viernes, 4 de abril de 2014

Teach Me to Love - Niley - Cap 07


Nunca quise ser la fuerte, pero pude ver en sus hermosos ojos marrones esa noche de septiembre, que tenía que serlo. Decir adiós, sin importar cuán temporal fuera, fue una de las cosas más difíciles que tuve que hacer. Pensé que mientras pasaran las semanas el dolor remitiría, pero solo se hizo más grande. Cada día se volvió un desafío si podría superarlo o no. Perdí el apetito por la vida también. Nada pareció importar. Incluso parecía que no podía verme inmersa en la seguridad de mis libros. La tutoría durante la semana fue una agonía, estar cerca de Nick pero tener que mantener la distancia. Toda evidencia del verano se borró de su apariencia. Había desaparecido el chico surfista despreocupado de cabello lacio de aquellos días. Ahora un hombre con el peso de Atlas sobre sus hombros se para en frente de mi clase cada día. Su cabello más oscuro, el bronceado de piel aclarándose. Se parece a Nick pero no es la misma persona. Mi pecho dolía por verse alejado de él, y no sé cuánto tiempo más puedo justificar mi depresión. Estar en una escuela privada significa que hay menos estudiantes, así que todos conocen los asuntos de todos, incluyendo las cosas de los maestros. 
Somos adolescentes, y cotilleamos, es lo que hacemos. Hace como una semana fue cuando lo escuché por primera vez. El Sr. Jonas y la Sra. Sherman están saliendo. Dos días después, se rumoreaba que estaban comprometidos. Hablando de un golpe al corazón. La Sra. Sherman, Stacy Sherman. No es sólo cualquier profesora, es la diosa de E.F. de nuestra escuela. No estoy exagerando, Zeus pudo haber sido su padre. Es alta y delgada con un todo… apretado muscular. Su largo cabello rubio siempre está perfecto para coincidir con el perfecto bronceado que tiene todo el año. Es unos años mayor que Nick, pero a él parece no importarle. Lo sé porque soy una acosadora. Lo esperé junto al estacionamiento de la escuela y los observé irse a almorzar juntos. Estaban riendo, y él abrió la puerta de su coche para ella, y ella le tocó el brazo y le guiñó el ojo. ¡Le guiñó el ojo! Es una vagabunda. La Sra. Vagabunda, y la tengo en el cuarto período justo antes del almuerzo.
Ya está bien de “No voy a ver a nadie hasta mayo”. Blah-blah, mierda, mierda. Han pasado casi tres meses, o sesenta y ocho días, desde la última vez que hemos estado juntos. Debería haber saboreado cada segundo de ese último día que tuvimos, pero no había comprendido que era nuestro último día, nuestro beso. Si lo hubiera sabido, podría no haberlo dejado irse. Es la primera semana de diciembre, y casi no hemos tenido contacto. Tres semanas hasta las vacaciones de invierno y puedo deprimirme todo lo que quiera. Nick… el Sr. Jonas ha sido extremadamente cuidadoso. 
Apenas me llama en clases, nunca hace contacto visual por más de un segundo, y durante las tutorías, mantiene la puerta abierta y se sienta en el lado opuesto de la clase. Yo, por otra parte, he estado en el borde de lo deprimida y obsesiva. Reproduzco cada segundo que pasamos juntos. Ahora tengo la alegría de analizar a la Sra. Sherman y compararme con ella, y nunca la supero cuando lo hago. Creo que no dormí o comí durante el primer mes de escuela. Él se ve bien, más que bien. Su cabello es más oscuro y un poco más largo, e incluso tiene la desfachatez de rebotar cuando camina. Suspiro y me doy cuenta que Mandy está observándome. Estamos en química, y tengo una hora con el Sr. Caliente, como algunas de las chicas han empezado a llamarlo, en unos veinte minutos.
