miércoles, 19 de junio de 2013

Looking For My Destiny- Niley- Cap 06


-¿Por qué no regresas a la fiesta y encuentras a un estúpido hombre con quien afilar tus garras, Laney?- Liam se movió hacia la puerta donde la mayoría de la fiesta estaba pasando con sus manos todavía firmes en mi cadera forzándome a ir con él.
-Creo que solo debería ir a mi habitación. No debería haber salido aquí esta noche - dije, tratando de detener nuestra entrada en la fiesta. No necesitaba entrar allí con Liam. Algo me decía que era una mala idea.
-¿Por que no me muestras tu habitación? Me gustaría escapar también.
Sacudí mi cabeza. -No hay suficiente habitación para ambos.- Liam se echó a reír e inclinó su cabeza para decirme algo al oído mientras mis ojos se encerraron con la mirada café de Nick. Él me estaba observando de cerca. No lucía feliz. ¿Había sido su invitación por educación y no perfectamente planeada? ¿Yo había malinterpretado? -Necesito irme. No creo que Nick me quiera aquí.- Me giré y levanté la vista hacia Liam y salí de su abrazo.
-No tiene sentido. Estoy seguro que está totalmente muy ocupado para preocuparse por lo que estas haciendo. Además, ¿Por qué Joe me había dicho que Nick no tenía hermanas? Sel era obviamente su hermana.
-Yo, uh, bien, él de hecho no me declara como de la familia. Yo solo soy el pariente indeseado del nuevo esposo de su madre. De hecho yo solo estoy aquí por un par de semanas más hasta que pueda mudarme por mi cuenta. Soy un habitante indeseado en esa casa.- forcé una sonrisa, esperado que Liam pille la idea y me deje ir.
-No hay nada sobre ti que sea indeseado. Aunque Nick no es tan jodidamente ciego-. Dijo Liam acercándose a mi otra vez mientras yo me alejaba.
-Ven aquí, Miley.- El tono demandante de Nick  venía detrás de mí mientras una mano grande se deslizaba alrededor de mi brazo y me jalaba contra él. -No esperaba que vinieras esta noche-. La advertencia en su tono me decía que había malinterpretado su invitación. Él no lo quería decir en verdad.
-Lo siento. Pensé que dijiste que podía venir - susurré avergonzada de que Liam estaba oyendo esto. Y que otros estaban mirando. La primera vez que decidí ser valiente y salir de mi caparazón y esto pasa.
-No había esperado que te aparecieras vestida así- respondió con una mortal calma. Sus ojos estaban todavía dirigidos hacia Liam. ¿Qué está mal con mi ropa? Mi mamá se había sacrificado por mí para tener este vestido y nunca me lo había puesto. Sesenta dólares era mucho dinero para nosotras cuando ella me lo había comprado. Estaba harta de este estúpido montón de niños malcriados actuando como si yo estuviera vestida en algo repulsivo. Amaba este vestido. Amaba estos zapatos. Mis padres habían sido felices y enamorados una vez. Estos zapatos eran parte de eso. Malditos todos ellos que se vayan al infierno. Me solté de Nick y me dirigí a la cocina. Si el no me quería aquí para que sus amigos se rieran de eso entonces el debería de habérmelo dicho. En su lugar, me había hecho sentir como una idiota.
-¿Cual es tu jodido problema, hombre?- preguntó Liam con furia. No miré atrás. Esperaba que ellos se agarraran a golpes. Esperaba que Liam rompiera la odiosa nariz perfecta de Nick. Lo dudaba porque aunque Nick era uno de ellos el lucía muy poco sofisticado.
-Miley,  espera- gritó Joe y yo quería ignorarlo pero ahora mismo él era lo más cercano que tenía a un amigo aquí. Disminuí el paso cuando llegué al vestíbulo lejos de todos los espectadores y dejé que Joe me alcanzara.
-Eso no fue lo que tu crees fue- dijo Joe, viniendo detrás de mí. Quería reírme. El estaba muy cegado en lo que a su hermano respecta.
