sábado, 22 de junio de 2013

Looking For My Destiny- Cap 10- HBD ABBY

image
Demi le dio direcciones a Nick de su Honky-tonk favorito. Estaba a cuarenta minutos de Rosemary. No es exactamente sorprendente. La única entretención en Rosemary era el club de campo y no era nada parecido a donde estábamos yendo. El bar era grande y estaba completamente hecho de lo que parecía tablones de madera. Aparentemente, era famoso. Probablemente porque no habían muchos de estos lugares en la zona. Señales brillantes y fluorescentes de cerveza adornaban las paredes exteriores e interiores. La canción “Gun Powder and Lead” de Miranda Lambert bombeaba en el estéreo cuando entramos.
—Tienen música en vivo en unos treinta minutos. Es el mejor momento para bailar. Tenemos un montón de tiempo para encontrar un buen lugar y beber algunos tragos de tequila —gritó Demi por encima del ruido. Nunca había tomado tequila. Nunca había tomado ni siquiera una cerveza. Esta noche iba a cambiar. Iba a ser libre. Disfrutar la noche. Nick se movió detrás de mí y su mano se asentó en mi espalda. Esa no era una posición amistosa… ¿o sí? Decidí no corregirlo ya que tenía que gritar a través de la música. Nick nos llevó hasta una cabina vacía que estaba más lejos de la pista de baile. Dio un paso atrás y me deslice dentro. Demi se deslizó y Nick se sentó a mi lado. Demi le hizo una mueca.
— ¿Qué quieres tomar? —preguntó Nick, inclinándose en mi oído para no gritar.
—No estoy segura —respondí, mirando a Demi por orientación—. ¿Qué puedo beber?
Los ojos de Demi se abrieron y luego se río. — ¿Nunca has bebido antes?
Negué con la cabeza. —No soy lo suficientemente mayor para comprar mi propio alcohol, ¿y tú? 
Ella aplaudió—. Esto va a ser muy divertido. Y sí, tengo veintiuno o por lo menos eso dice mi ID. —Cortó con sus ojos a Nick—. Hay que dejarla salir. La voy a llevar al bar.
Nick no se movió. Luego me miró. — ¿Nunca has bebido alcohol?
—Nop. Pero pretendo remediar eso esta noche —le aseguré.
—Entonces necesitas ir lento. No tendrás una tolerancia muy alta. —Extendió la mano y agarró el brazo de una camarera—. Necesitamos un menú.
Demi puso las manos en sus caderas. — ¿Por qué vas a ordenar comida? Vinimos aquí para beber y bailar con vaqueros. No a comer.
Nick giró su cabeza, así que no podía ver su cara pero me di cuenta que sus hombros se pusieron rígidos. —Ella nunca ha tomado antes. Necesita comer primero o estará inclinada vomitando sus tripas y maldiciéndote en dos horas más. — Oh. No me gusta vomitar. No, en absoluto.
Demi rodó sus ojos y agitó la mano delante de su cara como si Nick fuera un idiota. —Como sea, papá Nick. Voy a buscarme algo de beber y le traeré algo a ella también. Así que aliméntala rápido.
La camarera regresó con un menú antes de que Demi terminara de hablar. Nick lo tomó y se dio vuelta abriéndolo. —Escoge algo. No importa lo que la diva borracha diga, necesitas comer primero.
Asentí. No quería enfermarme. —Las papas fritas con queso se ve bien.
Nick sostuvo el menú y la camarera volvió corriendo. —Papas fritas con queso. Dos órdenes y un vaso grande de agua.
Una vez que la camarera asintió y se alejó, Nick se echó hacia atrás e inclinó la cabeza para mirarme. —Así que estás en un Honky-tonk. ¿Es lo que esperabas que fuera? Porque si soy honesto, la música es dolorosa.
