miércoles, 26 de junio de 2013

Looking For My Destiny- Niley- Cap 13

Nick respirando pesadamente en mi oído mientras apoyaba su cuerpo sobre el mío era una maravilla. Quería mantenerlo aquí. Aun dentro de mí. Justo así. Cuando movió sus brazos y se movió a un lado fuera de mi, apreté mis brazos alrededor de él y se rió entre dientes. —Volveré. Tengo que ocuparme de ti primero —dijo y luego me besó en los labios antes de dejarme sola en su cama.  Observé a su trasero desnudo en toda su perfección caminar al otro lado de la habitación y entrar en lo que parecía ser el baño. Escuché la corriente de agua y luego caminó de regreso completamente desnudo en la parte delantera. Mis ojos inmediatamente se dirigieron al sur. Oí a Nick reír y cerré mis ojos, avergonzada de ser atrapada mirando.
—No te avergüences de mi ahora —bromeó, entonces se acercó para separar mis rodillas—. Ábrete para mi —dijo en voz baja, separando mis rodillas. Noté por primera vez la toalla en sus manos. —No demasiado —dijo, limpiando entre mis piernas mientras observaba con fascinación—. ¿Te duele? —preguntó con preocupación en su voz mientras limpiaba gentilmente el área sensible. Negué con la cabeza. Ahora que ya no estábamos locos con pasión, esto fue vergonzoso. Pero tenerlo limpiándome era dulce. ¿Era esto lo que hacían los chicos después del sexo? Nunca había visto esto en una película. Nick parecía contento con su trabajo de limpieza y arrojó la toalla usada en el bote de basura a lado de su cama. Se arrastró de vuelta a la cama junto a mí y me atrajo hacia él.
—Pensé que no eras de los que abrazaban, Nick —dije mientras pasaba su nariz a lo largo de mi cuello e inhalaba con fuerza.
—No lo era. Sólo contigo, Miley. Eres mi excepción —susurró, luego escondió mi cabeza debajo de su barbilla y tiró de las sábanas sobre nosotros. El sueño vino rápido. Estaba segura y feliz. Besos lentos siendo colocados en el interior de mi pantorrilla y a lo largo del arco de mi pie fue la primera cosa que registré. Forcé a mis ojos a abrirse. Nick estaba de rodillas en el borde de la cama besando mis pies y el costado de mi pierna con una sonrisa maliciosa en su rostro.
—Ahí están tus ojos. Estaba empezando a preguntarme hasta qué punto iba a necesitar besar para que despertaras. No es que me importe besar más arriba, pero conduciría a un poco de más increíble sexo y ahora sólo tienes veinte minutos para llegar al trabajo.
Trabajo. Ah, mierda. Me siento y Nick baja mi pierna. —Tienes tiempo. Iré a arreglar algo de comer mientras te preparas —aseguró.
—Gracias, pero no tienes que hacerlo. Tomaré algo en la sala del descanso cuando llegue allí. Trataba de no dejar que la incomodidad de la mañana se estableciera. Había tenido sexo con este hombre. Muy buen sexo o al menos eso era lo que yo pensaba. Ahora ya era de día y estaba desnuda en su cama.
—Quiero que comas aquí. Por favor.
Me quería aquí. Mi corazón latió más fuerte en mi pecho. —De acuerdo. Necesito ir a mi habitación y tomar una ducha.
Nick le echó un vistazo a su baño y luego a mí. —Estoy dividido, porque quiero que te duches aquí, pero no creo que sea capaz de irme sabiendo que estás desnuda y jabonosa en mi ducha. Querré unirme.
Sosteniendo la sábana sobre mi pecho, me senté y le sonreí. —Por más atractivo que suene eso, llegaría tarde al trabajo.
Nick suspiró y asintió. —De acuerdo. Tienes que ir a tu cuarto. — Miro alrededor buscando mi ropa, pero no la veo por ninguna parte. —Ponte esto. Henrietta viene hoy. La tendré lavando y pondré tu ropa de anoche. —Me lanzó la camiseta que había usado anoche. Tomo una bocanada de aire de ella ya que aterrizó en mi pecho. Iba a tener un momento difícil devolviéndosela. Modestamente traté de ponérmela sin dejar que se cayera la sábana.
