Estoy siendo un cretino de nuevo, pero parece que no puedo detenerme. Ella me habló de un hombre poniendo sus manos sobreella y aquí estoy a punto de tirarla desnuda y hacer lo mismo. Debería simplemente sostenerla en un momento como éste, pero Cristo, la quiero y ella me quiere también. Eso tiene que hacerlo correcto.
—Nunca voy a dejar que alguien te haga daño —le digo, con la esperanza de que eso lo haga correcto.
—Lo sé.— Mis manos se deslizan hasta su cintura. Empujo su camisa arriba y tiro de ella sobre su cabeza. Su sujetador amarillo contrasta con su piel morena. Es tan sexy. De repente me siento como un idiota porque ella durmió en esta ropa toda la noche. Debería haberla desnudado antes. Tenía que haber sido incómodo. Inclinándome hacia delante, pruebo sus labios abiertos con la lengua. Tengo que probarla. Sentirla mientras se inclina y también me prueba. Es tan jodidamente loco estar aquí con ella de esta manera. Hemos tenido sexo antes, pero esto es diferente, lo que me hace sentir como un marica por pensarlo, pero no me importa. Esta chica es mía. He tenido bastantes chicas antes, pero ninguna de ellas era mía. No quería que fueran una parte de mí, para mantenerlas, y con ella no quiero nada más que mantenerla a salvo y mantenerla conmigo todo el tiempo. Nuestras bocas siguen lamiendo y chupando y probándose una a la otra mientras trabajo en los broches en su sujetador. Juro que jodidamente ronronea contra mi boca mientras este cae al suelo. Me alejo porque no hay manera de que no la mire ahora mismo. A su esbelto cuerpo, todo oscuro y tonificado.
—Eres tan sexy.— Esto consigue una sonrisa de ella. Sus manos están en mí, empujando mi camisa. Estoy tan duro por ella. Estoy a punto de hacer el amor con esta chica. Maldición, suena estúpido pensar de esa manera, pero es la verdad. Y no puedo esperar más. Lucho con sus pantalones, empujándolos abajo. Sus bragas hacen juego con el color de su sujetador y el hecho es que los quiero fuera de ella y en el suelo. Los míos vienen después. Los dos estamos agarrándolos y riendo. Jodidamente riendo porque estamos tan apurados por tenernos al otro. Nunca ha sido así… con ella o alguien más. Agarro un condón del cajón. Los labios de Miley vienen duros a los míos. Estamos jodidamente frenéticos y necesitados y urgentes. La levanto antes de cubrir su cuerpo con el mío en la cama. La beso de nuevo. Sus manos tiran de mi pelo.
—Nick... date prisa.— Nos reímos de nuevo. Nunca me reí como lo hago con ella. Horas atrás, estaba cabreado y fresco de la cárcel y siendo un cretino con mi mamá, pero ahora estoy aquí con ella... Feliz. Estoy jodidamente feliz.
—Quiero jugar. —La pruebo. Doy un golpecito a su pezón con mi lengua. Uno y luego el otro. Sus piernas se envuelven a mí alrededor y me empuja contra ella, sintiéndolo, no yendo a su interior. Miley gime. Arqueándose hacia mí y sé que si no la lleno, voy a volverme loco. Rasgo el paquete abriéndolo con los dientes. Mis antebrazos descansan en la cama, uno a cada lado de su cabeza. Sus oscuros ojos me miran, iluminados con la salida del sol del exterior.
Mis ojos no dejan los suyos mientras empujo dentro. A quién diablos le importa cómo suena porque esto también se siente diferente. Agarra mi espalda y tomo sus labios. Nos estamos moviendo juntos y se siente tan bien que podría explotar en este momento. Nuestros cuerpos están resbaladizos por el sudor y también me encanta cómo se siente esto. Sigo yendo. Más duro. Más rápido. Por ella. Por mí. Porque quiero seguir con esto. Quiero mantener este sentimiento. De ella. De ser feliz. Esto ya no es un juego de mierda. No hay charadas aquí. No sé exactamente cómo llamarlo, pero sea lo que sea, es nuestro. Voy a aferrarme a esto. Y nunca dejarlo ir.