—Han pasado meses, Miley —susurra ella casi con urgencia. Asiento—. Quiero decir que terminó contigo duro y actúa como si ni siquiera existieras. —Toca mi mano suavemente—. Odio ser la que lo diga, pero necesitas seguir adelante. —Retiro mi mano de la de ella como si quemara.
—No quiero seguir adelante —murmuro con enojo.
—Lo sé —dice y toma mi mano, ignorándome. Escuchamos el resto de la charla y luego tenemos hora de laboratorio. Mandy decide que necesito embellecerme un poco y pone algo de rubor en mis mejillas hundidas y brillo en mis labios antes de inglés. Cuando el timbre suena, me sorprende encontrar a Douglas esperando afuera de la puerta. Mandy sonríe y se encoge de hombros a la vez que se marcha. Esa astuta pedazo de… sigue adelante… Douglas. Vaya amiga es.
—Hola, Miley —dice Douglas, tomando mi mochila de mi hombro para llevarlo como solía cuando era mi novio—. Pensé que caminaríamos a clase juntos.
—Bien —digo, sintiéndome desnuda sin mi mochila para esconderme detrás. Douglas es un chico lindo. Salimos hasta el final del año pasado; sólo pensamos que era mejor romper y disfrutar de nuestros veranos. Fue mutuo, pero ahora estoy pensando que fue mi idea más que la suya. Volver a la escuela lo había puesto sentimental o algo así. Douglas había sido persistente en mantener el contacto este verano, diciéndome que me extrañaba, pero he sido un fantasma los últimos meses. Sin embargo, él ha seguido diciéndome que echa de menos el “nosotros” y ha estado intentando invitarme a salir.
—Entonces —dice cuando llegamos al pasillo casi vacío—, el baile formal de invierno es en tres semanas, y escuché que no tienes pareja. —Dejé de caminar y lo miré. Es un buen chico, lindo también. ¿Pero no puede ver que estoy quebrada? He conocido a Douglas desde la escuela primaria, y siempre ha sido mi amigo. Estuve allí cuando entró al equipo universitario junior en nuestro primer año y fui a cada uno de sus partidos. Él era el deportista popular, y yo era la nerd. Él era buscado por todas las chicas de la escuela y no podía mentirme a mí misma… pude ver su atractivo. Douglas es de altura media, pero cargado de músculos. Su cabello es del color del café oscuro, y sus ojos son de este intenso marrón ámbar, el que no puedes evitar perderte. El año pasado nos miramos y decidimos darle a la cita un intento. Fue extraño al principio, en especial la primera vez que nos besamos, pero también me sentí segura y querida. Fue extraño caminar de la mano mientras llevaba mi mochila a clase, con todos observando. Me pregunté en secreto si nos casaríamos alguna vez y le contaríamos a nuestros hijos cómo nos conocimos en el arenero, amigos de toda la vida. Al final, me di cuenta que él siempre sería mi amigo, y él había adquirido una nueva perspectiva de lo que vio en mí. Me dijo la noche que rompimos que soy el amor de su vida.
—No voy a ir —le digo sin emoción. Toma mi mano en la suya y seguimos caminando. Quiero alejar mi mano, pero se siente tan caliente y quiero sentir esa querida sensación. Inmediatamente, las personas se voltean para vernos. Estoy segura de que se rumoreará que estamos de nuevo juntos en el primer período de mañana. Justo antes de entrar a nuestra clase de inglés junto, me gira hacia él.
—Por favor, piensa en ello —dice, ojos ámbar rogando—. Te estoy pidiendo que por favor vayas a nuestro baile de invierno de segundo año, Miley. Incluso si es sólo como amigos. —Douglas se inclina y roza ligeramente sus labios en mi mejilla, luego entra a clase. Puedo sentir ojos puestos en mí, dos de ellos marrones y ardiendo ferozmente, cuando tomo mi asiento. La clase entera vio y escuchó todo entre Douglas y yo, y sé que mi cara tiene que ser del color de un tomate. Fantástico. Douglas pone mi mochila en mi escritorio, y lentamente alzo la vista. Nick parece molesto y me da una mirada que le da escalofríos a mi corazón. Me dijo que vaya a los eventos escolares. Él es quien ni siquiera quiere hablarme ¿Cómo puede estar enojado conmigo? El timbre suena, y me siento en mi silla dura de plástico.
