domingo, 6 de julio de 2014

Falling Apart - Niley - Cap 19


—Qué diablos es eso?—Es una pregunta estúpida, pero es lo que sale de mi boca. Es obvio que es un maldito tatuaje, pero lo que no entiendo es por qué está en la muñeca de mamá y por qué Miley está aquí con ella. Aquí. Con mi mamá. Sin mí.
—¡Nicholas! ¡Cuida tu lenguaje! —Mamá parece más molesta de lo que la he oído en mucho tiempo. Me gusta porque suena casi normal. Como que ella está bien, pero un vistazo a ella me recuerda a que no lo está. Mis ojos encuentran su muñeca otra vez y doy unos pasos hacia adelante antes de congelarme. Mi nombre en su muñeca. Puso mi nombre en su piel. Porque se está muriendo. Porque se está muriendo y quería llevarme con ella. Y yo no lo haría por ella. No la ayudaría. Pasé la noche en la maldita cárcel mientras Miley hizo algo por ella que yo no podía.
—¡Sorpresa! —Miley intentó sonar feliz. Estoy celoso de ella por eso. Por tener la intención de pretender que las cosas están bien a diferencia de mí, que sólo consigo enojarme. Por hacer algo por mi mamá que yo debería haber hecho, pero no lo hice. Y cuando ella lo quería, no habría sido capaz de hacerlo por ella de todos modos.
—¿Qué estás haciendo aquí? —le lanzo a Miley. Ella se estremece y me siento como un maldito idiota. Pero ya no puede retirar lo que dije.
—Creo que es bastante obvio —dice Miley. Puedo decir que quiere decir mucho más que eso, pero se contiene. Por mamá.
—Si vas a actuar de esa manera, Nicholas, puedes darte la vuelta e irte de aquí. Esto no es culpa de Miley. Yo quería un tatuaje y la llamé. Francamente, no es de tu incumbencia.— Las palabras de mamá son como una bofeteada porque quiero que Miley sea mi asunto y mamá siempre lo ha sido. Doy un paso hacía ellas y Miley se aleja de la cama. Agarro la muñeca de mamá y miro el remolino de letras. Nicholas. Es muy sencillo. Negro liso y no muy grande. Descansa en su punto del pulso. Cristo, tuvo que dolerle hacerse un tatuaje allí. Pero ella lo hizo. Para mí. Ella salió allí afuera pudiendo conseguir enfermarse o cualquier cosa podría haber sucedido.
—Fue estúpido mamá. ¿A dónde fuiste?
—A ninguna parte —responde Miley por ella—. Yo no haría eso. Traje a alguien aquí. —No puedo mirar a Miley que me hace aún un idiota más grande de lo que ya era. Llevo la misma ropa que ayer. Puse mi culo en una cárcel por una bolsita con un poco de hierba, mientras ella cuidaba de mi madre.
—No deberías haber hecho esto —le digo a mamá—. Yo…—no quiero que muera. Esto significa que va a morir.
—Lo necesitaba, Nick. Creo que es hermoso. Quería hacer más, pero decidí que simple era mejor.— Realmente me dan ganas de llorar tan jodidamente al oírla hablar. Ella nunca me llama Nick. Nunca. Pero lo hace ahora. Y ella necesitaba mi nombre en su piel.
—Bueno es mi nombre. Tiene que parecer rudo. —Las palabras no se sienten casi tan verdaderas como las hago sonar.
—Eso está mejor —dice. Me inclino y beso su frente. Se siente fría y húmeda.
—Me voy a ir. Luce hermoso, Denise. —Miley camina a través de la habitación. Mis ojos corren hacia Miley, de vuelta a mamá y luego a Miley de nuevo.
—Maggie iba a ayudarme a limpiar. ¿Por qué no te vas con Miley? — miente mamá. Pero lo hago. Me agarro de esa mentira porque estoy jodidamente débil.
—Sí, está bien. —Miro al tatuaje de nuevo. Esta de color rojo e irritado, pero se ve bien. Mi nombre. Me lleva con ella. La ira y el dolor chocan dentro de mí tan fuerte que siento como que podría entrar en erupción justo aquí.
—Te veré más tarde.— No le digo una palabra a Miley mientras nos dirigimos fuera. Su coche está dos coches atrás del mío. No puedo creer que no lo había notado.
—Nick. Yo no sabía qué hacer. Ella llamó y no pude conseguir comunicarme contigo. Pero te voy a decir ahora mismo, no me arrepiento.— ¿Es una locura que esté orgulloso de ella por defenderse de mí al mismo
tiempo que estoy enojado con ella?