Sonriendo, me encogí de hombros y miré alrededor. Había tipos con sombreros vaqueros y luego los que tenían ropas normales. Algunos tenían grandes hebillas de cinturón y la mayor parte se veían como gente de mi ciudad natal. —Acabo de llegar aquí y no he bebido ni bailado todavía, así que te diré después de que suceda.
Nick sonrió. — ¿Quieres bailar?
Quería bailar pero no con Nick. Sabía lo fácil que me olvidaría de que era sólo un amigo. —Sí, quiero. Pero necesito una inyección de coraje primero, y necesito que alguien me pregunte.
—Pensé que te había preguntado —contestó.
Puse los codos en mi mesa y apoyé la barbilla en mi mano. — ¿Crees que es una buena idea? —Quería que él admitiera que no es una buena idea.
Nick suspiró. —Probablemente no.
Asentí con la cabeza. Dos platos de papas fritas con queso se deslizaron delante de nosotros y una taza de agua con hielo se estableció en frente de Nick. La comida se veía sorprendentemente buena. No me di cuenta que tenía tanta hambre. Tenía que mantenerme al día con todo lo que me estaba pasando. Esto eran siete dólares. No iba a gastar más de veinte dólares esta noche. Eso podría significar que sólo tomaría una bebida pero Nick dijo que primero necesitaba comer así que voy a comer. Tomo una papa frita cubierta de queso y le doy un mordisco.
—Esto es mejor que los sándwiches con mantequilla de maní, ¿no? —preguntó Nick con una sonrisa burlona. Asentí con la cabeza y tomé otra papa frita.
Demi se deslizó en el otro lado con dos bebidas en pequeños vasos. Eran amarillos. —Pensé que deberías empezar con algo fácil. El Tequila es una bebida de chicas grandes. No estás lista aún. Este es un caramelo de limón. Es dulce y delicioso.
—Come más papas fritas primero —la interrumpió Nick.
Tomé otra papa frita y la comí rápidamente seguida de otra. Luego agarré el caramelo de limón. —Bien, estoy lista —le dije a Demi y ella tomó el suyo y sonrió. Vi como se lo llevó a los labios e inclinó la cabeza hacia atrás. Luego hice lo mismo. Estaba realmente bueno. Sólo una pequeña quemadura en mi garganta. Me gustaba el limón. Esto estaba bien. Puse el vaso vacío y sonreí por encima de Nick que me estaba observando.
—Come —replicó. Traté de no reírme de él, pero no pude evitarlo. Me reí. Él estaba haciendo el ridículo. Tomé otro bocado de papas fritas y Demi se acercó y tomó unas cuantas.
—Me encontré algunos chicos en el bar. Te señalé y nos han estado viendo desde que me senté. ¿Estás lista para hacer nuevos amigos? — Nick se movió un poco más cerca de mí y el calor de él y el calor de mi estómago me daban ganas de quedarme aquí con mi… amigo. Razón por la cual tenía que levantarme. Asentí con la cabeza.
—Déjala ir, Nick. Puedes mantener la cabina caliente en caso de que volvamos —dijo Demi. Nick no se movió de inmediato y comencé a pensar que la iba a ignorar o que iba a hacerme comer un poco más. Por último se deslizó y se levantó. Quería decirle algo. Alguna cosa que lo hiciera sonreír y dejar de fruncir el ceño pero no sabía que decir.
—Ten cuidado. Estaré aquí por si me necesitas —dijo en voz baja mientras se acercaba. Sólo asentí con la cabeza. Mi pecho se apretó y quería arrastrarme de nuevo en la mesa con él.
—Vamos Miley. Tiempo de usarte para bebidas gratis y hombres. Eres la compañera más sexy que he tenido. Esto debería ser divertido. Sólo que no le digas a los chicos que tienes veinte. Diles a todos que tienes veintidós.
