jueves, 20 de junio de 2013

Looking For My Destiny- Niley- Cap 07


Unos pocos autos estaban estacionados afuera cuando volví a la casa de Nick después del trabajo. Al menos no lo encontraré teniendo sexo. Ahora que sabía lo buenos que sus besos eran y lo bien que se sentían sus manos en mí, no estaba segura de poder manejar el verlo haciéndole eso a alguien más. Era ridículo. Pero era cierto. Abrí la puerta y entré. Música sexy estaba sonando alto a través del sistema de sonido que hacía un hilo musical en todas las habitaciones. Bueno, todas las habitaciones menos la mía. Me acerqué a la cocina cuando escuché un gemido femenino. Se me hizo un nudo en el estómago. Traté de ignorarlo pero mis pies se habían plantado firmemente en el suelo de mármol. No me podía mover.
—Sí, Nick, nene, justo así. Más fuerte. Mámalo más fuerte, —gritó ella. Yo estaba instantáneamente celosa y eso sólo me hizo enojar. No debería de importarme. Él me había besado una vez y había estado tan enojado que había maldecido y salido corriendo.
Me estaba moviendo hacia el sonido incluso aunque sabía que era algo que no quería ver. Era como un choque de trenes. No podía dejar de ir a ver incluso si no quería que se grabara en mi mente.
—Mmmmm sí, por favor tócame, —ella suplicó. Me encogí pero seguí moviéndome en esa dirección. Entrando en la sala de estar, los encontré en el sofá. Ella no tenía su parte superior puesta y uno de sus pezones estaba en su boca mientras su mano jugaba entre sus piernas. No podía ver esto. Necesitaba salir de aquí. Ahora. 
Dándome la vuelta, corrí hacia la puerta principal, sin importarme si era silenciosa o no. Estaría en mi camioneta y fuera de la entrada antes de que cualquiera de los dos se calmara lo suficiente para darse cuenta que habían sido vistos. Él había ido con eso justo en el sofá para que cualquiera que entrara los viera. Él había sabido que yo estaría en casa en ese momento. El hecho era, que él quería que los viera. Él me estaba recordando que él era algo que nunca podría experimentar. Justo ahora, no quería hacerlo nunca. Manejé por la ciudad enojada conmigo misma por gastar gasolina. Necesitaba ahorrar mi dinero. Busqué un teléfono público pero no había uno que pudiera encontrar en ningún lado. Los días de los teléfonos públicos se habían ido. Si no tenías un celular estabas jodido. No estaba segura de a quién llamaría de todas formas. Podría llamar a Kyle. No había hablado con él desde que me fui la semana pasada. Normalmente hablábamos una vez a la semana. Pero sin un teléfono no podía hacer eso. 
Tenía el número de Joe guardado en mi equipaje. Pero entonces, ¿para qué lo llamaría? Eso sería extraño. Realmente no tengo nada que decirle. Me metí en el estacionamiento de la única cafetería en la ciudad y estacioné mi camioneta. Podía ir a beber un poco de café y mirar revistas por unas horas. Tal vez para entonces Nick habría terminado su festival de cogidas en el piso de abajo. Si él había estado tratando de enviarme un mensaje yo lo había recibido fuerte y claro. No que yo necesitara uno. Ya me había resignado al hecho de que chicos con dinero no eran para mí. Me gustaba la idea de encontrar un buen chico con un trabajo regular. Uno que apreciaría mi vestido rojo y zapatos altos plateados. Salté fuera de mi camioneta y me dirigí hacia la cafetería cuando vi a Demi dentro con Jace. Ellos estaban en una acalorada discusión en una mesa en el rincón más alejado pero los podía ver a través de la ventana. Al menos ella lo había traído a un lugar público. Esperaré lo mejor para ella y la dejaré sola. Yo no era la madre de la chica. Era muy probable que ella fuera mayor que yo. Ella al menos parecía mayor. Ella podía resolver en su mente con quién quería pasar si tiempo. El aire del mar salado me hizo cosquillas en la nariz. Crucé la calle y en lugar de allí me dirigí hacia la playa pública. Podría estar sola allí.
