martes, 29 de enero de 2013

When I Look At You- Cap 33


-Él lo entenderá…- era la respuesta que esperaba, Liam dejó escapar un suspiro de frustración antes de enderezar la cabeza para poder ver mejor su rostro.

-Desde luego que lo hará, ¡Es Nick de quien estamos hablando!- dijo, entornando los ojos- Y porque se trata de mi amigo, no puedo permitir que le hagas cargar con esto. No está listo, no está preparado para asumir una responsabilidad como esta. ¿Tienes idea de cómo ha sido su vida?

-No sé qué hacer- murmuró ahogando un sollozo y secándose inmediatamente los ojos, incluso antes de que las lágrimas volvieran a acudir- No sé qué diablos hacer, cuando mi mamá se entere…

-Eres una hermosa persona Miley, sé que harás lo correcto.

-¿Cómo lo sabes?

-Es obvio, estás esperando un bebé, pudiste haber escogido la vía rápida- los ojos de ella se abrieron alarmados- Pero no lo hiciste- le recordó él con una sonrisa dulce bailando en sus labios- no tienen porque sufrir tres, la decisión está en tus manos. Cuando dije que quería casarme contigo, hablaba en serio.

-¿Te has puesto a pensar por un momento en cómo se sentirá él?- suspiró y movió la cabeza, no era una pregunta que le apeteciera responder, por lo menos no aún. Conocía a Nick desde siempre, podrían haber crecido como hermanos, pero estaban lejos de serlo. Además, hasta donde sabía y por lo poco y nada que le había comentado su amigo sobre Miley, ellos no habían pasado de un trato de fraternal, no es como si se hubieran besado o algo así, de modo que no había explicación que dar.

-Lo digo en serio Miley- quiero a Nick como un hermano más, pero a ti te amo- Entrelazó sus manos con las de ella, fingiendo no notar que Miley ahora lloraba. Él se encargaría de aliviar esa tristeza, incluso aunque fuera lo último que hiciera en esa vida, ella lo valía.

-No es fácil para mí decirte esto- de hecho se sentía como la mierda. Lentamente, besó su cuello, advirtiendo que la piel de esa zona se erizaba- pero dudo mucho que Nick pueda superar algo así.

-¡Yo no planee esto!- exclamó tensándose e intentando escapar de su abrazo, pero Liam no se lo permitió.

-Lo sé, y no te estoy juzgando cariño- aceptó, aumentando la presión de su abrazo- Bendito Dios, sólo quiero lo mejor para ti y el bebe.

-¿Y se supone que tú eres lo mejor?- le interrogó girándose y haciéndole frente con su mirada aguamarina.

-Tengo unos ahorros Miley…- titubeó nervioso, siempre perdía el hilo de la oración cuando se enfrentaba a esa mirada- Y dentro de poco estaré en la universalidad, Santo Dios, yo sólo quiero hacerte feliz, y proteger a Nick, ¿no puedes al menos darme un poco de crédito?

-Esto es mal.

-No está mal… Malo sería que obligases a Nick a cargar con un niño que no es de él.


Liam se quitó los lentes, para luego refregar sus ojos tal vez con exceso de acritud. No estaba ni cerca de cumplir su sorpresa. ¿Un buen padre? ¡Ja!, sí… Desde luego, su intento había durado tanto como él amor de Miley por él, salvo que su mujer jamás lo había amado, entonces su intento subía un poco de nivel, sólo un poco.


Cuando llegó al aparcamiento, no se encontró con una sola alma, ni siquiera moscas que acreditasen la existencia de vida ahí, lo que no le sorprendía dada la fama del lugar. Intentando pasar su atención a cualquier cosa que no fuera el rostro de Miley, golpeó una lata impertinente que obstruía su camino, no es que sirviera para alejar las palabras de esa mujer, pero de vez en cuando hacía bien liberar las tenciones, la maldita cosa rebotó en sus Gucci oscuros un par de veces, antes de patearla esta vez con más rudeza y hacerla estallar en uno de los pilares del subterráneo. Estaba molesto, también se sentía herido, pero más que todo eso, había un gran alivio en todo ese asunto. Desde luego, aún necesitaba verla, ir donde Dest y explicarle la verdad, esta vez sería honesto con ella, no importando si dolía. O le dejaba, esta vez para siempre.

-¿Por qué decías que ella era lo que más amabas en esta vida?- Nick se giró al instante, enfrentándose a una Miley suspicaz- ¡Respondeme!- ¿Qué intentabas decir…?- Se detuvo y al instante, como si hubiera esperado terminar de hablar antes de que sus emociones tomaran el control, sus ojos se volvieron acuosos- Por favor Nick, dime qué le hiciste a mi niñita.

-Nada-Nick cerró la puerta que acababa de abrir y acomodó su espalda en ella, disponiéndose mentalmente para enfrentar a Miley, porque siendo honestos, no había modo de salir limpio de esta.

-Estás mintiendo. Antes, cuando decías que no podrías perdonarme, también decías que ella era lo más importante en tu vida. Déjame terminar-  Él se metió las manos en los bolsillos de su pantalón, era un intento patético para disimular su culpabilidad, Miley era muchas cosas, pero no estúpida, seguramente ya había notado lo difícil que se le daba mantener a raya el temblor de sus dedos -


Sé que la quieres, entiendo que te preocupas por ella… Y créeme cuando te digo que mi alegría es sincera. Teniendo los papás que tiene, es un alivio que Destiny pueda contar con un adulto responsable.

