sábado, 1 de junio de 2013

Lady Killer- Niley- Cap 19


Éxtasis, el club estaba oscuro y nublado cuando entramos. El ritmo de la música latía a través de las paredes y el suelo, penetrando en mi piel, me senté en la orilla. Esta no era mi escena en absoluto, pero Demi la amaba. Me imagine que todo lo que tenía que hacer era pasar el rato en el bar, tal vez hablar con un chico o dos para que ella saliera de mi espalda. Luego, probablemente, fuera a casa con un tipo y me dejara su coche.  Así es como estas cosas suelen ser.  Lo que no había previsto era la forma en la que mi cambio de atuendo iba a cambiar el plan normal. Estuvimos apenas en las puertas como un minuto antes de que un chico me invitara a bailar. Me negué, por lo cual me gané una mirada de Demi
-¿Qué?- Le grité sobre la música. -Tú dijiste que yo tenía que venir, no que tenía que bailar.- Nos paramos en el bar, y trabajé bajo la bandera de un camarero, mientras ella me reprendía. 
-¡Eres la persona más exasperante que he conocido! ¡Te ves humeantemente caliente esta noche, y todo lo que vas a hacer es sentarte aquí y hacer pucheros como siempre!
-¡Entonces tal vez deberías haber dejado que me quedara en casa para hacer pucheros!- Un chico dio un golpecito en mi hombro, y yo ni siquiera esperé a que preguntara algo antes de decirle. 
-¡NO!- Demi puso las manos en sus caderas y, para una chica que lucía como una Barbie, todavía era bastante intimidante. 
-Me doy cuenta de que estás molesta y tienes mucho que hacer. Estoy tratando de ser comprensiva, pero ¿Cuál es tu problema?
-¡No tengo un problema, Demi! Simplemente no me gusta que creas que me puedes arrastrar a lugares sin ningún tipo de preocupación por lo que yo realmente quiero. 
-¡Bien! ¡No importa! ¡Me rindo! ¡Siéntate aquí y haz pucheros! ¡Me voy a bailar!- Se dio la vuelta y se abrió paso entre la multitud, derribando varias bebidas y golpeando a la gente fuera de su camino. Esa Barbie daba miedo. 
Me acerqué a un taburete, consciente del hecho de que mi falda corta estaba hecha de tal manera que mis piernas desnudas estaban pegadas al plástico. No me sorprendería que mi trasero estuviera pasando el rato, pero, en ese momento, estaba demasiado molesta como para preocuparme.  Ordené un Jack con Cola y me senté allí mientras esperaba. Sabía que tenía buenas intenciones, pero la solución a todos los problemas del mundo no eran fiestas.  Siempre había sabido que éramos personas muy diferentes, pero nunca me había dado cuenta de lo mucho que ella no me entendía. 
-¿Puedo invitarte un trago?- Una voz me preguntó por encima del hombro.  Levanté mi copa llena, y la ignoró. El tipo se sentó junto a mí de todos modos. Se inclinó para preguntarme algo más, y le espeté. 
-¡No estoy interesada!-Entonces una voz familiar respondió.
-Me alegro de oír eso- Casi me caigo de mi silla cuando entendí el acento. 
-¡Nick!- Nick era el tipo sentado junto a mí, una gorra calada hasta los ojos, cubriendo su cabello negro precioso. No había sonado como Nick cuando había hablado.
-Sonabas como…- Cuando respondió esta vez su acento se había ido, y se escuchaba estadounidense. No un dialecto particular, sólo… normal.
-Soy un actor, Miley. Sé cómo cubrir mí acento.- Todavía en shock, le pregunté: 
-¿Qué estás haciendo aquí? ¿Y si alguien te ve?
-Estoy de incognito, algo así. Y si alguien lo hace, sólo voy a decir que nos encontramos el uno al otro por casualidad. Soy un profesor. No se supone que me tenga que comportar todo el tiempo como tal y no tener vida social. 
-¿Pero por qué?
-Porque yo no podía soportar la idea de que bailaras con alguien más en esa falda.- Su mano rozó mi muslo, y todo el calor de antes salió corriendo hacia atrás. 
-¡Nick, para! ¡Alguien va a ver! ¿Qué pasa si Demi vuelve?
-Con base al programa que ustedes hicieron hace un rato, yo no creo que eso suceda pronto.- Me encogí. Tal vez estaba siendo una pequeña perra. 
 -Vamos.- Se puso de pie, y me ofreció una mano. Miré a mí alrededor, con miedo de tomarla. Estaba tan oscuro. Si había alguien aquí que conociéramos, no tendríamos forma de saber a menos que nos encontráramos cara a cara. Esto era demasiado grande para una oportunidad. 