—Ahora levántate. Quiero verte —murmuró, retrocediendo. Llevaba un pantalón de pijama, mientras se relajó en el borde de la cama y esperó a que me levantara. Dejé caer la sábana y me puse de pie. Su camisa se pegaba por encima de mis rodillas.
— ¿Puedes reportarte enferma? —preguntó mientras sus ojos viajaban por mi cuerpo.
Una cálida sensación de hormigueo me recorrió el cuerpo. —No estoy enferma —repliqué.
— ¿Segura? Porque creo que tengo fiebre —dijo, caminando alrededor de la cama y empujándome contra él—. Anoche fue increíble —dijo en mi cabello. No había esperado este tipo de reacción de él. Había estado preocupada de que tal vez me echara esta mañana. Pero no. Estaba siendo dulce. Y tan increíblemente delicioso que estuve tentada a reportarme enferma.
Era mi día en el carrito de las bebidas y, si no me presentaba, entonces Demi tendría que hacer todo el camino por sí misma en un viernes. Eso sería cruel. No podía.
—Tengo que trabajar hoy. Me están esperando —expliqué.
Asintió y dio un paso atrás. —Lo sé. Corre, Miley. Baja con tu lindo y pequeño trasero por las escaleras y alístate. No puedo prometerte que te dejaré ir si estás parada aquí luciendo así por mucho tiempo. — Riendo, pasé junto a él corriendo y bajé las escaleras. La risa divertida que dejé atrás fue perfecta. Nick era perfecto.
El calor sólo estaba empeorando. Realmente deseaba que Darla me dejara recogerme el cabello. Estaba dispuesta a tomar una botella de esa agua con hielo y verterla sobre mi cabeza. Me secaría en cuestión de segundos aquí con este calor. ¿Por qué los hombres jugaban golf con este clima? ¿Estaban locos? Empujando el carrito de bebidas de regreso al primer hoyo, noté la cabeza clara del cabello que le pertenecía a Liam. Genial. No es que estuviera de humor para hoy. Jace probablemente estaba queriendo esperar a Demi para hacer sus rondas, de todos modos. Probablemente podría escapar de ellos. Liam se dio la vuelta, me miró y una sonrisa apareció en sus labios.
—De vuelta al carrito hoy. Por mucho que me guste tenerte adentro, esto hace al golf tremendamente mucho más divertido —dijo Liam en un tono burlón mientras yo empujaba el carrito a lado de ellos. No iba a animar su coqueteo. Pero él era mi jefe, así que no podía hacerlo enojar, tampoco.
—Aléjate, Liam. Eso es un poco demasiado cerca. —La voz de Nick vino detrás de mi y me giré para verlo caminando hacia nosotros con pantalones cortos de color azul oscuro y una camisa polo blanca. ¿Estaba jugando golf?
— ¿Así que ella es el porqué de repente querías jugar hoy con nosotros? —preguntó Liam. No aparté la mirada de Nick mientras caminaba hacia mí. Estaba aquí por mí. Al menos, me encontraba bastante segura de que lo estaba. Me preguntó en dónde estaba trabajando hoy durante el desayuno.
Su mano se deslizó alrededor de mi cintura. Me atrajo contra su costado e inclinó su cabeza para susurrar en mi oído. — ¿Estás adolorida? — Había estado preocupado por mi sobre estar adolorida hoy y tener que trabajar de pie todo el día. Le dije que estaba bien. Sólo me sentía estirada. Aparentemente, todavía estaba preocupado.
—Estoy bien —contesté en voz baja.
Presionó un beso en mi oído. — ¿Te sientes estirada? ¿Podrías decir que he estado dentro de ti? — Asentí, sintiendo mis rodillas un poco débiles por el tono de su voz. —Bien. Me gusta sabes que puedes sentir en dónde he estado —dijo, luego se apartó de mi y levantó su mirada hacia Liam.
