martes, 3 de diciembre de 2013

Finding My Destiny - Niley - Cap 03


Nick
Joe por fin se había dado por vencido conmigo y se fue a bailar con una de las chicas que había estado coqueteando con nosotros desde que entramos al club. Había venido aquí para pasar un buen rato y había necesitado la distracción, pero ahora que estaba aquí, sólo quería irme. Tomando un trago de mi cerveza traté de no hacer contacto visual con nadie. Mantuve la cabeza baja y el ceño fruncido. No fue difícil hacerlo. Las palabras de Jace siguieron repitiéndose en mi cabeza. Tenía miedo… No, me aterrorizaba la idea de dejarme creer que ella volvería. Había visto su cara aquella noche en la habitación del motel. Estaba vacía. La emoción en sus ojos había desaparecido. Ella había acabado conmigo, con su padre, con todo. El amor era cruel. Tan malditamente cruel. El taburete junto a mí chirrió contra el suelo mientras lo movían hacia atrás. No lo miré. No quería que nadie me hablara.
—Por favor, dime que esa fea mueca en tu bonita cara no es por una chica—la suave voz femenina me era familiar. Incliné la cabeza hacia un lado lo suficiente como para verle la cara. Aunque ahora era mayor, la reconocí de inmediato. Hay algunas cosas que un hombre no olvida en la vida y la chica con quien perdió la virginidad es una de ellas. Delta Goodrem. Era seis años mayor que yo y estaba visitando a su abuela el verano que cumplí catorce años. No había sido una relación amorosa. Más bien una lección de vida. 
—Delta—contesté, aliviado de que no era otra mujer desconocida que estaba aquí para arrojarse sobre mí. 
—Y recuerda mi nombre. Estoy impresionada—dijo ella y luego miró a la camarera y le sonrió—. Jack con Coca-cola, por favor.
—Un tío no olvida a su primera. — Se movió en su taburete, cruzando las piernas e inclinando la cabeza para mirarme haciendo que su claro y largo cabello cayera sobre un hombro. Todavía lo llevaba largo. En aquel entonces me había fascinado. 
—La mayoría de los chicos no pero tú has llevado una vida diferente a la de la mayoría de los tíos. La fama ha tenido que cambiarte a lo largo de los años.
—Mi padre es famoso, no yo—espeté, odiaba cuando las mujeres querían hablar de algo sobre lo que no sabían nada. 
—Hmmm, lo que sea. Entonces, ¿por qué estás tan triste? — No estaba triste. Yo era un desastre roto. Pero ella no era alguien con la que pretendía desahogarme.
—Estoy bien—contesté y miré a la pista de baile con la esperanza de captar la atención de Joe. Estaba listo para irme.
—Te ves como si tuvieras el corazón roto y no supieras qué hacer con él—dijo ella alcanzando su Jack con Cola.
—No voy a hablar contigo de mi vida personal, Delta—dejé que el borde de advertencia en mi voz suene alto y claro.
—Para ahí, guapo. No estaba tratando de molestarte. Solo teniendo una pequeña charla. — Mi vida personal no era una pequeña charla.
—Entonces pregúntame sobre el jodido tiempo—dije con un gruñido. Ella no respondió y me alegré. Tal vez se iría. Me dejaría en paz.
—Estoy en la ciudad cuidando a mi abuela. Está enferma y yo necesitaba algo nuevo que hacer con mi vida. Acabo de pasar por un divorcio problemático. Necesitaba un cambio de escenario de Australia. Voy a estar aquí por lo menos durante seis meses. ¿Crees que vas a ser intratable durante todo el tiempo que esté aquí o vas a volverte más agradable en cualquier momento de un futuro próximo? — Quería verme. No. No estaba preparado para eso. Empecé a responder cuando mi teléfono me alertó de un mensaje de texto. Aliviado de tener una interrupción para poder pensar cómo le iba a responder, saqué el teléfono del bolsillo. No reconocí el número. Pero el “Hola, soy Demi” me llamó la atención y dejé de respirar cuando abrí el mensaje para leer todo el asunto.