-Deja de pensar tanto- me dijo y pasó un brazo alrededor de mi cintura deslizándome del asiento.  La piel desnuda de mis muslos chilló vergonzosamente contra el asiento, pero él no parecía darse cuenta o preocuparse. Enroscó nuestros dedos juntos y me atrajo a la multitud.  Mantuve la cabeza baja, concentrándome en poner mis pies justo en donde tenían que ir. Me condujo a un nivel inferior, donde estaba de alguna manera más oscura y los cuerpos eran apretados fuertemente. No veía a la gente que estaba a mi lado. Tiró de mí hasta que estuvimos en el último rincón, y luego me tiró entre él y la pared. Estaba de espaldas al resto de la habitación, y su alta figura me cubrió por completo. Su aliento le hizo cosquillas a mi oreja mientras el susurraba. 
-¿Mejor?- Asentí con la cabeza. Era mejor. Quiero decir, todavía estábamos en un club y yo preferiría haber estado en casa sola, pero esta era la mejor experiencia en un club que jamás había tenido.  Aún a sabiendas de lo que sentía por mí, estaba demasiado nerviosa para bailar con él cara a cara. Así que me volví hasta que mi espalda estaba presionada frente a él. Sus manos se dirigieron de inmediato a mis caderas, tirando de mí en su contra. La sensación sacó todo el aire de mis pulmones. 
Cerré los ojos para no tener que mirar a la pared y traté de dejar que la música corriera a través de mí. Poco a poco, su cadera se inclinó hacia adelante, y yo le seguí, empujándome hacia atrás contra él. Exhaló contra mi oído, y envió escalofríos por mi espina dorsal. Deslizó una mano por mi cadera hasta mi estómago.  Con los dedos extendidos, su pulgar descansaba una pulgada por debajo de mi sujetador y arrastró su dedo meñique a la cintura de la falda. Usó esa mano para tirar de mí hacia él, al mismo tiempo que rodó su cadera.  Estrellas bailaban detrás de mis ojos cerrados y mi latido iba a juego con el repiqueteo constante de la música. Su cuerpo contra el mío parecía magnificar la habitación ya calentada, y sentí que el sudor comenzaba a mojar mi cuello. Sus caderas siguieron rodando al ritmo de la música, lenta y sensualmente, pero una vez cada mucho tiempo y en un tiempo fuerte, su cadera empujo con más fuerza la mía. Sus labios rozaron la piel de mi cuello y me estaba cayendo, cayendo, cayendo en el sentimiento. 
No fue suficiente. ¿Podría alguna vez tener suficiente de él? Llevé mis manos arriba y detrás de mí, enredándolas en su pelo, y él tarareaba su aprobación. La mano sobre mi estómago se acercó, corriendo ligeramente de mi brazo en alto por mi lado. Él rozó el costado de mi pecho, y el toque me hizo temblar, sus deseos se ampliaron cuando sus dedos pasaron de la falda indecente, a mi muslo.  La canción había cambiado, pero nosotros no lo hicimos. Sus manos seguían volviéndome loca. Nuestros cuerpos se quedaron fuertemente apretados. Todavía estaba tan excitada que me sentía mareada de deseo. Todo el mundo daba vueltas, y nosotros estábamos parados todavía. O tal vez éramos nosotros los que estábamos dando vueltas. Todo lo que sabía era que estaban todos los demás y luego estábamos nosotros, y nunca quise que fuera de otra manera.  Encontró ese punto debajo de mi oreja, y gemí. Me alegró que la música se tragara el sonido. Mordisqueó mi cuello con los dientes y le clavé las uñas en el suyo como respuesta. 
-Dios, Miley, ¿Tienes alguna idea de lo mucho que te deseo?- Nuestras caderas giraron otra vez, y yo estaba segura de que tenía una idea bastante buena.  La canción terminó, y todo lo que pude tomar acerca de todo esto. Deslicé mi teléfono fuera de mi sujetador, donde se había escondido muy bien. Nick gimió y apretó nuestras caderas juntas otra vez en respuesta, pero me concentré en mi teléfono. Mis manos estaban temblando, pero me las arreglé para escribirle un texto a Demi.
Conocí a alguien. Me estoy yendo. Lo siento pero te veo luego. Hablamos mañana.
No esperé por una respuesta antes de que Nick me llevara hacia la salida.  Por una vez, no me importó lo rápido que nos fuimos en su motocicleta. Me agarré con fuerza y trató de llevarnos más rápido a su casa.  Sus labios estaban en mi cuello incluso antes de que pusiera la llave en mi puerta. Mi respiración era tan pesada que sólo podía llamarse jadeando. Cuando por fin tuve la puerta abierta, lo empujé con tanta fuerza que se estrelló contra la pared. Mañana tendría que comprobar y asegurarme de que no había un agujero. Tan pronto como la puerta estuvo cerrada, nos estábamos besando.  Había tirado de mis tacones entre la moto y mi puerta, y ahora sin ellos, él estaba demasiado lejos. El pensamiento debe habernos ocurrido a ambos al mismo tiempo, porque sus manos dejaron mis muslos, y tomó mi trasero, levantándome para que pudiera envolver mis piernas alrededor de su cintura.  Mi espalda se estrelló contra la puerta, y jadeé. Su lengua se deslizó en mi boca, meneándola dentro y fuera, rápido y fuerte, exactamente de la manera que me gustaba. 
