-Sr. Jonas, ¿Cree que puede bajar el tono hasta después de la clase?- dijo el Profesor Charlie, refiriéndose a mi risa mientras Nick enterraba su nariz en mi cuello- Aclaré mi garganta, sintiendo como mis mejillas se encendían en vergüenza.
-No lo creo, Dr. Charlie. ¿Le ha echado un buen vistazo a mi chica?- dijo Nick, señalándome. La risa inundó el salón, y mi cara se incendió. El Profesor Charlie me miró con cara medio divertida y medio incomoda, y luego le sacudió la cabeza a Nick.
-Sólo haga lo mejor que pueda- dijo Charlie La clase se volvió a reír, y yo me hundí en mi asiento. Nick recostó su brazo en la espalda de mi silla, y la clase continuó. Luego de que terminara la hora, Nick me acompañó a mi próxima clase.
-Perdóname si te avergüenzo. No lo puedo evitar.
-Inténtalo.
Liam caminó junto a nosotros, y cuando le devolví su asentimiento con una sonrisa educada, sus ojos brillaron. -Hola, Miley. Te veo adentro- Caminó al salón, y Nick lo fulminó por unos tensos segundos.
-Oye- Jalé su brazo hasta que me miró -Olvídate de él.
-Le ha estado diciendo a los chicos en la fraternidad que aún lo llamas.
-Eso no es verdad- dije, inafectada.
-Yo lo sé, pero ellos no. Dice que sólo está esperando su turno. Le dijo a Brad que tú sólo estás esperando por el momento correcto para dejarme, y que lo llamas para decirle cuán infeliz eres. Me está empezando a molestar.
-Tiene una gran imaginación- Miré a Liam, y cuando se encontró con mis ojos lo fulminé con la mirada.
-¿Te enojarías si te avergüenzo una vez más?- Me encogí de hombros, y Nick no perdió tiempo en meterme al salón. Se detuvo en mi mesa, poniendo mi bolso en el piso. Miró a Liam y luego me jaló hacia él, y me besó, profundo y determinado. Trabajó mis labios en su usual manera reservada sólo para el dormitorio, y no pude evitar tomar su camisa con ambos puños. Los murmullos y las risas se volvieron más fuertes luego de que era claro que Nick no se iba a apartar pronto.
-¡Creo que la dejó embarazada!- Alguien desde el final del salón gritó, riéndose. Me separé con los ojos cerrados, tratando de recuperar mi aliento. Cuando miré a Nick, él me devolvía la mirada con la misma fuerza retenida.
-Sólo intentaba probar un punto- Murmuró.
-Buen punto- Asentí. Nick sonrió, besó mi mejilla y luego miró a Liam quien estaba echando humo en su asiento.
-Te veo en el almuerzo- Guiñó. Caí en mi silla y suspiré, tratando de disipar el hormigueo en medio de mis piernas. Soporté toda la clase de Cálculo, y cuando la hora terminó, vi a Liam apoyado en la pared junto a la puerta.
-Liam- Asentí. Determinada en no darle la reacción que él quería.
-Sé que estás con él, no tiene que violarte en frente de toda una clase para mostrármelo.
Me detuve de inmediato y me preparé para atacar -Entonces, tal vez deberías dejar de decirle a tus hermanos de fraternidad que yo todavía te llamo. Lo vas a molestar demasiado, y no me voy a sentir mal cuando entierre su bota en tu trasero.
Arrugó la nariz. -Escúchate. Te has estado juntando demasiado con Nick.
-No, está soy yo. Es solamente un lado de mí que no conocías.
-No fue como si me hubieras dado la oportunidad, ¿cierto?
Suspiré -No quiero pelear contigo, Liam. Simplemente no funcionó, ¿está bien?
-No, no está bien. ¿Crees que disfruté siendo el hazme reír de Eastern? Nick Jonas es el tipo que apreciamos sólo porque nos hace lucir bien. Él usa a las chicas, las bota, e incluso los mayores idiotas de Eastern parecen Príncipes Azules frente a Nick.
-¿Cuándo vas a abrir los ojos y vas a ver que él es diferente ahora?
-Él no te ama, Miley. Solamente eres un brillante juguete nuevo. Aunque luego de la escena que hizo en el salón, asumo que ya no eres tan brillante- Mi mano voló a su cara antes de darme cuenta que lo había hecho.
