Nick
Hace 13 años
Hubo un golpe en la puerta y luego sólo el movimiento de
pies. Mi pecho ya dolía. Mi madre me había llamado de camino a casa para
decirme lo que había hecho y que hora tenía que salir a tomar algunos cócteles
con sus amigas. Yo sería el que tendría que tranquilizar a Sel. Mi madre no
podía manejar el estrés que eso envolvía. O eso dijo cuándo me llamó.
—¿Nick? —la voz de Sel llamó con un hipo. Había estado
llorando.
—Estoy aquí, Sel, —dije mientras me levantaba de donde había
estado sentado en la esquina. Era mi escondite. En esta casa necesitabas un
escondite. Si no tenías uno, cosas malas sucedían. Los mechones color negros se pegaban en la cara mojada de Sel. Su labio inferior tembló mientras me miraba con esos ojos tristes. Casi
nunca los veía felices. Mi madre sólo le daba atención cuando ella necesitaba
vestirla y presumirla. El resto del tiempo era ignorada. Excepto por mí. Hacía
lo mejor de mí para hacerla sentir querida.
—No lo vi. Él no estaba allí, —susurró mientras un pequeño
sollozo escapó. No tuve que preguntar quién era “él.” Lo sabía. Mamá se había
cansado de oír a Sel preguntar por su padre. Así que decidió llevarla a verlo.
Me gustaría que me lo hubiera dicho. Me gustaría poder haber ido. La mirada
afligida en el rostro de Sel provocó que mis manos se cerraran en puños. Si
alguna vez veía a ese hombre iba a darle un puñetazo en la nariz. Quería verlo
sangrar.
—Ven aquí, —le dije, extendiendo la mano y tirando de mi
hermana pequeña hacia mis brazos. Ella envolvió sus brazos alrededor de mi
cintura y me apretó con fuerza. En momentos como este era difícil respirar.
Odiaba la vida que le habían dado. Por lo menos yo sabía que mi padre me
quería. Él pasaba tiempo conmigo.
—Tiene hijas. Dos. Y son…hermosas. Sus cabellos son como el
cabello de un ángel. Y tienen una mamá que las deja jugar afuera en la tierra.
Llevaban zapatos tenis. Y estaban sucios. —Sel tenía envidia por unas
zapatillas sucias. Nuestra madre no le permitía ser menos que perfecta todo el
tiempo. Ella ni siquiera tenía un par de zapatos tenis.
—No pueden ser más hermosas que tú, —le aseguré porque
ciertamente lo creía. Sel sollozó y luego se apartó de mí. Inclinó su cabeza hacia
arriba y me observó con sus grandes ojos marrones-
—Lo son. Las vi. Pude ver las
fotografías en la pared con ambas niñas y un hombre. Él las quiere…Él no me
quiere.
— No podía mentirle. Ella tenía razón. Él no la quería.
—Él es un tonto. Me tienes a mí, Sel. Siempre me tendrás.
Hshsjjwhdiw subeee el primer capitulo! Suele ser mejor cuando es nick quien narra♡♡♥
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