viernes, 19 de julio de 2013

My Beautiful Mistake- Niley- Cap 02


-¿Qué estás haciendo?- Joe pregunto. Estaba parado en medio de le habitación, un par de sneakers en una mano, ropa interior sucia en la otra.
-Uh, ¿Limpiando?- pregunte, metiendo los caballitos de tequila en el lavavajillas.
-Ya vi. Pero… ¿Por qué?- Sonreí, con la espalda hacia Joe. Él iba a patear mi trasero 
-Estoy esperando compañía. 
-¿Y?
-La paloma.
-¿Huh?
-Miley, Joe. Invite a Miley.
-Amigo, no. ¡No! No jodas esto para mí, hombre. Por favor no.
Me di la vuelta, cruzando mis brazos en mi pecho. –Trate, Joe. Lo hice. Pero, no lo sé –Me encogí de hombros. –Hay algo sobre ella. No me puedo ayudar a mí mismo.- La mandíbula de Joe se apretó, y luego pisoteo hasta su cuarto, azotando la puerta detrás de él. Termine de cargar el lavavajillas, y luego di la vuelta al sofá para asegurarme de que no hubiera ningún envoltorio vacío de condones perdido visible. No era divertido explicar eso. El hecho de que yo había bolseado una buena parte de las chicas hermosas en esta escuela no era un secreto, pero yo no veo una razón para recordarlo cuando viniera a mi apartamento. Se trataba de la presentación. Pigeon, sin embargo.
Haría falta mucho masque una publicidad falsa para bolsearla en mi sofá. En este punto, la estrategia consistía en ir un paso a la vez. Si me centro en el resultado final, el proceso va a estar jodido. Ella ve cosas. Ella está más lejos de la inocencia que yo; a años luz de distancia. Esta operación era nada menos que precaria.  Yo estaba clasificando la ropa sucia en mi dormitorio cuando oí la puerta abrirse. Joe generalmente escucha el auto de Demi antes para ir a recibirla a la puerta. Idiota. Murmurando, entonces el cierre de la puerta de  era mi señal. Entre en la sala y allí estaba: gafas, el pelo amontonado e la parte superior de su cabeza y lo que podía haber sido un pijama. No me habría sorprendido si hubiera estado en su ropa sucia.
Era tan difícil no reventar en carcajadas. Ni una sola vez una mujer había venido a mi apartamento vestida así. Mi puerta principal había visto faldas de mezclilla, vestidos incluso vestidos transparentes de tubo sobre bikinis. Un puñado de veces, maquillaje a kilos y lución con brillos. Nunca pijamas. Su apariencia explicaba inmediatamente por qué había sido tan fácil ponerse de acuerdo para que viniera. Ella estaba tratando de darme nauseas para dejarla sola. Si ella no luciera absolutamente sexy con eso, hubiera funcionado, pero su piel estaba impecable, y su falta de maquillaje y sus gafas solo hacían resaltar más el color de sus ojos.
-Ya era tiempo de que llegaras- dije, dejándome caer en el sillón.  Al principio parecía orgullosa de su idea, pero cuando hablamos y me quede insensible, estaba claro que ella sabía a que su plan había fracasado. Mientras menos ella sonreía, tuve que parar para no sonreír de oreja a oreja. Era muy divertido. No podría superarlo. 
Joe y Demi se nos unieron diez minutos más tarde. Miley estaba nerviosa, y yo estaba malditamente cerca de empezar a delirar. Nuestra conversación se había dirigido a su duda de que yo podría escribir un sencillo trabajo, cuestionando por mi afición a la lucha. Me gustaba hablar con ella acerca de cosas normales. Era preferible a la difícil tarea de decirle que se fuera después de bolsearla. Ella no me entiende, y yo como que quería que lo hiciera, a pesar de que ella parecía enojada. ¿Qué eres, el Karate Kid? ¿Dónde aprendiste a pelear? Joe y Demi parecían estar avergonzados por Miley. No sé por qué, a mí no me importaba. El hecho de que yo no hablara mucho de mi infancia no quería decir que estuviera avergonzado.
-Tuve un papá con problemas de alcoholismo y mal humor, y cuatro hermanos mayores que llevaban el gen idiota.
-Oh- dijo simplemente. Sus mejillas se pusieron rojas, y en ese momento, sentí una punzada en el pecho. No estaba seguro de lo que era, pero me molesto bastante –No te avergüences, Pidge. Papá dejo de beber. Los hermanos crecieron.
-No estoy avergonzada- su lenguaje corporal no coincidía con sus palabras. Luche por pensar en algo para cambiar de tema, y luego su mirada sexy, desaliñada vino a mi mente. Su desconcierto fue remplazado inmediatamente por la irritación, algo que era mucho más cómodo. Demi propuso que viéramos la televisión. La última cosa que quería hacer era estar en una habitación con Miley, siendo incapaz de hablarle. Me pare -¿Tienes hambre, Pidge?
-Ya comí.
Las cejas de Demi se levantaron –No, no es cierto. Oh… er… eso es correcto. Se me olvido. Comiste… ¿pizza? Antes de que viniéramos.- Miley se sintió avergonzada de nuevo, pero su enojo rápidamente lo cubrió. Aprender su patrón emocional no llevaba mucho tiempo.
Abrí la puerta, tratando de mantener mi voz casual. Nunca había estado tan ansioso por conseguir a una chica a solas, sobre todo sin tener sexo con ella –Vamos. Tienes que tener hambre.
Sus hombres se relajaron un poco -¿A dónde vas?
-A donde quieras ir. Podemos ir a una pizzería- Me encogí por dentro. Eso pudo haber sido demasiado impaciente.
Ella miro sus pantalones –Realmente no estoy vestida.

