domingo, 14 de abril de 2013

My Beautiful Love- Niley- Epilogo


Nick me apretó la mano cuando contuve la respiración. Traté de mantener mi cara tranquila, pero cuando me encogí, su dominio se hizo más fuerte. El techo blanco estaba empañado en algunos lugares por manchas de filtración. Aparte de eso, la habitación estaba impecable. Ningún desorden, no había utensilios esparcidos. Todo estaba su lugar, lo que me hizo sentir medianamente a gusto con la situación. Había tomado la decisión. La llevaría a cabo.
-Bebé… - dijo Nick, frunciendo el ceño.
-Puedo hacer esto- le dije, mirando a las manchas en el techo. Salté cuando dedos tocaron mi piel, pero traté de no tensarme. Podía ver la preocupación en los ojos de Nick cuando comenzó el zumbido.
-Pigeon- comenzó Nick de nuevo, pero negué con la cabeza con desdén.
-Está bien. Estoy lista- Sostuve el teléfono lejos de mi oído, haciendo una mueca tanto por el dolor como por la conferencia inevitable.
-¡Te voy a matar, Miley Cyrus!- Exclamó Demi -¡Matar!
-Técnicamente, es Miley Jonas, ahora- dije, sonriéndole a mi nuevo marido.
-¡No es justo!- Se quejó ella, la ira hundiéndose en su tono -¡Se suponía que debía ser tu dama de honor! ¡Se suponía que debía ir de compras por el vestido contigo y lanzar una fiesta de despedida de soltera y sostener tu ramo!
-Lo sé- dije, viendo desvanecerse la sonrisa de Nick cuando hice una mueca de dolor otra vez.
-No tienes que hacer esto, lo sabes- dijo, sus cejas se unieron entre sí. Apreté sus dedos con mi mano libre.
-Lo sé.
-¡Eso ya lo dijiste!- Gritó Demi.
-No estaba hablando contigo.
-Oh, estás hablando conmigo- se quejó ella -Por supueeesto que estás hablando conmigo. Nunca vas a oír el final de esto, ¿me oyes? ¡Nunca, jamás te perdonaré!
-Sí lo harás.
-¡Tú! ¡Eres una...! ¡Eres simplemente egoísta, Miley! ¡Eres una terrible mejor amiga!- Me eché a reír, haciendo que el hombre sentado a mi lado se sacudiera.
-No se mueva, Sra. Jonas.
-Lo siento- dije.
-¿Quién fue ese?- Gruñó Demi
-Ese fue Griffin.
-¿Quién diablos es Griffin? Déjame adivinar, ¿invitaste a un desconocido a tu boda y no a tu mejor amiga- Su voz se hacía más aguda con cada pregunta.
-No. Él no fue a la boda- dije, aspirando una bocanada de aire. Nick suspiró y se movió nervioso en su silla, apretando mi mano.
-Se supone que debo hacer esto, ¿recuerdas?- le dije, sonriéndole a través del dolor.
-Lo siento. No creo que pueda soportar esto- dijo, con voz llena de angustia. Relajó su mano, mirando a Griffin -Date prisa, ¿quieres?- Griffin negó con la cabeza.
-Cubierto de tatuajes y no puede soportar que su novia consiga una simple inscripción. Terminaré en un minuto, camarada.
El ceño fruncido de Nick se profundizó -Esposa. Ella es mi esposa.
Demi jadeó una vez procesada la conversación en su mente -¿Te estás haciendo un tatuaje? ¿Qué está pasando contigo, Miley? ¿Respiraste humos tóxicos en el incendio?- Miré hacia abajo a mi estómago, a la confusa mancha negra justo en el interior de mi hueso de la cadera y sonreí.
-Nick tiene mi nombre en su muñeca- aspiré otra bocanada de aire cuando el zumbido continuó. Griffin secó la tinta de mi piel y empezó de nuevo. Hablé a través de mis dientes -Estamos casados. Quería algo, también.
Nick sacudió la cabeza -No tenías que hacerlo.
Entrecerré los ojos -No empieces conmigo. Hemos hablado de esto.
Demi se echó a reír una vez -Te has vuelto loca. Te voy admitir en el asilo al llegar a casa- Su voz era aún perforante y exasperada.
-No es tan loco. Nos amamos el uno al otro. Hemos estado viviendo prácticamente juntos dentro y fuera de todo el año. ¿Por qué no?
-¡Porque tienes veinte, idiota! ¡Porque te fuiste y no le dijiste a nadie, y porque no estoy allí!- Exclamó.
-Lo siento, Demi, me tengo que ir. Nos vemos mañana, ¿de acuerdo?
-¡No sé si quiero verte mañana! ¡No creo que quiera ver a Nick nunca más!- Se burló.
-Te veré mañana, Demi. Sabes que quieres ver mi anillo.
-Y tu tatuaje- dijo, con una sonrisa en su voz.
Colgué y cerré el teléfono, entregándoselo a Nick. El zumbido se reanudó de nuevo, y mi atención se centró en la sensación de ardor seguido por el segundo dulce de alivio cuando limpiaba el exceso de tinta. Nick empujó mi teléfono en su bolsillo, agarrando mi mano entre las suyas, inclinándose hasta tocar su frente con la mía.
-¿Te asustaste así de mucho cuando te hiciste tus tatuajes?- Le pregunté, sonriendo a la expresión de aprehensión en su rostro.
Se movió, parecía sentir mi dolor mil veces más que yo -Uh... no. Esto es diferente. Esto es mucho, muchísimo peor.
-¡Listo!- Dijo Griffin con un gran alivio en su voz como el reflejado en el rostro de Nick. Dejé que mi cabeza cayera hacia atrás en la silla.
-¡Gracias a Dios!
-¡Gracias a Dios!- suspiró Nick, acariciando mi mano. Miré hacia abajo a las hermosas líneas negras en mi piel enrojecida e inflamada:
Sra. Jonas
-Vaya- dije, levantándome sobre los codos para tener una mejor visión. El ceño fruncido de Nick al instante se convirtió en una sonrisa triunfal
-Es hermoso.
Griffin negó con la cabeza -Si tuviera un dólar por cada esposo tatuado nuevo que trae a su esposa aquí y se lo toma peor de lo que ella lo hace… bueno. No tendría que tatuar a nadie nunca más.
-Sólo dígame cuánto le debo, grandísimo idiota- murmuró Nick.
-Voy a dejar su factura en el mostrador- dijo Griffin, entretenido con la réplica de Nick. Miré alrededor de la habitación al cromo brillante y los carteles de las muestras de tatuajes en la pared, y luego de vuelta a mi estómago. Mi apellido nuevo relucía en gruesas letras negras elegantes. Nick me miraba con orgullo, y luego miró hacia abajo a su anillo de boda de titanio.
-Lo hicimos, bebé- dijo en voz baja -Todavía no puedo creer que seas mi esposa.
-Créelo- dije, sonriendo. Me ayudó a levantarme de la silla y favorecí mi lado derecho, consciente de que cada movimiento que hacía causaba que mi jeans rozara mi piel en carne viva. Nich sacó su billetera, firmó el recibo con rapidez antes de que me llevara de la mano al taxi que esperaba fuera. Mi celular volvió a sonar, y cuando vi que se trataba de Demi, lo dejé sonar.
-Nos va a hacer sentir miserable por un largo tiempo, ¿cierto?- dijo Nick con el ceño fruncido.
-Hará puchero por veinticuatro horas, después de que vea las fotos, lo superará.
Nick me lanzó una sonrisa maliciosa -¿Estás segura de eso, Sra. Jonas?
-¿Alguna vez vas a dejar de llamarme así? Lo has dicho cientos de veces desde que salimos de la capilla.
Él negó con la cabeza mientras sostenía la puerta del taxi abierta para mí -Voy a dejar de llamarte así hasta que esto termine siendo real.
-Oh, es real de acuerdo- dije, deslizándome a la mitad del asiento para dejarle espacio -Tengo recuerdos de la noche de boda para probarlo- Se apoyó en mí, corriendo su nariz por la piel sensible de mi cuello hasta que llegó a mi oído.
-Desde luego que sí.
-Ay...- dije cuando se presionó en contra de mi vendaje.
-Oh, maldita sea, lo siento, Pidge.
-Estás perdonado- sonreí. Rodamos hacia el aeropuerto de mano en mano, y me reí cuando vi a Nick mirar a su anillo de boda sin disculpas. Sus ojos tenían la expresión pacífica a la que me estaba acostumbrando.
-Cuando lleguemos al apartamento, creo que finalmente me daré cuenta, y voy a dejar de actuar como un idiota.
-¿Me lo prometes?- sonreí.
Me besó la mano y la acunó en su regazo entre sus manos -No- Me reí, apoyando mi cabeza sobre su hombro hasta que el taxi redujo la velocidad hasta detenerse frente del aeropuerto. Mi celular volvió a sonar, mostrando el nombre de Demi una vez más.
-Es implacable. Déjame hablar con ella- dijo Nick, alcanzando mi teléfono.
-¿Hola?- Dijo, esperando que acabara la corriente estridente en el otro extremo de la línea. Él sonrió -Porque soy su marido. Puedo responder su teléfono, ahora- Me miró, y luego abrió la puerta del taxi, ofreciéndome su mano -Estamos en el aeropuerto, Demi. ¿Por qué no Joe y tú nos recogen y puedes gritarnos a ambos en el camino a casa? Sí, todo el camino a casa. Debemos llegar en torno a las tres. Muy bien, Demi. Nos vemos entonces- Hizo una mueca con las duras palabras de ella y luego me pasó el teléfono -No estabas bromeando. Está enojada- Le pagó al taxista y luego tiró su bolsa al hombro, tirando de la manija de mi equipaje para rodarlo. Sus brazos tatuados se tensaron mientras empujaba mi bolso, con la mano libre buscando a la mía.
-No puedo creer que le hayas dado luz verde para que nos tenga por una hora entera- dije, siguiéndolo a través de la puerta giratoria.
-Realmente no crees que voy a dejar que le grite a mi esposa, ¿verdad?
-Te estás poniendo muy cómodo con ese término.
-Creo que es hora de que lo admita. Sabía que ibas a ser mi esposa más o menos a partir del segundo en que te conocí. No voy a mentir y decir que no he estado esperando el día que lo pudiera decir... así que voy a abusar del título. Deberías acostumbrarte a él, ahora- dijo esto con la mayor naturalidad posible, como si estuviera dando un discurso practicado.
Me reí, apretándole la mano -No me importa.
Me miró por el rabillo de su ojo -¿No?- Negué con mi cabeza y me jaló a su lado, besando mis mejillas -Bien. Te vas a hartar de esto durante los próximos meses, pero sólo dame un respiro, ¿de acuerdo?- Lo seguí por los pasillos, escaleras mecánicas, y las líneas de seguridad. Cuando Nick caminó a través del detector de metales, un timbre fuerte se disparó. Cuando el guardia del aeropuerto le pidió a Nick que se quitara su anillo, su rostro se tornó grave.
-Lo sostendré, señor- dijo el oficial -Sólo será por un momento.
