domingo, 9 de marzo de 2014

Game Of Love - Niley - Cap 20


Sus manos se deslizaron por su cuello y cayó sobre sus hombros. Inclino la barbilla hacía abajo, con ojos febriles encontrándose con los suyos.
—¿Estás segura de que esto es lo que quieres, Miley? Porque una vez que comience, no voy a parar. Voy a tomarte, tomarte con tanta fuerza que con cada respiro que des te acordaras de mí.— Al oír esas palabras, el corazón se le disparo y su cuerpo floreció para él. Miley asintió con la cabeza, porque su voz se encontraba muy lejos. Nada de lo que diría ahora mismo tendría sentido y sólo serviría para hacerla sonar como tonta.
—Bueno, eso es bueno —dijo él, deslizando sus manos por el pecho, parando en el cinturón—. No tienes ni idea de lo mucho que he deseado esto. Días. Semanas. Meses ahora. Te quiero a ti… sólo a ti.
—Sí —susurro con voz ronca, descubriendo que era lo único que podía decir—. Si.
Él la beso, probó sus labios y el interior de su boca mientras tiraba del cinturón suelto. La bata se abrió y el aire se precipito a través de su piel desnuda mientras le rozaba la tela gruesa de los hombros y la dejaba caer al suelo. La tiro hacia atrás, lo suficiente para verla desnuda sólo con el collar que le había dado. Le paso la mano entre los pechos y el vientre con un gesto de ternura.
—¿Te he dicho lo hermosa que eres?— Miley asintió, con la boca seca.
—Te lo voy a decir de nuevo. Eres hermosa. Y eres perfecta. — Reclamo sus labios otra vez mientras le agarraba las caderas. Su excitación era feroz y dura. Se movieron hacía atrás mientras sus manos encontraron su trasero y se lo apretaron, y luego sus manos estaban en todas partes, trabajando en su cuerpo como un instrumento afinado. Ella era masilla en sus manos, húmeda y lista. La satisfacción y la necesidad chocaron contra su espalda cuando Miley choco contra la pared, y él se apretó contra ella, sus caderas moliéndola. Ella se agacho, enganchando sus dedos debajo de su suéter. Él levanto las manos el tiempo suficiente como para que ella tirara la ropa por su cabeza, y luego su piel estaba contra la suya. Ella se fue al botón superior de sus pantalones, rozando con sus dedos su erección. Él gruño contra sus labios mientras se desabrochaba la cremallera y lo liberaba. Ella envolvió su mano en su longitud, caliente, y sus caderas se impulsaron hacía delante.
—No te detengas —ella suplico—. Por favor.
—No lo tenía previsto —Nick se quito los pantalones y los zapatos—. Pero me encanta oírte decir por favor. Dilo de nuevo.— Miley paso sus dedos por sus tensos y rizados abdominales.
—Por favor.— Él le dio un beso, succionando su labio inferior, y ella latía entre sus piernas.
—Dilo de nuevo —ordenó. A medida que su mano iba por su cadera y se posaba en su trasero, ella gimió. Todo su cuerpo se estremeció, sus pezones, su piel y su sexo.
—Por favor.— De repente, sus brazos estaban alrededor de ella, y él la estaba levantando. Su cuerpo sabia que hacer, y envolvió las piernas alrededor de su cintura. Ni siquiera hubo un momento en el que le preocupara lo difícil que debió haber sido para él recogerla. En cambio, se sintió ligera y femenina. Nick se dio la vuelta mientras movía la lengua con la de ella.
—¿Habitación?
—La segunda puerta a la izquierda.
—Te tengo.— Llegaron a su habitación en un tiempo record. Él camino hasta el pie de la cama, la abrazó y en un momento el beso se convirtió en algo sin inhibiciones, exuberante y húmedo. Nick se puso de rodillas sobre el colchón, y ella acostada de espaldas, mirando hacia él. Se acercó a ella, su mirada y movimientos como un depredador. Su excitación se destaco, orgullosa y dominante. La beso una vez más antes de alejarse de sus labios hinchados y viajar hacia el sur. Ella sintió el suave cosquilleo de su boca contra su cuello y luego en su clavícula. Su aliento sopló contra su pecho y su boca se cerró en su pezón. Su espalda se inclinó sobre el colchón mientras él la dibujaba en profundidad. Ella se sacudió contra él, sintiéndolo deslizarse sobre su vientre. Miley se agacho, sosteniéndolo, y su aliento vaciló mientras lo frotaba con la mano.
