jueves, 24 de enero de 2013

When I Look At You- Cap 30

-Yo sabía que Dest no era hija de mi hermano- Él curvo sus labios.

-¿Por qué no me sorprende?

-Lo supe el mismo día de la boda, recuerdo que estaba muy enojada con mi hermano. Pensé que no lo sabía, pero resultó que le daba igual, la amaba y estaba dispuesto a hacerse responsable del niño. Cuando nació Dest… Bueno, no hubo problema, ya has notado que es igual a su madre, lo que evitaría habladurías. Pero... todavía no es demasiado tarde Nick.

-¿A quién intentas engañar? Tú misma has dicho que ya sabías que ella no era hija de Liam.

-Lo dije, pero tampoco significa que tú seas el padre.

-¡Se casó embarazada! ¿Qué más pruebas necesitas?

-Nick, tan horrible como suena, podría ser de cualquiera…- El moreno negó, recordando aquella noche con detalles que no debería sacar a la luz en esta ocasión.

-Tú no lo entiendes… Yo estuve ahí ¿Vale?, ella no había estado con nadie antes…-Demi frunció el ceño, más pálida de lo habitual.

-¿Estás insinuando que Miley era virgen?

-Estoy diciendo que estuve ahí, punto final- un caballero jamás revelaría los detalles de una dama, incluso cuando él no fuera uno.

-¿Entonces qué piensas hacer, asumir tu rol y jugar a la familia feliz? Y perdóname la falta de tino, pero es difícil también para mí… Es decir, bueno… La niña claramente está obsesionada contigo.

-Lo superara- la interrumpió él, desviando su atención del botón de su camisa hasta ella.

-¿Podrás tú superarlo Nick?

Nick abrió la puerta de la alcoba y una ráfaga de recuerdos lo sacudió al instante, sería estúpido pensar que su olor continuaría ahí. Salvo que él era un estúpido, porque aún mantenía la esperanza. Se arrojó sobre la cama hundiendo su nariz en la almohada, en un inútil intento por conseguir algún ápice del olor de Dest y es que por mucho que se repitiese que era su hija, una parte de él se negaba a creerlo, el destino no podía ser tan cruel. Excepto que lo era…

Nick se despertó a la mañana siguiente con un molesto escalofrío, dedujo que había cogido una gripe gracias a que se había dormido con la ventana abierta, también tenía algo de culpa el que arrojase las mantas al suelo por la madrugada. No había una nota, ni un mensaje de voz en la contestadora… Sobra decir que ni siquiera se dignaba a atender el teléfono. No había que ser un adivino para comprender que ella le estaba evitando, tampoco un genio para deducir el porqué. Con un demonio, realmente la había pifiado. Se duchó rápido y omitió el desayuno, pensando en que corría un alto riesgo de devolverlo al ver la cara de cierta persona, tomó las llaves de su auto y partió rumbo a su infierno… O su salvación, ni siquiera él lo sabía.

-¿Has sabido algo del tío Nick?- preguntó intentando entablar un tema de conversación con su padre, aunque nada de eso era realmente cierto. Existían cientos de argumentos para iniciar una plática, y su padrino parecía ser el último en la lista de preferencias de su progenitor. Destiny escuchó la tapa del monitor cerrarse con una fuerza igual o peor de la que emitían minutos atrás las teclas y comprendió al instante que su pregunta había sido una idea fatal. Su padre se quitó los anteojos con rapidez, y parecía molesto cuando se giró hacia ella, pero cuando habló su voz denotó tristeza en lugar de repudio.

-¿Tambien tu? No me digas que te preocupa lo que este haciendo ese- La palabra «imbécil» iba implícita, ella sabía que él no se atrevería a usarla enfrente de ella. Desde la discusión que habían tenido con su tía Demi, y luego de que él se disculpara un sinnúmero de veces una vez que Destiny le plantó la idea de volver a casa, ambos habían llevado una relación casi normal, al menos cuando la novia de su padre no estaba en casa. De hecho, resultó que Delta no era tan mala persona. Vamos, no podías admitir que alguien era bueno cuando ese -alguien- le robaba el esposo a tu mamá, incluso cuando tu mamá fuera una perra inescrupulosa, de hecho era incluso peor.

