lunes, 23 de diciembre de 2013

Finding My Destiny - Niley - Cap 08

Nick
Jace había llamado para decirme que las chicas se estaban mudando al departamento en la propiedad del club hoy. No la había visto desde el incidente en el campo de golf. No por falta de intentos. He intentado ponerme en su trayectoria en el club varias veces y nunca funcionó. Incluso pase ayer y ya se había ido. Darla había dicho que ella y Demi estaban fuera del trabajo así que asumí que se habían ido a hacer algo juntas. Me detuve en el departamento de Demi y al instante noté el coche de Liam. ¿Qué demonios estaba haciendo aquí? Le di un tirón a mi puerta abierta y me dirigí hacia la puerta cundo oí la voz de Miley. Dándome la vuelta camine hacia el auto de Liam hasta que vi a Liam apoyado en la pared del estacionamiento a su lado y escuchaba a MIley con un sonrisa en su cara. Una que estaba a punto de sacarle.
—Si estas seguro, entonces gracias—, dijo Miley silenciosamente como si no quisiera que nadie mas la escuchara.
—Positivo—, respondió Liam mientras que sus ojos se alzaron para encontrarse con los míos. La sonrisa en su rostro desapareció. Miley volvió la cabeza para mirar sobre su hombro. La sorpresa en su cara mientras sus ojos encontraban a los míos dolía. Tal vez no debería estará aquí ahora. No quería perder la cordura y asustarla pero estaba bastante cerca de entrar en una rabia ciega. ¿Por qué estaban ellos hablando solos? ¿Sobre que estaba el positivo?
—¿Nick? — dijo Miley, alejándose de Liam y acercándose a mi. —¿Qué estas haciendo aquí? — Liam se echo a reír y sacudió la cabeza, luego abrió la puerta del auto
—Estoy seguro de que vino a ayudar. Me iré antes de que se saque esa fea mueca contra mi—. El se estaba yendo. Bien.
—¿Estas aquí para ayudarnos a mudarnos? — preguntó ella, mirándome con atención.
—Si, lo estoy—, le conteste. La tensión me dejo mientras el BMW de Liam volvía a la vida y él se iba.
—¿Cómo sabias que nos estábamos mudando?
—Jace me llamó—, le respondí. Ella movió los pies con nerviosismo. Odiaba ponerla nerviosa.
— Quería ayudar, Miley. Lamento lo de Selena el otro día. He hablado con ella. No sera...
—No te preocupes por eso. No te tienes que disculpar por ella. No estoy en contra tuyo. Lo entiendo—. No, no lo hacia. Podía verlo en sus ojos que no lo entendía. Me incline y tomé su mano. Sólo necesitaba tocarla de alguna manera. Tembló mientas mis dedos rozaron su palma. Sus dientes mordieron su labio inferior de la misma manera en la que yo lo quería.
—Miley—, dije y pare porque no estaba seguro de que más decir. La verdad era demasiado ahora mismo. Levantó los ojos de nuestras manos y pude ver el deseo en ellos. ¿En serio? ¿Estaba soñando, inventando esto, o ella... realmente lo quería? Deslice un dedo por su palma y acaricie la parte inferior de su muñeca. Ella se estremeció de nuevo. Mierda. Mis caricias le afectaban. Di un paso cerca de ella y pase la mano lentamente por su brazo. Estaba esperando que me empujara y pusiera distancia entre nosotros. Cuando llegue lo suficientemente alto mi pulgar le rozo el costado de su pecho y ella me agarro el brazo libre mientras se estremecía.