-No importa. No debería haber venido. Debería haber sabido que el no me invitaba en serio. Desearía que él solo me dijera que me quedara en mi habitación donde quería que me quedara. No entiendo los juegos de palabras- Espeté y seguí hacia la cocina y directo a la bodega.
-El tiene problemas. Le concederé eso pero el te estaba protegiendo en su extraña jodida manera-. Dijo Joe cuando mi mano encontró la fría manija de metal en la puerta de la bodega.
-Sigue creyendo lo mejor de él, Joe. Eso es lo que los buenos hermanos hacen- respondí y tiré de la puerta y la cerré detrás de mí. Después de unas profundas respiraciones para aliviar el dolor en mi pecho entré en mi habitación y me hundí en la cama.
Las fiestas no eran lo mío. Esa era la segunda en la que he estado y la primera que no había sido mucho mejor. De hecho era probablemente la peor. Había ido para sorprender a Kyle y yo había sido la sorprendida. Él había estado en la habitación de Jamie Kirkman con sus pechos desnudos en su boca. No habían estado teniendo sexo pero ellos definitivamente estaban llegando a eso. Cerré la puerta silenciosamente detrás de mí y fui por la puerta trasera. Algunas personas me vieron y sabían que había entrado. Kyle había aparecido en mi casa en una hora después de rogándome que lo perdonara y llorando mientras estaba en sus rodillas. Lo había amado desde que tenía trece años y le di mi primer beso. No podía odiarlo. Solo lo deje ir. Ese fue el final de nuestra relación. Alivie su conciencia y quedamos como amigos. Algunas veces se quebraba y me decía que me amaba y que me quería de regreso pero casi todo el tiempo el tenía una chica diferente en el asiento de atrás de su mustang cada fin de semana. Era solo un recuerdo de la infancia.
Esta noche nadie me había traicionado. Solo había sido humillada. Inclinándome me quité los zapatos de mi madre y los coloqué con cuidado en la caja, ella siempre los había guardado ahí. Luego los puse de regreso en mi maleta. No debería haberlos usado esta noche. La próxima vez que use sus zapatos sería especial. Sería para alguien especial. Lo mismo iba para este vestido. Cuando me lo vuelva a poner sería para usarlo para alguien que me amara y pensara que yo era hermosa. La etiqueta del precio en mi vestido no importaba. Me estiré para bajar la cremallera cuando la puerta se abrió y la entrada estaba llena Nick. Un muy furioso Nick Él no dijo nada y dejé que mis manos cayeran a mis costados. No me quitaría mi vestido todavía. Dio un paso adentro y cerró la puerta detrás de el. El era muy grande para esta pequeña habitación. Tuve que retroceder y me senté en la cama así él pudo entrar sin tocarnos entre sí.
-¿Cómo es que conoces a Liam?- gruñó.
Confundida, levanté la vista hacia el y me pregunté porque no le gustaba que conociera a Liam. ¿No eran amigos? ¿Era eso? El no me quería alrededor de sus amigos -Su padre es dueño del club de campo. El juega golf. Yo sirvo las bebidas.
-¿Por qué usaste eso?- preguntó con voz fría y dura.
Esa fue la gota que derramó el vaso. Me paré otra vez luego me puse de puntillas así que estaba a la altura de su cara. -Por que mi madre me lo compró para usarlo. Fui plantada y nunca tuve la oportunidad. Esta noche me invitaste y yo quería encajar. Así que usé lo mejor que tenía. Lo siento si no fue lo suficientemente lindo. ¿Sabes qué? Me importa una mierda. Tú y tus arrogantes y malcriados amigos todo lo que necesitan es superarse ustedes mismos.
Empujé su pecho con mi dedo y lo miré retándolo a decir una palabra más sobre mi vestido. Nick abrió su boca y luego sus ojos se apretaron y sacudió su cabeza. -¡Joder! —gruñó. Entonces abrió de golpe sus ojos y sus manos estaban repentinamente en mi cabello y su boca en la mía. No sabía como reaccionar. Sus labios eran tan suaves pero demandantes mientras lamía y mordisqueaba mi labio inferior. Luego tiró de mi labio superior en su boca y la chupó gentilmente.
-He estado deseando probar este dulce labio carnoso desde que entraste en mi sala de estar-murmuró antes de deslizar su lengua en mi boca mientras yo suspiraba con sus palabras. El sabía como a menta y a algo delicioso. Mis rodillas se debilitaron y me estiré y agarré sus hombros para mantenerme firme. Luego su lengua acarició la mía como si me pidiera que me uniera a él. Pasé mi lengua por su boca y entonces mordisquee gentilmente su labio inferior. Un pequeño gruñido salió de su garganta y la siguiente cosa que supe estaba recostada en la pequeña cama detrás de mí.
El cuerpo de Nick cayó sobre el mío y la dureza que sabía era su erección presionó entre mis rodillas. Mis ojos se giraron hacia atrás de mi cabeza y oí un indefenso gemido que salía de mis labios.
-Dulce, muy dulce- susurró Nick contra mis labios antes de retirar su boca y saltó alejándose de mí. Sus ojos se enfocaron en mi vestido. Me di cuenta que ahora estaba por mi cintura y mis bragas estaban mostrándose -Madre de la jodida mier...- maldijo entonces golpeó una mano contra la pared antes de abrir la puerta y salir como si lo estuvieran persiguiendo. La pared se sacudió con la fuerza que puso al cerrarla. No me moví. No podía. Mi corazón estaba latiendo rápidamente y había un familiar dolor entre mis piernas. Me había encendido antes cuando veía sexo en la televisión pero nunca tan intensamente. Estaba tan cerca. El no quería que eso le gustara pero lo hacía. Sentí eso pero entonces yo también lo había visto teniendo sexo con alguna chica. Además. Sabía que ayer en la noche él había tenido sexo con otra chica y luego le envió a empacar. Conseguir que Nick se pusiera duro no era un gran reto. De hecho no había conseguido nada. El solo estaba enojado porque había sido yo quien lo había encendido.
Dolía. Saber que el me despreciaba tanto que no quería pensar que yo era atractiva. El latido entre mis piernas lentamente desapareció cuando la realidad se instaló. Nick no quería tocarme. El había estado furioso porque lo hacía. Aun encendido el había sido capaz de alejarse de mí. Tenía la sensación que yo estaba en una minoría. La mayoría de las chicas que lo querían lo conseguía. El no pudo permitirse ensuciarse conmigo. Yo era la pobre basura blanca con quien el estaba atascado hasta que yo consiguiera el dinero suficiente para mudarme. Rodé en la cama y me acurruqué en una bola. Tal vez yo no estaría usando este vestido otra vez. Ahora me traía más recuerdos tristes. Era hora de empacarlo para siempre. Esta noche, aunque, dormiría en él. Esta sería mi despedida en un sueño. En uno donde yo era lo suficiente para que un chico me deseara.

La casa una vez más estaba destrozada cuando desperté la mañana siguiente. Esta vez dejé el desorden y me apresuré para ir a trabajar. No quería llegar tarde. Necesitaba este trabajo ahora más que nunca. Mi padre aún no había llamado para ver cómo estaba y yo estaba bastante segura que Nick no había hablado con su madre o mi padre porque él no los había mencionado. No quería preguntarle porque no quería que su ira hacia su padre fuera dirigida hacia mí.  Ya había una buena probabilidad de que Nick me dijera que me fuera cuando regresara hoy a casa. No parecía muy contento conmigo cuando salí anoche de mi habitación. Y yo le devolví el beso y lamí su labio. Oh dios, ¿en que había estado pensando? Yo no había estado pensando. Ese era el problema. Nick olía demasiado bien y también sabía muy bien. No había sido capaz de controlarme. Ahora, hay una buena probabilidad de que encuentre mi equipaje en el porche cuando llegue a casa. Por lo menos, tenía dinero para quedarme en un motel. 
Vestida con mis pantalones cortos y mi polo subí las escaleras de la oficina hacia la puerta principal. Necesitaba fichar y conseguir las llaves para el carrito de bebidas. Darla ya estaba dentro. Estaba empezando a pensar que ella vivía allí. Estaba aquí cuando me iba y cuando llegaba todos los días. Sin embargo, su pequeña y torbellina personalidad asustaba. Apenas quieres saludarla y ella ya está ladrándote órdenes. Ella tenía el ceño fruncido hacia la chica que había visto antes. Estaba apuntándola con su dedo y casi gritando.
-No puedes juntarte con los miembros del club. Esa es la primera regla. Tú firmaste los papeles Demetria; sabes las reglas. El señor Liam llegó aquí esta mañana haciéndome saber que su padre no estaba contento con este giro de los acontecimientos. Solo tengo tres chicas en los carritos. Si no puedo confiar en que dejes de acostarte con los miembros entonces tendré que dejarte ir. Esta es la última advertencia. ¿Me entiendes?
La chica asintió. -Sí, tía Darla. Lo siento- murmuró. Su largo cabello claro estaba recogido en una cola de caballo y su polo azul bebé mostraba unos pechos muy grandes. Luego estaban sus largas piernas bronceadas y su trasero redondo. Y ella era sobrina de Darla. Interesante.
La mirada enfadada de Darla se desplazó hacia mí y dejó escapar un suspiro de alivio. -Oh que bien que estés aquí Miley. Quizás tú puedas hacer algo con esta sobrina mía. Ella está en periodo de prueba porque al parecer no puede parar de enredarse con los miembros del club mientras está trabajando. No estamos en un burdel. Somos un club de campo. Voy hacer que tú manejes con ella la próxima semana para que así la vigiles de cerca. Ella va a prender de ti. El señor Liam, canta alabanzas sobre ti. Él está muy contento con el trabajo que estás haciendo y me pidió que te permita trabajar en la comedor, por lo menos dos días a la semana. Ahora estoy en busca de otra chica para el carrito, por lo que no puedo darme el lujo de despedir a Demetria.- Ella dijo el nombre de su sobrina con un gruñido y la miró a su vez. La chica bajó la cabeza avergonzada. Sentí pena por ella. Yo estaba aterrada de alterar a Darla. No podía imaginarme ser gritada así.
-Sí, señora - Le contesté mientras ella sostenía las llaves del carrito hacia mí. Las tomé y esperé a que Demetria se acercara a mí.
-Ve con ella ahora, niña. No te quedes aquí haciendo pucheros. Debería llamar a tu papá y decirle lo que estás haciendo, pero no tengo el valor de romper el corazón de mi hermano. Así que ve allí y conseguí algunos buenos modales- Darla señaló la puerta y no esperé más tiempo. Corrí hacia la puerta y bajé las escaleras. Me gustaría ir a buscar el carrito de bebidas para alistarlo y esperar allí a Demetria. 
-Oye, espera- Llamó la chica detrás de mí. Me detuve y le devolví la mirada mientras ella corría para alcanzarme -Lo siento, fue brutal allí. Me gustaría que no hubieras visto ni escuchado eso.
Ella era…agradable. -Está bien- Le contesté.
-Por cierto me voy más por Demi. No Demetria. Así es como me llama mi papá por lo que mi tía Dara también me llama así. Y tú eres la infame Miley Cyrus de quien he oído mucho hablar- La sonrisa en su voz me dijo que no estaba siendo mala.
-Siento que tu tía te haya forzado a estar conmigo- Alejo mis ojos de ella y sus brillantes labios gruesos y rojizos se curvearon en una sonrisa. 
-Oh, yo no estaba hablando de mi tía. Estaba hablando de los chicos. A Liam, en especial, le gustas mucho. He oído que anoche causaste un pequeño revuelo en la fiesta de cumpleaños de la perra de Selena. Me hubiera gustado haber visto eso, pero el personal contratado no es invitado para esas cosas.
Cargué el carro mientras Demi se quedaba allí mirándome. Ella estaba haciendo girar un mechón rubio de su largo cabello alrededor de su dedo y me sonreía. -Tú estabas allí. Cuéntame todo lo que pasó.
No había mucho que contar. Me encogí de hombros y me acerqué para subir en el lado del conductor una vez que el carro estaba cargado. -Fui a la fiesta porque estoy durmiendo bajo las escaleras de Nick hasta que tenga el suficiente dinero para mudarme lo cual puede ser muy pronto. Fue un error. Él no quería que yo apareciera. Eso es todo.
Demi se dejó caer en el asiento a mi lado y cruzó sus piernas. -Eso no es para nada lo que he oído. Jace dijo que Nick vio a Liam tocándote y que enloqueció.
-Jace lo malentendió. Créeme. A Nick no le importa quién me toca.
Demi suspiró. -Es una mierda ser alguien pobre ¿no? Los chicos calientes nunca nos miran seriamente. Solo somos otra follada.- ¿Realmente esa era la forma en que fue para ella? ¿Ella solo se entregaba y luego la abandonaban? Ella era demasiado bonita para eso. Los chicos de nuestra condición babearían por ella. Puede que ellos no tengan millones en el banco, pero eran buenos chicos de buenas familias.
-¿No hay algún chico atractivo que no sea inmensamente rico por allí? La gente que viene aquí no puede ser todo lo que hay para elegir. Seguro que puedes encontrar a un tipo que no te abandone a la mañana siguiente.
Demi frunció el ceño y se encogió de hombros. -No lo sé. Siempre he querido capturar a un millonario ¿sabes? vivir la buena vida. Pero estoy empezando a ver que eso no está escrito en las cartas para mí.
Me dirigí hacia el primer hoyo. -Demi, eres hermosa. Te mereces más de lo que estás recibiendo. Empieza a buscar a un hombre en otro lugar. Encuentra uno que no te quiera solo para sexo. Encuentra a uno que te quiera. Solo a ti.
-Bueno infierno, puede que me enamore de ti también- respondió en broma y se rió. Apoyó sus pies en el salpicadero mientras me detenía donde estaban los primeros jugadores de golf de la mañana. Por ningún lugar vi a ningún chico joven. Por lo general no eran madrugadores. Durante un rato no tendría que preocuparme de cuidar a Demi para que no tuviera sexo en los arbustos o donde sea que ella lo hiciera durante el trabajo.  Cuatro horas más tarde, cuando llegamos al tercer agujero por tercera vez reconocí a Liam y compañía. Demi se enderezó en el asiento y la expresión emocionada de su cara me puso en alerta máxima. Ella era como un pequeño cachorro esperando a que alguien le tire un hueso. Si no me gustara tanto ni siquiera me molestaría en ayudarla para que se quedara en este trabajo. Ser su niñera no estaba en la descripción de mi trabajo.
Liam, frunció el ceño cuando nos detuvimos junto a ellos. -¿Por qué estás conduciendo junto con Demi?- preguntó en el momento en que paramos completamente.
-Porque ella está ayudándome a evitar que folle a tus amigos y que te irrite. ¿Por qué no vas y le dices a tía Darla?- Hizo un puchero, cruzando sus brazos sobre su generoso pecho. No tenía ninguna duda que todos los chicos a nuestro alrededor se concentraron en sus grandes pechos.
-Yo no le pedí que hiciera eso. Le pedí que promoviera a Miley no que la juntara contigo- Le espetó y sacó su teléfono de su bolsillo. ¿Qué estaba haciendo?
-¿A quién llamas?- preguntó Demi en un tono de pánico mientras se sentaba con la espalda recta.
-Darla- gruñó.
-No espera- dijimos Demi y yo al mismo tiempo.
-No la llames. Estoy bien. Me gusta Demi. Es una buena compañía- Le aseguré. Me estudió un momento pero no colgó el teléfono.
-Darla, soy Liam. He cambiado de opinión. Quiero a Miley los cuatro días de la semana adentro. Puedes usarla para que esté en los campos los viernes y sábados, ya que esos días está más lleno y ella es lo mejor que tienes pero el resto del tiempo la quiero dentro- No esperó por una respuesta antes de finalizar la llamada y dejó caer de nuevo el teléfono en el bolsillo de sus almidonados pantalones cortos a cuadros. En cualquier otra persona usar eso se vería de los más ridículo pero un tipo como Liam podía lucirlo. El polo blanco que llevaba también estaba impecablemente planchado. No me sorprendería si fuera nuevo.
-La tía Darla se va a volver histérica. Ella tenía a Miley como mi niñera por las próximas semanas. ¿Quién me va a mantener bajo control ahora?- preguntó ella echándole una mirada sensual a Jace.
-Por favor, hombre, si te gusto siquiera un poco, gira tu cabeza y déjame llevarla a la casa del club solo unos minutos. Por favor- Rogó Jace mientras disfrutaba la vista que daba Demi estando sentada con sus piernas arriba del tablero, ligeramente abiertas para que su entrepierna estuviera a la vista. Los pantalones cortos que llevábamos eran demasiados cortos y apretados que dejaban mucho a la imaginación en una posición como esa.
-Me importa un demonio lo que hagas. Fóllala si quieres. Pero si papá se entera que una vez más lo hizo tendré que despedirla. Él está muy enojado por las denuncias.- Sabía que Jace no la defendería si ella fuera despedida. La dejaría irse y seguiría adelante. No había amor en su mirada solo lujuria.
-Demi, no- Le rogué en silencio estando a su lado - En mi noche libre, tú y yo saldremos y encontraremos algún lugar donde haya chicos que sean dignos de tu tiempo. Solo no pierdas tu trabajo por él- Estaba hablándole en una voz muy baja que solo Demi podía oírme. Los otros sabían que estaba diciéndole algo pero no sabían qué.
Demi volvió su mirada hacia mí y juntó sus piernas. -¿En serio? ¿Saldrías conmigo a buscar chicos? ¿En mi territorio?
Asentí y una sonrisa apareció en su rostro. -Es un trato. Iremos al honky-tonking. Espero que tengas tus propias botas.
-Soy de Tennessee, tengo mis propias botas, jeans ajustados y una pistola- Le respondí con un guiño.
Ella se rió a carcajadas y puso sus pies en el suelo. -Bueno muchachos ¿Qué quieren tomar? Tenemos que ir a otro agujero- dijo ella saliendo del carro y retrocediendo. Yo la seguí y repartimos bebidas y tomamos el dinero. 
Jace trató de agarrarle el trasero unas cuantas veces y susurrarle en su oído. Al final ella se dio la vuelta y le sonrió. -Se acabó el ser tu compañera de sexo. Voy a salir con mi chica este semana para encontrarnos algunos hombres de verdad. El tipo que no tiene un fondo fiduciario, pero tienen callos en las manos por el buen trabajo. Tengo la sensación de que saben cómo hacer que una chica se sienta muy especial.- Tuve que ocultar la risa que brotaba dentro de mi pecho al ver la expresión sorprendida de Jace. Encendí el carro mientras Demi de un salto se sentaba al lado mío.
-Demonios, eso se sintió bien. ¿Dónde has estado toda mi vida?- preguntó ella mientras aplaudía y yo manejando sonreía y me despedía de Liam para dirigirnos hacia el siguiente hoyo.  Seguimos vendiendo durante el resto del camino y después paramos para reabastecernos. No más problemas. Sabía que veríamos a Liam y a sus amigos de nuevo pero tenía fe en que Demi seria firme. Demi había hablado alegremente de todo, desde el color de su cabello hasta el último susto de embarazo que habían tenido en la ciudad con un trabajador y un miembro del club.
No estaba prestando atención a los miembros del primer hoyo. Estaba manejando y tratando de concentrarme en las charlas sin fin de Demi. El murmuro de “mierda” de Demi llamó mi atención.
La miro y luego sigo su mirada hacia la pareja del primer hoyo. Nick era instantáneamente reconocible. Los pantalones cortos que usaba y el ajustado polo camisa azul pálido lucían tan fuera de lugar en él. Era hijo de un rockero y eso corría a través de sus venas incluso si él usara esa ropa de jugador de golf mimado. Giró su cabeza y sus ojos se encontraron con los míos. Él no sonrió. Solo miró hacia otro lado como si no me hubiera reconocido. No hubo reconocimiento. Nada.
-Alerta de perra- susurró Demi. Cambié mi mirada que tenía en él hacia la chica que estaba con él. Selena, o Sel como se referían a ella. Su hermana. El único tema que a él no le gustaba hablar. Ella llevaba una diminuta falda blanca que parecía que estaba lista para jugar tenis. Llevaba un polo azul a juego y una visera blanca sobre sus rizos rubios.
-¿No eres fans de Selena?- Le pregunté sabiendo ya la respuesta por su comentario.
Demi soltó una breve carcajada. -Uh, no. Y tú tampoco. Eres el enemigo número uno de ella.
¿Qué se supone que significa eso? No podía preguntarle porque habíamos parado a solo dos metros del tee y del combo de hermanos. Traté de no hacer de nuevo contacto visual con Nick. Al parecer él no quería tener una pequeña charla.
-Me estás bromeando. ¿Liam la contrató?- siseó Sel.
-No- respondió Nick en un tono de advertencia. No estaba segura si él la protegía a ella o a mí o solo estaba tratando de parar una escena. De cualquier manera me molestó.
-¿Van a querer algo de beber?- pregunté con la misma sonrisa que le doy a los demás miembros cuando hago una pregunta.
-Por lo menos ella sabe su lugar- dijo Sel con un tono sarcástico divertido.
-Voy a tomar una Corona. De limón, por favor- dijo Nick.
Me arriesgué a mirar en su dirección y sus ojos encontraron los míos solo por un breve momento antes de que él se girara hacia Sel. -Pide una bebida. Está haciendo calor- Le dijo a ella.
Ella me sonrió y puso una mano bien cuidada sobre su cadera. -Agua con gas. Límpialo bien porque no me gusta la forma en que sale todo mojado por el agua.
Demi metió su mano en la nevera y sacó el agua. Supongo que ella tenía miedo de que se lo lanzara a la cabeza de Sel. -No te he visto por aquí últimamente, Sel.- dijo Demi mientras limpiaba la botella con una toalla que se nos suministró para ese motivo.
-Probablemente porque tú estás muy ocupada en los arbustos abriéndole tus piernas a Dios sabe quién en vez de trabajar- Le respondió Sel.  Apreté los dientes y saqué de uno solo la Corona de Nick. Quería tirar la bebida en la cara presumida de Selena.
-Ya es suficiente, Sel.- La regaño Nick suavemente. ¿Acaso era ella una maldita niña? Él la trataba como si ella tuviera cinco años. Ella era una adulta para que la gritara fuerte. Le entregué a Nick la Corona cuidando de no mirar a Sel. Tenía miedo de que tuviera un momento de debilidad. En cambio, mis ojos se encontraron con los de él mientras le entregaba la botella. 
-Gracias- dijo y deslizó un billete en mi bolsillo. No tuve tiempo de reaccionar antes de que él se alejara tomando a Sel por el codo - Ven y muéstrame como aún no puedes patear mi trasero aquí-. Dijo él en tono de broma.
Selena impulsó su brazo de él sobre sus hombros. -Estás acabado- El cariño sincero en su voz mientras hablaba con él me sorprendió. No podía imaginar a alguien tan mala como parece ella siendo amable con otros.
-Vamos- siseó Demi, agarrando mi brazo. Me di cuenta que había estado allí parada observándolos. Asentí y comencé a girar cuando Nick miró hacia atrás por encima de su hombro directo a mí. Una pequeña sonrisa apareció en sus labios y luego estaba mirando de nuevo a Sel diciéndole que club utilizar. Nuestro momento había terminado. Ni siquiera fue un momento.
Una vez que estábamos fuera del alcance de ser escuchadas miré a Demi. -¿Por qué dijiste eso de que yo era el enemigo número uno?
Demi se retorció en su asiento. -Honestamente, no lo sé con exactitud. Pero Sel es posesiva con Nick. Todos saben eso… - Se calló y no pudo hacer contacto visual conmigo. Ella sabía algo, pero ¿Qué sabia? ¿De qué me estoy perdiendo? 

3 comentarios:

  1. OH MY GOD!!!!!!!!!!!!!!!!!! Me encanto, eres una genia. amo todas las novelas. por favor sube el otro pronto!!!

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  2. Genial como siempre cada vez mejor síguela pronto

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  3. woowww me encanto
    ya quiero saber que pasara
    en el proximo capis
    siguela que me amo
    la nove y a NILEY
    besitos

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