martes, 12 de febrero de 2013

When I Look At You- Cap 40


DÍA TRES:
«No me interesa conocer tu apartamento, en lugar de sacarle fotos a cada habitación, deberías haber escrito en cuanto llegaste. De todos modos me gustó tu cobertor, es celeste y te recordará a mis ojos» Nick sonrió mientras seguía leyendo. «Hablé con Demi en cuanto te fuiste… Nada personal, sólo quería dejar un par de cosas claras… Quita esa cara, apuesto que estás frunciendo el ceño ahora. ¡NO ESTOY CELOSA! Sólo quería arreglar un par de cosas.» Por poco se le voltea el café que había estado tomando antes de revisar su bandeja de entrada. Sin embargo, diferente a lo que Destiny pensaba, él no estaba enojado; lo cierto es que le divertía más de lo que se permitiría admitir, la actitud de la adolescente. Celosa, Hum… Interesante… Continuó leyendo, cuidando de no derramar la taza sobre su nueva laptop, la anterior se la había dejado a Destiny para que no tuviera excusas con mantener la comunicación a distancia.


«Es una suerte que tengas internet incluso antes de llegar a la ciudad, acá, cuando el modem falla me toca esperar por semanas. Supongo que eso es lo que pasa cuando tienes un puesto importante en una agencia ¿No? Comienzo a creer que Mandy tenía razón y debería haberte sacado un poco de dinero. Tantas lágrimas derramadas por tu culpa no poden ser gratis ¿No te parece?» Esta vez Nick efectivamente se atragantó. Mientras asimilaba la situación, las palabras de Destiny continuaban en su cabeza… ¿Será posible? Se inclinó hacia el monitor para enfrentar el resto del atrevido e-mail. «Estoy bromeando tontito. Sólo quiero verte pronto… A qué no sabes lo que se me ocurrió hace un par de horas… Skype. Tú y yo, muy tarde, poquita ropa. Comienzo a creer que el tiempo no será un impedimento. Te amo»

-Lo haré con una condición- se encontró diciendo en voz alta, negó ante su idiotez y dio clic al botón -Responder « ¿Cual es?» -Fantástico- la respuesta había llegado enseguida- ya verás- masculló sonriendo, mientras tecleaba su siguiente petición «¡¿Qué tiene que ver Demi en todo esto?!» Tal y como Nick se pensaba, Destiny parecía estar celosa. Sabía que era infantil de su parte alegrarse por eso, sin embargo, teniendo en cuenta que Destiny estaba rodeada de tipos más jóvenes que él. Bien, él estaba más que dichoso de tener toda su atención.

-No me parece justo que le hagas pasar un mal rato, no lo merece- murmuró en voz alta mientras lo escribía. Después de eso, ella no respondió más… Justo cuando Nick comenzaba a preocuparse, su Iphone comenzó a sonar… Jesús Bendito… Era Far Away, por supuesto, el tono que había escogido Destiny. Dos horas más tarde y con una sonrisa descarada en su rostro, Nick fue en busca de su billetera. Destiny tenía razón en una cosa, cuando él llegó tres días atrás estaba todo organizado en su departamento. Por supuesto, Charlie se había asegurado de que se sintiera a gusto, era una lástima que los alimentos no entraran dentro de la lista de comodidades. Palmeó su bolsillo, comprobando por segunda vez haber guardado la billetera y se encaminó a la salida. Tenía un montón de cosas que comprar e incluso pensó en añadir un Champagne a la lista, después de hablar con Destiny tenía más que una razón para celebrar.

DIA 15
-¿Podrías al menos calmarte?- masculló Nick, dándole una sonrisa tensa al hombre sentado frente a él.
Sabía que Destiny se enteraría tarde o temprano, pero hubiera deseado que sucediera más tarde Preferiblemente, no durante un desayuno con uno de sus mejores clientes.

-¡Tenía derecho a saberlo! ¿Cómo pudo hacerme esto mamá?- A él le encantaría saberlo.

-Destiny, no puedo hablar ahora- le hizo un gesto con la mano al camarero que se les acercaba, para que lo esperase un momento- Te llamo por la tarde- y cortó

-Lo siento- se disculpó con él hombre, era casi de la edad de Nick, y aparentemente de un humor mejor que él, ya que dijo.

