miércoles, 27 de marzo de 2013

My Beautiful Love- Niley- Cap 21


Joe poseía la habilidad de hacer que todos a su alrededor se sintieran calmados, sin duda resultado de crecer con Nick y sus hermanos. Probablemente era más un mecanismo de defensa que cualquier otra cosa. Nick acarició la parte detrás de mi oreja, y me reí hasta que vi a Liam acercándose. La misma urgencia que sentí cuando Nick quería volver a la cafetería me invadió, e instantáneamente me alejé de Nick y caminé tres metros y algo para interceptar a Liam.
-Necesito hablar contigo- Me dijo.
Miré hacia atrás y luego sacudí mi cabeza como advertencia. -Ahora no es un buen momento, Liam. De hecho, es un muy, muy mal momento. Nick y Chris pelearon en el almuerzo y él todavía está un poco irritado. Necesitas irte.
Liam vio a Nick y luego fijó su vista en mi, determinado. -Escuché lo que sucedió en la cafetería. No creo que estés consciente de en donde te estás metiendo. Nick es mala influencia, Miley. Todos lo saben. Nadie está hablando de cuan genial es que tú lo hayas cambiado… todos esperan que él haga lo que sabe hacer mejor. No sé lo que te ha dicho, pero no tienes ni idea de qué clase de persona es.
Sentí las manos de Nick en mis hombros. -¿Porqué no le dices, entonces?
Liam se encogió nervioso. -¿Tienes idea de cuantas chicas humilladas he llevado a casa de fiestas luego de pasar horas encerradas con él? Te va a lastimar.
Los dedos de Nick se tensaron en respuesta, posé mis manos en las suyas hasta que se relajó. -Deberías irte, Liam
-Debes escuchar lo que te digo, Smiley.
-No le llames así, joder- Gruñó Nick.
Liam no apartó sus ojos de los míos. -Estoy preocupado por ti.
-Lo aprecio, pero no es necesario.
Liam sacudió la cabeza. -Él te ve como un desafío a largo plazo, Miley. Te tiene pensando que eres diferente a las otras chicas simplemente para llevarte a la cama. Se va a cansar de ti. Él posee la atención de un bebé.
Nick me rodeó, parándose frente de Liam, tan cerca que sus narices casi se tocaban. -Te permití decir lo que querías. Mi paciencia se agotó- Liam trató de mirarme, pero Nick se inclinó en su dirección—. No se te ocurra mirarla. Mírame a mí, malcriado pedazo de mierda- Liam enfocó sus ojos en Nick y esperó -Si se te ocurre al menos respirar en su dirección, me aseguraré de que te vayas cojeando a la escuela de medicina.
Liam tomó una par de pasos hacia atrás, hasta que estuve en su campo de visión. -Pensé que eras más lista que esto- dijo, sacudiendo la cabeza antes de voltearse e irse.
Nick lo observó marcharse, luego se volteó y sus ojos encontraron los míos. -Sabes que eso es pura mierda, ¿verdad? No es cierto.
-Estoy segura que es eso lo que todos piensan- Me quejé, atrayendo la atención de aquellos que iban pasando.
-Entonces les probaremos lo contrario. 


Mientras la semana avanzaba, Nick se tomó su promesa muy en serio. Ya no conversaba con las chicas que lo detenían en los pasillos, y algunas veces hasta era grosero con ellas. En el momento en que caminamos dentro de The Red para la fiesta de Halloween, me encontraba un poquito nerviosa sobre como él planeaba mantener lejos a las fiesteras intoxicadas. Demi, Cheyne y yo nos sentamos en una de las mesas cercanas, mientras veíamos a Nick y Joe jugar billar con dos de sus hermanos Sig Tau.
-¡Vamos, bebé!- Gritó Demi, levantándose en el escalón de su banco. Joe le guiñó, y luego realizó su tiro, metiéndola en el hoyo derecho más lejano. -¡Woo!- chilló.
Un trío de mujeres vestidas como Los Ángeles de Charlie se acercaron a Nick mientras él esperaba su turno, sonreí cuando él trató lo más que pudo de ignorarlas. Cuando una de ellas trazó la línea de uno de sus tatuajes, Nick jaló su brazo. La apartó para así poder hacer su tiro, y ella hizo un puchero a sus amigas.
-¿Puedes creer cuán ridículas son? Las chicas aquí no tienen vergüenza- dijo Demi
Cheyne sacudió su cabeza, asombrado. -Es Nick. Creo que es lo del chico malo. O creen que pueden salvarlo, o piensan que son inmunes a sus encantos. No estoy seguro cual será.