-Le prometí que nunca me lo quitaría- dijo Nick a través de sus dientes. El oficial extendió la palma de su mano, paciencia y divertida simpatía arrugaba la fina piel alrededor de sus ojos. Nick a regañadientes, se quitó el anillo, lo estrelló en la mano del guardia, y luego suspiró cuando caminó por la puerta, esa vez sin activar la alarma. Caminé a través de ella sin novedad, entregándole mi anillo también. La expresión de Nick era tensa, pero cuando se nos permitió pasar, sus hombros se relajaron.
-Está bien, bebé. Está de regreso en tu dedo- le dije, riendo ante su reacción exagerada. Me besó en la frente, jalándome a su lado mientras nos dirigimos a la terminal. Cuando capturé la mirada de los que pasábamos, me pregunté si era obvio que estábamos recién casados, o si simplemente notaban la sonrisa ridícula en el rostro de Nick, un fuerte contraste con su cabeza rapada, brazos tatuados y músculos sobresalientes.
El aeropuerto era un hervidero de turistas emocionados, de pitidos y zumbidos de las máquinas tragamonedas en el aire, y la gente serpenteando en todas direcciones. Le sonreí a una joven pareja tomada de la mano, viéndose tan excitados y nerviosos como Nick  y yo lo hicimos cuando llegamos. No me cabe duda de que se irían sintiendo la misma mezcla de alivio y desconcierto que sentimos, llevando a cabo lo que habían venido hacer. En la terminal, eché un vistazo a través de una revista, y toqué suavemente la rodilla violentamente rebotando de Nick. Su pierna se congeló y me sonrió, manteniendo mis ojos en las fotografías de las celebridades. Estaba nervioso por algo, pero esperé a que me dijera, sabiendo que estaba trabajando a nivel interno. Después de unos minutos, su rodilla se balanceó de nuevo, pero esta vez lo detuvo por su cuenta, y luego, lentamente, se dejó caer en su silla.
-¿Pidge?
-¿Sí?- Unos cuantos minutos pasaron, y luego suspiró.
-Nada- El tiempo pasó demasiado rápido, y parecía que apenas nos habíamos sentado cuando nuestro número de vuelo fue llamado a bordo. Una línea se formó rápidamente, y nos pusimos de pie, esperando nuestro turno para mostrar nuestros boletos y caminar por el largo pasillo hacia el avión que nos llevaría a casa.
Nick vaciló -No puedo deshacerme de este sentimiento- dijo en voz baja.
-¿Qué quieres decir? ¿Cómo un mal presentimiento?- dije, de repente nerviosa.
Se volvió hacia mí con preocupación en sus ojos -Tengo ésta loca sensación que una vez que lleguemos a casa, me voy a despertar. Como si nada de esto fuera real- Deslicé mis brazos alrededor de su cintura, pasando mis manos sobre los músculos magros de su espalda.
-¿Es eso lo que te preocupa?
Bajó la mirada a su muñeca, y luego miró a la banda de plata gruesa en su dedo izquierdo -No puedo evitar la sensación de que la burbuja va a estallar, y voy a estar acostado en mi cama solo, deseando que estés allí conmigo.
-¡No sé qué voy a hacer contigo, Nick! Me he desecho de alguien por ti, dos veces, he empacado y he ido a Las Vegas contigo, dos veces, he ido literalmente a través del infierno y de regreso, me casé contigo y me marqué con tu nombre. Me estoy quedando sin ideas para que sepas que soy tuya- Una pequeña sonrisa adornó sus labios.
-Me encanta cuando dices eso.
-¿Que soy tuya?- Le pregunté. Me incliné hacia arriba en las puntas de mis pies, presionando mis labios contra los suyos -Soy. Tuya. La Señora de Nicholas Jonas, por siempre y para siempre.
Su pequeña sonrisa se desvaneció mientras miraba hacia la puerta de embarque y luego hacia abajo a mí -Voy a seguir jodiendo, Pigeon. Vas a hartarte de mis estupideces.
Me eché a reír -Estoy harta de tus estupideces, ahora. Aun así me casé contigo.
-Pensé que una vez que nos casáramos, me sentiría un poco más tranquilo acerca de perderte. Pero siento que si subo a ese avión...
-¿Nick? Te amo. Vamos a casa.
Sus cejas se juntaron -No me vas dejar, ¿verdad? ¿Incluso cuando soy un dolor en el trasero?
-Juré ante Dios... y Elvis... que no lo haría, ¿cierto?
Su ceño se aligeró un poco -¿Esto es para siempre?
Una de las esquinas de mi boca se elevó -¿Te haría sentir mejor si hacemos una apuesta?- Otros pasajeros comenzaron a caminar alrededor de nosotros, aunque lentamente, observaban y escuchaban nuestra conversación ridícula. Al igual que todas las otras veces, estaba manifiestamente consciente de las miradas indiscretas, pero esta vez era diferente. Lo único que podía pensar era en que la paz regresara a los ojos de Nick.
-¿Qué clase de marido sería si apostara en contra de mi propio matrimonio?
Sonreí -Del tipo estúpido. ¿No escuchaste a tu padre cuando te dijo que no apostaras contra mí?
Él levantó una ceja -Así que estás así de segura, ¿eh? ¿Apostarías en ello?
Envolví mis brazos alrededor de su cuello y sonreí contra sus labios -Apostaría mi primer hijo. Así de segura estoy- Y luego volvió la paz.
-No puedes estar tan segura- dijo, la ansiedad ausente en su voz. Levanté una ceja, y mi boca se elevó hacia un lado.
-¿Quieres apostar?