-Si hubieras esperado dos segundos, te hubiera ahorrado el esfuerzo, Pidge- dijo Nick, empujándome detrás de él.
Tomé su brazo -Nick, no- Liam se veía un poco nervioso, mientras el perfecto contorno rojo de mi mano aparecía en su mejilla.
-Te lo advertí- dijo Nick, empujando a Liam violentamente contra la pared.
La mandíbula de Liam se tensó, y me fulminó con la mirada -Considera esto un cierre, Nick. Ahora puedo ver que ustedes dos están hechos el uno para el otro.
-Gracias- dijo Nick, llevando su brazo a mis hombros. Liam se separó de la pared y caminó inmediatamente al otro lado del pasillo, hacia las escaleras, cerciorándose de que Nick no lo seguía con una rápida mirada.
-¿Estás bien?- Preguntó Nick.
-Me duele la mano.
Sonrió -Eso fue asombroso, Pidge. Estoy impresionado.
-Probablemente me va a demandar y terminaré pagando su carrera en Harvard. ¿Qué estás haciendo aquí? Pensé que nos íbamos a encontrar en la cafetería.
Un lado de su boca se levantó en una sonrisa maliciosa -No me podía concentrar en clases. Todavía estoy sintiendo ese beso.
Miré por el pasillo y luego a él. -Ven conmigo.
Sus cejas se unieron sobre su sonrisa -¿Qué?- Caminé hacia atrás, arrastrándolo hasta que sentí la manilla del laboratorio de Física. La puerta se abrió, y con una mirada hacia atrás, vi que estaba solo y oscuro. Jalé su mano, riéndome por su expresión confusa, y luego tranqué la puerta, empujándolo contra ella.
Lo besé y se rió. -¿Qué estamos haciendo?
-No quiero que no seas capaz de concentrarte en clases- dije, besándolo de nuevo. Me levantó y enredé mis piernas a su alrededor.
-No estoy seguro de qué hice sin ti todo este tiempo- dijo, sosteniéndome con una mano y desabotonándose el cinturón con la otra -Pero nunca lo quiero averiguar. Eres todo lo que siempre he querido, Pigeon.
-Solo recuerda eso cuando tome todo tu dinero en el próximo juego de póker- dije, quitándome la camisa.
Di vueltas alrededor, escrutando mi reflejo con una mirada escéptica. Era blanco y sin espalda, peligrosamente corto, y el corsé estaba sujeto por una cadena corta de pedrería que formaba como un collar alrededor de mi cuello.
-¡Wow! ¡Nick se va a mear encima cuando te vea con eso!- dijo Demi Puse mis ojos en blanco.
-¡Qué romántico!
-Vas a llevar ése. No te pruebes nada más, ése es el indicado- dijo, aplaudiendo con entusiasmo.
-¿No crees que es demasiado corto? Mariah Carey muestra menos piel- Demi sacudió su cabeza.
-Insisto- Me di vuelta en el banquillo mientras Demi se probaba un vestido tras otro, más indecisa a la hora de elegir uno para sí misma. Al final se decidió por uno extremadamente corto, ajustado, de color piel, que dejaba uno de sus hombros desnudo. Nos dirigimos en su Honda al apartamento para encontrar el lugar del Charger vacío y a Happy solo. Demi sacó su celular y marcó, sonriendo cuando Joe respondió.
-¿A dónde fuiste, Bebé?- ella asintió y luego me miró -¿Por qué estaría molesta? ¿Qué tipo de sorpresa?- dijo cautelosa. Me miró de nuevo y luego entró al cuarto de Joe, cerrando la puerta. Froté las puntiagudas y negras orejas de Happy mientras Demi murmuraba en la habitación. Cuando salió, trató de esconder la sonrisa en su cara.
-¿Qué están tramando ahora?- Pregunté.
-Están en camino a casa. Dejaré que Nick te diga- dijo, sonriendo de oreja a oreja.
-Oh Dios… ¿qué?- Pregunté.
-Acabo de decir que no puedo contarte. Es una sorpresa- Yo jugueteé con mi pelo y me miraba las uñas, incapaz de estarme quieta mientras esperaba a Nick para que diera a conocer su última sorpresa. Una fiesta de cumpleaños, un cachorro, no podía imaginar que podría ser lo siguiente. El fuerte ruido del motor del Charger de Joe anunció su llegada. Los chicos rieron mientras subían las escaleras.
-Están de buen humor- dije -esa es una buena señal- Joe entró primero.
