jueves, 1 de mayo de 2014

Falling Apart - Niley - Cap 01


Observo, sin ser capaz de apartar mis ojos lejos de la escena delante de mí, mientras trato de procesar lo que acaba de decir mi novio.
—¿Cómo es exactamente estar desnudo en la cama con otra chica no ser lo que parece? —Mi voz sale completamente suave, aunque mi estómago es un desastre. Éste cayó a mis pies y me siento como si pudiera vomitar en cualquier momento. Por favor, no vomites en frente de ellos. Fijo la mirada en él, en la cama junto a una pelirroja y todo lo que hace Liam es devolverme la mirada. Este es el tipo con el que estúpidamente me permití empezar a confiar nuevamente después de tanto tiempo juntos, en contra de mi propio juicio, siempre he sabido que uno nunca puede realmente depender de alguien. El pánico me amenaza. Al igual que la ardiente esquina de una hoja de papel, con ganas de tomarme completamente. Mi corazón se acelera. Mi pecho duele. Mi visión comienza a ser borrosa. No. No puedo tener un ataque de pánico en estos momentos. No he tenido uno en años y me niego a dejar a este bastardo obtener lo mejor de mí. Pero aún así, mi cuerpo está tratando de no escucharme. Mis manos se aprietan, abriéndose y cerrándose en puños. Es como si un torrente eléctrico atravesara cada parte de mí, enviándome a un sobrecargo. Con todo mi ser, lucho para acabar con él.
—Miley, nena…lo siento —dice Liam. Niego con la cabeza, doy un paso atrás, más cabreada y petrificada de lo que lo he estado en mucho tiempo. Él salta fuera de la cama. Desnudo.
—Sabes que te quiero. Fue tan duro el año pasado… —Está tomando sus bóxers, tirando de ellos mientras habla y se mueve hacia mí—. Cuando todavía estabas en la escuela secundaria y yo aquí. Sólo te extrañaba mucho, pero esta fue la última vez. Le dije que esta era la última vez. —La mira expectantemente como si espera que esté de acuerdo con este hecho, pero ella frunce el ceño y empieza a ponerse su ropa. Liam se vuelve a mí—. Me equivoqué, pero sabes que eres la única que a la que amo.— Las náuseas me llegan de nuevo. Mentiras.
—¿Me extrañabas tanto que follaste a otra chica?— La pelirroja bufa, pero la ignoramos.
—Soy un hombre, Miley… —Sacude la cabeza como si yo no estuviera siendo razonable y haciendo un gran cosa de su pequeño error.
—¿Eres un hombre? Esa es la peor excusa que he oído. Estuvimos juntos todo el verano en casa, y ya hemos estado aquí en la universidad por dos semanas, ¿y aún la estas follando? ¡Eso tiene sentido! Y sí… gracias por no dejar que te preguntara cuánto tiempo has estado haciéndolo. Un hombre inteligente podría haber esperado a ver si asumía que ésta era la primera vez.— Los ojos de Liam se amplían cuando se da cuenta de su error. Nunca admitas más de lo necesario. Con padres abogados, debería saberlo. Idiota. Mis ojos arden, pero no les voy a dar el gusto de verme llorar. Dejé de darle la satisfacción de saber cómo me afectan hace mucho tiempo. La pelirroja se pone de pie y me mira, choca contra el hombro de Liam cuando pasa junto a él, diciendo
—Me voy de aquí.
—Espera —le digo, reconociéndola—. ¿No me la presentaste en la fiesta de bienvenida hace dos noches?— Pelirroja tiene el descaro de ruborizarse antes de salir de la habitación. Ella definitivamente no tiene el derecho de lanzarme miradas teniendo en cuenta que sabía que Liam tiene novia. Tenía. La palabra me deja un mal sabor en la boca. Se suponía que él debía ser seguro. Nuestras familias son amigas. Me trató tan bien cuando estamos juntos.
