahora que mi hijo, que se cree doctor está fuera de mi camino.¿Me ayudarías?— Aparto la mirada lejos de la reina del baile.
—Eh, si, por supuesto.— La Sr. Reynolds se apoya en su bastón mientras vamos llegando a la fila del buffet. Sostengo su plato con una pila de comida encima mientras ella señala varios platos expuestos.
—¿Qué es lo que sigues mirando? —pregunta la Sr. Reynolds.
—Nada.
—Esa nada está llamando mucho tu atención.— Me aclaro la garganta y sigo avanzando en la fila. Pero cuando llego al famoso Espectacular Spaguetti de la Sra. Jonas, me congeló y me preguntó si Emily y Nick estarán allí.
—Este luce bien —dice la Sra. Reynolds, refiriéndose al plato de espagueti.
—También sabe bien —admito—. ¿Pero usted puede comerlo? El Sr. Reynolds dijo…
—Miley soy una anciana que disfruta su comida. Si no puedo comer lo que deseo, entonces deberías enterrarme seis pies bajo tierra justo ahora y en este lugar.
—Está bien —digo con cautela—. Si usted insiste.
Pongo una pequeña cucharada en el plato de la Sra. Reynolds, pero ella alza sus cejas y me pide que le eche otra cucharada. Cuando llegamos al final del buffet, tengo miedo de darle otra mirada a la pista de baile. Es como un accidente automovilístico. Sabes que lo que vas a ver va a ser malo, pero no puedes evitarlo. Me pregunto si fue eso lo que la gente sintió cuando me vieron tirada en el suelo después de accidente. Está bien, así que soy como todos los demás. Chequeo la pista de baile y, gracias a Dios, mi mamá no está a la vista. Pero si veo a Delta. Ella está bailando lentamente con Brian Newcomb como si él fuera el amor de su vida. Mi sueño es encontrar a un chico que me ame a pesar de mis defectos y no me abandone cuando vea pasar a una chica perfecta. Quizás no exista un chico que sea así. Estoy sentada en la mesa viendo a la Sra. Reynolds comer. No tengo ni idea como hace para tragarse todo eso siendo una mujer tan pequeña. Ella toma un pequeño pedazo del Spaguetti Espectacular y asiente en mi dirección.
—Es como un golpe de harina y de diferentes texturas que lo hacen saber…
— ¿Espectacular? —digo yo.
—Bastante —acuerda, y las dos nos reímos. Mamá viene deslizándose hacia la mesa. ¿Fue un bailecito lo que la vi hacer cuando se sentó?
— ¿Qué es tan gracioso? —pregunta mamá.
—El plato de spaguetti —dice la Sra. Reynolds—. Es espectacular.— Ahora se hace el silencio, porque mamá sabe de forma inmediata que estamos hablando de la especialidad, ganadora de premios de la Sra. Jonas. El Sr. Reynolds esta sudando y toma un sorbo de agua.
—¿Pasa algo malo?— Mamá niega con la cabeza. El chico de la banda esta gritándole a la multitud de más de veintiún personas para que se dirijan a la pista de baile. Los padres acuden al centro de la pista del baile, preparados para mostrar sus movimientos. Veo a los otros chicos de mi grado corriendo y disfrutando. Brian y Delta entran a la Casa de la Risa. Drew Rudolph está tratando de convencer a Brianne de subir al Tilt-A-Whirl. Mandy mi prima, está sentada al lado de su hermana en la Rueda de Chicago.
—Adelante, ve —dice la Sra. Reynolds—. Únete a tus amigos.
—Yo no tengo amigos —admito—. Soy lo que llamaría una perdedora. O una solitaria. Escoja cualquiera de los dos.
—¡Bah!
—¿Ah?
—¡Bah!. Tonterías. Eres una inteligente y bonita jovencita. Las chicas como tú no son perdedoras o solitarias.
—No soy bonita, eso sí es seguro. Y soy coja —ella me mira de arriba abajo.
—Puedes fallar respecto al sentido de la moda, pero tienes buenos rasgos cuando no estás haciendo pucheros o luciendo perpleja. Y la cojera… mientras no te moleste a ti, no creo que deba importarle a los demás.— Creo que debo tener esa apariencia perpleja en mi rostro justo en este momento.
— ¿Y que es esa cosa sin sentido sobre no tener ningún amigo? Todo el mundo debe tener por lo menos un amigo.— Yo miro alrededor y encuentro a Emily Jonas, sentada sola en una de las mesas. Sus padres están sumergidos en una profunda conversación con otra pareja a unos cuantos pasos de ella. Iría hacia ella, pero lo más probable es que ella me ignoraría. La Sra. Reynolds pone su mano sobre la mía.
— ¿Es ella una amiga?
—Solía serlo.
—Ve y habla con ella.
—Ni siquiera sabría qué decir.— La Sra. Reynolds deja escapar el aliento con frustración.
—Haz lo que quieras, niña. Pero cuando seas un pájaro viejo como yo, estarás deseando haber tenido más amigos en tu vida. Estar sola no es divertido ¿verdad?
—No. Estar sola no es divertido.— Alzó la mirada en dirección a mamá, quien ahora está bailando en línea. Ella no parece sola. De hecho, no se veía así de contenta desde hace bastante tiempo. Mamá le sonríe al Sr. Reynolds y él le sonríe de vuelta. El Sr. Reynolds. Lou. El jefe de mama. El hijo de mi jefa. Bueno, cualquiera que sea su nombre, está claro para mí que está ardiendo por mamá. No estoy segura si debo estar avergonzada, furiosa, o feliz por ella.

