jueves, 5 de diciembre de 2013

Finding My Destiny - Niley - Cap 04


Miley
—Estaré trabajando en el club. Nos… uh… veremos en ocasiones. Conseguiré trabajo en otro lado pero necesito la plata que el club paga— Estaba explicando esto tanto a mi como a Nick. No estaba segura de que iba a decir cuando lo viera. Solo sabía que tenía que enfrentarlo. Al principio Demi me rogo que le contara sobre el embarazo. Aunque, después de que escuchara exactamente lo que había pasado con mi padre y Sel y su madre ese día ya no estaba en el equipo Nick como antes. Ella acordó que no era necesario decirlo de inmediato.
Conseguir el valor suficiente para volver a esta casa luego de la forma que me había ido hace tres semanas y media fue duro. La esperanza de que mi corazón no reaccionara cuando viera a Nick fue inútil. Mi pecho estaba tan apretado que era una maravilla que pudiera respirar. Menos hablar. Estaba embarazada con su bebé… nuestro bebe. Pero las mentiras. El engaño. Quien era. Todo eso me mantuvo de decir las palabras que se merecía. No podía. Estaba mal. Estaba siendo egoísta. Lo sabía. Eso no cambiaba nada. Puede ser que el bebe nunca lo conociera. No podía dejar que la forma en que me sentía sobre el nublara mis decisiones para mi futuro… el futuro de nuestro bebé. Mi padre, su madre y hermana nunca serian parte de la vida de mi bebe. No lo permitiría. No podía.
—Por supuesto. Si, trabajar en el club es buena plata— Se detuvo y paso una mano por su cabello—Miley, nada ha cambiado. No para mí. No necesitas mi permiso. Esto es exactamente lo que quiero. Tenerte aquí de vuelta. Ver tu rostro. Dios, bebe, no puedo hacer esto. No puedo pretender que no estoy jodidamente emocionado de que estés en mi casa. — No podía mirarlo. No ahora. No estaba esperando que dijera nada de eso. Esperaba más una charla artificial y nerviosa. Era lo que quería. Mi corazón no podía soportar nada más
— Teno que irme, Nick. No puedo, solo quería estar segura de que estabas bien con que estuviera en la ciudad. Mantendré mi distancia. —Nick se movió tan rápido que no lo note hasta que estuvo parado entre la puerta y yo
— Lo siento. Estaba tratando de estar tranquilo. Estaba tratando de ser cuidadoso y me quebré. Lo hare mejor. Ve a lo de Demi. Olvida lo que dije. Seré bueno. Lo prometo. Solo… no te vallas. Por favor. — ¿Qué le contestaba a eso? Se las había arreglado para que quisiera confortarlo. Disculparme. Él era letal a mis emociones y buen sentido. Distancia. Necesitábamos distancia. Asentí y lo rodeé
— Yo… uh… probablemente te veré por ahí. —Me las arreglé para graznar antes de abrir la puerta y salir de la casa. No miré hacia atrás pero sabía que me estaba mirando ir. Era la única razón por la cual no empecé a correr. Espacio… necesitábamos espacio. Y yo necesitaba llorar.
~*~
Era como si él hubiera sabido que estaba yendo. Ya había decidido ir directo al comedor y buscar a Cheyne. Supuse que el sabría donde encontrar a Liam. Pero Liam me estaba esperando en la puerta cuando abrí la entrada trasera del club.
—Y ella vuelve. Sinceramente no pensé que lo harías, — Liam arrastró las palabras mientras la puerta se cerraba tras de mí.
—Por poco tiempo quizás—respondí. Liam me guiñó y luego asintió hacia el pasillo que guiaba a su oficina. 
—Vallamos a hablar.
—Está bien— dije mientras lo seguía.
—Demi ya me llamó dos veces hoy. Queriendo saber si ya te había visto. Asegurándose de que tuvieras tu trabajo de vuelta— dijo Liam mientras abría la puerta de su oficina y la sostenía para que pudiera pasar—, lo que no esperaba es la llamada que recibí hace diez minutos. Me sorprendido. Por la forma en que te fuiste hace tres semanas y dejaste a Nick en la estacada, no esperaba que llamara a tu favor. No es que necesitara, fíjate. Ya había aceptado devolverte tu trabajo. — Me detuve y lo miré. ¿Lo había escuchado bien?
— ¿Nick?— pregunté, casi asustada de que hubiera alucinado el comentario. Liam cerró la puerta y camino hasta pararse delante de su escritorio. Se inclinó contra la madera brillante que se veía costosa y cruzo los brazos sobre su pecho. La sonrisa que tenía cuando llegue se había ido. Se veía preocupado
— Si, Nick. Sé que la verdad salió. Jace me dijo una parte. Lo que sabe al menos. Pero ya sabía quién eras. O quien Nick y Sel creían que eras. Te advertí que la elegiría a ella. Ya lo estaba haciendo cuando te di la advertencia. ¿De verdad quieres volver a todo esto? ¿Es  Tennessee tan malo? — No. Tennessee no era tan malo. Aunque ser una soltera embarazada de veinte años sin familia lo era. El aunque no era algo que iba a compartir con Liam.
— Volver aquí no es exactamente fácil. Ver… verlos, tampoco será fácil. Pero necesito descubrir que voy a hacer. No hay nada para mí en  Tennessee. No me puedo quedar y pretender que lo hay. Es tiempo de que encuentre una nueva vida. Y Demi es mi única amiga. Mis opciones son limitadas. — Las cejas de Liam se dispararon hacia arriba
—Ouch. ¿Yo que soy? Pensé que éramos amigos. — Sonriendo, camine y me paré detrás de la silla en frente suyo
— Lo somos pero bueno… no amigos cercanos.
—No porque no lo intente. — Una pequeña risa salió y Liam sonrió
— Es bueno escuchar eso. Lo extrañé. — Quizás volver no sería tan difícil.
—Puedes tener tu trabajo de vuelta. Es tuyo. Tuve malas chicas de carritos y Cheyne todavía esta malhumorado. No se lleva bien con los otros meseros. Él también te extraña.
—Gracias— contesté—, lo aprecio. Aunque quiero ser honesta contigo. En cuatro meses, planeó irme. No puedo quedar aquí para siempre. Tengo…
—Tienes una vida a la que volver. Si, te escuche. Rosemary no es donde pretendes echar raíces. Lo tengo. Por cualquier lapso de tiempo, tienes el trabajo.


