jueves, 13 de junio de 2013

Looking For My Destiny- Niley- Cap 01


Camionetas con lodo en los neumáticos era a lo que estaba acostumbrada a ver estacionadas afuera de una fiesta. No costoso automóviles extranjeros. Este lugar tenía por lo menos veinte de ellos cubriendo el largo camino de la entrada. Estacione la camioneta Ford sobre la hierba para no bloquear la salida de nadie. Papá no me había dicho que habría una fiesta. En realidad, no me había dicho mucho. Tampoco se presentó para el funeral de mi madre. Si no necesitara un lugar para vivir, no estaría aquí. Tuve que vender la casita que mi abuela nos había dejado para pagar las últimas facturas médicas de mi mamá. Todo lo que me quedaba era mi ropa y mi camioneta. Llamar a mi padre, después de no haber venido ni una sola vez durante los tres años que mi madre batalló contra el cáncer, fue difícil. Sin embargo, era necesario;  él era la única familia que me quedaba. 
Me quede mirando la enorme casa de tres pisos, la cual estaba sobre la arena blanca en Rosemary Beach, Florida. Este era el nuevo hogar de mi padre. Su nueva familia. Yo no iba a encajar aquí. La puerta de la camioneta fue abierta de repente. Por instinto, metí la mano bajo el asiento y agarré mí nueve milímetros. La levanté y apunte directamente al intruso, sosteniéndola con ambas manos listas para jalar el gatillo.
-Guau… Iba a preguntarte si estabas perdida, pero te diré lo que sea que quieras para que guardes esa cosa.- Un chico con pelo marrón lanudo que caía detrás de sus orejas se encontraba en el otro lado de la pistola, con las dos manos en el aire y los ojos muy abiertos. 
Levante una ceja y sostuve mi pistola fijamente. Aún no sabía quien era este tipo. Abrir la puerta de la camioneta a un extraño no era una manera común de presentarse. –No, no creo estar perdida. ¿Es esta la casa de Billy Cyrus? 
El chico tragó saliva nerviosamente. –Eh, no puedo pensar con esa cosa apuntándome en la cara. Me estas poniendo muy nervioso, corazón. ¿Podrías ponerla abajo antes de que tengas un accidente?
¿Accidente? ¿En serio? Este tipo comenzaba a enfadarme. –No te conozco. Está oscuro afuera y estoy en un lugar desconocido, sola. Así que perdóname si no me siento muy segura en este momento. Puedes confiar en mí cuando te digo que no habrá ningún accidente. Puedo manejar un arma. Demasiado bien. 
El chico no parecía creerme y ahora que lo miraba bien, realmente no parecía una amenaza. Sin embargo, yo no estaba lista para guardad la pistola. – ¿Billy?- Repitió lentamente comenzando a sacudir su cabeza y luego se detuvo. –Espera, Billy es el nuevo padrastro de Nick. Lo conocí antes de que él y Denise se fueran a Paris.- ¿Paris? ¿Nick? ¿Qué? Esperé por una explicación, pero el tipo siguió mirando el arma y conteniendo la respiración. Manteniendo mis ojos en él, bajé el arma y puse el seguro antes de volverla a meter debajo de mi asiento. Tal vez con la pistola ya guardada el chico se enfocaría.  – ¿Tienes un permiso para esa cosa?- preguntó con incredulidad. 
No estaba de humor para hablar sobre mi permiso de portar armas. Necesitaba respuestas. – ¿Billy esta en Paris?-pregunté, necesitando confirmación. Él sabía que yo iba a venir hoy. Hablamos la semana pasada después de que vendí la casa.
El tipo asintió con la cabeza y relajo su postura. -¿Lo conoces?- En realidad, no. Lo había visto dos veces desde que nos abandono a mi madre y a mí hace cinco años. Recordaba al padre que iba a mis presentaciones de porrista y hacia hamburguesas a la parrilla fuera de las fiestas del vecindario. El padre que tuve hasta el día en que mi hermana Brandi murió en un accidente automovilístico. Mi padre iba detrás del volante. Él cambio totalmente ese día. El hombre que no llamaba y se asegurara de que yo estaba bien mientras cuidaba de mi madre enferma, a ése no lo conocía. Nada en lo absoluto.
-Soy su hija, Miley.
Los ojos del tipo se abrieron y echó su cabeza hacia atrás mientras reía. ¿Por qué era tan gracioso? Espere a que lo explicara cuando me tendió su mano. –Vamos, Miley, tengo a alguien que necesitas conocer. A él le va a encantar esto. 
Miré su mano y cogí mi bolso. – ¿También llevas un arma en tu bolso? ¿Debo advertirles a todos que no te molestes?- El acento burlón en su voz me detuvo antes de decirle algo grosero.
-Abriste la puerta sin tocar. Me asusté.
-¿Tu reacción instantánea al asustarte es apuntarle una pistola a alguien? Diablos, chica, ¿de donde eres? La mayoría de las chicas que conozco gritan y alguna mierda de ese estilo.