Mis pantalones son jodidamente ajustados y está camisa tiene tanto almidón que me siento como un maniquí. Pero estoy aquí, en el Festival de Otoño. Una vez que termine de actuar como el hijo modelo, me iré de aquí. Veo a mis padres en el pabellón de los alimentos, hablando con otra pareja. Nada ha cambiado desde que he vuelto. Mi hermana sigue siendo un zombi, pero es peor ahora, porque desde que salió corriendo de la cafetería el lunes, está ignorándome. Mis padres no han mencionado el accidente desde que volví. Traté de hablar de ello, pero me han censurado. Cuando me acerco a mis padres, mi madre sonríe.
—Estábamos esperándote, Nick.
—Bueno, aquí estoy —digo sin entusiasmo, no menos dispuesto a representar este espectáculo. Mi papá se ve cansado; hay círculos bajo sus ojos y él no está caminando tan alto y recto como recuerdo.
—Nick, ¿te acuerdas del Dr. y la Sra. Tremont? El Dr. Tremont es dueño de una clínica dental en Denton, y acaba de abrir una en Tennessee ahora que el Dr. Kryzanowich se jubiló.
—¿En serio?— El Dr. Tremont apunta al este.
—Por las calles Central y Carriagedale. Ya sabes, el nuevo edificio junto al cine Tennessee —sacudo mi cabeza.
—No lo he visto todavía.
—¿Dónde has estado escondido? —el Dr. Tremont dice, riendo—. Es el edificio con el gran diente al frente —mi papá se pone rojo bajo su cuello.
—Me muero de hambre —dice antes de que yo le diga al Dr. Tremont que no he visto su edificio con el gran diente, porque estuve encerrado en la cárcel desde hace un año.
—Por qué no prueban algunos de los platillos de mi esposa mientras Nick encuentra a sus amigos.— Mamá hace un trabajo realmente bueno dirigiendo a los Tremonts a la mesa de buffet y lejos de mí. ¿Crees que mamá se da cuenta que no era la mejor idea tratar de fingir que soy un hijo perfecto? Mi hermana se une a ellos, ignorándome por completo. El Festival de Otoño es un zoológico. Es difícil creer que Tennessee es un pueblo pequeño cuando hay tanta gente alrededor. Brian y los chicos están pasando el rato cerca del estacionamiento.
—Wow, Nick, ¿quién te vistió? —Brian dice sarcásticamente, sacudiendo su cabeza con incredulidad. Hago una mueca.
—¿Me creerás si te digo que mi madre lo hizo?— Brian asiente.
—Sí. Tennessee no era lo mismo sin ti, hombre. Pero esa ropa tiene que irse.— Drew se ríe mientras enciende un cigarrillo.
—Tienes razón, Brian. Tennessee no es el mismo. Vi a la Sra. Cyrus bailando con el tipo de la cafetería. Se veían muy apretados. ¿Crees que son... tú, sabes? Dios sabe que Miley no conseguirá ninguno. Esa chica necesita un montón de cirugías más antes de que vaya a atraer a cualquier tipo. Tal vez podría conseguir una cita para el baile a través de Internet.— Nadie se ríe, porque Drew no es gracioso. Ha sido un pelmazo desde que volví, haciendo todo lo posible para hacerme enojar a propósito. Tristán lanza un balón en el aire. 
—Nos dirigimos a la cancha para jugar a la pelota. Vámonos antes de que nuestras mamás traten de hacernos bailar con ellas.— Me quito la ridícula camisa mientras juego, pero mis bolas están siendo estranguladas por los pantalones que llevo puestos. Después de cuarenta y cinco minutos, nos dirigimos de regreso. Pero cuando Tristan y Brian están por delante de nosotros, agarro a Drew por el hombro y lo empujo contra un árbol. Lo tomo completamente por sorpresa. No tiene ni idea de que estoy tentado a patearle el trasero. Una cosa que aprendí en el DOC de los reclusos... agarrarlos cuando menos se lo esperan.