¿Qué hay de mí que hace que las personas piensen que pueden aprovecharse de mí y después dejarme de lado? ¿Por qué soy tan fácil de traicionar? Una ola de mareo me golpea cuando pienso en mi madre. Trato de alejar los pensamientos de mi cabeza. He trabajado tan duro para no ser esa chica (la niña cuya madre no la amó suficiente como para quedarse con ella). Esta no es la forma en que mi vida se supone que debe ser. Ya no. Todo ha sido perfecto por los últimos diez años. Soy una nueva persona y las cosas debían de seguir mejorando. Una vida fácil, simple y perfecta para compensar lo que no tuve antes. Soy Miley Cyrus. La capitana del equipo de baile. La chica más popular de mi escuela secundaria. Tengo amigos. Toneladas de ellos.
Pero eso era antes… en la escuela secundaria. Ahora estoy aquí con Liam y en su territorio en el que aún no tengo amigos. Cada persona que conozco aquí, la conozco por medio de él. Cierro los ojos y coloco una mano contra la pared para mantener el equilibrio cuando la realidad de mi nueva vida me golpea. Estoy aquí. Sola. No, no, no. No voy a llorar. No puedo. Los músculos en mis dedos se tensan, tratando de cerrarse de nuevo.
—Miley…vamos, nena. Sabes que te quiero. Nos pertenecemos. —Da un paso hacia mí y hay un segundo, un segundo en el cual considero estirar mi mano hacia la suya. Este es Liam. Perdí mi virginidad con él. Pensaba en casarme con él, porque encajábamos. Él no me dejaría. He trabajado tan duro para ser el tipo de chica de la cual la gente no se aleja ni abandona. Yo… oh, Dios. Confié en él. ¿Cómo es posible que haya confiado en alguien? ¡Ha estado follando a otras chicas! No puedo ver más allá de eso. Lucho contra las lágrimas que presionan contra mis párpados.
—No, Liam. No nos pertenecemos.— Se pone de pie entre la cama y yo, sus bóxers torcidos, mirandose muy… digamos ¿desinflado?
—¿Qué estás diciendo, Miley? ¿Quieres romper? —Deja escapar una risa frustrada—. Esa es una mierda. No conoces a nadie aquí. Ninguno de los chicos va a ir detrás de ti. Saben que eres mía.— Su ego me da náuseas. No voy a ser esa chica. No estaré sola, y necesito que él piense eso.
—No soy tuya.
—Miley… —Está tratando hablar suavemente—. Sólo te estoy diciendo que así es como siempre te van a ver.
—No todos —le digo, tratando de sonreír. Tratando de demostrarle que no lo necesito. Su rostro se endurece y sus ojos se entrecierran.
—¿Quién? ¿Alguien ha estado detrás de ti?— En realidad, sólo he pasado el tiempo con Liam y sus hermanos de fraternidad. Todo es mentira, pero la expresión cabreada en su rostro me alimenta.
—Eso no es asunto tuyo —digo, cruzando los brazos—. Todo lo que necesitas saber es que mientras estábamos juntos nunca te fui infiel. Pero ya no estamos juntos. —Dejemos que sufra con esa idea como yo sufriré con las imágenes de él y la pelirroja en la cama desnudos. Me vuelvo para irme.
—¡Miley! —llama detrás de mí, pero sigo adelante, cerrando la puerta de su apartamento. No manejo muy lejos antes de estacionarme a un lado de la carretera. En la seguridad de mi coche, tomo cinco minutos para dejarlo ir. Cinco minutos para que los sollozos sacudan mi cuerpo. ¿Cómo pude haberle dado poder sobre mí? ¿Cualquier poder? Se suponía que Liam era mi normal. Constante. No se suponía que iba a dejarme. Más lágrimas. Mi cabeza cae hacia adelante y contra el volante. Todo el dolor en mi interior resurge, trayendo consigo la suciedad en la que no me había permitido pensar por tanto tiempo.
"—Bebé, mami, estará de vuelta pronto, ¿de acuerdo? Quédate en esta habitación hasta que vuelva.— Mi mamá besa mi frente y sale de la habitación. Hay ruido. La música es alta y el estruendo hace que ponga mis manos sobre mis oídos. Ella dijo que no me dejaría. Que nunca me dejaría sola de nuevo. Me siento en un rincón, mis rodillas contra mi pecho y mis manos todavía en mis oídos y mis ojos fuertemente cerrados. Estará de regreso. Lo prometió. La puerta se abre y no sé cómo lo sé, pero lo hago. Dejo escapar un suspiro, sabiendo que tiene que ser ella. Mis ojos se abren de tirón. Un tipo, un tipo grande con barba y una mujer entran. Se están besando y es asqueroso. Sus manos están por todo sus cuerpos. ¿Qué están haciendo?