-Cama- jadeé entre besos. Se echó hacia atrás lo suficiente como para decir:
-¿Estás segura?- Luego, nos estábamos besando de nuevo, y el ritmo se había puesto tan seductor e hipnotizaste como la música que había estado en el club.  Él volvió a preguntar.
-Miley, ¿Estás segura?- ¿Estaba segura? ¿Por qué él me estaba haciendo estas preguntas? ¿Se daba cuenta de que sólo quería besarlo? Deseaba besarlo hasta que el resto del mundo desapareciera. 
-Cama- le dije de nuevo.
-Esa no es una respuesta. - Se dirigió a la habitación de todos modos.  Me aferré a él con fuerza, transfiriendo mis besos en la mandíbula y el cuello para que pudiera concentrarse en caminar.  De alguna manera me las arreglé para quedar atrapada en las cortinas.  Igual que literalmente atrapados.  Mi pendiente estaba atrapado en el material y no me di cuenta hasta que él siguió caminando. El dolor atravesó mi oído y el lado de la cabeza. Grité en respuesta. 
-¿Qué? ¡Lo siento! ¿Qué pasa? ¿Qué debo hacer?
-Oreja- aparentemente, lo había reducido apenas a una palabra. 
-Maldición. Quédate quieta. - Trató de usar ambas manos para liberar mi pendiente, pero luego perdió el equilibrio, y ambos nos estrellamos contra el costado de mi tocador que estaba justo dentro de mi dormitorio. 
A juzgar por la forma en que mi codo estaba adolorido, iba a tener un enorme golpe mañana.  Cuando el dolor se calmó, me reí, porque, como de costumbre, mi vida era ridícula. Y con la suerte que tenía, era una de esos mitad risa mitad híbridos. Los dos nos reímos hasta quedarnos sin aliento por una razón completamente diferente ahora. Mi cara estaba adolorida por el golpe del tocador.  Mi pendiente aún sujeto a la cortina, y mis piernas todavía estaban alrededor de su cintura. Entre risas, Nick me dio un beso dulce en la frente.  Tal vez la ridiculez no era tan mala. 
-Está bien, vamos a desenredarte. Te voy a bajar, ¿De acuerdo?- Me puso suavemente en el suelo, y mi pulso en estampida, comenzó a desacelerarse. Lo intentó durante unos minutos para liberarme, pero sus dedos eran grandes y torpes. Finalmente le dije:
-Sólo deshaz el pendiente. Voy a sacarlo de la cortina mañana.- Riendo, hizo lo que le pedí.  Mientras que antes me sintiera como si estuviera ardiendo en nuestro beso. Ahora, el calor que se extendió a través de mí era diferente, más dulce. Luz de las velas en lugar de una llama abierta. Se frotó el hombro que había golpeado el tocador y dijo:
-Estamos un poco en líos. - Pellizqué mis dedos juntos y dije:
-Un poquito.- Acurrucó una mano alrededor de mi cuello, y me atrajo hacia delante, presionando otro beso en mi frente. Cerré los ojos, pensando que así era como se sentía la perfección. 
-Creo que tal vez esa cortina nos hizo un favor. Tus piernas en esa linda falda casi mataron mi autocontrol.- Sonreí.
-Te dije que nunca me he dejado llevar.
-Oh, estoy definitivamente contento de que te dejaras llevar. Es un recuerdo que atesoraré por un muy largo tiempo.- Le di una palmada en el brazo, pero no me importó la sonrisa pícara.
-Probablemente debería irme ahora, antes de que pierda la cabeza de nuevo- dijo él. Lo dejé ir, a pesar de que una gran parte de mí estaba gritando en protesta. Y cuando se fue, yo celebré, casi de la misma manera que cuando me entere que había conseguido entrar al reparto de Fedra. Baile. Porque… finalmente… las cosas iban bien.
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Hahahah la foto me da tanta risa =.D se ve rara. Como estuvo su semana?? hahaha yo en una semana salgo a vacaciones, ahora mi única preocupación es ganar los exámenes bimestrales, y sobre todo con química, que no entiendo ni mierda y voy muy mal en esa materia.

1 comentario:

  1. Oh My Cyrus! jajaja es perfecta la foto para el capitulo jajaja pero si a mi tambien me da risa :D jajaja tenias razon cuando dijiste que esta novela da risa y esta muy buena jajaja la cortina ¬¬ (cortina preparate que te quemare y asare malvabiscos con tu fuego) jajaja mi semana va de feliz a muy cansado jajaja no tengo escuela pero es cansado ayudar a mi mama... ahora si espero el proximo besos :D

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