***
Miley está casi encima de mí, mi mano en su pelo, su aliento en mi pecho. No está dormida, aunque hemos yacido aquí unos treinta minutos, ninguno de los dos ha hablado. Tenemos tanta mierda con que lidiar: Mi mamá, mi próxima cita en la corte, su pánico. Todo está ahí, pero no en este momento porque en esta habitación, es como que no hay nadie más que nosotros. Me siento, no queriendo salir de la cama, pero necesito orinar y tenemos un montón de mierda que hacer. Estoy en el borde de la cama, mi edredón blanco a su alrededor.
—No —dice Miley llegando a mí.
—Tengo que levantarme.
—Tienes que quedarte en la cama, porque si te levantas, tengo que levantarme, y estoy agotada. —Es una locura, pero escucho la sonrisa en su voz. Me vuelvo hacia ella.
—Sé que te agoté, pero…— Mis palabras se cortan con su juguetón empujón. Riendo, trato de salir de la
cama, pero entonces ella está sentada, desnuda detrás de mí. Uno de sus brazos está envuelto alrededor de mi hombro y el otro bajo de mi otro brazo. Asegura sus manos uniéndolas.
—No vas a ninguna parte.
—O te llevaré conmigo. —Sonrío. Ella se ríe y me estoy riendo de nuevo. Miro a un lado para poder verla asomándose por encima de mi hombro
—Sé que soy difícil de resistir.— Eso me gana una rodada de ojos.— Las palabras están fuera de lugar aquí, pero vienen de todos modos.
—Quiero hacer las paces con mamá. Hacer algo por ella hoy. ¿Quieres venir?— Otra sonrisa. Va directo a mi polla, poniéndome duro. Miley apoya la barbilla en mi hombro.
—No te dejaría ir sin mí.
—Acerca de lo que me dijiste antes...
—Lo sé. Tengo que lidiar con eso.
—Te voy a ayudar. —Quién sabe si siquiera pueda, pero quiero que sepa que estaré allí.
—Lo sé —responde otra vez—. Ahora vamos. Vamos a ver a tu madre.
***
—Todavía no puedo creer que estés tatuada. Eso es genial. —Le guiño a mamá. Estamos sentados en una manta fuera del complejo de apartamentos. No sé si es inteligente traerla hasta aquí, pero ella quería un poco de aire fresco y joder, si hay una cosa que debe ser capaz de tener, es el aire. Tuvimos un picnic, aunque no lo hizo cada tanto. Demonios, realmente no sé muy bien si comió algo, pero sonríe y sigue mirando hacia el sol o por encima de mí y Miley.
—Soy una mamá genial. ¿Qué puedo decir?— Miley, mamá y yo reímos. La miro. Sus ojos marrones hacen juego con los míos, pero con círculos morados alrededor. Pero su sonrisa. Es tan grande, tan brillante, tan jodidamente feliz. Cristo, la voy a extrañar. Ella es todo lo que he tenido.
—No —susurra, de alguna manera leyendo mis pensamientos. Miley se acerca y me aprieta la mano. Trato de sonreír. No estoy seguro de lo real que parezca, pero lo manejo. Las nubes están empezando a mitigar y sé que no tenemos mucho más tiempo. Me sorprende que aún haga tanto calor y este soleado.
—¿Te dolió? —le pregunto.
—¡Sí! ¿No lo hizo el tuyo?
—Pfft. No.
—Aunque ella lo hizo increíble. No se encogió ni una vez —añade Miley. Tengo celos de que tuviera eso con mamá, pero también me alegra. Me alegro de que si alguien tuviera que estar ahí para ella aparte de mí fuera mi chica.
—Eso es porque era el nombre de mi bebé. ¿Cómo puedo encogerme haciendo una de las cosas más hermosas que he hecho?— Sus palabras me golpearon en el pecho. Es como un martillo a mi corazón, que late, pero de alguna manera tampoco se rompe. Está herido. Herido como el infierno, pero no se romperá por algo que ella hizo por mí. Me extiendo y tomo su mano. Tengo la de Miley en un lado y la de mamá en el otro. Y pienso... Me pregunto si tal vez este… Este momento es uno de los más hermosos para mí. Realmente nunca me preocupé por la belleza antes. No, a menos que estuviera buscando a una chica para conectar y eso es un tipo diferente de belleza. Me pregunto si voy a buscarlo ahora. En otros lugares.