—Nick, te necesito.— Una mano se tensó en su cadera.
—Eso es todo lo que quiero escuchar, siempre.— No tuvo la oportunidad de pensar en lo que significaba. Fuertes dardos de placer la atravesaron cuando él deslizo dos dedos dentro de ella.
—Estás tan mojada —murmuro, con los ojos brillantes del deseo—. Quiero saborearte, pero joder, no puedo esperar.— Ella asintió, la anticipación profunda hacía que su vientre se agitara mientras él se levantaba, colocando un codo al lado de su cabeza. Ella lo sintió en ese momento, dando un toque en su sexo. Ella abrió las piernas más amplias antes de pensar mejor.
—¿Condón?
—¿Estas tomando la píldora? —Le preguntó—. Nunca antes he estado con alguien sin usar condón, pero tengo que sentirte. Todo de ti, Miley.
—Sí —respiró ella. Su ardiente mirada viajó por ella, descansando en el lugar donde casi se unían.
—Hermoso —murmuro. Ella levantó sus caderas, desesperada por unirse, pero él puso una mano sobre sus caderas y la obligo a bajar.
—No.
—¿No? —respiró. Une media sonrisa apareció en sus labios mientras arrastraba su mirada hacía ella.
—Todavía no.— ¿Qué estaba esperando? Porque ella no quería… no quería esperar y parar. Ella se inclino hacia delante, a punto de obligarlo a unirlos. Pero con reflejos perfeccionados por años en el campo, él se puso de rodillas y le tomo las manos justo cuando sus dedos rozaron su cintura. Él trajo sus muñecas en una empuñadora, forzando a sus brazos moverse sobre su cabeza. Su corazón triplico la velocidad.
—¿Qué estás haciendo?
—Preparándote para follarte. —Eso no es lo que me parece. Él se echó a reír de una manera que la hacía pensar en cosas oscuras y pecaminosas, se movió para que su rodilla entrara por sus muslos, obligándola a abrirse. 
—Simplemente no has sido adecuadamente jodida todavía.— Oh Señor… La mirada de Nick se apodero de ella otra vez, nunca se había sentido tan expuesta, su cuerpo se arqueo, sus pechos se impulsaron hacía arriba. Ella no podía mover sus extremidades, no con sus brazos en poder de él y sus piernas forzadas. En lugar de sentirse cohibida, sintió una ola de conciencia deliciosa. Con la boca seca, trago. 
—¿Y tú me vas a joder bien?
—Hasta que estés sin sentido —dijo, y luego bajo la cabeza. Esos labios maravillosos se envolvieron alrededor de su pezón mientras se alzaba más para él, sus hábiles dedos se deslizaron por su vientre, deteniéndose justo encima de donde él quería. Miley gimió. Él pellizco su pecho, lo que la hizo jadear. 
—¿Qué es lo que quieres, Miley?
—Ya lo sabes. —Ciertamente no esperaba que hablara de eso. Sus dientes rozaron el otro pezón. Su cuerpo se sacudió. Luego se calmo con el ardor de su lengua caliente. Él iba y venía, alterando entre pequeños bocados de dolor y lametones calientes, hasta que ella se retorciera de la tortura implacable.
—Nick —exclamo ella, con los ojos muy abiertos.
—Dime lo que quieres. —Su boca recorrió su pecho otra vez, y él succionó profundamente, sacando un grito ronco de ella—. Dime, Miley.— Sus dedos se cerraron sin poder hacer nada. 
—Te quiero a ti.
—No. Dime lo que quieres que haga.— Apenas podía respirar. 
—Quiero… quiero que me toques.
