domingo, 31 de marzo de 2013

My Beautiful Love- Niley- Cap 25


Nick dejó nuestras maletas y miró alrededor de la habitación. -Esto es lindo, ¿verdad?
Lo fulminé con la mirada y él enarcó su ceja -¿Qué?
Empecé a desempacar mi maleta y sacudí mi cabeza. Diferentes estrategias y la falta de tiempo llenaron mi cabeza -Estas no son vacaciones, Nick. No deberías estar aquí.
Al momento siguiente él estaba detrás de mí, envolviendo sus brazos alrededor de mi cintura -Yo voy a donde tú vayas.
Ladeé mi cabeza en contra de su pecho y suspiré -Tengo que ir a la planta baja. Tú puedes quedarte aquí si quieres o echarle un vistazo al show. Te veré más tarde ¿De acuerdo?
-Iré contigo.
-No te quiero allí, Nick- Una expresión de dolor cruzó su rostro, toqué su brazo -Si voy a ganar catorce mil dólares en un fin de semana necesito estar concentrada al máximo. No me gusta quién voy a ser en esas mesas, y no quiero que tú lo veas, ¿Vale?
Él retiró mi cabello fuera de mis ojos y besó mi mejilla. -De acuerdo, Pidge- Nick saludó a Demi mientras dejaba la habitación. Ella se acercó a mí en el mismo vestido que usó en la fiesta. Me cambié por una falda corta dorada y un par de tacones, estudiándome en el espejo. Demi llevó mi cabello hacia atrás y me pasó un tubo negro.
-Necesitas al menos cinco capas más de rímel, y ellos van a pedir tu identificación antes de que te des cuenta si no usas un poco más de rubor, ¿Acaso has olvidado cómo se juega este juego?
Arranqué el rímel de las manos de Demi y pasé al menos otros diez minutos en mi maquillaje, cuando terminé, mis ojos se empezaron a llenarse de lágrimas -Maldita sea Miley, no llores- me dije mirando hacia arriba mientras secaba la parte inferior de mis ojos con un pañuelo desechable.
-No tienes que hacer esto Miley, tú no le debes nada- dijo ahuecando mis hombros mientras me miraba al espejo una última vez
-Él le debe dinero a Benny, Demi, si no lo hago, lo matarán- Su expresión era de lástima, ya la había visto mirarme de esa manera muchas veces antes, pero esta vez ella estaba desesperada. Lo había visto arruinar mi vida más veces de las que ninguna de las dos podríamos contar.
-¿Qué pasa con la siguiente vez que lo haga? ¿Y la siguiente? No puedes seguir haciendo esto.
-Él estuvo de acuerdo con mantenerse lejos, Billy Ray Cyrus es muchas cosas, más no un estúpido. Caminamos por el pasillo e ingresamos a un ascensor vacío -¿Tienes todo lo que necesitas?- Pregunté, manteniendo las cámaras en mente.
Demi chocó su uñas con la licencia de conducir falsa y sonrió -El nombre es Candy, Candy Crawford- dijo en un falso acento sureño.
Extendí mi mano. -Jessica James. Gusto en conocerte, Candy- Ambas nos pusimos nuestras gafas de sol y permanecimos con cara de póker mientras el ascensor se abría, revelando las luces de neón y el bullicioso casino. La gente se movía en todas las direcciones. Las Vegas era el infierno celestial, el único lugar en donde podías encontrar bailarinas en ostentosos trajes y montones de maquillaje. Prostitutas con una indumentaria aceptable, hombres de negocios en lujosos trajes y familias enormes en la misma edificación. Desfilamos a lo largo de un pasillo alineado con cuerdas rojas y le entregamos nuestras identificaciones a un hombre que tenía una chaqueta roja. Me observó por un momento y me quité las gafas.
-Cualquier momento de hoy sería genial- dije con tono aburrido. Nos devolvió nuestras identificaciones y se hizo a un lado, dejándonos pasar, atravesamos los pasillos en donde estaban las máquinas tragamonedas, las mesas de Black Jack20. Escaneé la habitación, observando las diferentes mesas de póquer, asintiendo hacia una con viejos caballeros sentados en ella.
-Ésa- dije, contoneándome por el camino.
-Empieza agresiva Miley, ellos no sabrán lo que se les viene encima.
-No. Ellos son de las Vegas a la antigua, tengo que jugar inteligente esta vez- Me acerqué a la mesa, usando mi más encantadora sonrisa. Los locales podían oler a los estafadores a millas de distancia, pero yo tenía dos cosas a mi favor que cubrían el olor de cualquier cosas que pudiera levantar sospechas: juventud… y tetas -Buenas noches, caballeros. ¿Les importa si me uno a ustedes?