—No saquen sus cosas —dice el Sr. Jonas—. Pasaremos este período en la biblioteca para que puedan hacer algunas investigaciones para su ensayo que vence antes de las vacaciones de invierno. —La clase está emocionada, y Douglas se pone de pie para llevar mi mochila otra vez.
—La tengo, Douglas, pero gracias. —Recojo mi mochila, y soy la primera en llegar a la biblioteca. Escojo un asiento donde puedo estar sola, aunque es obvio que Douglas quiere sentarse conmigo. Saco mis cuadernos y empiezo a trabajar en mi ensayo. Casi está terminado… bueno, está completamente terminado. Pero quiero parecer sumergida en él. A cada uno nos fue asignado un poema de Edna St. Vinvent Millay; el mío era “Sé que soy nada más que el verano para tu corazón”. Es intenso y muy adecuado. Empieza: “Sé que soy nada más que el verano para tu corazón y no las cuatro estaciones del año.” Se podría decir que me impactó cuando lo leí. Después de veinte minutos de releer mi ensayo terminado, deambulo por la sección de referencias sólo para moverme. Nadie está en esta parte de la biblioteca, y tomo ventaja del silencio. Me recuesto contra la librería y cierro los ojos. Me siento a punto de llorar y hablar consigo misma me mantiene tranquila. No me gusta mucho. Nick es en todo lo que puedo pensar. Seguro, Douglas está siendo dulce y debo estar disfrutando de mi último año en la preparatoria. Pero me siento atrapada en mi corazón y atascada en mi cerebro. Golpeo mi cabeza contra los lomos de los libros y suelto un suspiro.
—¿Está bien allí atrás, Srta. Cyrus? —Abro mis ojos de golpe para encontrar a Nick parado junto a mí. Está sujetando un portapapeles en una mano y un libro en la otra. Cierro los ojos y tomo tanto aire como mis pulmones aguanten. No lloraré.
—Sí, Sr. Jonas —respondo. Mira en torno suyo, y es obvio que estamos solos.
—¿Estás saliendo con Douglas Booth? —pregunta, acercándose. Puedo oler su loción, así que inhalo tanto como mis pulmones pueden contener, inhalándolo. Está usando una camisa blanca fuera del pantalón, con un chaleco marrón por encima; que va perfecto con la chaqueta marrón de pana y los pantalones vaquero oscuro, está logrando completamente el look de “sexy joven maestro”.
—No estoy saliendo con nadie, Sr. Jonas. —Trago saliva—. Mi novio me botó, y estoy muy afligida para superarlo —digo tranquilamente—. Escuché que está saliendo con la Srta. Sherman, que quizás incluso haya una boda en junio. —No esperaba que todo eso se me escapara. Nick toma una fuerte inhalación como si lo hubiera herido. Normalmente no sería tan atrevida, pero me siento más valiente en un lugar público rodeada de todos estos libros. Finalmente alzo la mirada y veo el dolor de mis palabras en sus ojos. Quiero decirle que no sé hacer esto o preguntarle lo que debería decir. Le ruego con mis ojos. Enséñame, Nick… enséñame cómo no amarte más.
—Quizás tu novio está igual de afligido —dice más cerca de mi cara—. Apuesto a que todavía está enamorado de ti y apenas resistiendo cada día sin escuchar tu voz o sentir tu toque. —Sus palabras salen tan rápidas que apenas puedo entenderlo—. Y estás mal informada si piensas que estoy saliendo con Stacy Sherman. Mi novia está ocupada con la escuela en este momento pero había esperado que me esperara cuando salga en mayo. —Noto su mano sujetando la librería por apoyo. Sin mi permiso, la alcanzo y la toco. Los ojos de Nick están cerrados, y no se mueve.
