domingo, 15 de junio de 2014

Falling Apart - Niley - Cap 12


Me desconecto en clase incluso más de lo usual. Vengo porque es importante para mamá y hago la mierda que hay que hacer para salir del paso, pero eso es todo. Por suerte, este tipo de cosas no es difícil para mí. ¿Mis calificaciones son lo mejor? No, pero son las necesarias para conseguir las becas y la ayuda financiera que necesito para mantenerme en este lugar. Y funciona. Los profesores sienten que están haciendo su trabajo. Mamá cree que de repente voy a tener esta vida increíble que ella nunca tuvo porque estoy en mi camino a un pedazo de papel que no hace nada para garantizarme un trabajo cuando termine. La hace feliz hacerme sentir que no soy el peor hijo en el mundo así que todo va bien. Pero hoy, siento como si estuviera aquí, incluso menos de lo normal. Cristo, Miley se sintió bien el otro día. Los pequeños gemidos de la parte posterior de su garganta. Todo su cuerpo alineado contra el mío. Todavía estoy tratando de averiguar por qué me detuve. 
Sí, su compañera de cuarto llegó a casa, pero ella se fue y no había nada que me detuviera de quedarme y terminar lo que empezamos. Mi cuerpo tiene la necesidad de terminarlo ahora mismo, pero me sentía como el culo. Cuando estoy con una chica, lo hago y no tengo que sentir. Pero tuve sentimientos y no me gustó. Todas esas emociones inoportunas me hicieron acobardarme. Pero ambos lo deseábamos. Ambos lo deseábamos tan mal que hace mi culpa aún más jodida. Cuando la clase termina, agarro mis cosas y salgo. Mi coche está funcionando por ahora, así que me dirijo hacia él y entro, lo enciendo, pero no voy a ninguna parte. No sé por qué diablos estoy aquí sentado, revisando mi teléfono que se encuentra otra vez en mi mano.  Mi cabeza está jodida, pero no sé por qué, y eso me molesta más. Mi teléfono suena y le doy la vuelta para ver un texto de Miley . 
"¿Qué hay?"
"Esperándote" le respondo. Lo cual es sólo la mitad de una respuesta de mierda, pero suena bien. Hoy es un día tarde para mí, así que ya son más de las tres, pero no sé cuál es su horario. Por todo lo que sé, ella ni siquiera está aquí.
"Tengo otra hora… ¿después?" Mi pulso se acelera como si fuera un chico de dieciséis años a punto de tener sexo por primera vez.
"Encuéntrame en tu dormitorio" es todo lo que digo y luego manejo alrededor como si tuviera una razón para esperarla cuando ella puede manejar por sí misma. Cuando se acerca un poco más de una hora después, estoy inclinado contra mi coche esperando. Ha vuelto a la Miley con jeans ajustados que probablemente cuesten más que mi armario entero y una camiseta que muestra una buena cantidad de escote.
—¿Vienes? —le pregunto, cruzando los brazos.
—¿Me invitas? —Ella hace lo mismo. Mantengo mi sonrisa porque no me gusta el hecho de que me haga querer hacerlo tan a menudo. 
—Acabo de hacerlo.— Rueda los ojos. 
—Yo podría haber encontrado mi camino a tu casa.— Me encojo de hombros porque no sé qué contestar sin parecer un cursi.
—Me vuelves loca —dice, pero está caminando hacia mi coche. Regreso al asiento del conductor y nos alejamos. No estamos en el coche durante dos minutos cuando suena su celular. Observo mientras Miley presiona silencio.
—¿Tienes hambre? —pregunto.
—En realidad sí.
—Vamos a un autoservicio.— Su teléfono suena de nuevo. Lo silencia. Después de que agarramos nuestra
comida, suena otra vez. 
—Sabes que no me importa una mierda si ese es tu niño bonito, ¿verdad? Juega tus juegos si así lo deseas. Los dos sabemos lo que esto es. —Golpeo mis dedos sobre el volante, frustrado.
—Ten cuidado, Nick o voy a pensar que estás celoso.
—Ten cuidado o voy a creer que quieres que lo esté.— Ella suspira y estoy bastante seguro de que la cabreé más de lo que quería.
—Es mi tía —dice finalmente mientras paramos en frente de mi pequeña casa. Mierda. Y de nuevo me siento como un idiota. 
