jueves, 25 de julio de 2013

My Beautiful Mistake- Niley- Cap 03

Joe se quedó en la puerta como un idiota enfermo de amor, saludando a Demi mientras ella abandonaba el aparcamiento. Cerró la puerta, y luego colapsó en el sillón reclinable con la más ridícula sonrisa en su cara.
—Eres un tonto—le dije.
— ¿Yo? Deberías haberte visto. Miley no podía irse de aquí lo suficientemente rápido.
Fruncí el ceño. No me pareció que Miley estuviera apurada, pero ahora que Joe dijo algo recordé que estaba bastante callada cuando volvimos—. ¿Tú crees?
Joe se echó a reír, tirándose hacia atrás en la silla y sacando él apoya pies—. Ella te odia. Ríndete. 
—No me odia. Di en el clavo con esa cita…cena.
La ceja de Joe se disparó hacia arriba—. ¿Cita? Nick. ¿Qué estás hacienda? Porque si esto es solo un juego y arruinas esto para mí, te mataré mientras duermes. 
Caí contra el sofá y agarré el control remoto—. No sé qué estoy haciendo, pero no estoy haciendo eso. — Joe lucía confundido. No iba a dejar saber que estaba tan desconcertado como él 
—No estaba bromeando—él dijo, manteniendo sus ojos en la pantalla de la TV—. Te voy a ahogar.
—Te escuché—espeté. Toda la cosa de sintiéndome-fuera-de-mi-elemento me estaba enojando, y luego tuve a Pepé Le Pew por aquí amenazándome de muerte. Joe con un flechazo era molesto. Joe enamorado era casi intolerable.
— ¿Recuerdas a Anya?
—No es como eso—dijo Joe, exasperado—. Es diferente con Demi. Ella es la indicada.
— ¿Sabes eso después de un par de meses?—pregunté dubitativamente. 
—Lo supe en cuanto la vi. — Negué con la cabeza. Odiaba cuando se ponía así. Unicornios y mariposas saliendo de su trasero y corazones flotando en el aire. Siempre terminaba con el corazón rodo, y luego yo tenía que asegurarme que no bebiera hasta morir durante seis meses. Aunque Demi parecía que le gustaba.  Lo que sea. Ninguna mujer podría hacerme balbucear y ser un borracho baboso por perderla. Si no se mantenían alrededor, no valían la pena de todos modos.  Joe se levantó, se estiró, y luego se encaminó hacia su habitación.
—Estás lleno de mierda, Joe.
— ¿Cómo lo sabes?—preguntó. Tenía razón. Nunca estuve enamorado, pero no podía imaginar que eso me cambiara tanto.
 Decidí irme a la cama, también. Me desvestí y me tiré al colchón, exhausto. En el segundo en que mi cabeza tocó la almohada, pensé en Miley. Nuestra conversación se reprodujo textualmente en mi cabeza. Unas pocas veces mostró un brillo de interés. No me odiaba completamente, y eso me ayudó a relajarme. No estaba exactamente disculpándome por mi reputación, pero ella no esperaba que fingiera. Las mujeres no me ponían nervioso. Miley me hizo sentir distraído y concentrado, todo al mismo tiempo. Agitado y relajado. Cabreado y malditamente cerca del vértigo. Nunca me había sentido tan en desacuerdo conmigo mismo. Algo acerca de ese sentimiento me hizo querer estar cerca de ella más. Después de dos horas mirando el techo, preguntándome si la vería de nuevo al día siguiente, decidí levantarme a buscar una botella de Jack Daniel’s en la cocina. Los vasos de shot estaban limpios en el lavavajillas, así que saqué uno y lo llené hasta el borde. Después de tragarlo, me serví otro. Lo vacié, puse el vaso en el fregadero y me volví. Joe estaba en la puerta de su habitación con una sonrisa en su cara.
—Y así empieza.
—El día que apareciste en nuestro árbol familia, quise cortarlo. —Joe se río una vez y cerró su puerta. Caminé hacia mi cuarto,, enojado por no poder discutir. 
Las clases de la mañana parecieron durar por siempre, y estaba un poco disgustado conmigo mismo de que casi había corrido hasta la cafetería. Ni siquiera sabía si Miley estaría allí. Pero, estaba. James estaba sentado directamente en frente de ella, charlando con Joe. Una sonrisa tocó mi cara, y luego suspiré, aliviado y resignado al hecho de que era patético. La señora del almuerzo llenó mi bandeja con Dios-sabe-qué, y luego caminé hacia la mesa, de pie en frente de Miley.
—Estás en mi lugar, James.
—Oh, ¿ella es una de tus chicas, Nick?