-Simplemente no quería que pensaras que había una razón por la cual él se hizo uno y yo no- Demi se puso de pie para saludar a su novio, y echó sus brazos alrededor suyo.
-Eres tan tonto Joe. Como si fuera a enojarme por eso. Si quisiera un novio loco, saldría con Nick- dijo Demi sonriendo, mientras inclinaba su cabeza para darle un beso.
-No tiene nada que ver con la manera en la que me siento por ti- agregó Joe. Nick atravesó la puerta con un vendaje cuadrado de gasa en su muñeca. Me sonrió y luego se derrumbó en el sofá, descansando su cabeza en mi regazo. No podía apartar la mirada del vendaje.
-De acuerdo… ¿qué hiciste?- Nick sonrió y tiró de mí hacia abajo para besarlo. Podía sentir el nerviosismo irradiando de él. Por fuera estaba sonriendo, pero tuve la clara sensación de que él no estaba seguro de cómo iba a reaccionar ante lo que había hecho.
-Hice un par de cosas hoy.
-¿Cómo qué?- Pregunté suspicaz. Nick rió.
-Tranquilízate, Pidge. No es nada malo.
-¿Qué le pasó a tu muñeca?- Dije tirando de su mano por los dedos. Un estruendoso motor diesel se detuvo fuera y Nick saltó del sofá para abrir la puerta.
-¡Ya era hora! ¡He estado en casa por lo menos desde hace cinco minutos!- dijo con una sonrisa. Un hombre entró del revés, cargando un sofá gris cubierto con plástico, seguido por otro hombre que traía la parte trasera del mismo. Joe y Nick movieron el sofá, conmigo y Happy todavía encima, hacia adelante, y entonces los hombres pusieron el nuevo sofá en el lugar del otro. Nicl sacó el plástico y luego me levantó en sus brazos, colocándome en los blandos almohadones.
-¿Tienen uno nuevo?- Pregunté, sonriendo de oreja a oreja.
-Sí, y un par de otras cosas también. Gracias chicos- dijo mientras los hombres de la mudanza levantaban el viejo sofá y se iban de la misma manera en que vinieron.
-Ahí van un montón de recuerdos- sonreí.
-Ninguno que yo quisiera conservar- él se sentó a mi lado y suspiró, mirándome por un momento antes de quitar la cinta que sostenía la gasa en su brazo -No te alteres- Mi mente empezó a correr, pensando en qué podría haber debajo de la venda. Imaginé una quemadura, o puntos o algo igual de espantoso. Él tiró del vendaje y me quedé sin aliento al sólo ver las simples letras en negro tatuadas a través de la parte inferior de su muñeca, la piel a su alrededor estaba roja y brillante por el antibiótico que él había untado encima. Sacudí mi cabeza con incredulidad al leer la palabra.
Pigeon
-¿Te gusta?- Preguntó.
-¿Tienes mi nombre tatuado en tu muñeca?- Dije las palabras, pero no sonaba como mi voz. Mi mente se extendía en todas las direcciones, pero incluso así, me las arreglé para hablar con un tono calmado.-Sí- dijo, besando mi mejilla mientras yo miraba con incredulidad la tinta permanente en su piel.
-Traté de hacerle entrar en razón Miley. Él no ha hecho nada loco por un tiempo. Creo que estaba teniendo síntomas de la abstinencia- dijo Joe sacudiendo su cabeza.
-¿Qué te parece?- Preguntó Nick
-Deberías haberle consultado antes, Nick- dijo Demi, sacudiendo la cabeza y cubriendo su boca con sus dedos.
-¿Preguntarle qué? ¿Si podía hacerme un tatuaje?- frunció el ceño, volviéndose hacia mí -Te amo. Quiero que todos sepan que soy tuyo- Me moví nerviosamente.
-Eso es permanente Nick.
-Al igual que nosotros- dijo, tocando mi mejilla.
-Muéstrale el resto- dijo Joe.
-¿El resto?- Dije bajando la mirada hacia su otra muñeca. Nick se levantó, tirando hacia arriba de su camisa. Sus impresionantes abdominales se estiraban y se contraían con el movimiento. Nick se volteó, y en su costado había otro tatuaje fresco extendido a lo largo de sus costillas.
-¿Qué es eso?- Pregunté, mirando de soslayo los símbolos verticales.
-Es hebreo- Nick sonrió.
-¿Qué significa?
