martes, 25 de diciembre de 2012

When I Look At You- Cap 13



-¿Eres consciente del jodido efecto que causas en mí?- su voz era más gruesa de lo habitual y las venas tensas de su cuello eran solo una de las bondades que el buen Señor hoy dejaba a la vista. Dest  se lamió la boca.

-Tengo una idea.

-Explícate- ella se sonrojó levemente y luego habló sin que sus manos dejaran de acariciar su pecho.

-Puede que haya notado cierta mm… «Emoción» en ti un par de veces.

-¿Emoción?- Nick alzó ambas cejas y supo que debía tener una sonrisa idiotizada en su boca. Joder, estaba tan caliente que podía apostar a que acababa de manchar su ropa interior.

-Bueno, tú estabas tan…

-¿Duro? ¿Excitado?- que era exactamente como se encontraba ahora- Dilo, no es una palabrota o algo así.

-Lo sé, pero sigue siendo extraño- ella se inclinó y su boca dejó un corto beso en sus labios. Nick quería más.

-Ajá, ¿entonces?

-Bueno, había notado que te excitabas, pero no estaba realmente segura de ello hasta hace unas semanas- Sin previo aviso, él los giró en la cama, observando el frágil cuerpo juvenil recostado bajo el suyo.

-¿Y qué hiciste?- Dest tembló cuando el aliento varonil barrió los cabellos amontonados en la zona de su cuello. Su padrino había comenzado a soplar y soplar, hasta que la tuvo arqueada contra su pecho.

-Le pregunté a una amiga que hacer- esta vez, jadeó débilmente, mientras las manos de Nick comenzaban a bajar.

-¿Y qué te dijo?- Abrió sus piernas, justo después de plantar un sonoro beso en el nacimiento de uno de sus pechos. La castaña se aferró a su cabello atrayendo su boca, como si fuera posible, más cerca.

-No te va a gustar- La rodilla de él halló sitio entre sus muslos, rozándola levemente. Sus manos parecían quemar. Un fuego líquido atravesaba la piel de la joven mientras los dedos de él parecían estar en todas partes de su cuerpo.

-Confía en mí, quiero oírlo- Ella intentó rodar los ojos pareciendo despreocupada, pero todo cuanto consiguió fue ponerlos en blanco. El moreno sonrió, mientras volvía a lamer el pezón por sobre su sostén.

-Como quieras- respiró entrecortado- Ella dijo primero, que eras un viejo verde…

-¿Y luego…?- cubrió su cuello con una mano, trazando suaves círculos sobre su piel- Dijo algo más- la alentó- puedo decirlo por la cara de horror que tienes ahora.

-¿No te molesta que digan que eres un viejo verde?- Él se alzó un poco, quitándose magníficamente la camiseta. Ella observó la piel bronceada y los músculos exuberantes de su pecho. Cuando notó la gota de sudor que surcaba los colmillos de la serpiente tatuada en él, intentó llevar una mano al nudo de nervios situado entre sus muslos, para calmar el necesitado botón aún implorante por alivio. La gruesa mano asida a su muñeca se lo impidió, y ella concluyó que realmente, Nick  no tenía un ápice de viejo. Ni uno.

-¿Acaso es mentira? Míranos, estoy contigo, en MI cama. No es como si pudiera negarlo o algo así.

-Tienes razón, pero sigue pareciéndome injusto.

-Cariño, eso es porque estás loca por mí-  Ella no pudo negarlo.

-Bien, ¿en que estábamos?

-¿En qué me besabas mucho y yo olvidaba como respirar?

-Eres buena, casi caigo, pero soy más difícil que eso. Entonces, ¿qué más dijo tu amiga?- Dest mordió la cara interna de su mejilla, mientras los labios de él parecían estar sorbiendo la piel de su hombro. Esa era la primera vez que alguien se atrevía a dejarle una marca. Dest supo que no dejaría a nadie más hacerlo. Solo con Nick se sentía tan bien y correcto.

-Que me acostara contigo y te sacara el máximo dinero posible- La boca de él abandonó su carne y ambos guardaron silencio. La falta de sonidos se hizo insoportable. Sus cafés ojos la escrutaron sin disimulo; primero su rostro, luego el cuello, continuó bajando hacia sus casi inexistentes pechos y siguió, hasta que la espera se hizo insoportable para ambos. La anómala dureza que rozaba el estómago de ella, era la prueba fehaciente de que no era la única con cierta urgencia.

-¿Y qué planeas hacer? ¿Vas a seguir su consejo?- Las manos de Destiny  fueron hasta la parte trasera de su espalda, en un inútil intento por desabrochar su sostén.

-Date la vuelta- le ordenó, y odió que su voz sonase tan ronca. Quería complacerla, no forzarla. Ella lo hizo, y la sencilla tela blanca resbaló por sus manos tan rápido que Dest incluso llegó a molestarse. Era obvio que él no era virgen, ni siquiera ella lo era, pero por alguna razón le molestaba mucho más ahora.

-Supongo que sí a lo primero, lo segundo no lo creo necesario- Jadeó cuando le arrebató el pantalón de pijama y perdió la capacidad de respirar cuando él se lo llevó a la nariz.

-Parece increíble que te veas tan encantadora con esto -la besó larga y rudamente; la lengua de él se adentró en su boca, como si perteneciera a aquel sitio. Lamiendo con una pasión inquietante cada rincón, chupando sin atisbo de razón y absorbiendo sin lógica. Simplemente sintiendo y entregándose al deseo incandescente- Y como sospechaba- él unió sus frentes, sin cesar de acariciar su mejilla- te ves incluso mejor sin el.

Ella volvió a besarlo en la boca, en el cuello, en su pecho. Dejó a sus labios recorrer la piel lisa, sin pensarlo, sin comparar. Nick no era Douglas, no había forma de que le gustasen las mismas cosas…

-Estás jugando con fuego- le advirtió, afirmando su mano. Ella respiró con torpeza, pero mantuvo la otra en su lugar… sobre su muslo. La escuchó tragar, pero fingió no hacerlo. Estaba tan deseoso por su piel que estallaría de un momento a otro, pero no era un animal, sabía conformarse con lo que la adolescente le daba.

-Creí que mi papá era el jugador… yo siempre me he tomado las cosas muy en serio- Él simplemente fue incapaz de decir que no.

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