—Está bien. — Demi me llevó a dos hombres que estaban obviamente mirándonos. Uno era alto, de pelo largo y rubio escondido detrás de las orejas. Parecía que no se había afeitado en varios días y por debajo de su camisa de franela se ajustaba un apretado cuerpo que se veía impresionante. Sus ojos estaban en mí, luego en Demi, y luego otra vez en mí. No había tomado la decisión todavía. El otro tenía el pelo corto de color café con un par de rizos y un par de ojos azules muy hermosos. El tipo azul claro que te hace suspirar. Su camiseta blanca no dejaba mucho a la imaginación y su amplio pecho era agradable a la vista. Tenía un cuello azul. Conocía un par de Wranglers en cualquier lugar y a él le quedaban bien. Sus ojos estaban en mí. No se movieron o cambiaban. Una pequeña sonrisa estaba en sus labios y decidí que esto no sería malo después de todo.
—Chicos, esta es Miley. La alejé de su hermano y ahora necesita un trago.
El de cabello oscuro se puso de pie y me tendió la mano. —Dalton. Es bueno conocerte Miley.
Deslicé mi mano en la suya y la sacudí. —Es un placer conocerte también, Dalton.
— ¿Puedo conseguirte un trago? —preguntó, una sonrisa en su rostro de una manera aprobatoria.
—Quiere un caramelo de limón. Es lo suyo —dijo Demi a mi lado.
—Hola Miley, soy Nash —dijo el rubio, tendiéndome la mano y estrechándola.
—Hola, Nash.
—Bueno chicos, no vamos a pelear. Somos dos. Enfríate, Nash. La inocencia que ella vierte te tiene con calor —dijo Demi en un tono molesto—. Baila conmigo y te mostraré como las niñas traviesas pueden satisfacer ese picor. — Demi ahora tenía la atención de Nash por completo. Cubrí mi boca para evitar reírme. Ella era buena. Demi me guiñó un ojo y se llevó a Nash a la pista de baile.
—Que amiga tienes. Se estaba ofreciendo para llevarnos a ambos. Le expliqué que no estaba en ese tipo de cosas y ella te señaló. Todo lo que podía ver tu pelo rubio rizado y estaba intrigado —dijo Dalton entregándome un caramelo de limón.
—Gracias. Y sí, Demi es un montón de diversión. Ella me trajo esta noche. Esta es mi primera vez en un lugar así. — Dalton asintió con la cabeza en dirección a Nick. Una rubia de piernas largas estaba sentada en el borde de la mesa. Miré como su dedo corrió a lo largo de su muslo. Seguro que no le llevará mucho tiempo.
— ¿Por qué tu hermano salió contigo esta noche?
La pregunta de Dalton me recordó por qué estaba aquí y saqué mis ojos de Nick  y las piernas de la chica. —Um, uh… algo como eso. — Puse el vaso en mis labios y lo bebí rápidamente.
— ¿Podemos…? Quiero decir, ¿quieres bailar? —pregunté cuando puse el vaso sobre la barra. Dalton se levantó para llevarme a la pista de baile. Demi ya estaba apretando su cuerpo en Nash de formas que no deberían ser legales en público. No iba a bailar así. Espero que Dalton no lo esperara. Dalton tomó mis manos y las puso alrededor de su cuello antes de deslizar sus manos alrededor de mi cintura y acercarme a él. Esto era agradable. Más o menos. La música era lenta y sexy. No exactamente algo que quisiera bailar con un desconocido.
— ¿Vives por aquí? No te he visto por aquí antes —dijo Dalton bajando la cabeza a mi oído para poder escucharlo.
Negué con la cabeza. —Vivo a unos veinte minutos y me acabo de mudar aquí. Soy de Tennessee
Sonrió. —Eso explica el acento sureño en tu voz. Sé que es más grueso en cualquiera de los habitantes de ésta zona. — La mano de Dalton se deslizó más debajo de mi cintura hasta que sus dedos estaban rozando la parte superior de la curva de mi trasero. Esto me preocupa un poco.
— ¿Estás en la universidad? —preguntó, deslizando su mano un centímetro más abajo.
