martes, 4 de marzo de 2014

Game Of Love - Niley - Cap 18


Parecía que la Navidad se había emborrachado y vomitado sobre la casa Deleasa. Había un enorme y extraño Santa de plástico en el patio delantero. Un reno de alambre brillando en la noche, parpadeando de blanco y rojo. Había otro Santa en el techo, sentando sobre la chimenea. También un gran trineo sobre la hierba congelada. Luces navideñas de todos colores colgaban en el techo y en la barandilla del pórtico. Un muñeco de nieve lo saludaba. Escalofriante. En el pórtico estaba Frank E. Post, quien comenzó a cantar una canción navideña en cuanto Nick estuvo a unos metros de él.
—Guau —dijo, rodeando esa cosa. Antes de que tocara la puerta, relajó sus hombros, tratando de quitarse la actitud molesta que traía consigo desde ayer, cortesía de Miley. Que tonto había sido al ser considerado y ordenar su comida favorita, asumiendo que ella pasaría la Noche buena con él. Debió haberlo sabido mejor. Ellos fingían todo el asunto de las citas. No se detuvo a pensar cuando ella le envió el mensaje de texto. No se imaginó que le pediría que no fuera a la Gala con ella. Como sea. No iba a dejar que ese problema con Miley arruinara la única noche del año que la pasaba rodeado de su familia. Su hermano abrió la puerta, vestido con un suéter que hizo que Nick se riera tan fuerte que temió que él no fuera a darle los regalos que le compró. Tenía un gran San Nicolás con un cartel que decía: Incluso Santa se prepara para el fin del mundo. ¿Y tú? ¡Feliz Navidad!
—Si dices una sola palabra —dijo Kevin, manteniendo la puerta abierta—, te patearé el trasero.— El padre de Danielle salió y ondeó su mano a manera de saludo. Usaba el mismo suéter. 
—Hola, súper estrella.— Nick luchó para que la sonrisa no se desvaneciera de su cara. 
—No diré ni una palabra.
—Eso espero —Kevin tomó una de las bolsas que traía consigo y luego le frunció el ceño—. ¿Dónde está Miley?— Siguió a su hermano menor dentro. El aire olía a sazonador de camarón y cerveza, una tradición navideña de la familia Deleasa. 
—No pudo venir.
—Umm —dijo Kevin, poniendo las bolsas en el suelo junto al árbol. Nick se dio la vuelta, con la esperanza de poder escaparse antes de que su hermano pudiera comenzar a hacer más preguntas. De pronto, lo envolvió un cálido abrazo.
—Me alegra que hayas podido venir —dijo la Sra. Deleasa, abrazándolo tan fuerte que apenas podía respirar, pero joder, le encantaban esos abrazos. Ella se echó hacia atrás, la piel alrededor de sus ojos arrugándose mientras sonreía—. ¿Cómo es posible que seas más hermoso cada vez que te veo?
—Asco, mamá —dijo la voz de Dany en la cocina.
—Ni yo mismo lo sé, Sra. Deleasa. —Guiñó Nick. El Sr. Deleasa pasó su brazo sobre el hombro de su esposa. Él era tan grande como un oso. Su Santa-preparado-para-el-Apocalipsis era al menos tres veces más grande que el de Kevin. 
—Lo siento, Nick, trataré de que mantenga sus garras lejos de ti.
—Oh, él sabe que mis ojos y garras son sólo para ti. —Para probar sus palabras, ella le agarró el trasero al Sr. Deleasa. Mike sacó la cabeza y curvó sus labios con horror. 
—No es algo que quisiera volver a ver. Nunca.— El Sr. Deleasa resopló. —Sí, bueno, tú obviamente le has agarrado más partes a tu esposa…
—Papá —gruñó Mike—. ¿En serio?— Desde el árbol de Navidad, Lisa, la esposa de Mike, sonrió y frotó su vientre hinchado. 
—Es cierto.
—Mi familia está loca. —Mike desapareció en el pasillo. Era cierto, pero Nick los amaba, le encantaba la atmósfera cálida en la familia. Era una de las razones por las que él y sus hermanos se sentían parte de los Deleasa. Eran todo lo contrario a su propia familia. Hablando de familia, Joe llegó y le ofreció una cerveza fría. Nick suspiró, sin querer pensar en Miley. 
—No pudo venir.— Su hermano asintió secamente.
—¿Qué hay de la otra?
—¿Otra?
—Sí… la de anteojos —aclaró. Las cejas de Nick se alzaron. 
—¿La señorita Gore, mi publicista? ¿Quién sabe? Sólo espero que esté muy lejos de mí. Espera. Tú no
estarás…— Antes de que pudiera terminar esa horrible oración, Dany apareció con una bandeja de galletas, sus ojos entrecerrados. 