—Sí. —Chasqueo su lengua por su pezón sensible—. Dime donde quieres que te toque.— Jesús. Hay una buena probabilidad de que iba a golpearle la cabeza después de esto. Considero negarse a contestar, pero estaba demasiado necesitada y quería más. 
—Quiero que me toques entre mis piernas.— Nick tarareó su aprobación y sus dedos se deslizaron sobre su sexo adolorido, tocándola, pero no lo suficiente. En ningún lugar lo suficiente cerca.
—Más —dijo ella, rogó, en realidad. Él se echo hacía atrás, trajo sus brazos hacia abajo para que sus muñecas quedaran atrapada bajo sus pechos. Su mirada se desvió hacia ella lentamente, acariciándola suavemente con un dedo.
—¿Más?
—Sí. —Su pecho subía y bajaba ahora. Él deslizo un dedo dentro de ella.
—¿Es eso lo que querías? —Antes de que pudiera responder, él engancho un dedo dentro de ella y estuvo a punto de estallar—. ¿Todavía quieres más?— Miley siempre quería más.
—Sí, por favor, sí.— Una sonrisa de suficiencia adorno sus labios mientras metía otro dedo dentro de ella, lentamente al principio y luego más fuerte y más profundo.
—Me gusta esto. —Él la miraba todo el tiempo, concentrado en lo que estaba haciendo—. Me gusta verte andar en mi mano. Jodidamente hermosa.— Él tenía algo en sus dedos y su mirada que la volvía loca y justo al borde de la liberación. Nick saco su mano cuando ella comenzó a temblar, y ella grito. Cuando sus miradas chocaron, se llevo los dedos a la boca, chupando su excitación. Miley casi se perdió. Él hizo un sonido bajo su garganta. 
—Sabes tan bien que solo quiero tener más.— Luego su cabeza estaba entre sus muslos, con su lengua maravillosa, dentro, profundamente entre sus pliegues. Él clavo su carne, amantándose de ella como si fuera una especie de dulce néctar. La cabeza le daba vueltas, moviendo sus caderas hacía su boca. Ella estuvo a punto de irse otra vez mas, su respiración entrecortada mientras sus suaves gritos llenaba la habitación.
Nick se detuvo justo cuando estaba a punto de romperse, con los labios brillantes retiro también sus dedos lentamente. Él movió su mano más abajo, hasta que un dedo bromeo la piel sensible, arrugada. Su cuerpo se tenso con una serie de imágenes eróticas cuando asaltaron en ella de él llenándola ahí. Algo que nunca ha hecho antes.
—Más tarde —prometió en un tono oscuro—. Voy a tener esto  también, pero más tarde.
Luego subió hacía donde ella, sujetando sus manos sobre su cabeza. Moviendo sus caderas hacía delante, hundiéndose profundamente en su interior de un sólo golpe. Miley grito, sus dedos clavándose en sus
manos mientras él la penetraba. El poco de incomodidad mientras su cuerpo se ajustaba al de él era nada comparado con el placer que ella sabía que estaba esperando. Ella levanto las caderas, animándolo.
—Jesús, estás tan apretada —gruño él mientras empujaba hacia abajo. El placer se enrollaba apretadamente mientras se retiraba y luego el alivio cuando volvía. Nunca se había sentido tan llena antes. Era lento al principio, pero el ritmo se acelero y sus caderas golpeaban en las de ella mientras enganchaba sus tobillos detrás de su espalda.
—Nick —exclamo ella mientras el orgasmo la atravesó, profundo y rápido, robándole el aliento. Le soltó las muñecas y luego, agarrando sus caderas y levantándola se clavo en ella. Se aferro a sus hombros mientras se rompía otra vez, voló aparte de sus golpes implacables. Su sexo palpitaba y se apretaba alrededor de él, y entonces él se vino, flexionando sus músculos duros y tensos bajo su mano. Su corazón latía con fuerza contra el suyo, igual de rápido. El roce de sus labios era tierno y tan en desacuerdo con la fiereza de ambos en momentos antes. Se retiro lentamente y cayó a su lado. Eran un montón de huesos y piel, la atrajo hacia él, poniendo su cabeza para que descansara sobre su pecho. En el silencio que siguió, Miley escuchó su corazón. Ella no sabía que esperar. De él, ¿salir de la cama o ir a dormir? Ella nunca era buena en este tipo de cosas. Ella levanto la cabeza.
