Eric revolvía papeles en busca de algo, cuando entre en el auditorio el miércoles. –Oh, Miley, llegas temprano, como siempre. Eso es genial. Me parece que perdí mis notas, así que voy a volver corriendo hasta mi oficina. Siéntate con Nick y relájate por un momento.
A pesar de que ya tenía una parte, era un manojo de nervios por estas re-llamadas. ¿Qué pasaría si todos esperaban que fuera perfecta? ¿Qué pasa si mi audición era totalmente un golpe de suerte? Vi a Eric salir por la puerta de detrás del escenario y me pregunte… ¿Y si cambio de opinión? Tomé asiento en la fila debajo de Nick, deseando haberme ido y gastar el tiempo en el camerino con los actores, esperando y preparando su segunda ronda de audiciones. Cuando él se inclinó hacia mí dije:
-Hola… amigo- Me había rendido tratando de que no fuera incomodo, y en cambio, sólo lo acepté.
Se echó a reír, lo que supongo era bueno. Sin duda, podría haber sido peor. Dijo –No del todo creíble, pero diez por el esfuerzo.
-Alguien es un fácil graduador.
-Alguien tiene una debilidad que le preocupa- Se encontraba inclinado hacia mí y aunque su cara estaba a un buen pie de distancia de mí, juro que sentí esas palabras como si las hubiera susurrado en mi oído –Lo siento- respondió casi de inmediato –A veces lo olvido.
-Yo también- dije. Pero eso fue una mentira. Nunca lo olvidé. Quería. Deseaba poder olvidar los kilómetros que nos separas, y simplemente dejarme estar allí, a sólo un pie de distancia, pero no podía. Se aclaró la garganta, y esta vez no imagine su cercanía, se encontraba a centímetros de mi oído.
-Tengo que preguntarte algo.
-Bien- Fue mi respuesta entrecortada.
-Liam.- Me di la vuelta, confundida, y de inmediato me eche hacia atrás porque se había acercado y nuestros rostros estaban demasiado juntos.
-Esa no es una pregunta.
-¿Todavía estas con él?
-¿Con él?
-Sólo… no puedo decir. Todavía se sientan juntos en clase, pero ahora es diferente. Así que pensé que tal vez ustedes habían roto- ¿Pensó que Liam y yo éramos novios? ¿Cuán loca inconsciente era yo? El mundo entero aparentemente nota los sentimientos de mi mejor amigo por mí. Entonces, en cuanto a ser como Nancy Drew, yo era claramente el Shaggy y Scooby Doo en este escenario.
-No había nada que romper- le dije.
-¿Qué?
-¡Sí! Liam y yo no estamos juntos. Nunca lo hemos estado- Sus ojos se encontraron muy abiertos y la cabeza inclinada de una manera que me decía que no me creía -¿Eso es lo que has pensado todo este tiempo? ¿Qué lo engañe contigo?- Oh, Dios mío. El hombre del que puedo o no haberme estado enamorada pensaba que yo era una puta ¿Podrían estar las cosas más jodidas?
Su cabeza se sacudía hacia atrás y adelante, pero no estaba segura de si eso era un no o solo trataba de resolver esto –No sé lo que pensé. Siempre están juntos, y él te toca, siempre está tocándote. Créeme, lo noté. Había dado por sentado que por eso… bueno, que por eso acabaste lo de esa noche.
-No salí corriendo por Liam. Tenía que llegar a mi gato…
-Miley, no soy idiota- Dios, eso era todo. De algún modo, pensé que había salido impune con esa horrible excusa. Quiero decir, obviamente, no lo había olvidado como pensé al principio. Pero el siempre había sabido que era una excusa, sólo que por la razón equivocada. Y no podía hacerle saber la verdadera razón, no ahora, no aquí en este teatro donde se suponía que íbamos a ser profesionales (aunque estoy bastante segura que lo profesional ya había golpeado hasta la acera).
-¡Tengo un gato! ¡Lo tengo!- Maldita sea… ¿Por qué no puedo recordar el género de mi gato imaginario? –Um… ella es gris y adorable y su nombre es…- dije lo primero que me vino a la cabeza –Hamlet.
Era un genio. Ni siquiera podía inventar una gata con un nombre de chica. Es como si hubiera este puente en mi cerebro entro lo racional y lo absurdo y, de alguna manera, lo hubiera quemado -¿Tienes una gata llamada Hamlet?
-Si.- Mátame ahora –Sin duda, definitivamente sí.- Eso era todo. Iba a tener que conseguir un gato.