Las olas rompiendo contra la oscura orilla eran relajantes. Así que caminé. Recordé a mi madre. Incluso me permití recordar a mi hermana; era algo que raramente hacía porque el dolor era demasiado algunas veces. Esta noche, quería esa distracción. Necesitaba recordar que había sufrido mucho peor que una estúpida atracción por un chico que no era mi tipo en absoluto. Dejé que los recuerdos de días mejores inundaran mis pensamientos… y caminé. Cuando estacioné la camioneta de nuevo en la entrada de Nick ya era después de la medianoche y no había autos afuera. Quien fuera que había estado aquí ya se había ido. Cerré la puerta de mi camioneta y me dirigí hacia las escaleras. La luz del frente estaba encendida haciendo que la casa luciera grande e intimidante en el cielo oscuro. Justo como Nick.  La puerta se abrió antes de que la alcanzara y Nick se quedó de pie allí en la entrada. Él estaba allí para decirme que me fuera. Estaba esperando esto de todos modos. Ni siquiera me impresioné. En vez de eso, busqué alrededor por mi maleta.
— ¿Dónde has estado? —Preguntó con voz ronca y profunda.
Levanté mi mirada hacia él. — ¿Por qué importa?
Él dio un paso afuera de la puerta cerrando la pequeña cantidad de espacio entre nosotros. —Porque estaba preocupado.
¿Él estaba preocupado? Dejé escapar un suspiro y metí el cabello que seguía soplando sobre mi rostro detrás de mi oreja. —Encuentro eso realmente difícil de creer. Estabas muy ocupado con tu compañía de la noche como para notar mucho casi nada. —No podía evitar que la amargura se deslizara fuera de mi lengua.
—Viniste más temprano de lo que esperaba. No era mi intención que presenciaras eso.
Como si eso lo hiciera mejor. Asentí y moví mis pies. —Vine a casa a la misma hora que vengo todas las noches. Pienso que tú querías que te viera. Por qué, no estoy segura. No estoy albergando sentimientos por ti, Nick. Sólo necesito un lugar donde quedarme por unos días más. Me mudaré fuera de tu casa y vida muy pronto.
Murmuró una maldición y luego miró hacia el cielo un momento antes de mirarme de nuevo. —Hay cosas sobre mí que no conoces. No soy uno de esos tipos a los que puedes envolver alrededor de tu dedo. Tengo equipaje. Mucho. Demasiado para alguien como tú. Esperaba a alguien diferente considerando que he conocido a tu padre. No eres para nada como él. Tú eres todo lo que un tipo como yo debe evitar. Porque no soy el adecuado para ti.
Dejé escapar una dura risa. Esa era la peor excusa para su comportamiento que había escuchado. — ¿En serio? ¿Eso es lo mejor que tienes? Nunca te pedí nada más que una habitación. No espero que me quieras. Nunca lo hice. Estoy consciente de que tú y yo estamos en dos diferentes campos de juego. Nunca estaré a la altura de tu liga. No soy de las líneas de sangre correctas. Yo uso vestidos rojos baratos y tengo una afectuosa conexión con un par de zapatos altos plateados porque mi madre los usó el día de su boda. No necesito cosas de diseñador. Y TÚ sí eres de diseñador, Nick.