No tenía idea de lo hermosa que lucía. Eso la hacía aún más atractiva –Te ves bien. Vamos, estoy muriendo de hambre.- Una vez que ella estaba sobre mi Harley, por fin podía pensar con claridad otra vez. Mis pensamientos eran por lo general más relajados en mi moto. Las piernas de Miley tenían a mis caderas en un apretón, pero eso era extrañamente relajante, también. Casi un alivio.
Esa sensación extraña que sentía a su alrededor me desorienta. No me gusta., pero de nuevo, me recordó que ella estaba cerca, así que era tan reconfortante como inquietante. Decidí juntar mi mierda. Miley podía ser una paloma, pero ella solo era una jodida chica. No necesitaba tener mis boxers hechos un manojo. Además, había algo debajo de la fachada de niña buena. Me odiaba porque había sido quemada por alguien como yo. De ninguna manera ella era una puta, sin embargo. Ni una puta reformada. Yo las podía detectar a un kilómetro de distancia. Por fin había encontrado a una chica que era lo suficientemente interesante como para quererla conocer, y una versión de mí ya la había lastimado. A pesar de que la acababa de conocer, el pensamiento de que algún imbécil daño a Pidge me enfureció. Que Miley me asociara con alguien que le había hecho daño era peor. Pise el acelerador cuando entramos el estacionamiento del Pizza Shack. El viaje no había sido suficiente para solucionar la mierda en mi cabeza. Ni siquiera estaba pensando en mi velocidad, por lo que cuando Miley salto de la moto y empezó a gritar, yo no podía dejar de reír.
-Fui al límite de velocidad.
-¡Si, si hubiéramos estado en la autopista!- Ella quito la maraña de cabello por debajo de la corona de su cabeza, y luego separo su largo cabello con los dedos. Yo no podía dejar de mirarla mientras ella lo envolvía y se lo ataba de nuevo. Me imaginaba que así lucia en la mañana, y luego tuve que pensar en los primeros diez minutos de Salvando al Soldado Ryan para mantener a mi polla lejos de mantenerse dura. Sangre. Gritos. Intestinos visibles. Granadas. Tiroteos. Más sangre.
Mantuve la puerta abierta –No dejaría que nada te sucediera, Pigeon.- Ella pisoteo furiosa junto a mi hacia el restaurante. Fue una lástima, era la primera chica a la que yo le había querido abrir la puerta. Había estado esperando ese momento, y ella ni siquiera se dio cuenta.
Después de seguirla dentro, me dirigí a la cabina en la esquina. El equipo de futbol estaba sentado en varias mesas juntas en el medio de la habitación. Ya estaban gritando que yo tenía una cita, y apreté los dientes. Yo no quería que Miley escuchara. Por primera vez me sentí avergonzado por mi conducta. Pero no duro micho. Al ver a Miley sentarse al otro lado de la mesa, malhumorada y molesta, me animo enseguida. Pedí dos cervezas. La mirada de disgusto en la cara de Miley me pillo con la guardia baja. La camarera estaba coqueteando abiertamente conmigo, y Miley estaba infeliz. Al parecer, podía hacerla enojar sin siquiera intentarlo.
-¿Vienes aquí seguido?- espeto ella, mirando a la mesera. Diablos, sí. Ella estaba celosa. Espera. Tal vez la manera en la que era tratado por las mujeres era una desviación. Eso no me sorprendía, ni cerca. Esta chica hacia dar vueltas a mi cabeza.
Apoye mis codos en la mesa, negándome a dejarla ver lo que me hacía –Entonces, ¿Cuál es tu historia, Pidge? ¿Odias a todos los hombres en general, o solo a mí?