 —Miley—, susurré, presionando su espalda hasta que estuvo contra la pared de ladrillo del edificio de apartamentos y mi pecho a centímetros de tocar el de ella. Ella no me empujo y sus parpados se veían pesados mientras mirada mi pecho. Su respiración era pesada. El escote que el pequeño vestido rosa pálido mostraba estaba allí debajo de mi nariz. Aumentando y cayendo como si fuera una invitación. Una imposible. Algo estaba mal aquí. Puse mi otra mano en su cintura y lentamente lo deslice por su cuerpo hasta que estuviera escondido debajo de su pecho. No estaba usando corpiño. Sus pezones estaban duros y empujando contra al fina tela de su vestido. Yo no podía detenerme. Libere mi mano y cubrí su pecho derecho apretándolo suavemente. Miley gimió y sus rodillas comenzaron a debilitarse. Dejo caer la cabeza en la pared y cerró los ojos. La sostuve y metí mi pierna entre las de ella para impedir que se hundiera en el suelo. Con la otra mano, cubrí el pecho izquierdo y pase las yemas de mis dedos sobre sus pezones firmes.
—Oh, dios, Nick—, gimió ella, abriendo los ojos y mirándome a través de sus pestañas bajas. ¡Madre mía . Estaba en algún tipo de cielo torturado. Si este era otro sueño me iba a enojar mucho. Se sentía tan real.
—¿Eso se siente bien, nena? — pregunte, bajando mi cabeza para susurrarselo al oído.
—Si—, susurró ella, hundiéndose aún más en mi rodilla. Cuando su centro cálido se presiono contra mi pierna se quedó sin aliento y se agarro mas fuerte de mis brazos. —Ahhhh—, gritó.
Iba a venirme en mis pantalones. Nunca había estado tan caliente en mi vida. Algo era diferente. Esto no era lo mismo. Ella estaba casi desesperada. Podía sentir su miedo pero su necesidad era mas fuerte.
—Miley, dime que quieres que haga. Haré lo que sea que necesites—, le prometí, besando la suave piel debajo de su oreja. Olía tan malditamente bien. Amase sus pechos en mis manos otra vez y dejo escapar un gemido suplicante. Mi dulce Miley estaba increíblemente caliente. Esto era real. Esto no era un maldito sueño. ¡Santo cielo!
—¡Miley! — La estridente voz de Demi fue como un balde de agua helada tirada sobre Miley. Se puso rígida y se levanto dejando caer las manos de mi y se deslizó lejos. No podía mirarme.
—Yo... Eh... Lo siento. No se... — Sacudió la cabeza y se apuro a alejarse de mi. Mire hasta que estaba en la puerta y Demi le estaba hablando con severidad. Miley estaba asintiendo con la cabeza. Una vez que fueron adentro golpee ambas manos contra el ladrillo y masculle una cadena de maldiciones mientras intentaba como el infierno poner bajo control el intenso endurecimiento. Después de unos minutos la puerta se abrió de nuevo y me volví para ver a Jace caminar afuera. Me miró y soltó un silbido.
—Maldita sea hombre, trabajas rápido—. Ni siquiera respondí eso. No sabía de lo que estaba hablando. Miley había estado hambrienta por mi toque. No me había empujado lejos. Casi me había estado rogando en silencio. No tenía sentido, pero ella me quería. Dios sabe que yo la quería. Siempre la quería.
—Vamos. Tenemos un sofá que mover. Necesito tu ayuda—, dijo Jace, manteniendo la puerta abierta.


Miley
¿Qué pasa conmigo? Volví a la habitación de Demi y cerré la puerta. Necesitaba un minuto para calmarme. Había estado lista para suplicarle a Nick que me follara allí mismo. Estaba ese sueño estúpido. Está bien, tal vez el sueño de anoche no había sido estúpido pero había sido extremadamente intenso. Pensar en eso me tenía apretadas mis piernas. ¿Por qué estaba haciendo esto ahora? Los sueños sexuales eran una cosa pero ahora eran potentes y tan reales que básicamente estaba viniéndome en mi cama. Era una locura. Ni una sola vez en Tennesse había estado tan excitada. Pero entonces Nick no había estado en Tennesse. Me dejé caer sobre el colchón de Demi que había desmontado por la mudanza.Tenía que calmarme cuando él esté cerca de mí.Él no había intentando nada conmigo, pero yo estaba jadeando salvajemente desde el instante en que sus dedos tocaron mi mano. Qué vergüenza. Mirarlo después de eso iba a ser difícil. La puerta se abrió y Demi entró con una pequeña sonrisa en su cara. ¿Por qué estaba sonriendo ahora? Ella se había abalanzado sobre mi cuando me atrapó fuera.