—Ahora no. Nos vemos en casa.— Conociéndola, no va a ir. Tal vez yo tampoco quiero. No esperaba averiguarlo, sin embargo. Me subo al coche y me alejo. El segundo que me detengo escucho música a todo volumen desde el interior. Justo lo que malditamente no necesitaba esta noche. Miley se detiene detrás de mí y cierra la puerta.
—Estás siendo un capullo, Nick. Es solo un tatuaje. Tienes un millón de ellos. Es una mujer adulta con su camino ya recorrido si no lo notaste.
—Y ella es mi mamá, Miley. Mía. Deberías haber hablado conmigo primero.
—No pude comunicarme contigo —grita mientras estamos parados en césped moribundo—. Te llamé un centenar de veces y no me contestaste. Yo no lo hice...
—Yo estaba...
—¡No te enojes conmigo cuando no has contestado tu maldito teléfono! — Lanza sus brazos al aire como si estuviera harta de mí. Y no la culpo.
—¿Por qué estás tan loco de todos modos? ¿Es porque me estoy acercando demasiado?— Cristo, pero ella no está lo suficientemente cerca si me lo preguntas y eso podría ponerme más loco.
—Te traje a que conozcas a mi mamá, Miley. Eso es lo más cerca que ha estado alguien alguna vez de mí.— De repente no puedo sostenerlo más. Sin importar cuánto quiera. Sin importar cuánto odio las palabras o la sensación o compartirlo en voz alta.
—¿Cuál es mi problema? Pasé la noche en una maldita cárcel, Miley. Mi mamá me preguntó sobre el tatuaje y yo estaba demasiado jodido por averiguar cómo hacerle frente a la mierda que nos pasaba y me fui. Y luego…— Todo mi cuerpo se tensó al recordar el bosque. Rompiendo mi teléfono. Llorando. ¿Cuándo carajo fue la última vez que lloré? Y dándome cuenta de que la deseaba. Realmente me preocupaba por esta chica y entonces…
—Sí. Lo siento si no he podido contestar el teléfono. Estaba encerrado.—Y esta chica, que significa mucho más para mí de lo que jamás hubiera pensado, estaba allí para mamá cuando yo no podía estar. Miro sus ojos claros que parecen tristes por mi revelación sobre la cárcel. Sus labios carnosos, que sólo puedo ver por la luz del porche detrás de nosotros. Su piel crema y recuerdo lo que se siente su piel bajo mis manos. Bajo mi cuerpo. Y lo que había decidido antes de esas malditas estúpidas luces rojas y azules en mi retrovisor. Que me preocupaba por ella. Mirándola aquí sé que es más que eso. Mierda, ¿cómo podría haberme enamorado de ella? ¿De alguien?
—No puedo. Eh… Me tengo que ir.— Una voz en mi cabeza está gritando en mí todo el tiempo que estoy caminando lejos de ella. A través del césped moribundo y la entrada de la puerta principal. Tiene que haber por lo menos sesenta y cinco personas en mi casa, que es una gran cantidad, considerando lo pequeña que es. A penas puedo pasar a través de la multitud. La música lastima mis oídos. La gente me agarra y habla conmigo mientras empujo mi camino hacia el vestíbulo. No sé que es, pero recuerdo esa noche en la fiesta con Miley. Cuando la encontré peleando con su ex y como enloqueció y se escondió detrás del cobertizo. Su pánico. La música fuerte. La gente.
—Mierda. —Me doy la vuelta, esperando como el infierno que no me haya seguido dentro. Sé que está enfadada y a pesar de que mi corazón se está sacudiendo y comprendo ahora que no quiero más nada que ella junto a mí, espero que se voltee. Si, ella va a fiestas a menudo, pero siempre entra en pánico cuando está emocional y yo fui el imbécil más grande por ponerla bastante emocional. La veo tropezar mientras trata de pasar a través de la multitud. Sus manos están en sus orejas y sus ojos muy abiertos. La adrenalina se dispara a través de mí, avivándome mientras empujo a la gente fuera de mi camino para llegar a ella. Su cuerpo pequeño se aprieta contra la gente. Nada importa, excepto ella.
—¡Fuera de mi camino! —digo mientras empujo a la gente. Probablemente nadie puede oírme, pero me hace sentir que estoy haciendo algo. Llego a ella y pongo mis brazos a su alrededor. Puede que se asuste y me golpee, pero probablemente me lo merezco. Solo tengo que sostenerla y hacer todo bien.