-Creo que solo a ti.
Me tuve que reír- No puedo entenderlo. Tú eres la primera chica que se disgusta conmigo, antes de tener sexo. No te pones nerviosa cuando me hablas, y no tratas de llamar mi atención.
-No es un truco. Es solo que no me gustas.
Ouch –No estarías aquí si no te gustara.- Mi persistencia dio sus frutos. Su ceño fruncido se suavizo y relajo la piel alrededor de los ojos.
-Yo no he dicho que eres una mala persona. Simplemente no me gusta ser una conclusión inevitable por la única razón de tener una vagina.-  Fuera lo que fuera lo que se apodero de mí, no me puede contener. Tratar de contener mi risa fue en vano, y luego me eche a reír. No creí que yo era un idiota después de todo, a ella no le gustaba mi enfoque. Una oleada de alivio se apodero de mí, y me reí más fuerte de lo que me había reído en años. Tal vez nunca.
-¡Oh, Dios mío! ¡Me estas matando! Eso es todo. Tenemos que ser amigos. No voy a aceptar un no por respuesta.
-No me importa ser amigos, pero eso no significa que tienes que estar tratando de meterte en mi ropa interior cada cinco segundos.
-No te vas a acostar conmigo. Lo entiendo.
Eso fue todo. Ella sonrió, y en ese momento, se abrió un nuevo mundo de posibilidades. Mi cerebro brillo con canales de porno-Pigeon, y luego todo el sistema cayo, y apareció un infomercial sobre nobleza sobre no quera arruinar esta rara amistad que acababa de empezar, apareció en su lugar.
Le devolví la sonrisa –Tienes mi palabra. Ni siquiera voy a pensar en tus bragas… a menos que quieras.- Apoyo sus pequeños codos en la mesa y se inclinó. Por supuesto, mis ojos fueron derecho a sus tetas, y la forma en que ahora presionaban el borde de la mesa. 
-Y eso no va a suceder, para que podamos ser amigos.
-Desafío aceptado.
-Entonces, ¿Cuál es tu historia?- pregunto Miley -¿Siempre has sido Nick “Mad Dog “ Jonas , o eso solo empezó cuando viniste aquí?- ella uso dos dedos en cada mano, como comillas cuando dijo el espantoso apodo de mierda.
Me encogí –No. Adam comenzó eso después de mi primera pelea- Yo odiaba ese apodo, pero se quedó. A todo el mundo parecía agradarle, así que Adam siempre lo usaba 
Después de un silencio incomodo, Miley finalmente hablo -¿Eso es todo? ¿No vas a decirme nada a cerca de ti?- A ella no parecía importarle el apodo, o solamente acepto la historia yo nunca había sabido cuando iba a ofenderse y enloquecer, o cuando ella seria racional y mantener la calma. Santo infierno, no podía conseguir bastante de ella.
-¿Qué quieres saber?
Miley se encogió de hombros –Que estudias. De dónde vienes. ¿Qué quieres ser cuando seas grande? … ese tipo de cosas.-  Tuve que trabajar para mantener la tensión fuera de mis hombros. Hablar sobre mí (especialmente mi pasado) estaba fuera de mi zona de comodidad. Le di algunas respuestas vagas y lo deje así, pero entonces oí a unos de los jugadores de futbol haciendo una broma. No me hubiera molestando ni cerca si no estuviera esperando el momento en que Miley se diera cuenta de lo que se estaban riendo. Bien, eso fue una mentira. Eso me habría cabreado si estaba allí o no. Ella seguía queriendo saber sobre mi familia y mi carrera, y yo estaba tratando de no saltar de mi asiento y golpear a todos en una estampida de un solo hombre. Como mi ira estaba hirviendo, centrarme en la conversación se me hizo más difícil.