La mayoría de las chicas que él conocía no se vieron obligadas a defenderse por sí solas durante los últimos tres años. Yo tenía que cuidar de mi madre, pero no tenia a nadie quien cuidara de mí. –Soy de Tennessee.- contesté, ignorando su mano y saliendo de la camioneta por mi cuenta. La brisa del mar golpeo mi cara y el olor salado de la playa fue inconfundible. Nunca había visto la playa antes. Al menos no en persona. Sólo en fotos y películas. Pero el olor, era exactamente como yo lo esperaba.
-Así que es cierto lo que dicen de las chicas de Tennessee.- Respondió y volví mi atención hacia él. 
-¿A que te refieres?
Sus ojos recorrieron mi cuerpo de abajo hacia arriba hasta llegar a mi cara. Una sonrisa se extendió lentamente por su rostro. –Jeans ajustados, camisetas sin mangas, y una pistola. Rayos, he estado viviendo en el jodido Estado equivocado.- Poniendo mis ojos en blanco, metí la mano en la parte trasera de la camioneta. Tenía una maleta y algunas cajas que necesitaba dejar en Goodwill. 
-Aquí, déjame eso a mí.- Pasó a mí alrededor y metió su mano en la caja de la camioneta para tomar la enorme maleta que mi mamá había mantenido guardada en su armario para el “viaje por carretera” que nunca pudo realizar. Ella siempre hablaba de cómo conduciríamos por todo el país y luego por la Costa Oeste. Entonces, ella enfermo. 
Sacudiendo los recuerdos, me centré en el presente. –Gracias, eh… No creo que me hayas dicho tu nombre. 
El tipo sacó la maleta y se volvió hacia mí. -¿Qué? ¿Se te olvido preguntarme cuando tenias la nueve milímetros apuntándome en la cara?- Suspiré. Bueno, tal vez crucé la línea con la pistola, pero él me asusto.
-Soy Joe, el, eh, amigo de Nick.
-¿Nick?- Ahí estaba de nuevo ese nombre. ¿Quién era Nick? 
La sonrisa de Joe se hizo más grande. – ¿No sabes quien es Nick?- Parecía extremadamente maravillado. –Estoy jodidamente contento de haber venido esta noche.- Asintió con la cabeza en dirección a la casa. –Vamos. Te voy a presentar.
Caminé junto a él mientras me guiaba a la casa. La música se hizo más fuerte mientras nos acercábamos. Si mi padre no estaba aquí, ¿entonces quien? Sabia que Denise era su nueva esposa, pero eso era todo. ¿Era una fiesta de sus hijos? ¿Cuántos años tenían? Sí tenía hijos, ¿verdad? No podía recordarlo. Papá había sido vago al respecto. Sólo dijo que me gustaría mi nueva familia, pero no dijo quien exactamente era esa familia. –Así que, ¿Nick vive aquí?-le pregunté. 
-Sí, por lo menos en el verano. Se traslada a sus otras casas de acuerdo a la temporada. 
-¿Sus otras casas?
Joe rió. –No sabes nada acerca de esta familia con la que tu padre se ha casado, ¿Verdad, Miley?- Él no tenia la menor idea. Negué con la cabeza. –Una rápido lección antes de entrar a la locura.- Respondió deteniéndose en las escaleras de la puerta principal y me miró. –Nick Jonas es tu hermanastro. Es el único hijo del famoso baterista de Slacker Demon, Dean Jonas. Sus padres nunca se casaron. Su madre, Denise, era una groupie. Esta es la casa de Nick. Su madre vive aquí porque él se lo permite. –Se detuvo y miro a la puerta, mientras está se abría. –Y estos son sus amigos.
Una chica alta y delgada con pelo negro, quien llevaba un corto vestido azul y un par de zapatos de tacón, en los cuales yo me rompería el cuello si trataba de usarlos, se quedó mirándome. No pasé por alto su ceño fruncido en disgusto. No sabía mucho sobre esta gente, pero sabia que mi ropa barata no era algo que ella aprobara. Era eso o yo tenía un bicho en mi cara. –Bueno, hola, Selena.- dijo Joe en tono molesto.-
-¿Quién es ella?- preguntó la chica, desplazando su mirada a Joe.
-Una amiga, Quita esa mueca de tu cara, Selena, no te hace ver linda.- le respondió, estirando su mano para tomar la mía y guiarme a la casa detrás de él. La habitación no estaba tan llena como pensaba. Pasamos por el vestíbulo hacia una puerta grande en forma de arco que conducía a lo que supuse era la sala de estar. Era más grande que mi casa entera o mejor dicho, la que fue mi casa. Dos puertas de cristal estaban abiertas con una impresionante vista al mar. Quería verlo de cerca. 
-Por aquí.- Indicó Joe mientras se hacia camino a un… ¿bar? ¿En serio? ¿Había un bar en esta casa? Miré a las personas alrededor. Todos se detuvieron por un momento, dándome una mirada rápida. Sobresalía demasiado. 