Negué con la cabeza. —No. Yo… uh… trabajo. — Busqué en la multitud a Demi y no la encontré por ninguna parte. ¿Dónde se fue? Por mucho que odiaba miré en la mesa para ver si Nick seguía allí. La rubia estaba en la mesa con él. Parecía que sus labios estaban sobre ella.
La mano de Dalton se deslizó y estaba ahuecando mi trasero completamente. —Maldita chica, tu cuerpo es increíble —murmuró en mi oído. Alerta Roja. Necesito ayuda.
Espera. ¿Desde cuándo necesito ayuda? No había confiado en alguien en años. No tenía necesidad de empezar a actuar impotente. Pongo ambas manos en el pecho de Dalton y lo empujo. —Necesito algo de aire y no me gusta mucho que hombres extraños toquen mi trasero —le informé y me giré para dirigirme a la salida. No quería volver a la mesa y ver a Nick besarse con otra chica y estoy segura que no quiero encontrarme otra pareja para bailar. Necesito aire fresco. Nada más salir a la oscuridad tomé una respiración profunda y me apoyé contra la pared del edificio. ¿Quizás no estaba hecha para este tipo de cosas? O quizás era muy pronto. De cualquier manera necesitaba un respiro y un nuevo compañero de baile. Dalton no iba a funcionar.
— ¿Miley? —El tono preocupado de Nick me sorprendió y abrí mis ojos y me esforcé por verlo en la oscuridad caminar hacia mí.
—Sí, —respondí.
—No podía encontrarte. ¿Por qué estás aquí afuera? Esto no es seguro.
Ya había tenido suficiente con su rol de hermano mayor. Yo podía manejar las cosas por mí misma. Él necesitaba retroceder. —Estoy bien. Vuelve adentro y continúa con tu sesión de besos en nuestra mesa. —La amargura en mi voz era evidente. No podía evitarlo. 
— ¿Por qué estás aquí afuera? —Repitió, lentamente dando otro paso hacia mí.
—Porque quiero, —respondí con la misma lentitud, mirándolo.
—La fiesta es adentro. ¿No era eso lo que tú querías? ¿Un honky-tonk con hombres y bebidas? Te lo estás perdiendo aquí afuera.
—Aléjate, Nick.
Nick dio un paso más hacia mí dejando sólo unos centímetros entre nosotros. —No. Quiero saber qué pasó.
Algo dentro de mí se rompió y puse ambas manos en su pecho y lo empujé tan fuerte como pude. Él apenas se tambaleó hacia atrás. — ¿Quieres saber qué pasó? TÚ pasaste Nick. Eso es lo que pasó. —Me apresuré a su lado y caminé hacia el oscuro estacionamiento. Una mano fuerte se envolvió alrededor de mi brazo deteniéndome y yo tiré con fuerza intentando librarme, pero no sirvió de nada. Nick tenía un firme agarre de mí y no iba a dejarme ir.
— ¿Qué significa eso, Miley? —preguntó, tirando de mí contra su pecho. Me retorcí contra él luchando contra el impulso de gritar. Odiaba la forma en que su olor hacía que mi corazón se acelerará y que mi cuerpo latiera. Necesitaba que él se mantuviera a distancia. No que me frotara su delicioso y cálido cuerpo por todas partes.
—Déjame. Ir. —Espeté.
—No hasta que me digas cuál es tu problema, —respondió enojado. Me retorcí en sus brazos pero él no se movió ni un centímetro. Esto era ridículo. Él no quería escuchar lo que yo tenía que decir. Esa realidad me hizo querer decírselo. Sabiendo que lo que le iba a decir lo molestaría. Estropearía toda su idea de ser amigos.