—Lo siento. Acerca de ayer. —No tenía la intención de traerlo a colación, pero creo que hay que decirlo—. Fui un idiota, pero me alegro de que lo hicieras. Me siento honrado de que lo hicieras.— Sus ojos nadan por las lágrimas.
—Lo sé, bebé. Lo sé. —Luego mira a Miley—. Vamos a hablar acerca de ti. Quiero saber todo lo que pueda sobre la chica que le robó el corazón a Nicholas.— Cuando Miley me mira, veo que tiene lágrimas en los sus ojos también. Asiento con la cabeza y empieza a hablar. Las veo y escucho mientras Miley le cuenta a mamá acerca de su baile. Cuánto le encanta. Cómo le dio algo en qué concentrarse cuando su mamá se fue. También le habla de su mamá. No todos los detalles, sino de cómo las cosas no habían sido perfectas y cómo recientemente se enteró de su muerte. Hablan acerca de la escuela y cómo Miley ama inglés, pero está pensando en hacer algo para ayudar a los niños. Psicología o algo así. No puedo creer que no lo sabía. Que no tomara el tiempo para preguntar. Hay tantas cosas que he estado haciendo mal… durante años y mientras las veo, mi chica y mi mamá agonizante, sé que necesito arreglarlo. Hacerlo mejor. Se ponen sobre el tema de las fotos. Se está haciendo más fresco afuera y veo temblar a mamá.
—¿Por qué no vamos adentro y miramos algunas? Mostrarle a Miley que siempre he sido tan guapo como lo soy ahora.— Están de acuerdo y tengo que levantar a mamá para ponerla en la silla. Siento sus huesos a través de su piel, y esa bata que todavía lleva. Otro martillazo. Más disparos, acertando en el blanco. Pasamos una hora mirando fotos antiguas. Miley ríe y llora. Mamá también lo hace. Casi me siento mirando hacia adentro desde el exterior, pero está bien. Soy un parte de ello también. Ella siempre ha trabajado tan duro. No tenía un montón de amigos. Su tiempo libre lo pasó conmigo hasta que tuvo demasiado de un hijo idiota y estaba fuera todo el tiempo. Aun así, yo o el trabajo. Eso es todo lo que le importaba. Es divertido verla con Miley. Como ella tiene una amiga, o una hija. Me pregunto si la ve de esa manera. Me alegro de que se lo diera. Mamá finalmente admite que está cansada. Abraza a Miley despidiéndola antes de que la ayude a ir a su habitación. Está en la cama y me inclino para besarla en la frente, pero me detiene.
—Gracias. —Sus manos cubren mis mejillas y lágrimas se derraman por su cara—. Este día ha sido perfecto, Nick. Al igual que tú, siempre será una parte de mí.— Niego con la cabeza. Mis ojos duelen cuando trato de luchar contra las lágrimas. No puedo hacer esto. No podemos hacer esto ahora. No es el momento. No estoy listo.
—Vamos a tener más de ellos —le digo, pero no puedo mirarla a los ojos cuando lo digo—. Lo prometo.
—Lo sé. —Apoya su frente contra la mía y nos sentamos allí. Cierro los ojos porque soy malditamente débil y no puedo manejar verla. Para ver si no cree que vamos a tener más días como éste y deseando darle algunos antes. Sé que quiere decir más. Lo siento en la forma en que su mano toca mi mejilla, pero no lo hace. Todo lo que dice es
—: Ahora ve a pasar el día con esa chica tuya. Ella es algo especial.— Asiento con la cabeza. Quedándome unos segundos más antes de alejarme.
—Si... lo es. Tengo suerte de tenerla.
—Es igual afortunada de tenerte.— Eso espero. Jodidamente de verdad lo hago.