—Vince. Hay una niña en la esquina. —Por un segundo me pregunto si van a ayudarme. Si van a buscar a mi mamá por mí, pero luego ambos comienzan a reír. Mis ojos pican y las lágrimas empiezan a caer por mis mejillas.
—¡Fuera de aquí, niña! ¡No quieres ver esto! —grita el hombre. Tiene razón. Sólo quiero a mamá. Quiero irme a casa. Me pongo de pie y corro fuera de la habitación. Hay tantas personas por todas partes. Tantas que apenas puedo pasar. Me empujan y me pisan y la música es tan fuerte que hace que mi corazón vibre. Sigo buscando por la casa. Buscando por personas. Por mamá. La casa apesta, pero no sé cuál es el olor. Alguien derrama una bebida sobre mí y lloro más fuerte. Es cerveza. El novio antiguo de mamá solía beberla. Nadie se ofrece a ayudarme. No puedo encontrar a mamá. Me dejó sola. Otra voz. Otro hombre…
—Voy a ayudarte a encontrar a tu mamá…— Sentándome, me estremezco y limpio las lágrimas. Ya no soy esa niña. No quiero ser definida por esos recuerdos. Trato de concentrarme en el aquí y ahora."
Puede que no haya dejado entrar a Liam completamente a mi corazón como las novias normales, pero confiaba en él más de lo que debería. Juro en ese momento que nunca cometeré el mismo error. La gente te lastima si los dejas. No voy a ser lastimada de nuevo. Con una mirada en el espejo, me veo medio decente. Sólo hay un matiz rosa claro en mis ojos verde azules. No hay manchas rojas en mi piel clara. Abriendo mi bolso, saco mi delineador de ojos y vuelvo a aplicarlo. El rímel viene después. Incluso añado algo de brillo en mis labios. Sin dejar de mirar en el espejo, reitero
—Ya no soy esa niña.— Rápidamente, soy Miley Cyrus nuevamente. No la pequeña niña en esa fiesta, la chica abandonada que tiene ataques de pánico. Soy más fuerte que eso. Soy Miley Cyrus por la que peleé para ser. Una respiración profunda, enciendo el coche nuevamente y me pongo en marcha.
***
—Los hombres son tan culeros. Mi último novio también me engañó. Las cosas son mucho más fáciles con Veronica.— Mis ojos se deslizan hacia mi compañera de habitación. La escuela ha comenzado hace un par de semanas y nunca habíamos estado aquí al mismo tiempo. Esta es probablemente sólo la tercera vez que he hablado con ella.
—Cómo…
—Soy bisexual. —Denika se sienta en su cama—. ¿Algún problema?— Su pelo con mechones de color rosa está recogido en una cola de caballo y lleva puesta una camisa de voleibol del mismo color. Nunca he conocido a alguien a quien le gusten tanto las chicas como los chicos. No sé por qué, pero supongo se verían diferentes. Dejo de mirarla cuando su pregunta toma sentido. Me enderezo como si eso me hará menos transparente. Una simple mirada y supo sobre Liam.
—No. Iba a preguntarte ¿cómo supiste que mi novio me engañó? —¿Vieron con cuánta indiferencia dije eso? Es porque no me importa. Necesito que piense que no me importa. Sin esperar a que responda, me doy la vuelta, mirando la pared mientras me siento en la cama. Lo último que quiero es que vea cuán molesta realmente estoy. Qué vergonzoso es esto. Mis primeras dos semanas en la universidad y me entero de que mi novio estaba acostándose con otras personas. O al menos, otra persona. ¿Cómo me pasó esto a mí?
—Escondiéndote en tu cama no mejorará las cosas.
—No me estoy escondiendo —le digo, sin moverme.
—Él no vale la pena. No dejes que te moleste.— ¿Cómo sabe ella si Liam vale la pena? Eso no lo digo porque se supone que no me molesta. No por un tipo. Soy mucho mejor que eso. 
