miércoles, 26 de diciembre de 2012

When I Look At You- Cap 14



Por un momento, Destiny desvió su vista hasta la ventana, y se maravilló al notar los finos rayos lunares que atravesaban la habitación para caer sobre sus cuerpos. Nick volvió a besarla, captando nuevamente su atención. Esta vez, parecía hacerlo más suave, también más lento, y el modo en que sus manos le enmarcaban el rostro, la hacía sentir la mujer más hermosa del universo. Se sentía única e importante. Abrió los ojos cuando rompieron el beso, perdiéndose en las afiliadas facciones de su cara, en el oscuro café que imperaba en su iris. Tuvo que reconocer que era incapaz de tener suficiente de él; sus palabras, sus besos. Siempre se había sentido cercana a Nick, pero con el correr de los años, Destiny descubrió que era mucho más que un simple amor platónico. Comprendió que lo amaba de verdad, y aquello solo lo hizo peor.

El calor y el placer se entremezclaban, y con solo pensar que podía ser un sueño, el corazón se le paraba. Necesitaba una prueba de que eso era real; que no era otra jodida broma de su imaginación, ya había tenido bastantes de esas en el pasado, esta vez quería jugar seguro. Aquella leve incertidumbre había arrojado sobre sí una oleada de pánico. ¿Y si no era real?, ¿y si realmente, nada de eso estaba pasando? Ella sintió la erección de Nick rozar su estómago, y después un poco más abajo. La respuesta a su pregunta llegó en forma de una omnipotente barra gruesa, que solo la hacía pensar en el acero y el sudor. Nada en comparación a su limitada vida sexual.

-¿Qué va mal?- preguntó él, percatándose de pronto que las piernas de Dest  no dejaban de temblar. Nada quedaba de las ropas de ambos, ni el boxer de él, ni las sencillas bragas de algodón de la chica. Ella observó su erección al descubierto, imaginando lo bien que se sentiría que su cuerpo lo abarcase por completo.

-Nada-mintió con las emociones a flor de piel, ansiedad, lujuria, y como siempre, sus nervios traicionándola en los momentos menos deseados. Sintió la punta de su erección contra la puerta de su entrada y cómo los brazos de él aumentaban la presión. Sus manos alcanzaban su cara para besarla otra vez; y una más, y la castaña parecía no tener suficiente.

Olvidando todo aquello que no fuera la lengua de él delineando su boca, sus labios chupando su carne, ese cálido aliento inundando su cuerpo y su olor impregnándole la piel. Cuando él separó sus muslos con su pierna, el miedo a no satisfacerle volvió. Era algo inevitable. Suspiró contra el cuello de él y mandó a volar aquel pensamiento, repitiéndose que no había vuelta atrás. Aquello era la razón por la que estaba ahí. Era lo que él despertaba en ella lo que la traía convertida en una completa extraña los últimos meses, ni siquiera ella misma era capaz de reconocerse.

Realmente lo amaba. De la forma más absurda, tonta, profunda e irrevocable; se había enamorado de un hombre mayor. Uno que no solo le doblaba en edad, sino que además, era el mejor amigo de su padre, amante de su mamá probablemente, ¿y por qué no decirlo?, también su padrino. «Mierda, mierda, mierda… » No sonaba ni por asomo bien. Y de pronto, dejó de importar de quien se tratara o por qué estaba ahí; solo era consciente de aquella erección entre sus muslos y de cómo ansiaba sentirle más, albergarlo en su interior absolutamente todo. «Todo»

-Destiny- susurró mirándola, y una sonrisa que ella nunca antes había visto se encontraba embelleciendo el rostro del hombre- eres mi pequeña encarnación del demonio.

Inclinó su cabeza para tomar en su boca uno de sus pezones, la carne erecta parecía deshacerse en el interior de su boca. «Miel». Besó la oscura aureola de su pecho de una forma salvaje y profunda. Un estremecimiento de placer recorrió cada una de las terminaciones nerviosas en la piel de la castaña en sus manos, en la nuca, los contornos de su cintura y por detrás de las orejas, incluso la planta de sus pies parecía arder en carne viva tal y como se encontraba el dilatado botón de su clítoris.