-Está bien. Por lo tanto, si no estás saliendo con Liam ¿Qué está pasando entre ustedes dos?
Podía sentir el calor descargando en la piel de mi cuello –Nada.
-Eres una mentirosa terrible.
Era una mentirosa terrible. Mis oídos probablemente se veían como si hubiera pasado una hora en una cama solar –No hay nada. Es solo algo que ocurrió el viernes, cuando yo estaba… ¿Cómo dicen los británicos? ¿Ebria? ¿Borracha?
Se sentó lejos de mí, pero dejo las manos apretadas en la parte de atrás de mi asiento -¿Te has acostado con él?
-¿Qué? ¡No!
No se inclinó hacia mí, pero aflojo el agarre de la silla. Uno de sus nudillos rozo mi brazo –Bien.
-Nick…- Fue a ese lugar, al que se supone, no debíamos ir.
Sonrió con descaro -¿Qué? El hecho de que no puedo tenerte ahora mismo, no significa que estoy bien con que él te tenga.
Mi cerebro tropezó con esa frase de ahora mismo de nuevo, pero obligué a mis pensamientos a alejarse de ellos –Voy a fingir que no te referiste a mi como una propiedad para poseer.
-¿No podemos poseernos el uno al otro?
Si el cerebro puede tener orgasmos, estoy bastante segura de que esto era lo que se siente. No debería gustarme esto, pero había posesión en sus palabras que se repetían en sus ojos oscuros, y envió escalofríos por mi espalda hasta mis dedos entumecidos con su vacío. No podía responder a su pregunta, así que le pregunté -¿Qué te ha ocurrido? Pensé que me prometiste que no lo haríamos de nuevo.
Tiró sus manos por su pelo, sus pequeños rizos sobresalían en forma adorable que hizo a mi estómago revolverse –No lo sé. Es que… he estado volviéndome loco pensando en ustedes dos juntos.
-Nos besamos. Nada más- Retrocedió como si hubiera dicho que Liam y yo nos íbamos a casar y tener una casa llena de niños. No podía mirar su cara. Me haría querer hacer cosas locas. Repetí –Fue solo un beso. No significó nada.
-No quiero que nadie más te bese.
-Nick…- Empecé a odiar el tono de advertencia en mi propia voz. Si él seguía empujando de esta manera, no sería capaz de decir que no por mucho tiempo. Me iba a lanzar hacia él, probablemente justo al tiempo en que Eric regresara.
-Sé que no estoy siendo justo. Estoy siendo un cabrón, en realidad. Sigo diciéndome a mí mismo que tengo que alejarme de ti, pero la verdad es… no estoy seguro de poder. Y ahora qué sé que no estas con Liam…
-¿Qué estás diciendo?- La puerta crujió detrás del escenario, y me di cuenta de lo cerca que nos encontrábamos. Mi corazón estaba zumbando como una cuerda de guitarra arrancada, me moví a unos pocos asientos antes de que Eric volviera a entrar.
Levantó su cuaderno triunfante -¡Lo tengo! Y traje un guion real para ti, Miley, por lo que no necesitas utilizar las partes. – Luché por calmar mi corazón cuando Eric me entrego la obra. No mires a Nick. No lo mires.
No importaba… era híper consciente de él. Aun cuando me moví varias filas de distancia, estaba segura de que sabría cada vez que cambiaba, respiraba o me miraba. El pequeño libro se sentía bien en mis manos, todavía caliente de las manos de Eric, y tuve que resistir la tentación de comenzar a derramar las palabras, en ese mimo segundo, para distraerme de Nick. La Directora de Escena, Alyssa, que era un año más joven que yo, entro en la sala para anunciar que estábamos listos para empezar cuando Eric lo estuviera.
Él asintió, y luego se volvió hacia mi –Miley, empezamos con Hipólito. Voy a hacer que realicen sus monólogos una vez más, luego subirás allí. Sólo sigue con lo que hacías en tu monologo. Ve al objetivo, lo quieres, pero tu vergüenza, tu miedo es tu propio obstáculo.
Eché un vistazo a Nick. Debe ser bastante simple. Alyssa volvió a entrar, Jeremy la siguió tranquilamente. Ella se sentó en la mesa de alta tecnología, y él se puso de pie en el centro del escenario, con los hombros hacia atrás, la barbilla hacia arriba. Se veía bien. Le sonreí con orgullo. Nuestro pequeño estudiante de segundo año.
