jueves, 23 de mayo de 2013

Lady Killer- Niley- Cap 15



-¿Por qué en el mundo quieres un gato?-pregunto Demi mientras dejábamos Directivo al día siguiente. 
-Sólo lo hago, ¿De acuerdo? ¿Quieres venir o no?
Ella se encogió de hombros –No puedo. Lo siento. Tengo trabajo. Lleva a Liam- Como si hubiera sido convocado, Liam apareció entre nosotras, y me pregunte cuanto tiempo había estado escuchando nuestra conversación. 
-¿Llevarme a donde?
Le dije: -Voy a la sociedad protectora de animales a buscar un gato.
-Oh. Genial- dijo, asintiendo con la cabeza –Ojala no viviera en los dormitorios. Me encantaría tener un perro.- Era consciente del cuidado espacio que mantuvo entre nosotros, y el meneo casi continuo de su cabeza, como si el asentir le hubiera dado algo que haces, y no quería renunciar a ello. 
Demi sacó las gafas de sol de la cabeza y las puso sobre los ojos a pesar de que todavía nos encontrábamos dentro –Bueno, tan divertido como es esto… Tengo que volar. Ustedes dos diviértanse en la perrera. No vengas a casa con una gata, Miley- Demi era consciente de la mirada de pánico que había disparado hacia ella. Liam y yo no habíamos estados solos desde todo el asunto de la casi conversación. Él cambio su bolso de mensajero a su otro hombro, moviéndose como siempre lo hacia cuando se sentía nervioso. 
-Si quieres ir sola, esta bien. 
-No, no. Deberías venir- Teníamos que superar esto. Y solo vi dos maneras, lo hacíamos juntos o no lo hacíamos. La espera iba a matar nuestra relación (que ya se hallaba bastante mutilada). Si teníamos que tener esta conversación, alrededor de lindos animales, era probablemente el mejor lugar.
-Está bien. Genial- dijo. Genial… sí. Estaba contenta de ser quien conducía. Me daba una forma de mantener ocupados mi cuerpo y mi mente. Y era mi coche, así que podía subir la música tan alta como quería. Lo que no había contado era que Liam se sentía lo suficientemente a gusto en mi coche como para bajarla.
-Entonces, ¿Qué te hizo decidir tener un gato?- Oh, ya sabes. Casi tuve una aventura de una noche con nuestro profesor, pero me arranque usando mi gato imaginario como excusa, y ahora tal vez él quiere que estemos juntos, juntos a pesar de ser la peor idea, pero como no me importaba tanto, porque mi cuerpo y, probablemente, mi corazón me esta diciendo que es la mejor idea. Así que ahora necesito un gato para que no se de cuenta de que mentí sobre el gato, porque soy virgen y me acobardó tener relaciones sexuales con él. 
-Sólo quería uno- Fue lo que en realidad respondí.
-Oh. Genial- Si decía, “genial” una vez mas iba a gritar. Entré en el estacionamiento de la sociedad de animales, deseando haberle dicho a Liam que quería ir solo después de todo. Necesitaba algo borroso y adorable en mis manos. Entramos a ese olor característico medicinal que esta reservado para los refugios y veterinarias. La señorita de la recepción incluso se veía vagamente felina, como si trabajar aquí estuviera en su ADN. Su cara lucia apuntada ligeramente, sus ojos inclinados, y su pelo corto y difuso.
-¡Hola ahí! ¿En que puedo ayudarles? 
-Hola- dije –Estoy interesada en adoptar un gato. 
Ella aplaudió con pequeñas manos que imaginaba como patas. –Eso es fantástico. Tenemos un montón de grandes candidatos. Por qué no los llevo a la sala de gatos, y les daré una oportunidad de mirar a su alrededor.- La seguimos por el pasillo, el olor de antiséptico cada vez mas fuerte, sin duda cubriendo el olor de la multitud de animales alojados en un solo lugar. 
–Aquí estamos.- El cuarto se encontraba lleno de jaulas, y no se si el coro de maullidos comenzó a nuestra entrada o si era constante, pero estábamos rodeados por el sonido. –Los voy a dejar solos. Todo lo que pedimos es que sólo saquen un animal a la vez. – Con una amplia sonrisa, Cheshire y un movimiento de mano, se fue. 