—Está bien, nena, lo siento. Lo siento mucho —le digo al oído. Sus brazos se envuelven alrededor mío y la dejo. Miley entierra su cabeza en mi pecho y empujo a través de la multitud. Mi habitación está vacía, como sabía que iba a estar. Esa es una de las reglas de las fiestas. No se permite a nadie en mi habitación. Me apoyo en la puerta, buscando a tientas para bloquearla y sostenerla a ella al mismo tiempo.
—Lo siento. Estás bien, nena. —es todo lo que puedo decir una y otra y otra vez. No es nada. Las palabras no significan una mierda porque yo, obviamente, no la trato bien. La música todavía late a través de las paredes. La risa y los gritos de los perdedores en toda la casa. Me gustaría poder silenciar a todos por ella. Llevarla donde tiene que ir para volver a mí. Con una de mis manos empujo el edredón hacia atrás. La acuesto, le quito los zapatos, me saco los míos, y me arrastro detrás de ella. No sé si lo que voy hacer es lo correcto o no, pero tiro de la manta por encima de nuestras cabezas. Tratando de darnos nuestro propio mundo en el que no me molesto por cosas estúpidas, ella no tiene nada en que asustarse y nuestras madres están bien. Empieza a moverse y de repente estoy entrando jodidamente en pánico que se va alejar de mí, pero se da la vuelta y desliza un brazo alrededor de mí. La acerco más. Deseando que ella pueda treparse dentro de mí o yo de ella. Cualquier cosa para mantenerla a salvo y estar lo más cerca posible.
—Estoy aquí. Te tengo. Sólo respira.— Siento y oigo como toma una respiración profunda. Su cuerpo no tiembla tan mal como antes, pero aprieto mi agarre, sólo para decirle que estoy aquí y que no la dejaré ir.
—Odio esto —dice finalmente, su voz tan suave que apenas puedo oirla—. Odio ser débil.
—No eres débil, eres tan jodidamente fuerte, Miley. —Y no debido a esto. Debido a que ella lo es—. Lidias con la mierda mejor que yo.
—Tengo ataques de pánico. —Las palabras la hicieron temblar más fuerte otra vez. Sé que ella tiene que trabajar a través de esto y sé que tenemos que hablar, pero ahora mismo, sólo quiero que esté mejor. Quiero aliviar la tensión en su cuerpo y hacer que todo desaparezca para ella.
—Shh. Ahora no. Estaré ahí para hablar más tarde.
—Estoy cansada... tan cansada. No dormí mucho anoche.— La culpa me desgarra. ¿Estaba preocupada por mí? Cristo, me hace sentir más que un imbécil. Demasiado orgulloso para usar mi única llamada.
—Duerme. Te tengo.
—Lo siento —susurra.
—No lo sientas, no es por ti. Shh. Hablaremos más tarde.— Beso su cabeza y paso mi mano hacia arriba y hacia abajo de su espalda. 
—Te amo —cae de sus labios dormidos. Son tan tranquilas, tan susurrantes no estoy seguro de si escuché bien. Sin embargo, las palabras oscilaron a través de mí. No me dan ganas de escapar. Ni siquiera me dan miedo. No sé qué demonios hice para merecerlos o incluso si lo hago, pero no me voy a alejar de ellos.
—Yo también. —No sé si me escucha, porque ella no respondió. Soy lo suficiente egoísta en cuanto a ellos. Que es una locura en sí mismo. Me enamoré de esta chica y ella de mí. De alguna manera, mi cama y la manta funcionan. Estamos en nuestro propio mundo. La música o cualquier persona fuera de la habitación, no importan. Sólo nosotros. La sostengo mientras ella duerme. No sé cómo en la mierda que tenemos aquí, pero de alguna manera este juego es más real que cualquier otra cosa. Y yo lo quiero. Lo quiero jodidamente.

4 comentarios:

  1. Genial,me encanta Nick,Miley su mama ha estado fabuloso síguela porfi

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  2. Siguelaaaaaaaa La amo :)

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  3. wooow q capitulo
    juro que amo esta novela no la dejes ahi quiere saber que pasa
    siguela
    besos

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