-Probablemente las dos- Me reí, viendo como las chicas esperaban que Nick les prestara atención -¿Puedes imaginar ser tú quien espera ser escogida por él? ¿Sabiendo que vas a ser usada sólo para sexo?
-Problemas paternales- dijo Demi, tomando un sorbo de su bebida. Cheyne botó su cigarro y jaló nuestros vestidos.
-¡Vamos, chicas! ¡El Cheyne quiere bailar!
-Sólo si prometes nunca volver a llamarte así- dijo Demi. Cheyne sacó su labio inferior y Demi sonrió.
-Vamos, Miley. No quieres hacer a Cheyne llorar, ¿cierto?- Nos unimos a los policías y vampiros en la pista de baile, y Cheyne sacó sus pasos de Timberlake. Miré a Nick sobre mi hombro y lo descubrí mirándome por el rabillo del ojo, fingiendo ver a Joe meter la bola ocho en el juego. Joe recolectó sus ganancias, y Nick se dirigió a la larga barra que rodeaba la pista de baile, para pedir un trago. Cheyne bailaba por toda la pista, para finalmente hacer un sándwich entre Demi y yo. Nick rodó los ojos, riéndose mientras volvía a nuestra mesa con Joe
-Voy a buscar otra bebida. ¿Quieren algo?- gritó Demi por encima de la música.
-Voy contigo- dije, mirando a Cheyne y apuntando hacia la barra. Cheyne sacudió la cabeza y continuó bailando. Demi y yo avanzamos por la multitud hacia la barra. El barman estaba agobiado, por lo que nos acomodamos para una larga espera.
-Los chicos están arrasando esta noche- dijo Demi
Me incliné a su oído. -Por qué alguien apostaría contra Joe es algo que nunca entenderé.
-Por la misma razón que apuestan contra Nick. Son idiotas- Sonrió.
Un hombre en una toga se inclinó contra la barra al lado de Demi y sonrió. -¿Qué están tomando las damas esta noche?
-Nosotras compramos nuestros propios tragos, gracias- dijo Demi, mirando hacia adelante.
-Soy Mike- dijo, y luego apuntó a su amigo -Éste es Logan- Sonreí educadamente, mirando a Demi, quien tenía su mejor cara de lárgate. El barman tomó nuestra orden, y luego asintió detrás de nosotras, volteándose para preparar la bebida de Demi. Nos trajo un vaso de vidrio cuadrado lleno de líquido rosa y tres cervezas. Mike le tendió dinero y ella asintió.
-Esto es algo diferente- dijo Mike, escaneando la multitud.
-Sí- respondió Demi con cara de fastidio.
-Te vi bailando- Logan asintió hacia la pista -Te veías bien.
-Uh… gracias- Le dije, tratando de permanecer amable, consciente de que Nick estaba a poca distancia.
-¿Quieres bailar?- preguntó.
Sacudí la cabeza. -No, gracias. Estoy aquí con mi…
-Novio- dijo Nick, apareciendo de la nada. Miró mal a los hombres que se encontraban junto a nosotras, los cuales se apartaron un poco, claramente intimidados.
Demi no pudo evitar sonreír satisfecha cuando Joe la rodeó con sus brazos. Nick asintió hacia la habitación. -Váyanse, ahora- Los hombres nos miraron a Demi y a mí, y luego dieron un par de pasos hacia tras antes de desaparecer en la seguridad de la multitud.
Joe besó a Demi. -¡No puedo llevarte a ningún lado!- Ella rió, y yo miré a Nick, quien me fruncía el ceño.
-¿Qué?
-¿Por qué le permitiste comprarte una bebida?
Demi se separó de Joe, notando el humor de Nick. -No lo hicimos, Nick. Les dije que no.
Nick me quitó la botella de la mano. -¿Entonces, qué es esto?
-¿Es en serio?- Pregunté.
-Sí, es jodidamente en serio- dijo, tirando la botella en un bote de basura junto a al bar- Te lo he dicho cientos de veces… No puedes aceptarle tragos a cualquier chico. ¿Qué pasa si puso algo allí?
Demi levantó su vaso. -Las bebidas fueron hechas frente a nosotras, Nick. Estás sobreactuando.
-No estoy hablando contigo- dijo Nick, sus ojos pegados a los míos.
-¡Hey!- Me molesté inmediatamente -No le hables así.
-Nick- advirtió Joe -Déjalo ir.
-No me gusta que dejes a otros chicos comprarte bebidas- dijo Nick.
Levanté una ceja. -¿Estás tratando de empezar una discusión?
-¿No te molestaría entrar a un bar y verme compartiendo un trago con alguna chica?