Miley negó con la cabeza—. Absolutamente no. — Esperé, y luego James cumplió, llevando su bandeja a un asiento vacío al final de la larga mesa.
— ¿Qué pasa, Pidge?—pregunté, esperando que escupiera veneno hacia mí. Para mi extrema sorpresa, no mostró signos de enojo.
— ¿Qué es eso?—miró fijamente mi bandeja.
Bajé la vista hacia el brebaje humeante. Estaba haciendo una conversación al azar. Sin embargo, era otra buena señal. —La señora de la cafetería me asusta. No voy a criticar sus habilidades culinarias. — Miley me vio hurgar con mi tenedor por algo comestible, y luego pareció distraída por los murmullos de los que nos rodeaban. Concedido, era nuevo para mis compañeros verme hacer un alboroto para sentarme en frente de alguien. Todavía no estaba seguro de porqué lo hice.
—Ugh… el examen de biología es después del almuerzo—gimió Demi.
— ¿Estudiaste? —preguntó Miley. 
La nariz de Demi se arrugó—. Dios, no. Pasé la noche asegurándole a mi novio que no ibas a acostarte con Nick— Joe inmediatamente se volvió silencioso a la mención de la conversación de la noche anterior. Los jugadores de futbol sentados al final de la mesa hicieron silencio para escuchar nuestra conversación, y Miley se hundió en su asiento, disparando una mirada hacia Demi. Ella estaba avergonzada. Por alguna razón, estaba avergonzada por cualquier atención en absoluto. Demi ignoró a Miley y empujó a Joe con su hombro, pero el ceño de Joe no desapareció.
—Jesús, Joe. ¿Lo pasas tan mal, huh?—le lancé un paquete de kétchup, tratando de aligerar el ambiente. Los estudiantes a nuestro alrededor pusieron su atención en Joe y luego en Demi, esperando algo por lo que hablar. Joe no respondió, pero los ojos azules verdosos de Miley me echaron un vistazo con una pequeña sonrisa. Estaba de suerte hoy. No podría odiarme aunque lo intentara. No sabía porque estaba tan preocupado. No era como si quisiera salir con ella o algo. Ella solo parecía el experimento platónico perfecto. Era, básicamente, una buena chica, aunque un poco enojada, y no necesitaba que yo le arruine su plan de cinco-años-en-adelante. Si es que tenía uno.
Demi frotó la espalda de Joe—. Él va a estar bien. Solo le va a tomar un tiempo creer que Miley es resistente a tus encantos.
—No he intentado seducirla—dije. Sólo me estaba acercando, y Demi estaba hundiendo mi nave—. Ella es mi amiga. 
Miley miró a Joe—. Te lo dije. No tiene nada de qué preocuparte. — Joe encontró los ojos de Miley, y luego su expresión se suavizó. Crisis evitada. Miley salvó el día.
Esperé un minuto, tratando de pensar algo que decir. Quería preguntarle a Miley si quería venir a casa después, pero sería lamentable después del comentario de Demi. Una idea brillante apareció en mi cabeza, y no dudé— ¿Has estudiado tú?
Miley frunció el ceño—Ninguna cantidad de estudio va a ayudarme con biología. Solo es algo en lo que no puedo entender del todo.
Me levanté, asintiendo con la cabeza hacia la puerta. —Vamos.
— ¿Qué? 
—Vamos a tomar tus notas. Voy a ayudarte a estudiar. 
—Nick… 
—Levanta tu trasero, Pidge. Vas a aprobar ese examen.
Los siguientes tres segundos pudieron haber sido los más largos de mi vida. Miley finalmente se levantó. Pasó a Demi y tiró de su cabello—Te veo en clases, Demi.
Ella sonrió—Te guardaré un lugar. Voy a necesitar toda la ayuda posible. — Sostuve la puerta abierta para ella mientras dejábamos la cafetería, pero ella no pareció notarlo. 
De nuevo, yo esta terriblemente decepcionado.  Metiendo mis manos en mis bolsillos, me mantuve al mismo ritmo con ella durante el corto camino a Morgan Hall, y luego la observé mientras ella jugueteaba con la llave de la puerta de su dormitorio. Miley finalmente abrió la puerta, y luego tiré su libro de biología en la cama. Ella se sentó y cruzó las piernas, y cayó sobre el colchón, notando lo rígido e incómodo que era. No es extraño que todas las chicas de esta escuela estuvieran de mal humor. Posiblemente no podían tener una buena noche de sueño en ese maldito colchón. Jesús. Miley se volvió hacia la página correcta de su libro de texto, y me puse a trabajar. Fuimos sobre los puntos claves de cada capítulo. Era algo lindo como me miraba cuando hablaba. Casi tanto como si estuviera colgando de cada palabra, y sorprendido de que supiera leer. Un par de veces, podía decir por su expresión, que no entendía de que lo que estaba hablando, así que retrocedí, y sus ojos brillarían más. Empecé a trabajar duro por la luz en su rostro después de eso. Antes de que me diera cuenta, era tiempo de que ella valla a clases. Suspiré, y luego, en broma, le golpeé la cabeza con su guía de estudio. 