-¿Puedes mirarme a los ojos y jurarme que nada ha pasado entre tú y mi hija?- Nick se quedó inmóvil, sin ser capaz de hablar ni siquiera para defenderse, se sentía como si acabasen de plantarle una bofetada, y ciertamente lo hubiera preferido. Los ojos celestes se llenaron de lágrimas- No soy una idiota Nick, sé que a veces me hago la tonta, pero conozco a mi hija- A pesar de todo su dolor Miley no tenía intención de lastimarlo, por lo menos no todavía, se le veía afectada, más que eso, descompuesta; como si la sola idea de él y su hija juntos desbaratase sus defensas. Él quería negarlo todo, quería dejar el tema zanjado y partir de inmediato a los brazos de Destiny, pero hacía falta que uno de los dos dijera la verdad.

-Es demasiado tarde para todo esto…- sacó las manos del escondite y renunció a la comodidad que le otorgaba tener su vehículo como respaldo- pues te estoy observando a los ojos mientras digo que nunca he obligado a nadie a hacer nada que no quiera. No sé qué disparate estarás pensando, pero puedo jurarte que no va por esa línea- era una mentira muy mala, lo supo en cuanto vio el rostro de Miley, la falta de color no era una buena señal- La cosa es...

-Entonces permíteme a mí, soy buena con las palabras- Más temprano que tarde terminaría averiguándolo, así que ¿qué más daba que lo hiciera ahora?, lo torturaría igual- ¿La tocaste?

Nick se mantuvo inmóvil, reprimiendo el deseo de soltar una maldición entretanto comenzaba a cuestionarse en qué momento se habían intercambiando los papeles. ¿Enserio le tocaba a él interpretar el papel del villano en la película? De ser así tenía que ser una de muy bajo presupuesto y con un guionista de mierda, porque de todas las cosas que había hecho, lo único bueno había sido enamorarse de Dest, él jamás podría arrepentirse de eso, no importaba lo que opinase el resto… Ni las consecuencias que tuviera. No había nada de malo en amar y ser correspondido. Pero sí que lo había en dejarle saber a la madre de una menor de edad lo que sentías y él no necesitó demasiadas pistas para adivinar que había hablado en voz alta.

Mientras discutían, Miley no dejaba recordar las mil y un ocasiones que tuvo él para aprovecharse de su hija, era su culpa desde luego. No podía endosarle toda la responsabilidad a Nick cuando el premio a la peor madre del año se encontraba tatuado en su alma. Por otra parte, también estaba Destiny, quien pese a su corta edad, poseía una madurez que ella hubiese deseado tener a los quince. De ese modo se hubiera ahorrado un sinfín de idioteces.

-Sabes que no te dejaré acercarte a ella, ¿verdad?- Dijo mientra veía a Nick conducir. En ese momento el dio un volantazo antes de orillarse con brusquedad junto al borde de gravilla.

-No puedes hacer nada para impedírmelo, acéptalo de una vez.- Era obvio que durante el trayecto no había mejorado su humor, no podía culparla de todos modos.

-¿Te estás escuchando? No dices más que idioteces para justificar tu bajeza, realmente eres el sinvergüenza que todos dicen que eres.

-Lo mejor que puedo hacer es decir la verdad, y no tengo por qué avergonzarme, al contrario, eres tú quien va por ahí inventando asuntos y arruinándole la vida a otras personas.

-Ahora lo entiendo, a ti nunca te preocupó el hecho de tener una hija- Ella no tenía puta idea- sino que ya no tendrías de quien aprovecharte.

-No estoy aprovechándome de nadie. Estoy enamorado de Destiny, eso es algo muy diferente- dijo Nick que al mirar hacia el asiento del copiloto tuvo la certeza de que estaba hablando en vano -Aunque, qué hago yo hablando de amor con alguien que es incapaz de sentirlo, te llenas la boca de palabras vacías y no tienes una maldita idea de lo que significan.

-Bueno, pues aquí te van unas palabras que conozco perfectamente el significado- declaró ella, mientras se quitaba el cinturón de seguridad- ¡Si vuelves a ponerle un dedo encima a mí hija estás muerto!

-Pues… ahora eres tú quien suena como un psicópata. ¿Tengo que esconder el conejo?

-Lo digo en serio, Nick, no intentes hacerte el graciosillo conmigo. Si sé que continúas molestándola, voy a denunciarte ante las autoridades.

-No puedes estas hablando en serio.

-Ponme a prueba- Ahí estaba otra vez, esa maldita sensación de desastre, deliberadamente repasó su cuerpo con los ojos, no había nada de sensual en el gesto, solo un estudio rápido que le llevó a la horrible conclusión de que antes había estado en lo cierto, ella se había vestido como si estuviera de luto.

-Esto no tiene que nada que ver contigo.

-Desde luego que no, tiene que ver con mi hija y tu maldita obsesión. Lo que me molesta es que en realidad pude evitarlo, ¿Cómo no lo vi antes?- Bien, ahora eso claramente fue un grito- No me lo puedo creer.- Él quería replicar, intentar salvar la situación. Vale, no había una forma para que quedasen en buenos términos, pero al menos quería encontrar una fuga en su plan -linchemos a Nick-, lo que sea que la hiciera recapacitar.

-De entre todas las cosas que temí, nunca…- la frase quedó incompleta, parecía haberse estancado en su garganta, y por como lucían sus ojos, a él no le hubiera sorprendido que ella sacase una cortapluma de su cartera, echó un vistazo hacia su regazo y comprobó que continuaba cerrada-¡Nunca pensé que caerías tan bajo!- Logro decir finalmente.

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