Asentí. -De acuerdo. Ahora no estás consciente de todas las mujeres. Lo entiendo. Debería de hacer el mismo esfuerzo.
-Sería bueno- Claramente yo trataba de controlar su temperamento, y era un poco enervante estar del otro lado de su ira. Sus ojos aún se encontraban brillantes de rabia, y una innata urgencia por ir por la ofensiva burbuja hacia la superficie.
-Vas a tener que bajarle a tu tono de novio celoso, Nick. No hice nada malo.
Nick me lanzó una mirada de incredulidad. -¡Vengo para acá, y otro tipo esta comprándote un trago!
-¡No le grites!- dijo Demi.
Joe puso sus manos en los hombros de Nick -Todos hemos bebido bastante. Simplemente vámonos- El usual efecto de calma que poseía Joe no surtió efecto en Nick, y estuve instantáneamente molesta debido a que su pequeña rabieta había arruinado nuestra noche.
-Tengo que decirle a Cheyne que nos vamos- Murmuré, pasando a Nick y dirigiéndome hacia la pista.
Una tibia mano me agarró la muñeca. Me volteé, y vi los dedos de Nick apretados sin ningún remordimiento. -Voy contigo.
Aparté mi mano de su agarre. -Soy totalmente capaz de caminar unos pocos metros por mi sola, Nick ¿Qué está mal contigo?- Vi a Cheyne en el centro, y me dirigí hacia él.
-¡Nos vamos!
-¿Qué?- gritó Cheyne sobre la música.
-¡Nick está de mal humor! ¡Nos vamos!- Rodó los ojos y sacudió la cabeza, agitando su mano mientras me alejaba. Justo cuando vi a Demi y Joe, fui jalada hacia atrás por un hombre en un disfraz de pirata.
-¿A dónde crees que vas?- Sonrió, pegándose a mí. Me reí y sacudí la cabeza a la cara tan graciosa que estaba haciendo. Cuando me giré para irme, agarró mi brazo. No me tomó mucho averiguar que no me estaba agarrando, se estaba agarrando a mí, por protección.
-¡Whoa!- Lloró, mirando más allá de mí, con los ojos bien abiertos. Nick lo llevó de nuevo a la pista, y arrebató su puño en la cara del pirata, con tal fuerza que nos tumbó a ambos al suelo. Con las palmas pegadas al piso, parpadeé en incredulidad. Sentí algo caliente y húmedo en mi mano, la volteé y me encogí. Estaba cubierta con la sangre proveniente de la nariz del hombre. Su mano estaba cubriendo su cara, pero el rojo líquido corría por debajo, cayendo al piso.
Nick corrió a levantarme, viéndose tan sorprendido como yo me encontraba. -¡Oh, mierda! ¿Estás bien, Pidge.- Cuando me levanté, jalé mi brazo de su agarre.
-¿Estás loco?- Demi me tomó por la muñeca y me llevó a través de la multitud hacia el estacionamiento, Nick se volteó hacia mí.
-Lo siento, Pigeon, no sabía que te tenía agarrada.
-¡Tu puño estuvo a cinco centímetros de mi cara!- dije, atrapando la toalla llena de aceite que Joe me había lanzado. Asqueada, limpié la sangre de mi mano.
La seriedad del asunto nubló su cara y se estremeció. -No lo hubiera atacado si hubiera sabido que te tenía agarrada, sabes eso ¿no?
-Cállate, Nick. Solo cállate- dije, mirando la nuca de Joe.
-Pidge…- Comenzó Nick. Joe golpeó el volante con la palma de su mano.
-¡Cierra la boca, Nick! ¡Ya dijiste que lo lamentabas, ahora cierra la maldita boca!- El viaje a casa fue en completo silencio. Joe arrimó su asiento hacia adelante para permitirme salir, y miré a Demi, quien asintió en entendimiento.
Le dio un beso de buenas noches a su novio. -Te veo mañana, bebé.
Joe asintió y la besó. -Te amo.
Pasé a Nick en mi camino hacia el Honda de Demi, y él trotó a mi lado. -Vamos. No te vayas molesta.
-Oh, no estoy molesta. Estoy furiosa.
-Necesita un tiempo para calmarse, Nick- Advirtió Demi, abriendo su puerta. 
Cuando el seguro de la puerta de pasajeros saltó, Nick sostuvo su mano contra ella. -No te vayas, Pigeon. Estuve mal. Lo siento.
Levanté mi mano, mostrándole los rastros de sangre seca en mi palma. -Llámame cuando crezcas.
Se inclinó con su cadera contra la puerta. -No puedes irte.