Ellos no miraron en mi dirección. -Seguro, pequeña. Toma asiento y procura verte bonita. Sólo no hables.
-Quiero entrar- dije pasándole mis gafas a Demi -No hay suficiente acción en las mesas de Black Jack.
Uno de los hombres masticó su cigarrillo -Esto es una mesa de póquer princesa, cinco cartas. Prueba tu suerte en las máquinas de ranura.
Me senté en la única silla vacía, haciendo una demostración al cruzar mis piernas -Siempre he querido jugar póquer en las Vegas. Y tengo todas estas fichas...- dije, poniendo mi montón de fichas en la mesa -Y soy muy buena jugando en línea- Los cinco hombres miraron mis fichas y luego a mí.
-Hay una apuesta mínima, cariño- dijo el concesionario.
-¿Cuánto?
-Cinco mil, dulzura. Escucha… no quiero hacerte llorar. Hazte un favor y juega en las máquinas de ranura- Empujé hacia adelante mis fichas, encogiéndome de hombros en el modo en que una chica temeraria y excesivamente segura de sí misma haría antes de darse cuenta que acababa de perder sus fondos para la universidad. Los hombres se miraron entre ellos. El concesionario se encogió de hombros y tiró sus fichas.
-Jimmy- dijo ofreciendo su mano. Cuando la tomé él señaló a los otros -Mel, Pauly, Karl y él es Winks-Miré hacia un hombre flaco que masticaba un palillo, y como había predicho, me guiñó un ojo. Asentí y esperé con falsa anticipación mientras Jimmy repartía la primera mano. Perdí a propósito las dos primeras, pero para la cuarta mano yo estaba arriba. No le tomaba tanto tiempo a los veteranos de las Vegas descifrarme como había tomado Thomas.
-¿Dijiste que jugabas en línea?- Preguntó Pau.
-Con mi papá
-¿Eres de aquí?- Preguntó Jimmy
-Nashville- Respondí sonriendo.
-Ella no juega en línea, se los dije- dijo Mel, quejándose. Una hora después, había tomado veintisiete mil dólares de mis oponentes, y ellos estaban empezando a sudar.
-Me retiro- dijo Jimmy, bajando sus cartas frunciendo el ceño.
-Si no lo estuviera viendo con mis propios ojos, nunca lo habría creído- Escuché detrás de mí.
Demi y yo nos dimos la vuelta al mismo tiempo, mis labios estirándose a través de mi cara formando una amplia sonrisa -Jesse- Sacudí mi cabeza -¿Qué estás haciendo aquí?
-Es mi lugar el que estás ocupando, Cookie. ¿Qué estás haciendo tú aquí?- Rodé mis ojos y me volví hacia mis suspicaces nuevos amigos.
-Sabes que odio eso, Jess.
-Discúlpenos- dijo Jesse, tirando de mí por el brazo para ponerme de pie. Demi me miró con cautela mientras me estaba llevando unos cuantos pies lejos de la mesa El padre de Jesse manejaba el casino, estaba más que sorprendida que él se hubiera unido al negocio de la familia. Solíamos perseguirnos entre nosotros por los pasillos y escaleras del hotel y siempre lo vencía cuando alcanzábamos los ascensores. Él había crecido desde la última vez lo que lo había visto. Lo recordaba como un desgarbado adolescente, pero el hombre que tenía al frente era sin duda un bien vestido jefe de sala, para nada desgarbado y ciertamente apuesto. Seguía teniendo su sedosa piel marrón y ojos verdes que recordaba pero el resto de él era una agradable sorpresa.
Su iris del color de las esmeraldas resplandecía en las brillantes luces del casino -Esto es surrealista, pensé que eras tú cuando estaba caminando por tu mesa, pero no podía convencerme a mí mismo que volverías aquí. Cuando vi a esa Campanita limpiando la mesa, supe que eras tú.
-Lo soy- Sonreí.
-Te ves… diferente.
-También tú, ¿Cómo está tu padre?
-Retirado- Sonrió -¿Cuánto tiempo te quedarás?
-Sólo hasta el domingo. Tengo que volver a la escuela.
-Hola, Jess- dijo Demi, tomando mi brazo.
-Demetria- Se rió entre dientes -Debí haberlo sabido, ustedes son como la sombra de la otra.