"Hola, soy Demi. Si no eres un estúpido cabrón te despertarás y seguirás el plan."
¿Qué demonios significaba eso? ¿Qué me estaba perdiendo? ¿Miley estaba en Rosemary? ¿Eso es lo que significaba? Me puse de pie y dejé suficiente dinero en la barra para pagar mi cerveza y la bebida de Delta. 
—Tengo que irme. Fue agradable verte. Cuídate—le dije como un pensamiento tardío mientras acechaba a través de la multitud hasta que encontré a Joe montándoselo con alguna pelirroja en la pista de baile. Sus ojos se encontraron con los míos y asentí hacia la puerta. 
—Ahora—dije, y me volví para dirigirme hacia la puerta. Lo dejaría aquí si no me había alcanzado para cuando llegase a mi Range Rover. Ella podría estar aquí. Iba a averiguarlo. Preguntarle a Demi que quería decir con ese jodido mensaje era inútil.


Miley
Estiré la mano y le di un codazo a Demi en la pierna para despertarla. Ha estado dormida por las últimas dos horas. Estábamos fuera de Rosemary Beach y necesitaba que ella manejara así yo podría buscar la camioneta de Kyle en todos los moteles baratos.
— ¿Ya llegamos? —murmuró soñolienta y se sentó en su asiento.
—Ya casi. Necesito que manejes. Voy a buscar la camioneta de Kyle. 
Demi dejó escapar un suspiro de cansancio. Yo sabía que ella estaba haciendo esto sólo con la esperanza de traerme a Rosemary y mantenerme allí. A ella le podía importar menos encontrar a Kyle. Pero yo necesitaba un aventón. Iba a viajar con Kyle a casa. Y nosotros íbamos a hablar. Él no tenía nada que hacer viniendo aquí a ver a Nick. Yo sólo esperaba que él no le haya dicho sobre lo que me encontró comprando. No era que quería mantener el secreto lejos de Nick. Era sólo que aún no he dejado que nada sea asimilado. Necesitaba procesarlo. Averiguar lo que quiero hacer. Luego contactaría a Nick. Kyle yendo detrás de él como un loco no era lo que yo quería. Aún no podía creer que lo había hecho.
—Detente allí. Necesito entrar y tomar un café con leche primero, —instruyó Demi. Hice lo que me pidió y estacioné el auto frente a Starbucks.
— ¿Quieres algo? —Preguntó Demi mientras abría la puerta. No estaba segura de sí la cafeína era buena para el… para el bebé. Negué con la cabeza y esperé hasta que ella saliera del auto antes de dejar escapar el sollozo en mi pecho que no había estado esperando. No había pensado sobre lo que significaban esas dos rayas de color rosa. Un bebé. El bebé de Nick. Oh, Dios. Salí del auto y caminé alrededor de la parte delantera para sentarme en el lado del pasajero. Para el momento en que estaba dentro del auto y con el cinturón de seguridad, Demi se dirigía hacia el auto. Ya se veía un poco más despierta. Alejé los pensamientos sobre mi bebé y me concentré en la búsqueda de Kyle. Podría detenerme en mi futuro, en el futuro de mi bebé después.
—De acuerdo. Tengo cafeína. Estoy lista para buscar a este tipo. — No la corregí. Sabía que ella sabía su nombre. Yo lo había usado varias veces. Ella sólo estaba negándose a reconocerlo. Esta era su forma de rebelión. Kyle representaba a Tennessee, y ella no me quería en Tennessee. Es lugar de irritarme me gustaba. Ella me quería con ella y eso se sentía bien.
—Él dejó Rosemary por los precios de las habitaciones de hotel. Así que, está en algún lugar accesible. ¿Puedes llevarme a algunos de esos? —pregunté. Ella asintió pero no me miró. Estaba enviando un mensaje de texto. Genial. Necesitaba que se concentrara y ella muy posiblemente estaba diciéndole a Jace que ya casi llegamos. No quería realmente que Jace supiera algo. Manejamos alrededor por treinta minutos, yo chequeando los estacionamientos de los moteles baratos en la ciudad. Esto estaba volviendo frustrante. Él tenía que estar aquí en algún lado. 