-Nick, conoce a Miley, creo que ella te pertenece. La encontré afuera un poco perdida.- dijo Joe y giré mi mirada de los curiosos para conocer al tan mencionada Nick. Oh. Oh. Mi
-¿A sí?- respondió Nick en un acento perezoso y se inclinó hacia adelante desde su posición relajada en el sofá blanco con una cerveza en la nada. –Es linda, pero joven. No pudo decir que es mía. 
-Oh, sí que es tuya. Ya que tu papi huyo a Paris con tu mamá por las próximas semanas. Yo diría que ahora te pertenece a ti. Yo con mucho gusto le puedo ofrecer una habitación en mi casa, si quieres. Eso es, claro, si se compromete a dejar su arma mortal en su camioneta.
Nick entrecerró los ojos y me estudio con atención. Eran de un color extraño. Increíblemente inusuales. No eran de color marrón. Tampoco eran de color avellana. Eran de un color cálido y algo de dorado en ellos. Nunca había visto nada igual. ¿Podrían ser contactos? –Eso no la hace mía.- respondió finalmente y se recostó en el sofá donde había estado reclinado cuando entramos.
Joe se aclaro la garganta. –Es una broma, ¿verdad?
Nick no contesto. En su lugar, tomó un trago de la botella en sus manos. Su mirada se desplazo hacia Joe y pude ver la clara advertencia en ellos. Me iba a decir que me marchara. Eso no era bueno. Tenía exactamente veinte dólares en mi cartera y estaba casi sin gasolina. Ya había vendido cada cosa de valor que tenía. Cuando llamé a mi padre le expliqué que solo necesitaba un lugar para quedarme hasta que consiguiera un trabajo y ganar el dinero suficiente para poder rentar mi propio lugar. Él rápidamente acepto y me dio esta dirección diciéndome que le encantaría que viniera a vivir con él. Nick volvió su atención a mí. Esperaba que yo hiciera algo. ¿Qué quería que le dijera? Una sonrisa tocó sus labios y me guiñó un ojo.
-Tengo una casa llena de invitados esta noche y mi cama ya está llena.- Movió su mirada a Joe. –Creo que es mejor si la dejamos ir a buscar un hotel hasta que pueda ponerme en contacto con su papi.- El disgusto en su lengua al decir las palabras “papi” no me paso desapercibido. No le gustaba mi padre. Realmente no podía culparlo. Esto no era su culpa. Mi padre me había enviado aquí. Gasté la mayor parte de mi dinero en gasolina y comida para conducir aquí. ¿Por qué confié en ese hombre?
Estire la mano y agarre el asa de la maleta que Joe seguía sosteniendo. –Él tiene razón. Debo irme. Esto fue una mala idea.- le explique sin mirarlo. Tiré con fuerza de la maleta hasta que la soltó a regañadientes. Las lágrimas picaron en mis ojos con el pensamiento de que estaba a punto de estar sin hogar. No podía mirar a ninguno de ellos. Volviéndome, me dirigí a la puerta, manteniendo mi mirada baja. Oí a Joe discutiendo con Nick pero lo ignoré. No quería oír lo que ese hermoso hombre decía sobre mí. No le gustaba. Eso era evidente. Por lo visto, mi padre no era un miembro bienvenido en la familia.
-¿Te vas tan rápido?- preguntó una voz que me recordó a la miel. Levanté mi mirada para ver la sonrisa de placer n el rostro de la chica que había abierto la puerta. Ella tampoco me quería aquí. ¿Era tan repugnante para estas personas? Rápidamente volví mi mirada hacia el suelo y abrí la puerta. Tenia demasiado orgullo como para que esa perra me viera llorar. Una vez que estuve afuera, dejé escapar un sollozo y me dirigí a mi camioneta. Si no hubiera estado cargando mi maleta, hubiera partido carrera. Necesita la seguridad de ella. Pertenecía dentro de mi camioneta, no en esta casa ridícula con esa gente arrogante. Extrañaba mi hogar. Echaba de meno a mi mama. Otro sollozo se me escapo y cerré la puerta de la camioneta, poniendo el seguro detrás de mí. 
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Hola chicas, como estan?? comenten si les gusto, den alguna señal, alguna pista, algun sonido para saber si les gusto la nove, no vuelvo a subir hasta no ver sus opiniones sobre esta nueva nove, y asi comienzo a hacer capitulos mas largos, si quieren :/

4 comentarios:

  1. Hola soy una nueva admiradora de tus novelas me encanta síguela porfi

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  2. ME ENCANTO,SIGUELA LO MAS PRONTO POSIBLE

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  3. Muero por leer el segundo,siguela

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  4. oooooowww pobre miley
    que malo es su padre en esta novela
    siguelaaaaa ya que me encantoooo!!!!!
    besoso

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