sábado, 4 de octubre de 2014

It Was Always You - Niley- Cap 13


La Sra. Reynolds está esperándome en el columpio trasero con el muumuu en la mano cuando llegue a su casa, justo como ha hecho desde mi primer día en el trabajo. Intenté rechazar la prenda que me ofrecía sin éxito. Así que ahora me la puse y me veo como una completa idiota mientras estoy trabajando. No es como si necesitara preocuparme acerca de verme bien, de todos modos. Nick y sus amigos dijeron que la única manera de que yo consiga una cita para el baile de graduación es que lo anuncie por internet. Los escuché en el Festival de Otoño hablando acerca de mí. Lloré esa noche porque no puedo girar el reloj y borrar lo que pasó. Nick se paró ahí con los chicos como si él no tuviera nada que ver con hacerme de esta manera. Su falta de reacción me hirió más que las palabras de Drew.
—Hoy vamos a limpiar el ático —la Sra. Reynolds anuncia—. Aquí, toma esta escoba. Yo traeré el recogedor y el balde.
—¿Qué hay acerca de plantar bulbos? —pregunté.
—Estoy enferma de ver bulbos. ¿Podemos continuar plantando mañana?— Ella me dirige hacia arriba de la escalera al ático. 
—No cierres la puerta, o nos encerraras adentro.
—Eso es peligroso —dije—. Y aterrador, como algo sacado de una película de terror.— Hay un tapón de puerta que ella pone en su lugar antes de que entremos. Es un pequeño, oscuro lugar lleno de cajas y fotos y… telarañas. —¿Sra. Reynolds?
—Sí, Miley.
—Le tengo miedo a las arañas.
—¿Por qué?.
—Porque tienen ocho horripilantes patas, muerden, y tienen una cuerda pegajosa que sale de sus traseros para capturar insectos antes de chupar su sangre.— Creo que la Sra. Reynolds se va a reír de mí. Pero no lo hace. En vez de eso dice.
—Las arañas controlan la comunidad de los insectos. Son necesarias y eso es todo lo que importa.— Aunque eso tal vez sea verdad, todavía no me gustan. Pero eso no detiene a la Sra. Reynolds de guiarme más lejos dentro del ático, pálido, polvoriento y todo. Estoy lista para ir a una ejecución 
—Es una vida dura —miro a mi alrededor. Este ático es definitivamente aterrador. con largos troncos en una esquina y cajas de mudanza en la otra. La Sra. Reynolds encuentra una vieja silla y se sienta en ella. 
—Puedes empezar por desempolvar los troncos primero.— Gracias a Dios están en el medio del piso, no tocados por las telarañas. La anciana está totalmente preparada. Ella empuja un trapo y una lata de Endust fuera del balde. Rocié la cumbre del tronque de madera, limpiándolo hasta que brilló.
—Ábrelo —dijo la Sra. Reynolds. La miré, insegura. Continúe. Desenganché el pestillo, levanté la tapa, y miré adentro. La primera cosa que vi es una foto enmarcada de un hombre y una mujer. 
—¿Esta es usted?
—Sí, con mi esposo fallecido, Albert, que en paz descanse.— En la foto una Sra. Reynolds mucho más joven está usando un vestido hasta las rodillas hecho a la medida y guantes de satén que suben por encima de sus codos. El Sr. Reynolds ni siquiera está mirando a la camera, está mirando a la Sra. Reynolds como si ella fuera un raro diamante.
—¿Se casaron jóvenes?
—Yo tenía veinte y el veinticuatro. Estábamos muy enamorados.— Le pasé la foto a ella. 
—Desearía que mis padres se amaran. Son divorciados.
—Sí, bueno, la vida continua, ¿no?