Nick
Llamé una vez antes de abrir la puerta del condominio de Sel y caminar dentro. Su coche estaba estacionado afuera. Yo sabía que ella estaba aquí. Sólo quería asegurarme de que ella sabía que yo estaba aquí. Tiempo atrás había cometido el error de no tocar una vez y había visto a mi hermana a horcajadas en el regazo de un tipo. Quería llenar de cloro mis ojos y mi cerebro después de esa experiencia.
—Sel, soy yo. Tenemos que hablar. —Dije en voz alta y luego cerré la puerta detrás de mí.  Entré en la sala y el sonido de más de una voz apagada y pasos que venían desde el dormitorio principal casi me hizo dar la vuelta y marcharme. Pero no iba a hacerlo. Esto era más importante. Su invitado de pijamada tenía que ir a casa ahora de todos modos. Eran más de las once. La puerta de su habitación se abrió y se cerró. Interesante. El que sea que estaba aquí, se alojaba aquí. Tendríamos que salir al balcón para hablar. No estaba hablando de Miley delante de nadie. Probablemente conocía al hombre en ese cuarto. Sería la única razón por la que lo mantendría oculto allí.
— ¿Has oído hablar de llamar antes de venir? —Replicó Sel mientras entraba en la sala de estar vestida con un abrigo de seda corta.  Se parecía más y más a nuestra madre mientras más grande se hacía.
—Es casi el almuerzo, Sel. No puedes mantener al hombre en la cama todo el día —le contesté y abrí las puertas que daban a la terraza con vistas al golfo— Necesito hablar contigo y no quiero que tu amiguito compañero de dormitorio pueda oírnos. — Sel rodó sus ojos y salió. 
—Me parece extraño que he estado tratando de que hables conmigo durante semanas y ahora que tú quieres hablar vienes irrumpiendo como si no tuviera vida. Por lo menos yo te llamo primero. —Ella estaba empezando a sonar como nuestra madre.
—Soy propietario de este condominio, Sel. Puedo venir en cualquier maldito momento si quiero. —le recordé.  Ella se estaría yendo de aquí a mediados de agosto para regresar a su casa de hermandad de mujeres y su aún indecisa carrera. La universidad fue una función social para ella. Ella sabía que iba a pagar sus cuentas y matrícula. Yo siempre me había preocupado de todo para ella.
—Que sarcástico. ¿De qué se trata esto? No he tenido mi café todavía. —Ella no tenía miedo de mí.  En todo caso no quería que ella lo tuviera pero ya era hora de que madurara. No iba a dejar que mandara a que Miley corriera. En un mes, Sel se habrá ido. Normalmente yo también me iría. Este año no. Me estaría quedando en mi residencia en Rosemary. Mi madre tendrá que elegir otro lugar. Ella no iba a tener esta casa libre para el resto del año.
—Miley ha vuelto —le dije sin rodeos.  Había tenido tiempo de ver las cosas desde otro ángulo. No sentía que Sel era la víctima en esto, ya no. Ella era una niña, pero también lo era Miley.  Sel se tensó mientras sus ojos brillaban con el odio que pertenecía a los pies de su padre en lugar de Miley. 
—No digas nada. Permíteme hablar primero o voy a acompañar a tu amigo de pijamada fuera de mi apartamento. Tengo el poder aquí Sel. Nuestra madre no tiene nada. Las apoyo a las dos. Nunca te he pedido nada. Nunca. Pero ahora te voy a pedir... no, te voy a ordenar que me escuches y que sigas mis condiciones. — La ira de Sel se había desvanecido y ahora la niña mimada estaba allí mirándome. A ella no le gusta que le digan qué hacer. No podía culpar a mi madre por su conducta, no del todo. Lo hice también. La sobrecompensación había arruinado a Sel.
