La simplicidad de la noche anterior había desaparecido para la mañana del viernes. Liam no estaba enfadado en sí, aunque tampoco, realmente, no estaba mucho de nada. No me hablaba en la sala de espera, y tampoco se sentaba a mi lado. Cuando me unía a una conversación, él la dejaba. Yo era un hábito, y él parecía estar dejándolo. La sonrisa de Nick en la preparación para los de último grado, me ayudo. Habíamos requisado las computadoras del aula de diseño durante el día, para investigar sobre los postgrados disponibles. Algunos buscaban escuelas de postgrados, otros las prácticas. Demi buscaba billetes de avión y hoteles en ciudades alrededor del mundo al azar. Yo miraba la pagina principal dl buscador. Unas manos se curvaron alrededor del respaldo de mi silla, y el cuerpo de Nick se inclino hacia mí. La proximidad era del todo una distracción.
-¿En qué estas pensando, Miley?- Debería haber dicho, tú. Desnudo. Eso lo hubiera sorprendido. No es que estuviera pensando en el desnudo… Bueno, ahora que lo mencioné… Demonios. Como dije, una distracción. Sacudí mi cabeza porque no tenía una respuesta, al menos una que pudiera decir en voz alta. Él camino a mi lado y se inclino sobre la mesa, mirándome.
-¿Actuación o Dirección Escénica?- La mirada que fijo en mi se sentía muy personal en aquella aula llena de mis compañeros de clase, incluso cuando ninguno de ellos estaba mirando, bueno, a no ser por Demi. Ella nos miraba cada vez que Nick se me acercaba, lo cual me recordaba que debíamos ser cuidadosos.
-No lo sé- murmure.
-De acuerdo, ¿Qué tal una ciudad? Puedes comenzar a buscar apartamentos. Eso es ciertamente algo en lo que tienes que pensar, especialmente si vas a ir a Nueva York.- Contemple el cuadro de búsqueda de la pagina. Se estaba burlando de mí.
-No puedo permitirme ir a Nueva York- contesté.
-Está bien. La mayoría de las personas no pueden. Hay montones de mercados regionales que puedes considerar. Filadelfia.- Me giré abruptamente para mirarlo. ¿Me estaba diciendo que buscara en Filadelfia? ¿Dónde él vivía? ¿Intentaba decirme algo o yo estaba leyendo demasiado en sus palabras? Su rostro estaba inexpresivo cuando continuo: -Tanto Dallas como Houston tienen una cantidad razonable de trabajo. Chicago, Seattle, Boston, DC. En realidad hay muchos donde elegir- Me di la vuelta hacia mi computadora, mi corazón seguía todavía latiendo demasiado rápido. Sin duda estaba leyendo entre dientes. No era como si nuestra relación fuera seria. Habíamos pasado la noche abrazados en mi sofá. Eso no significaba que estábamos juntos o que tuviera que mudarme al otro lado del mundo con él.
-Sólo explora, busca algo para comenzar.- dijo, antes de dejarme para seguir caminando alrededor de la habitación.
Coloqué mis dedos sobre el teclado pero se sentía como plomo, pesaba demasiado para moverlos. Me quede mirando a la tecla “P”. Podía ver a Demi mirándome por el rabillo del ojo, y tan curiosa como estaba por Filadelfia, sólo escribí “Practicas para Dirección de Escenografía” en el buscador. Luego entre de un sitio tras otro, mirando el reloj de la esquina de la pantalla, dándole fuerza de voluntad a los números para que se movieran con más rapidez. Cuando la clase termino, mi alivio duró poco. La lista del elenco había sido publicada. Todavía era Fedra, Lo cual era bueno. ¿Qué tan embarazoso hubiese sido si Eric hubiera cambiado de opinión? Demi había obtenido Afrodita, como quería. Cheyne un soldado, como había predicho. Y Liam era Hipólito.
Esa noche llamé a la puerta de Nick, nerviosa, a pesar de nuestro acuerdo de tomar las cosas con calma. No habíamos hablado sobre hacer algo esta noche, realmente, y a pesar de nuestra tenue relación, todavía debíamos intercambiar números. Así que esperaba no parecer necesitada al buscarlo por segunda noche consecutiva. Hamlet, definitivamente, estaba contenta de tenerme fuera del apartamento. Todavía no coexistíamos muy bien.