En silencio, me asome a las jaulas, sintiéndome perdida. Me gustaban los gatos, pero no estaba segura de que realmente quería uno. ¿Qué iba a hacer con él cuando me graduara? ¿Valía la pena por un chico? ¿Valía la pena solo por tener sexo? Quiero decir, no es como si no hubiera otras opciones para perder mi virginidad. Miré a Liam, que tenia sus dedos deslizándose dentro de una jaula cercana, acariciando a un gato negro medianoche. Si era honesta, esto no era solo sobre tener sexo, incluso si se hubiera inclinado de esa manera. Por mucho que querría a Nick, estoy bastante segura de que si trataba de dormir con él de nuevo, se convertiría en una repetición de mi torpe actuación del principio. 
-¿Sabes que?- dije en voz alta. –Tal vez no estoy lista para un gato.- Me volví para salir, pero Liam dio un paso en mi camino.
-Tranquila. Insípida ¿No? Ni siquiera has tenido uno. Dale una oportunidad- abrió la caja con el gato negro y lo puso en sus brazos. Lo llevó hacia mí, frotando la mandíbula del gato. Me encontraba al nivel de los ojos con la bola de pelo, y podía oír el rugido del motor de su ronroneo desde aquí.
Di un paso atrás, y trate de explicar sin explicarme realmente –No es que no me gusten los gatos. Y en realidad, creo que me gustaría tener… un gato. ¿Pero que si tengo un gato antes de estar lista? ¿Qué pasa si elijo el gato equivocado? ¿O que si soy mala en eso… ser dueña de un gato, quiero decir?- Dios, ¿Cuánto mas fácil seria esto si pudiera decir lo que pensaba?
Liam rodó los ojos y empujo al animal en mis brazos. –Miley, no puedes ser mala en esto si lo intentas. 
Podía ser mala en el sexo sin embargo. Conociendo mi hiperactivo, neurótico cerebro, podría ser completamente horrible en él. El gato se acerco y froto la parte superior de su cabeza contra mi barbilla. Fue bastante adorable. Liam estaba radiante por mí, y pensé…  Tal vez Liam será la mejor opción. ¿Estaría tan aterrorizada de tener sexo si lo estuviera teniendo con Liam? La idea me hizo sentir débil, inestable. Pasé el gato a sus brazos, todavía no estaba segura, pero me sentía un poco mas tranquila. Llegue a la línea de las jaulas, y busque uno gris que podría pasar por un Hamlet. Cuando la encontré, el destino debe de haberse estado riendo de mí. Se agacho en el fondo de su jaula, con los grandes ojos verdes cautelosos. Tiré de la puerta de la jaula, y respondió con un gruñido gutural. Por supuesto… conseguiría el gato asustadizo. 
Por encima de mi hombro, Liam dijo. –No es en serio.- Si solo no lo fuera. Pero le dije a Nick que Hamlet era gris. 
-A veces, son las cosas que dan miedo en la vida las que más valen la pena.-dije. Estoy bastante segura de que había leído eso en una galleta de la fortuna en otro tiempo. Eso hizo que fuera sabio. ¿No? Metí mis manos en la jaula, preparada para una mordedura o un arañazo o una masacre total, pero cuando mis manos se cerraron alrededor de la mitad de la bestia, reacciono solo con un gemido bajo.
Liam sacudió la cabeza, confundidito -¿Por qué no querrías este?- Puso el gato negro cerca de su cara -¡Él es tan dulce!
Por el contrario, la gata en mis brazos se encontraba en plena alerta, sus piernas rectas, los ojos muy abiertos. Tenia la sensación de que si trataba de abrazarla mas, me mutilaría. La senté en el suelo y se fue, escondiéndose debajo de un banco cercano. Yo sabía que solo estaba preguntando por el gato, pero oí otra pregunta. Una que no había preguntado, no hoy de todos modos. Y Liam era dulce, y la idea de estar con él no me dejó inmovilizada por el miedo. La idea de estar con él no me dejo con una emoción abrumadora, en realidad. Fue entonces cuando supe…
-Liam… tengo que retirar mi tal vez- Lo juro, incluso los gatos dejaron de maullar. Podía imaginar su silencio aturdido. Me pregunté que gato hablaría el Oh, no, ella no lo hizo. 
-Oh- Deseé que reaccionara, gritara, discutiera, algo. Espere a que se bloqueara como ese gato, garras fuera, dientes al descubierto. En su lugar, caminó tranquilamente lejos y puso el gato negro cuidadosamente en su jaula, probablemente para que no tuviéramos más de un gato fuera a la vez  como dijo la señorita. Ese era Liam, siempre pensando en las reglas. Eso es lo que siempre había sido yo, también, pero empezaba a pensar que no era lo que quería ser ahora. Su movimiento fue mecánico, simple y preciso. Tiró de la puerta de la jaula para cerrarla y giró el picaporte con un fuerte chasquido. Se mantuvo de espaldas a mí mientras hablaba.