—Pensé que esto pasaría —dijo Liam en un tono molesto.
— ¿Todavía lo sabe Sel? —preguntó Jace. El rubio le pegó en el brazo y le frunció el ceño. ¿Por qué siempre aparecía Sel? ¿Alguna vez lo sabría?
—Este no es asunto de Sel. O tuyo —replicó Nick, mirando a Jace.
—Vine aquí para jugar golf. Mejor no hablemos de esto aquí. Miley, ¿por qué no consigues las bebidas de todos y te diriges al siguiente hoyo? —dijo Liam Nick se tensó a mi lado. Liam nos estaba poniendo a prueba. Quería ver si actuaría diferente ahora que Nick estaba haciendo un tipo de derecho sobre mí en público. Estaba aquí para trabajar. Sólo porque había dormido con Nick no cambiaba mi lugar en el gran esquema de las cosas. Sabía eso.
Salí de los brazos de Nick para abrir el enfriador y comenzar a repartir la elección de bebidas de cada uno. Mis propinas no fueron tan altas como solían serlo con este grupo. Excepto, por supuesto, por Liam. Pensé que eso cambiaría hoy, también.  Pude ver el billete de cien dólares que Liam puso en mis manos, y estoy segura que Nick también. Cerré rápidamente mi mano y lo metí en mi bolsillo. Lidiaría con él luego, cuando Nick no estuviera mirando. Nick se acercó y puso su pago en mi bolsillo. Me besó suavemente y luego me guiñó un ojo antes de acercarse por un palo de golf del carrito. No le di a Liam una razón para corregirme. Rápidamente giré el carrito y me dirigí al siguiente hoyo. El teléfono sonó en mi bolsillo, alarmándome. Nick lo había metido en mi bolsillo antes de irme esta mañana. Estaba teniendo problemas recordando que lo tenía.
Detuve el carrito y lo saqué.
Nick: Lamento lo de Liam.
¿Por qué se disculpaba? No tenía razón para sentirlo.
Yo: Estoy bien. Liam es mi jefe. No es la gran cosa.
Deslicé el teléfono de vuelta a mi bolsillo y me dirigí a mi siguiente parada. Un camino lleno de coches no era lo que me esperaba cuando entre a la casa de  Nick después del trabajo. El campo de golf estaba tan ocupado que solo  había parado para darles tragos una vez más en el hoyo dieciséis. El no  me había mandado mensajes de nuevo en todo el día. Mi estomago se anudo  nerviosamente. ¿Era esto? ¿Tuvo su breve momento de dulzura después de 
haber tomado mi virginidad desvanecido tan pronto? Tuve que aparcar fuera en el borde de la carretera. Cerrando la puerta de mi camión, comencé la caminata hacia la puerta.
—No quieres ir allí —La voz familiar de Joe sonó en la oscuridad. Mire  alrededor y vi un pequeño resplandor naranja caído en el suelo que luego se apago bajo una bota antes de que Joe saliera de su escondite.
— ¿Vienes a estas fiestas a pasar el rato fuera? —Le pregunte, ya que esta era la segunda vez que había llegado a una fiesta para encontrarme a Joe fuera solo.
—Me parece que no puedo dejar de fumar. Nick cree que pare. Así que me escondo aquí cuando necesito un cigarrillo —él explico.
—Fumar te matara —le dije, recordando todos los fumadores que había visto  morir lentamente cuando lleve a mi madre a los tratamientos de  quimioterapia.
—Eso es lo que ellos me dicen —respondió con un suspiro.
Mire de vuelta a la casa y oí la música saliendo de ella. —No sabía que  había una fiesta esta noche —le dije, esperando que la decepción en mi  voz no se notara.
Joe rio e inclino la cadera contra el Volvo. — ¿No hay siempre una fiesta aquí?
No, no la había. Después de la última noche pensé que Nick me llamaría o  mandaría un mensaje de texto. —Supongo que no me lo esperaba.