FIN

Segunda Parte

8 comentarios:

  1. OOOOOOOH NOO DEFINITIVAMENTE ESTA NOVE ES LA MAS HERMOSA QUE EH LEIDO ME HIZO LLORAR DE EMOCION
    LINDO EL FINAL Y LA PARTE DEL BEBE NILEY AW SON TIERNOS HERMOSO SIN DUDA HERMOSO
    GRACIAS POR SUBIR ESTA NOVE
    BESOS!!!!

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  2. aww!! son hermosos!!!! hahaha y demi que va a matar a miley no se porque pero mi mejor amiga aria lo mismo hahahahaha y un bebe niley aww!! muero de ternura me encanto toda la nove es una de las mejores que he leido y todo gracias a ti :D besos

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  3. la mas linda & hermosa historia que he leídooo ojala hicieras un epilogo 2 xd
    gracias popr subir esta nove c:

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  4. AAAAAAAAAAAAAAAAAA definitivamente quiero una segunda temporada de esta nove plis ..... Que queres que haga que te rogué hasta el cansancio ok no , Pero por favor sisisiisisisis una segunda temporada es hermosa linda tierna no te cuesta nada ...Seria muy feliz enserio Quiero saber que pasa como a hacer ese bebe niley ...

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    1. No va a ver 2da temporada pero si subire una contada desde la perspectiva de Nick

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  5. oh dios mio !!
    me encanto ! :D
    la lei asi toda de tiron por qe como ya enpezee la universidad no tengo tiempo :(
    pero ayer me ardian los ojos asta las 4am leyendo y no me arrepiento!
    estuvo
    FABULOSO!
    ME ENCANTO GRACIAS POR SUBIRLO! C: ♥NILEY♥

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  6. no puedo creer que haya terminado linda me encanto
    hermoso el final niley forever!
    atte:Cande

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  7. AME ESTA NOVE!!!!!!!!! SABES CUANTAS VECES LA LEI? COMO 7 VECES Y NUNCA ME CANSO... ES HERMOSA, ATRAPANTE, ROMANTICA TIENE TODO LO QUE UNA GRAN NOVELA TIENE QUE TENER, ESPERO QUE SIGAS HACIENDO ESTE TIPO DE NOVE

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