—Tus hormonas de embarazo están haciendo efecto —dijo ella después de que la puerta estaba firmemente cerrada detrás de ella.
—¿Qué? —Pregunté confundida. Demi ladeó su cabeza hacia un lado.
—¿No has leído alguno de esos folletos que el doctor envió a casa contigo? Estoy segura que uno de ellos te habla sobre esto.—Aún estaba confundida.
—¿Sobre el hecho de que no puedo controlarme cerca de Nick?—Demi se encogió de hombros.
—Sí. Supongo que él sería el único que lo hizo por ti. Pero te excitas cuando te embarazas, Miley. Sé eso porque mi primo solía hacer bromas sobre su esposa cuando ella estaba embarazada. Decía que tenía dificultades siguiéndole el ritmo a ella y todo.— ¿Excitar? ¿El embarazo estaba haciéndome excitar? Simplemente genial.
—Probablemente sólo va a ser un problema con Nick. Me imagino que es la única persona que te atrae y quieres de esa forma. Así que sólo va a ser más intenso cerca de él. Tal vez deberías decirle y disfrutar eso. No tengo duda alguna de que el ayudaría.— No podía decirle. Aún no. No estaba lista y tampoco lo estaba él. Selena estaría furiosa y no podría manejar a Sel justo ahora. Además, Nick elegiría a Sel y no podría manejar tampoco eso otra vez.
—No. Él no necesita saber. No en este momento. Estaré bien.—Demi se encogió de hombros.
—Bien. Dije mi parte. No quieres decirle, entonces no lo hagas. Pero cuando confieses y lo folles hasta dejarlo descerebrado, ¿podrías no hacerlo en público? —preguntó ella con una sonrisa de suficiencia, luego abrió la puerta y salió de nuevo.
—¡Necesitan envolverlo en un edredón primero! Van a arruinar mi cojín —Gritó Demi a los chicos. No podía enfrentarlo. Él no sabía sobre esto. Actuaria como si nada sucediera. Además necesitaba ayudar a hacer algo. Podía terminar de empacar la cocina. Nick estaba observándome. Todo el tiempo volvía al apartamento para mover algo más y sus ojos me encontraban. Dejé caer un tazón, derramé una caja de cereal y tiré una caja de cubiertos debido a esas miradas intensas. ¿Cómo se suponía que iba a concentrarme y no ser una idiota desastrosa con el mirándome así? Cuando entró de nuevo al apartamento esta vez decidí que mejor iría a empacar las cosas del baño. Ellos estarían moviendo la mesa de la cocina y después las sillas y no podía lidiar con eso. Probablemente quebraría cada vaso que Demi tenía.nMe metí dentro del baño y repentinamente había un cuerpo detrás de mi moviéndome más a adentro. El calor del pecho de Nick pulsando contra mi espalda me hizo temblar. Demonios. No iba a ser capaz de capaz de manejar esto. La puerta del baño se cerró y el familiar sonido de la cerradura haciendo clic en su lugar sólo hizo que mi corazón latiera más rápido. Él quería más de lo que había pasado afuera y yo estaba tan excitada por estar cerca de él que no iba a ser capaz de pensar con claridad. Su mano apartó el cabello en mi cuello y lo movió sobre mi hombro.Cuando el calor de sus labios tocó mi piel desnuda puede que haya gemido. Sus dos manos descansaban sobre mis caderas y me jaló contra él aún más.
—Me estas volviendo loco, Miley. Demente, bebe. Jodidamente demente —Susurró en mi oído. Tomó toda mi fuerza de voluntad no dejar caer mi cabeza hacia atrás sobre su pecho. —¿Qué fue eso de afuera? Me tuviste tan malditamente excitado que no podía pensar claramente. Todo lo que puedo ver es a ti.
