domingo, 5 de mayo de 2013

Lady Killer- Niley- Cap 09



Lo juro había tanta incomodidad en el aire, que se sentía casi sólido. Mi cara estaba presionada contra la mesa en la sala de estudiantes, mientras que Demi trataba de inflarme con papas fritas y otros carbohidratos maravillosos. 
Ella me dio una palmaditas en la espalda a medias. No había nada ni remotamente maternal en Demi, pero al menos estaba tratando -Estás exagerando, Miley. La única cosa que sentía en el aire era tensión sexual. Quiero decir, él no te miro a menudo, pero cuando lo hizo... ¡Hola! ¡Desmayo! 
-No hay manera de que puedo sobrevivir a un semestre en esa clase. 
-Eso es ridículo. Eres una actriz. Los actores duermen entre sí todo el tiempo, y luego siguen adelante. Demonios... ¿No te acuerdas del primer año de carrera cuando no querías salir con Dom en esa escena, y Eric los envió a la otra habitación y les dijo que se besaras hasta que ustedes estuvieran cómodos uno con el otro? 
-¿Por que traes a colación lo que es, hasta el día de hoy, el segundo momento más humillante de mi vida?
Ella rodó los ojos -Porque lo superaste. 
-Nunca me olvidaré de haber tenido la lengua de Don en mi garganta. Aún puedo sentir el asqueroso sabor.
-Vas a estar bien, Miley. Son cinco meses. Y solo tienes que verlo durante tres horas a la semana. Habrá terminado antes de que te des cuenta. Luego, puedes saltar sobre sus huesos una vez mas antes de viajar por el mundo conmigo.
-Hay tantas cosas locas en esa declaración que ni siquiera sé por dónde empezar. 
-Vas a comenzar por comer, o vamos a llegar tarde a dirección- Gruñendo, empujé una cuantas papas fritas en mi boca para calmarla.
Hurgó en su bolso para buscar su teléfono, pero sus manos se cerraron en torno a algo más -Oh, lo olvidé. Tengo analgésicos... ¿Quieres algunos? 
Tragué saliva y dije -¿Por que querría eso?
Ella arqueó su cabeza hacia un lado -¿No tienes dolor después de... tu sabes... enloquecer?-Estúpida Miley. Tan loca y estúpida.
-¡Oh! Oh, cierto. No, no, estoy bien. Tomé un montón esta mañana. Estoy bien, gracias.
-Qué chica- Avancé por el resto del día en piloto automático, lista para volver a casa y meterme en el capullo de olvido que es el sueño. Ni siquiera me molesté en quitarme la ropa antes de caer en la cama. Mi teléfono me despertó unas horas mas tarde. Era Liam.
-Hola nena. ¿Estás lista para pasar el rato?- Miré con ojos empañados el reloj. Eran sólo las 7 en punto. 
Bostecé. -Sí... claro. ¿Qué tienes en mente?
-Bueno, yo estaba pensando...
-No beber- lo interrumpí -No puedo manejar ninguna bebida. 
Se echó a reír -¿No hay pelo de perro para ti? Bien... Lindsay tocará esta noche en Grind ¿Qué tal suena el café?
Volví a bostezar. Lindsay era una compañera de la clase de teatro. Una noche escuchando su música sería simple y suave. Exactamente lo que necesitaba -El café suena perfecto.
Cuando salí 20 minutos después, mi cabeza osciló de un lado a otro, paranoica de poder encontrarme con Nick. Cuando estuve segura de que no había nadie alrededor, corrí al estacionamiento y subí al golpeando y viejo Honda de Liam. Me saludó con una sonrisa. Resistí a la tentación de mirar hacia atrás en la dirección del apartamento de Nick. 
-Olvidé mencionarte antes, que te veías bien hoy.  Quiero decir, menos que la encantadora resaca de calidad. Nunca usas faldas en clase. 
Quería decir ¡Sólo conduce ya! Pero eso habría sonado loco, incluso para mí. Así que respondí –Oh, me quemé la pierna, y no tengo que usar ropa apretada sobre ella.