-Si sus padres supieran que la traje aquí, todo eso habría terminado hace mucho tiempo.
-Es bueno verte, Miley. ¿Por qué no me dejas comprarte la cena?- Preguntó, escaneando mi vestido.
-Me encantaría, Jess, pero no estoy aquí por diversión.
Él tendió sus manos y sonrió. -Tampoco yo. Muéstrame tu identificación- Mi cara decayó, sabiendo que tenía una pelea en mis manos. Jesse no caería en mis encantos tan fácilmente, sabía que tenía que decirle la verdad.
-Estoy aquí por Billy. Está en problemas.
Jesse asintió -¿Qué tipo de problema?
-Los usuales.
-Me encantaría ayudar, sabes que respeto a tu papá, pero sabes que no puedo permitirte quedarte.
Alcancé su brazo y lo presioné -Le debe dinero a Benny.
Jesse cerró sus ojos y sacudió su cabeza. -Jesús.
-Tengo hasta mañana, Jesse, déjame quedarme hasta entonces.
Él puso la palma de su mano en mi mejilla. -Te lo diré… si cenas conmigo mañana. Te daré hasta la medianoche.
Miré a Demi y luego a Jesse -Estoy aquí con alguien.
Se encogió de hombros- Tómalo o déjalo, Miley. Tú sabes cómo se hacen las cosas por aquí, no puedes obtener algo sin nada a cambio.
Suspiré derrotada -Está bien. Te veré mañana en la noche en Ferraos si me das hasta la medianoche.
Bajó su cabeza y besó mi mejilla -Fue bueno verte. Te veré mañana… cinco en punto, ¿de acuerdo? Estoy en el piso a las ocho- Sonreí mientras él se alejaba, pero mi sonrisa pronto cayó cuando vi a Nick estudiando desde la mesa de la ruleta.
-Oh, mierda- dijo Demi, tirando de mi brazo- Nick fulminó a Jesse con la mirada mientras él pasaba y luego vino hacia mí, metiendo las manos en sus bolsillos y miró a Jesse, quien nos estudiaba desde la esquina de su ojo.
-¿Quién era él?
Asentí en la dirección de Jesse -Él es Jesse Viveros, lo he conocido por un largo tiempo.
-¿Cuánto tiempo?- Miré en dirección de la mesa de póquer.
-Nick, no tengo tiempo para esto.
-Supongo que tiraron la idea del ministro de la juventud- dijo Demi, mirando coquetamente en la dirección de Jesse.
-¿Ése es tu ex novio?- dijo Nick, de repente muy enojado -Pensé que habías dicho que él era de Nashville- Le disparé a Demi una impaciente mirada y luego tomé el mentón de Nick y lo miré, acaparando toda su atención.
-Él sabe que no soy lo suficientemente mayor para estar aquí, Nick. Me dio hasta la medianoche, te lo explicaré luego, pero por ahora tengo que regresar al juego, ¿de acuerdo?- La mandíbula de Nick se tensó debajo de su piel, cerró sus ojos, tomando un profundo respiro.
-Muy bien, te veré a la medianoche- Bajó su cabeza para besarme, pero sus labios fueron fríos y distantes.
-Buena suerte- Sonreí mientras él se mezclaba con la multitud, y luego volví mi atención a los hombres.
-¿Caballeros?
-Toma asiento, Shirley Temple- dijo Jimmy -Haremos que nuestro dinero regrese, justo ahora, no apreciamos el ser estafados.
-Hagan lo peor- dije sonriendo, barajé las cartas y las repartí con precisión a cada jugador.
-Tienes diez minutos- Susurró Demi.
-Lo sé- dije. Traté de bloquear el tiempo y la rodilla de Demi golpeando nerviosamente debajo de la mesa.
-Nunca he visto nada como tu niña, has tenido casi un juego perfecto, y no tienes ningún consejero- dijo Jimmy.
Winks asintió, su alegría se había evaporado -Lo noté, ninguna sonrisa, incluso sus ojos permanecen iguales, no es natural, todo el mundo tiene un consejero.
-No todos- dijo Demi Sentí un par de manos muy familiares en mis hombros, sabía que era Nick, pero no me di la vuelta, no con tres mil dólares en medio de la mesa.
-Me retiro- dijo Jimmy. Aquellos que se habían reunido alrededor de nosotros aplaudieron cuando bajé mi mano. Jimmy era el único que estaba lo suficientemente cerca para tocarme con una pizca de amabilidad. Nada que no pudiera manejar.
-¡Increíble!- dijo Winks.
