sábado, 2 de marzo de 2013

My Beautiful Love- Niley- Cap 06


Nick abrió la puerta otra vez -¡Vamos, Pidge! ¡Me estoy haciendo viejo!- Arrojé el peine en su dirección y él se agachó, cerrando la puerta y riéndose durante el camino a su habitación. Me lavé los dientes y arrastré mis pies por el pasillo, pasando el dormitorio de Joe en el camino.

-Buenas noches, Miley- llamó Demi desde la oscuridad. Dudé antes de golpear dos suaves golpes en la puerta de Nick.

-Entra, Pidge. No tienes que tocar- Él abrió la puerta y entré, viendo su cama de hierro negro paralela a la línea de ventanas en el extremo de la habitación. Las paredes estaban desnudas a excepción de un solitario sombrero encima de la cabecera. Casi esperaba que su habitación estuviera cubierta de posters de mujeres semi desnudas, pero ni siquiera vi un anuncio para una marca de cerveza. Su cama era negra, su alfombra gris, todo lo demás en la habitación era blanco. Parecía como si acabara de mudarse -Bonita pijama- dijo Nick, notando mi short a cuadros color amarillo y azul marino y mi camisa de Eastern. Se sentó en la cama y le dio unas palmaditas a la almohada a su lado -Bien, ven. No voy a morderte.

-No te tengo miedo- le dije, acercándome a la cama y dejando el libro de biología junto a él -¿Tienes una pluma?

Él asintió con la cabeza hacia su mesa de noche -Primer cajón- Me estiré sobre la cama y abrí el cajón, encontrando tres bolígrafos, un lápiz, un tubo de jalea KY, y un tazón de cristal lleno de paquetes de diferentes marcas de condones. Asqueada, tomé una lapicera y cerré el cajón.

-¿Qué?- Preguntó, dándole vuelta a una página del libro.

-¿Robaste la clínica de salud?

-No. ¿Por qué?

Quité la tapa de la pluma, incapaz de mantener la expresión de asco fuera de mi rostro -Tu suministro de preservativos para toda la vida.

-Más vale prevenir que lamentar, ¿no?- Puse los ojos en blanco. Nick regresó al libro, una irónica sonrisa apareció en sus labios. Él leyó las notas para mí, resaltando los puntos principales, mientras él me hacía preguntas y pacientemente explicaba lo que yo no entendía.

Después de una hora, lleve las manos a mi rostro para frotar mis cansados ojos -Estoy muerta. No puedo memorizar una macromolécula más.

Nick sonrió, cerrando el libro -Muy bien- Hice una pausa, sin estar segura sobre nuestros arreglos para dormir. Nick salió de la habitación y caminó por el pasillo, murmurando algo en la habitación de Joe antes de encender la ducha. Me envolví en la colcha y la tiré hasta mi cuello, escuchando el ruido agudo del agua corriendo a través de las tuberías. Diez minutos más tarde, el agua se cerró y el piso crujió bajo los pasos de Nick. Echó a andar por la habitación con una toalla alrededor de sus caderas. Él tenía tatuajes en ambos lados de su pecho, el arte tribal oscuro cubriendo cada uno de sus abultados hombros. En su brazo derecho, las líneas y los símbolos negros se extendían desde su hombro hasta la muñeca, en el izquierdo, los tatuajes se detenían en su codo, con sólo una línea de escritura en la parte inferior de su antebrazo. Intencionalmente me mantuve de espaldas a él mientras que él se paró frente a su tocador y dejó caer la toalla para ponerse un par de bóxers. Después de apagar la luz, se metió en la cama junto a mí.

-¿Dormirás aquí también?- Pregunté, volviéndome para mirarlo. La luna llena fuera de la ventana oscureció su rostro.

-Bueno, sí. Esta es mi cama.

-Lo sé, pero…- Hice una pausa. Mis otras opciones eran el sofá o el sillón reclinable.