—La odio —hervía ella.
—Te dije que me escuches. No asumas que estaba mintiendo Sel. Porque esta vez has jodido algo que me importa. Esto me afecta, así que escucha y cierra la boca. — Sus ojos dieron la vuelta por el shock. Estaba seguro de que nunca había hablado con ella de esa manera. Estaba un poco sorprendido de mí. Oír el odio en su voz dirigida a Miley me puso en marcha.
—Miley se está quedando con Demi. Liam ha dado a Miley su trabajo de vuelta. Ella no tiene nada en Tennessee. No tiene a nadie. El padre que ustedes dos comparten es inútil. Para ella bien podría estar muerto. Ella ha vuelto para saber dónde encajar y qué hacer después. Ella estaba haciendo eso antes, pero cuando la verdad salió, la que envió su mundo a desmoronarse tuvo que correr. Es un puto milagro que está de vuelta aquí. Yo la quiero de vuelta aquí, Sel.  Puede que no quieras oír esto, pero yo la amo. Nada me va a detener para asegurarme de que este a salvo. Es segura y nadie y me refiero a nadie, ni siquiera a mi hermana, le hará sentirse indeseada. Tú te vas pronto. Puedes mantener tu odio fuera de lugar si quieres, pero un día espero que crezcas lo suficiente como para darte cuenta de que sólo hay una persona que odiar aquí. —Sel se sentó en una de las sillas que guardaba aquí para pasar el tiempo y leer libros. También la amaba a ella. Había sido la protección de toda mi vida.  Decirle esto y amenazarla era duro, pero no podía dejarla hacerle a Miley daño por más tiempo. Tenía que parar esto. Miley nunca me daría otra oportunidad, siempre y cuando Sel estuviera atormentando su vida.
—Así que la estas eligiendo antes que a mí —susurró Sel.
—Esto no es un concurso Sel. Deja de actuar como si lo fuera. Tienes el padre. Ella lo perdió. Tú ganaste. Ahora déjalo ir. — Sel alzó los ojos y las lágrimas se aferraban a sus pestañas. 
—Ha hecho que me odies. — Maldito puto drama. Sel vivía una telenovela en su cabeza. 
—Sel, escúchame. Te quiero. Eres mi hermana pequeña. Nadie puede cambiar eso. Pero yo estoy enamorado de Miley. Puede ser un tirón importante en tus planes de conquistar y destruir pero bebé, es hora de dejar que tus problemas sean por Papi. Hace tres años que regresó. Te necesito para poner esto detrás de ti. 
— ¿Qué pasa con la familia en primer lugar? —Ella ahogó fuera.
—No vayas allí. Tú y yo sabemos que yo te he puesto primero toda mi vida. Tú me necesitabas y yo estaba allí. Pero ahora somos adultos, Sel. — Se secó las lágrimas que se habían filtrado de sus ojos y volvió a levantarse. Nunca pude saber si sus lágrimas eran reales o falsas. Ella podía encenderlas y apagarlas a voluntad. 
—Está bien. Tal vez voy a volver a la escuela temprano. Tú no me quieres aquí de todos modos. La has escogido a ella. 
—Yo siempre te quiero cerca, Sel. Pero esta vez quiero que juegues limpio. Piensa en alguien más para variar. Tú tienes un corazón. Yo lo he visto. Ahora es el momento de usarlo. — Sel se puso rígida. 
—Si terminaste aquí, ¿podrías irte de tu apartamento? — Asentí con la cabeza. 
—Sí, he terminado —le contesté y me dirigí hacia el interior.  Sin otra palabra que oyera por la puerta principal. El tiempo ahora diría si yo tenía que seguir adelante con mis amenazas para enseñar a mi hermana una lección. Realmente esperaba que no.