—¿Pero qué diablos? ¿Dónde está Miley?
—No pudo venir —dijo Kevin sobre su hombro, lanzándole a Nick una mirada mientras tomaba la bandeja de Dany—. O eso es lo que dice Nick.— Dany parecía a punto de lanzar algo. 
—Cada año la invito, y este era el primer año que pensé que no podría escaparse.
—Lo siento. —Nick se encogió de hombros—. Creo que tiene miedo de que la encierren en un refugio antibombas o algo así.— Ella rodó los ojos. 
—Esa no es la razón por la que no viene.— Sus palabras despertaron definitivamente su curiosidad. 
—¿Quieres decir que no tiene miedo de que la obliguen a comer comida enlatada de supervivencia?
—Ja. Ja. No.
—Entonces, ¿Por qué no quiso venir? —preguntó. Dany miró por encima de su hombro. En ese momento, el Sr. Deleasa tenía a Kevin y Joe acorralados, mostrándoles una revista de supervivencia. Dany se estremeció y lo agarró del brazo, guiándolo hacia la cocina vacía. En la estufa, una enorme olla de camarones al vapor.
—A Miley no le gusta la Navidad.— Nick se cruzó de brazos. 
—Ya lo había deducido.
—¿Sabes por qué? No, probablemente no, a ella no le gusta hablar de eso.
—¿Vas a decirme? —Se apoyó contra el mostrador. Ella suspiró. 
—Sólo te lo cuento porque amo a esa chica hasta la muerte, y tuvo un día de mierda ayer.
—Espera. ¿Qué quieres decir?— Dany parecía estupefacta. 
—¿No te lo dijo? No, claro que no. — Sacudió la cabeza mientras la paciencia de Nick se acababa—. Sabes que hemos estado trabajando en la Gala y que esa ha sido nuestra vida durante casi todo el año pasado.— Nick sabía que el trabajo de Miley estaba en la cuerda floja.
—Todavía seguimos cortos de dinero, lo cual tiene al director preocupado por la Gala. Él la llamó a una reunión ayer —dijo—. Le prohibió asistir a la recaudación de fondos.
—¿Qué? —Descruzó sus brazos—. ¿Por qué diablos hizo eso?— Dany parecía incómoda. 
—Por tu culpa.
—¿Perdón?— Se encogió de hombros. 
—Mira, al director le preocupa que ustedes dos estuvieran en el evento, que tu presencia afectara la recaudación de fondos, y habrá un montón de gente conservadora que no quiere ser fotografiada…
—Miley vino ayer y me pidió que no asistiera, pero no me dijo nada más al respecto. —Cerró sus manos en puños—. La solución era fácil, yo no asisto.
—Sí, eso es lo que Miley dijo, pero él sabe que la prensa estará allí. No la dejarán en paz.— ¿Por qué Miley no le dijo eso?
—Eso es una tontería. Ella merece ir.
—Lo sé. Estoy totalmente de acuerdo, pero eso fue lo que dijo el director. No hay nada que yo pueda hacer. —Dany ladeó la cabeza un poco—. Debí haber imaginado que no te lo diría. Probablemente no quería que te sintieras mal.— Joder. Se sentía como una mierda. Miley no le había dado una razón para pedirle que no asistiera, pero si hubiera sabido que era por su culpa…
—De todos modos —dijo Dany—, esta época del año no es buena para ella. Así que si le agregas el asunto de la Gala, sin duda, es mucho con que lidiar.— Nick pasó la mano por su cabello. 
—¿Por qué no le gusta la Navidad?— Hubo una pausa. 
—Sus padres fueron asesinados en la víspera de Navidad, cuando ella estaba en la universidad.
—Mierda…
—No sé como era antes, pero desde que la conozco no celebra la Navidad. Supongo que por malos recuerdos, pero he tratado de remplazarlos con mejores recuerdos, ¿sabes? —Parecía cabizbaja—. Esperaba que ahora que salía contigo, las fiestas fueran más agradables para ella.
Nick miró a Dany. Miley le había dicho que sus padres habían muerto, pero no sabía cómo o cuándo ocurrió. Buen Dios, no era de extrañar que odiara la Navidad y, para colmo, su director la sacaba de la Gala. Él estaba molesto y también… también estaba cabreado. Girándose hacia la olla en la estufa, trató de imaginar lo que eran para Miley estos momentos y pudo imaginarlo fácilmente. Antes de que tuviera a la familia Deleasa, la Navidad no era celebrada. No había suéteres ridículos, regalos, risas en toda la casa, o camarones hirviendo en la estufa.  La Navidad para los Jonas era fría y tan estéril como todo lo demás. Excepto porque su madre estaba drogada y su padre fuera por "viajes de negocios", pero esto era diferente. Diferente en muchos niveles. Nada de esto debería afectarlo, pero lo hacía. Estaba molesto por Miley, y no quería que ella se sintiera sola en casa. 