-¿Mujeres?

-Algo así- Finalmente volvieron su atención hacia el camarero que los esperaba un poco impaciente, pero también con una sonrisa en la boca… Ah, otro Don Juan, supuso él. Sin embargo, el resto de la hora se lo pasaron entre risas y anécdotas, al parecer el contrato se extendería de forma indefinida.

PRIMER MES

«Es bueno que yo no sea una persona prejuiciosa… De otro modo estaría vomitando ahora mismo. ¿Puedes creer que anoche pillé en la cama a papá y a mamá? En realidad estaban en el Sofá. Por fortuna, estaban demasiado ebrios para notarme, no que fuera a importarles. Te extraño. Dest» Si ese correo no había sido perturbador, el que llegó a la semana siguiente sí lo fue. «Esto es inconcebible. Siento tanto no haberte escrito durante la semana. Papá decidió dejar el apartamento y el lugar donde vivimos ahora no tiene internet. Nick, estamos viviendo con mamá… !En casa de la abuela!»

-Ten paciencia cariño- dijo Nick horas más tarde. Se encontraba sentado en el escritorio de su oficina con su vista perdiéndose en el tornasol del atardecer. La parte inferior era de un amarillo dorado que poco a poco iba fundiéndose con un rosa anaranjado, no era fácil distinguir donde acababa éste último y donde iniciaba el violeta, pero sea como fuese, el espectáculo era impresionante. Quiso que Dest estuviera ahí. Un jadeo brotando del auricular le hizo saber que lo había dicho en voz alta.

-También a mí- hizo una pausa- hable con Demi hoy- Eso no se lo esperaba- Me dijo que tú no habías querido ponerme en aprietos con mamá- otra pausa. Luego un suspiro molesto antes de añadir- Seamos honestos, no soy lo que se llamaría racional cuando se trata de ti. En general, sólo digo y hago idioteces. Probablemente si me hubieras dicho antes lo de mamá yo hubiera montado todo un circo Aunque, de todos modos hubiera estado en mi derecho de hacerlo. ¡No llevamos ni siquiera un año separados y ya siento que me estoy muriendo!

-No seas exagerada- dijo él, pese a que sentía exactamente lo mismo.

-Demi dijo que la podía visitar cada vez que quisiera. No es tan mala como pensé que sería.

-Es una persona excelente. Y cambiando de tema... ¿Con que me has extrañado mucho, eh?- Ahora era el turno de ella de suspirar. Mientras tanto, él observaba el atardecer declinando a través de la ventana y aguardaba. Se paró y avanzó hacia el cristal, resistiendo el deseo de activar el altavoz y llevarse el móvil hacia su pecho. Le extrañaba tanto.

-No seas creído.

-¿Yo, creído?- dijo con un falso tono ofendido- ¿Cuando?

UN AÑO
-No es tan grave…

-Claro, explícale eso a mi reflejo. Olvídalo, ni siquiera me has visto.

-Vas a gustarme igual- dijo con tono divertido. Era cierto, la amaría con o sin su cabello.

-Le dije las puntas, Nick; las malditas puntas, un centímetro o dos. ¿Cómo mierda no entiende?

-Déjame verte.

-No, lo siento. Deja que el poco de dignidad que me queda permanezca conmigo. En cuanto crezca retomaremos las video llamadas- Nick escuchó un ruido agudo desde el auricular, lo suficientemente familiar como para robar su atención.

-¿Con quién estás?- Silencio- ´¿Dest?

-Lo siento, me llaman desde abajo. Apropósito, regresó la abuela… La casa está vuelta de cabezas, parece que mamá necesita que ponga la mesa.

-¡Te llamo a la noche!- No obstante, cuando llegó la noche Nick se quedó esperando. Destiny no llamó y eso sólo sirvió para acrecentar las dudas. Sin duda tenía una muy buena explicación. ¿Qué era lo peor que podría pasar? Que el maldito de Douglas estuviese ocupando el lugar que le pertenecía…