—Creo que Nick tampoco. Esta es una fiesta de Sel. Ella lo broto en el. La  chica siempre ha logrado salirse con la suya en lo que Nick se refiere.  Nick pateo mi culo más de una vez porque no caí en la mierda de ella de  cachorro herido.
Me acerque para apoyarme en el Volvo a su lado y cruce mis brazos. —Así que tu creciste con Sel, también —Necesitaba  algo. Cualquier tipo de explicación. Joe cortó sus ojos en mí. 
—Seh. Por supuesto. Denise es su mama. Único padre que tiene. Bueno… —Joe se aparto del Volvo y negó con la cabeza— Nope. Casi me tenías.  No te puedo decir mierda, Miley. Honestamente cuando alguien hace que  no quiera alguien alrededor. — Joe acecho de nuevo hacia la casa.
Lo mire hasta que el estaba de vuelta en el interior antes de dirigirme  hacia la casa. Ore para que no haya nadie en mi habitación. Si lo  estaban iría a la despensa. No estaba de humor para Sel. O los secretos  rodeando a Sel que todo el mundo menos yo conocía. Estoy segura que no  estaba para el humor de Nick. Abrí la puerta y me alegre de que  no hubiera nadie alrededor para verme llegar. Me dirigí directamente  hacia las escaleras. Risas y voces llenaban la casa. Yo no encajaba con  ellos. No tenía sentido ir allí y actuar como si lo hiciera. Mire hacia la puerta que daba a las escaleras de Nick y deje que los  recuerdos de la noche anterior lavaran sobre mí. Estaba empezando a  pensar que sería una cosa de una sola vez. Abrí mi puerta y entre antes  de encender la luz. Cubrí mi mano por el grito que broto de mi  cuando me di cuenta que no estaba sola. Estaba Nick. El estaba sentado  en mi cama mirando por la ventana. Se puso de pie cuando cerré la puerta y camino hacia mí.
—Hey —dijo él en voz suave.
—Hey —respondí, sin saber porque estaba en mi habitación cuando tenía una casa llena de gente — ¿Qué estás haciendo aquí?
El me dio una sonrisa torcida. —Esperándote. Pensé que era un poco obvio.
Sonriendo, agache mi cabeza. Sus ojos podían ser demasiado a veces. —Puedo verlo. Pero tienes invitados.
—No mis invitados. Confía en mi, quería la casa vacía —dijo ahuecando el  lado de mi cara con su mano— Ven arriba conmigo. Por favor.
Él no tenía que mendigar. Yo iría con mucho gusto. Deje caer mi bolso sobre  la cama y metí mi mano entre la suya. —Muéstrame el camino. — Nick apretó mi mano y nos dirigimos a las escaleras juntos. Una vez llegamos al escalón mas alto Nick me tomo en sus brazos y me beso  con fuerza. Tal vez yo era fácil, pero no me importaba. Lo había  extrañado hoy. Envolví mis brazos alrededor de su cuello y lo bese con  toda la emoción produciendo dentro de mi algo que no acababa de  entender. Cuando el rompió el beso ambos estábamos sin aliento. 
—Hablemos. Vamos a hablar primero. Quiero verte sonreír y reír. Quiero  saber cuál es tu programa favorito cuando eras una niña y quien te hizo  llorar en la escuela y de que grupo de chicos colgabas carteles en tu  pared. Luego te quiero desnuda en mi cama de nuevo. — Sonriendo en  su extraña manera, pero adorable, manera de decirme que me quería para  mas que sexo conmigo, me acerque al gran sofá seccional tostado que daba al mar en lugar de un televisor.
— ¿Sedienta? —pregunto Nick,   acercándose a un refrigerador de acero inoxidable que no me había tomado el tiempo para notar anoche. Un pequeño bar sentado al lado de ella.
—Algo de agua con hielo estaría bien —le conteste. Nick fue a preparar bebidas y yo me volví para mirar hacia fuera al océano.
