lunes, 14 de enero de 2013

When I Look At You- Cap 25


-Bien, si quieres jugar sucio, pues es asunto tuyo… Yo puedo ser un tipo bastante paciente.- Él volvió a lamer; más profundo y más duro, penetrándola dulcemente con su lengua, haciendo el amor y probándola a la vez. Para cuando jadeó su nombre, él estaba demasiado duro para gozar su triunfo. Ya no se trataba de ganar, sino de compartir. -Te amo, es todo lo que importa- sentenció serio, antes de arrancarse su bóxer y sumergirse en su estrechez. Sobra decir, que le supo a cielo.


A la mañana siguiente, no le sorprendió encontrarse con llamadas perdidas de Miley. Estaba bastante claro a estas alturas que dormir con ella había sido un error. Tener sexo solo agravaba la falta. Temprano, se aseguró de dejar a Destiny en el interior del instituto; en el sentido literal de la palabra. Nick se había bajado del vehículo y la había acompañado hasta la entrada del establecimiento. Nada tenía que ver el hecho de que cierto adolescente con cabello claro y actitud babosa, la estuviera rondando…

-¿Que sucede?- como saludo dejaba bastante que desear, pero no llegaría a ningún lado fingiendo cordialidad con Miley, incluso cuando las cosas ya estuvieran superadas.


-Necesitamos hablar- Él soltó una risa condescendiente.


-Bien, pues yo no. No hagas las cosas más difíciles para ti- Desde el otro lado del teléfono, pudo oírla tragar aire y algo más… Nick dedujo que se estaba sonando, porque la otra opción era demasiado comprometedora. Ella no podía estar llorando, no ahora, no cuando se sentía tan condenadamente bien. ¡Con un demonio!, ella le había dicho que le amaba…


-¿Qué… qué estás diciendo?- titubeó, mientras él se maldecía internamente e intentaba escoger muy bien sus palabras, solo por si más adelante le tocaba tragárselas.


-Miley...


-No, olvídalo. Mejor veamos.


-No puedo, estoy en el trabajo.


-Lo harás- algo en el tono de su voz, hizo imposible para Nick negarse -Me lo debes- Esas palabras… Nick sabía que había empleado el mismo léxico para llevarla a la cama, si tan solo no lo hubiera hecho... -En tu casa, dentro de una hora- Listo, al menos las cosas con Dest iban bien, solo tenía que dejarle claro a Miley que no había posibilidad para ellos.


Dicen que la mujer perfecta no es real y que una mujer real no es perfecta. Nick siempre lo consideró un banal juego de palabras; del tipo que los hombres conformistas usaban para justificar su mala suerte. Hoy, en cambio, estaba probando de primera fuente el venenoso sabor del karma.


-No


-Perdóname- Nick frunció el ceño, sin terminar de creerlo. Observaba sus labios moverse, e inclusive podía oír las palabras salir, pero no tenía sentido. No podía ser cierto.


-¿Cómo?- Ella dudó, como si apenas acabase de ser consciente de la gravedad en sus palabras o probablemente sintiéndose asustada por la expresión dominante en el semblante del moreno. Era la faz de un homicida.


-Ya lo dije, no lo repetiré. Tampoco es fácil para mí, ¿sabes?


-¡Y una mierda que no! ¡Repítelo!- Nick avanzó en su dirección con actitud turbada. Todo su cuerpo lucía tenso, empezando por la mandíbula, sus nudillos se encontraban decolorados y temblorosos. Miley retrocedió preocupada, tropezando su tacón en la mesita de centro y provocando que las copas que ahí se encontraban se vertieran; tiñendo de escarlata la cálida tela -Vas a sentirlo aún más- juró él, con sus tristes ojos cafés ardiendo de rabia asesina.


-Lo siento, te juro que es verdad.- Miley cubrió su boca con sus dedos, a estas aturas, temblorosos. Densas lágrimas caían por su rostro; lágrimas que Nick no se tragaba. Lágrimas que significan lo imposible. Lágrimas que le provocaron deseos de gritar, matar y vomitar. No podía ser cierto… Pero lo era… Él escondió el rostro entre sus manos, mientras caía de rodillas frente a ella. Odiándola como nunca antes creyó ser capaz de hacerlo, Lo cierto era que si continuaba ahí, la mataría. No tenía duda de eso. La mataría sin mediar contemplaciones.


-No llores- imploró entre sollozos- por favor. No quise hacerte sufrir. ¡Nunca lo he querido!- le insistió, mientras sus pequeñas manos frías atraían su cabeza hacia su pecho. La sola sensación de su tacto le provocó unas nauseas imposibles. ¿Ser consolado por ella? Simplemente era incapaz de soportarlo.


-Suéltame- tragó el nudo en su garganta. No se desmoronaría. No frente a Miley


-Te amo- pudo haber sido un grito, pero la debilidad en ella hacía imposible considerarlo como tal.