Nick no tiene ganas de hacer nada después de ver a su madre. Lo que entiendo. No puedo imaginarme pasando a través de esto y deseo que hubiera algo que pudiese hacer por él. Odio sentirme impotente. Sé que es algo que comparto con él. Creo que ambos nos hemos sentido así con demasiada frecuencia. Probablemente sea una de las cosas que nos unió. Nos quedamos en su casa de nuevo. Está tan salvaje y loca como siempre. Me pregunto si Joe hace algo más que irse de fiesta.
—¿Cómo manejas tanta fiesta todo el tiempo? —pregunto mientras estamos acostados en la cama al día siguiente. Nick se encoge de hombros.
—¿Porque siempre la hacía con él?
—Oh. —Su respuesta hace que felicidad se dispare a través de mí. Está conmigo en vez de irse de fiesta—. Soy más divertida, ¿no? —bromeo. Nick se ríe. Me encanta el sonido.
—Eres una maldita arrogante, eso es lo que eres.
—Tienes la peor boca.
—Pensé que decidimos que a las mujeres les gusta mi boca. Te gusta mi boca, ¿no?— Empieza a usarla en mí y no puedo evitar temblar. Definitivamente sabe cómo hacerlo.
—Siempre estás distrayéndome. —Dejo mis ojos cerrados y sólo siento.
—Te gusta eso también.— Y tiene razón. Lo hago. También me gusta su lado juguetón. Amo ser la única que puede verlo.
—Deja de hablar. —Mi mano se desliza por su cabello.
—Hecho —dice. Como siempre, Nick cumple su palabra.
***
—¿Has hecho esto antes? —le pregunto a Nick mientras sube la colina de hierba. Varias personas ya están sentadas en el suelo, mantas de diferentes colores o sillas debajo de ellos. Hay algunos árboles, pero no muchos. Probablemente por eso lo hacen en otoño, así no es demasiado caluroso. Esta noche hará frío sin embargo. Estoy deseándolo.
—¿El qué? —responde. Casi olvido que le hice una pregunta.
—Los conciertos en el parque. ¿Los has visto alguna vez? —Están patrocinados por la Universidad. Las bandas Indie tocan en ellos. Ni siquiera sabemos qué tipo de música esperar, pero se siente como salir de casa. Como hacer algo normal. Nick pone los ojos en blanco.
—Sí. Todo el maldito tiempo. Ayudo a organizarlo.— Niego y me río de él.
—Tienes razón. ¿En qué pensaba? Se requeriría que de hecho quisieras hacer algo normal o feliz.— Entonces hace algo que me sorprende. Nick me taclea. Es cuidadoso y bajo facilmente porque… bueno porque no me importa ser tumbada por él. Se sienta en mi estómago, montándome. Es capaz de mantener mis dos manos en una suya y no puedo escapar.
—¿Qué tal esto? ¿Es normal y feliz? ¿Es esto lo que se supone que debo hacer? ¿Taclearte y ser jodidamente cursi en público?— Su voz es ligera. Una sonrisa se inclina en su boca.
—No. No lo estás haciendo bien —digo. Ladea la cabeza.
—¿No? Mierda.
—Se supone que tienes que besarme.— Sin decir palabra, se inclina y hace exactamente lo que le he dicho. Nuestras lenguas bailan juntas, alrededor de la otra de la forma en la que me llama pequeña bailarina. Demasiado pronto se aparta.
—Es buena en eso, ¿eh? —Al sonido de la voz de Liam, me tenso. Nick no, sin embargo. Está lejos de mí y de pie en dos segundos. —¿Qué coño acabas de decir? —sisea Nick. Me apresuro a mis pies. ¿Qué vi en Liam alguna vez?
—No lo hagas. —Agarro los brazos de Nick.
—Dije que es buena en eso, aunque estoy bastante seguro de que me has oído. —Pelirroja está a su lado. Estoy sorprendida de que no tenga a ningún amigo con él. Es tan cobarde.
—No digas ni una palabra sobre ella de nuevo. Habla mierdas sobre mí todo lo que quieras. La traes a colación y tendré que patearte el culo. De nuevo.