—Rugrats era mi programa favorito, Ken Norris me hacia llorar por lo menos una  vez a la semana luego el hizo llorar a Brandi y yo me enoje y lo  lastime. Mi ataque favorito y de mayor éxito fue una patada en las  bolas. Y vergonzosamente, The Backstreet Boys cubrían mis paredes.
Nick se detuvo a mi lado y me dio un vaso de agua con hielo. Pude ver la  indecisión en su rostro. Se sentó a mi lado. — ¿Quién es Brandi? — Había mencionado a mi hermana sin pensar. Me sentía cómoda con Nick. Quería  que me conociera. Tal vez si me abría sobre mis secretos el compartiría  los suyos. Incluso si él no me podía compartir los de Sel.
—Brandi era mi hermana. Ella murió en un accidente de coche hace cinco  años. Mi papa estaba conduciendo. Dos semanas después, el salió de  nuestras vidas y nunca regreso. Mama dijo que teníamos que perdonarlo  porque él no podía vivir con el hecho de haber estado conduciendo el  auto que mato a Brandi. Siempre quise creerle. Incluso cuando el no  vino al funeral de mama quería poder creer que él no podía hacerle  frente. Así que lo perdone. Ya no lo odio ni dejo que la amargura y el  odio me controle. Pero vine aquí y bueno… tú sabes. Supongo que mama  estaba equivocada.
Nick se inclino hacia adelante y dejo el vaso  sobre la mesa de madera rustica al lado del sofá y pasó su brazo detrás  de mí. —No tenía idea de que tuvieras una hermana. —el dijo casi  con reverencia.
—Éramos muy parecidas, a veces engañábamos a las personas. — Tuvimos un montón de diversión con eso en la escuela y con chicos. Solo  Kyle sabía cuando lo engañábamos.
 Nick empezó a jugar con un mechón de mi pelo mientras ambos mirábamos el agua. — ¿Cuánto tiempo se conocieron  tus padres antes de casarse? —el pregunto. No era una pregunta que yo  esperara.
—Fue una cosa del tipo de amor a primera vista. Mama  estaba visitando a una amiga suya en Atlanta. Papa había roto  recientemente con su novia y se acerco una noche cuando mama estaba en  el apartamento con su amiga sola. Su amiga era un poco salvaje de lo que me dijo mama. Papa miro a mama y se hundió. No puedo culparlo. Mi madre era una preciosidad. Tenía mi color de pelo pero tenía grandes ojos  verdes. Eran casi como joyas y ella era divertida. Eras feliz con solo 
estar cerca de ella. Nada la deprimía. Ella sonreía a través de todo. La única vez que la vi llorar fue cuando ella me conto sobre Brandi. Ella cayó al suelo y lloro ese día. Me habría asustado si no me hubiera  sentido de la misma manera. Fue como si una parte de mi alma fuera  arrancada. —Me detuve. Mis ojos estaban ardiendo. Yo me deje cerrar por  la apertura. No me había abierto a nadie en años.
Nick apoyo su frente en la parte superior de mi cabeza. —Lo siento mucho, Miley.  No tenía idea. — Por primera vez desde que Brandi me había dejado sentí como si allí  pudiera hablar. No tenia que contenerme. Me volví en sus brazos y  encontré sus labios con los míos. Necesitaba esta cercanía. Recordaba el dolor y ahora lo necesitaba para hacerlo desaparecer. Era tan bueno en  hacer desaparecer a todo excepto a él.
—Las amaba. Siempre las  amare pero ya estoy bien. Ellas están juntas. Se tienen entre sí. —Le  dije cuando sentí su renuencia a besarme de nuevo.
— ¿Qué tienes tu? —el pregunto en voz torturada.
—Me tengo a mí. Me di cuenta hace tres años cuando mi mama se enfermo que  mientras me aferrara a mi misma y no olvidara quien era siempre iba a  estar bien. —le conteste.