Sus manos ascendieron a mis costados y luego se movieron sobre mi estomago.La disposición casi protectora de ellas, a pesar de que él no tenía idea que estaba protegiendo me llenó de lágrimas los ojos. Quería que él supiera.Pero también quería que él me eligiera… y a nuestro bebe. No pensaba que él podría hacer eso. Él amaba a su hermana. Estaba aterrorizada de esa clase de rechazo y me rehusaba a dejar a mi bebe ser rechazado. Comencé a salir de su abrazo cuando sus manos se movieron hasta ahuecar mis pechos y su boca comenzó a mordisquear la curva de mi cuello. Oh diablos. No podía confiar en él con mi corazón pero realmente quería confiar en él con mi cuerpo. Incluso si era sólo esta vez.
—¿Qué estás haciendo? —pregunté sin aliento.
—Rezándole a Dios que tu no me detengas. Soy un hombre hambriento, Miley —Hizo una pausa esperando mi respuesta. Cuando no lo hice, levantó el brazo y bajó los tirantes de mi vestido sin mangas hasta que mis pechos estuvieron desnudos. Se sentían hinchados todo el tiempo y los hacía tan sensibles. Yo andaba sin un sujetador cada vez más. Mi sujetador no me quedaba bien ahora y no había querido gastar dinero en uno nuevo si estos grandes senos no duraban por mucho tiempo.
—Demonios, bebe. Se ven más grandes —dijo él mientras sus manos las cubría. Humedad inmediatamente se acumuló en mis bragas y mis rodillas se debilitaron. Agarré la pared para soportar. Nada se había sentido alguna vez así de bien. Un sonido necesitado salió de mi boca no estaba segura de que era.
De repente estaba siendo levantada y dando vueltas. Luego mi trasero estaba sobre el tocador antes de que la boca de Nick cubriera la mía y sus manos fueran directo de nuevo a mis pechos. No iba a ser capaz de detener esto. Quería eso como a mi siguiente respiración. Nunca había necesitado sexo de ninguna clase antes pero esto era algo que no podía controlar. El beso de Nick era salvaje y tan descontroladamente hambriento como yo me sentía. Él mordió mi labio inferior y jaló mi lengua dentro de su boca y chupó. Luego tiró de mis pezones y lo perdí. Necesitaba su camisa fuera ahora. Tratando de agarrarla tiré hasta que él retrocedió un centímetro y la jalé bruscamente por encima de su cabeza. Después él estaba devorando mi boca otra vez. Sus manos estaban haciendo cosas deliciosas a mis pechos y no podía acércalo lo suficiente. Un golpe sonó en la puerta y Nick me acercó contra su pecho hasta que mis pechos estuvieron presionados contra él. Me estremecí y cerré mis ojos por el placer. Él giró su cabeza hacia la puerta
—Veté al demonio —gruñó él a quienquiera que estaba ahí afuera. Una risa ahogada fue todo lo que oímos antes de que Nick estuviera besando un rastro hacia abajo de mi cuello y a través de mi clavícula hasta que su boca merodeaba sobre mi pezón derecho. El calor de su aliento me hizo temblar y agarré su cabello y obligue a su cabeza a acercarse más con mi suplica silenciosa. Él se rió entre dientes, luego tiró mi pezón dentro de su boca y comenzó a chupar. La humedad en mis piernas se encendió o al menos se sintió como si lo hubiera hecho. Si él no hubiera estado teniéndome con su cuerpo podría haberme disparado hasta el techo.
—¡Oh Dios! —grité, sin importarme si alguien me escuchaba. Sólo necesitaba esto. Mi reacción hizo a Nick más codicioso. Él se movió a mi otro pezón y comenzó a darle el mismo tratamiento mientras su mano se movía al interior de mi muslo. La idea de que él estaba apunto de tocar mi mojada e hinchada área me asustó y excitó al mismo tiempo. ¿Se enteraría de algo que no sabía? ¿Podría decirle que yo estaba diferente allí abajo también? Entonces sus dedos corrieron a lo largo del exterior de mis bragas y simplemente ya no me importo.