Nick sonrió y negó con la cabeza -¿Aún no confías en mí? Me comportaré mejor que bien, lo juro -dijo, levantando los dedos que estaba segura los Boy Scouts de Estados Unidos nunca habían considerado usar. No discutí, simplemente me di vuelta y puse mi cabeza en la almohada, metiendo las sábanas detrás de mí para que hubiera una clara barrera entre su cuerpo y el mío -Buenas noches, Pigeon- susurró en mi oído. Podía sentir su aliento a menta en mi mejilla, ocasionando que la piel se me pusiera de gallina. Gracias a Dios que estaba lo suficientemente oscuro para que no pudiera ver mi embarazosa reacción, o el rubor de mis mejillas.

Parecía que acaba de cerrar los ojos cuando escuché el reloj despertador. Estiré la mano para apagarlo, pero me sorprendí con horror cuando sentí piel cálida bajo mis dedos. Traté de recordar dónde estaba. Cuando la respuesta llegó, me mortificó el hecho que Nick pensara que lo había hecho a propósito.

-¿Nick? la alarma- susurré. Él aún no se movía -¡Nick!- Dije, dándole un codazo. Cuando todavía no se movía, me estiré a través de él, buscando a tientas en la penumbra hasta que sentí la parte superior del reloj. Sin saber cómo apagarlo, golpeé la cima del mismo hasta que pulsé el botón de dormitar, y luego caí sobre mi almohada nuevamente. Nick se echó a reír.

-¿Estabas despierto?

-Te prometí que me portaría bien. No dije nada al respecto de permitirte acostarte sobre mí.

-No me acosté sobre ti- Protesté -No podía alcanzar el reloj. Esa tiene que ser la alarma más molesta que he oído. Suena como un animal moribundo.

Estiró su mano y presionó un botón -¿Quieres desayuno?

Lo miré fijamente y luego sacudí la cabeza -No tengo hambre.

-Bueno, yo sí. ¿Por qué no vienes conmigo a la cafetería que está cerca?

-No creo que pueda soportar tu falta de habilidad para conducir temprano por la mañana- le dije. Levanté mis pies por el lado de la cama y los metí en mis pantuflas, arrastrándome a la puerta.

-¿A dónde vas?- Preguntó

-A vestirme e ir a clase. ¿Necesitas un itinerario mientras estoy aquí?

Nick se estiró y luego caminó hasta mí en sus bóxers -¿Siempre eres tan temperamental o ese malestar disminuirá una vez que creas que no estoy creando algún elaborado plan para meterme en tus pantalones?- Sus manos sujetaron mis hombros y sentí sus pulgares acariciar mi piel al unísono.

-No soy temperamental.

Se inclinó me susurró en mi oído -No quiero acostarme contigo, Pidge. Te aprecio demasiado- Pasó junto a mí para ir al baño, y que quedé allí, aturdida. Las palabras de Selena se repetían en mi mente. Nick Jonas dormía con todas; no pude evitar sentirme deficiente al saber de qué él no tenía ganas de intentar dormir conmigo. La puerta se abrió de nuevo y Demi entró.

-¡Arriba, arriba, levántate y brilla!- Sonrió, bostezando.

-Te pareces a tu madre, Demi- me quejé, rebuscando en mi maleta.

-Oh… ¿alguien no durmió bien anoche?

-Él apenas respiró en mi dirección- le dije mordazmente.

Una sonrisa iluminó el rostro de Demi -Oh

-¿Oh que? 

-Nada- dijo ella, volviendo a la habitación de Joe.

Nick estaba en la cocina, tarareando una canción al azar mientras cocinaba huevos revueltos -¿Estás segura que no quieres desayunar?- Me pregunto. Joe y Demi entraron y Joe tomó dos platos del gabinete, sosteniéndolos mientras Nick servía una porción en cada uno. Joe puso los platos en la barra, él y Demi se sentaron juntos, satisfaciendo el apetito que probablemente gastaron la noche anterior.