Miley
Necesitaba mis cosas y tenía que vender mi camioneta. Nunca haría esto de nuevo. Kyle la había chequeado por mí la semana pasada después de que se rompió y dijo que temporalmente podría arreglarla. El costo para arreglar todo lo que estaba mal, costaría más de lo que podía permitirme el lujo de gastar. Llamar y preguntar a la abuela Q o Kyle para que me enviaran mis cosas y vendieran mi camioneta parecía mal. Se merecían una explicación... o al menos la merecía la abuela Q. Me había dado un techo, una cama y me dio de comer durante tres semanas. Iba a tener que volver a  Tennessee a recoger mis cosas y decir adiós a la abuela Q. Liam me había dado unos días para instalarme antes de empezar a trabajar. Demi había salido ayer para llevarme para solicitar la asistencia médica gratuita. Era momento de que yo viera a un médico pero requeriría el seguro primero. Hoy la había oído por casualidad decirle a Jace que esperaba con impaciencia su cita esta noche. Yo había estado monopolizando todo su tiempo ya que ella vino y me llevó. Comenzaba a sentirme como mucho trabajo. Odié aquel sentimiento. Podría tomar un autobús. Sería económico y no sería una carga sobre Demi. Abrí el ordenador portátil de Demi para googlear el horario del autobús. Un golpe en la puerta interrumpió mis pensamientos. Dejé mi búsqueda de una estación de autobuses y fui a abrir la puerta. Nick allí de pie, con las manos metidas en la parte delantera de sus jeans y una de sus camisetas apretadas no era lo que había estado esperando. Alzó la mano y se quitó las gafas de sol de aviador. Deseaba que las hubiera mantenido. El color marrón de sus ojos en la luz del sol era aún más impresionante de lo que recordaba.
—Hola, vi a Demi en la casa club. Dijo que estabas aquí —explicó Nick. Lucía nervioso. Nunca había visto a Nick nervioso.
—Sí... um Liam me dio un par de días para recoger mis cosas de Tennessee  antes de empezar a trabajar.
— ¿Tienes que ir a buscar tus cosas? — Asentí. 
—Sí. Las dejé allí. Sólo traje una bolsa de viaje conmigo. No había exactamente pensado en quedarme. — Nick frunció el ceño. 
—Entonces, ¿cómo vas a llegar allí? No veo tu camión.
—Justo estaba googleando las estaciones de autobuses y ver dónde está la más cercana. — El ceño de Nick se hizo más profundo. 
—Es a cuarenta minutos. Durante todo el camino en Fort Walton Beach. — Eso no fue tan malo como me temía.
—Un autobús no es seguro Miley. No me gusta la idea de que tomes un autobús. Deja que te lleve. Por favor. Vamos a llegar más rápido y es gratis. Puedes ahorrar tu dinero. — ¿Viajar con él? ¿Todo el camino a  Tennessee y de regreso? ¿Era una buena idea?
—No sé... —Me detuve porque honestamente no lo sabía. Mi corazón no estaba preparado para Nick.
—Ni siquiera tenemos que hablar... o podemos si lo deseas. Te dejaré elegir la música y no voy a quejarme. — Si volviera con Nick, entonces Kyle no daría pelea. O, de nuevo tal vez lo haría. Podría decirle a Nick sobre el embarazo. ¿Pero lo haría? Nunca había confirmado a Kyle que estaba embarazada.
—Sé que no puedes perdonar las mentiras y el daño. No te estoy pidiendo eso. Tú sabes que lo siento y si pudiera volver atrás y cambiar las cosas, lo haría. Por favor, Miley, sólo como un amigo que quiere ayudarte y mantenerte a salvo de los hombres locos que podrían lastimarte en un autobús, déjame llevarte. —Pensé en lo poco probable que era que fuera lastimada en el autobús. Y luego pensé en el hecho de que ya sólo no tenía que mantenerme a salvo a mí misma. Tenía otra vida dentro de mí para proteger.
—Está bien. Sí. Me gustaría un viaje.