-Hola Jeremy. Me gustaría empezar por ver tu monologo una vez más, solo para ver cómo van las cosas. A continuación veremos cómo le va a Miley.- Jeremy se aclaró la garganta. Se pausó por un momento. Me encantaba ese momento antes. Era el momento cumbre de la anticipación y la esperanza. Era como sumergirse en un precipicio, sabiendo, que lo que vendría después era terrible y hermoso y un punto de vida. Ese momento… era adictivo.
Me he dejado correr a mí mismo demasiado lejos.
Veo que mi razón ha dado paso a la violencia.
Había desesperación en la actuación de Jeremy cuando empezó, pero parecía joven. Se veía joven. Cuando hablo, sus palabras y sus emociones salieron corriendo. Como si una vez que había comenzado su confesión de amor por Aricia, nada pudo parar su desahogo.
Mi alma, tan orgullosa, por fin está a cargo.
Durante más de seis meses, desesperada, avergonzada.
Llevando en todas partes la herida con la que estoy mutilado.
Me arme de valor por ti, y por mí, en vano…
No me había dado cuenta hasta entonces, de cuanto Hipólito y Fedra estaban enamorados, y avergonzados, Fedra por quien ella amaba, e Hipólito porque amaba a todos. Pude ver la vergüenza en la actuación de Jeremy, desgastándolo, y me pregunte si así es como me veía en mi audición… si así es como me veía cada vez que pensaba en Nick.
Presente, huyes: ausente, te encuentro otra vez.
Los ojos de Nick se encontraban en Jeremy, mirando hacia atrás de vez en cuando en las notas que escribía en el cuaderno en su regazo. Esa última línea hacía eco en mi corazón como una música, una melodía que se quedó atascada y no te da ningún descanso. Presente, le huyo. Pero no importa la distancia entre nosotros, volvía a él. Todo volvía a él.
Eric se levantó de su lugar y dijo –Bien. Bueno. Vamos a verte Miley.
Aparte mis ojos de Nick, y busque a tiendas el guion. Camine hacia el escenario, mis rodillas un poco débiles, y mis pies algo entumecidos. Por mucho que me encantaba Jeremy, estaba claro para mí, en cuestión de minutos, que él no era Hipólito. Por un lado, no era el heroico y apuesto joven que podría convertir el corazón de Fedra tan desde adentro. Era más de un niño. Tenía la pasión, pero a veces ni siquiera eso era suficiente. Nos trasladamos a través de dos chicos más, que también carecían (ambos) de confianza. Aquellas audiciones pasaron rápidamente. Entonces fue el turno de Liam. Siempre había pensado que la mejor ventaja de Liam era su voz. En el escenario, tomaba este bajo estruendo, que no importaba el volumen en el poder.
Y con una obra de teatro que era tanto sobre el texto y el lirismo en las líneas (Su voz era perfecta) Siempre era difícil de leer la cara de Eric, pero, definitivamente, se veía más feliz con Liam que con las dos anteriores audiciones. Cuando las cosas se deshacían, era cuando Liam y yo subíamos al escenario juntos. Hacíamos la escena en la que Fedra primero revela sus sentimientos a Hipólito. Ellos hablaban de la muerte de Teseo (Marido de Fedra y padre de Hipólito) A Hipólito nunca le había gustado su madrastra. No sabía que ella lo había tratado mal, para poder mantener más fácilmente su distancia, porque lo había amado, incluso antes de que Teseo supuestamente muriera. Lo hicimos bien en la muerte de Teseo, pero yo iba apenas en la mitad de mi monologo, en la que declaro mis sentimientos, cuando Eric salió de detrás de escena y entro en el escenario.
-Para, para. Liam, ¿Qué estás haciendo?
Liam miro aturdido, y tal vez a punto de estar enfermo -¿Perdón?
-Tú la desprecias. Cuándo la revelación de sus sentimientos caen en tu cuenta, debes estar horrorizado, asqueado, incluso enojado.
-Por supuesto, señor.
-Entonces, ¿Por qué te ves como un cachorro enfermo de amor al que le devuelven afecto?- Como si ya no canalizara la culpa suficiente por esta actuación, sentí el peso de mi propia culpa añadida. Esto era mi culpa. No se trataba de la obra. Se trataba de mí. Había mantenido sus sentimientos en secreto durante tanto tiempo, pero me di cuenta en esa fiesta, desde que lo había besado, todo estaba más cercano a la superficie. Él llevaba la esperanza como un abrigo de invierno, en capas, por encima de todo.