—Me gustaría que fuera cierto —susurro, y antes de saberlo, su rostro está frente a mí. ¿Va a besarme? ¿Quizás a gritarme?
—Sigo enamorado de ti, Miley —vocaliza las palabras, luego se va. Me quedo allí, sorprendida por un momento hasta que puedo respirar correctamente. Tener los labios de Nick tan cerca de los míos me ha dejado mareada y con el corazón latiendo. De regreso en mi mesa, el mundo parece ajeno a mi experiencia devastadora. Douglas se desliza en la silla frente a mí.
—¿Estás bien? —pregunta—. Parece como si te fueras a enfermar.
—Creo que ya lo estoy.— Mandy me lleva a casa de la escuela, Douglas siguiéndome en mi coche, y pasó el resto de la semana en cama. Mi estómago duele tanto que me doblo por el dolor; luego mi espalda duele y soy incapaz de ponerme cómoda. Nunca he faltado tanto a la escuela, nunca. Mi papá está tremendamente preocupado, pero sé con qué es que estoy enferma. Desamor. No puedo evitar preguntarme si tuvo algo que ver con lo que Nick me dijo en la desierta sección de referencias. Mis esperanzas se elevan, luego bajan. Suben, luego vuelven a bajar. Un corazón destrozado puede tomar tanto. El viernes, Douglas viene luego de la escuela, trayéndome toda la tarea. Están todas separadas en sobres grandes y sellados para evitar la necesidad de hacer trampa. Noté que el sobre de inglés era el más grueso. Douglas y yo nos sentamos en el sofá mientras me pone al día con los chismes que me he perdido. Me confirmó lo que temía: todos asumieron que estábamos juntos de nuevo.
—Realmente te extrañé esta semana —me dice luego de haber hablado por veinte minutos. Sonrío débilmente. ¿Qué es lo correcto por hacer?
—Sí, correcto —respondo porque no he sido cualquier cosa menos “señorita capaz”. He sido una sombra de mí misma. Douglas se acerca y toma mi mano en la suya, y nuevamente, tengo esa sensación de calidez.
—Tus manos están heladas —remarca, luego me tira a su pecho. Se siente familiar, pero no correcto, aun así él es tan cálido que se lo permito—. En serio te he extrañado, Miley. Más de esta semana—dice Douglas cerca de mi oído.
—Oh. —Es todo lo que puedo decir. Douglas no dice nada por un rato; sólo parece contento con sujetarme.
—Entonces, ¿has pensado en el baile de invierno? —pregunta. Me preguntaba cuándo lo traería a colación.
—Oh… Douglas —tartamudeo—. No creo que sea buena idea.— Se da la vuelta y me encara.
—¿Qué tal como amigos? —Sus misteriosos ojos le rogaban a los míos. Puedo ver todos los días y los meses que pasamos juntos en esos ojos. Suspiro.
—Veamos cómo me siento la próxima semana. —Intento comprarme algo de tiempo. Douglas mueve su cara y roza sus labios contra los míos. Jadeo y salto hacia atrás, sintiendo el sudor empezando a perlar mi frente. Ninguno de los dos habla, creo que estoy en shock.
—Lo siento. Eso estuvo fuera de lugar —dice, nuestros labios todavía cerca. Dios, extraño besar. Me debato si es ético besar a Douglas y fingir que es Nick.
—Está bien —murmuro, y mientras lo digo, se tocan de nuevo—. Gracias por traerme la tarea. —Me recuesto hacia atrás. Se pasa las manos a través del cabello, y me pongo de pie, Douglas siguiéndome.
—Siéntete mejor, ¿sí? —dice Douglas, agachándose y besando la cima de mi cabeza antes de irse. Me siento aturdida en el sofá por unos minutos una vez que se fue. 