Tampoco quería que no viera su trabajo de todo un año rendir frutos. Quería arreglar esto. Era extraño, jodidamente extraño, pero normalmente a los problemas que se enfrentaba los ignoraba o no los tomaba en serio. O alguien más lo solucionaba. Nunca los solucionaba él mismo. Pero quería solucionar esto. Una cosa iba a hacer justo ahora. La otra, la que involucraba una llamada telefónica a su contador y luego a la rata asquerosa de ese director, eso podría esperar.
—¿Nick? —dijo la voz calmada de Dany. Él se giró, sus planes ya hechos. 
—Me tengo que ir. ¿Puedes disculparme con tu familia?— Dany parpadeó lentamente, y luego sus ojos brillaron con felicidad. 
—Sí, ya lo hago.— Comenzó a pasar a su lado, pero ella lo llamó por su nombre, deteniéndolo. 
—¿Qué vas a hacer?— Nick no estaba cien por ciento seguro, pero sabía una cosa. 
—Voy a crear nuevos recuerdos.
***
Eran casi las ocho de la noche cuando Miley decidió que necesitaba ducharse y lavarse los dientes, ya que el maratón de The Walking Dead la mantuvo pegada a la pantalla durante la mayor parte del día. Y nada, ni siquiera la higiene personal, era más importante que una infestación de zombies. Parecía un buen plan quitarse finalmente el pijama para ducharse y ponerse otro pijama fresco, eso es lo que haría. Atando el cinturón de la bata alrededor de su cintura, secó la mayor parte del agua de su cabello con una toalla mientras cruzaba la sala y se asomaba calle abajo. No había casi tráfico en las calles, pero en una hora probablemente no habría nadie, y mañana sólo pasarían un par de autos yendo a ver a sus familiares. Miley había decidido ir al cine mañana y comer tantas palomitas como pudiera soportar. Alejándose de la ventana, dejó caer la toalla en el respaldo del sillón y miró la mesita de café. Su celular había estado tan silencioso que Pepsi se acurrucó sobre él.
Pensó brevemente en enviarle un mensaje a Nick para desearle una Feliz Navidad, pero después de la fea manera que lo trató ayer, dudaba que él estuviera contengo con saber de ella. Nick intentó ser considerado y dulce con la cosa de la comida, y ella fue… bueno, tuvo un día terriblemente malo. Esperaba sinceramente que él pasara una buena Navidad y no pensara en lo ocurrido, pero era inevitable. ¿Cuántas citas habían tenido? Tres. Quizás cuatro, y luego nada. Y, considerando el tono de su voz ayer, Nick probablemente pensaba que a ella no le importaba.
Sentándose en el sillón, cogió el control remoto y buscó algo en la televisión que la distrajera. Cuando fracasó, intentó leer su libro favorito. Un golpe repentino e inesperado en la puerta la hizo dejar caer el libro. Pepsi se levantó de la mesa de café, tirando su celular al suelo mientras corría hacia el dormitorio. Miley suspiró. Al no tener idea de quién podría ser además de un vecino, se asomó por la pequeña mirilla en la puerta. El aire escapó de sus pulmones y el corazón le dio un vuelco. Reconocería esa espalda en cualquier parte.

6 comentarios:

  1. fantastico continua pronto cada vez se pone mas emocionante,estoy deseando saber que va hacer Nick esto esta tan interesante
    besitos

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  2. DIOSSSSS como lo dejas ahí, así de esa forma haaaaaa? Algo me dice que harán el amor haaaaaaaaa <3 fue un capitulo muy corto :c quiero que subas prontin

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  3. HAAA algo me dice que abra escena 1313, ya es horaaaaaaa jajajajajajaja nick es un tierno con miley, se esta dando cuenta que se enamoro ahiiiiiiiiiiiii, subeeeeee subeeeee subeeeeee

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  4. ooooh me encanto!!!!!
    ojala q sea la escena niley
    en serio no la podes dejar ahi!!!!
    SEGUILA!!!!!!! POR FIS
    BESOS

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  5. Esta emocionante .. podrias subir un maraton de esta nove ??? porque no aguanto esperar más..

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