Mi preocupación disminuyo cuando abrió la puerta y dijo – Oh, gracias a Dios. He estado pensando si debería ir a tu apartamento durante una hora, pero temía que tocara tu puerta y tuvieras invitados o algo.
Me reí. –Entonces, deberíamos intercambiarnos los números.
Él contestó. -¿Vas a ponerme bajo un nombre secreto para que nadie sepa quien soy yo cuando te envié cosas sucias?- Mis ojos se abrieron ampliamente.
-¿Planeas enviarme mensajes de ese tipo?- Sus ojos bailaron divertidos, y esa deslumbrante sonrisa suya estaba de nuevo en su rostro.
-No lo estoy descartando.- Oh. Oh. Mis nervios salieron disparados.
Tomo mi mano y me dirigió hacia su sala de estar, donde un libro abierto descansaba sobre el sofá. Era poesía, claro, porque era perfecto, y estaba tristemente fuera de mi alcance. Marcó la página, y puso la colección sobre una pila de libros al final del sofá. Se estiró y entrelazo nuestros dedos en las distancia entre nosotros. Quería recostarme sobre él, enredarme en sus brazos y no moverme de allí hasta que tuviera que hacerlo, pero todavía se sentía extraño. ¿Estábamos ya en esa parte de la relación donde podía simplemente hacerlo? ¿O todavía teníamos camino que recorrer para eso?
-Entonces, ¿La lista del elenco?- preguntó. Me quejé y me recosté en el respaldo de su sofá.- No está tan mal, ¿No?
-Eso depende de si Liam me hablara para cuando empiecen los ensayos en dos semanas o no. – No tuve que preocuparme por facilitarme la postura, ya que Nick no tuvo reparos en atraerme hacia él. Mi cabeza cabía perfectamente el en curva de su nombro.
-Liam parece ser un tipo razonable. Estoy seguro de que después de un tiempo en que lo procese, todo estará mejor.- Asentí, esperando que tuviera razón, aunque no estaba muy segura. Liam era razonable. El problema era… que la razón probablemente le dijo que se mantuviera alejado de mí, si no quería que su corazón fuera pisoteado. Y tal vez, eso fuera lo mejor. Él merecía a alguien mejor.
-De acuerdo.- dijo Nick. –Ya basta con eso. No me gusta esa mirada triste que tienes. Por desgracia, nuestras opciones durante la noche son limitadas, ya que no podemos salir a ninguna parte. Así que, ¿Qué tal una película?- Coloqué una sonrisa en mi rostro. Cuando él sonrió de regreso, me costo mucho menos mantenerla allí.
-Una película suena bien.- Escogió algo divertido, probablemente en un intento de animarme un poco. Luego, apago las luces y se me unió en el sofá. Cuando los créditos de apertura comenzaron, se recostó y me atrajo hacia él. Se encontraba estirado en el sofá sobre su espalda, y yo estaba sobre mi lado, instalada entre el respaldo del sofá y él. Vacilé por un momento antes de colocar mi cabeza sobre su pecho.
Intenté mirar la película, de verdad que lo hice, pero era difícil concentrarse con sus tranquilas y continuas respiraciones alborotando mi cabello, y su mano acariciando mi espalda de arriba hacia abajo. Estaba entre lo seductivo y lo cosquilloso. Era increíblemente consciente de que, de vez en cuando, su dedo continuaba un poco más debajo por mi espalda, hasta el pequeño pedazo de piel que estaba descubierta entre el final de mi camiseta y la cinturilla de mis pantalones cortos. Se quedaba allí durante un vacio segundo antes de volver a mi espalda. Entonces, su dedo viajaba hasta la piel descubierta de mi nuca, donde me hacia tener que reprimir un gemido. Miré rápidamente a su rostro, pero estaba concentrado en la película, completamente inconsciente de la locura a la cual me estaba llevando.