—Sip —incluso después del accidente, cuando supe que nunca sería capaz de caminar con normalidad de nuevo o jugar tenis otra vez, la vida sigue girando. Aunque lo quisiera o no. La Sra. Reynolds se inclina y estudia más fotos. 
—Gasté un poco de tiempo con tu madre en La Tía Mae —ella dice mientras estudia una foto de un pequeño niño—. Ella es una dama encantadora.
—Gracias —dije, orgullosa de mi mamá. Ella es genial, para ser una mamá. Solo desearía que mi papá pensara que ella era lo suficientemente encantadora para querer seguir casado con ella. La Sra. Reynolds me pasa la foto del pequeño niño. 
—Ese es mi hijo.— Casi me rio de la foto. ¿Quién pensaría que este niñito crecería y un día seria el jefe de mi mamá?
—Él estuvo casado una vez. Ella murió de cáncer de ovario cinco años después —suspiró.
—¿No tuvieron hijos? —pregunté. Ella sacude su cabeza. 
—Bien, es suficiente de holgazanerías. Tengo un puñado de cajas que necesitan ser sacudidas. ¿Por qué no las apilamos en una esquina para que puedan ser fácilmente ubicadas y puestas en la basura? En algún lugar alrededor de aquí hay cajas etiquetadas como "impuestos"—ella señalo hacia una de las esquinas del ático—. Creo que están por allá.— Caminé hacia las cajas e hice el escaneo de telarañas. Yuck. Telarañas se alinean en las esquinas del techo, solo esperando por un desprevenido insecto que vuele por ahí. Ni siquiera veo las arañas. Es como si ellas fueran espías encubiertas hasta que su presa se debate, atrapada sin esperanza en la telaraña. Me estremecí solo pensándolo. Gracias a Dios no soy un insecto.
—¿Miley?
—Sí.
—Me estoy volviendo más vieja con cada segundo, ya sabes.— Puse mis manos en las mangas del muumuu y empujé las cajas a un lado con los puños cubiertos por el muumuu. Estoy intentando no pensar en mi pierna y cómo voy a maniobrar las cajas alrededor con arañas mirándome desde el techo. Hice un camino y me coloqué detrás de la pila de cajas. Revisé un contenedor naranja de plástico hecho para parecer una cesta de picnic. —¿Qué clase de cajas son? ¿Cajas de almacenamiento o cajas de mudanza?
—No recuerdo, pero estoy bastante segura de que están etiquetadas.
—Bien —empiezo a voltear las cajas, esperando encontrar la palabra IMPUESTOS en el frente. Grité cuando escuché algo detrás de mí. Dándome la vuelta, vi que solo era la Sra. Reynolds.
—Oh, cálmate —ella me reprende—. ¿Encontraste alguna?
—Eso creo —levanté una caja marcada como IMPUESTOS, 1968—. ¿Es esta?— Ella aplaude, como una profesora haría si un estudiante tiene la respuesta correcta. 
—Sí. Ponla por la puerta. Hay tantas por sacudir, que creo que esto podría tomar unos pocos días.— Tan pronto como coloco la primera caja en la pila de "botar" el timbre suena. La Sra. Reynolds no lo escucha. 
—Alguien está tocando el timbre —dije. Ella frunce sus cejas e inclina la cabeza para escucharlo. 
—No lo escucho, pero de nuevo, estos oídos son tan buenos como mis ojos. Sé un amor y contesta, ¿Sí?.
—Seguro —me dirigí hacia abajo por las escaleras. El timbre sonó dos veces más antes de que pudiera llegar a la puerta. La abrí rápidamente, luego tropecé hacia atrás. Porque la última persona que esperaba ver parada en frente de mí es Nick Jonas. Y, por segunda vez desde que él regreso, él se acerca para tocarme.