Cuando Destiny se despertó apenas le alcanzó el tiempo para peinarse, lo que no significaba gran cosa desde que la estilista se ensañó con su cabello… Mucho menos tuvo ocasión de maquillarse. Era viernes al menos, se recordó. Observando aburrida la pizarra mientras el nuevo profesor de Historia parecía estar sofocándose entre tanto murmullo adolescente. Benjamín Hardle, como se había presentado, era el típico profesor que hubieras deseado y si ella no estuviera tan enamorada de Nick, se uniría al resto del vitoreo femenino. Sin embargo, no estaba ciega, y ese par de ojos azules podrían quitarle el oxígeno a más de una mujer. De repente se acordó de su tía, Demi, la paciente mujer que le había aguantado cada una de sus niñerías, y habían sido bastantes. "Vagabunda" era una palabra suave, en comparación a las que la adolescente utilizó para referirse a la hermana menor de su padre, su madrina. Querido Dios, ella realmente debía tener un buen corazón, de otro modo no se explicaba que le hubiera soportado cada uno de sus berrinches.


Observó a su guapo profesor hablar, mientras deseaba con intensidad que su tía encontrara pronto alguien digno de su corazón, de preferencia atractivo. El profesor Benjamín no lo haría nada mal, la verdad.
Poco después acabar la jornada se dirigió al centro comercial que colindaba con su instituto. A Mandy se le sumó su novio Justin, y junto a él, por supuesto, no podía faltar su gran amigo y además ex novio de Destiny, de pronto ésta última se sentía estancada en una cita doble. Es cierto que había sido suya la idea de pasar a comer al centro comercial, pero eso incluía a Mandy y ella, en realidad, ni siquiera tenía hambre, más bien tenía pensado tomar un helado, pero la cosa no resultó como lo planeaba.

-Y dime Dest… ¿Cómo está el corazón?- En serio, no tenía nada contra Justin, la mayor parte del tiempo incluso le caía bien. Llevaba cerca de cinco meses saliendo con Mandy, y eso era más de lo que cualquier otro chico pudiera decir. Asimismo, era el mejor amigo de Douglas, no lo podía culpar por querer emparejarlos.

-Muy bien.

-¿Ocupado o vacío?

-Ya cállate Justin- lo interrumpió Mandy molesta, dándole un codazo -te dije que no le interesaba Douglas-se giró hacia el aludido, que se removía incómodo en su puesto, al parecer ya no tan cómodo con la cercanía de Destiny, a pesar de que él mismo había insistido en sentarse junto a ella- Lo siento amigo, sabes que no es nada personal.

-No hay problema- sonrió tenso, sacudiéndose los hombros, pero evitando mirar cualquiera sentado en esa mesa a los ojos. Los chicos se disculparon para ir a pedir la orden y Mandy aprovechó la oportunidad para retocar su maquillaje. Dest en cambio se limitó a cerrar los ojos, estaba muerta de aburrimiento. El zumbido de su celular la despertó de su letargo, mordió su boca con culpa cuando reconoció el número. La noche anterior le había colgado en cuanto sintió los pasos de alguien subir la escalera, tal y como se temía, su madre había intentado sorprenderla y había llegado acompañada de Douglas. ¡Para variar! Hasta la fecha, Dest y Nick se mantenían comunicados en secreto. Si bien en un inicio había intentando rebelarse, Miley no le había dejado mucha opción, sobre todo cuando amenazó con contarle a Liam sobre su relación poco ética con Nick, si antes la odiaba ahora la odiaba aún más. Lo cierto es que no podía esperar por cumplir los dieciocho, aunque con dieciséis no se sintiera tan mal.

-Siento no haber llamado anoche- como saludo dejaba mucho que desear, pero tenía que dejárselo en claro antes de decir alguna otra cosa. No soportaba que Nick estuviera enojado con ella.

-Tranquila, ¿Qué sucedió?

-Destiny, espero que sigas amando la coca cola, olvidaste decirme que refresco querías, así que ordené por ti-  Su mirada vagó hacia Douglas, lucía nervioso y apenado, sabía que él se estaba comportando lo mejor que podía, pero por más que se esforzó no pudo controlar su enojo al decir:

-Tómala tú, se me quitó el apetito.- Para cuando volvió su atención al teléfono móvil, Nick había cortado. Destiny trató de imaginarse qué ideas estarían pasando ahora por la cabeza de Nick, ninguna de ellas parecía llegar a buen puerto, moría de deseos por llamarlo, pero le aterraba oír su voz. ¡ ¿En qué momento aceptó esa ridícula salida?!

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