—No me gusta verte tocar a otras mujeres. Cuando otros hombres agarran mi culo lo odio. Quiero que sea tú quien me toca allí. Quiero que me toques ahí. Pero no lo haces y tengo que lidiar con eso. Ahora, ¡déjame ir! —Me libré y corrí hasta su Range Rover. Me podría esconder allí hasta que él estuviera listo para llevarme a casa. Las lágrimas picaban mis ojos y corrí con más fuerza. Cuando llegué a su auto caminé a un lado y me incliné contra él cerrando mis ojos. Acabo de decirle a Nick que quería que tocara mi culo. ¿Qué tan estúpida he podido ser? Él me había dado mi propia habitación. Me ofreció quedarme allí hasta que mi papá llegara a casa así podría ahorrar dinero y acabo de darle una razón para que me eche. El seguro del Range Rover hizo clic y abrí mis ojos para ver a Nick dirigiéndose a mí. Él iba a llevarme a casa y echarme. Se detuvo a mi lado y abrió la puerta de atrás. Qué humillante.
—Entra o yo te meto, —gruñó. Me monté en el asiento de atrás antes de que él me tirara adentro. Pero no cerró la puerta. En vez de eso, se subió detrás de mí.
— ¿Qué estás haciendo? —Pregunté, justo antes de que me presionara contra el asiento y cubriera mi boca con la suya. Me abrí a él con una probada de su lengua. El movimiento del metal en mi boca era excitante. Esta noche su sabor a menta no estaba mezclado con algo más. Podía probarlo por horas y nunca aburrirme. Sus manos encontraron mis caderas y él me movió hasta que una pierna estaba arriba sobre el asiento con mi rodilla doblada y mi otra pierna aún seguía en el suelo. Él me había extendido y abierto y luego se colocó entre mí. Su boca dejó la mía e hizo un rastro de besos hambrientos por un cuello. Me dio un pequeño mordisco en mi hombro desnudo causando excitación a través de mí.
Sus manos encontraron el dobladillo de mi camisa. —Quítatela, —dijo mientras la levantaba sobre mi cabeza y luego la tiró en el asiento de adelante sin quitar sus ojos de mi pecho—. Quiero que te quites todo, dulce Miley. —Él llegó a mi espalda con una mano y tenía el sostén desabrochado en menos de un segundo. Él lo bajó por mis brazos antes de tirarlo en el asiento delantero con mi camisa.
—Esto es por lo que traté de mantenerme alejado. Esto, Miley. No voy a ser capaz de detenerlo. No ahora. —Bajó la cabeza y tiró de un pezón con su boca. Lo chupó con fuerza y una explosión fue entre mis piernas. Grité, agarrando sus hombros y sosteniéndome.
Vi cómo él sacó la lengua y pasó la barra de metal sobre mi piel. Era la cosa más erótica que jamás había visto. —Sabes a caramelo. Las chicas no deberían saber tan dulce. Es peligroso, —susurró contra mi piel y pasó su nariz sobre mi escote mientras inhalaba con fuerza—. Y hueles increíble.
Sus labios de nuevo estaban en los míos mientras una de sus grandes manos cubría mis pechos frotándolos suavemente y luego tirando de mi pezón. Yo quería sentir más también. Pasé mis manos por su pecho y las deslicé por debajo de su camisa. Había visto su pecho lo suficiente como para saber exactamente cómo se veía. Ahora quería saber cómo se sentía debajo de mis manos. La cálida piel que cubría sus fuertes músculos era suave. Pasé mis dedos sobre cada ondulación en su estómago y memoricé la sensación. No tenía promesa de que esto sería más que un evento de una sola vez pero lo quería todo. Nick alcanzó por detrás con un brazo y tiró de su camisa, tirándola a un lado luego volvió para devorar mis labios con los suyos. Me arqueé más cerca de él. Nunca había estado sin camisa con un chico. Quería sentir su pecho desnudo contra el mío. Él parecía saber lo que yo quería y me envolvió con fuerza entre sus brazos y tiró de mí contra él. La humedad de su boca había dejado mi pecho frío, pero el calor de su piel era impactante. Grité y tiré de él más cerca, con miedo de que se alejara de mí. Tenía lo que había querido desde que lo había visto afuera en el porche con aquella chica. Era yo entre cuyas piernas él estaba ahora. Esta era mi fantasía.