-¿Puedo preguntar por qué?- Exhalé. Le debía mucho, pero ¿Cómo le decía esto? No podía saber. Si iba a hacer tal cosa con Nick. (¿A quien engañaba? Probablemente lo haría), entonces nadie podía saber. Ni siquiera mis mejores amigos. 
-Yo… podría haber otra persona. 
-¿Podría haber?- Esto era joderla. No me miraba, y el corazón en mi pecho se sentía delgado, como papel de seda, lo que significaba que estaba muy, muy cerca de estar sin corazón, haciendo esto a mi mejor amigo.
-Las cosas están todavía un poco…complejas. Pero me gusta, y mucho. Iba a esperar, a ver si los sentimientos se iban, así tal vez tú y yo podríamos…- me interrumpí, porque no quería poner en palabras lo que había estado pensando. No tenia sentido. –Pero Liam, no puedo manejar como ha sido. Ha sido menos de una semana, y siento que me estoy muriendo. Odio cuestionar todo lo que hago a tu alrededor, preguntándome si esta bien, preguntándome si cruzo la línea, preguntándome si te hago daño. Echo de menos a mi mejor amigo, incluso cuando estoy de pie a tu lado. Así que… Tuve que tomar una decisión. Y te necesito en mi vida también, mucho, como para arruinarlo. Si hubiera dicho que si, y entonces mis sentimientos por él no se iban… No podría hacer eso. Por favor, dime que no he jodido esto ya. Por favor, por favor. 
Se volvió entonces, y me sorprendió el dolor que vi en él. La cara de Liam se veía extraña, con el ceño fruncido. –Quiero decir que estamos bien, Miley. Yo también te necesito. Pero no puedo fingir que no esperaba que esto fuera a alguna parte. No sé si puedo hacerlo. La verdad es… que me estas haciendo daño. No a propósito, ya lo sé. Pero te amo y cada segundo que no me quieres de vuelta… me duele. 
-Liam…- Me acerqué a él. 
-No, por favor. No puedo.- El olor medicinal del refugio de repente se volvió insoportable, nauseabundo.
Le pregunté -¿No puedes qué? ¿No puedes ser mi amigo? 
-No se, Miley. No lo se. Tal vez- El toque de amargura en su tono era pequeño, pero me golpeo como una bofeteada en la cara de todos modos. Salió por la puerta y me hundí en el banco, sintiéndome desgastada y quemada y golpeada. Mi corazón era un pañuelo de papel triturado. 
Me senté allí, tratando de encontrar una manera en que podría haber hecho esto mejor. ¿Hubo algún cambio posible que podría haber tomado que no habría jodido esto tan completamente? ¿Decirle no de forma tan directa habría sido mejor? ¿Debería haber esperado hasta que terminada el año y Nick se hubiese ido, y luego tratar de tener algo con Liam? Mi madre me había dicho una vez, cuando era pequeña y tenia una amistad desmoronándose, que algunas relaciones solo terminaban. Como una estrella, queman brillosas y brillantes, y luego nada en particular va mas, solo que llegan a su fin. Se queman. No podía entender que mi amistad con Liam hubiera terminado. 
Algo le dio un codazo a mi pantorrilla, y luego la cabeza de la gata gris asomo entre mis piernas. Puso todo su cuerpo a través del espacio entre mis piernas, frotándose contra mi mientras lo hacia. Rodeo de vuelta y presiono su cabeza contra mi espinilla. Tendí una mano hacia abajo, y se quedó inmóvil, aplanada contra el suelo con miedo. Lentamente, me moví hasta que mi mano se apretó contra su espalda, deslizándose a lo largo de su piel en un movimiento suave. Su cuerpo se relajó, y la acaricie otra vez. Me senté en el suelo junto a ella. Se cerró de nuevo, pero no corrió. Cuando estuve segura de que se sentía cómoda conmigo, la recogí en mis brazos. Apreté mi cara contra su piel, absorbiendo el consuelo que no se dio cuenta que me daba. 
-Vamos a haber un trato, Hamlet. Te ayudare a tener menos miedo, si me ayudas, también. 

1 comentario:

  1. AWWW ME ENCANTO EL CAPIS
    LA VERDAD ES QUE SENTI LASTIMA POR LIAM (UN POQUITITO) PERO EN LA VIDA REAL LO ODIO JAJAJAJA
    MUY TIERNA LA GATITA SIGUELA!!!!!!!!

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