—Mierda. Estás empapada —él gimió y escondió su cabeza en mi cuello. Su respiración era fuerte y erótica. —Tan empapada —Sus dedos se deslizaron dentro de la entrepierna de mis bragas y en mis hinchados pliegues causando juegos artificiales para encender mi cuerpo. Me agarré de sus hombros. Mis uñas estaban cavando dentro de su piel pero no podía ayudar. —Eres tan dulce, tu eres mia, Miley. Siempre serás mía —Sus picaras palabras al igual que sus dedos se deslizaron dentro y fuera de mi enviándome cerca del borde otra vez.
—, por favor —Imploré, arañándolo.
—¿Por favor qué? ¿Me quieres a mí para besar tu dulzura? Porque se siente tan jodidamente caliente y jugoso que necesito una muestra. —él estaba quitándome mis bragas y yo estaba alzando mi trasero para permitírselo. Luego él levantó mi vestido y alcé mis manos para dejarlo sacarlo.
—Recuéstate —ordenó él, moviéndome el mismo tiempo hasta que mi espalda tocó la pared. Después tomó mis dos piernas y las dobló hacia arriba hasta que mis pies estuvieron sobre el tocador y yo estaba completamente abierta hacia él. —Demonios, esa es la cosa más caliente que he visto en mi vida —susurró antes de caer en sus rodillas y cubrirme con su boca. La primera lamida de su lengua y ya estaba viniéndome otra vez.
—Oh Dios, Nick por favor, oh Dios, ahhhhh —grité mientras retenía su cabeza incapaz de dejarlo detenerse. Era demasiado bueno. El movimiento de su lengua sobre mi clítoris era increíble. Necesitaba más. Quería que esto nunca terminara. Su dedo se deslizó a través de mi apertura y después la mantuvo abierta mientras lamía y me besaba allí.
—Mía. Eres mia. No puedes dejarme otra vez. Necesito esto. Hueles tan jodidamente perfecto. Nunca nada va a ser tan malditamente perfecto para mí —murmuraba él, mientras me probaba. Estaba lista para estar de acuerdo en cualquier cosa que quisiera.
—Necesito estar dentro de ti —dijo él, levantando sus ojos para mirarme. Sólo asentí. —No tengo un condón —se detuvo y cerró sus ojos severamente—, pero lo sacaré.
No importaba ahora. Pero no podía decirle eso. Sólo asentí otra vez. Nick se levantó con sus pantalones abajo al instante. Él agarró mis caderas y me regresó al borde del tocador hasta que la cabeza de su erección estaba tocándome. La pregunta en sus ojos era inconfundible, incluso si él no lo decía en voz alta. Alcancé y guié su erección dentro de mí.
—Mierda —gimió él mientras empujaba el resto del camino hasta que estuve llena. Completamente llena de Nick. Envolví mis brazos alrededor de su cuello y lo retuve. Por sólo un segundo necesitaba retenerlo. Esto ya no se trataba sobre mis locas hormonas. Ahora que él estaba dentro de mi me sentía en casa. Completa y estaba a punto de llorar. Antes de que pudiera avergonzarme a mi misma y confundirlo levanté mi cabeza y susurré en su oído.
—Follame.— Era como si hubiera apretado el gatillo de un arma cargada. Nick agarró mis caderas con sus dos manos y dejó salir un gruñido empujando dentro y fuera de mí. La subida hacia la espirar que sabía que iba a venir inició de nuevo y lo agarré. Disfrutando su momento de rendición y el completo desenfreno en su rostro mientras él nos traía cada vez más cerca al clímax que necesitábamos.
—Te amo, Miley. Te amo tan jodidamente demasiado que duele —jadeó luego bajó su cabeza para chupar mi pezón. Mi cuerpo explotó y grite su nombre. Nick levantó su cabeza, y mirándome a los ojos, comenzó a retirarse y sujeté mis piernas alrededor de su cintura. No quería que él se retirara. El entendimiento de lo qué quería lo golpeó y dijo mi nombre en un susurro antes de tirar la cabeza hacia atrás mientras bombeaba su liberación en mí.