-¿En serio?- Preguntó -¿Qué paso?- No podía decirle exactamente la verdadera razón. Porque entonces él querría saber de quién era la motocicleta en la que había estado y por qué había estado en ella y bla, bla, bla. 
-Oh, me quemé con mi plancha. 
-¿Te quemaste la pierna con tu plancha? ¿Qué tan largo es el vello de tus piernas?- Pensarías que después de todas las mentiras que había dicho en las últimas veinticuatro horas sería un poco mejor en eso. Estarías equivocado. 
-Ja, ja. ¡Tan gracioso!- Hice una mueca –La hice caer de la encimera, rufián, y me dio en la pierna.- Yo jugaba con la ventilación de aire acondicionado a pesar de que apenas funcionaba en su pedazo de coche chatarra. 
-Solo no dejes caer el café en ti misma. O mejor aún… toma un café helado. 
Le dije –Si, si capitán.
Grind era una linda casita en el borde del campus que se había convertido en una cafetería hace uso años.  En el interior pedias el café, y fuera había una terraza donde se organizaba música en vivo casi todas las noches. El interior estaba lleno. Envié a Liam fuera para que encontrara asientos, y le dije que obtendría las bebidas. Ordené un café moka helado para mí y un batido para Liam. Ni siquiera le gusta el café, pero viene aquí por mí. Me paré en la fila durante 10 o 15 minutos, así que para cuando me dirigí afuera, no tenía ni idea de donde estaba Liam. Caminé entra las mesas, asintiendo con la cabeza a la gente que conocía, evitando el contacto visual con aquellos que no. Capté con el rabillo del ojo a Lindsay en el escenario mientras se estaba preparando, y ella sonrió. Finalmente, vi de pie a Liam en una mesa cerca de la parte delantera.  Era un lugar impresionante teniendo en cuenta lo lleno que estaba el lugar. Me acerqué por detrás y codeé su espalda.
-Jesús, Liam, pensé que nunca te encontraría aquí ¿No podías al menos enviar un mensaje de texto?- Liam me miró por encima del hombro, luego envolvió su brazo alrededor del mío, y tomó el batido de mi mano izquierda.
-Lo siento, nena, estaba hablando y me distraje ¡Mira quién es!- Me tira hacia delante, y ahí estaba Nick. Esta vez, no tuve la suerte de dejar el café. Así que cuando vi a Nick, se deslizó de mi mano, y salpicó mis pies. Liam, con sus súper rápidos reflejos, lo esquivó por poco, antes de tenerlo todo en sus zapatos. 
-Santa mierda, Miley. Yo estaba bromeando sobre el café helado, pero me alegro de que me escucharas. Juró que no solías ser tan torpe- Yo todavía no podía hablar. Mis pies estaban fríos y pegajosos. Y mi cara se sentía demasiado caliente.
-Aquí- dijo Liam –Siéntate, el Sr. Jonas dijo que podíamos compartir su mesa. 
-Es Nick, Liam- Estoy segura de que se lo había dicho a Liam media docena de veces ya.
Liam no le hizo caso y se volvió hacia mí –Voy a correr dentro y conseguirte una servilletas. ¿Quieres otra bebida?
-No, no. Estoy bien, Liam. Tú quédate. Iré a limpiarme. 
-Olvídalo. Te gusta la música de Lindsay mucho más que a mí. Todas esas cosas de “ser el cambio” y “chicas al poder”. No quiero que te la pierdas. Siéntate- Esta vez, sus manos sobre mis hombros me empujaron hacia abajo hasta que mi trasero golpeó el asiento.  Entonces se fue, y me quedé a solas con Nick de nuevo.
-¿Qué estás haciendo aquí?- Mi pregunta salió enojada.
En comparación, él estaba dulce y tranquilo, y posiblemente un poco triste –Mi internet no está todavía conectado en el apartamento, y tenía que revisar mi correo electrónico. Me puedo ir, si lo deseas.

