lunes, 28 de enero de 2013

When I Look At You- Cap 32



No conocía a nadie como Miley, ella era vulnerable, pero no lo parecía. Aparentaba ser alguien fuerte y segura, pero cada vez que estaba cerca de su amigo parecía perder esa coraza… Y a Liam le fascinaba verla cuando eso ocurría, excepto que no era con él, nunca con él. Ella era divina, como una rosa, a simple vista delicada pero tremendamente dañina si te acercabas a sus púas. El problema de Liam era, que hacía mucho que sus espinas habían encontrado asilo en su propio corazón, y él no se encontraba capaz de quitárselas.

-¿No vas a comerte eso?- le preguntó ella, mordiendo su labio y pestañeando incómoda cuando un rebelde mechón castaño se escurrió por su frente, hostigando sus ojos.

-No, no tengo hambre, puedes comerlo si quieres- La forma en que se iluminó el rostro de ella no tuvo precio, en serio. Liam tuvo que aclararse la garganta mientras deslizaba el plato hacia ella, intentando recordar qué se supone debía decir. La observó comer fascinado, mientras notaba con pánico que habían oscuras ojeras marcadas bajo sus ojos y los huesos de sus mejillas se encontraban más patentes de lo habitual, por la forma en que tragaba él no necesitó ser un genio para deducir que no estaba alimentándose bien -Eres mu hermosa- empezó él minutos más tarde, con la cafetería ya vacía e ignorando las miradas malhumoradas de los dependientes. Después de todo, se trataba de él, no es como si le pudieran decir gran cosa.

-Gracias- Liam se reclinó en la silla, cruzando sus brazos en el pecho, observándola.

-¿Tienes que ir a clases?- dijo al final, sonriendo cuando ella negó como si fuera todavía posible, más incomoda de lo habitual -Entonces, supongo que no te importará que te acompañe a casa ¿Me lo permitirás?

-Liam...

-Realmente necesito hablar algo importante contigo- Ella asintió, nada convencida, pero a él no le importaba. Le había permitido acompañarla hasta casa ¿No?, no debía estar yéndole tan mal -Has estado evitándome.

-No es eso- Él sonrió negando, sin dejar de caminar, el día estaba soleado y parecía perfecto para saltarse una clase, incluso cuando tuviera examen ese día. Miley lo valía.

-Supongo que no- Se encogió de hombros- sólo digo lo que veo. Yo te sigo y tú huyes, me siento como un lobo acorralando a la caperucita.

-¿Que es lo que quieres?- Al ver que permanecía en silencio, añadió- Supongo que querías decirme algo ¿Cierto?- A juzgar por la expresión que tenía, ella estaba pensando alguna cosa bastante fea, por lo que comenzó a preocuparse. No había estado preparado para un ataque como ese, creyó que podrían sentarse en una banca y conversar, en el peor de los casos la puerta de su casa, pero no ahora, no así.

-Quiero que te cases conmigo.- No pudo disimular su decepción cuando ella frunció el ceño, al igual que no pudo disimular la primera vez que comprendió que ella había puesto los ojos en Nick, en lugar de él.

-No puedo hacer eso- dijo retrocediendo hasta que su espalda dio contra la reja de una casa. Liam se acercó hasta ella, tanto que ésta lo interpretó mal y giró su rostro, como para esquivar un beso, pero lo único que consiguió esquivar fue una mirada de desilusión.

-¿Por que?- murmuro- ¿Qué hay de mal conmigo?- Antes de que ella pudiera hablar,  él dejó escapar una sonora carcajada, no había alegría en aquel acto, no había nada más que desesperación y crueldad.

-Apenas te conozco.

-Pues conóceme más, sal conmigo.- Ella sonrió nerviosa, intentando retroceder aún más, pero todo lo que obtuvo fue un rasmillón en la espalda por culpa de la reja que utilizaba de soporte. Liam maldijo, antes de agarrarla de un brazo y obligarla a salir de ahí -Vamos.

-¿A donde?

-A cualquier parte, pero no puedo hablar contigo aquí.

-No hay nada de qué hablar, no voy a casarme contigo.


Otra sonrisa se alojó en los labios del rubio. Eso estaba por verse… Liam tenía una mano bajo su codo, y parecía que era lo único que impedía que éste se fuera abajo, toda ella parecía ser capaz de desvanecerse en el aire, como si se tratara de una ilusión. Él no podía perderla, y le había costado una semana comprender que lo que empezó como un reto no era otra cosa más que la peor de sus pesadillas, independientemente de lo aterrador que fuese, estaba enamorado, no existía mayor respuesta que esa.

-Tu madre no sabe qué estás embarazada ¿o sí?

-No, no lo sabe.

-¿Crees que le molestaría menos si estuvieses casada una vez que le informases lo del niño?