—¿No quieres hablar con ella? —Apago el motor.
—En realidad no. Ella está enloqueciendo. Piensa que estoy teniendo un momento difícil y quiere que vuelva a casa.— Parpadeo de nuevo a la noche en el patio, viendo a todos amontonados en un rincón detrás del cobertizo. Estuve a punto de decirle que está teniendo un momento difícil y que tal vez debería ir a casa, pero no estoy seguro de que ese sea mi trabajo. Echándole un vistazo a sus manos, veo que tiemblan ligeramente y sus pechos suben y bajan contra su camisa. Así que hago por lo que estoy aquí. Lo que ella necesita de mí. Deslizo la mano por su pelo y tiro de ella hacia mí. Silencio sus pensamientos y sus palabras con mi boca.  Miley me besa ávidamente como siempre lo hace, como si estuviera hambrienta de mí y sé que me estoy muriendo de hambre por ella, así que la beso más profundo. Dejo que mi otra mano se deslice por su pierna y hacia arriba. Cuando nos alejamos, los dos estamos respirando con dificultad, pero no creo que siga pensando en su tía o su madre. 
—Maldita sea, soy bueno —le digo, por lo que me gano un golpe en el brazo. Salimos del auto y entramos. No estoy sorprendido de ver a Joe sentado en la sala de estar con algunas personas rodeándolo. Las cervezas están en la mesa de café y están escuchando música en el televisor. Este lugar nunca está vacío y me vuelve loco.
—¿Un trago? —ofrece Joe. Suena medio dormido—. Las cervezas están en la nevera —dice, y estoy a punto de decirle que no, pero luego Miley dice gracias y se dirige hacia la cocina. Caigo en la silla y me doy cuenta de que esto va a tomar un tiempo.
Ella regresa a la habitación y me entrega una cerveza, la cual tomo, y luego se sienta en el sofá junto a Joe. Es el único lugar vacío. Perry y Dax están sentados al otro lado de él. Monique, la chica de Perry viene por el pasillo y se sienta en su regazo. Veo que tanto Dax como Perry miran a Miley, luego a mí como si estuvieran tratando de averiguar lo que está pasando. No suelo llegar a casa con chicas. Deena está cerca, pero eso es sólo porque está siempre de fiesta con todos. Realmente no estoy disfrutando todo esto. Pasar el rato con mis amigos y Miley. Esto hace que se sienta como algo que no somos, pero me siento aquí y como mi comida mientras ella hace lo mismo y Joe, de pronto despierto, habla con ella. Unos golpes en la puerta y sé que las cosas se van a poner mucho peor. Veo que Joe no se mueve así que me levanto. 
—Cabrón —digo cuando abro la puerta. Jack y Oscar entran.
—¡Qué mierda pasa! —grita Oscar. Siempre está actuando como un idiota y me vuelve loco.
—La cerveza es una mierda. Tengo Tequila. —Tiene una bolsa de papel marrón en la mano. Cierro la puerta y continúo de pie.
—Maldita sea. ¿Quién eres tú? —dice Jack, acercándose a Miley. Doy un paso adelante para decirle que retroceda. Para decirle que ella está conmigo, y que mantenga su mierda lejos, pero no lo hago porque ella no es mía. No tenemos ningún tipo de promesa y no quiero nada, así que me siento a ver cómo va a manejar la situación. Joe lo hace por ella. 
—Es la chica de Nick. Retrocede.— Sus palabras me molestan. Sí, yo estaba a punto de decir lo mismo, pero no es mía y no quiero que lo sea. No del todo, al menos. Pero tampoco quiero que ellos traten de conseguirla, así que no digo nada.
—Guau. La chica de Nick, ¿eh? No lo sabía. —Ella me mira y me guiña un ojo.
—Vamos a jugar strip poker —dice Oscar. Tanto Miley como Monique se oponen.