Cuando me pongo de pie, mis piernas están tan acalambradas que es difícil caminar, pero tropiezo hasta la cocina para hacerme algo de té. Llevo mi té y la tarea a mi habitación. Me toma dos segundos romper el de inglés. Dentro hay sólo unas cuantas hojas de papel de trabajo real de clase. El resto son notas manuscritas de Nick. Están fechadas desde el primer día de escuela hasta ahora, lo que significa que hay casi ochenta notas. Tres horas después, estoy más confundida que nunca. Las palabras de Nick eran una mezcla de amor e incertidumbre. Escribe sobre lo difícil que es verme cada día, pero cómo este acuerdo es necesario. Su última carta es la más preocupante. Dice:
"Si amas suficiente a alguien debes dejarlo ir. Eso es lo que haré. Te libero de sentirte obligada a estar pegada a mí. Miley, ha terminado. Vive tu vida."
Leí estas cuatro frases una docena de veces. No sé si mi corazón podría lastimarse más, pero lo hizo.
* * *
Reacia vuelvo a la escuela el lunes. Todo parecía verse diferente, sentirse diferente. Douglas camina conmigo a clase de inglés cada día de la semana, y dejo que sostenga mi mochila y mi mano. Así que soy una persona terrible, sólo necesitaba algo de fuerza, y él estaba dispuesto a proporcionarla. Observé a Nick mirarnos cada vez que llegamos juntos. Oye, si quería sacarme de su vida, entonces bien. Tomé una decisión de una fracción de segundo garabateando algunas palabras en un pedazo de papel y lo lancé al escritorio de Douglas. Lo agarró y lo leyó debajo del escritorio. Observé mientras sus ojos se amplían; luego sonrió, escribiendo algo.
"No al baile, sí a la cita. Esta noche."
"Te recojo a las siete."
El baile es mañana a la noche, y hoy es el último día antes de las dos semanas de las vacaciones de invierno. Sostuve el papel plano en mi escritorio, sin notar que la clase estaba absolutamente silenciosa. Miré hacia arriba para encontrar a Nick parado sobre mi escritorio.
—¿Hay algo más interesante que mi charla, Srta. Cyrus? —Su voz tensa.
—Sr. Jonas, ese es mi papel —dijo Douglas, defendiéndome rápidamente.
—Entonces, Sr. Booth, ¿por qué está en el escritorio de Miley? —La manera en que dijo mi nombre fue brutal. Como un sabor amargo que no pudiera quitarse de la boca. Nuestros ensayos fueron entregados hoy al inicio de la clase, y el Sr. Jonas pasó el resto de la clase dando charlas sobre, ya sabes, no lo puedo recordar. El timbre suena, y el resto de los estudiantes huyen antes de que algo de tarea pueda ser asignada en vacaciones. Ahora sólo soy yo, Nick, y Douglas en el aula vacía. Nick nunca quitó sus ojos de mí mientras hablaba.
—Sr. Booth, que tenga buenas vacaciones. Srta. Cyrus, necesito hablar con usted sobre su comportamiento.
—Pero, Sr. Jonas —intenta nuevamente Douglas. Nuestro profesor lo miró.
—Eso es todo, Douglas. Por favor, cierra la puerta cuando te vayas. —Douglas me dio una mirada de disculpa pero se fue como le dijo. Me senté mirando la nota en mi escritorio, notando lo silenciosa que estaba ahora la habitación.
—Lo siento —trago saliva—… Sr. Jonas, sobre la nota. —Se sienta en el escritorio frente a mí.
—Entonces, ¿vas a salir con ese títere esta noche? —Alcé la mirada a sus brillantes ojos maroones.
—Me dijeron que viviera mi vida —espeté y me puse de pie cara a cara con el hombre que seguía amando—. Ni siquiera llamaste para mi cumpleaños. —Mi voz descendió. Sé que él no podía, pero sin embargo dolía. Tenía algunas expectativas de celebrar mi día en la edad adulta. Tenía muchas expectativas que sé que nunca se cumplirán, y el pensamiento es devastador.