—Este es el trato —digo en voz baja y dura cuando agarro su camisa y la retuerzo cerca de su garganta—. Deja de mencionar a Miley o la cárcel o el accidente. ¿Entendido? Si quieres seguir hablando de más, eso está bien, pero la próxima vez que lo hagas te encontrarás con mi puño. Garantizado.
—Estaba bromeando —Drew se atraganta, con un débil hilo de histeria en su voz—. Por Dios, Nick, relájate.— Suelto su camisa, pero le doy una última advertencia.
—Hasta hace dos semanas estaba viviendo con pandilleros. No me digas que me relaje.
***
Es jueves por la noche, cinco días después del festival. Estoy en el cuarto de Delta mientras sus padres están en alguna recepción. Se supone que debemos estudiar; ambos tenemos examen mañana. Desafortunadamente, me di cuenta hace una media hora que ella no está interesada en estudiar. Delta se contonea delante de mí, modelando diferentes atuendos que compró en el centro comercial ayer.
—Bueno... —dice, luciendo un vestido de diseñador—. ¿Qué piensas?
—Estoy ocupado leyendo la Carta Magna. No puedo reprobar este examen, Delta—.Ella pone las manos sobre sus caderas y hace pucheros.
—Te juro que le prestas más atención a las chicas en la escuela que a mí.— Levanto la vista de mi libro.
—¿Estás bromeando?
—No, Samantha Hunter está, como, deseándote después de tu clase de gimnasia y estás cayendo. Y te escuche con Sarah Steinway teniendo una conversación muy intensa en biología.
—No le he dicho dos palabras a Samantha, Delta. Y Sarah y yo somos compañeros de biología. ¿Qué estás haciendo, espiándome? Me encantaría decirles a todos que estamos de nuevo juntos. Tú eres la que quiere mantener nuestra relación en maldito secreto.— Esta semana nos hemos encontrado en la reserva forestal, en las gradas de la escuela, y hoy tuve que entrar a su casa por la puerta trasera para que ninguno de sus vecinos me viera entrar. Estoy harto de moverme furtivamente en todos lados.
—Te dije que mi padre se está presentando en la elección en noviembre, Nick. Su hija no puede ser vista saliendo con un ex convicto.— Ella dice eso con tanta facilidad. No hay una pizca de disculpa o vacilación en su voz cuando deja salir la palabra "ex convicto".
—Me tengo que ir —digo, luego cierro mi libro de historia. Ella viene hacia mí, colocando su mano sobre mi pecho. 
—No te vayas. Voy a hacer que valga la pena.
—¿De qué estás hablando?— Lentamente quita el fino tirante de su hombro, revelando piel desnuda. Unos segundos más tarde, se quita su vestido y está de pie frente a mí vestida sólo con un sostén de encaje negro y tanga a juego. Mi mirada se desplaza sobre su cremosa piel blanca. Diablos, sí, quiero esto. Pero ella no se está comportando como una novia. No tiene que desnudarse para mantenerme aquí. No tiene que usar su cuerpo para seducirme. Esto está tan jodido. 
—Delta... —da un paso hacia mí, poniendo su dedo sobre mis labios para no permitirme hablar.