—Dulce Miley, —susurró, tirando de mi labio inferior con su boca y chupándolo. Me moví por debajo de él en un intento de tener su dureza presionada entre mis piernas. Yo palpitaba y quería sentir su erección contra mí. Nick deslizó su mano hacia abajo para acariciar mi rodilla y luego la movió hacia la parte interior de mi muslo. Dejé que mi pierna se abriera aún más necesitando que él se acercara más. El deseo estaba creciendo y la idea de su mano estando cerca de mi ansiosa necesidad me mareaba. 
En el momento que su dedo recorrió mi entrepierna y sobre mis bragas de seda me sacudí y dejé escapar un gemido. —Tranquila. Sólo quiero ver si aquí abajo es tan jodidamente dulce como el resto de ti, —dijo Nick con voz ronca. Traté de asentir pero no pude hacer nada más que recordar respirar. Miré fijamente a los ojos cafés  de Nick mientras adquirían un brillo humeante. Él no apartó su mirada de mí mientras su dedo se deslizaba dentro de los bordes de encaje de mis bragas.
—Nick, —suspiré, apretando sus hombros y sosteniendo su mirada.
—Shhh, está bien, —respondió. Yo no estaba asustada. Él estaba tratando de calmar mi temor pero no había ninguno. La excitación y la necesidad eran demasiado. Necesitaba que se diera prisa. Algo estaba creciendo dentro de mí y yo necesitaba alcanzarlo. El deseo punzante estaba creciendo.
Nick enterró su cabeza en mi cuello y dejó escapar un profundo y largo suspiro. —Esto es jodidamente demasiado, —gimió. Comencé a abrir mi boca y rogarle que no se detuviera. Lo necesitaba. Necesitaba la liberación que sabía que venía. Su dedo se deslizo sobre mi humedad y mis dedos de los pies se enroscaron mientras mi cuerpo se doblaba sin control. Luego su dedo se deslizó hacia adentro. Lentamente. Me quedé inmóvil, temerosa de cómo se sentiría esto. El grosor de su dedo se metió un poco más adentro y yo quería tomar su mano y empujarla con fuerza. Esto era bueno. Demasiado bueno.
—Mierda. Madre del maldito infierno. Húmeda, caliente… tan jodidamente caliente. Y Jesús estás tan apretada. —La respiración de Nick se había vuelto más pesada contra mi cuello mientras me decía cosas que sólo me excitaban más. Entre más picantes eran sus palabras más respondía mi cuerpo.
—Nick. Por favor, —supliqué, luchando con la urgencia de tomar su mano y forzarlo a darme el alivio de lo que palpitaba debajo de su toque—. Necesito… —No sabía lo que necesitaba. Sólo lo necesitaba.
Nick levantó su cabeza y pasó su nariz por mi cuello luego presionó un beso en mi barbilla. —Sé lo que necesitas. Es sólo que no estoy seguro de que pueda manejar el verte teniéndolo. Me tienes excitado de muchas maneras, chica. Estoy tratando de ser un buen chico. No puedo perder el control en la parte trasera de mi maldito auto.
Negué con la cabeza. Él no podía parar. No quería que él fuera bueno. Lo quería dentro de mí. Ahora. —Por favor, no seas bueno. Por favor, —supliqué.
Nick dejó escapar un fuerte suspiro, —Mierda, bebé. Basta. Voy a explotar. Te daré tu liberación pero cuando finalmente me entierre dentro de ti por primera vez no va a ser tendidos en la parte trasera de mi auto. Estarás en mi cama.