No lo miré mientras él y Eric hablaban, porque no estaba segura de poder evitar la pena en mi rostro, y odiaría ver eso. Entonces, miré a Nick en su lugar. Su rostro estaba demacrado. A pesar de que se encontraba a unos quince metros de mí, sentí como si estuviera viéndolo desde lejos. Sólo mi miro por un momento, antes de que su mirada saltara a Liam, y profundizo su cejo fruncido. Después de unos segundos, se encontró con mis ojos de nuevo, y me mantuvo allí con su mirada. Había algo diferente en su aspecto, algo cambio, algo que hizo a mi corazón latir más rápido y a mi pecho hormiguear en la superficie de mi piel. Liam y yo terminamos nuestra escena sin incidentes. No fue el mejor desempeño que podría haber dado, pero me pareció que fue lo mejor hasta ahora. Aunque no era imparcial, supongo. Debería haber estado contenta de que mi amigo tenía problemas incluso para actuar disgustado conmigo. Pero en el fondo de mi mente, un pensamiento plantó sus raíces profundizándose a pesar de mis intentos por alejarlo.
Si él conociera la verdadera razón que yo tenía, tal vez… si supiera lo que nos mantiene separados, probablemente no tendría ningún problema despreciándome. Estaba un poco fuera de foco por la siguiente re-llamada. Tanto es así, que Eric decidió que era hora de darme un descanso. Necesitando el aire fresco, salí por la salida de emergencia (que nunca fue alarmada), y supe antes de oír el crujido de la puerta abierta otra vez detrás de mí, que Nick me seguiría.
-Lo estás haciendo bien- dijo.
Solté un poco de aire. Podría haber sido una risa, si hubiera tenido más energía –Sí, es por eso que estas aquí tratando de hacerme sentir mejor.
-Mis razones para estar aquí son totalmente egoístas. – Seguía pensando que me acostumbraría a él diciendo cosas así, a su franqueza. Nunca lo hice.
-Tenías razón. Estás actuando como un bastardo.- El poco calor que había en mis palabras se fue cuando sonrió.
Caminó a mi lado, mirando hacia un punto lejano del campus –Sigo pensando que esta obra es una señal. Es como nosotros.
-¿Soy la madre llena de lujuria en esta situación o tú?
Sus ojos volvieron a mí, bañando y explorando las curvas y las líneas de mi cuerpo –Oh, ese definitivamente soy yo- respondió –Fedra sigue diciendo que está siendo egoísta. Que se odia por ello, pero lo hace de todos modos. No puede negar lo que quiere, incluso si causa su caída y la de él.
-¿Y has aprendido algo de nuestro paralelo literario?
-En realidad no. Sigo pensando que ella lo haría todo de nuevo si hubiera una posibilidad… una posibilidad de que pudiera salir bien. Aunque 99 veces de cada 100 la historia termina mal, pero merece la pena, aunque sólo sea una vez, que consiga un final feliz.
-Escucha, Nick, mientras que estés paralelo que estás dibujando es adorable, sobre todo con ese acento, estoy un poco cansada de las metáforas, y ser comparada con las historias de amor condenadas. Solo di lo que quieres decir. He estado descifrando un texto antiguo toda la noche. No quiero tener que descifrarte a ti, también.
-Estoy diciendo que me equivoque- Dio un paso más cerca, y mi cansancio huyo, sustituido por la electricidad bajo mi piel –Estoy diciendo que me gustas. Estoy diciendo que no me importa una mierda ser tu maestro.
Entonces, me besó. Lo empujé antes de que mi corazón y mente fueran barridos. El placer que me golpeo después del beso, ya había terminado, por lo que se sentía como un eco. Y a pesar de que fui yo quien lo empujó, le eché de menos.
-Nick, esto es una locura.
-Me gustan las locuras.
La pregunta era… ¿Y a mí? Esta era la cosa más loca que jamás había hecho, y me aterraba y me emocionaba a la vez. Me aparté, necesitando la distancia para pensar, envolviendo mi cerebro alrededor de la locura. Había muchas posibilidades de que esto saliera mal. Pero, de nuevo por primera vez, me encontré con mi propia vida más interesante que la historia de un personaje en una página. Y Dios, quería saber el final. Y no me había dicho Eric que era mejor cuando tomabas decisiones valientes. Había estado hablando de la actuación, ¿Pero no lo son válidas para la vida, también? La mano de Nick rozo mi frente, y luego volvió a introducirse en mi pelo.
-Sólo piénsalo- Oh, lo pensaría. Probablemente sería lo único en lo que podía pensar. Me dio un rápido y pequeño beso en mi frente y se fue, dejando mis pensamientos en un revoltijo y mi corazón en un desastre.
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