Lo amaba, lo amaba tanto que, si bien no era correcto, parecía perfecto yacer en sus brazos de aquel modo. Olvidó los nervios y el temor, e incapaz de resistirse a su devastador deseo, alzó sus caderas para encontrarse con él, mientras le envolvía nuevamente su cuello con los brazos. Su alma demandaba mayor proximidad, Dest anhelaba concretar la unión; estar más cerca aún, y por la húmeda emanación de deseo que abrigaba entre sus muslos, podía decir que estaba más que lista para recibirlo. Se meció ligeramente contra él, apremiándole por que le ayudara a alcanzar esa tan ansiada liberación.

-Por favor- lloriqueó y él apartó su boca de sus tiernos botones, comenzando a descender hacia el sur, trazando un camino de besos en el declive de sus pechos, en las puntas hinchadas de éstos y continuando más abajo…

-Lo se- consoló él, con picardía bailando en sus ojos cafés. La humedad de su boca se cernió sobre su ombligo. Dest  echó su cabeza hacia atrás, prácticamente hundiéndose entre las almohadas, mientras sus caderas se alzaban al máximo. Su cuerpo se tensó, apreciando cómo él con su mano abierta acunaba su centro; separando suavemente sus pliegues, palpándolo, acariciándolo y repartiendo su lubricación por toda la carne hinchada. 

-¡Nick!- reclamó entre jadeos, cuando sintió el primer dedo penetrarla. El soltó una risa baja y grave, y luego ella no pudo ver su rostro otra vez, lo que tampoco importaba mucho ya que había cerrado los ojos en cuanto el segundo dedo comenzó a trabajar en ella.

Con su mano todavía sujetándola, la tocó con la boca, rodeando el dilatado botón y devorándolo con un beso experto, perpetuando aún más el momento. La espalda de ella se arqueó, y pese a que su boca ya había dejado de emitir sonidos coherentes, él pudo intuir que lo estaba haciendo bien. Volvió a penetrarla con la lengua y los talones de sus pies se curvearon en un ángulo de noventa grados. Sonrió complacido. Definitivamente, bien.

Agradeció que Dest no tuviera esas odiosas garras que las mujeres solían incrustar en su piel. A ellas parecía encantarles; su espalda por otra parte, no lo apreciaba demasiado. Sin embargo, en aquel instante, realmente le pareció tierno el modo en que sus dedos resbalaban ineficaces por su piel. Primero el cuello, luego la espalda y finalmente enredando su cabello con locura, como si eso fuera a conseguir que se detuviese. ¡Ja! Él ni siquiera había empezado…

A Destiny Hope Hemsworth, nada, nada la había preparado para ese violento huracán de sensaciones. Las manos de Nick parecían ejercer magia sobre su cuerpo, y su boca… Virgen santa, estaba tan cerca… Evitando que ella se corriera con sus dedos, se alzó sobre su cuerpo, hasta alcanzar el buró, tomó el sobre plateado y antes de que ella pudiera articular su nombre, Nick ya se había enfundado a sí mismo.

-¿Lista?- Dest abrió los ojos lentamente y vio en los de él un café brillando en lagrimas por la pasión; encendido de deseo, y no se trataba de cualquier deseo, sino de uno dirigido hacia ella. No era momento para dudas, ni para una mayor búsqueda interior. ¿Cordura?, ¿acaso se comía? En ese momento a la adolescente le pareció que eso podría ser cualquier cosa, desconocía el significado de dicha palabra, solo quedaba espacio para sentir.

Ella se alzó y tomó la cara de él entre ambas manos, acercándolo más a su boca, y finalmente besándolo; dulce y profundamente, mientras la erección de él se abría paso en su vagina. Caliente y húmeda, la experta lengua barrió con el temblor de su propia boca y ella emitió un suspiro de profundo placer, mientras las caderas de Nick ondulaban hambrientas contra las suyas en un ritmo que iba en crescendo. Las manos de ella resbalaban por la piel de su cuello debido al sudor, él realmente amaba eso. Deleitándose a cada segundo con el contacto entre ambas pieles.

-Dest- suspiró él, y la mención de su nombre viniendo desde los labios de ese hombre parecía un poema. Era tan placentero que debería estar prohibido- Mi pequeña Dest, cada día me sorprendes más….- Ella no supo si tomarlo como un insulto o un halago. Nunca pensó que a él podría importarle su virginidad, o mejor dicho, la falta de ella. Pero el modo en que aumentó la ferocidad de sus arremetidas, no parecía mostrar que le hubiese molestado en absoluto.