Lo juro, mi pierna casi se soltó de mí. Porque a la última persona que esperaba que respondiera al llamado de la puerta en la casa de Señora Reynolds era Miley Cyrus que lleva un ridículo delantal color rosa con flores verdes estampadas. Intenté agarrarla del brazo cuando ella casi pierde su equilibrio, pero llegué demasiado tarde. Una vez en el suelo, ella se negó rotundamente a tomar mi brazo extendido.
—¿Qu... qué estás haciendo aquí?
—¿Qué estás haciendo aquí? —pregunte.
—Trabajo aquí después de la escuela —dijo ella intentando pretender estar satisfecha con quedarse tendida en el suelo. Saqué mi Identificación del Departamento de Justicia rápidamente de mi bolsillo. Y verifico dos veces, nuevamente la dirección antes de decir 
—Estoy aquí para ver a la Señora Reynolds. Esta su casa es, ¿no es así? —el odio de Miley es completamente evidente reflejado en su mirada—. Escucha, verte aquí es también una sorpresa para mí —le digo
—El gerente de The Trusty Nail me envió. La casa de esta señora es el próximo sitio del trabajo en la lista.—Miro como Miley se levanta por sí misma. Y parece doloroso, lo puedo decir al mirar que sus dedos se curvan dentro de un puño. Dios, mirarla esforzándose hace que me enferme del estómago. Porque yo le hice esto, aunque fuera sin culpa. —Lo siento —digo.
—Díselo al juez —masculla ella.
—Ya lo hice —respondo verídicamente. No es que eso le importe al Juez Farkus. El tipo quería ponerme de ejemplo para todos los delincuentes que bebían y que se encontraban detrás del volante de un automóvil—¿Qué quieres de mí, Miley?
—Quiero que te vayas.
—No puedo —le digo. Una señora de edad aparece desde la parte de atrás de la casa y arrastra los pies hacia la puerta. 
—Tú debes ser del programa de servicio a la comunidad —dice.
—Sí, señora —me adelanto y le doy mi Identificación de servicio a la comunidad para que lo inspeccione. Es un requisito mostrarlo antes de entrar en una casa. La Señora Reynolds examina mi Identificación, luego me la devuelve. 
—Bueno, entre, adelante. Ésta de aquí es Miley, la que me acompaña. Miley este es... ¿Cómo dijiste que te llamabas?
—Nick.— La Señora Reynolds le dice a Miley, 
—Nick va a ayudarnos. Muéstrale al ático y explícale nuestro proyecto mientras yo inspecciono algunas galletas que tengo cocinando en el horno.— Luego pongo mi mochila en el suelo después de que la Señora Reynolds está fuera de vista. 
—Otra situación bochornosa, ¿huh?— Miley está todavía como una estatua.
—Desearía que nunca regresaras —dice ella tranquilamente, abrazándose a sí misma. Estoy tentado de largarme y ver la encolerizada cara de Damon por abandonar el servicio a la comunidad, pero no quiero. Estoy atrapado aquí con ella.
—No voy a ir a ninguna parte hasta que termine este trabajo para la señora.— Los ojos de Miley se ensanchan. Su boca se abre y se cierra, pero ninguna palabra sale de ella. Luego se da la vuelta y camina en el interior de la casa. La sigo silenciosamente a una escalera estrecha en el segundo piso hacia el ático. Miley apunta hacia una caja. 
—Necesito que botes esto. Pondré las cajas allí y puedes disponer de ellas.— Yo asiento. Trabajamos en silencio. Miley pone las cajas en una fila para botarlas y yo las llevo bajando las escaleras. La Señora Reynolds me hace tirar las cajas en las bolsas de basura más grandes y luego las llevo al bote de basura que se encuentra al empezar la entrada de autos. La Señora Reynolds sale de la cocina y me da un plato de galletas. 
—Toma, lleva estas al ático. Tú y Miley pueden compartirlos mientras trabajas.— Entro en el ático de nuevo en lo que parece un millón de veces hoy con las galletas en la mano. Miley tira una caja en mi dirección, pero yo me muevo para esquivarla. Fue intencional, no tengo ninguna duda sobre eso. 
—Mira lo que te traje, ¿quieres? —deposito el plato sobre un baúl en medio del ático. Ella se gira, me da la espalda e ignora el plato. Miley piensa que es la única víctima en este total enredo. Así que tengo que mantenerme como si no me importara. Sin importar lo que paso, no puedo permitirle que se meta debajo de mi piel y descubra la verdad. 