Nick cerró los ojos y respiro  profundamente. Cuando los abrió tenía una mirada de desesperación que me sobresaltaron. —Te necesito. Ahora mismo. Déjame amarte aquí, por  favor. — Me saque mi camisa y luego alcance la suya. Levanto sus  brazos para mí y saque la camisa de su cabeza. El hizo un rápido trabajo con mi sujetador y se había ido con nada entre nosotros. Sus manos  ahuecaron mis pechos mientras el pasaba el pulgar sobre cada cresta  dura.
—Eres tan jodida e increíblemente hermosa. Por dentro y por fuera  —él susurro— Por mucho que no lo merezco quiero estar enterrado en ti.  No puedo esperar. Necesito estar tan cerca de ti como pueda conseguir. — Medeslice detrás de él y me levante. Después de deslizar mis zapatos, me  desabroche los pantalones cortos y los empuje hacia abajo junto con mi  ropa interior y luego Salí de ellos. El se quedo allí sentado mirándome  como si fuese la cosa más fascinante que nunca hubiera visto. Se sentía  poderoso. La vergüenza que esperaba al estar de pie, desnuda frente a él no estaba allí.
—Desnúdate —le dije, mirando a la erección presionando sus pantalones. Pensé que obtendría una risita divertida de él pero él no lo hizo. Se puso de pie, rápidamente salió de sus pantalones y luego se dejo caer en el  sofá tirando de mí hacia él.
—Ponte a horcajadas sobre mi —el  ordeno. Hice lo que me dijo. —Ahora —trago saliva— fácilmente debajo de  mí. —Mire hacia abajo y lo vi sosteniendo la base de su miembro. Me agarre a sus hombros y poco a poco me baje mientras el manejaba todo lo demás.
—Fácil, bebe. Lento y fácil. Vas a estar dolorida. — Asentí con la cabeza y me mordí el labio interior mientras la punta comenzaba a entrar en mí. El movió la cabeza hacia atrás y adelante sobre mi  apertura, burlándome. Le apreté los hombros y jadee. Se sentía bien. Muy bien. —Eso es todo. Te estás poniendo tan jodidamente húmeda. Dios, quiero probarlo —el gruño.
Ver la expresión animal en sus ojos toco un interruptor en mí. Quería hacer que me recuerde. Recordar esto. Sabía que nuestro tiempo era limitado y sabía que nunca lo olvidaría. Sin embargo, yo quería saber que cuando  él se fuera él nunca me olvidaría. No quería ser esa chica cuya  virginidad el tomaba. Inclinándose hacia delante, espere hasta  que el froto la cabeza contra mi entrada. Luego me deje caer duro con un fuerte grito mientras me llenaba.
—MIERDA —grito Nick. No esperaba que se preocupe por mí. Yo lo iba a montar. Entendí la  terminología ahora. Tenía el control de esto. El empezó a abrir la boca  para decir algo pero lo pare con el desplome de mi lengua en su boca  mientras levantaba mis caderas y volvía a sentarme sobre el más  duramente. La sensación de gemido y hundimiento de su cuerpo me  aseguraron que estaba haciendo algo bien.  Me rompí de manera que  pudiera gritar mientras lo cabalgaba más rápido y más duro. La ternura  en mi interior estaba gritando con el estiramiento de su entrada pero  era un dolor bueno.
—Miley, oh mierda santa Miley —el gruño  cuando sus manos agarraron mis caderas y se dejo a si mismo liberarse y  disfrutar del paseo. Sus manos comenzaron a tomar el control. El me  levanto y me golpeo sobre del de nuevo con golpes duros y rápidos. Cada  maldición y fuerte gemido que escapaba el me hicieron sentir más  salvaje. Necesitaba esto con él. El orgasmo se estaba 
construyendo y supe al cabo de unos cuantos golpes más que me iba a  romper sobre él. Quería que él se viniera también.
Comencé a mecerme en  él y deje fuera los gritos que estaba tratando de controlar. —Me voy a 
venir —Gemí mientras la sensación se construía.