— ¿Puedo usar tu teléfono? Voy a llamarlo de nuevo y hacerle saber que lo estoy buscando. Él me dirá dónde está cuando sepa que he conducido hasta aquí. — Demi me dio su teléfono y rápidamente marqué el número de Kyle. Sonó dos veces.
— ¿Hola?
—Kyle. Soy yo. ¿Dónde estás? Estoy en las afueras de Rosemary y no puedo encontrar tu camioneta. 
—Maldita sea.
—No te enojes. Necesitaba ver cómo estabas. Vine aquí para llevarte a casa. —Sabía que estaría frustrado de que vine tan cerca de Rosemary de nuevo.
—Te dije que estaría en casa una vez que durmiera, Miley. ¿Por qué no podías quedarte dónde estabas? —La irritación en su voz me enojó. Pensarías que él no estaba feliz de que había venido a ver cómo estaba.
— ¿Dónde estás, Kyle? —pregunté de nuevo. Luego lo escuché. Una voz femenina de fondo. El teléfono fue tapado. No hacía falta ser un genio para darse cuenta que Kyle estaba con una chica y estaba tratando de esconderlo de mí. Esto me molestó. No porque pensaba que Kyle y yo teníamos una oportunidad, sino porque él me había dejado pensar que estaba herido y solo en una ciudad extraña. Idiota.
—Escucha. No tengo tiempo para más de tus estúpidos juegos, Kyle. He estado allí, hecho esto. La próxima vez, podrías tratar de que no suene como si me necesitaras cuando es obvio que no.
—Miley, no. Escúchame. No es lo que piensas. No pude dormir después de que llamaste así que volví a la camioneta y regresé a casa. Quería verte. — Un grito de enojó de la chica vino del otro lado del teléfono. Él estaba enojando a quien sea que estaba con él. El chico era un idiota.
—Ve a hacer que tu compañía se sienta mejor. No necesito una explicación. No necesito nada de ti. Nunca lo necesité.
— ¡MILEY! ¡NO! Te amo, nena. Te amo mucho. Por favor escúchame, —suplicó, y la chica con él se puso más histérica—. ¡Cállate Callie! —rugió y supe entonces que estaba de vuelta en Sumit. Estaba con Callie.
— ¿Fuiste con Callie? ¿Volviste a casa así yo no me preocuparía y fuiste a ver a Callie? Eres ridículo, Kyle. ¿En serio? Esto no me lastima. Ya no puedes hacerme daño. Pero detente y piensa sobre los sentimientos de otros, para variar. Sigues arrastrando a Callie alrededor y eso está mal. Deja de pensar con tu pene y madura. — Terminé la llamada y le di a Demi su teléfono. Sus ojos estaban muy abiertos mientras me miraba. 
—Él volvió a Tennessee—le dije en forma de explicación.
—Sí… escuché esa parte, —dijo Demi lentamente. Ella estaba esperando por más. Ella merecía más. Ella me había traído hasta aquí. Ella también era la única amiga verdadera que tenía. Kyle no era un amigo. No realmente. Un amigo verdadero no seguiría haciendo cosas estúpidas como las que él hacía.
— ¿Puedo dormir en tu casa esta noche? No creo que vaya a volver allí. Iba a irme pronto de todos modos. Averiguaré a dónde voy a ir mañana y luego cuando llegué allí haré que la Abuela Q me envíe el resto de mis cosas. No es que tenga mucho de todos modos. Mi camioneta está en el cementerio. Nunca haría el viaje de nuevo.
Demi asintió y arrancó el auto, luego salió hacia la carretera. —Puedes quedarte conmigo todo el tiempo que necesites. O más, —respondió.
—Gracias, —dije antes de apoyar mi cabeza hacia atrás en el asiento y tomar una respiración profunda. ¿Qué iba a hacer ahora? El olor del tocino se hizo más espeso cuando más lo inhalaba. Era como si el tocino estuviera apoderándose de mis sentidos. Mi garganta se estrechó. Mi estómago se rodó por el delicioso olor de él. La grasa chisporroteaba en algún lugar en la distancia. Antes de que pudiera abrir mis ojos completamente mis pies estaban en el suelo y yo estaba corriendo hacia el baño. Por suerte el apartamento de Demi no era tan grande y no tenía mucho que correr.