— ¿Cuántas veces tomará? —Nick empieza a elevar uno, dos, tres, cuatro, cinco dedos hasta que está levantando las dos manos—. ¿Realmente haremos esto de nuevo? — pregunta—. Estoy dentro si tú lo estás, pero tienes a tu chica contigo y odiaría que ella tuviese que limpiarte de nuevo. ¿Por qué no haces lo que sea que hayas venido a hacer? Habla mierdas sobre mí con tus amigos después y finge que eres lo suficientemente hombre como para que te importe. Por si no lo sabías, estoy tratando de besar a mi chica.— Conozco a Nick. Realmente pelearía si Liam intenta algo. Aprieto mi agarre en su mano. La cara de Liam es de un brillante color rojo. Está molesto y avergonzado. No me puedo creer que estuviese tanto tiempo con él. Que fuese tanto como él.
—Esto no ha terminado —dice Liam antes de marcharse. Es difícil no reírse. Es una cosa de película “B” para decir.
—Real y jodidamente le odio. —La tensión en Nick finalmente se libera.
—Lo siento. Sólo quiero pasar un buen día.— Suspira, lo que no suena muy bien, pero dice
—Lo haremos. Somos normales y felices, ¿recuerdas?— Sonrío antes de que terminemos el senderismo por la colina, encontremos un lugar y nos tumbemos en nuestra manta. La música comienza no mucho después. Un chico con una guitarra que suena un poco como Bobby Long, es una de las pocas personas a las que realmente escucho. Este tipo no es tan bueno. Me siento entre las piernas de Nick y él me rodea con los brazos. Siento su corazón contra mi espalda y me pregunto si el mío coincide con su ritmo. Cuando empieza a hacer frío, nos rodea con la manta. Liam está olvidado. Todo lo demás puede esperar. Simplemente nos sentamos y escuchamos. Ni siquiera estoy segura de si le gusta este tipo de música, pero está aquí y eso significa mucho para mí.
—Me debes por esto —susurra en mi oído antes de morderlo con los dientes.
—¿Cómo sabía que dirías algo como esto?— Se ríe y sigue sosteniéndome. Me alegro de que haga frío, pero incluso si estuviese a cien grados sobre cero seguiría amando tenerle rodeándome. Cuando se acaba, nos tomamos de la mano mientras regresamos al coche. No estoy segura de cuántos días más tendremos como estos, si sería un golpe de suerte porque él necesitaba un respiro o si trataríamos de hacer de esto nuestra nueva rutina. Todo lo que sé es que me encantó. Me encanta todo lo que hago con él.
—Fuimos a una jodida cita, pequeña bailarina —se burla Nick cuando llegamos al coche.
—Estaba pensando en eso. Sonríe. —No fue tan malo. Mamá estará orgullosa.— Le devuelvo la sonrisa antes de abrazarle. ¿Qué pasa con este chico que me hace ir sin intentarlo? ¿Que hace que necesite tocarle y hablarle y simplemente estar con él?
—¿Sólo saliste conmigo para hacer a tu madre feliz? —Me río. Nick niega con la cabeza.
—¿Estás tratando de no elogiarme?— Le empujo juguetonamente antes de entrar en el coche. Está justo detrás de mí, echando la manta en el asiento trasero y luego subiendo al lado del pasajero. Acabo de encender coche cuando mi móvil suena. Es el número de Denise. Nick no tiene un móvil nuevo así que tal vez sólo está llamando para decir hola.
—Hola. —Escucho. Lágrimas inundan mis ojos automáticamente. Mi corazón se rompe—. Esta bien… entiendo.— Cuelgo y miro a Nick.
—Era Maggie. —Agarro su mano y se tensa—. No esta haciéndolo bien… Estan llamando a enfermos terminales. Creen que es la hora.— Tan rapidamente nuestra normalidad… nuestra felicidad, se termina.
ahhh no pobre nick :,c
ResponderEliminarcontinualaa esta buena :D
nooooo x dios ya se va morir
ResponderEliminarno quiero que muera pobesito nicki
por favor no la dejes ahi
SIGUELA!!!
síguela por favor!!! no la dejes asi!!! pobre Nick tengo ganas de llorar por el!!
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