- Te dije que no era una niña- jadeó sonriendo, con sus pequeñas manos intentando abarcar el máximo posible de su espalda; lo que no era fácil ya que Nick era muchas cosas, pero menudo definitivamente no estaba en la lista. Observó embelesada los músculos de sus brazos, dilatándose y contrayéndose con cada nueva estocada que el moreno descargaba en su interior. Densas gotas de sudor se deslizaban por su vientre, dando vida a la serpiente que surcaba gran parte de éste con cada nuevo ondear de sus caderas. Con ambos puños enterrados en los contornos de su rostro, y la frente tan cerca de la suya que parecía traspasarla con sus pupilas dilatadas, ella se sentía incapacitada para cualquier otra cosa que no fuera abarcarlo por completo.

- No sabes cuánto deseaba esto- Nick se estremeció, con su erección cautiva en el abrigo femenino. Ella era tan estrecha, tan malditamente buena. Se sentía en la gloria.

- Acabas de robar mi diálogo.- Ella besó su cuello

-Dest- jadeó él, mientras ahora ella lamía su pecho, luego su hombro.

- Te deseaba, te deseo y creo que no miento cuando digo que te desearé siempre…- El músculo de su mandíbula se tensó, pero continuó con aquel baile, expresando con su cuerpo lo que era incapaz de confesar con su boca; escarbando en su interior, duro y profundo; con un vaivén primitivo y adictivo, asegurándose de llegar donde nunca antes nadie hubiese llegado. Tocando lo desconocido… Llevándola al orgasmo.

- Yo también te deseo- Fue casi un suspiro, y sin embargo, fue todo lo que ella necesitó para explotar. Él la siguió segundos más tarde.

Sentía la cabeza pesada, le faltaba el aliento y apenas podía mantener la coherencia de sus pensamientos. Pero aun así, mantenía una sonrisa tan grande en la boca que temía tener que acudir a terapia facial para volver a recomponer su rostro. Debería estar prohibido sentirse así de feliz. Se giró hacia su derecha, de donde Nick acababa de desaparecer por la puerta del baño. Pensó en seguirlo, por supuesto, pero… todo estaba muy reciente aún. Demasiadas cosas en muy poco tiempo.


¿Qué harían ambos a partir de ahora? ¿Le pediría él acaso que fuese su novia? Destiny lo dudaba seriamente. Lo más probable es que quisiera mantenerlo en secreto, o incluso peor… ignorarla. El pánico se acrecentó en su pecho, y una punzada en su carne hinchada le recordó que probablemente para Nick, si hubiera significado «algo» después de todo. Ningún hombre podía entregarse con tanto ímpetu a quien no amaba. Nadie de su edad podría confundir «hacer el amor» con «tener sexo». Excepto que su padre lo hacía todo el tiempo, o de eso solía quejarse su mamá.

-¿Tan malo estuvo?- Ella alzó el rostro, furiosamente sonrojada y súbitamente consciente de su desnudez.

-Por tu cara, digo. Luces como si acabaras de asistir a un funeral.

-Todo lo contrario- admitió ella, poniéndose de pie sobre la cama y avanzando hasta el borde justo frente a donde se encontraba Nick con una corta toalla blanca cubriendo el inicio de sus muslos y a aquella bestia imparable a quien había tomado cariño. Sonrió ante su último pensamiento mientras su padrino la atraía hacia su cuerpo recién duchado, envolviendo la cintura con sus manos.

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Hola chicas, deje capitulo largo, por todo lo que les debía, espero que comenten, me pone muy feliz cuando lo hacen. En fin, Feliz Navidad atrasada, pero apenas tengo internet y aprovecho que tengo bateria.

1 comentario:

  1. aww hermoso hermoso me encanto el capi mujer y perdon por mi comentarios pen##### esq ya te dij como andaba y aun ando media mmm ya sabes ncmkwlnmfn lalala en fin ame el capitulo no eh andado cuerda y adivina tengo unos 15 años de mi perra de alexa y ya dije me quedare hasta q acabe y mi padre dijo si te emborrachas le dices a karla q si puedes dormir con ella y si no de todos modos le dices y uuf me pondre a mil y mi madre ya me dio permiso pero me dijo no te apendejes y yo ok edsq esto creo q no te lo conte por twitter pero me emborrache en mi fiesta le dii fondo hasta todo enserio mi padre se largo y no me llevo y luego volvio mi madre y a mitad de la calle me dijo bajate y me baje y mas tarde regreso mi hermana peor q yo y lleghamos y me hubieras visto asi me la eh pasado estos dias jaja me agarro la emocion solo hoy me prometi q moo esq hay bueno ya te dire por q me emborrac he en mi fiesta luego te quiero!!

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