Levanté una ceja, y Joe trotó alrededor del auto junto a nosotros. -Nick, estás tomado. Estás a punto de cometer un grave error. Déjala irse a casa, cálmate… Ambos pueden hablar mañana cuando estés sobrio.
La expresión de Nick se tornó desesperada. -No se puede ir- dijo, mirándome fijamente.
-No va a funcionar, Nick- Tiré de la puerta -¡Muévete!
-¿A qué te refieres con que no va a funcionar?- Preguntó Nick, tomando mi brazo.
-Me refiero a tu cara triste. No voy a creérmela- dije, apartándome.
Joe vio a Nick por un momento, y luego se giró hacia mí. -Miley… Este es el momento del que te estaba hablando. Tal vez deberías…
-Mantente fuera de esto, Joe- Soltó Demi, encendiendo el auto.
-Lo voy a arruinar. Lo voy a arruinar bastante, Pidge, pero tú tienes que perdonarme.
-¡Voy a tener un moretón gigante en mi trasero mañana en la mañana! ¡Golpeaste a ese tipo porque estabas molesto conmigo! ¿Qué me dice eso? ¡Porque las banderas rojas están levantadas por todo lados!
-Nunca he golpeado a una chica en mi vida- dijo, sorprendido por mis palabras.
-¡Y yo estoy a punto de ser la primera!- dije, jalando la puerta -¡Muévete, demonios!- Nick asintió, y luego dio un paso atrás. Me senté al lado de Demi, y tiré la puerta. Puso el auto en reversa, y Nick se inclinó para verme por la ventana.
-Vas a llamarme mañana, ¿verdad?- Preguntó, tocando el vidrio.
-Solo vámonos, Demi- dije, negándome a verlo.


La noche fue larga, me la pasé viendo el reloj y me encogía cuando veía que otra hora había pasado. No podía dejar de pensar en Nick, y en sobre si iba a llamarlo o no en la mañana, preguntándome si estaría despierto también. Finalmente, opte por ponerme los audífonos de mi IPod y escuchar la alta y molesta música de mi repertorio. La última vez que había visto el reloj, eran pasadas las cuatro. Los pájaros ya cantaban afuera de mi ventana, y sonreí cuando sentí que mis ojos se sentían pesados. Pareció como si sólo hubieran pasado pocos minutos cuando escuché un toque en la puerta y vi a Demi entrando. Sacó los audífonos de mis oídos y se tiró en la silla de mi escritorio.
-Buenos días, sol. Te ves horrible- dijo, haciendo una burbuja rosa con su boca, y dejándola sonar fuerte al reventarse.
-¡Cierra la boca, Demi!- Soltó Selena escondida dentro de sus sábanas.
-Estás consciente de que las personas como Nick y tú van a discutir bastante, ¿cierto?- dijo Demi mirando sus uñas y masticando el gran pedazo de goma de mascar en su boca.
Me volteé de lado en la cama. -Estás oficialmente despedida. Eres una terrible conciencia.
Se rió. -Solamente te conozco. Si te entregara mis llaves en este instante, irías directo hacia allá.
-¡Claro que no!
-Como digas.
-Son las ocho de la mañana. Probablemente todavía estén tirados durmiendo- Justo en ese momento escuché un suave toque en la puerta. El brazo de Selena salió de su edredón y giró la manilla. La puerta se abrió lentamente, revelando a Nick en la entrada.
-¿Puedo pasar?- Preguntó en una voz baja y rasposa. Las bolsas oscuras bajos sus ojos indicaban su falta de sueño, si es que tuvo alguno, en absoluto. Me senté en la cama, sorprendida por su apariencia tan exhausta.
-¿Estás bien?
Caminó y cayó en rodillas frente a mí. -Lo siento, Miley. Lo siento- dijo, envolviendo sus brazos en mi cintura y hundiendo su cara en mi regazo. Sostuve su cabeza en mis brazos y miré a Demi.
-Yo uh… Me voy a ir- dijo, alcanzando torpemente la manilla de la puerta.
Selena frotó sus ojos y suspiró, luego tomó su bolso de baño. -Siempre estoy muy limpia cuando andas por aquí, Miley- Murmuró, tirando la puerta tras ella.
Nick me miró. -Sé que me vuelvo loco en lo que respecta a ti, pero Dios sabe que lo estoy intentando, Pidge. No quiero arruinar esto.
-Entonces no lo hagas
-Esto es difícil para mí, ¿sabes? Siento que en cualquier momento vas a averiguar cuan pedazo de mierda soy y me vas a dejar. Anoche vi una docena de diferentes tipos mirándote al bailar. Vas al bar y te veo agradecerle a ese tipo por tu bebida. Y luego ese imbécil en la pista te agarra.