—Escucha, Miley, fue un accidente. Si solo pudiera volver aquel día, lo haría. Si pudiera retroceder el tiempo, lo haría.— Ella se gira en mi dirección ahora, con la cabeza inclinada a un lado. 
—Dime, Nick. ¿Por qué tus disculpas me suena tan poco convincentes?— Me quedo de pie, mudo, mientras ella toma el plato de galletas y deja el ático. ¿Por qué no puede ser esto fácil? recojo la siguiente caja y no le doy importancia a el resto hasta que todas las cajas están en la basura. Miley deja la casa de la Señora Reynolds primero, así que aguardo detrás. La señora ya de edad está en el antejardín cuando yo le doy la hoja de asistencia y la pluma. 
—Gracias por dejarme trabajar aquí —le digo.
—Mi esposo, Albert, que descanse en paz, creía que era importante ayudar a los menos afortunados. No me agradezcas empezado apenas el sistema de justicia juvenil o trabajaremos durante unas semanas más. Hiciste un buen trabajo hoy.— Le doy una sonrisa de agradecimiento. Ella empieza a firmar el formulario, pero se detiene. 
—Aquí dice que tienes experiencia en construcción. Ya sabes... podría tener otro trabajo para ti. Es decir, si estas interesado.
—¿Qué tipo de trabajo?.
—¿Qué tan bueno eres con las manos?.
—Mejor que la mayoría —le digo, soltando una risita. La señora de edad apunta a un montón de madera apilada en una esquina del jardín. 
—De acuerdo, Sr. mejor-que-la mayoría. ¿Cree que pueda construirme un parasol con ese montón de madera vieja? Sabe lo que es un parasol, ¿no es así?— Sí, sé lo qué es. Construir un parasol tomará un par de semanas por lo menos, probablemente el tiempo suficiente para terminar mi servicio a la comunidad. ¿Qué estoy pensando? Yo no puedo trabajar con Miley. De ninguna manera. Nunca funcionaría. Aunque no es como si realmente estuviera trabajando con ella. Estaré solo, construyendo el parasol. La manera en que la Señora Reynolds está mirándome con confianza fortalece mi ego herido. No tengo por qué pensar en Miley. No tengo por qué pensar en lo que está bien o mal. Así que digo abruptamente.
—Puedo hacerlo —debo ser honesto con la señora y le digo sobre por qué fui declarado culpable. Y, lo más importante, quién me declaro culpable por lo que paso—. Señora Reynolds, tengo que ser honesto con usted...— Como si fuera una señal del cielo, el teléfono sonó. La señora de edad toma su bastón y se da prisa para entra en la casa. 
—Regresa mañana y luego terminaremos nuestra conversación.— Así que también me doy prisa para coger el autobús porque estoy retrasado. Cuando me subo, Miley está sentada en frente así que me dirijo a la parte de atrás. El viaje en autobús que dura quince minutos parece como de una hora. En nuestra parada, somos los dos únicos en el bus. Bajamos y dejo que ella avance primero mientras yo la sigo por detrás. Mi hermana está afuera. La expresión en su cara cuando ella nos ve a Miley y a mí, caminar por la calle juntos, no tiene precio.
—¿Vienes a casa con Miley? —pregunta Emily, siguiéndome hacia la entrada de la casa.
—Estábamos en el mismo autobús. No te emociones por eso.
—¿No te emociones por qué? —dice mamá, viniendo de la casa y entrado en el medio de una conversación que da que yo no quiero que ella se entere de nada.
—De nada —le digo a mamá, luego entrecierro mis ojos en dirección a mi hermana y le digo a través de dientes que tan sólo ella puede oír—. Deja de hacer un show por esto.— Emily corre a su cuarto y cierra la puerta de un portazo. Mamá regresa a la cocina, olvidando completamente todo. Los Jonas son la imagen de una familia-perfecta. Un cuadro-perfecto, una maldita-familia-perfecta.

3 comentarios:

  1. genial adoro la novelas en serio
    eres muy buena escribiendo
    y te amo por eso esto me atrapa de verdad
    siguela siguela y por favor no demores tanto
    besos

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  2. Siguelaaaa por fiss ahora si esta sumamente interesante quiero saber que mas pasara siguela y seria súper un maratón. :)

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  3. Siguela por favor quiero más niley!

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