Finalmente, decidí que era tiempo de que tuviera una dosis de lo que yo estaba sintiendo. Desarme el puño que descansaba sobre su pecho, presionando levemente la punta de mis dedos en él. Comencé por delinear el diseño abstracto de su camiseta, algo que supuse que era de una banda. Una vez hice eso, mantuve mis manos deslizándose por su pecho, por la curva de uno de sus pectorales, bajando por su esternón hasta su duro estómago, haciendo un camino de vuelta por su pecho hacia los músculos extendidos desde su hombro hasta sus bíceps. Cuando mi mano imito uno de sus movimientos, apenas deslizándose a lo largo del dobladillo de su camisa, la mano que mantenía en mi espalda se congeló. De alguna manera, ese hecho me puso todavía más nerviosa.
Sintiéndome un poco mas valiente, volví al dobladillo, empujé mis dedos hacia arriba y debajo de la camisa, usando mis uñas para aplicar el mas suave de los toques en su piel. La mano detrás de mi se movió, reptando sobre mi espalda, mi cuello, hasta mi cabello. Apoyé mi mano, presionando mi palma contra su cálida piel. La mano en mi cabello se tenso, no lo suficiente para doler, sólo para inclinar mi cabeza ligeramente hacia atrás. Él me miró, sin ningún rastro de su sonrisa juguetona, con sus marrones ojos luciendo completamente negros en la oscura habitación. Estos danzaron por mi rostro, parpadeando con más frecuencia entre mis ojos y mis labios. La anticipación me estaba matando, así que clave mis dedos en su piel. Su respiración ya no estaba tan estable, pero siguió simplemente mirándome. Relamí mis labios, y sus ojos contemplaron ese lugar por más tiempo, tanto que el calor se estaba agrupando entre mis piernas a causa de solamente la anticipación, haciendo que me retorciera, intentando aliviar la presión.
Cuando levanté mi pierna y la enrede con la suya, finalmente se puso en acción. La mano en mi cabello me inclino hacia adelante, pero me detuvo a mitad del camino. Toda la anticipación de esos diez minutos, se concentro en el momento en que nuestros labios se encontraron. La conexión era demasiado pequeña para atraer fuegos artificiales a mi mente, pero se le acercaba. Era como la emoción de sostener una bengala; esa emoción que sientes cuando las chispas se acercan cada vez mas a tu mano. Su boca se mantuvo cerca, y a pesar de haberlo probado varias veces antes, el misterio me estaba matando. Se sentía como el primer beso. Se echo hacia atrás y apoyó su frente en la mía.
-Gracias- dijo. ¿Gracias? ¿Fue como un, gracias, pero no gracias? ¿Gracias, pero estoy mirando una película, déjame en paz?
-¿Por?
-Por darle una oportunidad a esto. Sé que estabas, probablemente estas, asustada. Pero acabas de hacer mi vida inmensamente mejor.- No se si por ser un actor lo había hecho tan honesto, sin miedo a ser vulnerable, o si simplemente era quien él era. Deseaba poder hacer lo mismo, pero eso no era quien yo era.
-¿Puedo hacerte una pregunta?- La mano que había estado en mi cabello, hizo el camino hasta mi mandíbula.
-Claro.- respondió.
-¿Por qué aceptaste este trabajo? No es que no me alegre que estés aquí, pero tú mismo dijiste que eras miserable.
-Ya no lo soy…- se inclinó, y me besó de nuevo, zumbando cuando presiono sus labios contra los míos. No se me ocurrió que no había respondido a mi pregunta, pero no me importo lo suficiente para dejar de besarlo, especialmente cuando su boca finalmente se abrió y probé su dulce y mentolado aliento, mezclándose con el mío. Su lengua se deslizo con la mía, y mi mano debajo de su camisa volvió a la vida, cerrándose contra su lado, atrayéndolo hasta que mi pelvis hizo presión contra su cadera. El beso era relajado y divino, pero demasiado lento, lento, lento. Quería más. Quería que nuestros cuerpos se sofocaran, nuestros labios se aplastaran, no esta burla suavidad. No quería perder el contacto con su piel, pero quería tomar el control. Mi otra mano estaba atrapada debajo de mí sosteniéndome. Así que saque mi mano de su camisa, y la coloqué en su rostro. Lo atraje mas cerca e intente cambiar el ritmo.