Nick
Miley me empujó hacia atrás y bajó de un salto del
mostrador antes de que pudiera tener mi cabeza clara de ese orgasmo.
—Espera, necesito limpiarte —, le dije. En realidad sólo quería
limpiarla. Me gustó. No, maldita sea me encantó. Sabiendo que había estado allí y yo estaba cuidando de ella hizo algo para mí.
—No hace falta que me limpies. Estoy bien —, respondió ella mientras alcanza su vestido desechado y se vistió de nuevo sin hacer contacto visual conmigo. Mierda. ¿La entendí mal? Creí que ella quería esto. No. Yo sabía que ella lo quería. Había estado tan malditamente hambriento de ella.
—Miley, mírame.— Se detuvo y recogió su ropa interior. Tragué saliva mientras entraba en ellas y se las deslizó de nuevo en su cuerpo. La necesitaba otra vez. Ella no podía caminar lejos de mí ahora. Yo no iba a ser capaz de vivir a través de eso si ella lo hacía.
—Miley, por favor, mírame—, le supliqué. Parando, ella tomó una respiración profunda y luego levantó los ojos hacia los míos. La tristeza estabammezclada con otra cosa. ¿Vergüenza? No puede ser. Estiré la mano y le cogí la cara con ella.
—¿Qué pasa? ¿Hice algo que no quieres que haga? Porque yo estaba tratando de no perder el control. Yo estaba tratando muy duro para hacer lo que querías.
—No. Tú ... tú no has hecho nada malo. —Ella bajó sus ojos
de los míos otra vez. —Sólo tengo que pensar. Necesito un poco de espacio. Yo no ... Yo no ... No debería haber hecho eso —.
Una puñalada en el pecho habría sido menos doloroso. Quería tirarla encima de mí y por todo hombre de las cavernas alegando
que ella era mía y no podía dejarme. Pero entonces la podía perder. No podía pasar por eso otra vez. Tuve que hacerlo a su manera. Dejé caer mi mano de su rostro y di un paso atrás para que pudiera salir. Miley levantó la cara para mirarme de nuevo.
—Lo siento—, susurró, luego abrió la puerta y escapó. Había volado sólo mi mundo de distancia con el sexo increíblemente caliente y que lo sentía. Fantástico. Cuando por fin salí del cuarto de baño Miley se había ido. Jace sonrió y Demi inventó excusas para ella. No quería estar allí tampoco. Después de hacer que toda la materia pesada maleta y se trasladó Miley y la caja se llena hasta que me fui. No podía quedarse allí mientras ellos dos me observaban. Nos habían escuchado. Miley había sido fuerte. No estaba avergonzado, yo estaba cansado de ellos mirándome y esperando a que yo dijera algo para explicar la salida Miley.
Le di a MIley un par de días para llegar a mí. Ella no lo había hecho. No me sorprendió. Pero ella había preguntado por el espacio y que yo le había dado todo el espacio que podía manejar. No llamé a nadie para jugar una partida de golf conmigo. No quería a nadie a su alrededor cuando Miley apareció. Teníamos que hablar. No hay distracciones o excusas para que ella hable conmigo. Había sonado como un plan de empresa, pero después de seis agujeros y ninguna niña carro estaba empezando a dudar. Justo cuando estaba a punto de entrar en el hoyo siguiente escuché el sonido del
carro. Me detuve y me di la vuelta. La sangre que había comenzado el bombeo a través de mis venas desde la idea de ver a Miley aquí y tenerla solo se congeló cuando me di cuenta de que era esa chica rubia que había visto entrenar un par de veces con Demi. Mierda.  Negué con la cabeza y saludó con la mano en ella. Yo no quería una copa de ella. Ella sonrió y siguió conduciendo hasta la siguiente parada.