-No me mires así, Joe. Lo siento, sólo que no quiero ir- dijo Demi.

-Bebé, la Casa tiene una fiesta de parejas dos veces al año- dijo Joe mientras masticaba -Aún falta un mes. Tendrás tiempo de sobra para encontrar un vestido y hacer todas esas cosas de chicas.

-Lo haría, Joe… es muy dulce… pero no voy a conocer a nadie allí.

-Muchas de las chicas que estarán no conocen a los demás- dijo, sorprendido por el rechazo.

Ella se dejó caer en su silla -Las chicas perras de la hermandad son invitadas a esas cosas. Todas se conocerán entre sí… será extraño.

-Vamos, Demi. No me obligues a ir solo.

-Bueno… ¿tal vez podrías buscar a alguien para que invite a Miley?- Dijo ella, mirándome y luego a Nick. Nick levantó una ceja y Joe negó con la cabeza.

-Nick no va a fiestas de parejas. Es algo a donde llevarías tu novia… y Nick no… ya sabes.

Demi se encogió de hombros -Podemos conseguirle a alguien.

Entrecerré mis ojos en su dirección -Te puedo escuchar, sabes- Demi usó la cara que ella sabía que no podía decir no.

-¿Por favor, Miley? Vamos a encontrarte un buen tipo que sea divertido e ingenioso, y podrás asegurarte que sea guapo… ¡te prometo que pasarás un buen rato! Y, ¿Quién sabe? Tal vez hasta se lleven bien.

Nick lanzó el plato al fregadero -Yo no he dicho que no la llevaría.

Puse los ojos en blanco -No me hagas ningún favor, Nick.

-Eso no es lo que quise decir, Pidge. Las fiestas de parejas son para chicos con novias, y todo el mundo sabe que yo no hago eso de novias. Pero no tendré que preocuparme de que tú esperes un anillo de compromiso después.

Demi hizo un puchero -¿Por fis, Miley?

-¡No me mires así!- Me quejé -Nick no quiere ir, yo no quiero ir… nosotros no seremos muy divertidos.

Nick se cruzó de brazos y se apoyó en el fregadero -Yo no dije que no quería ir. Creo que sería divertido si los cuatro asistimos- se encogió de hombros.

Los ojos de todos se centraron en mí y yo retrocedí -¿Por qué no pasamos el rato aquí?

Demi puso mala cara y Joe se inclinó hacia adelante -Porque tengo que ir, Miley. Soy un estudiante de primer año; tengo que asegurarme de que todo pase sin problemas, que todo el mundo tenga una cerveza en mano, y cosas así.

Nick cruzó la cocina y envolvió el brazo alrededor de mis hombros, tirando de mí hacia él -Vamos, Pidge. ¿Quieres ir conmigo?

Miré a Demi, luego a Joe y, finalmente, a Nick -Si- suspiré.

Demi chilló y me abrazó, y sentí la mano de Joe en mi espalda- Gracias, Miley- Dijo Joe.

Cheyne tomó otra calada. El humo fluyó de su nariz en dos chorros. Giré mi cara hacia el sol mientras él me relataba su reciente fin de semana de baile, licor y un nuevo amigo muy persistente.

-Si él te está acechando, entonces ¿Por qué dejas que te compré las bebidas?- Me reí

-Es muy sencillo, Miley. Estoy en quiebra- Me reí nuevamente y Cheyne me encajó su codo en mi costado cuando alcanzó a ver a Nick caminando hacia nosotros.

-Hey, Nick- Cantó alegremente Cheyne, guiñándome un ojo.

-Cheyne- él asintió. Levantó sus llaves -Me voy a casa, Pidge. ¿Necesitas un aventón?

-Estaba a punto de entrar- dije, sonriendo a través de mis gafas de sol.

-¿No te vas a quedar conmigo esta noche?- Preguntó, su rostro era una combinación de sorpresa y decepción.