-Estoy fuera- Karl se quejó, levantándose y alejándose de la mesa. Jimmy era un poco más gracioso.
-Podría morir hoy y sentir que he jugado con un oponente que de verdad vale la pena. Ha sido un placer, Miley.
Me congelé -¿Lo sabías?
Jimmy sonrió, los años de humo de cigarrillo y café manchando su gran sonrisa -He jugado contigo antes, hace 6 años, he querido una revancha por un largo tiempo- Jimmy extendió su mano—. Cuídate niña. Dile a tu papá que Jimmy Pescelli dice hola.
Demi me ayudó a recoger mis ganancias, me volví hacia Nick, mirando mi reloj -Necesito más tiempo.
-¿Quieres intentar en las mesas de Black Jack?
-No puedo perder dinero, Nick.
Sonrió -No puedes perder, Pidge.
Demi negó con la cabeza. -El Black Jack no es su juego.
Nick asintió -Gané un poco. Estoy arriba de los seiscientos. Los puedes tener.
Joe me pasó sus fichas -Sólo hice tres. Son tuyas.
Suspiré -Gracias chicos, pero aún me hacen falta cinco de los grandes- Miré mire reloj y luego alcé la vista para ver a Jesse acercándose.
-¿Cómo te fue?- dijo sonriendo.
-Aún me faltan cinco mil, Jess, necesito más tiempo.
-Ya he hecho todo lo que puedo, Miley-  Asentí, sabiendo que ya había exigido mucho.
-Gracias por dejarme quedar.
-Tal vez le puedo decir a mi padre que hable con Benny por ti.
-Es el desastre de Billy, voy a pedirle que él se encargue del resto.
Jesse negó con su cabeza. -Tú sabes que eso no pasará, Cookie, no importa cuánto tengas, si hace falta algo de lo que él debe, Benny enviará a alguien. Tú mantente tan lejos de él como puedas.
Sentí que mis ojos quemaban -Tengo que tratar.
Jesse se acercó, y habló en voz baja: -Consigue un avión, Miley. ¿Me escuchaste?
-Te escuché- dije toscamente.
Jesse suspiró, y sus ojos se llenaron de compasión. Me envolvió en sus brazos y besó mi cabello -Lo siento. Si mi trabajo no estuviese en juego, tú sabes que trataría de hacer algo.
Asentí, alejándome de él -Lo sé. Hiciste lo que pudiste.
Elevó mi mentón con su dedo -Te veré mañana a las cinco- Bajó su cabeza y depositó un beso en la esquina de mi boca, y luego se fue sin decir una palabra.
Miré a Demi, quien estaba observando a Nick. No me atreví a encontrarme con sus ojos; no podía imaginar que tan enojada era la expresión en su rostro.
-¿Qué es a las cinco?- dijo Nick, su voz teñida con enojo mal disimulado.
-Ella estuvo de acuerdo en cenar con Jesse si él la dejaba quedarse. No tenía opción Nick- dijo Demi- Podía deducir por el tono de precaución de su voz que Nick estaba más que enojado, lo miré y él me fulminó con la mirada con la misma expresión de traición que Billy tenía en su rostro la noche en que se dio cuenta que yo había tomado su suerte.
-Tenías una opción.
-¿Alguna vez has tratado con la mafia, Nick? Lo siento si tus sentimientos están heridos, pero una comida gratis con un viejo amigo no es un precio alto que pagar para mantener a Billy vivo- Podía ver que Nick quería arremeter contra mí, pero no había nada que él pudiera decir.
-Vamos chicos, tenemos que encontrar a Benny- dijo Demi, tirando de mi brazo. Nick y Joe nos siguieron en silencio mientras caminábamos hacia al edificio de Benny. El tráfico de personas y carros en la vía estaba empezando a concentrarse. Con cada paso que daba, me sentía enferma, sentía un vacío en mi estómago, mi mente corriendo, pensando en un argumento lo suficientemente convincente para hacer entrar a Benny en razón. Para cuando tocamos la gran puerta verde que había visto tantas veces, no tenía nada en mente. No era una sorpresa ver al enorme guardián, negro, atemorizante, y tan ancho como era de alto, pero yo estaba aturdida de ver a Benny detrás de él.
-Benny- Respiré.
-Vaya, vaya… ya no eres de Lucky Thirteen, ¿cierto? Billy no me dijo lo llamativa que te has convertido. He estado esperando por ti, Cookie. He oído que tienes un pago para mí.