— ¿Miley? —la voz de Demi llamó desde la cocina, pero no podía detenerme.
Cayendo sobre mis rodillas en frente del inodoro agarré el asiento de porcelana con ambas manos y comencé a vomitar todo en mi estómago hasta que nada más que nauseas seca sacudían mi cuerpo. Cada vez que pensaba que había terminado olería la grasa del tocino mezclada con mi vómito y comenzaría de nuevo. Estaba tan débil que mi cuerpo temblaba cuando trataba de vomitar y nada más saldría. Un paño frío estaba en mi cara y Demi estaba de pie junto a mí para tirar de la cadena y luego me inclinó contra la pared. Sostuve el paño sobre mi nariz para bloquear el olor. Demi lo notó y cerró la puerta del baño. Después de encender el ventilador colocó sus manos en las caderas y me miró. La incredulidad en su cara me confundía. Me enfermé. ¿Qué tenía de extraño eso?
— ¿Tocino? ¿El olor del tocino te hace vomitar? —Negó con la cabeza, aun mirándome como si no pudiera creerlo—. No me lo ibas a decir, ¿cierto? Ibas a poner tu loco culo en algún maldito autobús y alejarte. Tú sola. No te lo puedo creer, Miley. ¿Qué pasó con la chica lista que me enseñó a no dejar que un hombre me usara? ¿Hmmm? ¿A dónde diablos se fue? Porque tu plan apesta. Mucho. No puedes huir. Tienes amigos aquí. Vas a necesitar amigos… y yo esperaría que tuvieras la intención de decirle a Nick sobre esto también. Te conozco lo suficientemente bien como para saber que ese es su bebé.
¿Cómo lo sabía? Sólo vomité. Muchas personas se contagian de virus. —Es un virus, —murmuré.
—No me mientas. Era el tocino, Miley. Estabas durmiendo tan pacíficamente en el sofá y al minuto que comencé a cocinar el tocino comenzaste a hacer sonidos extraños y a dar vueltas en el sofá. Luego saliste disparada como una bala para vomitar hasta las tripas. No es ciencia espacial nena. Quítate esa mirada de sorpresa de la cara. — No le podía mentir. Ella era mi amiga. Posiblemente la única ahora. Tiré de mis rodillas hasta mi barbilla y envolví mis brazos alrededor de mis piernas. Esta era mi manera de mantenerme en una pieza. Cuando sentía que el mundo estaba quebrándose a mí alrededor y no podía controlarlo siempre me mantenía unida de esta manera.
—Por eso Kyle vino aquí. Me encontró comprando pruebas de embarazo ayer. Sé que es por eso que vino aquí. Para preguntarle a Nick… para preguntar sobre la relación entre Nick y yo. Es algo de lo que me niego a hablar con Kyle. No quería hablar sobre Nick del todo. Luego estaba atrasada. Dos semanas de retraso. Pensé que compraría un par de pruebas y saldrían negativas y todo estaría bien. —Paré mi explicación y apoyé mi mejilla contra mis rodillas.
—Las pruebas… ¿eran positivas? —Preguntó Demi. Asentí pero no la miré.
— ¿Ibas a decirle a Nick? ¿O en serio ibas a escapar? — ¿Qué haría Nick? Su hermana me odiaba. Su madre me odiaba. Odiaban a mi madre. Y yo odiaba a mi padre. Para que Nick sea parte de la vida de este bebé él tendrá que dejarlas. Yo no podía pedirle que deje a su mamá y su hermana. Incluso si ellas son malvadas. Él las amaba. Y él no dejaría a Sel. Ya había aprendido que cuando se trataba de mí o de Sel, él elegiría a Sel. Él lo había hecho hasta el final. Cuando yo había descubierto todo. Él había guardado su secreto. Él la había escogido a ella.
—No se lo puedo decir, —dije en voz baja.