—Yo… yo voy a buscar algo de beber. ¿Quieres algo?— Él abrió un ojo. 
—Voy a conseguirlo —dijo, empezando a incorporarse.
—No. —Ella le puso una mano sobre su pecho—. Yo lo haré. Yo... uh, ya vuelvo.
Nick no dijo nada cuando ella se desenredó con cuidado de él y tomó una camiseta bastante larga de la pila de ropa limpia que estaba en la silla. Deslizándola sobre ella, se dirigió a la cocina, ella se alegró por las punzadas sobre su sexo. El sexo… bueno, había sido el mejor sexo de su vida. Fue a tomar un poco de vino y se tomo tiempo para buscar sus gafas. Si Nick estaba pensando irse, ella le estaba dando tiempo suficiente para levantarse. Quería evitar el momento incomodo para su corazón y su orgullo. Alzándose sobre las puntas de sus dedos del pie, tratando de alcanzar dos copas. El calor repentino detrás de ella le hizo saltar el corazón.
—Aquí —dijo Nick, alcanzándolas por ella—. Déjame ayudarte.— Miley se agarro de los bordes de la encimera mientras dejaba los dos vasos. Colocándolos al lado de la botella, pero en lugar de verter el vino, él la agarro por las caderas y la presiono hacia delante. Ella dejo escapar un grito ahogado cuando sintió la longitud de él contra su trasero.
—¿Creíste que una vez iba a ser suficiente? —Una mano viajo por su espalda, agarrándole el pelo. Él jalo su cabeza hacia atrás. Sus ojos se encontraron y ladeo la cabeza
—¿O creíste que me iba a ir?— Ella estaba más allá de la pretensión de la mentira.
—Sí.
—¿Eso es lo que quieres? —Él se movió, y meneo su polla, acercándose tanto a ella que estaba sufriendo por él.
—No —admitió—. Pero pensé…
—Piensas demasiado. —La besó, chasqueando la lengua con la de ella—. ¿Y sabes que pienso?— Oh Dios…
—¿Qué?
—Que odio esta maldita camisa. —Con eso, le soltó el pelo y le quito la camisa en cuestión de segundos, lanzándola en algún lado de la cocina—. Ah, eso es mucho mejor.— Ella empujo las caderas hacía atrás, con las respiración entrecortada.
—¿En serio?
—Oh, sí. —Él la apartó más y luego le pasó una mano por su espalda, enviándole escalofríos—. Vamos hacer esto. Aquí mismo. Va a ser duro y áspero. ¿Estás lista?
Un rayo de pura lujuria estallo en ella. Miley asintió con la cabeza, el corazón golpeándole en el pecho. Apretó el agarre sobre el mostrador, y se quedo mirando la puerta del armario delante de ella, con los ojos medio cerrados. Nick extendió una mano por su barriga y tiro de ella hacía arriba. Él hizo un sonido gutural el instante que la lleno. Ella grito de nuevo, arqueando la espalda mientras casi se venía con la penetración dulce y profunda. Él se deslizo unos centímetros y repitió el movimiento hasta que los únicos sonidos en el apartamento eran de sus respiraciones y los golpes de sus cuerpos empujando uno contra otro. Sus dedos se clavaron en sus caderas mientras empujaba hacia adelante, una y otra vez. Su ritmo no era perfecto, sobre todo cuando llevo sus manos al frente y agarro sus pechos. Sus dedos ágiles encontraron su pezón y sus dientes se aferraron a su hombro. Miley gritó su nombre mientras su orgasmo explotó a través de su cuerpo, como lo había prometido todas esas noches en el club y se vino con un profundo gemido, meciéndose y estremeciéndose. Cuando por fin se retiró, lo que pareció una eternidad más tarde y todavía no lo suficiente, le dio la vuelta. 
—¿Estás bien? —Radiaba preocupación por su tono.