~*~
Jace estaba tumbado en el gran sillón de peluche azul que se encontraba en la sala de Demi con sus pies apoyados sobre la otomana y Demi se acurrucó en su regazo. Yo estaba en el sofá sintiéndome como un experimento científico, ya que ambos me miraron con confusión.
— ¿Así que estás bien con Nick llevándote a Tennessee mañana para conseguir tus cosas? Me refiero a que no te sientes extraña o... —Demi se detuvo. Sería extraño. También afectaría sólo estar cerca de él, pero necesitaba un aventón. Demi necesitaba trabajar, no tomarse otro día libre para ayudarme esta semana. 
—Él se ofreció. Necesitaba un viaje y le dije que sí. 
— ¿Y fue así de fácil? ¿Por qué no me lo creo? —se preguntó Demi.
—Porque ella está dejando de lado las partes donde él rogó y suplicó —dijo Jace con una sonrisa. Tiré de la manta hacia arriba sobre mis hombros. Tenía frío. Tenía mucho frío últimamente, lo que era extraño porque era verano en Florida. 
—No rogó —le contesté, sintiendo la urgencia de defender a Nick. Incluso si realmente hubiera rogado, no era asunto de Jace.
—Sí, claro. Si tú lo dices. —Jace tomó un sorbo del té dulce que Demi le había preparado.
—No es asunto nuestro. Déjala en paz, Jace. Tenemos que decidir qué hacer con el contrato de alquiler de este lugar que termina en una semana. — Yo no estaría aquí mucho tiempo. Le había dicho eso. Mudarme a un apartamento más caro no era una buena idea. Mi mitad del alquiler no estaría cubierto después de que me marche y ella sería dejada con todo esto. Jace besó la mano de Demi y le sonrió. 
—Te dije que me encargaría de las cosas. Si sólo me lo permitieras. —Le guiñó un ojo a ella y volví la cabeza. No quería verlos. Nick y yo nunca habíamos sido así. Nuestra relación había sido corta. Intensa y breve. Me pregunté cómo se habría sentido tener la libertad para acurrucarme en los brazos de Nick en cualquier momento que quisiera. Para saber que estaba a salvo y que me amaba. Nunca había tenido esa oportunidad.
—Y yo te dije que no voy a dejar que pagues mi alquiler. Lo siento. Nuevo plan. Oh, Miley, ¿por qué no vamos a buscar apartamentos mañana? — Un golpe en la puerta interrumpió antes de que pudiera estar de acuerdo. Entonces Joe abrió la puerta y caminó dentro.
—No puedes entrar en el apartamento de mi chica sin permiso. Podría haber estado desnuda —espetó Jace a Joe. Joe rodó los ojos y luego esbozó una sonrisa en mi dirección. 
—Vi tu auto aquí, idiota. Cálmate. He venido a ver si puedo convencer a Miley de dar un paseo conmigo.
— ¿Estás tratando de conseguir que te patee el culo? —preguntó Jace. Joe sonrió y negó con la cabeza antes de mirar de nuevo hacia mí. 
—Vamos Miley, vamos a dar una vuelta y ponernos al día. — ¿Joe había estado involucrado en la mentira? Seguramente se había enterado. No podía decirle que no. Incluso si hubiera sabido, él también había sido la primera persona agradable que había conocido aquí. Había llenado mi tanque de gasolina. Se había preocupado por mí durmiendo bajo las escaleras. Asentí y me levanté. 
—Estos dos necesitan un tiempo a solas de todos modos —le contesté, mirando hacia atrás a Demi. Ella me estudiaba muy de cerca. Le di una sonrisa tranquilizadora y pareció relajarse.
—No nos dejes por nuestra cuenta. Tenemos que decidir dónde vamos a vivir en una semana —dijo Demi mientras yo caminaba hacia la puerta.
—Ustedes pueden hablar de eso más tarde, Demi . Miley se fue hace casi un mes. Tienes que compartir —replicó Joe, abriendo la puerta para que camine afuera.
—Nick se va a enloquecer —llamó Jace fuera justo antes de que Joe cerrara la puerta amortiguando lo que fuera que Demi había comenzado a decir. Bajamos las escaleras en silencio. Una vez que estuvimos en la acera miré a Joe. 
— ¿Sólo me echabas de menos o hay algo que quieras decirme? —le pregunté. Joe sonrió. 
