miércoles, 27 de noviembre de 2013

Finding My Destiny - Prologo


Nick
Hace 13 años

Hubo un golpe en la puerta y luego sólo el movimiento de pies. Mi pecho ya dolía. Mi madre me había llamado de camino a casa para decirme lo que había hecho y que hora tenía que salir a tomar algunos cócteles con sus amigas. Yo sería el que tendría que tranquilizar a Sel. Mi madre no podía manejar el estrés que eso envolvía. O eso dijo cuándo me llamó.
 —¿Nick? —la voz de Sel llamó con un hipo. Había estado llorando.
 —Estoy aquí, Sel, —dije mientras me levantaba de donde había estado sentado en la esquina. Era mi escondite. En esta casa necesitabas un escondite. Si no tenías uno, cosas malas sucedían. Los mechones color negros se pegaban en la cara mojada de Sel. Su labio inferior tembló mientras me miraba con esos ojos tristes. Casi nunca los veía felices. Mi madre sólo le daba atención cuando ella necesitaba vestirla y presumirla. El resto del tiempo era ignorada. Excepto por mí. Hacía lo mejor de mí para hacerla sentir querida.
 —No lo vi. Él no estaba allí, —susurró mientras un pequeño sollozo escapó. No tuve que preguntar quién era “él.” Lo sabía. Mamá se había cansado de oír a Sel preguntar por su padre. Así que decidió llevarla a verlo. Me gustaría que me lo hubiera dicho. Me gustaría poder haber ido. La mirada afligida en el rostro de Sel provocó que mis manos se cerraran en puños. Si alguna vez veía a ese hombre iba a darle un puñetazo en la nariz. Quería verlo sangrar.
 —Ven aquí, —le dije, extendiendo la mano y tirando de mi hermana pequeña hacia mis brazos. Ella envolvió sus brazos alrededor de mi cintura y me apretó con fuerza. En momentos como este era difícil respirar. Odiaba la vida que le habían dado. Por lo menos yo sabía que mi padre me quería. Él pasaba tiempo conmigo.
 —Tiene hijas. Dos. Y son…hermosas. Sus cabellos son como el cabello de un ángel. Y tienen una mamá que las deja jugar afuera en la tierra. Llevaban zapatos tenis. Y estaban sucios. —Sel tenía envidia por unas zapatillas sucias. Nuestra madre no le permitía ser menos que perfecta todo el tiempo. Ella ni siquiera tenía un par de zapatos tenis.
 —No pueden ser más hermosas que tú, —le aseguré porque ciertamente lo creía. Sel sollozó y luego se apartó de mí. Inclinó su cabeza hacia arriba y me observó con sus grandes ojos marrones-
—Lo son. Las vi. Pude ver las fotografías en la pared con ambas niñas y un hombre. Él las quiere…Él no me quiere.
— No podía mentirle. Ella tenía razón. Él no la quería.
 —Él es un tonto. Me tienes a mí, Sel. Siempre me tendrás.

1 comentario:

  1. Hshsjjwhdiw subeee el primer capitulo! Suele ser mejor cuando es nick quien narra♡♡♥

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