-Dice, "Pertenezco a mi amada, y mi amada me pertenece".- Mis ojos se encontraron con los suyos.
-¿No estabas contento con un tatuaje, así que te hiciste dos?
-Es algo que siempre dije que me iba a hacer cuando conociera a La Indicada. Te conocí… así que fui y me hice los tatuajes- su sonrisa se desvaneció cuando vio mi expresión -¿Estás enojada, no?- dijo tirando hacia abajo su camisa.
-No estoy enojada. Yo sólo… esto es un poco abrumador- Joe atrajo a Demi a su costado con un brazo.
-Acostúmbrate, Miley. Nick es impulsivo y va siempre con todo. No creo que esto se acabe hasta que consiga ponerte un anillo en el dedo- Las cejas de Demi se dispararon primero hacia mí y luego hacia Joe.
-¿Qué? ¡Pero si acaban de empezar a salir!
-Creo… creo que necesito un trago- dije, caminando hacia la cocina. Nick se echó a reír, mirándome a través de los gabinetes.
-Él estaba bromeando, Pidge.
-¿Lo estaba?- Preguntó Joe
-Él no estaba hablando sobre un tiempo de corto plazo- dijo Nick. Se volteó hacia Joe y se quejó -Muchas gracias, imbécil.
-Tal vez ahora dejes de hablar de eso- Joe sonrió.
Me serví un trago de whisky en un vaso y tiré mi cabeza hacia atrás, tomándolo todo de un trago. Mi rostro se comprimió mientras el líquido quemaba bajando por mi garganta. Nick me rodeó gentilmente con sus brazos la cintura desde atrás.
-No te estoy proponiendo, Pidge. Son sólo tatuajes.
-Lo sé- dije asintiendo mientras me servía otro trago. Nick me quitó la botella y le puso la tapa, metiéndola de nuevo en el gabinete. Cuando no me di la vuelta, él giró mis caderas para ponerme frente a él.
-De acuerdo. Tuve que habértelo mencionado antes, pero decidí comprar el sofá y luego una cosa llevó a la otra. Me emocioné.
-Esto es muy rápido para mí, Nick. Mencionaste lo de vivir juntos, te marcaste con mi nombre, me estás diciendo que me amas… todo esto es muy… rápido- Nick frunció el ceño.
-Te estás alterando. Te dije que no te alteraras.
-¡Es difícil no hacerlo! ¡Te enteraste sobre mi papá y todo lo que sentías antes se había ampliado!
-¿Quién es tu papá?- Preguntó Joe, claramente molesto por no saber nada. Cuando no le hice caso, suspiró -¿Quién es su papá?- Le preguntó a Demi. Demi sacudió su cabeza con desdén. La expresión de Nick cambió con disgusto.
-Mis sentimientos por ti no tienen nada que ver con tu papá.
-Vamos a ir a esta fiesta de parejas mañana. Se supone que es una gran cosa donde vamos a anunciar nuestra relación o algo, ¡Y ahora tú tienes mi nombre en tu brazo y este proverbio hablando de cómo nos pertenecemos! ¿Es loco, de acuerdo? ¡Estoy alterada! Nick agarró mi rostro y plantó su boca en la mía, y luego me levantó del suelo, colocándome en el mostrador. Su lengua pidió entrar en mi boca, y cuando le dejé, gimió. Sus dedos excavaron en mis caderas, trayéndome más cerca.
-Eres tan jodidamente caliente cuando te enojas- dijo contra mis labios.
-Está bien- respiré -estoy calmada- Él sonrió, contento de que su plan de distracción haya funcionado.
-Todo sigue siendo lo mismo, Pidge. Seguimos siendo sólo tú y yo.
-Ustedes dos están locos- dijo Joe, sacudiendo su cabeza. Demi golpeó juguetonamente su hombro.
-Miley también compró algo para Nick hoy.
-¡Demi!- le regañé.
-¿Encontraste un vestido?- me preguntó sonriendo.
-Sí- envolví mis piernas y brazos alrededor suyo -Mañana va a ser tu turno de enloquecer.
-Estoy esperando ansioso por eso- dijo, sacándome del mostrador. Saludé a Demi con la mano mientras Nick me llevaba por el pasillo.
awwwwwwww me quiero morir
ResponderEliminarmas tierno nick imposible
los amo la amo lo amo te amo
esta nove se convirtió en una de mis preferidas
espero que nunca llegue a su fin
siguela!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
besoss <3