 -No- suspiré –No voy a sacarte corriendo. Desearía que no nos hubieras invitado a sentarnos contigo.
-Bueno, Liam no dijo que estaba aquí contigo. Sólo estaba tratando de ser amable. 
-Lo siento… es que… esto es incómodo. Liam no sabe…
-… No voy a decirle, si es eso lo que te preocupa. Me gustaría conservar este trabajo, y además, tu vida personal no es asunto mío. Lo que pasó entre nosotros se acabó- Su voz se endureció mientras hablaba. ¿Acabó? ¿Por qué se siente como un puñetazo en el estómago? Tenía los dientes apretados, dibujé con mis ojos la línea fuerte y suave de su mandíbula.
-Te afeitaste- le dije. Evidentemente… sin filtrar.
Su mandíbula se aflojó, y él me miró con confusión –Un, sí, lo hice.
Nos sentamos en silencio, y no podía dejar de mirarlo. Sus ojos eran marrones como la tierra, y sin el desaliño parecía más joven, menos robusto sexy y más el caliente chico de al lado.  Sus ojos se posaron en mis labios, y me di cuenta de que me estaba mordiendo el labio inferior.  Dios, quería besarlo de nuevo.
Salté de mi asiento –Esta fue una mala idea. Me voy. Dile a Liam que me enfermé o algo así.
Se puso de pie, también –No, Miley, espera. Lo siento. No te vayas. Yo… Mierda, no sé lo que voy a hacer. Me sentaré aquí en silencio, y ustedes dos me pueden ignorar completamente. Te lo prometo. 
En ese momento, Lindsay dio un paso hacia el pequeño escenario improvisado, y las luces se encendieron. Y la gente aplaudió. Si yo iba a salir, tenía que hacerlo ahora. Si me levantaba en medio de la canción, Lindsay me vería y estaría enojada. Así que, en contra de mi mejor juicio, me senté de nuevo.  Nick mantuvo su promesa, y mantuvo sus ojos pegados a la pantalla. Me senté en silencio mientras Lindsay hizo su prueba de sonido, mi cuello se tensó con fuerza por resistir mirarlo. Liam llegó de nuevo exactamente mientras Lindsay estaba dando su introducción. 
-Hola- susurró –Randy estaba en un transporte escolar, y me prestó una toalla. Pensé que sería mejor que un montón de servilletas- Luego levantó uno de mis pies pegajosos en su regazo, me quitó el zapato y empezó limpiando mi pierna con la toalla húmeda. Me reí cuando pasó una sección particularmente delicada. Oí a Nick dejar de escribir. 
Por puro instinto, lo miré, pero él estaba mirando a Liam… y a mis piernas. Me aclaré la garganta y tire mi pie hacia atrás. Tomé la toalla de Liam y dije –Gracias, creo que puedo hacerlo. No confió en que no me hagas cosquillas. 
Nick regresó a su ordenador, Liam se centró en Lindsay, y yo agaché la cabeza para echar un vistazo más cerca a mis pies. Cuando estaba segura de que no me veían, apreté los ojos cerrados y deje escapar un grito silencioso. Un grito real me haría sentir mejor, pero tomaría lo que pudiera conseguir. Reconocí algunas de las primeras canciones de Lindsay, después de haberlas oído tocar en varias ocasiones, tanto en el escenario y en la sala de espera durante los ensayos y entre clases. Tenía un gran sonido crudo, acústico, y sus letras eran siempre algún tipo de comentario social, llamando a la gente en sus mentiras. Es por eso que cuando ella se inclinó hacia el micrófono y presentó su siguiente canción, yo estaba tan increíblemente sorprendida. 
-La siguiente es algo diferente para mí. El encantador propietario de este establecimiento –ella señaló a un lado –Saluden a Kenny- Él miró a la fuerza, pero ondeó la mano – De todos modos… Kenny me pidió que tocara al menos una canción que no fuera… ¿Cómo lo dijiste, Kenny? Amarga o política, creo que es lo que dijo. Y ya que soy incapaz de escribir algo así, estoy cantando una canción escrita por un amigo mío, que desea permanecer en el anonimato. Se llama: Resistir. 
La canción abrió con suavidad, con una simple progresión de cuerdas, similar al sonido normal de Lindsay. Luego dio vuelta, se convirtió en triste, apasionada, casi desesperada. Ella cantó… y deseé haberme ido cuando tuve la oportunidad.
No importe qué tan cerca, tú siempre estas demasiado lejos
Mis ojos se siente atraídos donde quiera que estás. 
Las tranquilas conversaciones que habían estado ocurriendo antes pararon. Fue un cambio tan dramático que todos los ojos estaban fijos en ella. Pero podría jurar que sentí un par de ojos en mí.
Estoy cansada de la forma que ambos pretendemos
Cansada de siempre querer y nunca ceder
Puedo sentirlo en mi piel, lo veo en tu sonrisa
Somos más. Siempre lo hemos sido
Piensa en todo lo que hemos perdido
Cada caricia y cada beso
Debido a que ambos insistimos
Resistimos
Su mirada era este peso físico que presionaba contra mi piel. Mi corazón latía rápidamente en mi pecho y mi respiración llegó más corta. No quería resistir. No podía evitarlo. Lo miré.  
Aguanta la respiración y cierra los ojos
 Distráete con otros hombres.
No son ninguna sorpresa, tus suspiros derrotados
¿No estas cansada de las mentiras?
Pero él no me miraba. No estaba escribiendo, pero sus ojos estaban fijos en el computador, y parecía… inconsciente. ¿Era sólo yo? ¿Estaba imaginando todo?
Piensa en todo lo que hemos perdido.
Cada caricia y cada beso.
Debido a que ambos insistimos.
Resistimos.
No importa qué tan cerca, tú siempre estás demasiado lejos.
Mis ojos se siente atraídos donde quiera que estás.
De repente, yo no quiero estar más aquí. No podía estar cerca de él. Iba a volverme loca. Fue una estupidez… incluso más estúpido de lo que habría sido tener una aventura de una noche, pero me gustaba. A él no le gustaba Shakespeare, y manejaba una motocicleta, y era mi maestro… pero me gustaba.
Ya he terminado. No voy a ignorarlo.
No voy a pretender resistir.
Quiero más.
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PS: la imagen me sigue dando risa. 

1 comentario:

  1. jajajajajajaja me emato la imagen la frase vendria ser "sacate una foto con tu prometido deciran, no saldra tu ex decian" jajajaja
    muy bueno el capitulo espero que miley ya no resista y quiera mas con nick siguela

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