jueves, 20 de junio de 2013

Looking For My Destiny- Niley- Cap 08


Darla no había estado feliz con mi traslado al comedor. Ella me quería en el campo. También quería que supervise a Demi. De acuerdo con Demi ella ya no estaba viendo a Jace. Ella se había reunido por café porque él la había llamado veinte veces esa tarde. Ella le dijo que si iba a ser su pequeño secreto sucio, todo había terminado. Él había rogado y suplicado, pero se negó a darla a conocer a su círculo de amigos, así que ella lo dejó. Yo estaba tan orgullosa. Al día siguiente era mi día libre y Demi ya había venido a buscarme para asegurarse de que estábamos todavía en el honky-tonk. Por supuesto que lo estábamos. Yo necesitaba un hombre, cualquier hombre para quitar mis pensamientos de Nick.  Yo seguía a Cheyne a todas partes durante todo el día. Él me entrenaba. Era atractivo, alto, carismático y muy gay. Los miembros del club no sabían esto sin embargo. Él coqueteaba con las mujeres sin pudor. Ellas se lo tragaban. Él miraría hacia atrás y me guiñaría un ojo cuando alguna le susurrara cosas atrevidas en su oído. El tipo era un conquistador y uno bueno en eso.
Una vez que su turno hubo terminado nos dirigimos de nuevo a la sala de descanso del personal y colgamos los largos delantales negros que tuvimos que llevar sobre nuestro uniforme. —Vas a ser brillante, Miley. Los hombres te aman y las mujeres están impresionadas por ti. Sin ofender cariño, pero las chicas con el pelo rubio como el tuyo normalmente no pueden caminar en línea recta sin reírse. 
Le sonreí. — ¿Es así? Me ofende a ese comentario.
Cheyne rodó los ojos y extendió la mano para acariciarme la cabeza. —No, no lo haces. Sabes que eres una ruda bomba rubia.
— ¿Ya haciendo un movimiento en la nueva camarera, Cheyne? —La voz familiar de Liam preguntó. Cheyne  le dio una sonrisa arrogante.
—Usted me conoce bien como para decir eso. Tengo un gusto específico—, él bajó su voz a un susurro sexy mientras arrastraba sus ojos por el cuerpo de Liam. 
Miré a Liam, quien fruncía el ceño desagradablemente y yo no podía dejar de reír. Cheyne se unió a mí. —Me encanta hacer sufrir a los chicos hetero—, susurró en mi oído, luego me palmeó el trasero y salió por la puerta.  Liam, rodó los ojos y se acercó aún más dentro de la sala una vez que Cheyne se hubo ido. Al parecer, era consciente de la preferencia sexual de Cheyne.
— ¿Disfrutaste tu día?, —preguntó cortésmente.
Había disfrutado de mi día. Inmensamente. Era un trabajo mucho más fácil que sudar en el calor lidiando todo el día con ancianos de mirada lasciva. —Sí. Estuvo genial. Gracias por hacer posible para mí trabajar aquí. 
Liam, asintió. —De nada. Ahora, ¿qué hay de celebrar tu promoción con la mejor comida mexicana en la costa? —  Él me estaba invitando a salir de nuevo. Debería ir. Sería una distracción. Él no era exactamente el tipo de clase de trabajo que estaba buscando, ¿pero quién dijo que iba a casarme con él y tener a sus bebés? Una imagen de Nick destelló en mi mente y la expresión atormentada que había tenido anoche. No me atrevía a salir con alguien que él conocía. Si él realmente quiso decir lo que dijo entonces, yo tenía que mantener su mundo a un brazo de distancia. Yo no pertenecía a ese mundo.
— ¿Puedo pasar? No dormí bien anoche y estoy agotada. — La cara de Liam cayó algo, pero sabía que no iba a tener problemas en encontrar a alguien que tome mi lugar.
—Hay una fiesta esta noche en lo de Nick, pero supongo que lo sabías—, dijo  Liam, me miraba de cerca por mi reacción. Yo no sabía nada de la fiesta, pero pensándolo bien Nick nunca me advirtió acerca de ellas. 
—Puedo dormir con el ruido. Me he acostumbrado a ellas—. Eso fue una mentira. No me dormiría hasta que la última persona pisoteara la escalera. 
— ¿Y si voy? ¿Podrías pasar un rato conmigo antes de que te acuestes? — Liam era determinado. Yo le daba eso. Empecé a decirle que no cuando me di cuenta de que Nick se estaría revolcando esta noche con alguna chica. Él la llevaría a su cama y le haría sentir cosas que él nunca me permitiría sentir. Me hacía falta una distracción. Probablemente él ya la tendría en su regazo para el momento en que llegue a casa.
—Tú y Nick no parecen muy unidos. ¿Tal vez podríamos pasar el rato un poco fuera en la playa? No sé si es una buena idea que tú estés en la casa donde él pueda verte. 
Liam, asintió. —Está bien. Estoy bien con eso. Pero tengo una pregunta, Miley, —dijo mirándome con atención. Yo esperé—. ¿Por qué es eso? Hasta la otra noche en su casa, Nick y yo hemos sido amigos. Hemos crecido juntos. Los mismos círculos. Nunca he tenido una pizca de problemas. ¿Qué lo enoja? ¿Hay algo entre ustedes dos? — ¿Cómo respondía a eso? ¿No porque él no lo permitiría y es más seguro para mi corazón si lo mantenemos sólo como amigos?
—Somos amigos. Él es protector. — Liam, asintió lentamente, pero me di cuenta de que no me creyó.
—No me importa la competencia. Me gustaría saber a lo que me enfrento.
No estaba en contra de nada, porque todo lo que él y yo siempre seríamos era amigos. Yo no estaba buscando a un hombre en su grupo. —No lo soy y nunca seré parte de tu gente. No pretendo citarme seriamente con nadie que sea parte de tu círculo de élite. — No esperé que él discuta. En su lugar, caminé alrededor de él y salí por la puerta. Tenía que llegar a casa antes de que la fiesta se pusiera demasiado salvaje. No quería ver a Nick envuelto con alguna chica.

No era una fiesta descontrolada. Era sólo una veintena de personas. Pasé junto a varios de ellos en mi camino a la despensa. Un par de ellos estaban en la cocina preparando bebidas y yo les sonreí antes de entrar en la despensa y luego a mi trastienda. Si sus amigos no sabían que dormía debajo de las escaleras, lo sabían ahora. Cambié mi uniforme y saqué un vestido azul hielo para ponerme. Mis pies dolían de estar sobre ellos todo el día, así que iba descalza. Metí mi maleta de nuevo bajo las escaleras y entré en la despensa para estar cara a cara con Nick. Estaba apoyado contra la puerta que daba a la cocina con los brazos cruzados sobre el pecho y el ceño fruncido en su rostro.
— ¿Nick? ¿Pasa algo malo?, —Le pregunté cuando él no dijo nada.
—Liam está aquí, —respondió.
—Que yo sepa él era amigo tuyo.
Nick sacudió la cabeza y sus ojos rápidamente escanearon mi cuerpo. —No. No está aquí por mí. Él vino por alguien más. 
Crucé los brazos por debajo de mis pechos y tomé la misma postura defensiva. —Tal vez sí. ¿Tienes un problema con que tus amigos estén interesados en mí? 
—Él no es lo suficientemente bueno. Es un triste imbécil comemierda. No debería llegar a tocarte—, dijo Nick en un duro tono enojado.  Tal vez él fuera esas cosas. Yo lo dudaba, pero tal vez lo era. No importaba. Yo no iba a dejar que Liam  me toque. Su cercanía no hacía a mi estómago dar volteretas y el dolor entre mis piernas comienza.
—No estoy interesada en Liam de esa manera. Él es mi jefe y, posiblemente, un amigo. Eso es todo. — Nick pasó la mano por su cabeza y el anillo plano de plata sobre el pulgar me llamó la atención. No lo había visto usarlo antes. ¿Quién se lo había dado?
—No puedo dormir mientras la gente está subiendo y bajando las escaleras. Me mantiene despierta. En lugar de sentarme en mi habitación sola preguntándome con quién estás arriba follando esta noche, pensé en hablar con Liam en la playa. Tener una conversación con alguien. Necesito amigos.
Nick se sobresaltó como si lo hubiera golpeado. —No te quiero afuera con Liam hablando.
Esto era ridículo. —Bueno, tal vez yo no quiero que folles a una chica pero lo harás.
Nick se apartó de la puerta y se acercó a mí acompañándome a mi pequeña habitación hasta que los dos estuvimos dentro. Una pulgada más y me caería atrás en mi cama. —No quiero follar a nadie esta noche, —hizo una pausa y luego sonrió—, eso no es exactamente cierto. Permíteme aclarar, yo no quiero joder a nadie fuera de esta habitación. Quédate aquí y habla conmigo. Hablaré. Dije que podíamos ser amigos. No necesitas a Liam como amigo.
Puse mis manos sobre su pecho para empujarlo hacia atrás, pero no pude hacerlo una vez tuve mis manos sobre él. —Nunca me hablas. Hago la pregunta equivocada y tú vas sin decir palabra. 
Nick negó con la cabeza. —Ahora no. Somos amigos. Voy a hablar y no me iré. Sólo por favor, quédate aquí conmigo. 
Miré alrededor al rectángulo pequeño que apenas tenía espacio para mi cama. —No hay mucho espacio aquí, —le dije, mirando hacia él y obligando a mis manos a permanecer planas en su pecho y no cerrarlas en su camisa de calce ajustado y tirarlo más cerca.
—Podemos sentarnos en la cama. No vamos a tocarnos. Sólo hablar. Como amigos—, me aseguró.
Dejé escapar un suspiro y asentí. No iba a ser capaz de rechazarlo. Además, había tantas cosas que quería saber de él. 
Me hundí en la cabecera de la cama y me eché hacia atrás. Crucé las piernas debajo de mí. —Entonces vamos a hablar. —Dije con una sonrisa.
Nick se sentó sobre la cama y se apoyó contra la pared. Una risa profunda salía de su pecho y miré como una verdadera sonrisa estalló en su cara. —No puedo creer que supliqué a una mujer para que se siente y hable conmigo.
—Con toda honestidad, yo tampoco. ¿De qué vamos a hablar?, —Le pregunté, deseando que empiece esto. No quería que se sintiera como si esto fuera la Inquisición española. Tenía tantas preguntas girando alrededor de mi cabeza que sabía podía abrumarlo con mi curiosidad. 
— ¿Y cómo diablos sigues siendo virgen a los veinte años?, —Dijo, volviendo sus piscinas de plata hacia mí. 
Nunca le había dicho que era virgen. Él me había llamado inocente la otra noche. ¿Era tan obvio? — ¿Quién dijo que yo soy virgen?, —Le pregunté en el tono más molesto que pude reunir.
Nick sonrió, —Conozco una virgen cuando beso una. — Yo ni siquiera quería discutir sobre esto. Sólo haría que el hecho de que yo era virgen aún más evidente.
—Yo estaba enamorada. Su nombre es Kyle. Él fue mi primer novio, mi primer beso, mi primera sesión de besuqueo, sin embargo solucionado pudo haber sido. Me dijo que me amaba y afirmó que era la única para él. Entonces mi mamá se enfermó. Ya no tenía tiempo para ir a citas y pasar tiempo con Kyle en los fines de semana. Él necesitaba salir. Necesitaba libertad para obtener ese tipo de relación de otra persona. Por lo tanto, lo dejé ir. Después de Liam no tuve tiempo para salir con nadie más. 
Nick frunció el ceño. — ¿Él no se quedó contigo cuando tu mamá estaba enferma? — No me gustaba esta conversación. Si alguien señala lo que yo ya sabía, sería difícil no tener sentimientos de ira para con Kyle. Le había perdonado hace mucho tiempo. Yo lo acepté. No necesitaba amargura hacia él para deslizarse en este momento. ¿De qué serviría?
—Éramos jóvenes. Él no me amaba. Él sólo pensó que lo hacía. Tan simple como eso. 
Nick suspiró, —Todavía eres joven.
Yo no estaba segura de que me gustara el tono en su voz cuando dijo eso. —Tengo veinte, Nick. He cuidado de mi madre durante tres años y la enterré sin la ayuda de mi padre. Confía en mí, me siento de cuarenta la mayor parte del tiempo.
Nick extendió su mano sobre la cama y cubrió la mía con la suya. —No deberías haber tenido que hacerlo sola.
No, yo no debería pero yo no tuve ninguna otra opción. Yo amaba a mi mamá. Ella se merecía mucho más de lo que tuvo. La única cosa que aliviaba el dolor era recordarme que mamá y Brandi estaban juntas ahora. Ellas se tenían la una a la otra. Ya no quería hablar de mi historia. Quería saber algo acerca de Nick. — ¿Tienes un trabajo?, —Le pregunté. 
Nick se rió entre dientes y me apretó la mano, pero no la soltó. — ¿Crees que todo el mundo debe tener un trabajo una vez que acaba la universidad?— Me encogí de hombros. Yo siempre había pensado que la gente trabajaba en algo. Tenía que tener algún propósito. Incluso si no necesita el dinero.
— Cuando me gradué de la universidad, tenía suficiente dinero en el banco para vivir el resto de mi vida sin un trabajo, gracias a mi papá—. Él miró hacia mí con esos sexys ojos caídos por sus abundantes pestañas negras. — Después de unas semanas de no hacer nada, pero de fiesta me di cuenta que tenía una vida. Así que empecé a jugar con la bolsa de valores. Resulta que soy jodidamente bueno en eso. Los números siempre fueron lo mío. También dono apoyo financiero para Hábitat para la Humanidad. Un par de meses fuera del año soy más práctico y voy a trabajar en el sitio. En el verano me despego de todo lo que puedo, vengo aquí y me relajo—.
Yo no esperaba eso.
— La sorpresa en tu cara es un poco insultante—, dijo Nick con un acento burlón en su voz.
— Simplemente no me esperaba esa respuesta—, le contesté con sinceridad. Nick se encogió de hombros y movió su mano de nuevo a su lado de la cama. Quería llegar a más y agarrarlo y aferrarme a él, pero no lo hice. Él se hizo tocarme.
— ¿Cuántos años tienes?—, pregunté
Nick sonrió, — Demasiado viejo para estar en esta habitación contigo y demasiado malditamente viejo para los pensamientos que tengo de ti—.
Él estaba en sus veinte años. Tenía que estarlo. El no se ve mayor que eso. — Te recuerdo que tengo veinte. Voy a tener veintiuno en seis meses. No soy un bebé—.
— No dulce Miley, definitivamente no eres un bebé. Tengo veinticuatro y obsoletos años. Mi vida no ha sido normal y por eso tengo algo de seria y jodida mierda. Ya te he dicho que hay cosas que tú no sabes. Dejarme tocarte sería un error—. Era sólo cuatro años mayor que yo. Eso no era tan malo. Le dio dinero a Hábitat para la Humanidad e incluso hizo trabajo en el sitio ¿Qué tan malo puede ser? Él tenía un corazón. Él me había dejado vivir aquí cuando lo que más había querido era enviarme en un paquete.
— Creo que te subestimas. Lo que veo en ti es especial.
Nick apretó sus labios con fuerza y sacudió su cabeza. — No ves el verdadero yo. No sabes todo lo que he hecho—.
— Tal vez—, le contesté, inclinándome hacia adelante. — Pero lo poco que he visto no es del todo malo. Estoy empezando a pensar que podría ser una capa más de ti—. Nick alzó sus ojos para encontrarse con los míos. Quería acurrucarme en su regazo y sólo mirar a esos ojos durante horas. Abrió la boca para decir algo, luego la cerró... pero no antes de que viera la plata en su boca.
Saqué mis rodillas debajo de mí y me acerqué más a él. — ¿Qué tienes en tu boca?—, pregunté, estudiando sus labios y esperando que se abra de nuevo.
Nick abrió su boca y lentamente sacó la lengua. Fue atravesado por una barra de plata. — ¿Te duele?—, pregunté, estudiando su lengua de cerca. Yo nunca antes había visto a alguien con un piercing en la lengua.
Metió de vuelta su lengua en su boca y sonrió. — No.
Me acorde de su tatuaje en el antebrazo, así que le pregunte por este — ¿Que dice el tatuaje en tu antebrazo? 
— Un escrito con un significado muy valioso,  junto al emblema de Demon Slacker. Cuando tenía diecisiete años mi padre me llevó a un concierto en Los Ángeles y después me llevó a conseguir mi primer tatuaje. Él quería su banda marcada en mi cuerpo. Cada miembro de Demon Slacker tiene uno en el mismo lugar exacto. Justo detrás de su hombro izquierdo. Papá estaba elevado como una cometa esa noche, pero aún así era un recuerdo muy bueno. No tuve la oportunidad de pasar mucho tiempo con él mientras crecía. Pero cada vez que lo vi, bien añadía otro tatuaje o piercing a mi cuerpo. — ¿Tenía más piercings? Estudié su rostro y luego dejé que mis ojos se posaran en su pecho. Una risita me sorprendió y me di cuenta de que había sido atrapada mirando.
— No tengo perforaciones allí, dulce Miley. Los otros están en mis oídos. Puse un fin a los piercings y tatuajes cuando cumplí diecinueve años. — Su papá estaba cubierto de tatuajes y piercings al igual que el resto de Demon Slacker. ¿Fue algo que Nick no había querido hacer? ¿Su padre lo había obligado?
— ¿Qué dije para hacerte fruncir el ceño? —, se preguntó, deslizando un dedo debajo de mi barbilla e inclinando mi cabeza hacia arriba para que pueda mirarlo.
Ciertamente no quería responder a eso. Yo estaba disfrutando de nuestros tiempos juntos. Sabía que si profundizo mucho demasiado pronto lo haría correr. — Cuando me besaste anoche no sentí la cosita con barra de plata—.
Nick bajó sus párpados y se inclinó hacia delante. — Porque yo no los llevaba puesto—. Él los tenía ahora.
— ¿Cuando tú, uh, besas a alguien con eso dentro se pueden sentir?—
Nick aspiró fuerte y su boca se acercó aún más a la mía. — Miley, dime que me vaya. Por favor—. Si él estaba a punto de darme un beso, entonces no le diría nada por el estilo. Lo quería aquí. También quería besarlo con esa cosa en la boca.
— Lo habrías sentido. En cualquier parte que quiera besarte, lo sentirías. Y te gustaría—, me susurró al oído antes de presionar un beso en el hombro y tomar una respiración profunda. ¿Me estaba oliendo?
— ¿Estás... ¿vas a besarme otra vez?—pregunté sin aliento cuando él presionó su nariz en mi cuello e inhaló.
— Quiero. Quiero tan jodidamente mal, pero estoy tratando de ser bueno —, murmuró contra mi piel.
— ¿Podrías no ser bueno para un solo beso? ¿Por favor?—, pregunté, arrastrándome más cerca de él. Me gustaría estar en su regazo pronto.
— Dulce Miley, tan increíblemente dulce—, dijo mientras sus labios tocaron la curva de mi cuello y mi hombro. Si él mantiene esto me gustaría empezar a mendigar. Su lengua salió y dio un golpe rápido en la suave piel de mi cuello luego dejó besos a lo largo de mi mandíbula hasta que su boca se cernía sobre la mía. Comencé a rogar de nuevo, pero él presionó un suave beso en mis labios y me detuvo. Luego se retiró, pero sólo una pulgada. Su aliento cálido todavía bañando mis labios.
—Miley, no soy un tipo romántico. Yo no beso y abrazo. Es todo sobre el sexo para mí. Te mereces a alguien que besa y abraza. No yo. Termine con la mierda, nena. No eres para alguien como yo. Nunca me he negado algo que quiero. Pero eres demasiado dulce. Esta vez tengo que decirme a mí mismo que no—. A medida que sus palabras se hundieron en mi gemí por el erótico sonido de esas traviesas palabras que salen de su lengua. No fue hasta que se puso de pie y agarró el pomo de la puerta que me di cuenta de que iba a caminar lejos de mí. Una vez más. Dejándome así.
— No puedo hablar más. No esta noche. No solo aquí contigo—. La tristeza en su tono hizo que mi corazón duela un poco. Luego se marchó y cerró la puerta tras él. Me recosté contra la cabecera de la cama y gemí de frustración. ¿Por qué lo había dejado entrar? Este juego de caliente y frío que estaba jugando estaba fuera de mi alcance. Me preguntaba a dónde iría él ahora. Había un montón de mujeres por ahí que podría besan. Con las que no tenía problemas en besar si suplicaban.
El pisoteo de la gente subiendo las escaleras repiqueteaba por encima de mi cabeza. No conseguiría dormir por un rato. No quiero quedarme aquí y Liam me esperaba. No había ninguna razón para ponerme de pie. No estaba de humor para hablar con él, pero al menos podía decirle que yo no estaba para una charla en la playa. Entré en la cocina. La espalda de Joe daba hacia mí y tenía una chica pegada a la barra. Sus manos se enredaron en sus rizos castaños silvestres. Parecían muy absortos. Tranquilamente salí por la puerta de atrás esperando no estar en el camino de cualquier otra sesión de ligues.
— No pensé que te ibas a mostrar—, dijo la voz de Liam desde la oscuridad. Me giré para verlo apoyado en la barandilla mirándome. Me sentía culpable por no haber venido aquí primero y hacerle saber que no iba a reunirme con él. No alcanzaba a tomar decisiones sabias cuando Nick estaba involucrado.
— Lo siento. Me desvié—. No quería explicar.
— Vi salir a Nick del pequeño agujero de cubículo en el que él te tiene ahí atrás—, respondió. Me mordí el labio y asentí. Yo era un fracaso. Bien podría confesar.
— Él no se quedó mucho tiempo. ¿Fue una visita amistosa o se estaban revolcando? 
 Fue... fue una visita agradable. Hablamos. Hasta le pedí que me besara de nuevo eso había sido divertido. Había disfrutado de su compañía. — Sólo una charla amistosa—, le expliqué.
Liam, dejó escapar una risa dura y negó con la cabeza. — ¿Por qué no me lo creo?— Debido a que era inteligente. Me encogí de hombros.
— ¿Lista para nuestro paseo a la playa?—
Negué con la cabeza. — No. Estoy cansada. Vine aquí a respirar un poco de aire fresco y esperaba encontrarte para explicarte—.
Liam me dio una decepcionada sonrisa y se apartó de la barandilla. — Bueno, está bien entonces. No voy a rogar.
— No esperaba que lo hagas—, contesté.
Caminó hacia la puerta y esperé hasta que él estuvo en el interior antes de exhalar un suspiro de alivio. Eso no había sido tan malo. Tal vez ahora retrocedería un poco. Hasta que me imagine qué hacer con esta atracción que sentía por Nick no necesitaba a nadie que me confunda más. Unos minutos después di media vuelta y lo seguí al interior. Joe ya no estaba en el bar con la chica. Habían ido a un lugar más aislado al parecer. Me dirigí hacia la puerta de la despensa cuando Nick entró en la cocina seguido de una morena riendo. Estaba colgada de su brazo y de actuar como si no pudiera caminar constantemente. O bien era el alcohol o los tacones de seis pulgadas que estaba haciendo bolitas en su pie.
— Pero tú lo dijiste—, arrastro las palabras y besó el brazo del que se aferraba. Sí que estaba ebria. Los ojos de Nick encontraron con los míos. Él iba a besarla esta noche. Ella ni siquiera tendría que rogar. Ella también sabe a cerveza. ¿Era ese su estilo?
— Voy a quitarme las bragas aquí abajo si quieres, — dijo ella, ni siquiera teniendo en cuenta que no estaban solos.
— Babs, ya he dicho que no. No me interesa—, contestó sin apartar la vista de mí. Él la estaba rechazando. Y quería que yo supiera.
— Será travieso—, dijo en voz alta y luego se echó a otro ataque de risa.
— No, será irritante. Estás borracha y tu cacareo me está dando un dolor de cabeza —, respondió. Sus ojos aún no habían dejado los míos.
Alejé mis ojos de él y me dirigí hacia la puerta de la despensa cuando finalmente Babs me notó. — Hey, esa chica va a robar tu comida—, susurró en voz alta. Mi cara enrojeció. Maldita sea. ¿Por qué avergonzarme? Estaba siendo estúpida. Ella estaba borracha hasta el trasero. ¿A quién le importaba lo que pensaba?
— Ella vive aquí, ella puede tener lo que quiere—. Nick respondió. Mi cabeza se giró inmediatamente y sus ojos no me habían abandonado.
— ¿Ella vive aquí?—, preguntó la chica.
Nick no dijo nada más. Yo le fruncí el ceño y decidió que el único testigo no iba recordar esto en la mañana. —No dejes que te mienta. Soy la invitada no bienvenida viviendo bajo sus escaleras. He querido un par de cosas y él sigue diciéndome que no—. No esperé su respuesta. Abrí la puerta y entré. Un punto para mí.
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Hola chicas, subi otro capitulo porque Jeny me lo pidio, no paraba de acosarme diciendo que subiera, asi que aqui esta

3 comentarios:

  1. Gracias por el capítulo genial,esperando el siguiente :-)

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  2. sube el proximo, sube el proximo, sube el proximo, sube el proximo, sube el proximo, sube el proximo, sube el proximo!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!

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  3. JSJDJGJJBKDMJAHHD
    ME FASINO EL CAPITULO
    MI PARTE FAVORITA FUE LA ULTIMA
    ALTO PALO LE TIRO A NICK
    TIENES QUE SEGURILA!!!!!!!!

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