La última cosa que recuerdo es a Nick sosteniendo mi mano y diciéndome que me ama. No puedo abrir los ojos, están muy pesados, pero sigo tratando. Mi pecho se siente como si hubiera estado corriendo muy rápido durante diez días seguidos, sin descanso. Duele tanto que abro los ojos para asegurarme de que no hay un peso de alguna clase presionándome el pecho... como un elefante, o algo así. Ahora que puedo abrir los ojos me doy cuenta de que no sé dónde estoy, y me estoy asustando. Tengo una máscara sobre la boca y cables por todo el cuerpo. Lucho por moverme, ahora en pleno modo de pánico, tratando de arrancármelo todo.
—Oye —dice una voz suave tomando mis manos entre las suyas y presionándome suavemente de vuelta hacia la cama
—Estás bien —dice tocando mi cabello—. Estás en el hospital. Hay un problema con tu corazón, pero van a arreglarlo.— Estoy teniendo problemas para concentrarme y no puedo encontrar su rostro, pero conocería esa voz en cualquier lugar.
—¿Qué pasó? —creo que pregunto. Finalmente Nick mueve la cara hacia mi línea de visión directa. Las luces del techo lo rodean y parece que está brillando. Un ángel... mi ángel.
—No te preocupes por eso ahora cariño —susurra y besa mi cabeza—. Sólo tienes que luchar para superar esto, ¿de acuerdo? Necesito que sepas que estoy aquí, no me voy a ir, sin importar lo que pase. —Solo puedo mirarlo fijamente. Sé que ha estado llorando porque sus ojos están hinchados. Y uno es de color negro y azul y está casi cerrado por la hinchazón.
—Tu ojo. —Quiero tocar su rostro. Nick sonríe y mira hacia abajo.
—Conocí a tu padre —dice riendo.
—¿Él... te pegó? —No puedo creer esto. Los detalles están empezando a entrar en foco. Le dije a papá acerca de Nick... estaba en la escuela con mi maestro cuando me desplomé... Nick viajó al hospital conmigo. Oh mierda. Todo se sabe.
—Sí —responde tocando su mejilla. Se estremece
—Está bien creo, quiero decir entre tu padre y yo. Dolly vino a recatarme mientras estaba fuera de combate.— Hay mucho que procesar. Me siento muy cansada pero no quiero cerrar los ojos y perderme a Nick.
—¿Y ahora qué? —Suspiro y el pecho me aprieta. Los dedos de Nick acarician mi cabello y mi mejilla.
—Descansa y ponte fuerte, para que el médico pueda arreglarte y estés bien de nuevo —me dice.
—¿Y nosotros? ¿Qué pasa ahora con nosotros? —Nick sonríe y se inclina más cerca de mí. Tengo muchos cables pegados, así que no puedo moverme. Siento sus labios presionarse contra mi frente.
—Bueno, estaba pensando en eso... llevar las cosas al siguiente nivel —afirma. Siguiente nivel, ¿qué quiere decir? Debe haber visto la confusión en mis ojos, así que continúa—. Hice un par de llamadas...
—¿Cuánto tiempo ha estado lúcida? —Una enfermera entra en la habitación abruptamente. Nick mantiene sus ojos en los míos mientras le contesta.
—Solo un par de minutos señora —responde.
—¿Y qué parte de “si despierta avísanos inmediatamente con el timbre” no entendiste? —Nick se inclina hacia abajo y me besa la frente.
—Te amo, Miley Cyrus —me dice, ignorando a la enfermera—. Necesitamos dejar que esta mujer tan agradable te examine, pero cuando acabe, hay algo que tengo que preguntarte. —Me besa una vez más y sale de la habitación. La enfermera viene a mi lado de la cama mientras comprueba algunas cosas en mi historia médica y los muchos monitores y bolsas unidas a mí.
—El médico vendrá en breve con tu padre —dice y se va. Asimilo mi entorno lo mejor que puedo. Estoy en una caja de cristal que está unida a la cama del hospital. Afuera puedo ver a mi papá, a Nick y a tía Dolly junto a la estación de enfermeras.