-¿De qué se están riendo?- Ella finalmente pregunto, haciendo un gesto hacia la ruidosa mesa.- Negué con la cabeza. -Dime- insistió. Mis labios se apretaron en una delgada línea. Si ella se iba, yo probablemente no tendría otra oportunidad, y esas pollas quejosas tendrían algo más de que reírse. Ella me miraba expectante.
A la mierda –Se están riendo de mí por tener que llevarte a una cita primero. No es por lo general… lo mío.
-¿Primero?- Cuando entendió el significado, su rostro se congelo. Ella estaba avergonzada de estar allí conmigo. Hice una mueca, esperando que ella saltara.
Sus hombros cayeron- Tenía miedo de que se estuvieran riendo de ti por estar conmigo vestida así, y creen que voy a dormir contigo- se quejó.
Espera ¿Qué? -¿Por qué no querría ser visto contigo?
Las mejillas de Miley se tornaron rosas, y miro hacia la mesa -¿De que estábamos hablando?- Suspire. Ella estaba preocupada por mí. Ella pensó que se reían de la forma en que lucía. La paloma no era un duro-culo, después de todo. Me decidí a hacer otra pregunta antes de que lo reconsiderara.
- Tu, ¿Cuál es tu especialidad?
-Oh, eh, Educación General, por ahora. Todavía estoy indecisa, pero me estoy inclinando hacia contabilidad.
-No eres local, tiene que ser un traslado.
-Nashville. Igual que Demi.
-¿Cómo llegaste aquí desde Nashville?
-Solo, quería escapar.
-¿De qué?
-Mis padres.- Ella estaba huyendo. Tenía la sensación de que la chaqueta y las perlas que llevaba la noche que nos conocimos era una fachada. Pero ¿para ocultar que? Ella se molestó bastante rápido con las preguntas personales, pero antes de que pudiera cambiar de tema, Kyle del equipo de futbol escupió.
Asentí con la cabeza –Entonces, ¿Por qué aquí?- Miley espeto algo. Me perdí lo que fuera. El idiota se rio, pero el equipo de futbol ahogo sus palabras.
-Amigo, se supone que tú tienes que conseguir una bolsa para el perrito, no bolsear al perrito.- No me pude contener más. Ellos estaban siendo irrespetuosos conmigo, estaban irrespetando a Miley. Me puse de pie y di unos pasos, y se empezaron a empujar unos a otros por la puerta, tropezando y tropezando con una docena de pares de pies. Los ojos de Miley estaba escavando en la parte de atrás de mi cabeza, trayéndome de vuelta a mis cinco sentidos, y me plante de nuevo en la cabina, ella levanto una ceja, y de inmediato mi frustración y mi ira se desvanecieron.
-Ibas a decirme porque elegiste esta escuela- le dije. Pretendiendo que el show de hace poco no ocurrió, fue probablemente la mejor manera de continuar.
-Es difícil de explicar- dijo, encogiéndose de hombros –Supongo que solo se sentía, bien.
Si había una frase para explicar lo que yo sentía, era esa. Yo no sabía qué diablos estaba haciendo ni por qué, pero algo de estar sentado enfrente de ella en esta cabina me trajo una extraña sensación de calma. Incluso en medio de mi furia.
Le sonreí y abrí mi menú- Se a lo que te refieres.
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Hola chicas, como estan? no habia podido subir antes porque ya entre a estudiar, y estoy muy apretada, y estrezada, bueno, eso, byeee =)

2 comentarios:

  1. la ame siguelaaa
    por cierto que bueno que subiste
    extrañaba tu novelas

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  2. Hace mucho no subias, No la dejes ahí continuala♥ Amo esta versión contada por nick.

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