—Lo tienes. Te sabes esta guía al derecho y al revés.
—Bueno… veremos.
—Te acompañaré a clases. Te hare preguntas en el camino—esperé por un rechazo educado, pero me ofreció una pequeña sonrisa y un asentimiento con la cabeza.
Caminamos por el pasillo, y ella suspiró—No te enfadarás si repruebo el examen, ¿no? — ¿Estaba preocupada de si me iba a enfadar con ella? No estaba seguro que debería pensar sobre eso, pero me sentí bastante malditamente asombroso.
—No vas a reprobar, Pidge. Aunque necesitamos empezar antes para el próximo. —dije, caminando con ella hacia el edificio de ciencias. Le hice pregunta tras pregunta. Respondió casi todas bien, en algunas dudaba, pero las respondió correctamente. Llegamos a la puerta de su salón de clases, y pude ver el agradecimiento en su cara. Aunque era demasiado orgullosa como para reconocerlo.
—Patea sus traseros—dije, sin saber realmente que otra cosa decir.
Liam Hemsworth pasó a mi lado y asintió—Hola, Nick.
Odiaba a ese cretino—Liam—dije, asintiendo. Liam era uno de esos tipos que les gustaba seguirme y usar su condición de Caballero Blanco para tener sexo. Le gustaba referirse a mí como un mujeriego, pero la verdad era, que Liam jugaba un juego más sofisticado. No era honesto sobre sus conquistas. Fingía que le importaba y luego las decepcionaba fácilmente. Una noche de nuestro primer año, llevé a Janet Littleton desde The Red Door hasta mi apartamento. Liam estaba intentando tener suerte con su amiga. Nos fuimos por caminos separados, y después que la bolseé y no fingí querer una relación después, ella llamó enojada a su amiga para que la venga a buscar. Su amiga todavía estaba con Liam, así que él terminó llevando a Janet a casa. Después de eso, Liam tuvo una nueva historia para contar sus conquistas.  Cualquiera se la chica que bolseé, él usualmente barre mis sobras relatándoles la vez que salvó a Janet. Lo toleraba, pero sólo apenas.
Los ojos de Liam apuntaron a Pigeon e inmediatamente se encendieron—Hola Miley. — No entendía porque Liam insistía tanto en ver si podía desembarcar las mismas chicas que yo, pero había tenido clase con ella durante varias semanas y acaba de mostrar interés. Saber que era porque la vio hablando conmigo casi me envió en una furia.
—Hola—dijo Miley atrapada con la guardia baja. Claramente ella no sabía porque de repente le estaba hablando. Estaba escrito en toda su cara—. ¿Quién es ese?—me preguntó.
Me encogí de hombros casualmente, pero quería entrar al salón y se golpeaba su culo de muy buen gusto. — Liam Hemsworth—dije. Su nombre dejó un mal gusto en mi boca—. Es uno de mis hermanos de Sig Tau—eso dejó un mal gusto también. Tenía hermanos, ambos, de fraternidad y de sangre. Liam se sentía como de ninguno. Más como un archienemigo que mantienes lo suficientemente cerca como para mantener un ojo en él.
— ¿Estás en una fraternidad? —preguntó, su pequeña nariz arrugándose. 
—Sigma Tau, la misma que Joe. Pensé que lo sabías.
—Bueno…tu no pareces el…tipo de fraternidad—dijo ella, mirando los tatuajes en mis brazos.
El hecho de que los ojos de Miley estén de nuevo en mí inmediatamente me puso de mejor humor—. Mi padre es un antiguo alumno, y mis hermanos son todos Tau Sig. Es una cosa de familia.
— ¿Y ellos esperan que jures?—preguntó, escéptica. 
—No realmente. Son solo buenos chicos—le dije, agitando sus papeles. Le los di a ella—. Mejor ve a clases.
Esbozó una sonrisa perfecta. —Gracias por ayudarme. —ella me empujó con el codo, y no pude evitar sonreír de nuevo.