Todos están de pie alrededor de un doctor que parece estar explicándoles algo. Todos asienten al mismo tiempo y el médico sigue hablando con movimientos de las manos para conseguir que su punto de vista sea entendido. Nick mira hacia el otro lado de la habitación y directamente a mis ojos. Su mirada me atrae, él es todo lo que puedo ver. En este momento, estamos en nuestro propio mundo privado, aunque estamos separados por seis metros de distancia y una pared de vidrio. Noto que el médico deja al grupo y se dirige hacia mi puerta. Veo, mientras, que Nick toca el brazo de mi papá y le dice algo. Lo que sea que le esté diciendo, tiene toda la atención de mi padre.
—Hola Miley—me saluda el médico—. Justo estaba hablando con tu padre y familia... —él sigue hablando, pero estoy viendo a mi papá y a Nick. Puedo escuchar al médico decir algo acerca de un aneurisma, pero lo que está pasando afuera de mi habitación es mucho más importante. Puedo ver la cara de mi padre volverse de un rojo brillante, pero no se sorprende por lo que Nick le está diciendo. Nick sigue hablando y mi papá se ve furioso o asustado. Mira hacia mí y sus ojos se suavizan. Dolly tiene una pequeña sonrisa en los labios debido, seguramente, a lo que está oyendo. Mi papá niega con la cabeza y Nick se cubre el corazón con la mano y parece estar suplicando.
—Así que a esta hora, mañana, si sigues estable haremos la cirugía. —El médico me da palmaditas en el brazo.
—Cirugía. —Finalmente miro al médico y pienso que, tal vez, lo que estaba diciendo también era importante. Él asiente con la cabeza, piensa que debí entender todo. Hace algunas notas en mi historia clínica y se va. Vuelvo mi atención de nuevo al espectáculo fuera de mi habitación. Papá y Nick están en medio de una conversación. Nick sigue hablando y mi padre sigue escuchando, no se ve emocionado, pero ya no se ve molesto. Parece estar sumido en sus pensamientos. Hablan por otros diez minutos más antes de que mi papá se levante y venga hacia mi habitación.
—Hola nenita —dice en voz baja.
—Hola papá —le respondo. Él toma mis manos—. Veo que has conocido a Nick.
Mi padre asiente con la cabeza y suspira.
—Sí —dice lentamente—, hablaremos de eso cuando te sientas mejor.
—No sabía que él iba a ser mi profesor... lo conocí antes... terminamos. —Mi palabras se derramaron y podía oír el monitor del corazón sonando más alto y más apresurado—. Lo amo papá.
—Cálmate cariño —dijo en voz baja. Su sonrisa era conflictiva—. Ya no estoy molesto. He tenido este último día para conocerlo y es un tipo decente. Y no es que cualquier tipo, alguna vez, vaya a ser lo suficientemente bueno para mi Miley Smiley.— ¿El último día?
—¿Cuánto tiempo he estado aquí?
—Treinta horas —respondió con tristeza—. La pared de tu corazón es débil, justo como la de tu mamá. Si Nick no hubiera estado contigo... —No dijimos nada por un tiempo, no teníamos que hacerlo. Antes de que mi mamá muriera, pensaron que habían captado el problema a tiempo. No lo hicieron. Yo estoy en la misma situación en la que ella había estado hacía ya diez años
—El doctor dice que tu corazón parece haber estado débil durante algún tiempo. ¿Has estado experimentando cualquiera de los síntomas a los que sabes que deberías estar atenta?— Mentiría si le dijera que no. Después de que mi mamá murió, nos enteramos que podía ser una enfermedad genética y cuáles eran los síntomas. Incluían dolor abdominal y de espalda, dolor en las piernas o entumecimiento, sensación de estrés, náuseas, ansiedad y taquicardia. Había sentido la mayor parte de ellos y debería haber visto las señales, pero pensé que todo era debido a un metafórico corazón roto.
—Va a estar bien, papá —traté de sonar segura e ignoré la pregunta que me hizo.