—Te extrañé. He tenido que aguantar el mal humor de Nick. Así que créeme que extrañé el maldito infierno de ti. — Me di cuenta por su tono que había querido hacer una broma. Pero pensar en el malestar de Nick no me hizo sonreír. Simplemente me recordó todo. 
—Lo siento —murmuré. No estaba segura de qué más decir.
—Sólo me alegro de que hayas vuelto. — Esperé. Sabía que había algo más que quería decir. Podía sentirlo. Se tomaba su tiempo y pensé que trataba de decidir exactamente cómo decir lo que fuera que quería decirme.
—Lo siento por lo que pasó. Cómo sucedió. Y Sel. Puede resultar como la mayor perra mimada del mundo, pero ha tenido una infancia jodida. Eso la torció o algo así. Si hubieras vivido con Denise como tu madre lo entenderías. Nick era un niño así que no resultó tan malo. Pero Sel, maldita sea, su mundo estaba jodido. No es una excusa para ella, sólo una explicación. — No respondí. No tenía nada que decir a eso. No sentía simpatía alguna por Sel. Es evidente que los hombres de su vida lo hacían. Debe ser agradable.
—A pesar de todo eso, lo que hizo estuvo mal. Cómo lo mantuvo de ti fue realmente una mierda. Lamento no haberte dicho nada, pero sinceramente, ni siquiera era conciente de que tú y Nick tenían algo hasta esa noche en el club cuando se volvió loco sobre los caracoles. Me di cuenta de que se sentía atraído por ti, pero también lo estaban la mayoría de los hombres en esta ciudad. Pensé que era el único tipo que no haría un movimiento contigo debido a su lealtad a Sel... y bueno, lo que representabas para ellos dos. —Joe se detuvo y me volví para mirar hacia atrás a él.
—Nunca lo había visto así. Nunca. Es como si estuviera vacío. No puedo llegar a él. No sonríe. Ya ni siquiera finge que disfruta de la vida. Es diferente desde que te fuiste. A pesar de que no fue honesto y parece que sólo trataba de proteger a Sel... ustedes dos simplemente no tuvieron tiempo suficiente. Sel ha sido su responsabilidad desde que era un niño. Eso era todo lo que sabía. Luego, entraste en su mundo y al parecer lo sacudiste de la noche a la mañana. Si hubiera tenido más tiempo, te lo habría dicho. Sé que él lo hubiera hecho. Pero no lo hizo. No era justo para él. Se estaba enamorando de esta chica de la que siempre pensó que había sido la razón de que su hermana estuviera sin un padre. Su sistema de creencias fue cambiando, pero era difícil para él trabajar a través de ello también.
Sólo lo miré fijamente. No porque no estuviera de acuerdo. Yo ya había trabajado a través de todo esto en mi cabeza. Comprendí lo que decía. El problema era... que no cambiaba las cosas. Incluso si me lo hubiera estado por decir, no cambiaba quién era él o quien era Sel. Lo que representan para mí. Los últimos tres años de mi madre en esta tierra habían sido un infierno mientras ellos vivían en sus casas de lujo y saltaban de un evento social a otro. Su creencia en las mentiras que me habían dicho era la única cosa que no creo que pueda superar.
—Maldita sea. Probablemente estoy jodiendo esto aún más. Sólo quería hablar contigo y asegurarme de que sabías que Nick... te necesita. Lo siente. Y creo que nunca te va a superar. Si trata de hablar de ello mañana por lo menos escúchalo.
—Lo he perdonado, Joe. Pero no puedo olvidar. Lo que sea que éramos o podríamos haber sido se ha terminado. Nunca volverá a ser de nuevo. No puedo permitirlo. Mi corazón no me lo permite. Pero siempre voy a escucharlo. Me preocupo por él. — Joe dejó escapar un suspiro de cansancio. 
—Supongo que eso es mejor que nada. — Eso era todo lo que tenía para ofrecer.

Dany

3 comentarios:

  1. :3 se que sueno como disco rayado pero porfavor no tardes en subir mas!!! me encanta!!! :D

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  2. aaaaaaaa ya sube el otro es demaciada obscesion por tus novelas

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  3. HAAAAA AMO ESTA NOVELA, ESPERO LA SIGAS PRONTO, LA AMO♡

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