Su mano se movió antes de que pudiera responder y mis ojos rodaron hacia atrás de mi cabeza. —Así es. Ven para mí, dulce Miley. Ven en mi mano y déjame sentirlo. Quiero verte. —Sus palabras me enviaron en espiral hacia el borde del acantilado que había estado tratando tan difícilmente de alcanzar.
— ¡Nick! —Escuché el grito que salió de mí mientras iba cayendo en completa dicha. Sabía que estaba gritando por él, gritando su nombre y tal vez arañándolo pero ya no podía controlarme. El éxtasis era demasiado.
—Ahhhh, sí. Eso es. Mierda sí. Eres tan hermosa. —Las palabras de Nick cayeron sobre mí pero se sentían tan lejos. Yo estaba sin fuerzas y jadeando en busca de aire cuando mis sentidos volvieron a mí. Forcé mis párpados a abrirse así podría ver si había herido a Nick con mi salvaje reacción a lo que sabía que era mi primer orgasmo. Yo había escuchado lo suficiente sobre ellos, pero nunca había sido capaz de provocarme uno. Claro que lo había intentado varias veces pero no tenía la imaginación para hacerlo. Después de esta noche, tenía la sensación de que ese asunto no sería más un problema. Nick me había dado suficiente material para trabajar y aún tenía sus vaqueros puestos. 
Miré a Nick quien me estaba mirando fijamente con su dedo en su boca. Me tomó un momento registrar exactamente cuál dedo era ese. El jadeo de sorpresa seguido por mi realización sólo hizo que Nick se riera mientras se lo sacaba de la boca y sonreía. —Yo tenía razón. Eres tan dulce en ese pequeño y caliente cuerpo tuyo como lo eres en todas partes.
Si no estuviera tan cansada me habría sonrojado. Todo lo que pude hacer fue cerrar mis ojos de nuevo con fuerza. Nick se rio más fuerte. —Oh vamos, dulce Miley. Acabas de venirte salvaje y sexymente sobre mi mano e incluso dejaste unas marcas de arañazos en mi espalda de prueba. No te pongas tímida conmigo ahora. Porque bebé, antes de que la noche se acabe estarás desnuda en mi cama.
Lo miré, esperando haberlo oído correctamente. Yo quería más de esto. Mucho más. —Déjame vestirte y luego iré a buscar a Demi para ver si necesita un aventón o si encontró a un vaquero que la lleve a casa.
Me estiré y luego logré asentir. —Está bien.
—Si no estuviera tan duro como una maldita roca ahora mismo consideraría quedarme justo aquí y disfrutar de esa pequeña mirada satisfecha y soñolienta en tus ojos. Me gusta saber que yo la puse allí. Pero necesito un poco más.
_____________________________
Feliz cumple Abby, espero que veas mi blog, ni siquiera te metes para ver si deje una imagen de Nick desnudo, ok no. Feliz cumple Abby que la pases muy bien hoy, recuerda, cada dia te vuelves mas vieja.

5 comentarios:

  1. DIOS MIO QUE CAPITULO!!!!!!!!!!!!! lo ame, ame las partes hot, las ame por completo, TODO el capitulo estuvo genial...por favor no nos hagas esperar tanto para el proximo te lo suplico. SOY FAN DE TU BLOG!!!!!!!!!!

    ResponderEliminar
  2. Holisss!!!!!!!!!! soy tu nueva seguidora, amo tu blog es estupendo, amo todas las novelas que publicas. Ame este capitulo por favor sube pronto!

    ResponderEliminar
  3. bitch me gusto, y no se donde estas :c viste lo de el papa de mi demi ? :l

    ResponderEliminar
  4. WOOOOW INCREIBLE CAPITULO
    ESTO SI ES LO QUE LLAMO ACCION JAJAJA
    AME EL CAPIS MUERO POR LEER EL QUE SIGUE
    BESOOOS

    ResponderEliminar
  5. Fabuloso,impresionante por fin nick Miley eres genial síguelo pronto no nos dejes así Porfi;-)

    ResponderEliminar