-No sabemos si es niño… Y no, no creo que le molestara menos, es imposible que se tome bien la noticia de mi embarazo. Querrá morirse una vez que descubra que repetí sus errores- Él asintió en silencio y estiró la mano, haciendo parar a un taxi que pasaba por ahí. Hubiera sido más simple usar su propio vehículo, pero estaba bastante seguro de que su acompañante se habría negado rotundamente de ser así. Además, no podía regresar, había dejado su camioneta en la escuela y si iba por ella, corría el riesgo de encontrarse con Nick… Y no estaba listo para dar explicaciones, incluso cuando su amigo fuera incapaz de exigirlas.
Distinto a lo que pensaba, Miley no protestó al subir al vehículo, eso era un buen indicio, pensó. No intercambiaron palabras durante todo el trayecto e incluso cuando bajaron del taxi, quince minutos después ella se negaba hablar… Parecía otra, no estaba molesta ni atemorizada. Más bien, parecía resignada y por eso él dijo lo que dijo:

-No es lo que estás pensando… Lo juro.- Ella suspiró, pero siguió caminando junto a él, hasta que llegaron al mostrador de la recepción, el sitio se encontraba iluminado con luces artificiales dando la impresión de que era de noche, incluso cuando afuera el sol resplandecía.

-Una habitación, por favor- el recepcionista no dijo nada, pero Liam percibió la tensión en la joven parada a su lado. A ojos de cualquiera, ambos estaban ahí para tener sexo, tendrías que ser un idiota si pensabas lo contrario. El caso es que no se le había ocurrido un lugar mejor para hablar con calma, su casa estaría repleta por que se celebraría el cumpleaños de su hermana y hablar de esto en una plaza… Bien, no parecía el tema que te apetecería hablar en un lugar público.

-¿Crees saberlo todo, no?, pues no sabes nada- vociferó con su mandíbula temblando- El que esté embarazada no me transforma en… en… Lo que sea que estés pensando.

-¡Yo no he pensado en nada!- se defendió, uniéndose a ella en el extremo del cuarto- Por favor, no llores.

-No se que hacer- gimoteó antes de romper a llorar en su pecho y aún cuando sus manos quemaban y toda su piel bullía por tocarla, por envolverla entre sus brazos, él no se aventuró hasta que ella le rogó -Abrázame-  Y lo hizo, la estrechó con su cuerpo volviéndose el soporte que sabía ella necesitaba, quería ayudarla, que contase con él… que lo amara.

-No estas sola.

-¡Claro que lo estoy! ¿Crees que puedo hablar de esto con mi madre?, ella… Ella me va a echar de casa, lo sé.

-No si te casas conmigo, viviríamos juntos… Sabes que puedo hacerte feliz.

-Sólo sé que hasta ayer no eras más que el amigo de Nick, el engreído que se jactaba de una sonrisa arrogante y un cabello de muerte- Él frunció el ceño deshaciendo el abrazo- Escucha Liam, realmente aprecio tu interés y preocupación, pero no puedo hacer esto, no es justo para ti- guardó silencio por unos instantes y luego exhaló un suspiro -Ya ves como puedo ser de cruel, últimamente estoy bajo mucha presión, y mis hormonas enloquecidas… no es excusa, pero es todo lo que puedo decir.

-¿De verdad piensas eso de mi?- La pregunta la tomó por sorpresa, Liam pudo verlo por la forma en que se tensaron sus hombros. Se había girado justo en el momento en que oyó la puerta abrirse, no podía perderla… No cuando ni siquiera había sido capaz de tenerla- Respóndeme, por favor… ¿Tienes idea de lo molesto que es saber que todos te siguen la corriente?, Si digo blanco… todos repiten que lo es, incluso cuando saben que es negro.

-Eres la primera persona que me dice la verdad- era cierto, y por alguna razón desconocida, no le molestaba compartir su intimidad con ella, esto era mucho más que amor… Liam realmente se sentía una mejor persona cuando estaba cerca de ella, parecía que su luz era capaz de amortiguar la oscuridad que habitaba en él -Me gustas, lo digo en serio y me gustas aún más cuando haces eso

-¿Hacer qué?

-Morder tu labio, justo como lo estás haciendo ahora.- Ella se sonrojó violentamente y Liam supo que no tendría otra oportunidad como está. Avanzó los pasos que la separaban de su cuerpo y aprovechando la ventaja de tamaño que tenía, estiró su brazo para cerrar la puerta tras el cuerpo de Miley, ella saltó en su puesto, pero no se movió; fue Liam quien lo hizo. Miley lo observó perpleja cuando él inclinó el rostro y dejó caer su boca sobre la de ella, los labios de él fueron cautos a la hora de tocarla, pero la tibieza de ella no le hacía fácil la labor, y mantener la lengua en su propia boca le costó lo imposible.

-Si de verdad lo amas, entonces le dejarás ir- se detuvo a mirarla- Y me elegirás a mí.

-¿Por qué habría de hacer eso?

-Porque soy la mejor opción- su frente descansó en la de ella- y porque te amo.

-¡Pero yo no te amo a ti!

-¿Y eso qué?, me da igual. Terminarás queriéndome, eventualmente. Además, piensa en Nick, él no se merece esto.

1 comentario:

  1. VES, VES ELLA QUERÍA A NICK NO A LIAM BITCH
    ok ya mejor que miley se quede con demi hahahahah ok no
    es que los dos son unos PUTOS

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