-Tú no me ves a mí golpeando a cualquier chica que se acerca a hablarte. No me puedo quedar encerrada en el departamento todo el tiempo. Vas a tener que controlar tu temperamento.
-Lo haré. Nunca había querido una novia antes, Pigeon. No estoy acostumbrado a sentirme de esta manera… por nadie. Si eres paciente conmigo, juro que me controlaré.
-Vamos a aclarar algo; no eres un pedazo de mierda, eres increíble. No importa quién me compre tragos, ni quién me invite a bailar, o quien coquetee conmigo. Al final, me voy a casa contigo. Me has pedido que confíe en ti, pero tú no pareces confiar en mí.
Frunció el ceño. -Eso no es verdad.
-Si piensas que voy a dejarte por cualquier tipo que se aparezca, entonces no me tienes mucha fe.
Tensó su agarre. -No soy lo suficientemente bueno para ti, Pidge. Eso no significa que no confíe en ti, sólo me preparo para lo inevitable.
-No digas eso. Cuando estamos solos eres perfecto. Somos perfectos. Pero entonces permites que todo el mundo lo arruine. No espero que huyas de todo, pero tienes que elegir tus batallas. No puedes pelear cada vez que alguien me mire.
Asintió. -Yo hago todo lo que tú quieras. Sólo… dime que me amas.
-Sabes que lo hago.
-Necesito oírte decirlo- dijo, sus cejas juntándose.
-Te amo- llevé mis labios a los suyos -Ahora deja de ser tan bebé- Se rió, subiendo a la cama conmigo. Pasamos la siguiente hora en el mismo lugar debajo de las sabanas, riéndonos y besándonos, apenas notando cuando Selena regresó de su ducha.
-¿Podrías salirte? Necesito vestirme- Le dijo a Nick, apretando su bata. Nick besó mi mejilla y luego salió al pasillo.
-Te veo en un segundo.
Caí en mi almohada mientras Selena revoloteaba en su closet. -¿De qué estás tan feliz?- Murmuró.
-De nada- Suspiré.
-¿Sabes que es la codependencia, Miley? Tu novio es el claro ejemplo, lo que es extraño considerando que él pasó de no tener ningún respeto por las mujeres en lo absoluto a pensar que te necesita para respirar.
-Tal vez lo hace- dije, negándome a permitirle arruinar mi humor.
-¿No te preguntas por qué es eso? Digo… Él ha estado con la mitad de las chicas en esta escuela. ¿Por qué tú?
-Él dice que soy diferente.
-Por supuesto que lo hace. Pero, ¿Por qué?
-¿Por qué te importa?- Solté.
-Es peligroso necesitar a alguien tanto así. Estás tratando de salvarlo, y él espera que lo hagas. Ustedes dos son un desastre.
Le sonreí al techo -No importa qué o por qué es así. Cuando es bueno… es hermoso.
Rodó lo ojos. -No tienes salvación- Nick tocó la puerta y Selena lo dejó entrar.
-Me voy a estudiar al salón. Buena suerte- dijo en la voz más falsa que pudo haber utilizado.
-¿Qué fue eso?- preguntó Nick.
-Dijo que somos un desastre.
-Dime algo que no sepa- Sonrió. Sus ojos de repente eran determinados, y besó la piel debajo de mi oreja- ¿Por qué no te vienes conmigo?
Sostuve mi mano en su nuca, y suspiré al sentir sus suaves labios contra mi piel. -Creo que me quedaré aquí. Estoy en tu departamento todo el tiempo.
Su cabeza voló hacia arriba. -¿Y eso qué? ¿No te gusta estar ahí?
Toqué sus mejillas y suspiré. Se preocupaba tan rápido. -Claro que sí, pero yo no vivo ahí.
Trazó mi cuello con la punta de su nariz. -Te quiero allí. Te quiero allí todas las noches.
-No me voy a mudar contigo- Sacudí la cabeza.
-No te pedí que te mudaras conmigo. Dije que te quiero ahí.
-¡Es la misma cosa!- Reí.
Nick arrugó la frente. -¿En serio no te vas a quedar conmigo esta noche?
Sacudí la cabeza, y sus ojos viajaron por mi pared hasta el techo. Casi pude ver las ruedas moviéndose en su cabeza. -¿En qué piensas?- Pregunté, entrecerrando los ojos.
-Intento pensar en otra apuesta.

2 comentarios:

  1. mee encanto
    siempre me encanta esta nove
    siguela que ame el caps
    besoss

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  2. amo esta novela solo te pido algo no la termines nunca si? ajjajjjj
    Enserio

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