—Hace calor aquí. ¿Seguro que no quieres nada?—, Preguntó la
voz de Delta, mire hacia atrás para ver su caminar hasta
nosotros vestida con una falda de tenis y polo blanco. Ella había sido grande en el tenis hace diez años también.
—Chica compra Wrong—, le contesté.
—¿Tú sólo compras a uno?
—Sí —. Delta se quedó pensativa y luego asintió. —Ya veo. Tienes algo para una niña de compra.— 'Algo' ni siquiera araña la superficie. Saqué mi bolsa de golf la puse en mi hombro y empece a caminar al siguiente hoyo. Yo no iba a responder a ese comentario.
—Y él es sensible al respecto—, bromeó Delta. Eso me molestó.
—¿O no es sólo asunto tuyo.— Ella dejó escapar un silbido.
—Así que es más que una cosa.— Me detuve y nivelado mi mirada en ella. El hecho de que ella era mi primera cogida no quería decir que teníamos algún tipo de vínculo o amistad. Esto me estaba fastidiando.
—Déjalo ir—, le advertí. Delta se puso las manos en sus caderas y su mandíbula se abrió.
—Oh mi dios ... Nick Jonas se ha enamorado. ¡Mierda! Nunca pensé que vería el día.
—No me has visto en diez años, Delta. ¿Cómo diablos sabes nada
de mí? — El gruñido molesto en mi voz ni siquiera hizo estremecerse.
—Escucha, Jonas. Sólo porque no me han visto en diez años
no quiere decir que no he visto ni oído hablar de ti. He estado de
vuelta en la ciudad varias veces, pero siempre estabas de fiesta en casa de Jonas y atornillar cada modelo de cuerpo perfecto que
viene a tu manera. No vi a un punto en el que muestra de nuevo en su vida. Pero sí, he visto y al igual que el resto de la ciudad Sé que eres un jugador rico, magnífico que puede tener su selección de la basura —. No me gusta la imagen que pintó en mí. ¿Sabía Miley que me veo así? No sólo no se puede confiar en ella yo
la eliji y proteger su butshe hay que pensar que voy a seguir adelante cuando llega alguien. Seguro que ella sabe que no es cierto.
—Ella es increíble. No ... ella es perfecta. Todo en ella es
jodidamente perfecto —, dije en voz alta y luego cambié mi mirada a Delta. —No sólo la quiero, ella es mi dueña. Completamente. Haría cualquier cosa por ella.
—Pero ella no siente lo mismo—, se preguntó Delta.
—Le he hecho daño. No es la forma en que estás pensando
tampoco. A mi modo de hacerle daño es difícil de explicar. Hay tanto dolor en lo que pasó que yo no sé si alguna vez podré recuperarla.
—¿Ella es una chica carrito?— Ella se colgó realmente hasta en la cosa chica carrito.
—Si lo es—, me detuve y me pregunté si debía decirle exactamente quién era Miley. Decirlo en voz alta a alguien y admitir que esto podría ayudarme a hacer sentido de ella.
—Ella y Selena tienen el mismo padre.— Yo no había querido decirlo así.
—Mierda—, murmuró Delta. —Por favor, dime que no es como tu hermana menor—. Selena tenía muy pocos seguidores. Ni siquiera se inmutó ante la acusación de que estaba mal. Había traído esto sobre sí misma.
—No. Ella no es nada como Sel.— Delta estaba en silencio un momento y me pregunté si esto era por lo que esta conversación iba a ir. Entonces ella movió los pies y señaló hacia la casa club.
—¿Por qué no vamos a comer algo y me dices todo acerca de esta situación tan extraña y voy a ver si puedo encontrar alguna sabiduría o en el consejo menos femenina.— Necesitaba algún consejo que pudiera conseguir. No había mujeres en mi vida que podría pedir ayuda.
—Sí, está bien. Suena bien. Tu me das algún consejo que puedo utilizar y almuerzas conmigo.

1 comentario:

  1. aaawww me encanto el capitulooo!!!!
    mi parte preferida fue la del baño
    sube pronto
    ya quiero que nick se entere de que va a ser padre.
    BESOS

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