—Joder bebe, está bien —el gruño y luego ambos caímos encima juntos. Su cuerpo  resistiéndose debajo de mi y luego se calmo.  Mi nombre fue arrancado de  sus labios al mismo tiempo que mi cuerpo llegaba a su clímax. Cuando los temblores se hicieron más lentos y yo pude respirar de nuevo  envolví mis brazos alrededor de su cuello y colapse sobre él. Ambos brazos me abrazaron con fuerza mientras su respiración se volvía lenta. Me gustaba el sexo dulce que habíamos tenido la noche anterior pero era algo que decir sobre joder. Sonreí para mis adentros ante la idea y me  volví para besar su cuello.
—Nunca. Nunca en mi vida —el jadeo  pasando la mano por mi espalda y ahuecando mi trasero con un suave  apretón— Eso fue. Dios, Miley. No tengo palabras. — Sonreí contra su cuello y sabia que había hecho mi marca en este perfecto, herido, confuso y misterioso hombre.
—Creo que la palabra que estas buscando es épica —le dije riendo mientras me inclinaba hacia atrás para poder verlo.
La ternura en sus ojos derritió mi corazón un poco más. —El sexo más épico conocido por el hombre. —el respondió y extendió su mano para meter mi  pelo detrás de mis orejas— Estoy arruinado. ¿Sabes eso? Me has  arruinado.
Moví las caderas y podía sentirlo aun en mi interior. —Hmmm, no, creo que todavía podrías funcionar.
—Dios, mujer vas a tenerme duro y listo de nuevo. Tengo que limpiarte.
Trace su labio interior con la yema de mi dedo. —No voy a sangrar de nuevo. Ya lo hice. — Nick coloco mi dedo en su boca y lo chupo con suavidad antes de dejarlo ir. 
—No estaba usando un condón. Estoy limpio, sin embargo. Siempre uso  condón y me chequeo con regularidad. — No estaba segura de cómo procesar esto. No había pensado en un condón.
—Lo siento. Tú te desnudaste y mi cerebro se desprotegió. Te prometo que estoy limpio.
Negué con la cabeza. —No, está bien. Te creo. No pensé en eso tampoco.
Nick me tiro contra él. —Bueno porque esto fue jodidamente increíble. Nunca  lo sentí sin condón. Sabiendo que estaba en ti y sintiéndote desnuda me  hizo de verdad endemoniadamente feliz. Te sentías increíble. Toda  caliente y húmeda y muy apretada.
Me sacudí contra él. Sus  palabras sucias en mi oreja hacían que mi dolor despierte tras una copia
de seguridad. —Mmm. —le conteste mientras lo sentía crecer duro dentro  de mí de nuevo.
— ¿Estas en control de natalidad? — Nunca tuve una razón de hacerlo. Negué con la cabeza.
El gimió y movió las caderas hasta que el estaba fuera de mi. —No podemos  hacer esto hasta que lo estés. Pero me tienes duro otra vez. —El llego  entre mis piernas y paso un dedo contra mi clítoris hinchado— Tan sexy  —murmuro. Deje que mi cabeza cayera hacia atrás y disfruto de su tacto  suave.
—Miley, toma una ducha conmigo —el pregunto con voz tensa.
—Está bien —le dije, mirando hacia él. Me ayudo a levantarme y luego me llevo a su cuarto de baño más grande que la vida.
—Te quiero en la ducha. Lo que hicimos fue la mejor jodida que tuve en mi  vida. Pero aquí va a ser más lento. Estoy cuidando de ti.

3 comentarios:

  1. OMG!!!!!!!!
    SIN DUDA TODO EL CAPIS
    FUE MI PARTE FAVORITA
    HDOIFKJFKJGKJGKJ
    NO UTILIZARON CONDON? (O COMO SE LE DICE EN MI PAIS PRESERVATIVOS YO LOS LLAMO FORROS) JAJAJAJA
    ME ENCANTO MUY TIERNO MI NICKI Y LA HISTORIA DE MILEY ME HIZO LLORAR POR FAVOR SIGUELA!!!!!!
    BESITOS LINDA TKM

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  2. Impresionante me encanta genia Siruela pronto

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  3. Awww que tierno Nick,es un amor<3subeeee lo mas pronto posible

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