Nick tomó mi mano y me llevó dentro. Sin una palabra, me empujó contra la pared y me enjauló con sus dos manos apretadas contra la pared al lado de mi cabeza. —No soy de diseñador. Metete eso en la cabeza. No puedo tocarte. Quiero tanto hacerlo que duele como un hijo de puta pero no puedo. No voy a arruinarlo contigo. Tú eres… eres perfecta e intacta. Y al final nunca me perdonarías. — Mi corazón latía con fuerza dolorosamente contra mi pecho. La tristeza en sus ojos no era algo que había sido capaz de ver por fuera. Aquí podía ver emoción en esas profundidades de plata. Su frente estaba arrugada como si algo lo estuviera lastimando.
— ¿Y si yo quiero que me toques? Tal vez no estoy tan intacta. Tal vez ya estoy corrompida. —Mi cuerpo estaba bastante corrompido pero mirando a los ojos de Nick quería aliviar su dolor. No quería que él se alejara de mí. Quería hacerlo sonreír. Ese hermoso rostro no debería lucir tan angustiado.
Pasó un dedo por un lado de mi rostro y trazó la curva de mi oreja y luego rozó con su pulgar sobre mi barbilla. —He estado con muchas chicas, Miley. Créeme, nunca he conocido a alguien tan jodidamente perfecta como tú. La inocencia en tus ojos me grita. Quiero quitar cada centímetro de tu ropa y enterrarme a mí mismo dentro de ti pero no puedo. Me viste esta noche. Soy un jodido bastardo enfermo. No puedo tocarte. — Lo había visto esta noche. Lo había visto la otra noche también. Él se cogía a muchas chicas, pero a mí no quería tocarme. Él creía que yo era demasiado perfecta. Yo estaba en un pedestal y él quería mantenerme allí. Tal vez debería. Yo no podía dormir con él sin darle un pedazo de mi corazón. Él ya estaba escabulléndose. Si yo lo dejaba tener mi cuerpo él me podría herir de una forma en que nadie había sido capaz de hacerlo. Mi guarida estaría baja.
—Está bien, —le digo. No iba a discutir. Esto era lo correcto—. ¿Podemos al menos ser amigos? No quiero que me odies. Me gustaría que seamos amigos. —Sonaba patética. Me sentía tan sola que me había inclinado a mendigar amigos.
Él cerró sus ojos y respiró profundo. —Seré tu amigo. Haré todo lo posible por ser tu amigo pero tengo que ser cuidadoso. No puedo estar demasiado cerca. Tú me haces desear cosas que no puedo tener. Ese pequeño y dulce cuerpo tuyo se siente increíble debajo de mí, —él bajó su voz y bajó su boca hasta mi oreja—, y la forma en la que sabes. Es adictiva. Sueño sobre ello. Fantaseo sobre ello. Se que serías tan deliciosa en… otras… partes. — Me inclinó hacia él y cierro mis ojos mientras su respiración se vuelve pesada en mi oreja. —No podemos. Jódeme. No podemos. Amigos, dulce Miley. Sólo amigos, —susurró, luego se apartó y se dirigió hacia las escaleras. Me recosté contra la pared y lo miré alejarse. No estaba lista para moverme aún. Mi cuerpo estaba acalorado por sus palabras y su cercanía.
—No te quiero debajo de esas malditas escaleras. Lo odio. Pero no puedo traerte aquí arriba. Nunca sería capaz de mantenerme alejado de ti. Te necesito guardada en un lugar seguro, —dijo sin mirarme. Sus manos se aferraron a la barandilla de la escalera hasta que sus nudillos se pusieron blancos. Se quedó allí un minuto más antes de empujar de sí mismo fuera y corrió el resto del camino por la escalera. Cuando escuché su puerta cerrarse me hundí en el suelo.
—Oh, Nick. ¿Cómo vamos a hacer esto? Necesito una distracción. —Susurré en el vestíbulo vacío. Necesitaba encontrar a alguien más en quien enfocarme. Alguien que no fuera Nick. Alguien que estuviera disponible. Era la única manera de evitar caer demasiado lejos. Nick era peligroso para mi corazón. Si íbamos a ser amigos entonces necesitaba encontrar a alguien más para centrar mi atención. Y rápido.

1 comentario:

  1. Omg,Nick hasta cuando aguantara síguela Porfi genial!!!!Niley

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