—¿Quarters? —dice Monique. Ni ella ni Miley se han dicho ni una palabra la una a la otra. Las chicas son así de locas, siempre se miran y ninguna de las dos quiere hablar hasta que la otra lo haga primero. Espero que Miley diga que no, pero se encoge de hombros como si estuviera en el juego. Lo que no sería una mala idea porque, obviamente, necesito una bebida para calmar el infierno en mí. Nos trasladamos a la mesa de la cocina, todos amontonados en torno a ella. Monique está otra vez sobre el regazo de Perry, con cientos de pequeñas trenzas colgando sobre su hombro. Joe saca su pipa y la hierba y todos alrededor de la mesa, menos Miley y yo, fuman, y luego ponen las botellas en el centro y todos tenemos nuestros vasos llenos. No sé que me hace hacerlo, pero me acerco a su oído y lo pellizcó con mis dientes. 
—Si te emborrachas, no podré hacer mi camino contigo.— Observo cómo a su hombro desnudo se le pone la piel de gallina. Maldita sea, hace calor. Quiero besarla. Recorrerla con mi lengua, pero hay una mesa llena
de gente aquí y no hago cosas así. Las demostraciones públicas son para parejas y nosotros no somos pareja. Lo que Deena y yo hicimos fue más o menos en privado. Sí, todo el mundo sabía y no me importaba, pero tampoco iba por ahí murmurando mierda en su oído. Me recuesto en la silla para darnos un poco de espacio. Miley se vuelve hacia mí y sonríe. 
—No te preocupes. Voy a estar bien.— Quiero decirle que no quiero que esté bien. En su lugar, me inclino hacia delante y añado un poco más de tequila a mi vaso.
***
Estoy muy jodido. No recuerdo la última vez que bebí tanto, pero un juego llevó a otro. Era una locura ver a Miley con mis amigos. Son tan diferentes, pero se partió de la risa toda la noche y ella y Joe mantuvieron esas miradas que, si yo no quisiera nada más que meterla en mi cama, estaría muy enojado. Todo el mundo se va, me apoyo contra la encimera de la cocina y le hago señas con mi dedo. 
—Ven aquí —le digo. Miley se pone entre mis piernas y me siento mareado como el infierno, pero todavía me las arreglo para besarla. Ella sabe a tequila y mi cuerpo está gritando, finalmente porque esto es lo que he querido toda la noche, pero luego tengo que agarrar la barra para mantenerme de pie.
—Estás tan destrozado. ¿No me digas que no te emborrachaste? —Sonríe, pero yo no tengo ganas de sonreír. Trato de besarla de nuevo, pero retrocede—. Estás demasiado borracho, Nick. Tengo que irme.
—Dame unos minutos y voy a estar bien.— Hace una pausa durante unos segundos antes decir
—Tengo que irme.— Pero no suena como si quisiera irse y seguro como el infierno que no quiero que se vaya, así que engancho mi dedo en el lazo de sus pantalones y comienzo a dirigirme hacia mi habitación. Se está riendo, pero me sigue. Cierro de golpe la puerta detrás de nosotros, me quito la camisa, los zapatos y mis jeans.
—Sólo necesito unos minutos. —El cuarto está girando. ¿Por qué demonios bebí tanto? Me subo a la cama en bóxer, me apoyo en el codo y la miro—. ¿Tienes miedo, pequeña bailarina? —pregunto. Comosabía, ella se quita sus zapatos. Observo cómo los vaqueros salen después y está de pie allí en esas bragas púrpura brillante contra su piel de caramelo.
—Te preguntaría si tienes algo que podría usar, pero se siente demasiado oficial, ¿no? ¿Yo usando tu ropa? —Sonríe. Al menos creo que lo hace.
—No vas a necesitar ropa.—Se encoge de hombros, apaga la luz y se desliza en la cama conmigo.
—Sólo unos minutos —le digo de nuevo. Cierro los ojos para evitar la habitación. Para sentirla contra mí—. Tienes que hacerme un favor. —Mis labios están en contra de su cuello. Lamo su piel sólo porque necesito probarla.
—¿Qué? —Suena dormida. O tal vez soy yo. No sé. ¿Cuál era el favor? 
—Mi madre —Trato de besar su cuello de nuevo, pero no tengo la energía. Mi cerebro me está diciendo que cierre la boca, pero mi borracho no escucha—. Te necesito para ir a verla conmigo.—Miley está en silencio durante unos segundos. Estoy muy jodidamente preocupado por ello.
—Claro... sí. Bien. Puedo hacer eso.— Y luego nada.

2 comentarios:

  1. Omggggg...!!! Siguelaaaa me encanto quiero el siguientr cap quiero saber si van a ver a la mama de nick...
    No te dilates en subir :)

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