-No, sí lo haré. Sólo tengo que tomar algunas cosas que olvidé.

-¿Cómo qué?

-Bueno, para empezar mi máquina de afeitar. ¿Qué te importa?

-Ya es hora de que te afeites las piernas. Están destrozando las mías- dijo con una sonrisa traviesa.

Los ojos de Cheyne se agrandaron mientras me dio una rápida mirada, y yo volteé mi cara hacia Nick -¡Así es cómo empiezan los rumores!- Miré a Cheyne y sacudí mi cabeza -Estoy durmiendo en su cama…sólo durmiendo.

-Está bien- dijo Cheyne con una sonrisa maliciosa. Le di un golpe en el brazo a Cheyne antes de abrir la puerta y subir por las escaleras. Cuando llegué a la segunda planta, Nick estaba a mi lado.

-Oh, no te enojes. Sólo estaba bromeando.

-Todo el mundo ya asume que estamos teniendo sexo. Lo estás empeorando.

-¿A quién le importa lo que piensan?

-¡A mí, Nick! ¡A mí!- Abrí mi puerta, metí mis cosas en una pequeña bolsa y luego salí violentamente, con Nick detrás de mí. Sonrió mientras tomó la bolsa de mi mano y le lancé una mirada asesina -No es divertido. ¿Quieres que toda la escuela crea que soy una de tus putas?

Nick frunció el ceño -Nadie piensa eso. Y si lo hacen, será mejor que esperen que yo no me entere- Mantuvo la puerta abierta para mí y después de atravesarla, me detuve abruptamente delante de él -¡Whoa!-  dijo, chocando conmigo.

Volteé alrededor -¡Oh Dios mío! Probablemente piensan que estamos juntos y tú, con tu falta de vergüenza, continuas con tu…estilo de vida. ¡Debo verme patética!- dije, dándome cuenta de eso mientras hablaba -No creo que deba quedarme contigo por más tiempo. Deberíamos, simplemente, permanecer alejados uno del otro en general por un tiempo- Le quité mi bolsa y él me la arrebató de vuelta.

-Nadie piensa que estamos juntos, Pidge. No tienes que dejar de hablarme para probar tu punto.

Estábamos envueltos en un tira y afloja con la bolsa, y cuando él se negó a dejarla ir, gruñí ruidosamente en frustración -¿Alguna vez tuviste a una chica, que es una amiga, quedándose contigo? ¿Alguna vez llevas clases con esas chicas en la escuela? ¿Has comido los almuerzos con ellas todos los días? Nadie sabe qué pensar sobre nosotros, ¡Incluso cuando se los décimos!

Caminamos hacia el estacionamiento -Voy arreglar esto, ¿Está bien? No quiero que nadie piense menos de ti debido a mí- dijo, con una expresión apenada. Abrió muchos sus ojos y sonrió -Déjame hacer las paces contigo. ¿Por qué no vamos a The Dutch esta noche?

-Eso es una barra de motociclistas- desprecié, viendo como sujetaba mi bolsa a su moto.

-Está bien, entonces vamos al club. Te llevaré a cenar, y luego podemos ir a The Red Door. Yo invito.

-¿Cómo es que salir a cenar y luego a un club arregla el problema? Cuando la gente nos vea salir juntos lo hará peor.

Él se montó en su moto -Piénsalo. ¿Yo, borracho, en una habitación llena de mujeres escasamente vestidas? No tomará mucho tiempo para que la gente sepa que no somos una pareja.

-¿Y qué supone que debo hacer? ¿Llevar a casa a un chico borracho del bar para probar el punto?

-No me refería a eso. No hay necesidad de enojarse- dijo con el ceño fruncido.

Rodé mis ojos y subí al asiento, pasando mis brazos alrededor de su cintura -¿Alguna chica extraña va a seguirnos a la casa desde el bar? ¿Así es cómo vas a arreglar las cosas conmigo?

-¿No estás celosa, o sí, Pigeon?

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