— ¿Por qué es eso exactamente? Porque él querría saberlo y su culo necesita ser un hombre y estar allí para ti. Esa mierda de escapar es estúpida. — Ella no lo sabía todo. Ella sólo sabía un poco. Había sido la historia de Sel la que se contó y la de nadie más a los ojos de Nick. Pero yo no estaba de acuerdo. También era mi historia. Sel aún tenía a sus padres y su hermano. Yo no tenía a nadie. Mi madre estaba muerta. Mi hermana estaba muerta. Y mi padre podría también estar muerto. Así que esta historia era tanto mía como de ella. Tal vez hasta más. Levanté mi cabeza y miré a Demi. Ella era mi única amiga en el mundo y si yo iba contar esta historia entonces era ella a quién quería contársela.


Nick
Habían pasado tres semanas, cuatro días y doce horas desde que la había visto. Desde que ella había roto mi corazón. Si yo hubiera estado bebiendo, me gustaría echarle la culpa al alcohol. Tenía que ser una ilusión, una desesperada ilusión. Pero no había estado bebiendo. Ni una gota. No había ninguna duda sobre Miley. Era ella. Ella estaba realmente aquí. Miley estaba de vuelta en Rosemary. Ella estaba en mi casa. Había pasado cinco horas anoche conduciendo por todo el maldito lugar buscando a Demi, esperando que ella me llevara a Miley. Pero no había encontrado a ninguna de ellas. Llegar a casa y admitir la derrota había sido doloroso. Me convencí a mí mismo que By aún seguía en Tennessee con Miley. Que tal vez el texto de Demi había sido un mensaje borracho y nada más. Me empape los ojos de ella. Ella estaba más delgada y no me gustaba eso. ¿No estaba comiendo? ¿Había enfermado?
—Hola, Nick —dice ella, rompiendo el silencio. El sonido de su voz casi me envía de rodillas. Dios, había extrañado su voz.
—Miley —manejo decir, aterrorizado de espantarla lejos solo con hablar. Ella me alcanza y envuelve un mechón de cabello alrededor de su dedo y tira de él. Ella está nerviosa. No quiero hacer que se ponga nerviosa. Pero ¿Qué puedo hacer yo para hacer esto más fácil? 
— ¿Podemos hablar? —Ella pregunta en voz suave.
—Sep. —Me pongo detrás para dejarla entrar— Entra— Ella hace una pausa y mira más allá de mí hacia mi casa. El miedo y el dolor destellando en sus ojos haciéndome maldecirme en silencio. Ella había sido herida aquí. Su mundo fue destruido en mi casa. Maldita sea. No quería que se sintiera así de mi casa. No cuando había buenos recuerdos aquí también.
— ¿Estas solo? —Ella pregunta. Sus ojos volviendo hacia mí. Ella no quería ver a mi mama o a su papa. Lo tenía ahora. No era la casa. 
—Los obligue a irse el día en que te fuiste —le conteste, mirándola con atención. Sus ojos se abrieron de par en par. ¿Por qué esto la sorprende? ¿No lo entendía? Ella era lo primero. Yo le había dicho tanto en esa habitación de hotel. 
—Oh, no lo sabía… —se fue apagando. Ambos sabíamos que ella no lo sabía porque me había cortado de su vida.
—Soy solo yo. A excepción de las visitas ocasionales de Joe, siempre solo yo. —Ella necesitaba saber que no me había movido. No me estaba moviendo. Miley entro a la casa y yo apreté los puños cuando su dulce y familiar esencia la siguió. Tantas noches me senté aquí y soñé con ver su camino de vuelta a mi vida. Mi mundo.
— ¿Puedo conseguirte algo para tomar? —pregunte, pensando que lo que realmente quería hacer era rogarle que hable conmigo. Que se quede conmigo. Que me perdone. Miley negó con la cabeza y se volvió para mirarme. 
—No, estoy bien. Yo… Yo solo… Estaba en la ciudad y bueno… —Ella arrugo la nariz y luche contra la urgencia de alcanzarla y tocar su casa. — ¿Golpeaste a Kyle?