—Fui muy afortunado de tener a tu madre —sonaba nostálgico—, era la mujer más hermosa que he visto en mi vida y cuando aceptó casarse conmigo, no creí que la vida pudiera volverse mejor. Cuando dijo que estaba embarazada —hizo una pausa—, la vida se volvió mejor.— Se deslizaron las lágrimas por la cara de mi padre y las mías le siguieron.
—También la extraño —susurré.
—Sólo tienes dieciocho años, pero has soportado cosas que te han hecho parecer más vieja o más madura para mí. —Cerró los ojos mientras pensaba
—No puedo imaginar cómo habría sido mi vida si tu mamá no me hubiera dicho que sí. Esos años con ella fueron los mejores de mi vida. Me dio la oportunidad de conocer el amor.— Mi papá no había hablado tanto de mi mamá desde que murió, nunca. Miró a través de la habitación y más allá de mí. Seguí su mirada y vi a Nick mirándonos.
—Él te ama —me dijo mi papá. Sonrío y me hubiera ruborizado si mi sangre estuviera fluyendo correctamente.
—También lo amo.
—Vas a estar bien. —Me besó en la frente—. Sólo quería que supieras que, cosas como la vida, no siempre salen según lo planeado. A veces solo necesitamos trabajar con lo que tenemos y reconocerlo como un regalo. Miley, tú eres mi regalo y te quiero más que a nada en el mundo. —Las lágrimas seguían rodando.
—¿Qué pasa papá? —Él parecía tan angustiado como si estuviera tratando de decirme algo sin darme ninguna información.
—Sólo quiero que seas feliz —dijo encogiéndose de hombros—, que seas tan feliz como sea posible durante el mayor tiempo posible. No quiero que te pierdas nada porque tú y yo sabemos cuán frágil y breve puede ser la vida.
—Soy feliz papá —le aseguré. Él sonrió y me besó la mano.
—Descansa un poco cariño. —Se puso de pie apoyándose en la cama.
—No estoy cansada —bostecé y mis ojos se cerraron involuntariamente—, solo necesito descansar los ojos un momento.
La siguiente vez que los abrí, habían pasado casi cinco horas. Me enfoqué en el reloj de la pared y luego noté que Nick estaba sentado junto a mí con la cabeza sobre mi cama. Estaba respirando suavemente, durmiendo. Levanté el brazo y apoyé la mano en su cabeza. Si pudiera haberme movido, lo habría besado. Habían cambiado la máscara de respiración por unos de esos tubos que ponen en la nariz. Pasé los dedos por su cabello. Parecía más oscuro ahora que no había estado surfeando al sol. Mis dedos pasaron ligeros por la mejilla y la sombra de la barba de casi dos días. Nick volvió la cara y luego se incorporó. Parpadeó un par de veces, mirándome.
—Hola —dijo adormilado.
—Hola. —Le sonreí y él tomó mi mano—. Me alegro que estés aquí, pero, ¿no tienes que trabajar? —Después de que las palabras salieron, me hubiera gustado poder devolverlas. No quería que se fuera a ninguna parte. Nick me hacía sentir segura, con él podría superarlo todo.
—Esa es una de las cosas de las que quería hablarte —dijo uniformemente. Lo animé a continuar con los ojos—. Yo, bueno... —sonaba nervioso—… renuncié.
¿Qué?
—¿Que hiciste qué? —No entendía—. Querías muchísimo ese trabajo. —Él tomó mis manos entre las suyas y sonrió.
—No quiero nada tanto como te quiero a ti Miley—dijo y si mi corazón pudiera latir con más fuerza, probablemente podrías haberlo visto saltar a través de la bata de hospital—. Me di cuenta de que nada era más importante que estar contigo, nada.
—Pero... Nick. —No sabía qué decir. Había renunciado a mucho para tomar este trabajo en el departamento de inglés. Esencialmente había renunciado a nosotros.
—Pero nada —dijo sonriendo y besando mis manos—. Tú eres mi mundo, Miley. Ya no puedo permanecer lejos. —Nick se movió en su asiento y giró para mirarme—. Hay algo más de lo que quiero hablarte.
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Male porque te quiero decidí subir otro capitulo hahahah
nooooooooooo por que lo has dejado ahí?? continua, muero por saber que sucede xxx
ResponderEliminarQUE LINDO!!!
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