—Estoy perfecta… eso fue perfecto. —Ella sonrió, sorprendiéndose todavía por estar de pie, sin embargo. Nick enrolló sus brazos alrededor de su cintura, y ella vio que algo cambió en su expresión antes de que él bajara la cabeza y la besara lentamente.  Los besos condujeron inevitablemente a otras cosas. Un toque contra su pecho, entre sus muslos, y siguieron besándose mientras él se dio la vuelta y la levantó sobre la mesa de la cocina. Empujó hacia adelante, entre sus muslos y sus besos viajaron hacia abajo. Miley dejo la cabeza hacia atrás con los ojos cerrados, otra cosa que había prometido. Nick la adoraba. Algún tiempo después, terminaron en el dormitorio, el vino olvidado y sus extremidades cubiertas de sudor y entrelazados.
—Feliz Navidad —dijo él, apretando sus labios en su frente húmeda. El pecho de Miley se contrajo mientras se acurrucaba más cerca. Su brazo alrededor de su cintura, y ella cerró los ojos contra la súbita oleada de lágrimas. Esto iba a terminar mal, porque sabía que cuando llegara el momento de dejarlo ir, iba a ser duro. Cada parte de ella se relajó, deliciosamente saciada, pero su corazón… oh, le dolía demasiado. Ella respiró hondo y apretó el nudo en la garganta.
—Feliz Navidad, Nick.— Sí, las cosas se complicarían definitivamente ahora.
***
Nick no recordaba tener una mejor mañana de Navidad. Se despertó con un brazo alrededor de la cintura de Miley y su cabeza enterrada en su pelo. Cuando él le dio la vuelta, ella le sonrió adormilada y abrió las piernas para él. Malditamente perfecta. Se había tomado su tiempo con ella esta mañana, moviéndose en ella lentamente, arrastrando el placer para ambos. No la estaba jodiendo o follándola. Él sabía que le estaba haciendo el amor. La ducha era una historia diferente. Nick se había inclinado y se introdujo en ella como si él nunca había tenido relaciones sexuales antes. Estar con ella, estar dentro de ella, era algo que nunca se cansaría de hacer.  Sabía eso en su alma. Un montón de risas y relaciones sexuales más tarde y con alguna ropa, hicieron juntos el desayuno. Pepsi se sentó junto la estufa, esperando que las sobras cayeran en el suelo. No sabía de qué se trataba todo esto, pero él no quería estar en otro lugar. Fue cuando ella se acurrucó junto a él en el sofá que recordó lo que Dany le había dicho la noche anterior. Cepillo sus cabellos en ondas de la cara, sonrió cuando ella levantó las pestañas y el anhelo brillaba a través de sus ojos. Su propio sexo rugió a la vida en un nanosegundo. 
—Muy pronto —le prometió a los dos—. Pero primero, hay algo que Dany me dijo anoche.— Miley se sentó, metiendo su cabello detrás de sus orejas. Alzando sus cejas. 
—¿Qué?
—Ella me hablo de su director y de cómo él no quieres que tú asistas ahí por mí. Mira, voy a llevar a…
—Espera. —Ella levanto una mano—. Lo admito, estaba enojada cuando el director me sacó. Trabaje en esa gala durante todo el año, pero hay algo que tengo que decirte antes de… bueno, antes de que esto vaya más allá. ¿De acuerdo?— Nick se echo hacia atrás y asintió. Un instante después, lanzo a Pepsi a su regazo. 
—Está bien.— Una tímida sonrisa tiro de sus labios. 
—Yo no era una gran fan de pretender ser tu novia en el principio. —Ella se río tímidamente mientras pasaba sus dedos sobre la esmeralda—. En realidad, yo estaba enojada con todo el asunto, pero no es eso. Quiero decir… —se interrumpió, sonrojándose
—Dios, sueno como una idiota.— Nick trato de ocultar su sonrisa. 
—¿Qué? ¿Me estás diciendo que no estás de acuerdo en hacer esto para aumentar tu piscina de citas? — bromeó. Era cierto que la curiosidad lo había hecho, él le rasco distraídamente a Pepsi detrás de la oreja.