Asentí y Benny hizo un gesto hacia mis amigos. Alcé mi mentón para fingir confianza -Ellos están conmigo.
-Me temo que tus acompañantes tendrán que esperar afuera- dijo el guardián en un anormal tono bajo.
Nick me tomó del brazo inmediatamente -Ella no va entrar sola, voy con ella. Benny observó a Nick. Cuando Benny alzó la vista a su guardián y las esquinas de su boca se elevaron, me relajé un poco.
-Es lo suficientemente justo- dijo Benny -Billy estará contento de saber que tienes a tan buen amigo- Lo seguí adentro, volviéndome para ver la mirada preocupada en la cara de Demi. Nick mantuvo firme su agarre en mi brazo, manteniéndose a propósito entre el guardián y yo. Seguimos a Benny a un ascensor, ascendiendo cuatro pisos en silencio y luego las puertas se abrieron. Un gran escritorio de caoba yacía en el medio de una vasta habitación. Benny cojeó hasta alcanzar una silla y sentarse, gesticulando hacia nosotros para que tomáramos las dos sillas vacías enfrente del escritorio. Cuando me senté, el cuero se sentía frío debajo de mí, y me pregunté cuánta gente se habría sentado en la misma silla, momentos antes de su muerte. Estiré mi mano para coger la de Nick y él me dio un apretón tranquilizador.
-Billy me debe veinticinco mil, confío en que tienes la cantidad completa- Dijo escribiendo algo en una libreta de notas
-En realidad- hice un pausa aclarándome la garganta -me faltan cinco mil, Benny, pero tengo todo el día de mañana para conseguirlos, y cinco mil no es un problema ¿Cierto? Tú sabes que soy buena para eso.
-Miley- dijo Benny, ceñudo -me decepcionas, conoces mis reglas mejor que eso.
-Por… Por favor Benny, te estoy pidiendo que tomes los diecinueve mil y tendré el resto para ti mañana- Los ojos de Benny iban de Nick a mí y viceversa. Ahí fue cuando note el par de hombres que salieron de las esquinas más oscuras de la habitación. El agarre de Nick en mi mano se hizo más fuerte, contuve el aliento.
-Tú sabes que no tomo nada a menos de que sea la cantidad completa. El hecho de que estés tratando de darme menos de lo que es me dice algo. ¿Sabes lo que me dice? Que tú no estás segura de que puedas obtener la cantidad completa. 
Los hombres que estaban en las esquinas se movieron otro paso hacia adelante -Puedo obtener tu dinero Benny- Me reí nerviosamente  -Gané nueve mil en seis horas.
-Entonces me estás diciendo que me traerás nueve mil en las próximas seis horas- Benny nos sonrió diabólicamente.
-El plazo es hasta la medianoche mañana- dijo Nick, mirando detrás de nosotros y luego a los hombres que se aproximaban.
-¿Qué estás haciendo Benny?- Pregunté, mi postura rígida.
-Billy me llamó anoche. Dijo que te estabas encargando de su deuda.
-Le estoy haciendo un favor. Yo no te debo dinero- dije severamente, mis instintos de supervivencia tomando vida.
Benny apoyó sus rechonchos codos llenos de grasa en su escritorio -Estoy considerando enseñarle a Billy una lección, además estoy curioso de ver cuán suertuda eres- Nick se levantó de su silla tirando me mí con él. Me llevó detrás de él, retrocediendo hasta la puerta.
-Josiah está afuera de la puerta, chico. ¿A dónde piensas que vas a escapar?- Estaba equivocada. Cuando estaba pensando en persuadir a Benny para que viera la razón, debía haber anticipado el deseo de Billy de sobrevivir, y la afición de venganza de Benny.
-Nick- Le advertí, viendo como los secuaces de Benny se acercaban a nosotros.
Nick me empujó unos cuántos pies detrás de él y permaneció de pie -Espero que sepas, Benny, que cuando me deshaga de tus hombres, no quiero ser irrespetuoso, claro está. Pero estoy enamorado de esta chica, y no puedo dejar que la lastimes.
Benny estalló en una ruidosa carcajada -Te lo dejaré a ti hijo. Tienes las bolas más grandes que cualquiera que hayan venido a través de esas puertas. Te prepararé lo que estás a punto de enfrentar, el chico grande a tu derecha es David, y si él no puede sacarte con sus puños, lo hará con el cuchillo que tiene en su funda. El hombre a tu izquierda es Dane, él es mi mejor luchador. Tiene una pelea mañana, sólo para que sepas, él nunca pierde. Te importaría si no te lastimas las manos, Dane, tengo un montón de dinero en ti.