-¿Cómo puedo creer en el amor cuando todos quienes decían amarme solo se han encargado de hacerme daño?- Nick alzó el rostro. No quedaba en él un ápice de esa fuerza omnipotente que solía destilar. La seguridad había sido reemplazada por horror y su orgullo por vacío; del tipo que se siente cuando te arrancan el alma. Del tipo que solo ves en personas dementes y carentes de motivos para vivir -Miley tú no me quieres. Solo has jugado conmigo; todos lo hacen. Primero mi madre y ahora tú… No, no me pidas que te ame, porque eso escapa de mis manos - dio un respiro -Si de verdad me amas... vete.



Ella corrió, por supuesto. Era una mujer inteligente y sabía lo estúpido que sería permanecer ahí ahora.
Por su parte, Nick nunca pensó que llegaría el día en que desearía golpear a una mujer; pero esta noche, Virgen santa, había estado tan cerca de hacerlo. Ella había llegado con esa actitud despreocupada y cínica; del tipo: «Tenemos una hija en común, ahora podemos ser una familia». ¡Ja!, casi parecía una mala broma; una realmente horrible. Solo que no lo era, y eso, convertía su actual vida en una jodida mierda. Mierda, se quedaba corto, acababa de aceptar su pasaje directo al infierno, sin viaje de retorno.


Él había… ¡Con un demonio!, ni siquiera podía decirlo en voz alta. ¿Cómo admites que te acostaste con tu hija y que además te gustó? Con fuerzas que no tenía, se encaminó en dirección a su bar y abrió la botella de Jack Daniel’s, observando hipnotizado el líquido ambarino; sin dejar de menear el vaso. Tomó un tragó en seco y luego reventó el cristal contra la pared. Hoy no necesitaría un jodido vaso.
Se fue con botella en mano hasta su habitación; no sin antes cerrar cada cerradura de la casa, incluidas las ventanas. No podía arriesgarse a ser visto por Destiny… Lo cierto es que no podían verse más.

-A tu salud- masculló con voz ronca, pensando irónicamente que hoy se celebraba el día del padre.



Su móvil sonó horas más tardes, amenazando con arrastrarle de vuelta a la realidad. Cortó sin ver el remitente, sabiendo perfectamente que se trataba de ella. Ninguna otra persona lo hubiera convencido de poner «Far away » como ringtone. Esa niña ejercía magia sobre él… Lo horrible del asunto, es que ya no podía darse el lujo de creer en sortilegios.

-Que es eso

-Nada- Demi ignoró el comentario de su hermano, en cambio, acomodó sus enormes lentes de aumento y se dispuso a enfocar su vista en el escrito. «Nada», no era la forma en que ella definiría un contrato de trabajo, sobre todo cuando se trataba de una firma ajena a la de Miller & Bute. Su pulso se agitó y los latidos de su pecho parecían castigar sus oídos. No podía ser cierto, no debía creerlo y a pesar de ello, lo hacía. Su hermano se caracterizaba por poseer un sinfín de cualidades; sin embargo, honradez no era ninguna de ellas.

-No puedes decírselo a nadie- le amenazó Liam, mientras ella rodeaba los ojos antes de contestar:

-Sal de aquí por favor- Él simplemente frunció el ceño, poco dispuesto a obedecer su mandato. Desde luego, ¿qué otra cosa haría si no?

-Explicate.

-Me parece haber sido bastante clara, sal de mi casa- se detuvo- No tengo por qué soportar que vengas hasta acá para aguantarme tus quejas, lamentos y ahora además, jugarretas sucias- Demi se dijo a sí misma que tal vez estaba exagerando, que después de todo, no era su problema. Pero las palabras continuaban saliendo por borbotones de su boca y no parecían querer detenerse.

-¿Traicionar a tu amigo? En serio, Liam, me parece bajo. Incluso para ti…- Él la miró por unos minutos como inspeccionándola, y luego, perezosamente una sonrisa licenciosa fue alojándose en su boca.

-Es mi futuro de lo que estamos hablando-  Ella caminó velozmente hasta la puerta de entrada, con Liam siguiéndole los talones. Su respiración era pausada, pero por dentro, estaba ardiendo de furia. Liam no se movió y Demi se vio obligada a empujarlo.

-Sal de aquí. Ahora- el cruzó el dintel- Y solo para que conste, no se trata de tu futuro, como lo tildaste tú, signo de lealtad. Término que al parecer, aún desconoces.
_________________________________________________
Hola chicas como estas? bueno por la nove, no se asusten por favor, cuando la lei tambien me dio miedo esa parte, y bueno las partes que van a seguir pero ¡¡Guarden la calma!! luego esto se aclarara, ok ya. Bueno y si les interesa mi primer dia de clase pues... fue bueno, encontrarme otra vez con mis amigas, y un par de... bueno no vale la pena mencionarlas, ojala que este año sea bueno y personas que no valen la pena no me lo destruyan, byee sigan leyendo =D



1 comentario:

  1. hermosa ya entrraste que feooo no me dijiste conrazon oki ya aww dani espero q te aya ido mega bien esto lo tenemos que platicar en personaaa o algo asi en fin bueno hermoso me encanto sigo sin ordenador en fin castigada hasta q me case mmm

    ResponderEliminar