—Shh, oigo a mis padres en el pasillo —susurra. Mierda. Efectivamente hay un golpe en la puerta de su dormitorio un segundo después.
—Delta, ¿estás en casa? —su mamá dice al otro lado de la puerta.
—Uh, sí —Delta dice en voz alta mientras recoge su vestido tirado—. Nick, entra al armario —susurra. Esto no está pasando en serio. 
—No voy a entrar al armario —digo. De ninguna manera voy a encerrarme de nuevo, aún en el armario de mi novia en lugar de una celda.
—Shh, te van a escuchar.— Su madre toca de nuevo y dice.
—¿Con quién estás hablando? Delta, abre la puerta.— Delta se escabulle para ponerse su vestido de nuevo. 
—Con nadie, mamá, sólo tengo la radio encendida. Me estoy vistiendo. Salgo en un minuto, ¿de acuerdo?
—Apúrate. El Senador Boyle vino hasta aquí para conocerte —dice su mamá, entonces escucho pasos alejándose de la puerta.
—¿Cuando vas a decirles que estamos juntos? —le pregunto a Delta—. ¿Después de las elecciones?
—¿Podemos hablar de eso más tarde? —susurra mientras verifica rápidamente su apariencia en el espejo. Observo mientras se pone enormes cantidades de brillo labial en sus labios. El sabor cereza flota en el aire hasta mi nariz y me pregunto cuánto tiempo puedo estar atrapado en esta habitación con olor a cereza antes de desmayarse. Abro la ventana.
—Nick, ¿qué estás haciendo?— Lanzo mi libro de historia hacia el suelo abajo, rezando por que todavía este intacto cuando lo recupere. Luego levanto un pie sobre el alféizar. 
—Yéndome.
—Es una casa de dos plantas. Vas a matarte.— No voy a esconderme en su habitación como un prisionero. Además, si salto con suficiente fuerza y lo suficientemente alto, podría ser capaz de asirme a una rama del árbol a unos pies de la ventana. Ella corre hacia mí.
—No lo hagas, Nick.— Miro directamente a sus ojos azules. ¿Por qué no? ¿Por qué me amas, porque no quieres que me lastime... porque quieres llevarme a la planta baja y anunciar a tus padres y a sus amigos que no importa lo que sucedió en el pasado, estamos juntos y nadie puede separarnos?
—Voy a tener problemas si te ven —anuncia.
—Nos vemos en el otro lado —le digo a Delta antes de pararme en el alféizar de la ventana, diciendo una oración, y dando un salto.

5 comentarios:

  1. me encanto estoy deseando poder leer otro porfi

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  2. Siguelaaa por fis excelente capitulo :)! Se que soy una desesperada pero ya quiero partes niley momentos de ellos juntos y un maratón seria excelente :)

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  3. Siguela Dios! Esta excelente ya quiero partes niley porfa odio a delta quiero partes niley ¿falta mucho para eso?

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    1. No, seguro en el proximo o en un par de capitulos habra momentos Niley

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  4. genial me encanto muero por leer el proximo capitulo o el proximo par de capitulos
    adoro esta serie y me encanta cuando a nick le sale lo pandillero en realidad amo cuando hace de chico malo en serio tiene ese no se q q lo amo
    pobre miley ojala se de cuenta de lo mucho q vale como persona y q solo necesita cuidarse y vestirse bien y el amor de nick
    SUBE YA!!!!!
    BESOS

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