—Por favor. Como si le permitiera lastimarme. Sólo estoy cansada, Denika.— Hay movimiento detrás de mí y estoy segura de que se puso de pie. 
—Claro que lo estás.— La puerta cruje al abrirse y luego se cierra de golpe. Mi corazón salta ante el ruido. ¿Quién se cree que es? Fingiendo conocerme cuando no tiene ni idea de quién soy. Definitivamente no voy a dejar que Liam y Pelirroja me depriman. Por lo que seguramente debería salir de la cama ahora mismo y seguir adelante. Encontrar al chico del que mentí o ir a una fiesta. Hacer algo. Estoy en la universidad y nada debería tenerme metida en esta cama. Pero estoy cansada. Demasiada cansada como para hacer algo, así que en lugar de levantarme, tiro la manta sobre mi cabeza y trato de averiguar qué fue lo que pasó con mi vida.
***
—Pareces cansada —dice mi tía Dolly a través del teléfono.
—¿Lo hago? No sé por qué. Todo está bien. —Coloco mis piernas a un lado de la cama y me siento. En el segundo en que coloco mi cabello oscuro detrás de mi oreja, éste se desliza nuevamente hacia mi mejilla. La tía Dolly suspira. 
—Si así lo dices. —Por un segundo me gustaría que insistiera. Me pregunto si le diría, pero eso significa dejarla acercarse. No necesito que insista. Me pongo de pie. No hay ninguna razón para estar todavía en la cama. Sucedió, nada va a arreglarlo, así que es mejor que lo supere. No hay ningún punto en revivir los hechos. No cuando van a estar allí sin importar lo que haga. Además no hay ningún punto en continuar así. La tía Dolly y el tío Mark se enterarán tarde o temprano. Es mejor que lo sepan por medio de mí. 
—Liam… me engañó. —Las palabras me hacen caer de nuevo a la cama. Decirlas en voz alta lo hace real. Me engañó. Jugué el juego perfecto. La novia perfecta y aún así no fue suficiente. Dolly toma un suspiro. 
—¿Estás segura?
—Volví a la escuela antes de tiempo y los encontré juntos.— Hay unos pocos segundos de silencio a través de la línea. 
—Lo siento mucho, cariño.— Oigo la lástima en su voz. Sé exactamente lo que está pensando. Después de todo por lo que ha pasado, no se merece esto, también. No quiero su lástima. 
—Estoy bien, Dolly . No es gran cosa. Pensaba romper con él, de todos modos. —La mentira se desplaza con facilidad de mi lengua. Ella se detiene y me pregunto si espera más de mí. Si desea que fuera más abierta con ella. Realmente dejarla entrar. Por un segundo, me dejo a mí misma desearlo también.
—Aún así no puede ser fácil. ¿Estás segura? Nunca dejas que nada te lastime, Miley. Tiene que doler.— De pronto nuevamente me siento como si fuera a vomitar. Mi cabeza palpita. ¡Basta! Estoy más allá de los ataques de pánico. Ya no los dejo superarme.
—Eso sucede, Dolly . Estoy sorprendida, pero la mayoría de las relaciones no funcionan, ¿cierto? —Juego el juego, con la esperanza de que no pregunte más. La tía Dolly  suspira. 
—Estoy orgullosa de ti…Tu madre también lo estaría —añade. Con eso mi cuerpo se tensa. ¿Lo estaría? No lo sé. La mujer que conocí no parecer ser la misma con la que Dolly creció. La que yo conocí me dejaba sola en fiestas con gente ebria y no le importaba si iba o no a la escuela. Un destello de la sonrisa de mamá llega a mi memoria y hace que el corazón me duela. Me encantaba su sonrisa. Amaba su risa. Mis ojos arden de nuevo.
—Hay alguien en mi puerta. Tengo que irme —miento y cuelgo. Lucho con fuerzas renovadas para salir adelante. No voy a ser esa niña pequeña. No necesito a Liam. A nadie. Le voy a demostrar que puedo seguir adelante. Estoy mejor sin él. Si hay una cosa que sé, es que no hay una maldita manera de arriesgarme a acercarme a alguien de nuevo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario