viernes, 21 de junio de 2013

Looking For My Destiny- Niley- Cap 09

Yo terminé el último de mis sándwiches de mantequilla de maní y sacudí las migas en mi regazo y me levante. Iba a tener que ir a la tienda y comprar alimento nuevo pronto. Los sándwiches de mantequilla de maní estaban haciéndose viejos. Yo estaba fuera del trabajo hoy y yo no estaba segura de lo que iba a hacer. Me había acostado en la cama pensando en Nick y como de estúpida fui la mayor parte de la noche. ¿Qué tuvo que hacer el chico para el convencerme de que él sólo quería ser su amiga? Él lo había dicho más de una vez. Yo tenía que dejar de tratar de conseguir que él me vea como algo más. Yo había hecho ese golpe en él la noche anterior. No debería haber hecho eso. No quería que me besara. Yo no podía creer que le había rogado a él. Abrí la puerta de la despensa y entre en la cocina. El olor del tocino llegó a mi nariz y si Nick no estuviera de pie en la cocina con nada más que un par de pantalones de pijama a continuación, habría sido completamente envuelto en el olor delicioso. El punto de vista de la espalda desnuda de Nick hizo que olvidara el tocino.
El miró por encima de su hombro y sonrió. -Buenos días. Debe ser tu día de descanso.-Asentí con la cabeza y me quedó preguntándome qué es lo que diría un amigo. No quería romper las reglas más con él. Yo iba a jugar con sus reglas. Estaría saliendo muy pronto de todos modos.
-Huele bien-, le contesté
-Saca dos platos. Yo hago un tocino que esta de muerte.
Ahora me hubiera gustado no haberme comido el sándwich de mantequilla de maní. -Ya he comido, pero gracias.
Nick puso su tenedor en el plato y se volvió para mirarme. -¿Cómo has comido ya? Tú acabas de despertarte.
-Tengo mantequilla de maní y pan en mi habitación. Lo tenía antes de venir.
La frente de Nick se arrugó mientras me estudiaba. -¿Por qué tienes mantequilla de maní y pan en tu habitación?
Porque yo no quiero su flujo interminable de amigos comiendo mi comida. Yo no podría decir exactamente eso sin embargo. -Esta no es mi cocina. Guardo todas mis cosas en mi habitación.
Nick se tensó y me preguntaba que había dicho yo para hacerlo enojar. -¿Me estás diciendo que tu sólo comes mantequilla de maní y pan cuando estás aquí? ¿Eso es todo? Tú lo compras y lo guardas en tu habitación y ¿eso es todo lo que comes?-Asentí con la cabeza, sin saber por qué esto era un gran problema. Nick golpeó su mano sobre el mostrador y se dio la vuelta para mirar a su tocino mientras murmuraba una maldición.
-Ve a buscar tus cosas y sube las escaleras. Toma cualquier habitación en el lado izquierdo de la sala que quieras. Tira esa mantequilla de maní y come lo que te dé la gana en esta cocina.- Yo no me moví. Yo no estaba segura de dónde había venido esa reacción. -Si te quieres quedar aquí, Miley mueve tu culo arriba ahora. Luego vienes aquí y comer algo de mi maldito refrigerador mientras yo te veo.
Él estaba enojado. ¿Conmigo? -¿Por qué quieres que me mude arriba?-, Le pregunté con cautela. Nick dejó caer el último trozo de tocino en una servilleta de papel y apagó la estufa de gas antes de mirar de nuevo hacia mí.
-Porque quiero que lo hagas. Odio ir a la cama por la noche y pensar en ti durmiendo bajo mi escalera. Ahora tengo la imagen de que comes los malditos sándwiches de mantequilla de maní sola allí abajo y es un poco más de lo que puedo manejar.- Bien. Así pues, él se preocupa por mí en de alguna forma.
No discutí. Volví a mi habitación bajo las escaleras y saque la maleta de debajo de la cama. Mi mantequilla de maní que había dentro. Abrí la cremallera y sacó el frasco casi vacío y la bolsa a la izquierda con cuatro rebanadas de pan. Me gustaría dejar esto en la cocina y luego ir a buscar una habitación. Mi corazón latía con fuerza en el pecho. Esto se había convertido en mi lugar seguro. Estar arriba me quitaba el aislamiento. Yo no estaba sola allí. Dando un paso atrás hacia la despensa, me acercó y pongo la mantequilla de maní y el pan en el mostrador. Me dirigí hacia el pasillo sin hacer contacto visual con Nick. Estaba de pie en la barra, agarrando los bordes con fuerza, como si estuviera tratando de no golpear algo. ¿Estaba considerando lanzarme de nuevo a la despensa? No me importa estar ahí.
-No tengo que mudarme a arriba. Me gusta este ambiente -, le expliqué y observó aprieta mas su agarre.
-Tú perteneces a una de las habitaciones de arriba. Tú no perteneces bajo las escaleras. Tú nunca lo hiciste.- Él me quería arriba. Yo no entendía su repentino cambio de parecer.
-¿Quieres decirme al menos que habitación tomar? Yo no me siento bien eligiendo una. Esta no es mi casa.
Nick finalmente soltó el agarre de muerte que tenía sobre el mostrador y volvió sus ojos a los míos. -Las salas de la izquierda son todas las habitaciones. Hay tres de ellas. Creo que tú podrás disfrutar las vistas en la última. Tiene vistas al mar. La sala central es toda blanca con acentos de color rosa pálido. Esto me recuerda a ti. Por lo tanto, tú vas a elegir. Cualquiera que desees. Toma una y entonces ven aquí y come.- Había vuelto a querer que yo comiera de nuevo.
-Pero yo no tengo hambre. Acabo de comer…
-Si me dices que has comido esa maldita mantequilla de maní de nuevo voy a atravesar una pared.- Hizo una pausa y respiró hondo. -Por favor, Miley. Ven a comer algo por mí.- Como cualquier mujer en el planeta sería capaz de aceptar eso. Asentí con la cabeza y me dirigí a las escaleras. Yo tenía que elegir una habitación.
La primera habitación no era atractiva. Tenía los colores oscuros y la vista era al patio delantero. Sin mencionar que era la más cercana a las escaleras y el nivel de ruido sería difícil de pasar por alto. Fui a la habitación de al lado y la cama de matrimonio estaba cubierta de volantes blancos y almohadas bastante rosadas. Una araña rosa colgaba del techo. Fue muy dulce. No es algo que yo esperaba encontrar en la casa de Nick. Por otra parte su madre vivía aquí la mayor parte del tiempo. Abrí la última puerta a la izquierda. Había grandes ventanales que iban desde el suelo hasta el techo y daban al océano. Era precioso. El esquema de color azul claro y verde fue acentuado con una cama tamaño king que parecía que estaba hecha de madera flotante. Por lo menos la cabecera y el pie lo hacían. Tenía un ambiente muy costera. Me gustó. No, borren eso. Me encantó. Puse mi maleta en el suelo y me acerco a la puerta que conducía a un cuarto de baño privado. Grandes toallas blancas mullidas y jabones caros decorando el mármol blanco. Pinceladas de color azul y verde se encontraban en la habitación, pero en su mayor parte era blanca. La bañera era grande y redonda con chorros en ella. A pesar de que nunca había visto una antes, yo sabía que era un jacuzzi. Tal vez había entrado en la habitación equivocada. Sin duda, ésta no era una habitación de invitados. Yo querría esta habitación si yo viviera aquí.
Sin embargo, estaba en el lado izquierdo del pasillo. Tenía que ser una de las habitaciones que él había mencionado. Volví a salir del baño. Me gustaría ir a decirle que había escogido esta habitación y si no le parecía bien que me lo dijera. Dejé mi maleta contra la pared justo detrás de la puerta y luego me dirigí a la planta baja. Nick estaba sentado a la mesa con un plato de tocino y unos huevos revueltos cuando entré a la cocina. Sus ojos se levantaron de inmediato a los míos.
-¿Has elegido una habitación?- el preguntó.
Asentí con la cabeza y me dirigí al otro lado de la mesa. -Sí. Creo que sí. La que dijiste que tenía una gran vista es... ¿La verde y azul?
Nick sonrió. -Sí, lo es.
-¿Y estás de acuerdo con mi estancia en esa habitación? Es muy bonita. Me gustaría tener esa habitación si esta fuera mi casa.
La sonrisa de Nick se ensancho. -No has visto mi habitación todavía.
La suya debe ser aún más agradable. -¿Esta tu habitación en el mismo piso?
Nick cogió un trozo de tocino. -No, la mía ocupa toda la planta superior.
-¿Quieres decir que todas esas ventanas? ¿Es todo una gran habitación?- Parecía que el último piso estuviera hecho de cristal desde el exterior. Siempre me he preguntado si era una ilusión o si se trataba de varias habitaciones.
Nick asintió: -Sí.- Yo quería ver su habitación. Él no estaba ofreciéndomelo, así que no se lo pregunté.
-¿Has puesto ya tus cosas?-, preguntó, y luego le dio un mordisco a su tocino.
-No, yo quería comprobarlo contigo antes de deshacer todo. Probablemente debería simplemente mantener todo en la maleta. A finales de la semana que viene voy a estar lista para mudarme. Mi sueldo en el club es bueno y he ahorrado bastante.
Nick dejó de masticar y sus ojos se endurecieron mientras miraba a algo en el exterior. Seguí su mirada, yo no vi nada, la playa estaba vacía. -Puedes quedarte todo el tiempo que quieras, Miley.
¿Desde cuándo? Él me dijo que tenía un mes. No le respondí. -Siéntate a mi lado y come algo de tocino. Él tiró de la silla de su lado y me senté sin discutir. El tocino olía bien y estaba lista para algo más que la mantequilla de maní.
Nick movió su plato hacia mí. -Come.
Cogí un trozo de tocino y le di un mordisco. Es crujiente y grasiento como a mí me gusta. Terminé el pedazo y Nick dio un codazo del plato a mí otra vez. –Come más.
Luché contra una risita ante su repentina necesidad de alimentarme. ¿Qué le pasaba? Tomé otro pedazo de tocino y se lo comió disfrutando del sabor. -¿Cuáles son tus planes para hoy?-, Preguntó Nick una vez que me lo trague.
Me encogí de hombros. -No lo sé todavía. Pensé en tal vez buscar un apartamento.
La mandíbula de Nick se marcó y su cuerpo se tensó de nuevo. -Deja de hablar de mudarte, ¿de acuerdo? No quiero que te mudes hasta que nuestros padres vuelvan a casa. Tienes que hablar con tu padre antes de salir corriendo y empezar a vivir en paz. No es exactamente seguro. Eres demasiado joven.
Esta vez me hizo reír. Él estaba haciendo el ridículo. -No soy demasiado joven. ¿Qué pasa con tu edad y la mía? Tengo veinte. Soy una chica mayor. Puedo vivir por mi cuenta de forma segura. Además, puedo darle a un blanco en movimiento mejor que la mayoría de los oficiales de policía. Mis habilidades con un arma de fuego son bastante impresionantes. Parada con lo inseguro y demasiado joven.
Nick arqueó una ceja. -¿Así que tu realmente tienes un arma?- Asentí con la cabeza. -Pensé que Joe solo estaba siendo divertido. Su sentido del humor apesta a veces.
-No. Le apunte con ella cuando él me sorprendió mi primera noche aquí.- Nick se rió y se recostó en su silla cruzando sus brazos sobre su amplio pecho. Me obligué a mantener los ojos en su cara y no mirar hacia abajo.
-Me hubiera gustado haber visto eso.- No respondí. Había sido una mala noche para mí. La adaptación no era algo que estaba a la actualidad.
-Yo no quiero que te quedes aquí sólo porque eres joven. Me da que tú puedes cuidar de ti misma o por lo menos creo que puedes. Te quiero aquí porque... me gusta tenerte aquí. No te vayas. Espera hasta que tu padre vuelva. Parece que vosotros dos están muy atrasados para una visita. Entonces tu puede decidir lo que quiere hacer. Por ahora, ¿vas a subir y deshacer las maletas? Piensa en todo el dinero que puedes ahorrar viviendo aquí. Cuando tú te mudes entonces tendrás una cuenta de banco acolchada y agradable. 
Él me quería aquí. No pude evitar la sonrisa tonta que tiraba de mis labios. Me volvería a alojar y tenía razón podría ahorrar dinero. Una vez que papá regrese yo hablaría con él y luego me mudaría. No había ninguna razón irme si Nick me quería aquí. -Está bien. Si tu realmente quieres decir eso, gracias.
Nick asintió con la cabeza y se inclinó para poner los codos sobre la mesa. Su mirada plateada se niveló en mí. -Lo digo en serio. Pero eso también significa que la cosa amigo con nosotros tiene que permanecer en plena vigencia.
Tenía razón, por supuesto. Nosotros convivíamos y participar de ninguna manera sería difícil. Además, una vez que este verano terminara él iría a vivir a otra casa de algún otro lugar. Yo no necesito ese tipo de dolor. -De acuerdo-, le contesté. Sus hombros no se aliviaron y su cuerpo permaneció tenso.
-Además, tú vas a empezar a comer la comida de esta casa cuando tú estés aquí.-Negué con la cabeza. No, no lo haría. Yo no lo permitiría.
-Miley, esto no es una discusión. Lo digo en serio. Come mi maldita comida.
Empujé mi silla hacia atrás y me levante. -No. Voy a comprar mi comida y me la comeré. Yo no soy... No soy como mi padre. 
Nick murmuró algo y echó hacia atrás la silla y se levantó. -¿Crees que no sé eso a estas alturas? Has estado durmiendo en un maldito armario de escobas sin quejarte. Tu limpiar después de mí. Tú no comes correctamente. Soy consciente de que no te pareces en nada a tu padre. Pero tú eres un invitado en mi casa y quiero que comas en mi cocina y la trates como si fuera tuya.
Esto iba a ser un problema. -Voy a poner mi comida en la cocina y comeré aquí. ¿Te parece mejor?
-Si todo lo que vas a comprar es mantequilla de maní y pan, entonces no. Quiero que comas adecuadamente.
Empecé a mover la cabeza cuando él se acercó y me agarró de las manos. -Miley, me hará feliz saber que estás comiendo. Henrietta compra los comestibles una vez por semana y las poblaciones de este lugar están esperando que yo tenga mucha compañía. Hay más que suficiente. Por favor. Come. Mis. Alimentos.- Me mordí el labio inferior para contener la risa por su mirada suplicante.
-¿Te estás riendo de mí?-, Preguntó él con una pequeña sonrisa tirando de sus labios.
-Si. Un poco, -admití.
-¿Eso significa que vas a comer mi comida?
Suspiré, -Sólo si me dejas pagarte semanalmente.
Empezó a mover la cabeza y saque mis manos de él y empecé a alejarme.
-¿A dónde vas?-, preguntó desde detrás de mí.
-Ya he terminado de discutir contigo. Voy a comer tu comida si yo pago por mi parte. Ese es el trato sólo voy a estar de acuerdo con eso. Así que lo tomas o lo dejas.
Nick gruñó: -Está bien. Págame.
Miré de nuevo hacia él. -Yo voy a ir a desempacar. A continuación, tomare un baño en esa gran bañera y luego no lo sé. No tengo planes hasta esta noche.
Él frunció el ceño. -¿Con quién?
-Demi-, le contesté.
-¿Demi? ¿La chica del carrito con la que Jace se junta?
-Corrección. La chica del carrito que Jace utiliza para perder el tiempo. Ella es inteligente y está superando eso. Esta noche vamos a honky-tonking a encontrar a unos trabajadores hombres de cuello azul.- No esperó a que me responda. Corro hacia las escaleras y las subo corriendo. Una vez que llego a mi nueva habitación, cierro la puerta tras de mí y suspiró con alivio.

Podría no tener las ropas para las fiestas de Nick pero tenía todo lo que necesitaba para ir al honky-tonk . Ha pasado un tiempo desde que desgasté mi falda de jean azul. Era más corta de lo que recordaba, pero funcionaba. Especialmente con mis botas.Nick se había ido esta mañana mientras yo tomaba mi baño y no ha regresado desde entonces. Me pregunté si mi habitación estaba fuera de los límites de sus amigos si tenía una fiesta aquí. No me gustó la idea de extraños teniendo sexo sobre mi cama. Realmente no me gustó la idea de nadie teniendo sexo en la cama en la que se suponía que yo dormía. Quise preguntarle pero no estaba segura sobre cómo encarar algo así. Marcharme antes de que regresara significaba que no sabría qué esperar. ¿Debería planear lavar mis sabanas cuando llegue a casa? La idea me hiso estremecer. Cuando mi pie golpeó el último escalón de la puerta del frente, la puerta se abrió y Nick entró. Cuando sus ojos me encontraron se quedó paralizado y lentamente asimiló mi apariencia. No estaba vestida para impresionar a su público, pero había un público afuera del que podría conseguir un poco de atención.
—Mald… —murmuró y cerró la puerta detrás de él. No me moví. Estaba intentando resolver cómo insinuar la cosa de extraños teniendo sexo sobre mi cama.
—Tú, uh, ¿usarás eso para salir a las discotecas? —preguntó.
—Se llama honky-tonking. Estoy bastante segura de que es una cosa completamente diferente —lo corregí. Nick pasó sus manos sobre su corto cabello y dejó salir un suspiro que sonó tanto frustrado como divertido. Si estaba a punto de hacer uno sus chistes acerca de mi ropa, podría arrojarle la bota.
— ¿Puedo ir con ustedes esta noche? Nunca he estado en Honky-tonking-¿Qué? ¿Acabo de escucharlo correctamente?
— ¿Quieres venir con nosotros? —pregunté en confusión.
Nick asintió y sus ojos se perdieron en mi cuerpo una vez más. —Sí, eso quiero. — Supongo que puede ir también. Si éramos amigos entonces deberíamos ser capaces de salir juntos.
—Está bien. Si realmente quieres. Necesitamos irnos en diez minutos, sin embargo. Demi está esperando que la recoja.
—Puedo estar listo en cinco —dijo, y subió las escaleras de dos en dos mientras corría hacia arriba.
Eso no era completamente lo que había esperado. Extraño giro de acontecimientos.
Siete minutos después, Nick bajó las escaleras y vestía un par de jeans ajustados y una remera negra ajustada que tenía Slacker Demon escrito en la parte del frente con una impresión blanca gótica. El emblema que tenía en su hombro también se apreciaba. El anillo de plata al pulgar estaba una vez más en su mano, y por primera vez desde que lo conocí, tenía un par de aretes de argolla en su oreja. Parecía más el hijo de una famosa estrella de rock de lo que nunca lo ha sido. Sus negras pestañas hechas permanentemente lo hicieron parecer como si estuviera usando delineador y eso solamente aumentara el efecto.
Cuando mis ojos hicieron su camino hasta su rostro, sacó la lengua para mostrar su piercing de plata y me guiñó. —Me imaginé que si voy a ir a un honky-tonk con chicos en botas y sombreros de vaqueros, necesito permanecer fiel a mis raíces. El Rock and Roll está en mi sangre. No puedo pretender encajar en ningún otro lugar.
Me reí mientras él me sonreía. —Esta noche vas a mirar desde afuera tal y como yo hago en tus fiestas. Esto debería de ser divertido. Vamos, engendro de estrella de rock —bromeé y me dirigí hacia la puerta.
Nick la abrió y retrocedió así yo podría caminar hacia afuera. El chico podía ser tan extraño cuando lo quería. —Desde que tus amigos vienen con nosotros, ¿por qué no tomamos uno de mis autos en su lugar? Estaríamos más cómodos que en tu camioneta.
Me detuve y lo mire en respuesta. —Pero encajamos mejor si tomamos mi camioneta. — Nick sacó un pequeño control remoto y una de las puertas de sus cuatro garajes para autos se abrió. Un Range Rover negro con yantas metálicas y un trabajo perfectamente reluciente de pintura quedó en el centro de la atención. No podía estar en desacuerdo con él. Estaríamos mucho más cómodos en ese vehículo.
—Eso es ciertamente impresionante —respondí.
— ¿Eso significa que podemos tomar el mío? No estoy emocionado por compartir un asiento con Demi.  A la chica le gusta tocar las cosas sin permiso —dijo Nick.
Sonreí. —Sí, le gusta. Es un poco coqueta, ¿verdad?
Nick arqueó una ceja. —Coqueta es una palabra amable para ella.
—Bien. Seguro. Podemos tomar las ruedas del malvado asesino Nick Jonas si insiste. — Nick me lanzó una mirada arrogante y se dirigió hacia el garaje. Lo seguí de cerca.
Abrió mi puerta en mi lugar, lo que era dulce pero hiso sentir esto más como una cita. No lo necesitaba jugando con mi cabeza. Estaba firmemente establecido que éramos sólo amigos. Tiene que jugar el juego correcto. — ¿Abres la puerta de todos tus amigos? —le pregunté, de pie y mirándolo. Quería que vea el error de sus muy corteses maneras.
Su tranquila sonrisa desapareció y una expresión seria tomó su lugar. —No —contestó, retrocediendo para dirigirse a la puerta del conductor. Me sentí como una completa idiota. Debería sólo haberle dicho gracias y pasarlo por alto. ¿Por qué tenía que ser quien le recuerde sus propias reglas?

Una vez que estuvimos dentro del Range Rover, Nick le dio manija y se retiró sin decir una palabra. Odié el silencio. Lo hacía incomodo. —Lo lamento. No quería sonar grosera.
Nick dejó escapar un suspiro y sus hombros se relajaron. Luego sacudió su cabeza. —No. Tienes razón. Solamente no tengo ninguna amiga mujer, por lo tanto no soy bueno para equilibrar lo que debo hacer y lo que no.
—Asique, ¿abres las puertas para tus citas? Es algo muy caballeroso para hacer. Tu madre te crió bien. — Sentí una punzada de celos. Hay chicas ahí fuera que consiguen ese tipo de tratamiento por parte de Nick. Aquellas con las que él quiere salir y ser más que amigos.
—En realidad, no. Yo… tú… solo pareces el tipo de chicas que merece que le abran la puerta. Tenía sentido en mi cabeza al momento. Pero capto lo que estás diciendo. Si vamos a ser amigos, necesito dibujar una línea y permanecer detrás de ella.
Mi corazón se derritió un poco más.
—Gracias por abrirla para mí. Fue dulce. — Se encogió y no dijo nada más.
—Necesitamos recoger a Demi. Va a estar en la parte trasera de la oficina del casaclub del campo de golf. Tenía que trabajar hoy. Se duchará y vestirá allí.
Nick giró hacia el club de campo. — ¿Cómo se volvieron amigas tu y Demi?
—Trabajamos juntas un día. Creo que ambas necesitábamos una amiga. Es divertida y un espíritu libre. Todo lo que yo no.
Dejo escapar una risa. —Lo dices como si fuera una cosa mala. No quieres ser como Demi. Confía en mí.
Tenía razón. No quería ser como Demi pero era divertido tenerla alrededor. Me senté en silencio mientras Nick se divertía con el sistema de estéreo que se veía muy caro y complicado. Conducimos la corta distancia desde su casa hasta el club de campo. “Labios de un Angel” por Hinder comenzó a sonar y me hiso sonreír. Casi esperé escuchar algo de Slacker Demon. Cuando el Range Rover se detuvo frente a la oficina, abrí mi puerta y salí afuera. Demi no estaría buscando este vehículo. Estaría esperando mi camioneta. La puerta del despacho se abrió y ella se paseó en un par de diminutos shorts de cuero rojos, un top con corte al cuello, y unas botas blancas de cuero hasta las rodillas.
— ¿Qué diablos estás haciendo en uno de los coches de Nick? —preguntó, todo sonrisas.
—Viene con nosotras. Nick quería echar un vistazo al honky-tonk también. Asique… —Me fui callando y miré hacia el Range Rover.
—Esto de verdad va a limitar tus oportunidades de recoger un hombre. Sólo digo —dijo Demi mientras bajaba las escaleras y le daba un rápido vistazo a mi atuendo—. O no. Luces caliente. Quiero decir, sé que eres hermosa pero luces realmente caliente con eso. Quiero unas botas vaqueras reales para mí. ¿De dónde sacaste esas? — Su elogio fue agradable. No he tenido amigas en tanto tiempo. Cuando Brandi fue asesinada, las chicas que habían sido cercanas a nosotras, como que desaparecieron de mi vida. Era como si no pudieran estar cerca de mí sin recordar. Kyle se había convertido en mi único amigo.
—Gracias, y por lo de las botas, las conseguí para Navidad dos años atrás por parte de mi mamá. Eran suyas. Las he amado desde que las compró y después de que se puso, después… después de que se puso enferma… me las dio a mí.
Demi frunció el ceño. — ¿Tu mamá se enfermó?
No estaba de humor para ponerle un freno a las cosas esta noche. Asentí y forcé una sonrisa. —Sip. Pero esa es otra historia. Vamos a buscar a nuestros vaqueros.
Me devolvió la sonrisa y abrió la puerta negra de mi lado del Range Rover. —Te dejaré ir adelante porque tengo un fuerte sentimiento que es donde el conductor te quiere.
No tuve tiempo para responder antes de que Demi saltara al Range Rover y cerrara la puerta detrás de ella. Me metí dentro y sonreí hacia Nick quien estaba mirándome. —Es hora de buscar nuestro vaquero interior —le dije.

3 comentarios:

  1. Genial síguela pronto,gracias nick por tratarla como se merece;-)

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  2. me encanto...amo que Miley y Demi sean amigas, espero que en la discoteca Miley lo ponga celoso a Nick, por favor no tardes en subir el proximo!!!!!!!!!

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  3. bueno, no se por que siempre subes solo uno bitch -.-
    en fin me gusto sube

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