Dane le sonrió a Nick con divertidos y salvajes ojos -Sí, señor.
-¡Detente, Benny! Puedo conseguir tu dinero- Lloré.
-No… Esto se va a poner bastante interesante- Se rió entre dientes, sentándose en su silla. David corrió hacia Nick, mis manos volaron a mi boca. El tipo era fuerte, pero torpe y lento. Antes de que David pudiera coger su cuchillo, Nick lo incapacitó, empujando la cara de David directo hacia su rodilla, cuando Nick lanzó un puñetazo, no gastó tiempo, lanzando cada pizca de energía que tenía en la cara del hombre. Dos puñetazos y un codazo después, David yacía en el piso, en un charco de sangre.
Benny echó su cabeza hacia atrás, riendo histéricamente golpeando su escritorio con el placer de un niño viendo caricaturas en la mañana de un sábado -Muy bien, ve por él Dane, no te asustó, ¿cierto?
Dane se aproximó a Nick cuidadosamente, con la concentración y la precisión de un luchador profesional. Su puño voló a la cara de Nick con una velocidad increíble, pero Nick lo esquivó, embistiendo con su hombro a Dane, utilizando toda su fuerza. Cayeron contra el escritorio de Benny. Dane agarró a Nick con sus brazos, empujándolo contra el piso. Se enfrentaron en el piso por un momento, pero luego Dane ganó terreno, posicionándose para poder darle algunos puños a Nick, mientras él estaba atrapado debajo de él en el piso. Cubrí mi cara, me era imposible mirar. Oí un llanto de dolor y levanté la vista, para ver a Nick cerniéndose sobre Dane, agarrándolo de su peludo pelo, golpeándolo puño tras puño en un lado de su cabeza. La cara de Dane calló en el escritorio de Benny, para luego ponerse de pie desorientado y sangrando. Nick lo observó por un momento, para luego atacar otra vez, usando toda su fuerza. Dane lo esquivó una vez, consiguiendo golpear a Nick en la mandíbula con sus nudillos.
Nick sonrió y lo apuntó con un dedo -Esa fue tu oportunidad.
No podía creer lo que acababa de escuchar. Nick había dejado que el matón de Benny lo golpeara. Él lo estaba disfrutando. Jamás había visto a Nick pelear sin restricciones, era un poco atemorizante verlo liberar todo lo que tenía en estos asesinos entrenados y teniendo las de ganar. Hasta ese momento nunca me había dado cuenta de lo que Nick era capaz de hacer. Con la risa molesta de Benny en el fondo, Nick terminó de rematar a Dane, depositando su codo en el centro del rostro de Dane, dejándolo fuera de juego antes de que golpeara el suelo. Vi su cuerpo rebotar en la alfombra importada de Benny.
-¡Eres asombroso! ¡Simplemente asombroso!- dijo Benny, aplaudiendo con placer. Nick me empujó detrás de él mientras Josiah atravesaba la puerta, con su masiva figura.
-¿Debería encargarme de esto, señor?
-¡No! No, no…- dijo Benny aún aturdido por la improvisada actuación -¿Cuál es tu nombre?
-Nicholas Jonas- dijo, aun teniendo la respiración pesada, limpiando lo sangre de Dane y David de sus manos en sus vaqueros.
-Nicholas Jonas, creo que puedes ayudar a que tú pequeña novia se salga de éste problema.
-¿Cómo?

3 comentarios:

  1. Oh My God!!! me encanto (de hecho toda la nove) espero por el proximo besos!!!! :D

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  2. oooooooowwww MUERO EN 1...2...3 (MORI)LOL
    ME ENCANTOOOOOOOOOOO YA QUISIERA QUE MI NOVIO HAGA ESO POR MI JAJAJAJA MENTIRA NO TENGO NOVIO :(
    TE JUERO QUE AME EL CAPITULO
    CUANDO NICK DERROTO A ESOS MATONES CON SUS PROPIAS MANOS Y LA POBRE DE MILEY LLORANDO POR QUE PENSO QUE MATARÍAN A NICK PUES YO EN NINGUN MOMENTO DUDE DE MI NICKY AMOR NO LA DEJES AHI
    SIGUELA!!!!!!!!!!!!!!!!
    BESOSS

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  3. Oh x dioooh
    creo q debo crearme una cuenta now!!!!!!
    si no me perdere todos tus capis nena esta nove esta increible
    espero el siguiente
    XD
    atte Cande

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