 —Di la verdad, siempre quisiste ser mi novia.—Miley río tan fuerte que Pepsi levanto la cabeza y aplanó sus orejas. 
—No. No es eso, tampoco. La señorita Gore… bueno, en cierto modo, supongo que tengo que darle las gracias por su preocupante nivel de determinación.— Sus dedos se calmaron en la cabeza de Pepsi. 
—¿Qué quieres decir?
—La señorita Gore básicamente me chantajeó. —Ella alargó la mano, rascándole la pata a Pepsi—. Ella me amenazó con decirle a la gente que te estaba acosando. También se enteró de que yo había llegado tarde a mis préstamos estudiantiles en algún momento y se ofreció a pagar la deuda. Vales por lo menos cincuenta mil, ¿sabías eso? —Ella se echo a reír acariciando a Pepsi que estaba echado en su regazo—. Le dije que vales más, pero…
—Espera —dijo él, mirándola fijamente. No podía creer lo que estaba oyendo—. Ella se ofreció a pagar tus préstamos estudiantiles para que tú fingieras ser mi novia.— Miley asintió. 
—¿Puedes creerlo?— Fuera de las razones de por qué había llegado a un acuerdo, Miley siendo pagada no era una de ellas. Fue como un golpe. No sabía que sentir. ¿Enojado? ¿Decepcionado? ¿Disgustado? Miley fue pagada para ser su novia. Al igual que las mujeres de su padre pagaba para ser sus novias. Una carcajada se le escapo mientras miraba a Miley. 
—Tú sabes, tal vez yo era estúpido por pensar en que yo te gustaba o que debía hacer que mi culo saliera del baño cuando nos conocimos.— La confusión se vertió en la expresión de Miley. 
—Sí, eso sería ser muy estúpido si pensabas eso.
—Guau. Está bien. —Puso al disgustado Pepsi en el sofá. Se puso de pie, con las manos temblando—. Espero que tú y la señorita Gore estén satisfechas con su acuerdo.
—¿Qué? —Miley se puso de pie—. Nick, espera un segundo. No te puedes poner tan loco.
—¿Qué no me puedo poner tan loco? —La miro fijamente, incrédulo—. Sí, ya sabes, he hecho algunas cosas bastante jodidas en mi pasado y mucha gente probablemente no cree en mis normas, pero yo sí.
Este es el límite de mierda para mí. Es repugnante.
Ella se echó hacia atrás como si la hubieran abofeteado. Después de todo, ni siquiera iba a darle dos segundos para explicarle que ella no tomo el dinero. ¿Era tan fácil creer que era una puta allá afuera?
—¿Perdón?
—Esto se acabó.
—¡Nick! —Miley se movió hacia adelante como para bloquear su escape, pero la mirada de él la hizo pensar dos veces. Dio un paso atrás, rápidamente—. No entiendo porque no quieres escucharme.
Nick no estaba seguro de lo que pensaba, pero la verdad nunca le pasó por la cabeza. Cuando el dinero estaba involucrado, nunca se podía confiar en los resultados o en las acciones de cualquier persona. Sacudió la cabeza, y se dirigió a la puerta. 
—Tus servicios ya no son necesarios. Esta mierda se acabó. Ya ha terminado.

4 comentarios:

  1. oh me encanto,vaya capitulo estuvo genial aunque al final....Estoy deseando el siguiente como lo dejas asi esto es cada vez mas impresionante . :-)

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  2. JODER!
    NO PODES DEJARLA AHIIII!!!!
    EN SERIO ES QUIERES QUE ME MUERA CON LA DUDA
    POR FAVOR TIENES QUE SEGUIRLA QUE PASAR CON MILEY Y NICK
    JUSTO CUANDO CREIA Q LAS COSAS IBAN A SALIR BIEN
    POR FAVOR SIGUELA YA!
    BESOS

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  3. POSDATA: ME ENCANTO LA IMAGEN DE NILEY JAJAJAJA ESTA BUENISIMA SI ENCUENTRAS MAS IMAGENES DE ESAS POR FAVOR SUBELAS JAJAJA AHORA ASI BESOS SUBE EL PROXIMO CAPIS!

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