Él lo permitió durante un momento, nuestros labios se movían con rapidez, con el aire escapando cuando inclinábamos nuestras cabezas y nuestras bocas batallaban entre ellas. Y Dios, se sentía bien. Continúe atrayéndolo, insatisfecha, sintiendo que no estaba lo bastante cerca, hasta que el se inclino hacia arriba y giro sobre su lado para estar frente a mi. Un suspiro de éxito escapo de mi boca, entonces tomo la mano que tenia en su rostro y la empujo lejos, hasta que estuvo atrapada detrás de mi, la sostuvo allí. Presionada contra mí espalda baja con su mano. Entonces de nuevo, se recostó, cambiando el ritmo, rozando mis labios, lentamente, suavemente. Era enloquecedor. Intente inclinarme hacia él, pero me sostuvo con mas fuerza, reteniéndome, tomándose su tiempo. Gruñí con frustración. Y él sonrió.
-¿Qué sucede, cariño?- cualquier cantidad de palabras podrían haber salido de mi boca, algunas de ellas incoherentes, la mayoría de ellas no muy agradables. Afortunadamente, las que me arreglé pata soltar eran exactamente a lo que quería referirme.
-Demasiado despacio.- gemí. En realidad, estaba lloriqueando.
-Te dije que podía tomármelo con calma.- respondió.
-Idiota.- Esa en realidad era la palabra más agradable que estaba pasando por mi cabeza. Él ni siquiera tenía la decencia de parecer preocupado. Simplemente se rio. Me retorcí, tratando de liberar mí brazo, y él intento sosegarme con un beso, este un poco mas profundo, más satisfactorio que el anterior. Y justo cuando estaba olvidando por que había estado tan frustrada antes, volvió a alejarse. Era absurdo, pero de verdad sentí que podía llorar. Sus besos se arrastraron a través de mi mandíbula hasta ese lugar debajo de mi oreja que hace que cada parte tensa de mi cuerpo se vuelva blanda.
-No intentaba ser inteligente.- suspiró. –Sólo intentaba darte lo que quieres. Es duro cuando me dejo llevar, cuando te beso como quiero. Porque en todo lo que pienso cuando lo hago, es en el sabor de tu piel, y lo mucho que me gustaría volver a probarla.- Su boca quemó mi cuello. Sus dientes rozaron mi piel, y por impulso, mi cadera se lanzo hacia adelante, apenas haciendo contacto con él. Gimió en respuesta, sus suspiros volviéndose bruscos y perdiendo su suavidad. –Recuerdo el peso de tu pecho en mi mano, y la forma en que reaccionaste con mis dedos dentro de ti.- Mordí mi labio combatiendo el gemido que crecía en mi garganta. Quería sus manos en mí. Quería que nuestras ropas no estuvieran. –Pienso en tu cuerpo bajo el mío. Pienso en estar dentro de ti. Pienso en ello, y me consume. E ir despacio, es la ultima idea que cruza por mi mente.- Lo perdí. No pude retener el gemido, y se sintió como si fuera a hacerme pedazos sólo con sus palabras –Así que tengo que besarte lentamente. A no ser que hayas cambiado de idea, ¿Lo hiciste? ¿Cambiaste de idea?
¡Si! Por favor, oh Dios, si. Esto era una tortura. Pero la razón se desplego en el fondo de mi mente, tomando el control de todo, manteniéndome con los pies en la tierra. ¿Qué pasaba si intentábamos tener sexo y me asustaba de nuevo, y lo arruinaba todo?
-No, no he cambiado de idea.- dije. Entonces agregue. –Idiota.- Porque aquello era una tortura, y por la sonrisa en su rostro, él lo sabia.
-Hmmm… entonces iremos despacio.
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Capitulo dedicado a Male y Niley Phary, gracias por comentar, me alegra mucho que les este gustando la nove =D
awwww muchas gracias por el capitulo pero debes seguirla ya!!!!!!!! que haces que me quede con las ganas quiero urgente el proximo capitulo por favor que me facinoooooooo!!!!!!
ResponderEliminarque emocion :D muchas gracias por dedicarlo a nosotras :3 me emociono :D jajaja y me desesperas! le dejas en lo mas bueno!!!! jajajaja me super mucho asi .......... mas de esos puntitos jajajaja espero el proximo capitulo,
ResponderEliminarBESOS! y Gracias otra vez :D