Kyle. Mierda. Ella sabía sobre Kyle. ¿Estaba aquí para hablar de Kyle? —El pregunto cosas que no debería tener. Dijo cosas que no debería. —le conteste con dientes apretados. Miley suspiro. 
—Solo puedo imaginarlo —murmuro y sacudió la cabeza— Siento venir aquí. El no piensa las cosas. El actúa solo por impulso. — Ella no lo estaba defendiendo. Ella se estaba disculpando por él. Ese no era su trabajo. El estúpido hijo de puta no era su responsabilidad o su culpa.
—No te disculpes por él, Miley. Eso me hace querer cazar su culo hacia abajo. —gruñí, incapaz de controlar mi reacción.
—Es mi culpa que él estuviera aquí, Nick. Eso es porque pido disculpas. Lo moleste y el supuso que era todo por ti así que el vino corriendo aquí antes de hablar las cosas conmigo. — ¿Hablar las cosas con ella? ¿Qué carajos tenia Kyle que hablar con ella? 
—Él tiene que retroceder. Si tanto como… 
—Nick. Cálmate. Somos viejos amigos. Nada más. Le dije algunas cosas que necesitaba decir desde hace mucho tiempo. No le gusto. Fui cruel pero necesitaba decirlo. Yo estaba cansada de proteger sus sentimientos. El me empujo demasiado lejos. Eso es todo lo que era. — Tome una respiración profunda pero el martilleo de mi cabeza se había vuelto más fuerte.
— ¿Viniste para verlo? —Necesitaba saber si esa era la razón por la cual ella estaba aquí. Si esto no tenía nada que ver conmigo mi corazón necesitaba tratar con eso. Miley camino hacia las escaleras en vez de ir hacia la sala de estar. Me di cuenta. Entendí. Ella podría haber estado en mi casa, pero ella no podía entrar ahí y hacerle frente a las cosas. No todavía. Tal vez nunca. 
—Él pudo haber sido mi excusa para entrar al auto con Demi —ella hizo una pausa y dejo escapar un suspiro— pero él se había ido cuando yo llegué aquí. Estoy por otras razones. Yo… Yo necesito hablar contigo. — Ella vino a hablar conmigo. ¿Fue el tiempo suficiente? Utilice hasta la última gota de fuerza de voluntad que poseía para no levantarme y tirarla sobre mis brazos. No me importaba lo que ella tenía que decir. El factor de que ella quería verme era suficiente. 
—Me alegro de que hayas venido —dije simplemente. El pequeño ceño estaba de vuelta y Miley no miraba directamente hacia mí. 
—Las cosas siguen siendo las mismas. No he sido capaz de dejarlo ir. Nunca seré capaz de confiar en ti. Incluso… incluso si lo quiero. No puedo. — ¿Qué demonios significaba eso? El golpeteo en mis oídos se hizo más fuerte.
—Me voy de Tennessee. No puedo quedarme. Tengo que hacerlo por mi cuenta.
— ¿Te estas quedando con Demi? —pregunte, preguntándome si yo todavía estaba durmiendo y esto era un sueño.
—No. Yo no iba a hacerlo. Pero esta mañana hable con Demi y pensé que si tal vez te veía y hablaba contigo y enfrentaba… esto yo sería capaz de permanecer con ella durante un tiempo. No sería permanente; Voy a salir en un par de meses. Solo hasta que tenga tiempo para decidir a donde voy a ir. — Todavía estaba pensando irse. Necesitaba cambiar eso. Tenía un par de meses si se quedaba aquí. Por primera vez desde que me dijo que dejara la habitación de hotel tenia esperanza. 
—Creo que eso es inteligente. No hay razón por la cual tomar una decisión precipitada cuando se tiene una opción aquí. —Ella podía quedarse en mi casa de forma gratuita. En mi cama. Conmigo. Pero no podía ofrecer eso. Ella nunca estaría de acuerdo.

Dany

2 comentarios:

  1. OMC!!!! pos me mato! jajaja ok eso no, please no tardes mucho en subir mas :D besos

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  2. porfavor sube mas seguido !!!

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