Entró al salón de clases y se sentó junto a Demi. Liam la estaba mirando fijamente, viendo a las chicas hablar. Me imaginaba cogiendo un escritorio y lanzándola hacia su cabeza mientras caminaba por el pasillo. Sin más clases por el día, no había razón para quedarme. Un largo paseo en la Harley me ayudaría a evitar que la idea de Liam corrompiendo la gracia de Miley me vuelva loca, así que me aseguré de tomar el camino largo a casa para que me diera más tiempo para pensar. Un par de alumnas dignas del sofá cruzaron por mi camino, pero la cara de Miley seguía apareciendo en mi mente, tantas veces que ya empezaba a molestarme. Había sido notoriamente un pedazo de mierda a todas las chicas con las que había tenido una conversación privada sobre la edad de dieciséis años, desde que tenía quince años. Nuestra historia podría haber sido la típica: chico malo se enamora de chica buena, pero Miley no era ninguna princesa. Estaba ocultando algo. Quizás esa era nuestra conexión: lo que sea que estaba dejando de lado.
Estacioné en el apartamento y bajé de la moto. Mucho para pensar mejor en la Harley. Todo lo que había resuelto en mi mente no tenía malditamente sentido. Solo estaba tratando de justificar mi extraña obsesión con ella. De repente de un muy mal humor, cerré la puerta de golpe detrás de mí y me senté en el sofá, y me puse de un humor peor cuando no pude encontrar el control remoto enseguida. El plástico negro aterrizó junto a mí mientras Joe pasaba a sentarse en el sillón. Recogí el control remoto y apunté a la TV, encendiéndola. 
— ¿Por qué llevas el control remoto a tu habitación? Sólo hay que traerlo de vuelta aquí —le espeté.
—No lo sé, hombre, es solo un hábito. ¿Cuál es tu problema?
—No lo sé—me quejé, dando vueltas por la TV. Presioné el botón de silencio—. Miley Cyrus. 
Las cejas de Joe se elevaron—. ¿Qué hay con ella?
—Se mete bajo mi piel. Creo que necesito bolsearla y superarlo.
Joe me miró por un rato, inseguro—. No es que no me gusta que no estés jodiendo mi vida con tu recién descubierta moderación, pero nunca has necesitado mi permiso antes… a menos que... no me digas que finalmente importa una mierda de alguien.
—No sea un idiota.
Joe no podía contener su sonrisa—. Te preocupas por ella. Supongo que solo bastaba con que una chica se negara a dormir contigo por un periodo mayor a veinticuatro horas.
—Laura me hizo esperar una semana.
— ¿Aunque Miley no te da ni la hora del día?
—Ella solo quiere que seamos amigos. Supongo que tengo que suerte de que no me trate como a un leproso.
Después de un silencio incómodo, Joe asintió— Tienes miedo.
— ¿De qué?— le dije con una sonrisa dudosa.
—Rechazo. Mad Dog es uno de nosotros, después de todo.
Mis ojos se crisparon— Sabes que odio eso malditamente, Joe.
Joe sonrió—Lo sé. Casi tanto como odias la forma en la que te sientes ahora.
—No me estás haciendo sentir mejor.
—Así que te gusta y estás asustado. ¿Ahora qué?
—Nada. Solo que apesta que finalmente encontré la chica que vale la pena tener y es demasiado buena para mí.
Joe trató de ahogar una risa. Era irritante que esté tan divertido con mi situación. Enderezó su sonrisa y luego dijo—: ¿Por qué no dejas que tomar esa decisión por sí misma? 
—Porque me preocupo por ella lo suficiente como para tomarla por ella.
Joe se estiró y se puso de pie, con los pies descalzos arrastrándose por la alfombra—¿Quieres una cerveza?
 —Seh. Brindemos por la amistad.
— ¿Así que vamos a seguir saliendo con ella? ¿Por qué? Eso me suena a tortura.
Pensé en ello por un minuto. Sonaba como tortura, pero no mal como verla de lejos—No quiero que termine conmigo…o cualquier otro idiota.
—Te refieres a cualquier otro. Amigo, eso es de locos.
—Busca mi maldita cerveza y cállate. — Joe se encogió de hombros. A diferencia de Chris Jenks, Joe sabía cuándo callarse.

2 comentarios:

  1. increible el capis me encanto siguela

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  2. :) tengo una sonrisa tonta en la cara :D
    Please no me hagas esperar mucho, esto se esta poniendo mas interesante y me encanta!

    siguela!!!

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