-Es mi padrino- Dest luchó con el calificativo y aún así, una vez que lo dijo, la palabra -padrino- le dejó un sabor amargo en los labios.

-Exacto y yo tu padre. No se habla más. El decidió darme la espalda. ¿Acaso soy el único que puede verlo? Nick no es una maldita víctima. Dejé su compañía… es cierto, pero jamás he utilizado la información que manejo para beneficio personal. Mi puesto es estrictamente comercial, no tengo inferencia en lo que respecta a la administración- se detuvo cuando observó el rostro de Dest- Olvídalo, qué vas a saber tú de todos modos.

-No es tan malo como crees- Liam soltó una carcajada amarga antes de añadir:

-¿Malo? alo soy yo, él es un animal ¿Puedes creer que se acostó con tu…? Olvídalo- finiquitó girándose de vuelta a su laptop y abriendo el monitor mientras se acomodaba los lentes. Visto así parecía aún mayor y para nada similar a la apariencia que le robaba suspiros a sus compañeras de clase; sin embargo todo en lo que Dest podía pensar era que su papá estaba equivocado. Ella no lo olvidaría, y apostaría todo cuanto tenía a que él ya sabía la verdad sobre Nick y su madre, lo que no debería  ¿o sí? Después de todo, no es como si fuesen cuidadosos o algo así, bastaba con recordar la corbata que ella había encontrado en el cuarto de Miley.

Cuando Miley atendió la puerta y observó la luz del contestador parpadeando, supo que no había sido una buena idea. Debería haber revisado los mensajes antes.

-¡Abre la maldita puerta!- La voz de Nick fue como una advertencia, incluso sin ver su rostro el cuerpo de ella perdía fuerza. No era justo, no lo fue quince años atrás y seguía sin serlo ahora, no había derecho que después de tanto tiempo su resistencia se deshiciese como miel en los labios cada vez que él le hablaba. Corrió la cadena de la cerradura, sin dejar que sus ojos se encontrasen con la mirada jade de él, poseía la misma fuerza y frialdad que la piedra, pero sólo los ojos de Nick eran capaces de mezclar la crudeza con la ternura, era una lástima que hubiese perdido su corazón años atrás.

-Estaba trabajando- se excusó, recogiendo la pila de papeles amontonados en la mesa al ver la mirada escéptica que él le daba.

-¿Ahora trabajas?

-Sí, administro una pequeña librería en la zona sur de la ciudad a hora y cuarenta y cinco minutos, pero la paga es buena.

-¿Donde esta tu madre?

-De viaje, otra vez. Si quieres que sea honesta, comienzo a pensar que me va a dejar la casa, porque no da señales de volver.

-Y supongo que eso te vendría perfecto- La sonrisa en la boca de él no era condescendiente, sino burlesca y Miley supo lo que él pensaba incluso antes de que lo dijera, pero no añadió nada, mal que mal se suponía que habían quedado en buenos términos… O algo así.

-La verdad es que tienes razón, me viene perfecto, entre esta casa y la que vendimos con Liam, creo que no será difícil montar un pequeño negocio. Bueno... de todos modos ¿que te interesa? ¿Que haces aqui?

-Sólo quiero hacerte una pregunta y me iré- Miley supo exactamente a qué pregunta se refería.

-Quieres saber si Dest es tu hija.

-¿Cómo…?

-¿Cómo lo sé? Deberías ver tu cara, supongo que me doy por pagada, has tenido días malos, ¿no?- Él frunció el ceño y poco a poco la comprensión se hizo visible en sus ojos cafés.

-¿Es lo que estoy pensando?- Miley simplemente asintió, pero su actitud confiada no lo convencía en absoluto.

-No es hija de Liam, pero tampoco es tuya, no tienes porque fingir que te preocupa o algo así- Toda la calma de Nick se escapó como un río, y tuvo que sentarse, incluso cuando se había jurado a sí mismo que la visita no le tomaría más de diez minutos.

-¿Quieres un trago?- negó y ella se encogió de hombros- Como quieras, yo iré por uno- La observó perderse en la cocina, casi odiándose por renunciar a un buen whiskey. De todos modos, necesitaba estar sobrio.

1 comentario:

  1. esto cada vez me confunde mas
    Miley es medio zorra? o le miente?
    y si le miente que asco se acosto con su hija

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