—Debería darte detención —dijo, y sentí mi mandíbula caer abierta. Sentí el rubor calentar mi cara, y me acerqué.
—Entonces hazlo. —Nick agarró mi cara y me tiró a un feroz beso. Estuve llena de enojo y pasión por los breves segundos que duró. Tiré su rostro hacia el mío y dejé que mil recuerdos me inundaran. Mis dedos se enredaron en su largo cabello, y en todo lo que pude pensar fue, finalmente. Cuando me liberó, me tambaleé hacia atrás, y él se enderezó. Sólo mirándolo, cabello desordenado y ojos un poco salvajes, todo lo que quería hacer era saltar sobre él y llevarlo al piso del aula.
—No pienses un segundo que esto ha sido fácil por mí, Miley. —Él tragó, y pude ver lágrimas en sus ojos—. He querido abrazarte —su voz baja—, para besarte, para hacerte feliz. Sólo para estar contigo cada día. Me está matando. —Se puso la mano sobre el pecho—. ¿Puedes verlo? —Nick se dobló para encontrarse con mi mirada—. Siempre te amaré. —Sus dedos trazan mis mejillas y toca mi cuello. Nuestras miradas se traban, y quiero besarlo otra vez—. Siempre serás la única para mí.
Temo demasiado decir algo, así que actúo por impulso y dejo que mis labios regresen a los de él. Esta vez el beso es suave y dulce, el enojo se ha ido y la verdadera emoción de la situación permanece, amor. Retiro mi cara de la suya y encuentro sus ojos abiertos. Estoy tan abrumada que necesito salir de aquí. Se siente como si las paredes se estuvieran cerrando sobre nosotros. Agarro mis cosas y hago una línea recta hacia la puerta pero me detengo antes de abrirla. Me doy la vuelta para tener una última mirada de Nick.
—Nick —dije estrangulada. Está observándome, y puedo ver que sus ojos están llenos de lágrimas. Me trago mi propia emoción—. Eres el único hombre que siempre tendrá mi corazón. —Mi valor disminuye, y estoy a punto de correr a mi coche. No me sorprende encontrarme a Douglas apoyado contra él, esperando por mí. Camina hacia mí y ahueca mi cara en sus manos.
—¿Estás bien? —Su cara está llena de preocupación, y estoy segura de que parezco un completo desastre. Segura de sentirme como una—. ¿El Sr. Jonas… te hizo algo? —Sostiene mi mirada para asegurarse de que le respondo con honestidad. Niego con la cabeza.
—No. Claro que no. —Tengo que detenerme para respirar—. No estoy acostumbrada a meterme en problemas.— Una sonrisa tira de los labios de Douglas.
—Mi pequeña Miley —susurra, sonriendo. Suspiro de alivio, sabiendo que acabo de esquivar una bala.  Douglas sigue sosteniendo mi cara y ahora tiene una mirada extraña en sus ojos. Conozco esa mirada, era la misma que tuvo justo… antes… La boca de Douglas casi se estrella con la mía. Sus labios están ansiosos mientras sus manos se deslizan desde mis mejillas a la parte de atrás de mi cabeza. Sigue besándome, mi boca sin responder hasta que él está satisfecho. No pude reaccionar a tiempo para apartarlo. Literalmente me congelo en sorpresa. ¿Por qué piensa que tiene derecho a besarme?
—Te veré esta noche a las siete —dice, besándome una última vez antes de irse trotando a su coche.
Oh sí. Porque estuve de acuerdo en salir con él esta noche. Douglas piensa que hemos vuelto.

2 comentarios:

  1. que lindo!!! porfis síguela pronto!! me emocione con este capitulo

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  2. Hermoso .. porfa sube un maraton de esta nove !!

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